Ficha de Umea Yannor
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Ficha de Umea Yannor
Nombre: Umea Yannor
Edad: 15
Sexo: Femenino
Raza: Semi-yan con sangre féerica
Foto:
Descripción física: Mido 1'69, soy delgada y blanca, al contrario que las otras semi-yan, eso es porque tengo sangre féerica, tengo el pelo rubio y largo, a veces lo llevo rizado pero en general lo suelo llevar liso, tengo los ojos azules, no muy grandes y mi boca es pequeña con los labios finos.
Suelo vestir de negro y rojo porque son mis colores favoritos pero a veces me gusta vestir de otros colores depende la época del año. Cuando vivía en la tierra solía llevar el uniforme de la escuela y ropa urbana pero ahora en Idhun durante los viajes llevo la túnica negra que me regaló mi madre cuando decidí emprender esta aventura, y debajo la ropa típica yan, una falda y un top de piel, también llevo un brazalete que no me lo quitaría por nada del mundo porque fue un regalo de mi hermana antes de que desapareciera y voy descalza o con sandalias. Conmigo llevo el báculo de la familia, un largo palo negro adornado con símbolos arcanos terminado en dos garras de dragón que custodian una esfera roja. De mi cuello cuelga el medallón de mi hermana,que fue lo único que encontré de ella.
Descripción psicológica: Soy terca, astuta, valiente y fuerte psicológicamente, nadie me puede mentir porque conozco muy bien las mentes. Me adapto bastante bien a las situaciones. En los problemas no pierdo la calma e intento razonar. También soy soñadora y despistada, estoy bastante en las nubes. La esperanza es lo último que pierdo. Y pase lo que pase sigo mis metas hasta el final porque siempre consigo lo que me propongo. Soy desconfiada con los desconocidos pero una vez que me caen bien puedo ser la persona mas payasa y divertida que conozcan.
Habilidades: Soy ágil y veloz, con muchos reflejos, me viene de sangre. Soy fuerte y se manejar muy bien la espada y el arco. Se pencak silat, un arte marcial terrestre, soy muy sigilosa y puedo mantenerme mucho tiempo sin respirar. Aprendo rápido, soporto bastante bien el calor y se camuflarme muy bien. Me llevo muy bien con los animales. Soy una manitas y en la tierra tocaba el piano, de echo me lo traje a Idhun, porque me encanta la música (Yo no la escucho, yo la vivo).
Defectos: Miedo a las arañas, y no soporto la multitud de gente. Soy muy curiosa, a veces esto me mete en muchos líos. Suelo dejarme llevar por mi instinto en vez de por la razón eso me juega malas pasadas. Grito mucho. Me enfado con facilidad. Me despisto sin querer durante mis trayectos (eso no pasa en combate). Tengo debilidad en temas que tengan que ver con mi hermana.
Pasado: Hace siete años yo vivía en la tierra con mi familia. Mis padres estaban separados así que vivía una semana en casa de cada uno al igual que mi hermana, Eanor.
En ese mismo año le embargaron la casa a mi madre y todo sucedió muy rápido, mi madre decidió mudarse a no se donde y mi familia también con mi padre incluido, cuándo todos estábamos preparados para marchar a una nueva ciudad, o eso era lo que yo pensaba, mi abuela, mi tía y mi tíos junto a mi madre levantaron las manos y después de una leve sacudida y un revuelto de estomago me encontré aquí, en Idhun. Mi madre me lo explicó todo, que eramos una familia exiliada de Idhun, que estábamos en otro mundo con otras reglas y me explicó lo de la magia y nuestra familia y por supuesto que mi hermana y yo eramos semi-yan porque mi madre era un yan y mi padre un humano. También me explicó lo del viaje de la mayoría de edad para conseguir el don de la magia, a los 15 años y que dentro de dos mi hermana lo tendría que emprender. Pasé los dos mejores años de mi vida aprendiendo sobre mi nueva cultura y sobre las distintas razas de Idhun junto a mi hermana, tenia nuevos dioses, nuevas leyendas, nueva historia. Pero todo lo bueno se acaba, llegó el 27 de Agosto terrestre, mi hermana cumplió 15 años y yo 10, su viaje empezaba al amanecer del día siguiente y solo nos quedaba una noche para nosotras. Preparamos una hoguera y nos sentamos a ver las estrellas recordando momentos juntas de nuestra vida. Ella me regaló uno de sus objetos mas preciados un brazalete de oro con forma de dragón que llevaba consigo casi toda su vida y yo a ella le regalé un colgante de oro con un dragón entrelazado en una piedra roja forjado por mi. Al día siguiente ella partió y yo me senté en la entrada de mi casa a esperar su regreso. Pasaron dos años y ella seguía sin volver, mi madre estaba preocupada y yo me harté de esperar y empecé a prepararme para su búsqueda. Aprendí a usar la espada y el arco, mi prima me enseño pencak silat. Al año siguiente, de vacaciones en casa de mi abuela en el bosque de Awa, me encontré con el colgante que yo le había regalado a mi hermana, en uno de los descampados. Pasé otros dos años preparándome con más rabia para su búsqueda, estaba segura de que le había pasado algo malo. Cuándo llegué a mi mayoría de edad mi madre me entrego el báculo de la familia y una capa que había pertenecido a mi bisabuela durante su expedición en el bosque de Alis Lithban. Cargada de coraje, rabia, temor y otros materiales me envolví en el viaje hacia mi destino, que no solo era el de conseguir el don si no el de recuperar a mi hermana sana y salva o el de vengar su muerte.
Edad: 15
Sexo: Femenino
Raza: Semi-yan con sangre féerica
Foto:
Descripción física: Mido 1'69, soy delgada y blanca, al contrario que las otras semi-yan, eso es porque tengo sangre féerica, tengo el pelo rubio y largo, a veces lo llevo rizado pero en general lo suelo llevar liso, tengo los ojos azules, no muy grandes y mi boca es pequeña con los labios finos.
Suelo vestir de negro y rojo porque son mis colores favoritos pero a veces me gusta vestir de otros colores depende la época del año. Cuando vivía en la tierra solía llevar el uniforme de la escuela y ropa urbana pero ahora en Idhun durante los viajes llevo la túnica negra que me regaló mi madre cuando decidí emprender esta aventura, y debajo la ropa típica yan, una falda y un top de piel, también llevo un brazalete que no me lo quitaría por nada del mundo porque fue un regalo de mi hermana antes de que desapareciera y voy descalza o con sandalias. Conmigo llevo el báculo de la familia, un largo palo negro adornado con símbolos arcanos terminado en dos garras de dragón que custodian una esfera roja. De mi cuello cuelga el medallón de mi hermana,que fue lo único que encontré de ella.
Descripción psicológica: Soy terca, astuta, valiente y fuerte psicológicamente, nadie me puede mentir porque conozco muy bien las mentes. Me adapto bastante bien a las situaciones. En los problemas no pierdo la calma e intento razonar. También soy soñadora y despistada, estoy bastante en las nubes. La esperanza es lo último que pierdo. Y pase lo que pase sigo mis metas hasta el final porque siempre consigo lo que me propongo. Soy desconfiada con los desconocidos pero una vez que me caen bien puedo ser la persona mas payasa y divertida que conozcan.
Habilidades: Soy ágil y veloz, con muchos reflejos, me viene de sangre. Soy fuerte y se manejar muy bien la espada y el arco. Se pencak silat, un arte marcial terrestre, soy muy sigilosa y puedo mantenerme mucho tiempo sin respirar. Aprendo rápido, soporto bastante bien el calor y se camuflarme muy bien. Me llevo muy bien con los animales. Soy una manitas y en la tierra tocaba el piano, de echo me lo traje a Idhun, porque me encanta la música (Yo no la escucho, yo la vivo).
Defectos: Miedo a las arañas, y no soporto la multitud de gente. Soy muy curiosa, a veces esto me mete en muchos líos. Suelo dejarme llevar por mi instinto en vez de por la razón eso me juega malas pasadas. Grito mucho. Me enfado con facilidad. Me despisto sin querer durante mis trayectos (eso no pasa en combate). Tengo debilidad en temas que tengan que ver con mi hermana.
Pasado: Hace siete años yo vivía en la tierra con mi familia. Mis padres estaban separados así que vivía una semana en casa de cada uno al igual que mi hermana, Eanor.
En ese mismo año le embargaron la casa a mi madre y todo sucedió muy rápido, mi madre decidió mudarse a no se donde y mi familia también con mi padre incluido, cuándo todos estábamos preparados para marchar a una nueva ciudad, o eso era lo que yo pensaba, mi abuela, mi tía y mi tíos junto a mi madre levantaron las manos y después de una leve sacudida y un revuelto de estomago me encontré aquí, en Idhun. Mi madre me lo explicó todo, que eramos una familia exiliada de Idhun, que estábamos en otro mundo con otras reglas y me explicó lo de la magia y nuestra familia y por supuesto que mi hermana y yo eramos semi-yan porque mi madre era un yan y mi padre un humano. También me explicó lo del viaje de la mayoría de edad para conseguir el don de la magia, a los 15 años y que dentro de dos mi hermana lo tendría que emprender. Pasé los dos mejores años de mi vida aprendiendo sobre mi nueva cultura y sobre las distintas razas de Idhun junto a mi hermana, tenia nuevos dioses, nuevas leyendas, nueva historia. Pero todo lo bueno se acaba, llegó el 27 de Agosto terrestre, mi hermana cumplió 15 años y yo 10, su viaje empezaba al amanecer del día siguiente y solo nos quedaba una noche para nosotras. Preparamos una hoguera y nos sentamos a ver las estrellas recordando momentos juntas de nuestra vida. Ella me regaló uno de sus objetos mas preciados un brazalete de oro con forma de dragón que llevaba consigo casi toda su vida y yo a ella le regalé un colgante de oro con un dragón entrelazado en una piedra roja forjado por mi. Al día siguiente ella partió y yo me senté en la entrada de mi casa a esperar su regreso. Pasaron dos años y ella seguía sin volver, mi madre estaba preocupada y yo me harté de esperar y empecé a prepararme para su búsqueda. Aprendí a usar la espada y el arco, mi prima me enseño pencak silat. Al año siguiente, de vacaciones en casa de mi abuela en el bosque de Awa, me encontré con el colgante que yo le había regalado a mi hermana, en uno de los descampados. Pasé otros dos años preparándome con más rabia para su búsqueda, estaba segura de que le había pasado algo malo. Cuándo llegué a mi mayoría de edad mi madre me entrego el báculo de la familia y una capa que había pertenecido a mi bisabuela durante su expedición en el bosque de Alis Lithban. Cargada de coraje, rabia, temor y otros materiales me envolví en el viaje hacia mi destino, que no solo era el de conseguir el don si no el de recuperar a mi hermana sana y salva o el de vengar su muerte.
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