Casa de Alsan

Mientras usaba toda mi fuerza de voluntad para no desenvainar a Dunkel vi como Viserys se iba con el mago y los demás, desapareciendo de mi casa, envaine a Feuer y mire a Rannell, estaba en el suelo con un corte en el hombro. Me acerque a el y le ayude a recostarse contra la pared.

-Voy a buscar algo para curarte ese corte- dije yendo a buscar unas vendas y otras cosas para cortar la hemorragia, volví al cabo de un momento y cogi un ungüento que cortaría la hemorragia y le ayudaría a cicatrizar-Esto tal vez te escueza un poco- comente empezando a ponerle el ungüento, cuando termine le vende la herida con cuidado.-Esto ya esta.

Me levante y le mire a los ojos.

-Quiero que me expliques a que se refería tu hermano con lo del rey de Awinor y también quien es ese tal Kvothe.-Le dije sin apartar la vista de el y mentalmente maldiciendo a Dunkel que me instaba a buscar a Viserys y acabar con el.

Off: No pasa nada, no tengo prisa alguna XD

Alsan me ayudó a moverme, y echarme sobre la pared. La herida no me parecía muy grave, pero sin duda el dolor me cegaba. Me trajo un ungüento y luego me vendó la herida. Se la veía segura y parecía que había tratado con heridas parecidas antes, pero preferí no preguntar sobre eso.

-Siento lo que han hecho... dije mientras nos mirábamos a los ojos, antes de ponerme en pie y que me preguntara por Kvothe. Miré alrededor un instante viendo cómo estaba la entrada: intacta. El mago se había llevado a los que lance al exterior, al guerrero herido... y simplemente había algo de desorden. Por supuesto que te contaré todo esto, pero... es algo largo. adopté una expresión seria y busqué una forma de contar lo que pasó...
»Hace varios meses, el Séptimo volvió a Idhun. Entonces estaba en Awinor sin saber lo que pasaba, pero me figuro que sucedieron varias batallas entre los siervos de los Seis y el Oscuro.
Finalmente, el nuevo avatar del Oscuro, Kerzer, dominó Idhun y dejó a cinco señores para que lo gobernaran. Estaba Dastan el guerrero, Aira la archimaga, Lurr el nigromante, Sharei la sombra y... Kvothe el dragón. Ellos cinco sometieron Id un y guerrearon entre ellos un tiempo. Dastan y Aira desaparecieron, y los tres restantes estaban cerca de la batalla final... pero los Seis impidieron eso y dieron sus fuerzas a seis elegidos de cada raza. Ellos iniciaron una batalla en Celestia para devolver la paz, y yo estaba entre ellos. Finalmente Kvothe fue maldito y encerrado y Sharei fue desterrado en Umadhun con los que lo seguían.
Terminé de contar lo sucedido, saltando todavía bastantes detalles que no me llegaban a la memoria.

Escuche en silencio la explicación de Rannell, cuando termino de hablar, trate de asimilar la información.

-Entonces, tu hermano...-empecé casi sin acabar de entender lo que estaba ocurriendo- quiere que Kvothe vuelva para acabar lo que empezó ¿cierto?-acabé preguntando.

Mire a mi alrededor, la entrada de la casa estaba algo desordenada, pero lo podria ordenar de nuevo luego, ahora había cosas mas importantes que hacer.

-Si Kvothe vuelve, podría buscar a los otros cuatro y eso seria malo, hay que detener a Viserys, aunque tampoco se mucho de el, ni de como puede un dragón venerar al séptimo.-Eso ultimo lo dije con algo de enfado en mi voz, me reprendí mentalmente por eso cuando al mencionar al séptimo pues Dunkel pareció ganar fuerzas al mencionar al dios, también me sentí algo hipócrita pues yo misma había tenido problemas con cierto heptágono.

Finalmente Alsan pareció entender todo lo que le conté, pero llegué a soltar una pequeña carcajada cuando empezó a cabilar sobre un Kvothe liberado. No creo que pueda causar muchos problemas, ni mover a nuestra gente: el Matarreyes fue maldito, y nunca más será un dragón... supongo que mi hermano se llevará una sorpresa si llega a verlo. Me fui a la cocina llevado por el olor, y rápidamente aparté la algo chamuscada carne del fuego todavía notando la serie de pinchazos en el hombro. Comencé a hablar del tema, tratando de darlo por finalizado. De todas formas, oí que él nació humano... de todas formas prefiero no seguir hablando de eso. Concluí cuando me acordaba con mejores detalles de la explosión, del equipo de magos tratando de defenderse de alguna forma. Pero yo estaba solo con mi espada, ignorando la nube de cenizas en un momento crucial en el que la bella pradera se sometía al poder de un Dios.

Seguí a Rannell hacia la cocina de nuevo, mientras le oía hablar de Kvothe; cuando decidió dejar de hablar del tema asentí, entendía que tuviera cosas que no quería que supiera o que le dolían demasiado.

-En ese caso dejare de preocuparme, pero si vuelven por aquí, no me importa de quien sea familia quien ataque.-Le advertí, dando por finalizada la conversación, me acerque a la carne chamuscada y suspire- No podían venir después de comer, no, tenían que venir cuando aun estaba esto en el fuego- cogí un cuchillo y empece a cortar algo la carne, apartando lo que ya prácticamente era incomible, consiguiendo así rescatar algo de carne- espero que no te importe demasiado que este algo quemada- sonreí sirviendo dos platos de carne quemada.

Me senté en una de las sillas y esperé que Alsan hiciela comida ra algo. Sirvio un par de platos de la carne que puso antes, algo chamuscada. Comencé a comer, el hombro seguia demostrando qué no se trataba de una herida grave, pero sabia que al mínimo esfuerzo volvería a ser un peligro . Agradecí la comida, y termine silenciosamente, caso pidiendo quite sacará un tema de conversació que no tuviera relación con guerras ni reyes sin reino. Llegue a preguntar cómo s i fura una liviana certaciónel motivo por el cual recorria las llanuras para buscar sus armas.


Off:Aviso, primer y último postrero desde el móvil... Sd uf

Comimos en silencio, cuando terminamos, Rannell me pregunto por la razón de mi vuelta a casa para recoger las armas.

-Pues la verdad es que en teoría no debería estar aquí ahora- empecé- cuando me fui la ultima vez solo iba a estar fuera un par de días y no necesitaría mis armas... pero tuve unos problemas a la vuelta y aquí me tienes- omití el echo de que eso había ocurrido varios meses atrás puede que un año, y también de que si hubiera tardado mucho mas ahora mismo podría ser que ninguno de los dos estuviera ahí comiendo gracias a Dunkel, pues a mas tiempo me alejaba de la espada, mas me acostumbraba a no tener que luchar contra su presencia, y eso era un peligro.

Desde que dijimos no seguir hablando de un tema que nos resultaba incómodo a ambos, reinaba en casa de Alsan un silencio casi incómodo, y al menos ella me consiguió decir el porque de su vuelta a casa. Me levanté lentamente de la silla y miré de nuevo la sala.
A simple vista se veia que Alsan ocultaba un secreto pero por entonces me daba absolutamente igual. Pero se estaba formando un recelo que no tardaría en salir. De todas formas me vi agradeciendo la hospitalidad de nuevo, pareciendo amable, y saliendo de la sala. Allí me maldije a mi mismo una y otra vez por ello, mientras me acordaba de la runa. Al echarle un vistazo tenía un suave y apagado brillo azul que no hizo mucho por calmarme.

Volví a lanzar el mensaje, que se recibiría como un brillo en la otra runa.

Me levante y salí de la sala un rato después de Rannell, casi sin pensarlo fui a la sala de entrenamiento, estaba algo cansada del combate contra los rastreadores, pero eso no quitaba el echo de que debía entrenar, había perdido practica y algo de forma física, sin hablar de la ventaja que tenia ahora mismo Dunkel sobre mi.

Deje a Feuer a un lado y cogí una espada de entrenamiento que tenia ahí al lado, pesaba poco menos que el doble de una espada normal. Tras acomodar la espada en mi mano y asegurar a Dunkel en mi espalda, empecé a entrenar, contra unos muñecos de entrenamiento y contra el aire, me detenía cuando Dunkel empezaba a instarme a desenvainarla y cuando conseguía tenerla bajo control seguía golpeando al aire.

Pase unas horas entrenando, cuando me sentí realmente cansada, deje la espada de entrenamiento en su sitio, cogí a Feuer y salí de la sala de entrenamiento. Tras el ataque Viserys, el escudo tardaría un tiempo en recuperarse y en consecuencia podría entrar cualquiera en la casa, ademas de que los rastreadores podrían volver, por esa razón, decidí no alejarme mucho de Feuer, la única espada con la que me sentía segura al luchar.

Me dirigí al final de los túneles, abrí una puerta y entré en la sala del lago, era suficientemente grande para que cupieran tres dragones, deje las espadas a un lado, y me transforme en dragona, entrando al agua en esa forma, examine mis escamas, casi sin prestar atención, perdida en mis pensamientos.

Tras una larga conversación, paseé tranquilamente por casa de Alsan sin dar con ella. Poco a poco me vi en unos túneles que seguí con mi instinto (pero sobre todo escuchando unos pasos) y siempre tratando de saber el camino de regreso.

Finalmente llegué hasta el final del pasadizo, y me asomé por una puerta con curiosidad. La sala era un lago que se extendía por varios metros, donde podrían estar sin incomodidades varios dragones, y Alsan estaba dentro, como dragona, y examinando sus escamas.

Me di la vuelta rápidamente, con los ojos muy abiertos, y salí de la habitación sin pensarlo. Esperé que dijera algo, atento al otro lado de la puerta. Siento haber entrado sin avisar.

Me sorprendí al ver entrar a Rannell a la sala, para luego salir y cerrar la puerta. casi sin pensarlo me puse a reír.

-Entra no pasa nada- le dije suficientemente fuerte para que me oyera al otro lado de la puerta.

Me quede mirando hacia la puerta hasta que se decidiera a entrar.

-No es como si no hubiéramos nadado juntos antes- comenté recordando el pequeño oasis donde nos habíamos conocido.

Nade un poco en el lago antes de mirar nuevamente en dirección a la puerta.

Cuando salí, Alsan se pudo a reír. No sabía de aquella reacción en mi, aunque parar a explicarlo no era algo posible. Me dijo que podía pasar y cuando entré mencionó que no era la primera vez que habíamos nadado juntos. Asentí y entré en el agua. Me acerqué nadando a Alsan sin cambiar. Me parecía una piscina enorme, nadé con total libertad un momento hasta fijarme en Alsan de nuevo.

Nadé hasta estar frente a ella y me posé en el borde del agua, sonriente. Acaricié un momento las escamas de Alsan, algo absorto. Me aparté unos segundos para volver a tirarme al agua.

Mire a Rannell mientras acarició mis escamas, para luego seguir nadando, bucee lo que me dejo la profundidad del lago y mi tamaño, para luego salir de nuevo a la superficie.

Me acerque a la orilla donde estaban mis espadas y salí del agua, aun sin transformarme, me tumbe allí mismo, mirando el lago y por extensión también a Rannell.

-¿El hombro sigue molestándote?-le pregunte como quien no quiere la cosa, al cabo de un rato de silencio.

Ya me molesta menos, gracias... disculpo su comportamiento. conteste educadamente a Alsan. Un momento despues, me quede pensando en mis nuevos amigos en la tranquilidqd del lago. Alsan... habias pensado en volver al norte? Siempre pienso que pude haber hecho mucho mas en mi viaje, y no pare a ver mundo.

Le di la vuelta y me levante, mirando al frente. Has pensado que hay quien esta en camino para romper el juicio de los Dioses? Es nuestro deber oanzarnos de nuevo y rastrear el castillo y mantenerlo encerrado, no? Me temo que haya gente pensando en lo mismo en IDhun... sujete el pomo de la espada sin desenvainarla y espere que Alsan diera su opinion.

Mire a Rannell.

-Yo he viajado mucho tiempo, hay pocos lugares que no haya visitado, aun así siempre hay algo nuevo por ver, aunque ya conozcas el lugar.-Respondí a lo primero.- Siempre me ha gustado viajar, así que ir al norte no es problema para mi.

Escuche lo siguiente que dijo, internamente algo en mi me dijo que realmente había que hacer algo, al mismo tiempo que me decía que si erraba todo podría ir a peor.

-Creo que...-suspiré- si tenemos la oportunidad de detener que eso ocurra hay que hacerlo.-Me pare un momento.- Pero es no quita que sea peligroso, ademas no tenemos ni idea de como encontrar ese castillo.

Asenti cuando vi que Alsan me daba la razon, algo recelosa. Me sente para pensar un momento en Muy bien, pero... se de alguien que podria encontrar ese castillo. Necesitare gente asi para algo como esto, aunque tengamos por seguro que Awinor no prestara mucha ayuda a los que quieran liberarlo. Mi amigo esta ahora mismo en los Reinos. Tendriamos que pasar largo tiempo volando sin parar para alcanzarlo, y es poco fiable que nos ayude si lo vemos. Pero tendriamos entonces que buscar a otro mago poderoso... claro que sera peligroso, y si es que me sigues, haria falta alguien de ese poder. reflexionaba en voz alta, esperando como expectativa que no encontraria gente adecuada solo.

Off: La verdad es que se me ocurrio mencionar a Lurr, pero he invitado a Sagan al rol (si tu lo permites) y yo no lo conozco. Asi que si permites que entre podrias dar tu la idea de buscarlo/hacer que nos encuentre. (?)

off: me parece bien que se una, no hay problema alguno.

Me quede pensando tras su reflexión.

-Te acompañare a buscar ayuda- dije tras un tiempo de silencio.- Además conozco un mago poderoso, el problema es que hace tiempo que no le veo.-añadí a continuación acordándome de Sagan- de hecho llevo un tiempo buscándolo sin resultado.

Mire a Rannell.

-Pero seguramente aparecerá en algún lugar, cuando se le necesita aparece espontáneamente- me reí- solo hay que buscar refuerzos ¿verdad? entonces busquemos y ya aparecerán magos, por el camino.

Bueno, no se hasta que punto es común ese poder, pero supongo que primero tendríamos que partir hacia el desierto, para empezar. Probablemente los yan sean útiles... ¿Podemos confiar en que aparezca? me levanté del suelo sonriente. Supongo que, contando con el mago, seremos bastantes. ¿Crees que alguna población del desierto será adecuada? No creo que pueda entrar en Awinor solo.

FDR: Perdón por la ausencia, ya he vuelto de mis segundas vacaciones en Mordor (donde internet sólo existe en sueños xDD)

He leído un poco y parece que vais a salir hacia Nandelt, si no he leído mal, así que os parece mejor que me una directamente aquí al rol o abrimos otro?

Si, yo también he sufrido una estancia en Mordor xD

Aunque en realidad no se si ir a Nandelt. Ahí está Lurr... El caso es encontrar el castillo de Kerzer, que aparece y desaparece en tiempo y lugar aleatorios por todo Idhun. Tú mismo

off: He vuelto! ahora al tema: ¿os parece bien pasar por Celestia para encontrarnos?

Me quede pensando un momento.

-Creo que deberíamos ir mas hacia el Norte, los magos no aguantan bien las zonas con tan poca magia como el desierto, aunque los magos yan lo hagan.- comenté- puede que algún yan nos ayude, pero se que hay algunos viajando, los he visto, posiblemente encontremos refuerzos en Celestia o en los Reinos, allí es donde hay mas gente a la que pedir ayuda o que pueda ayudar.

Me transforme en humana y cogí mis espadas de la entrada a la sala.

-Y... si debemos confiar en que aparecerá- dije sonriendo "Aunque no haya aparecido en los últimos meses" añadí mentalmente.

Me dirigí a la salida de la sala y espere a Rannell para cerrar la puerta, habría que coger provisiones para el viaje, de lo poco que tenia en la despensa y viajar lo suficientemente rápido para poder comprar algo en alguna ciudad del norte del desierto, no me gustaba decirlo en voz alta, pero la comida del desierto no me gustaba especialmente.

FDR: Por mi perfecto!

Ah, de acuerdo... En esos momentos me di cuenta de lo poco que sabía realmente sobre la magia. Pero claro, ella tenía un amigo del exterior, un mago poderoso. Me preguntaba hasta adonde podían llegar sus poderes. Bueno, siempre quedará buscar entre alguna torre.

Me levanté y seguí hasta la puerta y la cerré tras pasar junto a Alsan. Pasé por los pasadizos y llegué hasta la vivienda. Ya allí entré en la primera habitación y cogí la bolsa con mis cosas. En el pasillo hablé con un tono normal, pero se me podía oir por las otras habitaciones. ¿Cuando partimos? comencé a hablar alegremente. Quiero conocer a tu amigo lo antes posible.

Off: Bueno, no me empleo mucho en los post... pero es porque tengo prisa (excusas, excusas)

Entre a mi habitación para coger una mochila, varias mudas de ropa, mi amuleto de control de transformación; Llevaría también mis dos espadas, mis fieles mapas y el libro donde dibujaba los nuevos. Acto seguido fui a la despensa de la cocina y cogí las provisiones que pude, cuando regresara tendría que acordarme de llenar de nuevo la despensa.

Cuando Rannell menciono las torres de magia, no pude evitar sentir un escalofrío, la torre de Derbhad apareció en mi mente y algún que otro recuerdo también, rápidamente saque esos pensamientos de mi mente y salí al pasillo.

-Podemos partir ya si quieres-mencioné-el escudo se regenerara en poco tiempo, así que no hay problema.

Pasé a la habitación en la que puse rápidamente mis cosas. Solo tenía la pequeña mochila de cuero y mis espadas para llevarme. Era lo único que me permití llevar cuando salí al norte, la noche de la conjunción. Y además estaba el cofre.

No sabía yo por aquel entonces que los Dioses, henchidos de orgullo hacia sus criaturas, habían enviado varios de objetos de naturaleza desconocida a los que mejor los representan. Entre ellos estaban los portadores de los dos bandos, y tenía la suerte de haber sido destinado a dos objetos.

Noté que cuando terminaba de hablar disimulaba un escalofrío, lo que me llevó a pensar de nuevo en todo lo que me estaba ocultando Alsan. No me había sido fácil contar sin detalles lo ocurrido en la batalla, pero trataba siempre de ser sincero.
De acuerdo... podemos irnos.  pensaba concluir en ese momento,y termine haciendolo, pero... no sabía cuan largo era el alcance de lo que acababa de decidir.