Aurios un Maestro más
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Aurios un Maestro más
Nombre: Kaji
Raza: Humano
Edad: 21
Sexo: Varón
Descripción Física: Kaji es un hombre alto, aproximadamente 1,85 metros de altura. La tez e su piel es más bien pálida, de cabellos negros como el azabache, los cuales le cubren el ojo izquierdo, por el cual no puede ver. El otro ojo, debido a ciertos sucesos, adquirió una tonalidad rojiza, lo que a veces se le puede confundir con un mestizo de Yan, ya que esta raza suelen tener los ojos de ese color. Es de agradables facciones, piel tersa y un cuerpo bien entrenado en las artes del combate a lo largo de los años y la experiencia personal. Suele vestir con ropas más bien cómodas, aunque no le importa ni molesta en absoluto portar una buena armadura, ya que está entrenado para llevarlas.
Descripción Psicológica: Kaji es callado, tímido reservado. Siempre actúa de tal modo que es difícil discernir sus intenciones o no suelen ser lo que parecen. No es malvado ni mucho menos, pero prefiere seguir sus propias leyes y normas que seguir un sistema que solo causa más dolor. Es más bien desconfiado, hasta tal punto que a veces no confía en si mismo. Aunque cuando se le tiene de aliado demuestra una gran capacidad de compañerismo y de sacrificio por los demás. No es muy hablador
Habilidades de Kaji:
Estilo de Espada Kenryu [Dragón Espada]: Es un estilo de combate personal que Kaji ideó a lo largo de los tiempos. Es un estilo versátil que se basa en el manejo de la empuñadura del arma y del entrenamiento de las manos para encontrar un perfecto equilibrio en el uso de ambas manos. A la hora de luchar se mueve constantemente la empuñadura, permitiendo un ataque y defensa desde varios ángulos donde normalmente no sería posible golpear con una precisión digna de abalanzas.
Estilo de Espada Hooten [Fénix Celeste]: Es un segundo estilo de combate que Kaji creó para complementar el versátil estilo del dragón espada. Dado que considera la defensa prioritaria al ataque, desarolló este estilo como mecanimso defensivo, con el cual se sigue los principios del dragón espada pero se usa para la defensa. Se maneja de manera rápida y sutil la empuñadura para lograr una defensa desde varios ángulos, siendo muy difícil encontrar un punto ciego por el que atacar.
Facilidad para la Magia [Inconsciente]: Kaji, debido a ciertos sucesos que hubo en su vida, es extrañamente sensible a la magia y de un modo inconsciente tiene una facilidad natural para manejarla aunque no sea mago. De un modo relativo a sus emociones este "poder" se manifiesta en mayor o menor grado, permitiéndole realizar pequeños "hechizos" por llamarlos así que normalmente acaban por descontrolarse. El uso de esta habilidad será puramente decidido por la administración ya que el personaje no tiene control alguno sobre esto. Se deberá notificar mediante MP que el jugador puede usar ciertos efectos, un link del tema y durante cuantos turnos.
Defectos:
- Debido a su personalidad desconfiada, Kaji es algo más "torpe" por llamarlo de alguna manera a la hora de trabajar en equipo o idear planes en grupo, pues tiene preferencia por ir solitario.
- Le tiene un profundo miedo a los Shek, aunque mantiene ese miedo encerrado, pero se muestra dubitativo y/o miedoso a la hora de luchar frente a frente con un Shek.
Aficiones: Kaji tiene gusto para entrenar sus estilos de espada, siempre con ámbito de mejorar y de hacerse más fuerte. Le gusta leer, caminar, observar la luna y las estrellas y estar a solas consigo mismo.
Cosas que odia: El perfeccionismo, la busqueda del físico perfecto, las tiranías, la opresión, los actos innobles o carentes de honor
Pasado:
Kaji era hijo de un soldado veterano de Shia. Su familia era humilde, aunque su padre no tardó en tomar a su hijo alejándolo del cariño de su madre, para convertirlo en un guerrero como según él "dios mandaba". Secuestró a Kaji cuando éste era sólo un bebé y se lo llevó a las montañas. Su madre por desgracia, murió pocos días después a causa de la enorme depresión y desesperación que le había causado el padre, arrebatándole a su retoño de sus garras. Su padre, de un modo cruel y despiadado mintió a su hijo sobre su madre, dibujándola como una arpía malvada a la que según explicaba su padre "tuve que matar para evitar que sus mentiras alcanzasen tu joven mente". Kaji, inocente como era en su niñez, le creyó y confió ciegamente en su padre, así que entrenó con él el dominio de la espada.
Pasó varios años pasando por duros entrenamientos que poco tenían que ver con el entrenamiento de la espada, pero el padre de Kaji insistía en que esos entrenamientos inhumanos, como era dejarlo solo en la montaña y que se las arreglase para sobrevivir durante una semana, obligarlo a pescar bajo el agua con piedras atadas a las manos entre otros, servirían. Y la verdad sirvieron, le hicieron más fuerte. Aunque él deseaba con todas las ansias del mundo entrenar con la espada y como el creía hacer igual que su padre, erradicar al mal con un corte fino y puro.
No pasó mucho tiempo que Kaji a la edad de 14 años venció en un duelo justo y limpio a su padre. Éste, ya un poco viejo, le dijo simplemente "buen trabajo" y se encerró en su casa. Kaji siguió practicando unas horas más con la espada, ilusionado porque había ganado a su padre, feliz de saber que todos aquellos duros entrenamientos realmente tenían alguna utilidad. Sonrió de un modo inocente y se dirigió a la cabaña de su padre, para entrar a descansar. Cuando entró, su padre estaba blandiendo una espada en mano y se lanzó colérico sobre su hijo. Kaji bloqueó la primera estocada fácilmente, pero no comprendía porque su padre le ataca así. Los ataques se repetían y Kaji, siendo incapaz de herir a su padre se limitaba a defenderse. Acabaron fuera de la cabaña, donde el padre del chico furioso y con voz turbia lo atacaba sin cesar. Kaji sabía bien que si se alargaba mucho perdería posibilidades de hacer entrar en razón a su padre, pero no quería herirlo.
El combate prosiguió durante varios minutos más, donde Kaji ya empezaba a cansarse. El sudor recorría su cuerpo, mientras aprovechaba los pocos momentos que le daba su padre para recuperar el aliento, y nuevamente éste volvía a la carga. Lo que le extrañaba era porqué su padre no se cansaba cuando era él quien atacaba. No conseguía dar con una explicación lógica a esa pregunta. Sin embargo no pudo percatarse de cómo su padre junto a una pequeña convulsión apenas perceptible le tiró "algo" que le dió en el rostro, concretamente en sus ojos, dejándolo ciego durante unos instantes. Los ojos le ardían, era incapaz de ver, pero sus entrenamientos le habían enseñado a usar sus otros sentidos. Pudo seguir bloqueando y evadiendo, aunque con cierta dificultad, los ayaques de su padre, hasta que unos segundos más tarde empezó a recuperar la visión. Sin embargo los ojos le seguían ardiendo, pero poco a poco conseguía ver.
El que era su padre de repente tomó una nueva forma, mucho más grande. Dos enormes alas membranosas se desplegaban abiertas, realzadas por la luz de luna que bañaba el cielo. Un quejido reptiliano acompañado de un leve siseo surgieron de la enorme bestia que había enfrente de él. Kaji no pudo evitar tener miedo. Sus manos empezaron a temblar, al igual que su decisión. Aquello no era su padre, no podía serlo. Corrió hacia donde había dejado el enorme reptil la espada que empuñaba con forma humana y la blandió junto a la suya propia mientras entraba en la cabaña, donde pudo comprobar que ahí estaba el cadáver de su padre, escondido. Lágrimas empezaron a caer de los ojos del chico. No pudo evitar sonsacar un grito de rabia y desesperación que se perdió en los ecos interminables del dolor. Salió de la cabaña, con ambas espadas en mano, donde la enorme bestia lo esperaba, segura de obtener su bocado.
Kaji se abalanzó frenético hacia la bestia, atacando de un modo totalmente aleartorio mientras la besta simplemente aguantaba los golpes que apenas le causaban daño. De un coletazo embistió al chico, tirándolo varios metros más allá, donde caería rodando. Kaji intentó levantarse temblando, no de miedo, sino del dolor de los huesos rotos. Probablemente ya tenía una costilla rota y algún otro hueso fracturado. Intentó levantarse mientras esputaba sangre, apoyándose sobre sus armas pero no lo logró. Cayó al suelo, resintiéndose de las heridas, mientras intentaba alzar la espada contra la serpiente, que poco a poco se cernía sobre él, para devorarlo. De repente desde los bosques cercanos una luz plateada empezó a bañar el ambiente, un fuerte fogonazo que hizo lamnetarse al Shek mientras éste emitía un quejido de reptil, alejándose. Kaji apenas podía ver nada, aunque si discernió poder ver antes de caer inconsciente lo que parecía ser... No podía creerlo. La bestia Shek se alejódel lugar, dejando al malherido con el unicornio. Éste se acercó prudencialmente, pues debía tener cuidado. Se acercó y bañó de una luz blanquecina el cuerpo del chico, quien poco a poco empezaba a restaurar sus heridas y huesos rotos. Cuando recuperó la consciencia el unicornio seguía ahí. Apenas le dió tiempo al chico de darle las gracias que éste desapareció en un fogonazo de luz, abandonando el lugar.
Cuando despertó del todo, pudo recordar lo que había pasado la noche anterior. El combate contra un impostor que blandia la espada de su padre, la enorme serpiente, el unicornio... Ahora ya no tenía motivo para seguir ahí en esa cabaña en solitario. Entró, cogió provisiones y se armó y partió. El primer paso sería superar a su ya difunto padre, llegando a donde él no había... Caballero. Y luego? quien sabía, lo que el destino le deparase. Pocos días después de emprender la mrcha por alguna extraña razón empezó a perder visibilidad en su ojo izquierdo, quedándo éste incapacitado. Kaji se lamentó por ello y se alegró al mismo tiempo, pues sería una manera de recordar su pasado. Se dirigió a Shia, donde buscó sobre su madre y no tardó demasiado en averiguar la verdad. En ese momento se lamentó , pero ya no había nada que se pudiese hacer. Fué al cementerio local y dejó un ramillete de flores a su madre, dándole el último adiós. Ahora era su turno de decidir lo que haría con su vida...
Raza: Humano
Edad: 21
Sexo: Varón
Descripción Física: Kaji es un hombre alto, aproximadamente 1,85 metros de altura. La tez e su piel es más bien pálida, de cabellos negros como el azabache, los cuales le cubren el ojo izquierdo, por el cual no puede ver. El otro ojo, debido a ciertos sucesos, adquirió una tonalidad rojiza, lo que a veces se le puede confundir con un mestizo de Yan, ya que esta raza suelen tener los ojos de ese color. Es de agradables facciones, piel tersa y un cuerpo bien entrenado en las artes del combate a lo largo de los años y la experiencia personal. Suele vestir con ropas más bien cómodas, aunque no le importa ni molesta en absoluto portar una buena armadura, ya que está entrenado para llevarlas.
Descripción Psicológica: Kaji es callado, tímido reservado. Siempre actúa de tal modo que es difícil discernir sus intenciones o no suelen ser lo que parecen. No es malvado ni mucho menos, pero prefiere seguir sus propias leyes y normas que seguir un sistema que solo causa más dolor. Es más bien desconfiado, hasta tal punto que a veces no confía en si mismo. Aunque cuando se le tiene de aliado demuestra una gran capacidad de compañerismo y de sacrificio por los demás. No es muy hablador
Habilidades de Kaji:
Estilo de Espada Kenryu [Dragón Espada]: Es un estilo de combate personal que Kaji ideó a lo largo de los tiempos. Es un estilo versátil que se basa en el manejo de la empuñadura del arma y del entrenamiento de las manos para encontrar un perfecto equilibrio en el uso de ambas manos. A la hora de luchar se mueve constantemente la empuñadura, permitiendo un ataque y defensa desde varios ángulos donde normalmente no sería posible golpear con una precisión digna de abalanzas.
Estilo de Espada Hooten [Fénix Celeste]: Es un segundo estilo de combate que Kaji creó para complementar el versátil estilo del dragón espada. Dado que considera la defensa prioritaria al ataque, desarolló este estilo como mecanimso defensivo, con el cual se sigue los principios del dragón espada pero se usa para la defensa. Se maneja de manera rápida y sutil la empuñadura para lograr una defensa desde varios ángulos, siendo muy difícil encontrar un punto ciego por el que atacar.
Facilidad para la Magia [Inconsciente]: Kaji, debido a ciertos sucesos que hubo en su vida, es extrañamente sensible a la magia y de un modo inconsciente tiene una facilidad natural para manejarla aunque no sea mago. De un modo relativo a sus emociones este "poder" se manifiesta en mayor o menor grado, permitiéndole realizar pequeños "hechizos" por llamarlos así que normalmente acaban por descontrolarse. El uso de esta habilidad será puramente decidido por la administración ya que el personaje no tiene control alguno sobre esto. Se deberá notificar mediante MP que el jugador puede usar ciertos efectos, un link del tema y durante cuantos turnos.
Defectos:
- Debido a su personalidad desconfiada, Kaji es algo más "torpe" por llamarlo de alguna manera a la hora de trabajar en equipo o idear planes en grupo, pues tiene preferencia por ir solitario.
- Le tiene un profundo miedo a los Shek, aunque mantiene ese miedo encerrado, pero se muestra dubitativo y/o miedoso a la hora de luchar frente a frente con un Shek.
Aficiones: Kaji tiene gusto para entrenar sus estilos de espada, siempre con ámbito de mejorar y de hacerse más fuerte. Le gusta leer, caminar, observar la luna y las estrellas y estar a solas consigo mismo.
Cosas que odia: El perfeccionismo, la busqueda del físico perfecto, las tiranías, la opresión, los actos innobles o carentes de honor
Pasado:
Kaji era hijo de un soldado veterano de Shia. Su familia era humilde, aunque su padre no tardó en tomar a su hijo alejándolo del cariño de su madre, para convertirlo en un guerrero como según él "dios mandaba". Secuestró a Kaji cuando éste era sólo un bebé y se lo llevó a las montañas. Su madre por desgracia, murió pocos días después a causa de la enorme depresión y desesperación que le había causado el padre, arrebatándole a su retoño de sus garras. Su padre, de un modo cruel y despiadado mintió a su hijo sobre su madre, dibujándola como una arpía malvada a la que según explicaba su padre "tuve que matar para evitar que sus mentiras alcanzasen tu joven mente". Kaji, inocente como era en su niñez, le creyó y confió ciegamente en su padre, así que entrenó con él el dominio de la espada.
Pasó varios años pasando por duros entrenamientos que poco tenían que ver con el entrenamiento de la espada, pero el padre de Kaji insistía en que esos entrenamientos inhumanos, como era dejarlo solo en la montaña y que se las arreglase para sobrevivir durante una semana, obligarlo a pescar bajo el agua con piedras atadas a las manos entre otros, servirían. Y la verdad sirvieron, le hicieron más fuerte. Aunque él deseaba con todas las ansias del mundo entrenar con la espada y como el creía hacer igual que su padre, erradicar al mal con un corte fino y puro.
No pasó mucho tiempo que Kaji a la edad de 14 años venció en un duelo justo y limpio a su padre. Éste, ya un poco viejo, le dijo simplemente "buen trabajo" y se encerró en su casa. Kaji siguió practicando unas horas más con la espada, ilusionado porque había ganado a su padre, feliz de saber que todos aquellos duros entrenamientos realmente tenían alguna utilidad. Sonrió de un modo inocente y se dirigió a la cabaña de su padre, para entrar a descansar. Cuando entró, su padre estaba blandiendo una espada en mano y se lanzó colérico sobre su hijo. Kaji bloqueó la primera estocada fácilmente, pero no comprendía porque su padre le ataca así. Los ataques se repetían y Kaji, siendo incapaz de herir a su padre se limitaba a defenderse. Acabaron fuera de la cabaña, donde el padre del chico furioso y con voz turbia lo atacaba sin cesar. Kaji sabía bien que si se alargaba mucho perdería posibilidades de hacer entrar en razón a su padre, pero no quería herirlo.
El combate prosiguió durante varios minutos más, donde Kaji ya empezaba a cansarse. El sudor recorría su cuerpo, mientras aprovechaba los pocos momentos que le daba su padre para recuperar el aliento, y nuevamente éste volvía a la carga. Lo que le extrañaba era porqué su padre no se cansaba cuando era él quien atacaba. No conseguía dar con una explicación lógica a esa pregunta. Sin embargo no pudo percatarse de cómo su padre junto a una pequeña convulsión apenas perceptible le tiró "algo" que le dió en el rostro, concretamente en sus ojos, dejándolo ciego durante unos instantes. Los ojos le ardían, era incapaz de ver, pero sus entrenamientos le habían enseñado a usar sus otros sentidos. Pudo seguir bloqueando y evadiendo, aunque con cierta dificultad, los ayaques de su padre, hasta que unos segundos más tarde empezó a recuperar la visión. Sin embargo los ojos le seguían ardiendo, pero poco a poco conseguía ver.
El que era su padre de repente tomó una nueva forma, mucho más grande. Dos enormes alas membranosas se desplegaban abiertas, realzadas por la luz de luna que bañaba el cielo. Un quejido reptiliano acompañado de un leve siseo surgieron de la enorme bestia que había enfrente de él. Kaji no pudo evitar tener miedo. Sus manos empezaron a temblar, al igual que su decisión. Aquello no era su padre, no podía serlo. Corrió hacia donde había dejado el enorme reptil la espada que empuñaba con forma humana y la blandió junto a la suya propia mientras entraba en la cabaña, donde pudo comprobar que ahí estaba el cadáver de su padre, escondido. Lágrimas empezaron a caer de los ojos del chico. No pudo evitar sonsacar un grito de rabia y desesperación que se perdió en los ecos interminables del dolor. Salió de la cabaña, con ambas espadas en mano, donde la enorme bestia lo esperaba, segura de obtener su bocado.
Kaji se abalanzó frenético hacia la bestia, atacando de un modo totalmente aleartorio mientras la besta simplemente aguantaba los golpes que apenas le causaban daño. De un coletazo embistió al chico, tirándolo varios metros más allá, donde caería rodando. Kaji intentó levantarse temblando, no de miedo, sino del dolor de los huesos rotos. Probablemente ya tenía una costilla rota y algún otro hueso fracturado. Intentó levantarse mientras esputaba sangre, apoyándose sobre sus armas pero no lo logró. Cayó al suelo, resintiéndose de las heridas, mientras intentaba alzar la espada contra la serpiente, que poco a poco se cernía sobre él, para devorarlo. De repente desde los bosques cercanos una luz plateada empezó a bañar el ambiente, un fuerte fogonazo que hizo lamnetarse al Shek mientras éste emitía un quejido de reptil, alejándose. Kaji apenas podía ver nada, aunque si discernió poder ver antes de caer inconsciente lo que parecía ser... No podía creerlo. La bestia Shek se alejódel lugar, dejando al malherido con el unicornio. Éste se acercó prudencialmente, pues debía tener cuidado. Se acercó y bañó de una luz blanquecina el cuerpo del chico, quien poco a poco empezaba a restaurar sus heridas y huesos rotos. Cuando recuperó la consciencia el unicornio seguía ahí. Apenas le dió tiempo al chico de darle las gracias que éste desapareció en un fogonazo de luz, abandonando el lugar.
Cuando despertó del todo, pudo recordar lo que había pasado la noche anterior. El combate contra un impostor que blandia la espada de su padre, la enorme serpiente, el unicornio... Ahora ya no tenía motivo para seguir ahí en esa cabaña en solitario. Entró, cogió provisiones y se armó y partió. El primer paso sería superar a su ya difunto padre, llegando a donde él no había... Caballero. Y luego? quien sabía, lo que el destino le deparase. Pocos días después de emprender la mrcha por alguna extraña razón empezó a perder visibilidad en su ojo izquierdo, quedándo éste incapacitado. Kaji se lamentó por ello y se alegró al mismo tiempo, pues sería una manera de recordar su pasado. Se dirigió a Shia, donde buscó sobre su madre y no tardó demasiado en averiguar la verdad. En ese momento se lamentó , pero ya no había nada que se pudiese hacer. Fué al cementerio local y dejó un ramillete de flores a su madre, dándole el último adiós. Ahora era su turno de decidir lo que haría con su vida...
Última edición por Aurios el Sáb Abr 02, 2011 2:54 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Aurios un Maestro más
Lo siento mucho, pero no puedo aprobar esta ficha. Te explico los motivos:
- Los estilos de lucha me parecen bien, pero antes deberías pasar la prueba a caballero de Nurgon. Si te planteas ser mago no puedes tener tales habilidades con la esgrima, ya que no se puede ser caballero y mago a la vez.
- La magia en Idhún no se obtiene de otra manera que viendo o recibiendo la magia de un unicornio en Alis Lithban. Por lo tanto tu personaje no puede tener mas habilidades innatas con la magia que las que le otorgue su raza (Los humanos no tienen habilidades innatas)
- Debes completar el pasado (Una vez en el tema principal no se puede editar)
Esto es todo, no te preocupes y tómate tu tiempo para editar la ficha. Puedes presentarte a caballero antes de empezar el rol. Además yo de ti pensaría algún otro defecto, ya que si mantienes esas habilidades algún defecto mas ayuda a compensar. No tiene que ser una gran tara, un defecto corriente equilibraría un poco la balanza (;
Avísame cuando la tengas lista
- Los estilos de lucha me parecen bien, pero antes deberías pasar la prueba a caballero de Nurgon. Si te planteas ser mago no puedes tener tales habilidades con la esgrima, ya que no se puede ser caballero y mago a la vez.
- La magia en Idhún no se obtiene de otra manera que viendo o recibiendo la magia de un unicornio en Alis Lithban. Por lo tanto tu personaje no puede tener mas habilidades innatas con la magia que las que le otorgue su raza (Los humanos no tienen habilidades innatas)
- Debes completar el pasado (Una vez en el tema principal no se puede editar)
Esto es todo, no te preocupes y tómate tu tiempo para editar la ficha. Puedes presentarte a caballero antes de empezar el rol. Además yo de ti pensaría algún otro defecto, ya que si mantienes esas habilidades algún defecto mas ayuda a compensar. No tiene que ser una gran tara, un defecto corriente equilibraría un poco la balanza (;
Avísame cuando la tengas lista
Sagan- Oráculo de Neliam
- Mensajes : 1590
Puntos : 1515
Fecha de inscripción : 01/03/2010
Edad : 31
Localización : Derbhad
Datos
Su personaje es: Sagan Limkaz, Humano semi-mestizo feerico, Archimago (Agua)
Trabaja de: Maestro en la Torre de Kazlunn
Pertenece a: La UVI-fundador, OPNI nº6
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