Kesha, el paradigma de la excepción
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Kesha, el paradigma de la excepción
NOMBRE: Kesha
RAZA: Shek (pendiente de hibridación con humana)
EDAD: 28
SEXO: Mujer
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Siete metros de serpiente de escamas plateadas. Ojos tornasolados dotados del brillo de la inteligencia, cuatro colmillos cargados de veneno shek y un par de alas membranosas. Kesha además tiene la curiosa afición de adoptar la apariencia de una humana, y aunque no termina de sentirse a gusto como tal no deja de comprender que es realmente útil. Como falsa humana es una mujer madura de cabello negro, oscuro y ojos amarillentos. Se viste de blanco y negro, sólo ella sabe por qué.
FOTO: Pos una shek, o:
DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Kesha no es del tipo de serpiente que se vuelve loca por matar bichos de sangre caliente. Aunque como ser superior que se considera tiene la mala costumbre de infravalorar y despreciar a razas tales como la humana o la feérica, siente cierto respeto por los celestes, a los cuales admira francamente por su carácter jovial y servicial. Los yan le ponen nerviosa porque hablan muy rápido e, invariablemente, todos le odian. Con los gigantes comparte una relación de “yo te ignoro si tú me ignoras”, básicamente.
De todas formas, Kesha no es demasiado sociable, así que prefiere refugiarse en lugares solitarios para componer poesía o intentar dibujar con su apariencia humana. Adora la música y por consiguiente a los músicos, así como la lectura y el arte de la conversación (aunque suele hablar sola la mayor parte del tiempo, lo que le da un aire un tanto lunático). En conjunto Kesha es una shek bastante caótica, llegando a extremos tan dispares como que es capaz de relacionar su gusto por la cocina celeste con su amor casi fetichista por las guadañas, armas con las que se siente estrechamente relacionada.
En resumen, es una criatura ligeramente asocial, creativa, algo lunática, dispar y caótica, que rompe con tantas máximas que ha terminado por referirse a sí misma como “la berenjena”, alegando que es una excepción. Sí, tiene la lógica justa para no parecer una completa insensatez.
HABILIDADES: Como shek que es…
Mirada de Serpiente: puede hacer muchas cosas si es capaz de mantener el contacto visual con otra criatura. Desde conversar educadamente hasta asesinar a alguien con una inyección mental fulminante.
Recuperación Glacial: es una habilidad con la que puede regenerar su cuerpo cubriéndolo de escarcha. Necesita reposo.
Vuelo: Kesha ama los cielos, el viento y las nubes, por lo que ha perfeccionado sus técnicas de vuelo hasta poder afirmar que “vuelo mejor que un dragón. ¿Qué por qué? Porque no tengo patas…” La lógica de la afirmación sigue en paradero desconocido.
Inyección Ponzoñosa: Si se le pregunta por tal habilidad suele responder: “Sólo tengo cuatro dientes, pero como te los clave ya puedes empezar a rezar a tu dios, mortal” pero también puede insinuar que “¿Eres amigo de alguna herbolaria, pequeño?”
Estrujón: A Kesha no le gusta mucho el contacto físico para demostrar afecto, pero es propensa a sentir unas irrefrenables ganas de abrazar a la gente molesta…
Lazo Racial: como todos los sheks, puede detectar la presencia de los suyos si estos se hallan lo bastante cerca, e intercambiar información con ellos.
Otras: como humana tiene un dominio considerable con la guadaña.
DEFECTOS: Kesha es muy imprudente cuando quiere, y aunque se defiende del instinto como una gata panza arriba, no es capaz de pensar con claridad ante un dragón manifestado en su forma original que le esté mirando como un dragón manifestado en su forma original suele mirar a una shek con aires de lunática empedernida.
Otro defecto es ese mismo. Kesha no parece estar muy bien de la cabeza… Esto puede hacerle reaccionar de formas inesperadas que no siempre le convienen, y este defecto enlaza el tema de que aprecia tanto a su guadaña que a veces es capaz de ponerse ella en medio para que no le golpeen el arma.
AFICIONES: La lectura, el dibujo, la poesía y las guadañas, básicamente.
COSAS QUE ODIAS: “Los prejuicios contra mi raza, el instinto arcaicomuchomuyviejo que me impele a abrazar a los dragones, que me rallen la guadaña, que me interrumpan mientras hablo sola, que me pisen la sombra, que me miren raro, los amaneceres sin una triste nube coloreada de naranjas y amarillos… amh, claro, y, sobre todo, odio el dinero…”
PASADO: “Dice la leyenda que, antes incluso de nacer… ya me di el primer golpe”. Ciertamente, aunque la leyenda se la ha inventado ella y tiene de relato mítico lo que yo de princesita, la segunda parte del micro relato es verdad. Se dice que el huevo de Kesha se fue rodando accidentalmente y se dio un leve golpe contra la pared del nido (poca cosa, pero con tal de contar batallitas…). Desde entonces Kesha jura que su vida no volvió a ser igual. Nació la última, fue la que más rato se tomó en salir, la última que aprendió a volar, la última que aprendió a dominar los poderes mentales y la última en salir de Umadhun. Sí, la madre de Kesha se negó en redondo a acudir a Ashran, así que su familia prosperó al completo en la calma insondable de Umadhun. Luego, sin embargo, cuando pasó todo “el jaleo” sus hermanos y hermanas salieron disparados a conocer el mundo exterior.
Kesha tardó unos años más en hacer tal cosa. Más que nada porque Umadhun se quedó de un vacío la mar de inspirador. Pero al final se le acabaron las ideas y no le quedó otra que lanzarse a lo que ella creía una muerte la mar de idiota, mas la puerta de Umadhun tenía trampa y, si sus hermanos no se habían carbonizado, ella tampoco. Así que después de un “oh, pero cuánta luz” y un “oh, esferas llameantes colgadas del cielo, qué chulo…” Kesha empezó a viajar por Idhún con lo que se dice “ni idea” de navegación, escasa de vuelo y ninguna de adónde narices iba.
No tiene mucha más historia que esa, la pobre mujer. Ahora sigue explorando el mundo, con un dominio del vuelo envidiable, pero sigue sin tener ni idea de navegación ni de adónde va. Por el momento sólo sabe seguro que… quiere una guadaña.
RAZA: Shek (pendiente de hibridación con humana)
EDAD: 28
SEXO: Mujer
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Siete metros de serpiente de escamas plateadas. Ojos tornasolados dotados del brillo de la inteligencia, cuatro colmillos cargados de veneno shek y un par de alas membranosas. Kesha además tiene la curiosa afición de adoptar la apariencia de una humana, y aunque no termina de sentirse a gusto como tal no deja de comprender que es realmente útil. Como falsa humana es una mujer madura de cabello negro, oscuro y ojos amarillentos. Se viste de blanco y negro, sólo ella sabe por qué.
FOTO: Pos una shek, o:
DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Kesha no es del tipo de serpiente que se vuelve loca por matar bichos de sangre caliente. Aunque como ser superior que se considera tiene la mala costumbre de infravalorar y despreciar a razas tales como la humana o la feérica, siente cierto respeto por los celestes, a los cuales admira francamente por su carácter jovial y servicial. Los yan le ponen nerviosa porque hablan muy rápido e, invariablemente, todos le odian. Con los gigantes comparte una relación de “yo te ignoro si tú me ignoras”, básicamente.
De todas formas, Kesha no es demasiado sociable, así que prefiere refugiarse en lugares solitarios para componer poesía o intentar dibujar con su apariencia humana. Adora la música y por consiguiente a los músicos, así como la lectura y el arte de la conversación (aunque suele hablar sola la mayor parte del tiempo, lo que le da un aire un tanto lunático). En conjunto Kesha es una shek bastante caótica, llegando a extremos tan dispares como que es capaz de relacionar su gusto por la cocina celeste con su amor casi fetichista por las guadañas, armas con las que se siente estrechamente relacionada.
En resumen, es una criatura ligeramente asocial, creativa, algo lunática, dispar y caótica, que rompe con tantas máximas que ha terminado por referirse a sí misma como “la berenjena”, alegando que es una excepción. Sí, tiene la lógica justa para no parecer una completa insensatez.
HABILIDADES: Como shek que es…
Mirada de Serpiente: puede hacer muchas cosas si es capaz de mantener el contacto visual con otra criatura. Desde conversar educadamente hasta asesinar a alguien con una inyección mental fulminante.
Recuperación Glacial: es una habilidad con la que puede regenerar su cuerpo cubriéndolo de escarcha. Necesita reposo.
Vuelo: Kesha ama los cielos, el viento y las nubes, por lo que ha perfeccionado sus técnicas de vuelo hasta poder afirmar que “vuelo mejor que un dragón. ¿Qué por qué? Porque no tengo patas…” La lógica de la afirmación sigue en paradero desconocido.
Inyección Ponzoñosa: Si se le pregunta por tal habilidad suele responder: “Sólo tengo cuatro dientes, pero como te los clave ya puedes empezar a rezar a tu dios, mortal” pero también puede insinuar que “¿Eres amigo de alguna herbolaria, pequeño?”
Estrujón: A Kesha no le gusta mucho el contacto físico para demostrar afecto, pero es propensa a sentir unas irrefrenables ganas de abrazar a la gente molesta…
Lazo Racial: como todos los sheks, puede detectar la presencia de los suyos si estos se hallan lo bastante cerca, e intercambiar información con ellos.
Otras: como humana tiene un dominio considerable con la guadaña.
DEFECTOS: Kesha es muy imprudente cuando quiere, y aunque se defiende del instinto como una gata panza arriba, no es capaz de pensar con claridad ante un dragón manifestado en su forma original que le esté mirando como un dragón manifestado en su forma original suele mirar a una shek con aires de lunática empedernida.
Otro defecto es ese mismo. Kesha no parece estar muy bien de la cabeza… Esto puede hacerle reaccionar de formas inesperadas que no siempre le convienen, y este defecto enlaza el tema de que aprecia tanto a su guadaña que a veces es capaz de ponerse ella en medio para que no le golpeen el arma.
AFICIONES: La lectura, el dibujo, la poesía y las guadañas, básicamente.
COSAS QUE ODIAS: “Los prejuicios contra mi raza, el instinto arcaicomuchomuyviejo que me impele a abrazar a los dragones, que me rallen la guadaña, que me interrumpan mientras hablo sola, que me pisen la sombra, que me miren raro, los amaneceres sin una triste nube coloreada de naranjas y amarillos… amh, claro, y, sobre todo, odio el dinero…”
PASADO: “Dice la leyenda que, antes incluso de nacer… ya me di el primer golpe”. Ciertamente, aunque la leyenda se la ha inventado ella y tiene de relato mítico lo que yo de princesita, la segunda parte del micro relato es verdad. Se dice que el huevo de Kesha se fue rodando accidentalmente y se dio un leve golpe contra la pared del nido (poca cosa, pero con tal de contar batallitas…). Desde entonces Kesha jura que su vida no volvió a ser igual. Nació la última, fue la que más rato se tomó en salir, la última que aprendió a volar, la última que aprendió a dominar los poderes mentales y la última en salir de Umadhun. Sí, la madre de Kesha se negó en redondo a acudir a Ashran, así que su familia prosperó al completo en la calma insondable de Umadhun. Luego, sin embargo, cuando pasó todo “el jaleo” sus hermanos y hermanas salieron disparados a conocer el mundo exterior.
Kesha tardó unos años más en hacer tal cosa. Más que nada porque Umadhun se quedó de un vacío la mar de inspirador. Pero al final se le acabaron las ideas y no le quedó otra que lanzarse a lo que ella creía una muerte la mar de idiota, mas la puerta de Umadhun tenía trampa y, si sus hermanos no se habían carbonizado, ella tampoco. Así que después de un “oh, pero cuánta luz” y un “oh, esferas llameantes colgadas del cielo, qué chulo…” Kesha empezó a viajar por Idhún con lo que se dice “ni idea” de navegación, escasa de vuelo y ninguna de adónde narices iba.
No tiene mucha más historia que esa, la pobre mujer. Ahora sigue explorando el mundo, con un dominio del vuelo envidiable, pero sigue sin tener ni idea de navegación ni de adónde va. Por el momento sólo sabe seguro que… quiere una guadaña.
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