no muy lejos de Haai-Sil

Acavaba de pasar Haai-Sil cuando me vino el olor de una maldita lagartija voladora que se autodenominaban dragones.
Como no, el instinto se me disparo, pero habia estado demasiado tiempo reprimiendo mi instinto y la verdad es que me notaba menos poderosa, por eso no dudé mas de dos segundos en dejarme llevar y atacar.
Aceleré el vuelo y no tarde mucho en encontrarlo. El viento jugaba a mi favor, por lo que el dragon no me habia detectado.
Sigilosamente me acerqué y con la boca muy abierta me lancé a su cuello.
En el momento en que mi lengua bífida probo la sangre de dragon, este me atacó, y así empezo otra lucha como las que siempre ha habido.
Poco despues, un cuerpo alado y escamoso se precipitaba hacia el suelo y yo seguia mi vuelo, con un ala desgarrada y diversas quemaduras, mordiscos y arañazos, algunos mas profundos que otros, repartidos por el cuerpo.
Asi, como pude, continue mi viaje, aunque la verdad, sabia que no aguantaria mucho volando en esas condiciones...