Viaje {Alsan y Rannell}

Estaba anocheciendo cuando me dirigía a mi casa, así que decidí aterrizar, no estaba muy lejos, pero prefería llegar a casa por la mañana, con mas tranquilidad.

Encontré un pequeño oasis (muy pequeño) y aterrice en su orilla, me transforme en humana y bebí un poco de agua, acto seguido encendí un pequeño fuego y saque algo de comer de mi bolsa.

Tras cenar me tumbe junto a la pequeña hoguera, dispuesta a dormir un rato, aunque me costaría conciliar el sueño, llevaba un tiempo viajando por mi cuenta desde que me separe de Sagan y los demás, sin duda, viajar asolas era distinto.

Puse rumbo al sur, dejando atrás a mis nuevos amigos. La idea me vino de pronto: debía llevar la noticia por todo Awinor, donde las novedades no transcurrían como en el resto de Idhun. Mientras tanto, entré en Awinor y, en concreto ese día, me alcanzó la noche cuando veía un pequeño oasis.


Bajé hasta aterrizar cerca del oasis, a unos cuantos metros, y caminar torpemente por la arena hasta llegar al agua. Tenía muchísima sed, pero había una persona allí. Una chica humana, intentando conciliar el sueño estaba tumbada en la orilla.

Me acerqué con cuidado a ella y la saludé en un susurro. ¿Como reaccionaría?

Escuche los pasos de alguien que se acercaba, cuando estuvo cerca me volví a mirarle, un humano me saludo susurrando, me incorpore, sentándome, el sueño no llegaba, así que no me haría mal hablar con alguien.

-Hola-Salude, le mire a los ojos, un dragón, sonreí-me llamo Alsan Kazdrak.-Me presente, levantándome y extendiendo la mano.

Sin duda, aquella noche iba a ser interesante.

La chica se levantó al oírme, no estaba dormida ni parecía dar muestras de tener sueño. Me saludó amablemente y se presentó. Como se esperaba, le di la mano y me presenté yo también. -Soy Rannell, Rannell Targaryen

Sin duda alguna, ella era también una dragona. Cuando terminó el saludo, me senté en el suelo frente a ella esperando una conversación cotidiana.

-¿Qué hacéis por aquí en una noche como esta? Tenéis una casa por aquí cerca?

Me senté junto a Rannell, y pensé en su pregunta.

-Si tengo una casa cerca, de hecho me dirigía allí a descansar y recoger un par de cosas-Empece- La verdad es que podría haber llegado hoy a casa, pero estaba agotada, así que decidí descansar un poco.-Explique -¿Y tu?¿Vives por aquí?-Pregunte, mirando el poco fuego que quedaba en la hoguera.


La verdad era esa, estaba yendo a casa a buscar mi espada de fuego, Hovor, y salir de viaje de nuevo, quería encontrar a mis amigos, hacia tiempo que no les veía y les echaba de menos

Ella se sentó conmigo y me respondió de forma directa. Si que tenía una casa cerca de aquí, de hecho se quedó en el oasis para descansar. -¿Yo? bueno... soy de Awinor, pero del Oeste. Hace tiempo que me fui de casa para vivir... aventuras fuera, y he vuelto para llevar unas noticias.

Y esa era justamente la verdad: tenía que contar por todo Awinor lo sucedido en el valle de Celestia, cualquier detalle sobre la Guerra de los Dioses era importante para mi gente.

Le mire ¿unas noticias?, lo cierto es que últimamente no me informaba demasiado, solo viajaba buscando, así que no sabia que ocurría por Idhún, la verdad tampoco me interesaba mucho mas de lo poco que me informaba. Tambien dijo algo de su hogar.

-¿Eres del Oeste?-pregunte-No he estado mucho en esa zona, la verdad es que cuando era pequeña me escape de casa, así que no conozco mucho Awinor ni a los dragones que viven aquí.-Comente.

Hacia mucho que no venia aquí, habia viajado por tantos lugares, que no se me habia ocurrido volver a casa, hasta que necesite una, luego tampoco venia mucho, me interesaba mas vivir con mis amigos, aunque fuera una empresa peligrosa.

-Si, soy del Oeste. No hace mucho tiempo que me fui, aunque ahora me parezca una eternidad. Me marché la noche de la conjunción astral... la actual, no la antigua. Si no conoces a mucha gente por aquí, esta misión se cumplirá sola muy pronto... ¿has oído hablar de la guerra de los Dioses? -realmente lo que había vivido en Celestia era algo que debía divulgar yo mismo. Los Reinos habían desaparecido, y todo lo que significaba eso.

-No, no he oído nada, digamos que he estado... -busque la palabra adecuada-algo ocupada, como para informarme-dije mirando al cielo- La verdad, cuando me fui de casa no esperaba encontrarme lo que encontré - mire las lunas en el cielo, cada vez mas cerca de su cenit, ese momento me traía recuerdos, la gran mayoría malos, pero también muchos buenos.- Irme fue lo mejor que hice, jamas acabe de encajar en mi familia de todas formas.-Comente tumbandome y cerrando los ojos, pensativa.

Esa era mi realidad, mi padre no aceptaba mi forma de ser y jamas conocí a mi madre, quien sabe, tal vez solo era cuestión de tiempo que me fuera, y en mi opinión cuanto antes mejor.

-Bueno, lo más probable es que poca gente se haya enterado. Sé que el contacto entre Awinor y el exterior suele ser lento, por eso vine... para agilizar un poco estas novedades. -mencioné sonriente a Alsan.

Alcé la cabeza para ver las lunas unos momentos. -Eso suele pasar... -digo simplemente "yo mismo soy un ejemplo" pienso mientras me acomodo en el suelo y me tumbo cerca de ella.

Me volví hacia Rannell y sonreí.

-Me alegra saber que no soy la única dragona con problemas familiares- dije tumbandome junto a el y mirando al cielo, despejado y con las lunas perfectamente visibles.-Aun así por alguna razón, siempre acabo pensando en el poco tiempo que estuve aquí, supongo que es por instinto, al fin y al cabo aquí nací.-Comenté como quien no quiere la cosa.-Dices que te fuiste hace poco, ¿es por las noticias que traes que te fuiste o por que sentías que debías irte?- pregunté casi sin pensar. En cuanto me di cuenta me volví hacia el, no sabia su relación con su familia, así que tal vez no era una buena pregunta.

Asentí a las palabras de Alsan y después me quedé pensativo a suregunta, a la que respondí sin ningún problema: -Cuando vi la conjunción en el cielo, me fui. Fue algo similar al instinto... y luego me encontré formando un papel en un aventura. No sabría decirte si tienen relación o fue casualidad.

Me di la vuelta para quedar mirando hacia ella y seguí hablando. -Me fue difícil adaptarme a la gente, y aún sigo sin estar seguro en forma humana. -seguí observándola unos momentos. Sin duda llevaba más tiempo hibridada que yo.
-¿Y que hay de ti?

Mire al cielo tras escuchar su respuesta y pensó en la pregunta.

-Yo nací la ultima de mi camada... eramos siete... y digamos que a mi padre no le entusiasmaba demasiado tenerme cerca-suspire- me entreno junto al resto de mis hermanos, pero me fui, sabia que el no aguantaba tenerme cerca- explique- casi sin pensarlo llegue a Drackwen, me hibride para pasar desapercibida en los reinos humanos y el resto de Idhún, aprendí a usar la espada en Nurgon y empece a viajar por el mundo, conocí mucha gente...-mi voz se apago en ese momento, quería volver a verles, saber si estaban bien.- Con el tiempo, te acostumbras a estar en la otra forma, pero no quita que sea mas cómodo estar en tu forma original-Terminé.

Unas lagrimas asomaron, pero rápidamente me deshice de ellas, sin duda debía encontrar a los demás, tanto tiempo sin verlos me estaba afectando. Me senté de nuevo y mire el cielo.

Escuché con atención la historia de Alsan, y cuando mencionó a sus amigos se le humedecieron los ojos. Cuando se incorporó un poco para sentarse, hice la misma acción.Supuse que entonces ella querría escuchar una versión corta de mi historia, y comencé:
-¿Has oído hablar de los Targaryen? Somos una dinastía del oeste de Awinor. Yo nací en una camada de tres. Mi hermano Viserys, que nació primero, tuvo todo el favoritismo. Las mejores armas, el mejor trato... yo siempre era mejor que él en todo. De hecho fui el primero en estar preparado para salir.

- Luego, ya conoces los problemas típicos, el contraste... -terminé sonriente.

Mire a Rannell, escuchando su historia.

-Nunca he oído hablar de los Targaryen, supongo que por lo temprano que me fui de casa-sonreí- no siempre el hermano mayor es el mejor... yo tengo seis y aunque no los recuerde mucho, se que no eran mucho mejores que yo, al menos en el aire, siempre tuve ganas de viajar, así que volar me era esencial. 


Empece a sentirme cómoda hablando con aquel dragón, era extraño, nunca le había visto, pero aun así sabia que podía confiar en el.

-De hecho, nunca he oído de un dragón con apellido-dije volviendo al tema anterior -quiero decir, el apellido que tengo me lo puse al hibridarme, así que tampoco me esperaba conocer un dragón con apellido.-Sonreí de nuevo y mire de nuevo al cielo.

-Bueno, también me considero algo bueno volando -la miré de nuevo. Definitivamente me caía bien Alsan. -Tal vez podamos hacer un vuelo juntos -sonreí.

La miré algo extrañado tras oír sus palabras. -¿Como dices? En fin, yo siempre he vivido con apellido... tal vez como en mi familia estamos acostumbrados a adoptar forma humana, tengamos también el apellido para distinguir. mencioné mientras me acercaba al oasis y tomaba algo de agua.

Me dispuse a volver junto a ella. ¿Entonces tu nombre es Alsan...? Me suena bastante, de alguna historia.

Mire a Rannell y me levante también.

-Mi nombre viene de un antiguo rey humano, dicen que se sacrifico para salvar Idhún, pero eso no lo se- respondí.-Aunque y antes de que preguntes, si es un nombre raro, para una dragona, pero yo no lo elegí-Sonreí

Mire al cielo, ya había descansado suficiente, volar un poco no me haría daño.

-Te apetece volar un poco?-le pregunte mirándole de reojo; aquella noche, el cielo me gritaba para que volara en el y mi instinto, también.

-Si, ya me acuerdo... Alsan era el rey de uno de los Reinos humanos... Alcé la vista al cielo. Estaba despejado y bastante iluminado por las estrellas, sin duda perfecto para volar un poco.

-¡Por supuesto! -dije mientras me levantaba del suelo. Me alejé unos pasos para transformarme en un joven dragón de escamas rojas. Miré lo que hacía Alsan mientras alzaba el vuelo poco a poco.

Escuche su respuesta con expectación, por suerte acepto, observe como se transformaba en dragón y alzaba el vuelo.

Al ver el dragón rojo elevarse en el aire me hizo tener mas ganas de volar, me transforme rápidamente en una dragona azul con pequeños destellos plateados y alce el vuelo tras Rannell.

Empece a dar piruetas en el aire como hacia tiempo que no daba, volar era la mejor sensación del mundo para mi, sobretodo cuando no era para viajar. Volé alto mientras daba las piruetas, cuando termine mire a Rannell, a ver que hacia.

Alsan era ahora una dragona de un azul con brillo plateado. Me siguió mientras alzaba el vuelo y comenzó a dar piruetas en el aire, y se veía que disfrutaba haciéndolo.

Observé como volaba durante unos instantes para luego acompañarla. Hice algunas piruetas yo también, independiente a ella. Casi inmediatamente me vi volando volando en círculos alrededor de Alsan, al momento me di cuenta de lo que significaba eso, y la cambié a volar recto mientras me sonrojaba.

De repente tras hacer unas piruetas vi a Rannell dando vueltas a mi alrededor, me di cuenta de lo que significaba casi al momento, justo cuando se puso a volar recto y algo sonrojado.

Sonreí y di un par de piruetas mas, casi sin darme cuenta yo también di algunas vueltas alrededor de el. Me sonroje y frene en el aire, por delante de Rannell, empece a descender.

Una vez en el suelo me transforme en humana, estaba algo aturdida por lo que acababa de suceder. Mire al cielo, mas concretamente al dragón rojo, quería saber que haría ahora.

Seguimos volando un rato más, y ella dio unas pocas vueltas alrededor mía, sonrojándose después como me pasó a mí momentos antes. Era la primera vez que volaba con alguien de esa forma, además de nuestra rara tendencia a aquella forma de vuelo.

Ella bajó hasta llegar al suelo, y la seguí y luego me transformé. Caminé un par de pasos hasta llegar a ella. Me sentía extraño, anonado por lo que acababa de pasar.

Vi a Rannell descender y transformarse. Cuando estuvo cerca baje la mirada al suelo, pero la levante enseguida.

-Esto... ha sido...-Me pare y le mire a los ojos- algo... distinto a otros vuelos ¿verdad?, quiero decir, nunca he volado así antes con nadie y...  ha sido genial-  termine. Sabia lo que aquella forma de volar significaba, pero no acababa de entenderlo, aun así haber volado de esa forma me había echo sentir bien.

Mire al dragón y espere su respuesta a lo ocurrido, sin duda estaba algo aturdido, igual que yo, pero no podíamos quedarnos ahí sin saber que hacer toda la noche.

Volé hasta el suelo y me transformé allí, junto a Alsan. Ella intentó explicar lo que le había parecido ese vuelo. Yo taoco... nunca antes había volado así... -me detuve un momento y la miré a los ojos. -Me ha encantado. -sonreí.

Me alejé un poco para tumbarme sobre la arena. La miré pocos segundos antes de cerrar los ojos, pensativo mientras trataba de conciliar el sueño.

Sonreí a Rannell tras oírle describir el vuelo. Luego le vi tumbarse en el suelo. Me tumbe junto a el y mire al cielo. Entonces se me ocurrió una idea.


-Oye Rannell-empecé a decir suavemente, para no sorprenderle tras ese corto rato de silencio-Quieres venir a mi casa mañana, quiero decir, debes llevar volando un tiempo sin parar mucho para llegar a Awinor y tal vez estés agotado, en mi casa tengo habitaciones libres, si quieres descansar allí- propuse -ademas tengo que ir allí igualmente como te dije antes a recoger unas cosas y me pasare en casa todo el día buscándolas seguramente dormiré allí mañana.-Explique.

Me volví mirándole, esperando una respuesta.