Este desenlace se me ha ocurrido esta misma mañana en clase de física y química, después de hacer el examen, y lo he ido escribiendo a lo largo de la mañana (como no tenía nada que hacer en algunos momentos ...- ¿como atender?- da igual, siempre estoy soñando despierta).
Espero que os guste!!

La Tríada avanzó con dificultad por los Picos de Fuego. El calor era asfixiante, y el paisaje desolador. Christian avanzaba en cabeza, con Haiass en alto para enfriar el ambiente, y la pequeña cría de shek sobre sus hombros. Victoria iba detrás suya y Jack cerraba la marcha. Victoria estaba pasándolo mal, ya que su esencia de unicornio se resentía en lugares con poca vida como aquel, pero el estado de Jack era definitivamente peor; el joven avanzaba un poco jadeante, sombrío y malhumorado. Victoria había supuesto que era por el calor, ya que su amigo nunca había aguantado muy bien las altas temperaturas, pero desde hacía rato empezaba a intuir que había algo más.
De repente se detuvo.
-Apesta a serpiente.- gruñó. Victoria y Christian se volvieron hacia él.
-Jack, no empieces...- comenzó a decir Victoria, pero Christian la interrumpió.
-No, espera. Tiene razón.
Se volvieron hacia todos lados, escudriñando las sombras. Pero nada se movió. No parecía que hubiese nada fuera de lo normal.
-Tal vez sea el calor que os ha confundido.- supuso Victoria. Pero Christian seguía tenso, enarbolando a Haiass con fuerza, y Jack desprendía más calor del habitual.
Y entonces, la sombra se alzó ante ellos. Vieron como el sinuoso cuerpo del shek desplegaba las alas y se lanzaba contra ellos. La cría de shek saltó de los hombros de Christian al suelo y se escondió tras una roca, asomando su pequeña cabeza, atenta a todos los movimientos de su alrededor. Christian se colocó delante de Victoria, dispuesto a protegerla con su vida. Esperó a que Jack hiciese lo mismo, pero el joven estaba fuera de si. Con un rugido, Jack se transformó y se lanzó contra el shek. En los ojos de éste apareció un atisbo de satisfacción. ''Estúpido dragón, estás haciendo exactamente lo que quiere que hagas'' pensó Christian. No tuvo mucho tiempo para seguir pensando, porque por su izquierda apareció otro shek y arremetió contra él. Christian se transformó. El shek era rápido y eficaz, pero Christian había sido entrenado para ser el mejor. Con una elegante finta, el joven estranguló a su adversario entre los anillos de su cuerpo, y cuando cayeron los dos al suelo, Christian volvió a su forma humana. Haiass atravesó limpiamente el corazón de su contrincante. El cuerpo del shek quedó inerte a sus pies. Durante un instante, en los ojos del joven pareció poder apreciarse un destello de tristeza ante la muerte del shek. Pero solo duró un instante. Miró hacia arriba y vió como Jack era atacado por muchos más sheks.''¿Cómo habrán logrado encontrarno?'' se preguntó. Volvió a colocarse delante de Victoria, que intentaba acertar a alguno de los sheks sin rozar a Jack con los furiosos rayos que salían del báculo.
Entonces, uno de los sheks clavó sus colmillos en el cuello de Jack. El dragón rugió de dolor y se sacudió a la molesta serpiente de encima. Sintió el veneno de los colmillos de shek haciendo su efecto. Si no volvía junto a Victoria para que lo curase, poco a poco iría debilitándose hasta morir inevitablemente. Pero el odio que palpitaba en su interior era más intenso que la razón. Furioso, se lanzó contra su atacante. Le desgarró la garganta.
Mientras, abajo, Christian y Victoria habían sido testigos del ataque del shek hacia el joven dragón. Ambos sabían lo que podía significar. Vieron cómo Jack atacaba a todo lo que se le ponía por delante, ciego de odio. Pero sus ojos habían perdido brillo, su piel había palidecido y la herida del cuello le sangraba. Christian intentó llegar a la mente del dragón. ''Jack, baja. No sobrevivirás mucho tiempo si no te cura Victoria. Y muerto no nos servirás para nada... y menos a Victoria.'' le comunicó. Pero la mente de Jack no reaccionaba. Solo atacaba.
-¡¡JACK!! ¡Jack, por favor!.- gritó Victoria, sin poder aguantar más. Entonces, Jack reaccionó. Dió un giro en el aire, no sin antes vomitar una llamarada sobre el shek más cercano, y volvió al lado de Victoria, que se acercó a él para curarle la mordedura. Christian se colocó delante de ellos, cubriéndolos mientras la unicornio terminaba su labor. Momentos después, Jack se alzaba como nuevo, listo para volver al combate. pero Christian lo retuvo antes de que echara a volar.
-No, dragón. Lucha bajo tu forma humana; te será más fácil dominar el odio.
Jack aceptó de mala gana, pero finalmente se transformó en humano. Desenvainó a Domivat y se encaró con un nuevo shek.
Christian peleaba con un shek viejo. Pero no por eso era menos peligroso. Todo lo contrario: tenía años de experiencia en combate, años en los que había luchado cientos de veces, ganando experiencia. Era un gran aliado, silencioso, astuto, letal. Siempre cumplía los objetivos que le encomendaba Ashram. Y esa vez, no iba a ser diferente. Había recibido una orden muy clara: acabar con uno de los miembros de la Tríada, fuese cual fuese, preferiblemente el dragón o el híbirdo traidor. Christian se movió rápidamente hacia la izquierda pero atacó por la derecha. El shek esquivó su ataque. Siguió atacando una y otra vez. hasta que el shek, hasto de aquel juego, lo golpease con un certero movimiento de su cola en la boca del estómago. Christrian cayó de rodillas, casi sin poder respirar. Antes de que el shek acabase con él, Christian lanzó a Haiass contra su atacante. Pero éste cogió la espada al vuelo con las fauces.
-¡Christian!- gritó Victoria. Corrió hasta él con desesperación, pero otro shek le cortó el paso. No pudo evitar nada de lo que sucedió. Con un rápido movimiento, el shek lanzó a Haiass contra su portador. El arma atravesó el cuerpo de Christian de parte a parte.
-¡CHRISTIAAN!- chilló Victoria. El shek que se había encargado de Christian mandó un mensaje telepático a sus compañeros, y, rápidos como habían venido, desaparecieron. Entre la membranosas alas del viejo shek, se llegaba a divisar la cría que días antes habían encontrado.
Jack corrió hacia sus compañeros. Victoria había extraido a Haiass del cuerpo del joven shek, que se debatía entre la vida y la muerte. Su cabeza reposaba sobre el regazo de la chica, que susurraba desolada frases incoherentes. Se hallaba demasiado nerviosa y agotada para curar a Christian. Jack se arrodilló junto a ella y le echó el brazo por encima de los hombros, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Victoria! ¡Jack!- llamó una voz. Ambos se volvieron y vieron a Shail y a Zaisei avanzar hacia ellos.- ¿Qué ha pasado?- preguntó Shail al llegar junto a ellos.
- ¡Tienes que curarlo Shail, tienes que hacerlo!- suplicó Victoria. El rostro de Shail se ensombreció.
- No puedo curar una herida tan complicada aquí, Vic. No tengo los medios para hacerlo, y estoy agotado...
Victoria rompió en un sollozo. Sintió cómo la vida de Christian se le escapaba poco a poco. Jack la abrazó con más fuerza.
- Llamaré a las aves haai, para que nos lleven hasta Celestia. Tal vez allí podamos curarlo.- supuso Zaisei. Shail asintió, sombrío. Dudaba mucho que el shek llegase vivo a Celestia.
Momentos después, volaban rumbo a Celestia entre las alas de unas enormes aves haai. Victoria sostenía a Christian, que seguía inconsciente. El rostro del joven estaba pálido y sin expresión. Y estaba frío, más frío de lo que era habitual en él. Victoria lo apretó aún más entre sus brazos.
-Christian... oh, Christian, aguanta... por favor...

Y hasta aquí la historia. De un principio pensé en que muriese, pero bueno, no voy a ser tan mala esta vez
Espero que os gustara!!