Lucha contra la Naturaleza
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Lucha contra la Naturaleza
El hielo me devoraba.
La nieve estaba a punto de sepultarme a cada paso; yo avancé un paso más con un gruñido sordo. No me salía la voz, y sentía que poco a poco me congelaba. Mi sangre de gigante me protegía del frío, pero llevaba mucho en medio de una tormenta de nieve y hasta las rocas tenían una capa de escarcha alrededor.
Traté de atisbar más allá del manto blanco, a lo lejos, y me pareció ver una forma inmóvil en alguna parte. Desapareció casi al instante, pero ya había reavivado mis esperanzas. Sacando fuerzas de donde no las había, seguí avanzando y pronto descubrí una cabaña destartalada y rota, frente a mí, en mitad de la tormenta. Arranqué los pies de la nieve y me lancé hacia la puerta, que cedió; estaba entreabierta. Apenas entré, me dejé caer en el suelo, sentado contra la pared a poca distancia de la puerta... Necesitaba descansar, decidí.
Llevaba bastante tiempo errando por la cordillera, perdido voluntariamente en el Anillo de Hielo. Formaba parte del entrenamiento, ya no para la lucha, sino sobre todo para la vida... Mi viejo maestro me había enseñado suficiente antes de que la enfermedad y el frío se lo llevaran el último invierno. Yo había sido su primer y último alumno. Había aprendido con ganas, aunque mi rostro, como mis maneras, no fuera capaz de darlo a entender a los demás.
Respiré con fuerza y recosté la cabeza contra la vieja madera, gruesa y, sorprendentemente, seca.
La nieve estaba a punto de sepultarme a cada paso; yo avancé un paso más con un gruñido sordo. No me salía la voz, y sentía que poco a poco me congelaba. Mi sangre de gigante me protegía del frío, pero llevaba mucho en medio de una tormenta de nieve y hasta las rocas tenían una capa de escarcha alrededor.
Traté de atisbar más allá del manto blanco, a lo lejos, y me pareció ver una forma inmóvil en alguna parte. Desapareció casi al instante, pero ya había reavivado mis esperanzas. Sacando fuerzas de donde no las había, seguí avanzando y pronto descubrí una cabaña destartalada y rota, frente a mí, en mitad de la tormenta. Arranqué los pies de la nieve y me lancé hacia la puerta, que cedió; estaba entreabierta. Apenas entré, me dejé caer en el suelo, sentado contra la pared a poca distancia de la puerta... Necesitaba descansar, decidí.
Llevaba bastante tiempo errando por la cordillera, perdido voluntariamente en el Anillo de Hielo. Formaba parte del entrenamiento, ya no para la lucha, sino sobre todo para la vida... Mi viejo maestro me había enseñado suficiente antes de que la enfermedad y el frío se lo llevaran el último invierno. Yo había sido su primer y último alumno. Había aprendido con ganas, aunque mi rostro, como mis maneras, no fuera capaz de darlo a entender a los demás.
Respiré con fuerza y recosté la cabeza contra la vieja madera, gruesa y, sorprendentemente, seca.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
La nieve me cubría cuando desperté.
Decidí que aún seguía vivo, y solo entonces me acordé de respirar.
Me incorporé con dificultad, tropezando, y me sacudí toda la nieve que pude de la ajada túnica. Tirité de frío nada más hacerlo... El ambiente estaba helado. Había caminado muchas horas antes de derrumbarme, pero si no encontraba cualquier refugio ahora probablemente muriera congelado en la nieve.
Y entonces, a lo lejos, me pareció divisar una cabaña...
Decidí que aún seguía vivo, y solo entonces me acordé de respirar.
Me incorporé con dificultad, tropezando, y me sacudí toda la nieve que pude de la ajada túnica. Tirité de frío nada más hacerlo... El ambiente estaba helado. Había caminado muchas horas antes de derrumbarme, pero si no encontraba cualquier refugio ahora probablemente muriera congelado en la nieve.
Y entonces, a lo lejos, me pareció divisar una cabaña...
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Al asomarme a la puerta casi sin darme cuenta, me pareció vislumbrar una silueta lejana entre la tormenta de nieve. Me levanté con esfuerzo y salí unos pasos de la cabaña, aguantando un golpe de aire. Traté de aguzar la vista, pero desde allí apenas podía ver nada...
-¡Eh! ¿Hay alguien? -grité a la blancura, consciente de que mis gritos apenas se oirían- ¡Responde!
Agité un brazo a modo de señal. Fuera quien fuera, podía morir en la nieve a menos que, como yo, hallara la cabaña abandonada en el Anillo.
-¡Eh! ¿Hay alguien? -grité a la blancura, consciente de que mis gritos apenas se oirían- ¡Responde!
Agité un brazo a modo de señal. Fuera quien fuera, podía morir en la nieve a menos que, como yo, hallara la cabaña abandonada en el Anillo.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Vi salir a alguien de la cabaña y rápidamente me dirigí hacia allí, tropezando en la nieve y mascullando maldiciones. Cuando llegué a la puerta de la cabaña y pude ver quién me había hablado, me detuve, sorprendido. ¡Un semigigante! No era algo muy común. Saludé a voces:
-¡Bienhallado! ¡Maldita sea esta nieve!
Caminé hacia la puerta.
-¡Bienhallado! ¡Maldita sea esta nieve!
Caminé hacia la puerta.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Sonreí cuando vi acercarse a un tipo algo bajo y delgado. Parecía totalmente inofensivo, aunque con los remolinos de nieve no podía verle bien. Era agradable tener cualquier compañía en un lugar así.
-Pasa -dije en voz alta para hacerme oír, y yo mismo me sacudí la nieve y volví a entrar en la cabaña. Una vez dentro, eché un vistazo al ruinoso edificio de madera. Los tablones húmedos y medio podridos dejaban en el aire un olor profundo y desagradable.
-¿Qué haces aquí, en el Anillo de Hielo? -le pregunté al otro sin darme la vuelta.
-Pasa -dije en voz alta para hacerme oír, y yo mismo me sacudí la nieve y volví a entrar en la cabaña. Una vez dentro, eché un vistazo al ruinoso edificio de madera. Los tablones húmedos y medio podridos dejaban en el aire un olor profundo y desagradable.
-¿Qué haces aquí, en el Anillo de Hielo? -le pregunté al otro sin darme la vuelta.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Entré tiritando mientras respondía.
-Estaba pasando aquí las vacaciones. Me habían dicho que el clima es magnífico -lo miré y, al ver que guardaba silencio, esbocé una sonrisita débil al tiempo que le sostenía la mirada-. Estoy perdido. Me hostigaron hasta aquí; no me preguntes quién -me apresuré a añadir. Luego seguí:-. Caí, y me acabo de despertar, justo a tiempo... -solté una risa seca- Dioses, estoy helado.
La túnica deshilachada que llevaba puesta no me hacía un gran servicio contra el frío, a pesar de todo.
-Estaba pasando aquí las vacaciones. Me habían dicho que el clima es magnífico -lo miré y, al ver que guardaba silencio, esbocé una sonrisita débil al tiempo que le sostenía la mirada-. Estoy perdido. Me hostigaron hasta aquí; no me preguntes quién -me apresuré a añadir. Luego seguí:-. Caí, y me acabo de despertar, justo a tiempo... -solté una risa seca- Dioses, estoy helado.
La túnica deshilachada que llevaba puesta no me hacía un gran servicio contra el frío, a pesar de todo.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Miré a mi alrededor: el bosque casi había acabado. Las últimas filas de árboles iban quedando atrás, y atrás...
Pronto la nieve lo cubría todo. Estreché los ojos, y evoqué mi parte szish. Al cambiar de forma, mis pupilas se estrecharon, y pude ver mejor entre la nieve. Había una forma entre la nieve, grande, oblonga. Me fui acercando sigilosamente, con movimientos de serpiente, y por fin descubrí una vieja cabaña de montaña. Las paredes eran de madera y no parecían en muy buen estado. Me acerqué a una de las ventanas, pero los postigos estaban cerrados por dentro. Por fin, me pareció oír voces en el interior. Tanteé las paredes, parpadeando a causa de la nieve que caía con fuerza, hasta que encontré una puerta. Dudé un momento antes de transformarme en humana, aunque el frío se volvió menos soportable otra vez. Empujé la puerta con todo el cuerpo y me preparé para echar mano del puñal en cualquier momento, al tiempo que examinaba el interior.
Pronto la nieve lo cubría todo. Estreché los ojos, y evoqué mi parte szish. Al cambiar de forma, mis pupilas se estrecharon, y pude ver mejor entre la nieve. Había una forma entre la nieve, grande, oblonga. Me fui acercando sigilosamente, con movimientos de serpiente, y por fin descubrí una vieja cabaña de montaña. Las paredes eran de madera y no parecían en muy buen estado. Me acerqué a una de las ventanas, pero los postigos estaban cerrados por dentro. Por fin, me pareció oír voces en el interior. Tanteé las paredes, parpadeando a causa de la nieve que caía con fuerza, hasta que encontré una puerta. Dudé un momento antes de transformarme en humana, aunque el frío se volvió menos soportable otra vez. Empujé la puerta con todo el cuerpo y me preparé para echar mano del puñal en cualquier momento, al tiempo que examinaba el interior.
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Re: Lucha contra la Naturaleza
Me giré hacia la puerta a la vez que retrocedía, un movimiento perfeccionado a lo largo de años.
-Qué bien, más compañía -dije en tono jocoso-. ¿Y tú quién eres?
-Qué bien, más compañía -dije en tono jocoso-. ¿Y tú quién eres?
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