Un nuevo horizonte
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Un nuevo horizonte
Los tres soles lucían en lo alto del cielo, majestuosos, dueños señores del horizonte. El agua cristalina del mar, se mecía y se fundía suavemente con la arena blanquecina de aquella playa, como si de una caricia se tratase. Se mostraba brillante como aquel día tan cálido y tranquilo...tan perfecto.
En la falda de aquel paraíso tan placentero, se encontraban dos figuras femeninas, tumbadas una junto a la otra con apariencia relajada, como si el tiempo no corriese en aquel lugar, como si nada importase en esos momentos...
-Arelu...-pronunció con voz suave mirando al cielo despejado-Fue buena idea volar hasta aquí para descansar. No quiero volver a recordar las experiencias que vivimos en aquella oscura y claustrofóbica cueva.-dijo a la par que se incorporaba estirando brazos y piernas perezosamente. Caminó despacio hasta que sus pies azulados quedaron sumergidos en el agua que llegaba a la orilla, mojándose las partes bajas de sus ropas finas y transparentes. Miró al frente sin encontrar fin en el horizonte que se mostraba ante ella, entrecerrando los ojos y con una mano llevada a la frente para protegerse de los intensos rayos de luz que llegaban de los tres soles. Suspiró y se giró para dirigirle una pregunta a su amiga de raza varu, Arethusa-¿Cuánto tiempo más crees que deberíamos permanecer aquí?
Aquel lugar exótico y virgen le había aportado justo lo que necesitaba. Le había servido para restaurar energía y vitalidad en su aura, para descansar. Nada le gustaba más que estar rodeada de naturaleza.
Sin embargo lo más sorprendente es que casi le había hecho olvidar aquel misterioso libro desaparecido de su madre Mirthis en su casa de Haai-Sil. Estaba segura de que ese libro portaba un mensaje de vital importancia, una clave que podía dar sentido a los tristes hechos sin causa aparente en el pasado de Thitria. Pero no tenía ninguna pista, ningún rastro que le pudiese hacer retomar aquel acertijo. De cualquier forma, sentía que el tiempo aquí se les acababa…
En la falda de aquel paraíso tan placentero, se encontraban dos figuras femeninas, tumbadas una junto a la otra con apariencia relajada, como si el tiempo no corriese en aquel lugar, como si nada importase en esos momentos...
-Arelu...-pronunció con voz suave mirando al cielo despejado-Fue buena idea volar hasta aquí para descansar. No quiero volver a recordar las experiencias que vivimos en aquella oscura y claustrofóbica cueva.-dijo a la par que se incorporaba estirando brazos y piernas perezosamente. Caminó despacio hasta que sus pies azulados quedaron sumergidos en el agua que llegaba a la orilla, mojándose las partes bajas de sus ropas finas y transparentes. Miró al frente sin encontrar fin en el horizonte que se mostraba ante ella, entrecerrando los ojos y con una mano llevada a la frente para protegerse de los intensos rayos de luz que llegaban de los tres soles. Suspiró y se giró para dirigirle una pregunta a su amiga de raza varu, Arethusa-¿Cuánto tiempo más crees que deberíamos permanecer aquí?
Aquel lugar exótico y virgen le había aportado justo lo que necesitaba. Le había servido para restaurar energía y vitalidad en su aura, para descansar. Nada le gustaba más que estar rodeada de naturaleza.
Sin embargo lo más sorprendente es que casi le había hecho olvidar aquel misterioso libro desaparecido de su madre Mirthis en su casa de Haai-Sil. Estaba segura de que ese libro portaba un mensaje de vital importancia, una clave que podía dar sentido a los tristes hechos sin causa aparente en el pasado de Thitria. Pero no tenía ninguna pista, ningún rastro que le pudiese hacer retomar aquel acertijo. De cualquier forma, sentía que el tiempo aquí se les acababa…
Invitado- Invitado
Re: Un nuevo horizonte
Tumbada en medio de aquella playa, entre la espuma de las pequeñas olas que llegaban a la orilla y la suave arena, Arelu se sentía como si estuviese en un sueño. La luz titilaba en el cielo, la brisa soplaba tan débilmente como si simplemente tratase de apartarle el pelo de la cara, el único sonido que escuchaba era el arrumaco del mar, suplicante por hacerla regresar a su seno... Podía sentir como, poco a poco, iba sucumbiendo a los deseos de aquella madre egoísta y se hundía en un sueño perezoso que la arrastraba al fondo del agua.
El placer de la humedad en sus escamas le recordaba a días felices en su tierra natal. Bueno, quizás tierra no fuese la palabra más exacta para definirlo puesto que vivía en una concha gigante en medio del Reino Oceánico. ¿Soñaría con su familia y todas las cosas que había dejado atrás al marchar en busca de libertad? Quizás en otro momento puesto que la delicada voz de su compañera de viajes se introdujo en su mente apartando la posibilidad de rendirse a la modorra.
-Por supuesto que fue una buena idea la de venir aquí, ¿acaso no fue nuestra?- Su pensamiento sin voz llegó sin problema alguno a la mestiza, que en aquel momento jugaba con las olitas.- Pero no nos podremos quedar aquí siempre. No me malinterpretes, nada me gustaría más, ya sabes que soy la criatura más feliz sobre Idhun cuando paramos en algún sitio que me permita no morir deshidratada.
Arelu se estiró un poco y terminó de salir a flote mientras se impulsaba somnolientamente hacia su amiga.- Realmente no se me ocurre ningún sitio a donde ir ¿Hay algún lugar que aun no conozcamos? ¿Hay algo interesante que hacer por ahí? Realmente podríamos simplemente quedarnos aquí un poco más, quien sabe, quizás aparezcan unos piratas…
El carácter haragán de Arethusa la instaba a quedarse donde estaba, al fin y al cabo ¿había alguno mejor?
-Thit, ¿me escuchas? Se te nota pensativa, ¿has tenido alguna idea?-.
El placer de la humedad en sus escamas le recordaba a días felices en su tierra natal. Bueno, quizás tierra no fuese la palabra más exacta para definirlo puesto que vivía en una concha gigante en medio del Reino Oceánico. ¿Soñaría con su familia y todas las cosas que había dejado atrás al marchar en busca de libertad? Quizás en otro momento puesto que la delicada voz de su compañera de viajes se introdujo en su mente apartando la posibilidad de rendirse a la modorra.
-Por supuesto que fue una buena idea la de venir aquí, ¿acaso no fue nuestra?- Su pensamiento sin voz llegó sin problema alguno a la mestiza, que en aquel momento jugaba con las olitas.- Pero no nos podremos quedar aquí siempre. No me malinterpretes, nada me gustaría más, ya sabes que soy la criatura más feliz sobre Idhun cuando paramos en algún sitio que me permita no morir deshidratada.
Arelu se estiró un poco y terminó de salir a flote mientras se impulsaba somnolientamente hacia su amiga.- Realmente no se me ocurre ningún sitio a donde ir ¿Hay algún lugar que aun no conozcamos? ¿Hay algo interesante que hacer por ahí? Realmente podríamos simplemente quedarnos aquí un poco más, quien sabe, quizás aparezcan unos piratas…
El carácter haragán de Arethusa la instaba a quedarse donde estaba, al fin y al cabo ¿había alguno mejor?
-Thit, ¿me escuchas? Se te nota pensativa, ¿has tenido alguna idea?-.
Invitado- Invitado
Re: Un nuevo horizonte
La mestiza se había quedado ensimismada mirando las diversas conchas y caracolas que adornaban la arena bajo la sombra de Arethusa. Los recuerdos le habían inundado casi sin quererlo, las imágenes iban a su cabeza una tras otra alejándola de aquella playa. Entonces la voz de su compañera se introdujo en su mente disipando aquella neblina de pensamientos, haciéndola volver en sí.
Asintió con la cabeza tras escuchar los argumentos de Arelu –Ciertamente no podemos quedarnos en este lugar por mucho tiempo…no podemos pasarnos la vida tiradas en la arena esperando el día en el que los tres soles caigan– bromeó con un falso tono de regañina hacia su perezosa amiga -Tienes razón en que algo se me ha venido a la cabeza, pero esa idea nos queda lejana aún. De momento podemos quedarnos un rato más aquí, al menos pasar la noche y conocer algo más de Riv Arneth ¿qué te parece?- le dijo esperando una reacción de alegría por su parte.
“¿Quién sabe cuándo volverán los problemas? Hay que disfrutar mientras se pueda” pensó con positivismo -Y para que respires “ branquialmente” en paz cuando salgamos de aquí: prometo procurar que el próximo lugar al que viajemos tenga un lugar donde poder bañarte, para que no te deshidrates. Sabiendo que íbamos a pasar tantos años juntas, me habría especializado en magia acuática, para que no falte un cubo de agua que tirarte a la cabeza- dijo burlándose con cariño mientras le salpicaba con los pies agua de la orilla, buscando juego para que terminase de despertar -¡Qué sería de mi si perdiese a mi varu por quedarse momificada y reseca!- añadió con dramatismo limpiándose lágrimas inexistentes mientras se colocaba tras ella para abalanzarse sobre su espalda, con la intención de empujarla al agua...
Asintió con la cabeza tras escuchar los argumentos de Arelu –Ciertamente no podemos quedarnos en este lugar por mucho tiempo…no podemos pasarnos la vida tiradas en la arena esperando el día en el que los tres soles caigan– bromeó con un falso tono de regañina hacia su perezosa amiga -Tienes razón en que algo se me ha venido a la cabeza, pero esa idea nos queda lejana aún. De momento podemos quedarnos un rato más aquí, al menos pasar la noche y conocer algo más de Riv Arneth ¿qué te parece?- le dijo esperando una reacción de alegría por su parte.
“¿Quién sabe cuándo volverán los problemas? Hay que disfrutar mientras se pueda” pensó con positivismo -Y para que respires “ branquialmente” en paz cuando salgamos de aquí: prometo procurar que el próximo lugar al que viajemos tenga un lugar donde poder bañarte, para que no te deshidrates. Sabiendo que íbamos a pasar tantos años juntas, me habría especializado en magia acuática, para que no falte un cubo de agua que tirarte a la cabeza- dijo burlándose con cariño mientras le salpicaba con los pies agua de la orilla, buscando juego para que terminase de despertar -¡Qué sería de mi si perdiese a mi varu por quedarse momificada y reseca!- añadió con dramatismo limpiándose lágrimas inexistentes mientras se colocaba tras ella para abalanzarse sobre su espalda, con la intención de empujarla al agua...
Invitado- Invitado
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