Deambulando por Awa

La gran serpiente alada planeaba suavemente por encima de las copas de los árboles con tranquilidad, disfrutando del viento que acariciaba sus escamas y observando el bosque con ostentación. Le gustaba pasearse por Idhún sin tener un rumbo fijo, simplemente para relajarse y conocer mejor el mundo. Desde las alturas podía observar pequeños seres entre la arboleda y le divertía ver como corrían de un lado para otro al ver la sombra de la shek.

A su izquierda vio el caudaloso río de Awa, el cual era la unión de tres ríos de la Cordillera de Nandelt y desembocaba al sur de la Torre de Derbhad. Al verlo le entró sed, así que descendió con cuidado hasta una zona sin árboles, levantando aire a su paso y haciendo volar varias hojas. Con las alas plegadas, serpenteó hasta la orilla y lamió ansiosamente el agua.

Abylle detectó a alguien a su espalda y rápidamente levantó la cabeza del agua. Tal y como se esperaba, detrás suyo se encontraba un muchacho moreno sentando en el suelo, observándola. La shek entrecerró los ojos, le extrañaba que no tuviera miedo y que la mirara con tanta tranquilidad. Apenas había llegado, cuando otra chica apareció también y se presentó al primero. Abylle siseó fastiada y se enroscó sobre sí misma en forma de círculo para ponerse cómoda. Supuso que sólo eran dos aventureros que sentían curiosidad así que, mientras no la molestaran, decidió ignorarlos.