De la muerte de dos Sombras y del nacimiento del Vacio [Tratado de Armas]

**Sharei** Dom Feb 10, 2013 9:48 pm

Off: Aqui se describe el dia en que Lurr me pidió que le hiciera su primera arma legendaria.

Era un día sombrio, como suele ser habitual en la costa para esta época del año. La bruma mañanera no lograba despejarse y flotaba entre las rocas del acantilado, produciendo un efecto de sopor e sosiego. El periodo de tranquilidad después de las guerras estaba tocando a su fin, y nosotros, los reyes, creábamos alianzas y enemistades entre nosotros. Las hostilidades ya rasgaban terreno peligroso y los ejércitos se preparaban para la inminente guerra. Era realmente necesaria? Hacia falta más sangre para abonar la tierra? Por supuesto, siempre hacia falta abonar la tierra, así las plantas crecerían fuertes. Una sombra cruzó mi rostro.

-Que me está pasando? Tan poco me importan las vidas ajenas? Si la vida es lo que más valoramos los feéricos... Será que soy otra cosa. Echo de otro tipo de pasta. Sería justo llamarme... feérico oscuro...?

Mi reflexión filosófica si vio interrumpida por unos golpes en la puerta.

-Sharei. Siento molestarte pero hay una persona que desea verte. Dice que requiere tus servicios - dijo el guardia de detrás de la puerta.

-Es muy pronto para empezar con asuntos de estado -repliqué con voz cansada.

-No señor. Él quiere vuestro servicio como herrero.

-Como herrero? Poca gente sabe que soy herrero y menos se pueden permitir que le de forma a sus armas. Cada arma que hago es única, irrepetible, para su portador y nadie más. Me pregunto que pasará cuando mueran. Yo seguiré aquí si no me matan. Seguiré aquí por muchos siglos... -me dije a mi mismo mientras me cambiaba de ropa.

Con un últimos vistazo a la cama, salí de la habitación.

{...}

En poco tiempo llegué al vestíbulo, donde una persona encapuchada me esperaba. Las manos las apoyaba encima de dos espadas que sobresalían de ambos lados de su cadera.

-Eres tu el que me buscaba? Porque quieres que te forje un arma... Lurr? -dije contento y extrañado de verlo en mi territorio.

Si el humano se sorprendió no lo mostró externamente y se acercó a mi con tranquilidad.

-Mis armas se han quedado obsoletas y se que eres la caña consiguiendo nuevos poderes -dijo con la sonrisa tétrica que le caracterizaba. -Hay pocos herreros que te igualen, concretamente solo Kvothe. Pero como tu eres mi aliado... Y sabes que es lo que me interesa.

Sonriendo ante su lógica observe sus espadas y le dije:

-Pues tu me dirás. Que clase de arma prefieres?

-Ves estas dos espadas? -me contestó mientras que con un fluido movimiento las sacaba de sus respectivas vainas. -Fusionalas! Haz que sean una sola, con el poder del fin del mundo.

Sonriendo ante tales pretensiones, las cogí por la hoja y las observé detenidamente. Se veía claramente que en la oscuridad residía su poder. Y que hay más poderoso que la oscuridad? El Vacio.

-En ese caso, ya puedes marcharte -le suelto mientras observo por una de las ventanas hacia los soles. -Estará lista para la medianoche.

Sin ni siquiera volver la vista atrás para despedirle, me dirigí hacia los sótanos.

{...}

La bajada parecía eterna, la luz era solo un recuerdo y la oscuridad llenaba el lugar. Esto hubiera bastado para que una persona cualquiera se largara de allí, pero no era mi caso. La oscuridad era mi hermana, mi alma, mi madre... El calor iba en aumento y del fondo de la escalera se podía vislumbrar un destello rojizo. Débil. La temperatura seguía subiendo; el aire asfixiante, quemaba mis pulmones.

Progresivamente, la luz fue subiendo y las escaleras se terminaron. La forja, se mostraba ante mi.