Ficha de Konata

NOMBRE: Konata.

RAZA: Mestiza (humana-celeste).

EDAD: 15.

SEXO: Femenino.

FOTO:


DESCRIPCIÓN FÍSICA: Para ella, la altura más normal para su edad y, la verdad, es un poco más baja, pero a ella le sigue dando igual. Su piel es diferente a la de los demás celestes, tiene un tono más bien de color carne, no tiene mucho azul en el cuerpo, aunque nunca le ha importado. Tene un pelo azul muy largo que brilla a la luz del sol por las mañanas y a la luna todas las noches. Tiene los ojos verdes. Viste como una chica de instituto japonesa, la mayor parte del tiempo, claro está.

DESCRPCIÓN PSICOLÓGICA: Amable, es bastante divertida, muchas veces hace reír a carcajadas a mucha gente, una de las cosas buenas de sus chistes es que, aunque los haga de la gente, nunca son de tomar a mal, hasta la propia gente de los chistes se parte a reír. Una de sus cosas buenas es que no se ríe de la gente, se rié con la gente.

HABILIDADES:
- Corre muy rápido.
- Memoria de elefante.

DEFECTOS:
-Se empana muchas veces.
-Cuando se aburre mucho se duerme poco a poco.

AFICIONES:
-Pasear.
-Juegos de mesa.

COSAS QUE ODIA:
-Gente mal pensada.
-Arañas, cucarachas y ratas.
-Chulitos.

PASADO:

Mestiza críada por dos celestes, que no llega a saber si son sus verdaderos padres. Diferente a los demás, ya dicho anteriormente, a Konata le han caído bien mucha gente, ha estado rodeada de celestes. Poco a poco fue creando chistes, ganándose la reputación de los celestes, aunque estos, amables y pacíficos, ya sabían que era una buena chica.
Konata nunca había sido egoísta, se ganaba el dinero por su cuenta, trabajando para su padre o a sus vecinos, gastándose su propio dinero en cosas que ella quería, aunque eran pocas, pues siempre se distraía fuese con lo que fuese. Tampoco es que supiera mucho de su hermana Hitomi, solo que pasaba un poco de ella, a ella no le importaba que fuera mestiza humana-celeste, solo que al llegar (no se sabe muy bien si nació allí o fue adoptada) le quitó el puesto de niita de la casa, nunca le ha hablado mucho. Konata tampoco quiso saber mucho de ella, solo le hizo caso de pequeña, pero, al crecer ella y Konata, Hitomi supo muy que, a los ocho años, ella ya sabía cuidarse de sí misma. Konata partió en la actualidad de viaje, como su hermana, con el permiso aceptado de sus padres, queriendo ir de aventuras y queriendo, acertadamente, ganarse el respeto de sus padres, y que ellos se sintieran orgullosos.