Rol Memorias de Idhún
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Ficha de Hiz

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Mensaje  Invitado Lun Ago 29, 2011 3:10 pm

Ficha de personaje

Hiz

 

Edad
Sexo
18 años
Masculino

 

Descripción física
Hiz no posee un porte muy alto entre los de su especie, pero lo suple con una complexión robusta y musculosa, fruto de muchas horas de extenuante ejercicio. Su cabello es lacio, largo, de color azul apagado y con una textura similar a los brotes de las algas. Tiene facciones angulosas, ojos grandes y celestes y unas orejas que parecen pequeñas aletas colocadas a ambos costados de la cara, detrás de las cuales se esconden sus agallas. Los labios esconden dos hileras de dientes extrañamente afilados. Manos y pies palmeados. En cuanto a la piel, se encuentra recubierta por un millar de suaves escamas que relucen a la luz de los Soles con una tonalidad verde-azulada.

Su forma de vestir es ciertamente desaliñada. Cuando se encuentra en tierra, lleva túnicas que le llegan hasta los pies, con motivo de proteger su frágil piel escamada. En el agua, por el contrario, el exceso de ropa no resulta más que un estorbo a la hora de nadar.

 

Descripción Psicológica
De naturaleza calmada, Hiz es ante todo un joven muy accesible. Optimista, despreocupado, amable, risueño y cantarín -en el grado en el que se entienda que un varu pueda cantar-. Pocas son las veces que se le ve de mal humor o sin sentido del mismo. Puede dar también la impresión de ser rudo o ignorante, pues siempre prefirió el trabajo de sus músculos a la formación académica. Leal a sus amigos; feroz con sus enemigos; servicial con las mujeres.

Por otro lado, se denomina a sí mismo como un “creyente”. Hiz es de esa clase de seres que prefieren confiar en que las cosas van a salir bien, en la bondad de los demás, en la providencia de Neliam; pero también en mitos y leyendas, y en múltiples y descabelladas teorías de conspiración.


Habilidades
Defectos
La música amansa a las fieras. La técnica de Hiz para atrapar peces, se basa en la emisión de suaves ondas telepáticas con contenido melódico.
Conocimiento en el uso y confección de redes, tridentes y arpones.
Velocidad en el agua.
Respiración en el agua.
Telepatía. Ya que las cuerdas vocales no tienen ninguna utilidad bajo el océano , los varu desarrollaron un método de comunicación telepático.
Memoria fotográfica. Es fácil perderse si no se coge las referencias adecuadas del fondo oceánico.
Torpeza sobre la tierra.
Dependencia del agua. De no tener acceso a este líquido, su piel se reseca y sus agallas podrían llegar a obstruirse.
Ingenuidad. Hiz tiende a depositar demasiada confianza en los demás. Esto es causado al modo de vida varu, y acentuado por la convivencia con la misma gente durante toda su vida.
Terquedad. Es un varu de ideas fijas. Resulta casi imposible hacerle cambiar de opinión, aun peor si tiene que reconocer un error que ha cometido.
Desconocimiento sobre el Continente.

 

Aficiones
Cosas que odia
Pesca y todo lo relacionado con ella.
Música.
Competiciones. A Hiz le encanta medir su talento con otros de la forma que sea. Además, sabe perder con deportividad.
Destapar la verdad, usualmente metiendo las narices donde no le llaman
La xenofobia.
La matanza indiscriminada de seres vivos.
Los prejuicios.
El fuego y el calor en general.
Las puertas. Son un estorbo. En los edificios varu no existen.
Ser confundido con un reptil.


Pasado
Hiz fue criado en un pequeño y retirado poblado varu, a medio camino entre las ciudades de Blenu y Teli, que se dedicaba, principalmente, a una pesca respetuosa y moderada -ya saben, porque los peces también son criaturas de Neliam-. El lugar no tenía nada de particular hasta que, cierta mañana, la paz se vio perturbada por la llegada de un pielseca contenido dentro de una enorme burbuja, de ésas que las marpalsas expulsan. Era humano. Se trataba de un compositor musical. Un trovador que había bajado a las profundidades del océano en busca de nuevas musas, nueva inspiración. Sus pensamientos estaban plagados de belleza, por lo que no tardó en hacerse popular entre los habitantes del poblado. Ellos que, jamás habían escuchado la música, ni siquiera oír hablar sobre ella, se encontraban fascinados por el nuevo descubrimiento. Aprendieron muchas canciones del extraño, y se fomentó más todavía cuando se descubrió que era más sencillo atrapar a los peces con ayuda de una buena melodía.

Al cabo del tiempo, llegó la controversia. Había corrido el rumor de que el humano tenía un romance en secreto con una de las jóvenes varu. El poblado entero se rebeló contra esta afrenta, lo cual era normal teniendo en cuenta que allí carecían del pensamiento liberal de las grandes urbes. No lo consintieron, aun cuando la pareja se profesaba un amor puro y verdadero.

El pielseca se marchó, y con él, la música cayó en el olvido.

***


Cuando aún era pequeño, Hiz no comprendía por qué los adultos se molestaban al detectar la música en sus pensamientos, ni tampoco la razón por la cual trataban con tal desprecio a la pequeña Urieel. Su mejor amiga. Con el paso de los años, descubrió que Urieel era mestiza, y que su padre había sido aquel trovador humano.

***


Urieel tenía cuerdas vocales. Hiz siempre recordará cuando salieron a la superficie y ella le mostró su capacidad para cantar. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que estaba ineludiblemente enamorado de ella, y que no le impotaba lo que los otros varu opinasen. Él estaba decidido a llevarla algún día al Oráculo de Gantadd, donde una sacerdotisa podría bendecir su unión.

***

La partida de caza se encontraba de regreso a casa después de una infructuosa jornada de búsqueda. Los bancos de peces habían desaparecido. Era como si los animales hubieran presentido que algo malo estaba por ocurrir. Entre ellos, también se encontraban Hiz y Urieel buceando plácidamente por el fondo marino. Esto fue así hasta que, de pronto, sintieron un escalofriante cambio en la presión del agua, y luego, sintieron frío.

Sin darse cuenta, se habían interpuesto en el camino de una furiosa corriente marina. Los varu se miraron unos a otros desconcertados. Empezaron a bracear casi con desesperación para salir de aquella trampa mortífera, algunos incluso dejaron atrás sus artilugios de pesca con tal de no ser tragados por el océano. Hiz mantenía fuertemente entrelazada su mano con la de Urieel; mas ella, que era mestiza, y que por ende poseía peores condiciones físicas para moverse bajo el agua, no conseguía avanzar ni Hiz hacerlo por los dos. Y ésa es la última vez que Hiz ve a Urieel. Sus manos se sueltan. Ella es vencida por la corriente, arrastrada con fuerza océano adentro ante la rota mirada de dolor del varu que la amaba, y de otros tantos pares de ojos inexpresivos.

Hiz estaba alterado. Gritó, forcejeó con los suyos e incluso les gritó dejándose llevar por las emociones. Quería seguir la corriente, irse con ella; pero los mismos que permitieron que Urieel se perdiera, le impidieron a él seguir su mismo destino.

***


Varaai era la madre de Hiz. La Revolución Celeste había llegado demasiado tarde para ella, y es por eso que comprendía mejor que nadie aquel sentimiento devastador que corroía a su hijo desde las entrañas. Varaai también sabía lo que era no volver a ver a la persona amada, puesto que Gael, pese a ser su fiel compañero y padre de Hiz, no había sido su primer y único amor. Varaai fue la que le contó a Hiz que una leyenda mantenía que las corrientes conducían a los varu náufragos hasta el Continente; muchos se decidían por permanecer en tierra firme al no encontrar el camino de regreso.

Varaai depositó unas cuantas monedas en la mochila de su hijo, y lo dejó marchar.

 

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