Nightmare{Pasado}

El sonido amargo de la arena anticipaba el dolor y la sangre que había probado mucho tiempo antes de que el joven hubiese llegado, teñida de la sangre de antiguos combatientes, marcada por un nefasto destino cubierto de sangre y horror, allí estaba ella, inmutable, lo único no perecedero que resistía al paso del tiempo, la arena, era lo único que no moría dentro de la arena: "ni el vencedor, ni el vencido salen igual que cuando entran, ambos...están muertos".Ladeó la cabeza mientras observaba al guardia, lo observó con detenimiento, pero no merecía descripción alguna, tan solo era un guardián de una tumba de arena, tan solo eso...un mero guardián hacia la muerte, no era más que una simple advertencia. Acomodó sus ropajes más allá de lo que le permitía la situación, lúgubre y oscura se aventuró lejos de casa, superando a aquel guardián fúnebre y dirigiéndose a la arena.No había arma ni armadura, coraza o escudo que le sirviera, no poseía ningún arma, no existía arma que le valiera, no...las armas eran por los asesinos, él...a diferencia del resto, no era tal cosa.

Existía una simple razón para que estuviese allí, postrado ante una hoguera maltrecha, perdido entre cientos de árboles del Bosque de Unicornios, "Destino", siempre y todo nuestro mundo gira entorno a ese dichoso símbolo de vida. Vida, muerte, para aquel joven existía una diferencia muy grabe entre ambos; pues la única razón para un combate, o por lo menos para la participación de Kylar en este debe ser un apuro, nunca utilizaba un don sin una razón, nunca....haría sufrir a alguien por placer, debes tener un objetivo, si no...tus motivos eran fácilmente repudiables..La simple idea de la discordia le repudiaba, una ilusión muy cierta de victoria, pero al igual que las ilusiones algún día desaparecerían de nuestra mente.

Volvió a disfrutar de una brisa árida que le congelaba los huesos y mucho más allá le congelaba los pulmones, haciéndole escupir a borbotones vaho frío casi congelado, con una dulce mirada que intentaba, más allá de lo posible, ocultar su intención inicial, la más clara de todas, no le gustaban las batallas. Sin embargo, su amigo le esperaba postrado seguramente en un trono de espadas. Cada paso para llegar hasta allí le sonó a batalla, cada paso le sonó a una decisión hacia el fin, a una superposición de hechos traumáticos, los oscuros ojos del Destino ya no eran divertidas muestras de alegría frívola tan solo añoranza de una batalla que necesitaba comenzar, sin embargo, él no daría prisas a algo tan absurdo. Observó la mirada de ella como un escáner sobre su cuerpo, se había dado cuenta de lo evidente, no portaba armas innecesarias, no llevaba armadura que no le protegiera y más aún, era tal y como parecía, desarmado.

El fuego de la hoguera le iluminaba su rostro, un rostro que portaba como máscara una máscara muy humana, más de lo que cualquiera hubiera llegado a vislumbrar. Y se quedó allí, postrado frente a la hoguera observándo el crepitar del fuego en una mirada larga, astuta, apoyado en un árbol y como espera...el destino.

Resultaría extraño para cualquier otra criatura, y quizá incluso para mi misma…
Tan solo era consciente de que “algo” tiraba de mi hacia algún lugar que ni tan siquiera yo lograba ubicar…
Sin duda se trataba de un sentimiento ilógico, pero demasiado intenso como para ignorarlo.
Y de esta forma mi cuerpo correteaba por el bosque, apenas sin descanso, pero disfrutando de toda la naturaleza que me rodeaba.
Grácil y rápida, esquivé unos cuantos árboles sin apenas esfuerzo, lo sentía mas cerca, pero… ¿de qué se trataba?
Mi cabeza bajó durante unos instantes al suelo, observando de esta forma mis patas. Tan blancas como la misma nieve que pronto invadiría Alis Lithban.

Amaba permanecer en mi forma de unicornio cuanto tiempo pudiera, me sentía libre, feliz. Simplemente aquel cuerpo era mi identidad real. Era un unicornio. Pero tan huidiza y desconfiada que nunca antes me había dejado ver. Hasta aquel día…
Me paré en seco sin ocasionar ningún sonido y, agazapada en sombras y árboles cercanos al muchacho que se encontraba ante una hoguera, lo observé con detenimiento.
Era tan curiosa la forma que su presencia me había atraído hacia el..
¿Le sucedería algo?
Situé mi cabeza junto al tronco del árbol mas cercano y lo contemplé con mas detenimiento.
Su interior era demasiado hermoso, de alguna forma, tenía luz propia. Una luz que acompañaba un gran pesar dada su postura.
Y lo entendí… aun sin conocer su historia, sin molestarme en conocerle mejor, di unos cuantos pasos hacia el. Fueron pasos lentos y silenciosos, pero estaba segura que no tardaría en verme…
Ni siquiera me pregunté porqué no me convertí en humana para acercarme a el, algo me decía que en aquellos momentos ese chico necesitaba algún atisbo de esperanza, o puede que tan solo evitar por unos segundos la furiosa batalla que se libraba en el fondo de su corazón.

Con elegancia y tranquilidad, me acerqué a el un poco mas.
Y sorprendida noté mi comodidad ante aquel joven, al que le estaba regalando la visión de mi aspecto como unicornio. Algo que nunca antes me había atrevido a mostrar.
Clavé mi mirada en la suya, disfrutando de la bondad que en ellos veía e incliné la cabeza como gesto de respeto y saludo hacia el.
A partir de aquel momento sería un semimago, pues no me acerqué mas a el. No me sentía preparada para otorgar el don de la magia al completo…
Y esperé cualquier reacción por parte del chico. Mientras, continuaba disfrutando de su mirada, de aquella fuerza que esperaba jamás se apagara en ellos.

Tambaleantes fueron sus pasos , astuta su mirada y respetuoso su gesto . No era un suceso poco meditado ,ni tampoco soñado , y sin embargo ahí estaba; ante lo impredecible e inesperado , las palabras se atragantaban en su garganta aún sin llegar a comprender los verdaderos paradigmas de la situación .Sus ojos se tambalearon entre las partes más angostas del bosque, se perideron entre bosques infinitos, una visión de magia surcó sus ojos, como si fuera un regalo no previsto su cuerpo se imbuyó de algo nuevo, una expiración extraña poco común. Siguió con la mirada a aquel ser, lo observó un largo segundo y guardó silencio tal y como si fuera un espejismo que aún sin sed aparecía para tentarle.

Y si tan solo fuera cierto , en un mínimo atenuante , el joven suspiraría como años atrás y lamentaría antiguas palabras , dudosas de la existencia de aquello que ahora mismo inundaba sus ojos . Parpadeó con perplejidad por tercera vez , aquel ser solo podía tratarse de la obra más perfecta de los dioses asta el momento ;sútil y hermosa , en contraste con la brutalidad casi repugnante de los creadores . Otro segundo pasó ante sus ojos, mientras su perplejidad iba en descenso, un recuerdo rápido cruzó su mente dormida, iluminada aún por las luces de la hoguera; un ténue alzar de mirada que tranquilizaría incluso a las fieras, un gesto tranquilo, lleno de natural intranquilidad rodeó al joven con nerviosismo.