Ficha de Drizzt

21 años

Hombre

Alto, sobre el 1.90 y de complexión atlética. El pelo corto y negro acorde con su cara angulosa y rasgos duros, cuando se enfada puede parecer una expresión bastante violenta. Barba corta de dos días y ojos negros. Suele llevar armadura de cuero, humilde, pero resistente y ligera. Como armas lleva una espada y una daga.

Es por lo general simpático, amable y muy tranquilo. Actúa según sus intereses personales. Muy independiente, odia tener que dar explicaciones a nadie. Desde que es pequeño ha evitado entablar relaciones demasiado profundas por miedo a perderlas o a que le traicionen, por lo que pocas son las personas que realmente le llegan a importar de verdad. A veces un poco callado, pero sabe escuchar a la gente.

Gran habilidad en el cuerpo a cuerpo. Mucha velocidad y precisión en sus golpes. Se esconde y pasa inadvertido con facilidad. Sabe dibujar muy bien.

Pierde muchísimo en el combate a distancia. Le pierde realmente el ganar dinero, por lo que cuando le plantean un pago importante, se olvida de amistades o cualquier aliado y piensa solo en cumplir la misión, cueste lo que cueste.

Pintar y tallar pequeñas figuritas de madera con su puñal.

Volar, en el medio de transporte que sea. No odia ningún bando ni raza en concreto, solo es leal al mejor postor

Se crió en los barrios bajos de un pequeño pueblo de Nandelt, hijo de dos humanos herreros, su vida fue como la de cualquier otro chico hasta que cumplió 17 años. Llevaba dos años saliendo con una chica llamada Rossan. Se querían muchísimo y con la mayoría de edad ya cercana estaban pensando en vivir juntos. Un día, cuando volvía a casa después de haber estado entrenando con la espada en un bosque cercano, descubrió a Rossan en la cama con su mejor amigo. En un ataque de ira cogió la espada y mató al chico, mientras su amada chillaba horrorizada. Después la degolló a ella, y antes de que cayese muerta al suelo, él se arrepintió de lo que había hecho. Huyó del pueblo y se escondió varios días en el bosque donde lloró sus penas y sufrió como nunca lo había hecho. Fue creando muros y defensas alrededor de sí mismo para intentar que no volviese a pasar lo mismo y se encaminó a explorar Idhún huyendo de lo que había hecho sin ni siquiera despedirse de sus padres. Para poder sobrevivir se enganchó a cualquier trabajo que le ofrecían por ruin y rastrero que fuera, hasta que desarrolló una especie de obsesión por el dinero. Por ello, aún cuando pudo llevar una vida decente, seguía haciendo trabajos sucios para ganar más todavía.

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