Ya me estaba haciendo falta... [entrenamiento/Naren]

La normalidad había regresado a la ciudad. Todo el mundo se adaptaba al cambio de la torre sin más remedio y pronto se habían dejado de oír comentarios o sorpresas sobre tal o cual cambio. Todo el mundo se estaba adaptando. Rione había vuelto a sus tareas habituales. Trabajo en laboratorio, practicas, clases e investigación con el equipo de alquimia.

El único cambio estaba en sus compañía, Rione nunca había sido muy de tener amigos. Tenía conocidos, aliados, contactos... pero desde la transformación de la torre podía decirse que era amiga de Naren y Vannel, o por lo menos le caían bien. Estaba segura que lo que había hecho Sharei con la sangre de los tres era el causante de eso en el fondo pero por ahora se sentí... sorprendentemente bien aunque también extraño.

Pero a pesar de la magia de sangre, el símbolo ese extraño que ahora tenía tatuado y de todo lo que había pasado Rione sabía que seguía teniendo una asignatura pendiente. Una que se había negado a reconocer durante mucho tiempo pero a la que no tenía más remedio que hacer frente. Sabía que Sharei estaba planeando algo y podría ponerlo en practica pronto por lo que Rione por buena maga que fuera se convertiría en un lastro ya que físicamente estaba peor preparada que una niña. No sabía lucha, no podía levantar armas pesadas y no tenía resistencia ninguna al esfuerzo. Era una rata de biblioteca, se había dedicado a investigar sentada en un laboratorio y poco ejercicio había hecho nunca.

Y por eso mismo había acudido a uno de esos nuevos amigos. No pensaba ser un lastres para nadie, no iba a ser tampoco menos que los demás. Había acudido a Naren para que la entrenara un poco y habían quedado en la sala donde Rione ya se encontraba esperándolo.

La rutina también llegaba a la Torre. Desde que sintió su hermandad de sangre con dos nuevos compañeros, Umadhun empezó a convertirse en su nuevo hogar. Dos compañeros donde, además de dos amigos, veía dos aliados en potencia para el futuro. Ambos eran talentosos magos como Naren, pero a su vez eran sus diferencias las que los marcaban.

En todos, Sharei esperaba un soldado de elite en un futuro. Estaba Rione, una humana. Se entrenaba en la magia oscura, pero su condición física necesitaba una mejora. Por eso habían quedado en la sala.

Naren entró en la sala, donde Rione ya estaba esperándolo. Se acercó a ella y saludó. Después de la muestra de amistad, miró alrededor. ¿Que quieres hacer?