Casa de Nithy

Amplia casa de 1 planta con 5 habitaciones y un gran jardin para que pueda descansar un dragón
1 baño
1 cocina
1 salon
2 habitaciones para dormir
La fachada es blanca y su interior también

Miré con tristeza la habitación donde anteriormente había estado Lunnha descansando.
Hacía un tiempo que see había marchado, dejandome sola.
Varias lágrimas recorrieron mi rostro recordando la fiesta de la Torre, aquel viaje junto a Luunha, Lun_Vic, lunnaris y Yandrak. Recordé también la manera en que se miraban mis amigos, y como deseaba irme cuando Yandrak solo se preocupaba por mi compañera. Y sin embargo ella fue la mejor amiga que tuve.
Los recuerdos seguían fluyendo en mi como un río, y aquello me hacía estar aún más sola.
Me acerqué a la cama de mi amiga, contemplandola con tristeza. Aquellas conversaciones nocturnas jamás se iban a repetir, es más, jamás volvería a ver a mis amigos...
Salí de la habitación donde aquellos momentos pasados me golpeaban con fuerza, y recorrí la casa hasta el jardín. Cerré con fuerza la puerta, impidiendo que pudieran entrar en ella.
Me transformé en dragona, y alcé el vuelo, sin un rumbo fijo, esperando olvidar por algún momento aquellos recuerdos que tanto me atormentaban los últimos años.

Después de unos días de viaje, abrí aquella puerta que me traía tantos recuerdos. Recordar que en la entrada se había posado Yandrak, y Lunnaris junto con aquel horrible shek. Que habíamos compartido tantos momentos Lunnha y yo... Pero, venía a descansar, así que cerrando tras de mi entré en la casa, en la que todo estaba un poco lleno de polvo. Cuando descansara, me pondría a limpiar todo aquello.
Entré con cuidado en la habitación, imitando los momentos en los que no quería despertar a mi compañera, y un río de nostalgia me inundó por dentro, pero debía ser fuerte, y superar todo aquello. Entré en el que siempre fue mi cuarto, y me tumbé en la cama, quedándome profundamente dormida.

Abrí los ojos después de varios meses de sueño. Al principio solamente alcancé a ver la pulsera de plata que descansaba sobre mi pecho, aún brillante como el día que la encontré.
Con una sonrisa en los labios, pude distinguir a través de la ventana un enorme dragón dorado, reposando sobre el jardín.
Recordé como me había separado de mis amigos hacía un tiempo, que a mí me había parecido un suspiro. Esperaba encontrarlos algún día, pero sería difícil volver a verlos.
Hacía un tiempo que había tenido una idea, algo que no me gustaba del todo, pero que veía necesario hacer. Lancé con mis manos un beso a Yandrak, y a la par que una lágrima caía hasta el suelo, tiraba la pulsera con fuerza, haciendo que se rompiera en mil pedazos.

- Hasta siempre, mi amor.

Me levanté de la cama, y me dirigí a la puerta, dispuesta a olvidar un pasado y construir una nueva vida.