Nació en Nandelt como casi todos los humanos . A ella le encantaba aquellas callejuelas abarrotadas de gente . Sus padres eran mercaderes . Su madre, Sentha , tenía ciertos rasgos féricos con el pelo verdoso y una belleza salvaje , tenía los ojos verdes grisáceos , era sorprendentemente alta y fibrosa. Mientras que su padre , Enverthon ,un hombre que aparentaba unos 3o años tenía el pelo rizado y castaño salpicado con canas en ciertas partes . Tenía los ojos azules , tan azules como el cielo , a ella siempre le habían dado envidia , era musculoso y al igual que su madre altísimo. Desde pequeña su padre le enseñó el combate con las numerosas armas que vendía . De vez en cuando viajaban de un lugar a otro para vender su mercancía o comprar más y a ella la dejaban en el hogar de su abuela , Eren, en el interior del bosque de Awa . Su abuela era una semi-férica y aunque Lunae no había obtenido ningún rasgo físico de ella si obtuvo su pasión por la naturaleza . Era allí donde estaba cuando le dieron la mala noticia , en aquella casa construida con ramas verdes y aspecto resistente, iluminada con hongos luminosos, incluso la cama estaba hecha con hierbas desconocidas para ella sorprendentemente mullidas . Era sólo una niña de apenas seis años cuando le dijeron que sus padres habían tenido un accidente . Iban hacia el reino oceánico para venderles esas cremas misteriosas a los varu que hacían que no se les resecara la piel cuando una tempestad les alcanzó y el barco se hundió . Por lo que desde tan corta edad su abuela se encargó de ella . Era una mujer bajita y de ojos completamente negros . Tenía unas facciones finas y una tez broncínea , con el pelo largo hasta la cintura y verdoso de un color aceitunado . Tenía unos cincuenta años pero parecía que tuviera treinta .Aquella mujer le enseñó a tirar con el arco a cuidar de las plantas aún sin poderes a hablarlas , incluso a escucharlas . Le enseñó cuales eran comestibles y cuales venenosas , a hacer potentes venenos , tónicos curativos y muchos más brebajes con sólo plantas . También a cuidar a los animales , a entenderlos y calmarles . Poco después a los ocho años era una férica más . Corría tanto como cualquiera de ellas , se fundía con el entorno igual de bien , hacía que las plantas crecieran más rápido no tanto como las demás pero gracias a que las cantaba . Pero ella siempre había tenido una especial fascinación por el fuego y los dragones . Allí ella no podía encender ningún fuego por supuesto , la única vez que lo intentó dos hadas casi la ahogan con sus plantas . Por lo que su fascinación por el fuego quedó enterrada . Hasta que tubo 14 años . Entonces conoció a un hechicero que viajaba con un dragón . El hechicero estaba cansado y malherido y su amigo un dragón que también era un yan le acompañaba como un espléndido dragón negro . El hechicero se quedó toda la noche rehabilitandose con las hadas y demás féricos pululaban con hierbas curativas a su alrededor . Por la noche le encargaron a ella que le vigilara ya que era la única humana y sería más fácil para él adaptarse . Estaba al lado de su cama , escuchando su respiración lenta pero constante . También se escuchaban pájaros nocturnos piando alegremente . Sen ensimismó mirando una rama que se veía como crecía por momentos . Entonces escuchó la tos del viajero y dando un respingo volvió a prestarle toda su atención . Le observó con más detenimiento mientras abría los ojos . Tenía los ojos de un profundo verde que la dejó hipnotizada , era rubio , más o menos de su altura y rondaba los 16 años . Cuando terminó de despertarse Lunae le contó lo que había pasado y él le dijo que estaba haciendo un viaje hacía la torre de Derbhad y que empezaba sus estudios como mago . En seguida se hicieron amigos ella Verlac y el dragón que se llamaba fernel eran inseparables causaban en ella una fascinación que no había sentido por nada . Cuando ella ya tenía los 17 años Verlac ya había terminado el 1º grado y decidió volver a cambiar de aires . Verlac y Fernel le pidieron que se fueran con ella y gracias a la fascinación que le causaban no dudó ni un segundo y les dijo que si . Lo peor ocurrió cuando le pidió a su abuela que le dejara irse . La acompañaban Verlac y Fernel , su abuela algo mayor que antes la miro y simplemente le dijo que no pensaba dejarla marchar hasta que fuera mayor . Lunae se enfado con una furia desmedida grito a su abuela diciéndola que ya era mayor y que iría con o sin su aprobación . Pero aunque ella tenía una furia desmedida más la tenía Fernel que se convirtió inmediatamente en dragón e hizo que la casita se rompiera por todos lados y que todas la plantas quedaran destruidas bajo su presión . Pero la peor parte llegó a continuación , le bastó con sólo exhalar un poco de su fuego para que todo ardiera con violencia . En realidad el fuego no podía propagarse tanto como se hubiera pensado en un principio ya que la humedad de las plantas hacía que se apagara . Tardaron poco tiempo en apagar el fuego , pero la cabaña de su abuela quedó irrecuperable , aquella en la que había vivido tanto tiempo , y en el que su abuela había vivido a lo largo de su vida . Su abuela relativamente no se enfadó demasiado con ella . Pero los demás féricos la miraron como si hubiera cometido algún delito , aunque en realidad no fue ella quién ocasionara el fuego no importó , la desterraron igualmente . No podría volver a vivir en la que había sido su tierra durante al menos 2 años y no podría pisar en ellas durante un largo año . Aunque el hechicero le seguía cayendo bien no podía vivir con el culpable de su destierro . Por lo que volvió a su anterior hogar . La cabaña dónde había vivido seguía en el mismo lugar , al igual que el negocio . Estaban algo destartalados pero ella lograría dejarlos decentes de nuevo . No sabía si retomaría el negocio que sus padres habían dejado vacío pero ya pensaría en ello . Entró en su primer hogar y cerró las puertas echando un rápido vistazo a su antigua y a la vez nueva ciudad , Puerto Esmeralda . |