En tierras de bárbaros

Llevaba...Llevaba meses en estas tierras de nueve tribus barbáricas, que, aunque la mayoría de las veces estaban en una paz en la que casi no habían enfrentamientos armados, a veces unas guerras en miniatura. Su comportamiento era...interesante. Y la jerarquía, también. También la manera en la que se vestían, la manera en la que luchaban, sus rituales... Aun así, seguían siendo bárbaros.

Pero, aun así, prefería no mantener contacto con ellos. No me gustaban los lugares aglomerados, aunque fueran simples tribus. Pero, disfrutaba la compañía ocasional de una persona de confianza, o de un animal adiestrado. O algo similar, pero raras veces encontraba ciertos tipos de contacto. Pero, al ver los cuerpos tan musculosos, y la manera en la que se comportaban, agradecía mi naturaleza solitaria y mi poder de sobrevivir durante largos periodos de tiempo sin contacto con personas.

Me levanté temprano y, asegurándome de que seguía teniendo lo que anoche tenía, que mi zurrón aun tenía víveres y que nadie tocó la espada corta que tenía colgada al cinto, continué el camino. ¿Qué buscaba? No lo sabía. ¿Lo encontraría alguna vez? Eso era también difícil de saber, pero tampoco me importaba mucho; desde el día que abandoné mi hogar me prometí ser libre, me prometí nunca más atarme a un lugar por cualquier motivo, fuera esta su belleza, o por que tenía un amigo que seguramente se volvería loco sin mi. Me daba igual. Quizá soy tan desagradable como siempre imaginé. La verdad, jamás en la vida me preocupé por alguien, aunque, doy fe en que intento ayudar a las personas que probablemente requieran mi ayuda.

Tras unos cuantos minutos en los que no hice particularmente nada, unos minutos que dediqué en desperezarme, tras andar sin rumbo, conseguí divisar una caravana dibujarse torpemente en el horizonte. La miré con desconfianza cuando escruté en la distancia para verla mejor. Era lo que parecía ser una simple caravana de mercantes. Nada fuera de lo común, o eso es lo que quería yo pensar. Debo reconocer que tenía algo de curiosidad. Así que esperé que se acercasen a mi y yo me crucé en su trayectoria. En efecto, eran mercantes. Aproveché la ocasión para adquirir otra muda de ropa por unas piezas de carne seca. De cualquier modo, llevaba demasiada comida, bastante para comer sin parar durante dos meses -no como mucha comida- y que me siga sobrando.

De cualquier modo, me despedí con un movimiento de cabeza y continué con mi camino, tranquila. Hacía frío, mucho frío, como si el más cruel de los inviernos se hubiera dejado ver en estas tierras acompañado del clima típico de Nandelt. Osea, que prácticamente, me moría de frío. Aun así, para no perder el calor corporal, seguí andando, en las cercanías de un poblado bárbaro. Supuse que no se enfadarían si me acercase un poco a la hoguera. Y eso hice, por que, en serio, nunca en mi vida había experimentado tales temperaturas. Aun así, la capa cubría casi todo mi cuerpo y mi cabeza estaba guardada por la capucha de la capa, así que no se podría decir que estaba muerta de frío. Intenté evitar los problemas. Simplemente me acerqué a la hoguera, e intenté calentarme.

Vaya, cuanto tiempo desde que deje el bosque, ahora simplemente iba a lo mio visitando un monton de sitios, habia visitado ya varias veces algunas de las ciudades de Celestia, habia ido tambien a ver el resto de Derbahd, habia descubierto un monton de sitios, un monton de cosas y a mucha gente, ah!, si y me habia perdido un monton de veces.

Eso hay que admitirlo, pero muchas veces gracias a eso encontraba sitios preciosos, ahora estoy en Nandelt, el problema esque...esque no se donde estoy, he estado en Shia, que es una ciudad que bueno esta bastante bien, tambien pase por Vanissar, esa ciudad si que estaba bien, tambien pase por Dingra y por...vaya..no lo recuerdo, bueno, espera un momento, cogi mi mapa, si necesito un mapa para no perderme, es penoso pero practico.
Bien, bueno sino me equivoco estoy en... ¿Kes?, no, no podia ser.

Lo admito me he vuelto a perder, pero se suponia que tenia que estar en Kes, a ver esta vez donde me metia, ademas estaba empezando a hacer mucho frio, y no tenia ropa de abrigo, no pensaba que haria tanto frio, y lo peor esque me habia perdido, bueno, por lo menos ahora estoy viendo unas hogeras, bien, a lo mejor me pueden ayudar, ademas asi no me morire de frio.

Me acerque a esas personas, eran todos muy corpulentos, volvi a mirar el mapa, ¿donde me habia metido esta vez?, suspire levemente y me acerque a una chica que estaba alli, era la menos corpulenta, me acerque a ella con el mapa
-Hola, perdona podrias decirme donde estoy-dije con una sonrisa angelical de niña buena, seguro que me lo decia, y ya de paso me calentaba, que me estaba quedando mas congelada que un tempeno de hielo.

Estaba tan concentrada en... Vale, lo reconozco, simplemente ignoraba todo lo que había a mi alrededor, exceptuando el frío, el calor y las miradas frías de los bárbaros, que me decían que no era bienvenida en estas tierras. Simplemente las ignoré, como hice anteriormente. Pero la voz infantil no se parecía nada a las ásperas voces de los niños bárbaros. Era suave y dulce, como el olor de las flores del Bosque de Awa, era ligera como una brisa de verano y era infantil como las risas de los niños, esas risas que tanto oí en mis viajes, por los poblados que atravesaba.

Y no pude evitar voltear la cabeza, con una evidente marca de curiosidad en mi semblante.

Era una chica, y no parecía de ser de los alrededores. Medía casi lo mismo que medía yo, pero probablemente la superaba en altura por unos cuantos centímetros. A esta tenue luz, me era imposible distinguir si era rubia o de un castaño muy claro, la luz del primer sol apenas se dejaba ver por el horizonte; aun estaba amaneciendo. Y la luz de la hoguera, la luz esa anaranjada, tampoco ayudaba mucho. Lo que sí noté, era que el color de sus ojos se parecía mucho al de su cabello, pero era más oscuro, aun así, era bonito.

Sin pronunciar palabra alguna, tomé con delicadeza el mapa que traía y lo observé a la luz de la hoguera. Era bastante bueno, según me decían mis pocos conocimientos en la cartografía. Tranquila, hice cálculos mentales y tanteos, después, me acerqué a la chica. Le enseñé el mapa, remarcando la posición de la Tierra de los Nueve clanes, como varias veces oí llamar a las tierras barbáricas.

— Si no me equivoco— Comenté, sin hablar demasiado alto, pero con algo de desinterés en la voz— Estamos aquí, o en la zona cercana— Señalé un lugar con el dedo. Después señalé unas montañas que recortaban el horizonte, más o menos hacia el noroeste— ¿Ves esas montañas? Indican que allí empieza el Círculo de Hielo.— Después señalé a una formación rocosa, que sobresalía de la tierra— Si te subieras a esa cosa, probablemente podrías ver la torre de Kazlunn, pero tendría el tamaño de la uña de tu dedo meñique. De hecho, desde aquí se puede ver un poco la Torre, pero no muy bien. Bueno, no es más que una raya borrosa en el horizonte.

Después, simplemente, le entregué el mapa y volví a mi labor de calentarme. La espada corta que llevaba estaba oculta por la capa, y, además, no abultaba mucho, así que no solía separarme de ella. Estaba preparada para cualquier bárbaro borracho que se acercase a mi con malas intenciones. De hecho, no sería la primera vez que pasaría. Viejos tiempos.

Despues de aquello esa chica se volvio, simplemente se volvio de volviendo mi mapa y ya esta, hay se acababa todo, por eso tratar con mujeres a mi no me parecia tan bien como tratar con hombres, pero a ver no nos confundamos, para mi era mejor tratar con hombres porque con el simple aura feerica les atraia, aunque solo fuese una mirada, pero si querias enteblar una conversacion con ellos era mas facil aunque solo fuese porque les llamaba la atencion, pero claro esa chica no estaba interesada en entablar una conversacion, y yo claro no tenia nada que hacer en las tierras de los barbaros, ahora ya lo se.

Bueno el caso ahora de donde estoy, en Shur-Ikail, gracias a las indicaciones de esa chica, y tambien sabia porque hacia tanto frio, o por lo menos eso creia yo, claro estabamos bien cerca del anillo de hielo, a saber que habria por alli, no iria, ademas hacia demasiado frio, y seguro que alli no habia plantas, asique ni en sueños me dejaria caer por alli, y estaba aqui porque...bueno, porque soy penosa incluso con mapa me pierdo, bueno ahora lo importante es calentarse.

Me acerque a la hogera, me sente alli, pero cerca de aquella chica que no parecia una barbara tan corpulenta, guarde el mapa, y fue entonces cuando me di cuenta de que no habia comido desde ayer, no habia comido nada, claro no tenia ni idea de donde estaba, pues como para ponerse a comer, el caso que hubiese vuelto a olvidarme de comer sino me hubiese sonado de aquella forma tan sonora el estomago, mas bien parecia un rugido, creo que la proxima vez me apuntare que tengo que comer dia a dia, sino sera un problema, ademas tampoco esque me quedase algo para comer, me comi lo poco que quedaba hace dos dias, tambien tendria que apuntar que tengo que comprar comida cuando me quede poca, sino seria otro problema, y espera se me olvida algo...la verdad no lo se, pero lo que si se esque tengo un hambre mortal, pero tampoco me voy a morir en el acto, el caso que tome una decision.

Me acerque denuevo a la chica de antes, solo le toque una vez el hombro y con un solo dedo, a ver si me iba a pasar algo, no por nada sino que a lo mejor se asustaba y yo que se que me podia hacer, ademas como era mujer no podia usar ese sutil encanto que tenemos las feericas el caso con la misma voz de antes y sonandome el estomago me diriji a esa chica

-Perdona denuevo pero...esto...no te sobraria un pedacito de carne o algo para comer- vale esto era penoso, estaba pidiendole a una completa desconocida comida, tendria que apuntarme comprar comida mas amenudo- esque bueno....veras...esque se me acabo la comida y luego me perdi y claro me olvide de comer y...-me calle, estaba enrredando mucho el asunto, esperaba que me dejase aunque fuese un trocito de cualquier cosa conmestible

Este tema se da por muerto, por lo que se cierra y sus integrantes quedan libres para ir a otros lugares.