Dark Crown

...

-Hacia Nandelt, recuerda que debo ir allí antes de volver con Sasha -le dije con una sonrisa mientras lo esperaba terminar de prepararse.

Su gesto había cambiado y lo notaba pero aún así seguí sonriendo. Aquí todos los hombres tenían la manía de hacerse los interesantes. Me preguntó si había recibido el Don de la magia y me puse las manos en el pecho al recordar la sensación cuando aquel unicornio negro se acercó a mí y me rozó con su suave pelaje azabache y hermoso cuerno blanco. La tristeza me inundó cuando se fue sin darme un instante más para captar su recuerdo antes de irse.

-Sí, de camino hacia aquí pasé por Alis Lithban y por casualidad cuando paré al atardecer para descansar, apareció de la nada. Era precioso, negro como las sombras pero de espíritu puro... Pero ¿qué te voy a decir a tí, no? Así que eso, ahora soy maga...

Él acariciaba a Fire mientras yo hablaba y parecían entenderse bien para ser lo que era. De hecho el gato después de eso no paraba de gruñir levemente para que lo acariciase de nuevo. Me miró a los ojos, quizá en busca de algun respuesta escondida en mi interior, pero no pude evitar apartar la vista y ruborizarme un poco. No acostumbraba miradas tan intensas y mucho menos a una distancia tan cercana. Se alejó entonces esperándome esta vez él a mí y lo seguí, aún mirando hacia el suelo mientras caminaba.

-Es un chico extraño... Sasha.

[...]

Los largos días de camino hasta llegar a Nandelt se habían hecho muy largos. Cansada y con hambre paré en uno de los mercados de la ciudad, donde pensaba comprar algo para comer pero Fire, travieso había decidido comer por su cuenta cogiendo un trozo de pastel a un joven que tenía en sus manos.

-Disculpa, algunas veces no hace caso- le había dicho yo exagerando una sonrisa mientras cogía al gato con rapidez- Deja que te compre otro pastel, ¿de acuerdo?

-No, no te molestes, muchacha. En realidad no tenía hambre -se detuvo a mirarme y después siguió hablando-. ¿Sois viajeros? No pareceis de aquí.

-No, venimos de Los ojos de Neliam y buscamos a mi hermana Aira y el dragón... Kvothe. ¿Por casualidad los conoces?

El joven, sorprendido por mi respuesta asintió enérgicamente y después me agarró de la muñeca mientras me conducía hacia un lugar que desconocía. Me dejé guiar, no sin antes llamar a Lurr para que nos siguiera. El muchacho hablaba rápido mientras andaba a paso rápido entre la gente, por lo que no lo escuché.
Nos llevó hasta la puerta de lo que parecía ser un castillo y después se despidió.

-Aquí está. Estoy seguro que están aquí. O al menos él. Ha sido un placer, señorita.

Lancé una mirada a Lurr y llamé a las puertas con decisión esperando alguna respuesta.

Durante el viaje no hable mucho, mas no sabia que decir, al final llegamos al sitio que quería ir, a uno de los territorios de Kvothe, otro "Gobernador" Hm, hace tiempo que no vengo por aquí, que recuerdos me trae la vida de los campesinos. cualquier persona que lo viese no lo reconocería a primera vista, aunque sus padres adoptivos a lo mejor si, aunque hacia siglos que no los veía, tal vez tendría que darles una visita...vi como Celiel se acercaba a un hombre y me acerque a ella, mas la agarraba y la guiaba, no dude en acompañarlos a pesar de que ella le dijo que la siguiera, llegamos a las puertas de un palacio mas una mueca sarcástica salio en mi rostro: Si que no a dudado en construirse un palacio...y bueno, mientras esperamos a que abra alguien, a mi me toco un unicornio de una hermosura asombrosa...pero su recuerdo hace tiempo que va desapareciendo de mi, aunque todos los unicornios tienen no se...un extraño don, me encontré un unicornio en forma humana una vez por si te interesa saberlo, y no la toque por si te lo preguntas, aunque esta historia debe resultar aburrida, pero bueno, ¿Cuanto hace que tienes ese don Celiel? por si te lo preguntas, soy uno de los maestros de la torre, a parte del dueño de una, así que puede que yo te haga alguna prueba.

Pose las manos en las dos espadas y me gire un momento, notaba algo como mirándome, suspire pues no había nada en el lugar y me gire mirando a las enormes puertas, empece a escuchar pasos acercándose para abrir la puerta, y la puerta empezó a abrirse, en el lugar había un jovenzuelo, y solo echando una leve mirada a ese joven espere a que Celiel entrase para entrar el acto seguido, mire al gato y le acaricie un poco al verle que daba unos suaves gruñiditos.

Esperé con aparente tranquilidad que se abrieran las puertas de la entrada aunque aún guardaba algo de tensión por no saber exactamente qué encontraría pues no sería la primera vez que me engañan. Ni la última, posiblemente. Lo primero que vi al entrar fue un chico de pelo azulado que nos miraba con un gesto divertido, como si nos conociera. Decidí acercarme a él y preguntarle por mi hermana y Kvothe pero en cuanto me acerqué un poco más caí en la cuenta de que sus gestos me eran realmente familiares. Todo esto se corroboró cuando me nombró por mi apellido y me habló con de esa manera tan melodiosa que era sello de Kvothe tanto por su tono y su forma. Sonreí.

-La fiesta fue un lugar un poco equivocado para conocernos, ¿no crees? -adopté una postura un poco más formal y flexioné levemente las rodillas a modo de saludo formal. Era un protocolo que mantenía con pocas personas, pero él era una de ellas - Aunque he de admitir que fue divertido.

Aún recordaba la caída desde lo alto de la torre tratando de acabar con aquel extraño ser que luego resultó ser Sharei, el señor de la torre de Kazlunn al que al parecer se han unido Corvo y Sasha. Lo observé detenidamente. Desde luego ya no parecía el mismo.

-Tú también has cambiado... Ya no eres un pelirrojo -recordé su frase "los pelirrojos debemos ayudarnos mutuamente" y sonreí para mis adentros. Cambié de tema -. A propósito.. ¿y mi hermana?

Vi llegar a Kvothe y no me esperaba verle tan cambiado, escuche las palabras que decía y cuando se dirigió a mi empece a sonreír: Yo siempre estoy en buenas compañías, solo que la gente puede pensar que son malas, pero en verdad son buenas personas con las que ando, y tu si que te has montado bien todo esto ¿No Ladsi, digo....Lord Kvothe? espere un momento antes de entrar en el palacio, mi mirada se paseo por el lugar.....era bonito en si mismo, aunque podría estar mejor, mientras pensaba pasee la mirada por el lugar, por si acaso había guardias preparados, al no haber nadie a primera vista empece a vigilar a Kvothe por si acaso, mientras sus otros sentidos estaban atentos a cualquier ruido inusual, Hm, es bonito el palacio si....

Off: post malo, lo se.

Seguí a Kvothe en silencio hasta la sala que nos indicó. Aquello solo podría significar algo importante, tan importante para requerir confidencialidad. Lancé una mirada a Lurr mientras caminaba para asegurarme de que nos seguía y una vez dentro de la sala esperé una indicación por parte de "Matarreyes".
El gato, que también nos seguía, atravesó con altivez el lugar y se paseó tranquilamente hasta subirse en la mesa para saltar arriesgadamente hasta mi saco, donde aún quedaba algo de comer.
Ignorando al gato, mis pensamientos florecieron de repente cargados de preocupación. Si mi hermana no estaba con Kvothe y él realmente no sabía su paradero... ¿dónde estaba Aira? ¿Y con quién? Era extraño que no le dijera a su pareja qué iba a hacer o dónde estaría. De todos modos sólo deseaba su bienestar y volver a encontrarme con ella lo antes posible, después de tanto tiempo. Paseé mi mirada distraída por el techo.


OFF: Caca post, también.

- Todas las personas siguen sus ideales. No puedo culparlos por seguir sus creencias - La voz de Kvothe sonó suave, como el viento entre las hojas. Sentado en su sofá, con las manos entrelazadas y levemente inclinado hacia delante, algo pareció comenzar a cambiar en él... Había dejado de ser aquel chico adolescente, ahora a los ojos de los presentes se mostraba un personaje rodeado de luz y sombras. - Que la paz dure, es todo lo que puedo hacer - Una mirada fría se posó sobre ellos dos. Debían comenzar a hablar sobre temas peligrosos, temas por los que una persona llegaría a matar... pero no se encontraba seguro cuánto debía hablar, de cuanto debía pronunciar confiando en que no existieran observadores poco deseados. - Dastan ha movilizado sus tropas personales para atacar a Alis Lithban... es obvio lo que significa - Nuevas guerras, más sangre. Intervenir solo significaba que entrarían más vidas en juego, Dastan podía llegarle a escuchar, pero... en temas tales como estos, nadie era capaz de cambiar sus objetivos.

Off: Dado que Celi no conteste desde hace dos días y tengo que dejar el tema....

Pensativo note una leve molestia mental, notaba que algo iba mal, y mire a Celi y a Kvothe: Bueno, me temo que he de partir, ha sido una.....interesante charla supongo.... sin mas me gire y ante un susurro de sus palabras su ropa oscura como la noche empezó a cambiar, su rostro descubierto empezaba a rodearse de sombras, su forma era como la de una sombra, y sin mas cruzo la habitación hacia la puerta de salida, la puerta ante un suave gesto de la sombra se abrió de par en par mientras la sombra hacia apartarse a los viajeros y ciudadanos al grito de: Nigromante, y miraron hacia el palacio de Kvothe con preocupación, ¿que haría un nigromante en el castillo de su señor? después la figura desapareció del lugar....

Dejo Post.

Había perdido totalmente el hilo de la sutuación y me enontraba en un estado casi de limbo.
Me di cuenta de que faltaba Lurr al rato, cuando Matarreyes epezó a andar y no encontré a Lurr cuando lo busqué con la mirada.

Comenzaba a seguir a "mi cuñado" hacia donde él me dirigía con sus pasos. Andé tranquilamente, serena, casi bailando como me caracterizaba cuando mi humor estaba radiante, como en ese instante. Incluso tarareaba dulcemente aunque a penas audible. De pronto el momento de armonía se rompió cuando Kvothe comenzó a hablar de la famosa guerra que se aproximaba y de que debíamos hacer algo al respecto. Desde luego no era casualidad encontrarme con él en ese momento, quizá por razones distintas pero aún así "es el destino" supuse.

Asentí con la cabeza ante los planes que tenía y parecía proponerme.

- Revolución... - lo miré entonces y su aspecto cambió al instante, con un aspecto más rebelde que el anterior. Y también menos humano. Sonreí para mis adentros "Pelirrojo", pensé -¿Y cual es el plan? dije, dando a entender que en estaba con él en esto.