Las lágrimas de una guerrera
3 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Las lágrimas de una guerrera
Awa... ¿cuánto hacía que no regresaba a mi hogar? La energía, la vida de aquel lugar acariciaba cada fibra de mi ser, le daba aliento a mi agotada alma... Habían pasado años que no veía aquellos árboles, las hojas enormes, las exuberantes flores... Sentía que la compañía que me faltaba la hallaba en aquel lugar, silencioso y acogedor. Todas esas personas que habían pasado por mi vida... ¿dónde se hallaban...? Aira, Aeris, Ankira... ¿dónde estáis? Desde la última aventura bajo las aguas de nuestros océanos no había vuelto a tener contacto con nadie. Había viajado sola, evitando la compañía de todo el mundo, a pesar que debía reconocer que sí la necesitaba... pero de quien la necesitaba no sabía si los volvería a ver.
Había pasado un tiempo en Celestia, recuperándome de mis heridas. Las gentes de allí eran tan amables, tan transparentes, más que sus ropas, que ya era decir... Ellos habían leído mi alma y el dolor que la atenazaba, pero habían guardado silencio. Sabía que mi estado los afectaba, así que había decidido partir en cuanto me encontré algo mejor. Mi primer destino había sido el anillo de hielo, atravesarlo y llegar al oráculo. Tal vez allí encontrase información sobre lo que había pasado meses antes... pero mis heridas se resentían y tuve que abandonar mi empeño y buscar un lugar en el que descansar y reponerme. A pesar de ser maga, casi siempre peleaba cuerpo a cuerpo, y eso era un inconveniente en mi estado.
Me senté a la sombra de un árbol, como meses y meses atrás, y así los había conocido... Recosté mi cabeza sobre el tronco del árbol y cerré los ojos... la energía de aquel lugar calaba por todo mi cuerpo, reponiéndolo... Casi sin darme cuenta noté que algo resbalaba por mis mejillas... me pasé la mano por ellas y lo que encontré fueron... ¿lágrimas? Lágrimas, cálidas, húmedas, resbalando por mi rostro una tras otra... hacía tanto que no lloraba... Me dejé llevar por los sentimientos, le quité la armadura que le había puesto a mi corazón tiempo atrás y dejé que aquel pozo de angustia se vaciase... A veces, las personas con apariencia más fuerte o decidida eran los que más apoyo necesitaban...
Había pasado un tiempo en Celestia, recuperándome de mis heridas. Las gentes de allí eran tan amables, tan transparentes, más que sus ropas, que ya era decir... Ellos habían leído mi alma y el dolor que la atenazaba, pero habían guardado silencio. Sabía que mi estado los afectaba, así que había decidido partir en cuanto me encontré algo mejor. Mi primer destino había sido el anillo de hielo, atravesarlo y llegar al oráculo. Tal vez allí encontrase información sobre lo que había pasado meses antes... pero mis heridas se resentían y tuve que abandonar mi empeño y buscar un lugar en el que descansar y reponerme. A pesar de ser maga, casi siempre peleaba cuerpo a cuerpo, y eso era un inconveniente en mi estado.
Me senté a la sombra de un árbol, como meses y meses atrás, y así los había conocido... Recosté mi cabeza sobre el tronco del árbol y cerré los ojos... la energía de aquel lugar calaba por todo mi cuerpo, reponiéndolo... Casi sin darme cuenta noté que algo resbalaba por mis mejillas... me pasé la mano por ellas y lo que encontré fueron... ¿lágrimas? Lágrimas, cálidas, húmedas, resbalando por mi rostro una tras otra... hacía tanto que no lloraba... Me dejé llevar por los sentimientos, le quité la armadura que le había puesto a mi corazón tiempo atrás y dejé que aquel pozo de angustia se vaciase... A veces, las personas con apariencia más fuerte o decidida eran los que más apoyo necesitaban...
Última edición por Aile Lunnai el Dom Jun 09, 2013 5:01 pm, editado 1 vez
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
Vagaba sin rumbo por aquellos parajes... Aah... la luz de las lunas ya de dejaba ver... tan tímida entre las hojas de los árboles... Acariciaba mi piel, aquella piel de humana... tan débil, tan insignificante... Un humano jamás sería digno de ostentar el alma de un shek, un señor de los cielos, él único capaz de derrotar a un dragón... Me angustiaba aquel disfraz humano, tan pequeño... escuchaba mi alma pedir que la sacase de aquella molesta envoltura, pero era la única forma de pasar desapercibida... La mejor estrategia para acabar con tu enemigo era que él pensara que eres un rival insignificante.
Cansada ya de torturar a Aeris, me había ido del lado de aquellos seres insignificantes... si dejábamos a parte al dragón y a Aeris, claro está. Pero, ya que no podía matar a aquel dragón, ¿qué sentido tenía seguir allí? Ah, esos seres eran tan molestos, tan ruidosos... eran engreídos, se creían los señores de Idhún. Tal vez habría que recordarles que durante un tiempo estuvieron al borde de la extinción mientras los sheks dominábamos este mundo.
Hablando de seres patéticos... aquella feérica... Aile... aquella era Aile, una de las del grupo. Vaya, el mundo era un pañuelo. Y esta vez estaba sola, ¿sabría vérselas contra un shek? ¿O no la atacaba? Patética, estaba llorando... tan débiles... Yo no me había rendido aun, jamás cesaría en la promesa que me hice de acabar con aquellos dragones y demostrarle a mi padre que era digna de ser una shek.
-¿Ya te has rendido, feérica...?
Cansada ya de torturar a Aeris, me había ido del lado de aquellos seres insignificantes... si dejábamos a parte al dragón y a Aeris, claro está. Pero, ya que no podía matar a aquel dragón, ¿qué sentido tenía seguir allí? Ah, esos seres eran tan molestos, tan ruidosos... eran engreídos, se creían los señores de Idhún. Tal vez habría que recordarles que durante un tiempo estuvieron al borde de la extinción mientras los sheks dominábamos este mundo.
Hablando de seres patéticos... aquella feérica... Aile... aquella era Aile, una de las del grupo. Vaya, el mundo era un pañuelo. Y esta vez estaba sola, ¿sabría vérselas contra un shek? ¿O no la atacaba? Patética, estaba llorando... tan débiles... Yo no me había rendido aun, jamás cesaría en la promesa que me hice de acabar con aquellos dragones y demostrarle a mi padre que era digna de ser una shek.
-¿Ya te has rendido, feérica...?
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Escuché una voz familiar, escalofriantemente familiar... Alcé la cabeza y me encontré con la gélida mirada de la shek.
-Aeryn...
Me levanté decidida y me llevé la mano a la espalda, comprobando que podría coger la empuñadura de mi espada sin problemas. Sonreí, de manera irónica... Vaya, qué coincidencia.
-¿Cómo tú por estos parajes?
¿Aun buscaría a Aeris? Maldita sea, ¿qué le había dado con la unicornio? Y lo más importante... había decidido hablarme... ¿qué planearía? Aeryn no se movía sin un buen motivo. ¿Era todo casualidad o aquel encuentro era intencionado? ¿Habría esperado hasta tenerme en un lugar solitario y así vengarse? Sabía que una feérica tenía pocas posibilidades contra una shek, pero... ella no debía olvidar de que estábamos jugando en mi territorio. Awa, era mi hogar, era parte de mi alma. Podía moverme por él como ninguna otra criatura que no fuera feérica podría hacer jamás. Desenvainé mi espada, mirando con frialdad a la despiadada shek de ojos rojos.
-Si has venido a matarme, déjate de palabrería.
Podía usar la magia, pero hacía tanto tiempo que no lo hacía... además, me sentía más segura cuerpo a cuerpo.
-Aeryn...
Me levanté decidida y me llevé la mano a la espalda, comprobando que podría coger la empuñadura de mi espada sin problemas. Sonreí, de manera irónica... Vaya, qué coincidencia.
-¿Cómo tú por estos parajes?
¿Aun buscaría a Aeris? Maldita sea, ¿qué le había dado con la unicornio? Y lo más importante... había decidido hablarme... ¿qué planearía? Aeryn no se movía sin un buen motivo. ¿Era todo casualidad o aquel encuentro era intencionado? ¿Habría esperado hasta tenerme en un lugar solitario y así vengarse? Sabía que una feérica tenía pocas posibilidades contra una shek, pero... ella no debía olvidar de que estábamos jugando en mi territorio. Awa, era mi hogar, era parte de mi alma. Podía moverme por él como ninguna otra criatura que no fuera feérica podría hacer jamás. Desenvainé mi espada, mirando con frialdad a la despiadada shek de ojos rojos.
-Si has venido a matarme, déjate de palabrería.
Podía usar la magia, pero hacía tanto tiempo que no lo hacía... además, me sentía más segura cuerpo a cuerpo.
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
Sonreí sarcásticamente... qué triste, qué débil... los sentimientos de aquellos seres inferiores eran tan penosos... Me retiré con delicadeza el pelo hacia atrás, era tan suave... era lo único que me gustaba de aquel repugnante cuerpo humano. Se puso a la defensiva, con la mano cerca de la empuñadura de su espada... estúpida feérica, se pensaba que podría hacer algo ese trozo de metal contra mis escamas de shek...
-¿De veras piensas que ese trozo de metal me hará algo, feérica...? No sólo eres débil, también eres estúpida...Le di un poco la espalda... sabía que no me iba a atacar por detrás, tenía demasiados escrúpulos como para hacerlo... miré con vagueza el paisaje que nos rodeaba...
-Daba una vuelta... nada más...Aquel sitio me traía muchos recuerdos... La unicornio... maldita, se había escapado de mis garras... La miré como si mirase de llover, como si estuviera observando a algo insignificante... algo que era insignificante... no eran más que insectos, todos... deberían estar a nuestro servicio, no viviendo como si fueran nuestros iguales...
-¿Matarte?Le di la espalda, con desprecio.
-No ensuciaría mis manos en tan asquerosa tarea... no mereces la pena.
-¿De veras piensas que ese trozo de metal me hará algo, feérica...? No sólo eres débil, también eres estúpida...Le di un poco la espalda... sabía que no me iba a atacar por detrás, tenía demasiados escrúpulos como para hacerlo... miré con vagueza el paisaje que nos rodeaba...
-Daba una vuelta... nada más...Aquel sitio me traía muchos recuerdos... La unicornio... maldita, se había escapado de mis garras... La miré como si mirase de llover, como si estuviera observando a algo insignificante... algo que era insignificante... no eran más que insectos, todos... deberían estar a nuestro servicio, no viviendo como si fueran nuestros iguales...
-¿Matarte?Le di la espalda, con desprecio.
-No ensuciaría mis manos en tan asquerosa tarea... no mereces la pena.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Ahora mismo estaba en Awa, descansando cerca de un claro en el bosque. La mayor de las lunas bañaba todos los árboles de la linde del bosque de manera juguetona, dejando sombras aquí y allá que se podían interpretar fácilmente como gente observando todos mis movimientos. Era una maravilla el poder de la vida que albergaba Awa, nunca podía dejar de maravillarme. Saeta estaba junto a mi, en la rama del árbol donde estaba apoyado, no paraba de mirar a un lado y a otro desafiante, queriendo que alguna de esas sombras fuese un animal para llevarse a la boca. Sombras... No podía quitarme de la cabeza aquél personaje. Él era mi ejecutor, suerte que los Dioses, que Aldun estuvo cerca para ayudarme, sino ya no estaría aquí, disfrutando del bosque y su vida. Se la tenía jurada, escapó de las garras de los Dioses y hubiese querido acabar con él. Por esta razón, sabiendo que estaba vivo rondando libre por dondequiera que estuviere, acabaría encontrándolo y acabaría con él. Pero necesitaba entrenarme, ser más fuerte...
Ya era el segundo día que viajaba en dirección a Puerto Esmeralda. Por fin, el viaje de retorno a casa. Aún, los acontecimientos pasados se le agolpaban en la cabeza en el momento de irse a dormir. La voz de Aldun en su cabeza, la energía que había albergado en su interior, la transformación en bola de fuego, la lucha contra el Séptimo. Por fin, todo había acabado. Los Seis habían vuelto para reclamar aquello que debía ser libre, habían reclamado nuestra libertad.
El fuego crepitaba al son de una música cuando mi alma dragón se removió por dentro. Fueran donde fueran, aunque estuvieran escondidos en lo más recóndito de Umadhún, podría distinguir ese olor hasta en el mismísimo infierno: un shek andaba cerca. Entonces fue, que pensando en la Sombra y en entrenar, fui a por él. Así que con el instinto activado, me dejé llevar por ese olor hasta el origen. Cuál fue mi sorpresa al verme en medio de un combate. Habían dos personas: una feérica y una niñita pequeña. Decidí no intervenir en un principio, con sumo cuidado y silencio para no advertir de mi presencia, me distancié y observé la escena. La feérica cogió el mango de la espada, estaba preparada para luchar. Con este gesto, vi que no era la shek, estaba llorando. ¡La shek era la chiquilla! Me moví en dirección a la feérica, si necesitaba mi ayuda saltaría a por ella. No tenía mucho tiempo, sabía que si yo la había detectado ella también lo haría, mi única esperanza era que los sentimientos humanos le nublaran los sentidos shek.
-Si has venido a matarme, déjate de palabrería.
-¿Matarte? - Le dió la espalda.
-No ensuciaría mis manos en tan asquerosa tarea... no mereces la pena.
Esto se estaba poniendo muy mal, de modo que, con ligereza, mi mano obediente se deslizó para coger el mango de Drackass, la cual respondió afirmativamente, estábamos preparados para luchar.
Ya era el segundo día que viajaba en dirección a Puerto Esmeralda. Por fin, el viaje de retorno a casa. Aún, los acontecimientos pasados se le agolpaban en la cabeza en el momento de irse a dormir. La voz de Aldun en su cabeza, la energía que había albergado en su interior, la transformación en bola de fuego, la lucha contra el Séptimo. Por fin, todo había acabado. Los Seis habían vuelto para reclamar aquello que debía ser libre, habían reclamado nuestra libertad.
El fuego crepitaba al son de una música cuando mi alma dragón se removió por dentro. Fueran donde fueran, aunque estuvieran escondidos en lo más recóndito de Umadhún, podría distinguir ese olor hasta en el mismísimo infierno: un shek andaba cerca. Entonces fue, que pensando en la Sombra y en entrenar, fui a por él. Así que con el instinto activado, me dejé llevar por ese olor hasta el origen. Cuál fue mi sorpresa al verme en medio de un combate. Habían dos personas: una feérica y una niñita pequeña. Decidí no intervenir en un principio, con sumo cuidado y silencio para no advertir de mi presencia, me distancié y observé la escena. La feérica cogió el mango de la espada, estaba preparada para luchar. Con este gesto, vi que no era la shek, estaba llorando. ¡La shek era la chiquilla! Me moví en dirección a la feérica, si necesitaba mi ayuda saltaría a por ella. No tenía mucho tiempo, sabía que si yo la había detectado ella también lo haría, mi única esperanza era que los sentimientos humanos le nublaran los sentidos shek.
-Si has venido a matarme, déjate de palabrería.
-¿Matarte? - Le dió la espalda.
-No ensuciaría mis manos en tan asquerosa tarea... no mereces la pena.
Esto se estaba poniendo muy mal, de modo que, con ligereza, mi mano obediente se deslizó para coger el mango de Drackass, la cual respondió afirmativamente, estábamos preparados para luchar.
Eliwood- Señora de la Torre
- Mensajes : 630
Puntos : 888
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 30
Localización : Puerto Esmeralda
Datos
Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Las lágrimas de una guerrera
-Por Wina... Qué arrogante sois los sheks.
Agarré con fuerza el mango de Shannai y la desenvainé, dejando que la luz de las lunas arrancara destellos metálicos de su filo. Aeryn me daba la espalda, confiada... apreté la mandíbula, cada vez más cabreada. Aquella shek parecía estar en el mundo tan solo para hacernos daño a mí y a mi gente. Que no pensase que se iba a salir con la suya. Arqueé las cejas cuando dijo que no ensuciaría sus manos matándome... maldita, a saber cuánta sangre habías derramado ya. Me restregué la cara quitando los últimos restos de mis lágrimas.
-Tenía que haberte matado en cuanto tuve la ocasión. Esta vez no está Aeris, no tendrás la suerte de que me contenga.
Sabía el porcentaje tan altísimo que tenía de morir si me enfrentaba a una shek yo sola, pero aun así podía recurrir también a la magia... además, había sobrevivido a cosas peores. La experiencia en el fondo del mar junto a aquella roca maldita... todo aquello, la cueva... todo eso, a pesar de haberme agotado, paradójicamente, también me había fortalecido. Miré desafiante a la shek, con los ojos entornados, brillando audaces. Mi alma ardía de ganas de ponerle fin a aquello.
De repente escuché un sonido entre los árboles. Sin darle la espalda a Aeryn, miré hacia el lado del que provenía... agudicé el oído, eran pisadas humanas. Me dieron ganas hasta de sonreír... los humanos jamás aprenderían a moverse con sutileza por el bosque... aun así era peligroso que estuviera aquí, y más con aquella despiadada shek de por medio. Sin más demora, el humano que había percibido saltó a mi lado, con la espada desenvainada. Pero... no, no era un simple humano. Desprendía una energía diferente, algo superior... ¿un archimago? No, parecía algo más poderoso... Aun así, parecía dispuesto a luchar a mi lado. Me coloqué en posición de ataque, esperando el primer movimiento de la shek. Shannay brillaba con fuerza, deseando probar de una vez la sangre de nuestra enemiga. Sin mirar a mi inesperado compañero le pregunté:
-¿Nos conocemos de algo?
Le miré de reojo momentáneamente.
-Ten cuidado, no es una simple humana a la que nos enfrentamos.
No sabía por qué me estaba ayudando, ni quién era, ni de dónde venía... pero era un aliado y en la guerra todo valía, ¿no era así?
Agarré con fuerza el mango de Shannai y la desenvainé, dejando que la luz de las lunas arrancara destellos metálicos de su filo. Aeryn me daba la espalda, confiada... apreté la mandíbula, cada vez más cabreada. Aquella shek parecía estar en el mundo tan solo para hacernos daño a mí y a mi gente. Que no pensase que se iba a salir con la suya. Arqueé las cejas cuando dijo que no ensuciaría sus manos matándome... maldita, a saber cuánta sangre habías derramado ya. Me restregué la cara quitando los últimos restos de mis lágrimas.
-Tenía que haberte matado en cuanto tuve la ocasión. Esta vez no está Aeris, no tendrás la suerte de que me contenga.
Sabía el porcentaje tan altísimo que tenía de morir si me enfrentaba a una shek yo sola, pero aun así podía recurrir también a la magia... además, había sobrevivido a cosas peores. La experiencia en el fondo del mar junto a aquella roca maldita... todo aquello, la cueva... todo eso, a pesar de haberme agotado, paradójicamente, también me había fortalecido. Miré desafiante a la shek, con los ojos entornados, brillando audaces. Mi alma ardía de ganas de ponerle fin a aquello.
De repente escuché un sonido entre los árboles. Sin darle la espalda a Aeryn, miré hacia el lado del que provenía... agudicé el oído, eran pisadas humanas. Me dieron ganas hasta de sonreír... los humanos jamás aprenderían a moverse con sutileza por el bosque... aun así era peligroso que estuviera aquí, y más con aquella despiadada shek de por medio. Sin más demora, el humano que había percibido saltó a mi lado, con la espada desenvainada. Pero... no, no era un simple humano. Desprendía una energía diferente, algo superior... ¿un archimago? No, parecía algo más poderoso... Aun así, parecía dispuesto a luchar a mi lado. Me coloqué en posición de ataque, esperando el primer movimiento de la shek. Shannay brillaba con fuerza, deseando probar de una vez la sangre de nuestra enemiga. Sin mirar a mi inesperado compañero le pregunté:
-¿Nos conocemos de algo?
Le miré de reojo momentáneamente.
-Ten cuidado, no es una simple humana a la que nos enfrentamos.
No sabía por qué me estaba ayudando, ni quién era, ni de dónde venía... pero era un aliado y en la guerra todo valía, ¿no era así?
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
Me dieron ganas de reír ante su exclamación... era irónico... ¿era yo, o estaba siendo ella la arrogante? ¿Ella, una simple feérica matarme a mí, a una shek? Aun con la 'hada' a mis espaldas, ladeé la cabeza y le dirigí una mirada fríbola... en mi rostro blanco, casi como de porcelana, no había expresión alguna... tan solo una mirada gélida, heladora... cualquier humano o ser inferior habría salido corriendo, pero aquella insignificante criatura de orejas puntiagudas tenía demasiado orgullo... patético...
Sentí un escalofrío recorrer mi delicada piel... ese olor, ese poder... me volví bruscamente hacia la dirección de la que provenía aquella desagradable sensación... ah, el odio... El odio comenzaba a fluir por mis venas, comenzaba a invadirme... el dragón, camuflado bajo una piel humana, se había colocado al lado de Aile... ¿estaba dispuesto a defenderla por algo en especial? ¿O tan solo por el placer de enfrentarse a un shek y dar rienda suelta a su naturaleza? Dirigí mi sangrienta mirada hacia los ojos del dragón.
-Ah... ¿coincidencia, destino...? Le miré abriendo al máximo los ojos... quería sentir su sangre deslizándose por mi piel, mis colmillos clavados letalmente en su cuerpo... ¿Sería aquel el momento en el que podría cumplir la promesa que me hice aquel día? Giré mi cuerpo en un movimiento sinuoso, como si ya estuviera transformada... delicadamente me aparté el pelo hacia atrás, para luego dejar caer lánguidamente mis brazos...- Nuestro instinto... ¿no lo sientes...? El odio... el odio se mueve por nuestras venas, envenenando nuestra alma... nos pide que matemos, que destrocemos... Las emociones... las considero propias de seres inferiores, pero... por una vez... ¿por qué no dejar que el instinto nos guíe?
Sólo miraba al dragón, parecía que Aile había dejado de existir para mí... de todas formas, su existencia era insignificante...
Sentí un escalofrío recorrer mi delicada piel... ese olor, ese poder... me volví bruscamente hacia la dirección de la que provenía aquella desagradable sensación... ah, el odio... El odio comenzaba a fluir por mis venas, comenzaba a invadirme... el dragón, camuflado bajo una piel humana, se había colocado al lado de Aile... ¿estaba dispuesto a defenderla por algo en especial? ¿O tan solo por el placer de enfrentarse a un shek y dar rienda suelta a su naturaleza? Dirigí mi sangrienta mirada hacia los ojos del dragón.
-Ah... ¿coincidencia, destino...? Le miré abriendo al máximo los ojos... quería sentir su sangre deslizándose por mi piel, mis colmillos clavados letalmente en su cuerpo... ¿Sería aquel el momento en el que podría cumplir la promesa que me hice aquel día? Giré mi cuerpo en un movimiento sinuoso, como si ya estuviera transformada... delicadamente me aparté el pelo hacia atrás, para luego dejar caer lánguidamente mis brazos...- Nuestro instinto... ¿no lo sientes...? El odio... el odio se mueve por nuestras venas, envenenando nuestra alma... nos pide que matemos, que destrocemos... Las emociones... las considero propias de seres inferiores, pero... por una vez... ¿por qué no dejar que el instinto nos guíe?
Sólo miraba al dragón, parecía que Aile había dejado de existir para mí... de todas formas, su existencia era insignificante...
- Spoiler:
- Siento la tardanza, ya sabéis, los exámenes...
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Off: No se si me dejareis XD pero me uno... En el tema en el que estoy no postea ninguna de las dos chicas .
Derbhad, lugar donde se halla el mayor bosque de Idhún y el más mágico que hay y habrá siempre. Lugar donde puedes refugiarte del exterior durante un tiempo y descansar, olvidandote de todo. Allí estaba yo, tumbado en una rama de unos de los árboles, descansando, sin llegar a dormir.
Algo de pronto rompió ese descanso, primero una esencia muy familiar, algo que ya conocía. Después otra esencia que era todo lo contrario, algo que me repugnaba y me hacía ir a por ello en seguida.
Abrí los ojos y suspiré, y me guié por mi insinto hacia donde sentía eso extraño, y lo que vi no me extrañó del todo. Primero una chica, de espaldas no conseguía ver mucho, pero cuando me acerqué más, sentí ese aroma tan familiar que tenían los Sheks. Después pude ver a otras dos personas, de la que una de las dos, era Eliwood. Sonreí, sarcásticamente. Otra vez ese dragón metiendose en lios.
También me fijé en la otra chica, parecía una feerica. Bastante poderosa, pero no más que aquella Shek.
-Bueno, siento interrumpir este... Debate de amoríos. Pero supongo que os vais a pelear, ¿no es asi?
Mis años entre dragones me habían permitido ignorar mi instinto y poder aguantar para asi evitar un percance. De momento no pretendía entrar en aquel combate, hasta que no se complicara demasiado.
Derbhad, lugar donde se halla el mayor bosque de Idhún y el más mágico que hay y habrá siempre. Lugar donde puedes refugiarte del exterior durante un tiempo y descansar, olvidandote de todo. Allí estaba yo, tumbado en una rama de unos de los árboles, descansando, sin llegar a dormir.
Algo de pronto rompió ese descanso, primero una esencia muy familiar, algo que ya conocía. Después otra esencia que era todo lo contrario, algo que me repugnaba y me hacía ir a por ello en seguida.
Abrí los ojos y suspiré, y me guié por mi insinto hacia donde sentía eso extraño, y lo que vi no me extrañó del todo. Primero una chica, de espaldas no conseguía ver mucho, pero cuando me acerqué más, sentí ese aroma tan familiar que tenían los Sheks. Después pude ver a otras dos personas, de la que una de las dos, era Eliwood. Sonreí, sarcásticamente. Otra vez ese dragón metiendose en lios.
También me fijé en la otra chica, parecía una feerica. Bastante poderosa, pero no más que aquella Shek.
-Bueno, siento interrumpir este... Debate de amoríos. Pero supongo que os vais a pelear, ¿no es asi?
Mis años entre dragones me habían permitido ignorar mi instinto y poder aguantar para asi evitar un percance. De momento no pretendía entrar en aquel combate, hasta que no se complicara demasiado.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
OFF: Tranquila Aeryn, todos estamos igual creo yo xdd
Al aparecer en el combate, la shek que me dedicó una mirada de aquellas heladoras, que te dejan con los pies anclados en el suelo. Mi alma humana se sintió cohibida, pero Drackass me recordó que no debía temer, él estaba allí y los dos juntos podíamos. Así que, dibujando un círculo de mi espalda al suelo, la espada se apoyó por un momento en el suelo, para poder apuntar con la punta de ella a la shek que teníamos delante. "Arder" se activó en el preciso instante en que la punta hubo hecho todo ese recorrido. Mientras ella se movía de forma similar a un shek, un relámpago de odio recorrió toda mi columna, quería abalanzarme a por ella para acabar tanta palabrería.
- Nuestro instinto... ¿no lo sientes...? El odio... el odio se mueve por nuestras venas, envenenando nuestra alma... nos pide que matemos, que destrocemos... Las emociones... las considero propias de seres inferiores, pero... por una vez... ¿por qué no dejar que el instinto nos guíe?
¿Si sentía el odio? Ahora mismo quería acabar con ella, sentir entre mis uñas sus alas destripadas, oír el chillido de un shek quemándose... ¡Qué dulce melodía! Iba a acabar con la escena que estábamos protagonizando cuando un nuevo personaje apareció de la oscuridad. ¡Y qué sorpresa al encontrarme otra vez con Sasha! No sabía si ese encuentro era algo bueno o malo, mis sentimientos hicieron un vuelco. Mi mayor enemigo volvía a estar cerca de mí. Aunque ahora no había motivo que luchar entre nosotros dos, Aira ya no estaba. Mantuve mi posición de ataque, por si de una treta se trataba. No podía ser real, pero podía sentir si olor, mis recuerdos se agolparon todos en un instante. Y entonces una pregunta apareció en letras grandes en mi mente: "¿Qué había sido de ella?".
- ¿Qué haces tú aquí? - le espeté a Sasha, suponía que si no había vuelto a ver a Aira era por su culpa. Iba a averiguar qué había pasado con ella.
Cm total: 175 - 20 + 14 = 169
Al aparecer en el combate, la shek que me dedicó una mirada de aquellas heladoras, que te dejan con los pies anclados en el suelo. Mi alma humana se sintió cohibida, pero Drackass me recordó que no debía temer, él estaba allí y los dos juntos podíamos. Así que, dibujando un círculo de mi espalda al suelo, la espada se apoyó por un momento en el suelo, para poder apuntar con la punta de ella a la shek que teníamos delante. "Arder" se activó en el preciso instante en que la punta hubo hecho todo ese recorrido. Mientras ella se movía de forma similar a un shek, un relámpago de odio recorrió toda mi columna, quería abalanzarme a por ella para acabar tanta palabrería.
- Nuestro instinto... ¿no lo sientes...? El odio... el odio se mueve por nuestras venas, envenenando nuestra alma... nos pide que matemos, que destrocemos... Las emociones... las considero propias de seres inferiores, pero... por una vez... ¿por qué no dejar que el instinto nos guíe?
¿Si sentía el odio? Ahora mismo quería acabar con ella, sentir entre mis uñas sus alas destripadas, oír el chillido de un shek quemándose... ¡Qué dulce melodía! Iba a acabar con la escena que estábamos protagonizando cuando un nuevo personaje apareció de la oscuridad. ¡Y qué sorpresa al encontrarme otra vez con Sasha! No sabía si ese encuentro era algo bueno o malo, mis sentimientos hicieron un vuelco. Mi mayor enemigo volvía a estar cerca de mí. Aunque ahora no había motivo que luchar entre nosotros dos, Aira ya no estaba. Mantuve mi posición de ataque, por si de una treta se trataba. No podía ser real, pero podía sentir si olor, mis recuerdos se agolparon todos en un instante. Y entonces una pregunta apareció en letras grandes en mi mente: "¿Qué había sido de ella?".
- ¿Qué haces tú aquí? - le espeté a Sasha, suponía que si no había vuelto a ver a Aira era por su culpa. Iba a averiguar qué había pasado con ella.
Cm total: 175 - 20 + 14 = 169
Eliwood- Señora de la Torre
- Mensajes : 630
Puntos : 888
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 30
Localización : Puerto Esmeralda
Datos
Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Las lágrimas de una guerrera
-Simplemente relajarme... Aun que lo mismo podría preguntarte yo a ti, Eliwood.
Dije mirandole burlón. En realidad no me importaba nada lo que hacía allí, pero simplemente era para distraer un poco. Entonces, ignorando a la feerica, me senté en un árbol mientras observaba cómo se peleaban aquella Shek y Eliwood. Tal vez se metiera tambien la feerica, pero confiaba en que mi "*hermana" se defendería bien y podría con ellos. Mientras observaba como se peleaban, saqué a Eveantus y la empecé a afilar, con naturalidad y la tranquilidad que nos caracterizaba a los Sheks. Aún no tenía intención de meterme en aquella pelea, pero algo me decía que lo tendría que hacer tarde o temprano.
Después de un rato afilando la espada, me levanté y empecé a hacer movimientos de entrenamiento en el aire, un tanto lejos de los demás.
Dije mirandole burlón. En realidad no me importaba nada lo que hacía allí, pero simplemente era para distraer un poco. Entonces, ignorando a la feerica, me senté en un árbol mientras observaba cómo se peleaban aquella Shek y Eliwood. Tal vez se metiera tambien la feerica, pero confiaba en que mi "*hermana" se defendería bien y podría con ellos. Mientras observaba como se peleaban, saqué a Eveantus y la empecé a afilar, con naturalidad y la tranquilidad que nos caracterizaba a los Sheks. Aún no tenía intención de meterme en aquella pelea, pero algo me decía que lo tendría que hacer tarde o temprano.
Después de un rato afilando la espada, me levanté y empecé a hacer movimientos de entrenamiento en el aire, un tanto lejos de los demás.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Miré con odio a la shek ¡¡Maldita serpiente!! Siempre se creían superiores a nosotros... sí, muy bien, que despreciase nuestras emociones, más fuerza podían tener que sus asquerosos colmillos.
Cuando aquel chico llegó, noté que desvió toda su atención de mí. Lo miraba a él, sólo a él, como si hubiese dejado de existir... comenzó a comentar algo extraño sobre el destino y el odio... ¿qué es lo que tenía en la cabeza? Tal vez... ¡Tal vez aquel joven era un híbrido de dragón! Era la única explicación razonable que le encontraba a todo aquello... Aeryn parecía estar deseando matar al recién llegado... tan sólo pensaba en hacer daño a los demás.
De repente llegó otro chico, también con un aura extraño... ¿Otro híbrido? Joder, me comenzaba a sentir ignorada... Me volví sobresaltada hacia él cuando dijo aquello.
-¿¡Debate de amoríos!?
Espero de que fuese de broma... Lo miré con atención y asentí en silencio cuando preguntó de que si íbamos a luchar, aunque podía percibir que su atención se dirigía más hacia los otros dos. Giré de nuevo la cabeza, esta vez hacia el primer chico ¿¡Se conocían!? Pero esto qué era, ¿una especie de reencuentro multitudinario? Ojj, maldita sea...
El recién llegado se sentó bajo un árbol, observándolo todo con fría indiferencia. Sin duda era un híbrido de shek... Chasqueé la lengua con disgusto y me volví a centrar en Aeryn. Si se transformaba sería peligroso acercarme, además de que el otro también se transformaría... tendría preparada mi magia por si acaso...
Cuando aquel chico llegó, noté que desvió toda su atención de mí. Lo miraba a él, sólo a él, como si hubiese dejado de existir... comenzó a comentar algo extraño sobre el destino y el odio... ¿qué es lo que tenía en la cabeza? Tal vez... ¡Tal vez aquel joven era un híbrido de dragón! Era la única explicación razonable que le encontraba a todo aquello... Aeryn parecía estar deseando matar al recién llegado... tan sólo pensaba en hacer daño a los demás.
De repente llegó otro chico, también con un aura extraño... ¿Otro híbrido? Joder, me comenzaba a sentir ignorada... Me volví sobresaltada hacia él cuando dijo aquello.
-¿¡Debate de amoríos!?
Espero de que fuese de broma... Lo miré con atención y asentí en silencio cuando preguntó de que si íbamos a luchar, aunque podía percibir que su atención se dirigía más hacia los otros dos. Giré de nuevo la cabeza, esta vez hacia el primer chico ¿¡Se conocían!? Pero esto qué era, ¿una especie de reencuentro multitudinario? Ojj, maldita sea...
El recién llegado se sentó bajo un árbol, observándolo todo con fría indiferencia. Sin duda era un híbrido de shek... Chasqueé la lengua con disgusto y me volví a centrar en Aeryn. Si se transformaba sería peligroso acercarme, además de que el otro también se transformaría... tendría preparada mi magia por si acaso...
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
-¿¡Debate de amoríos!?
Entonces fue cuando caí que todavía estaba la feérica junto a mí. Sus palabras salieron de su boca, atravesando el juego de miradas entre los dos sheks y yo, como una saeta cruzó el pequeño claro donde estaba transcurriendo toda la escena. El odio hacia los dos sheks que tenía presente hacía que mi atención se hubiese desviado de ella. Debía de pensar algo rápido; sin embargo, esa chica era todo un misterio para mí. Así que decidí hacer una cosa. Me acerqué a ella y, sin quitar de encima de esas dos víboras, le murmuré, intentando que sólo ella escuchara aquello que le iba a decir:
- Feérica, no te preocupes - no le quise decir la verdad, mas se debía de preocupar: contra un shek iba a ser pan comido, pero contra dos, y más siendo Sasha, la cosa empezaba a pintar un poco mal para nosotros. No quería infravalorar a mi compañera, ya que si ella sola se había encarado ante la shek, significaba valentía, cualidad muy digan por su parte - [color:edd7=#rreedd]de momento no me voy a transformar, de manera que vamos a necesitar combinar todas nuestras habilidades. A parte del manejo de la espada, ¿sabes hacer algo más?
Mientras, Drackass se regocijaba por dentro, su próximo movimiento estaba a punto de aparecer.
Entonces fue cuando caí que todavía estaba la feérica junto a mí. Sus palabras salieron de su boca, atravesando el juego de miradas entre los dos sheks y yo, como una saeta cruzó el pequeño claro donde estaba transcurriendo toda la escena. El odio hacia los dos sheks que tenía presente hacía que mi atención se hubiese desviado de ella. Debía de pensar algo rápido; sin embargo, esa chica era todo un misterio para mí. Así que decidí hacer una cosa. Me acerqué a ella y, sin quitar de encima de esas dos víboras, le murmuré, intentando que sólo ella escuchara aquello que le iba a decir:
- Feérica, no te preocupes - no le quise decir la verdad, mas se debía de preocupar: contra un shek iba a ser pan comido, pero contra dos, y más siendo Sasha, la cosa empezaba a pintar un poco mal para nosotros. No quería infravalorar a mi compañera, ya que si ella sola se había encarado ante la shek, significaba valentía, cualidad muy digan por su parte - [color:edd7=#rreedd]de momento no me voy a transformar, de manera que vamos a necesitar combinar todas nuestras habilidades. A parte del manejo de la espada, ¿sabes hacer algo más?
Mientras, Drackass se regocijaba por dentro, su próximo movimiento estaba a punto de aparecer.
Eliwood- Señora de la Torre
- Mensajes : 630
Puntos : 888
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 30
Localización : Puerto Esmeralda
Datos
Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Las lágrimas de una guerrera
Sonreí cuando la feerica se puso de aquella manera. Habia conseguido mas o menos lo que quería, pero en en esos momentos tenia toda la concentración en mi "entrenamiento". Mis movimientos eran fluidos y firmes, como si aquello lo hubiera hecho más veces. Pero entonces, como si fuera de una imagen, los pensamientos de uno de aquellos tres individuos me vino a la cabeza. Y sabia de quien se trataba.
-Feerica, si deberias preocuparte... Al menos de mi. Aun que... Bueno, el dragoncito ya lo sabrá. ¿A que si, Eliwood?
Cuando empecé a hablar habia dejado de realizar los movimientos de entrenamiento para mirar a Eliwood y a la feerica, mis palabras habian sido amenazantes, pero en cambio, mi tono era indiferente. Después mire a todos los presentes, uno a uno, mientras hablaba.
-De todas formas ¿Es obligatorio entrar en combate? A mi no me vendria mal, pero... Podriamos hablarlo ¿No?
-Feerica, si deberias preocuparte... Al menos de mi. Aun que... Bueno, el dragoncito ya lo sabrá. ¿A que si, Eliwood?
Cuando empecé a hablar habia dejado de realizar los movimientos de entrenamiento para mirar a Eliwood y a la feerica, mis palabras habian sido amenazantes, pero en cambio, mi tono era indiferente. Después mire a todos los presentes, uno a uno, mientras hablaba.
-De todas formas ¿Es obligatorio entrar en combate? A mi no me vendria mal, pero... Podriamos hablarlo ¿No?
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Observé con curiosidad la reacción de cada uno de ellos... El dragón pareció reaccionar ante el grito de la feérica... Aile como siempre, para ella la discreción o al menos el reaccionar con tranquilidad no existía... Siempre se guiaba por sus impulsos, por su instinto... no negaba que tuviese algo de... bueno, algo de 'inteligencia', pero... mayormente actuaba por instito... al menos eso era lo que había podido apreciar el tiempo que estuve tratando con ella y con... Aeris. Mis ojos mostraron un brillo peligroso al recordar a aquella frágil criatura... frágil y delicada, pero a la vez tan poderosa o incluso más que yo.
El dragón se acercó a Aile y le susurró algo al oído... suspiré... estaban agotando mi paciencia. A pesar de que intentó que no se escuchase, nada podía escapar de la mirada de un shek... sus labios me recitaban cada una de sus palabras. Sonreí irónicamente. Me acaricié el pelo con delicadeza, era tan suave... me aburrían... aunque aquel maldito dragón parecía dispuesto a pelear, eso era lo único que me mantenía allí... la oportunidad de por fin poder cumplir la promesa que me hice hace tanto, el poder mostrarme orgullosa ante mi padre...
El otro shek parecía satisfecho de haber alarmado así a Aile... que no se sintiese tan orgulloso, era fácil provocar en ella cualquier tipo de reacción. Era tan débil como cualquiera de los de su condición... aunque con un orgullo fuera de lo normal. Escuché las palabras del shek reprimiendo un bostezo... cuánta palabrería... Le dirigí una mirada fría y amenazadora cuando dijo lo de que tal vez era mejor hablar...
-¿Qué deberíamos hablar...? ¿Hay, acaso, algo sobre lo que discutir? Es una pérdida de tiempo, absurdo...
Mi alma de shek se estremecía, deseando ser liberada de aquella cárcel de carne y hueso humanos.
El dragón se acercó a Aile y le susurró algo al oído... suspiré... estaban agotando mi paciencia. A pesar de que intentó que no se escuchase, nada podía escapar de la mirada de un shek... sus labios me recitaban cada una de sus palabras. Sonreí irónicamente. Me acaricié el pelo con delicadeza, era tan suave... me aburrían... aunque aquel maldito dragón parecía dispuesto a pelear, eso era lo único que me mantenía allí... la oportunidad de por fin poder cumplir la promesa que me hice hace tanto, el poder mostrarme orgullosa ante mi padre...
El otro shek parecía satisfecho de haber alarmado así a Aile... que no se sintiese tan orgulloso, era fácil provocar en ella cualquier tipo de reacción. Era tan débil como cualquiera de los de su condición... aunque con un orgullo fuera de lo normal. Escuché las palabras del shek reprimiendo un bostezo... cuánta palabrería... Le dirigí una mirada fría y amenazadora cuando dijo lo de que tal vez era mejor hablar...
-¿Qué deberíamos hablar...? ¿Hay, acaso, algo sobre lo que discutir? Es una pérdida de tiempo, absurdo...
Mi alma de shek se estremecía, deseando ser liberada de aquella cárcel de carne y hueso humanos.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Advertí la mirada de aquella Shek y no pude evitar mirarla de igual forma, ¿es que se pensaba que era mas poderosa que yo? ¿O superior? Me acerque a ella, con tranquilidad, aun que en mi rostro se podia adivinar seriedad.
-No estoy ofreciendo la posibilidad de hablarlo como personas normales por mi beneficio, si no por el tuyo... Ese dragon es mas poderoso de lo que crees.
Despues de decir aquello en voz baja y amenazadora, me di la vuelta y caminé unos cuantos pasos hasta estar a una distancia comoda para entrar en combate. Despues mire a Eliwood y le hablé telepaticamente por un "canal" que solo escuchara el.
-Intenta reprimir tu instinto, estamos en un lugar fragil para el fuego.
-No estoy ofreciendo la posibilidad de hablarlo como personas normales por mi beneficio, si no por el tuyo... Ese dragon es mas poderoso de lo que crees.
Despues de decir aquello en voz baja y amenazadora, me di la vuelta y caminé unos cuantos pasos hasta estar a una distancia comoda para entrar en combate. Despues mire a Eliwood y le hablé telepaticamente por un "canal" que solo escuchara el.
-Intenta reprimir tu instinto, estamos en un lugar fragil para el fuego.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
-Feerica, si deberias preocuparte... Al menos de mi. Aun que... Bueno, el dragoncito ya lo sabrá. ¿A que si, Eliwood?
Esas palabras entraron en mis orejas como martillos, ¿como podía ser que nos intentara amedrentar de ésa forma? Mis manos apretaron fuerte el mango de la espada, cada vez intentaba concentrar más poder en ella para poder lanzar un ataque bien potente. Me habían escuchado, vi que debía de ser más discreto antes de enseñar mis cartas. En los siguientes segundos, los dos shek entraron en medio de una pelea. Al parecer, la pequeña tenía muchas ganas de luchar, tenía la necesidad y el odio la estaba consumiendo por dentro durante esos minutos de conversación. Se olía a metros que la pequeña, sin nosotros, se hubiera lanzado ya a la feérica sin piedad. Estaba dispuesto a lanzar ya mi ataque cuando Sasha abrió un canal mental: "Intenta reprimir tu instinto, estamos en un lugar frágil para el fuego". "Tu sabes que soy dragón, para defenderme de ella necesito el fuego, ¿cómo quieres que luchemos la feérica y yo ante ella si no utilizo el fuego?". Mientras compartía esa información con él, di un paso hacia delante y otro hacia el lado de la feérica, relegándola a segundo plano. De esta manera evitaría que sufriera daños y si era necesario, podría escapar y yo le cubriría las espaldas. No le iba a decir nada tampoco, ellos lo escucharían y averiguarían alguna forma de poder evitar su huída. De esta forma, contaba con el factor sorpresa. Me amparé en que ella entendiera mi movimiento y ya está. Aun sabiendo lo que había dicho Sasha por el canal, seguí recargando el ataque, no me iban a pillar desprevenidos...
Esas palabras entraron en mis orejas como martillos, ¿como podía ser que nos intentara amedrentar de ésa forma? Mis manos apretaron fuerte el mango de la espada, cada vez intentaba concentrar más poder en ella para poder lanzar un ataque bien potente. Me habían escuchado, vi que debía de ser más discreto antes de enseñar mis cartas. En los siguientes segundos, los dos shek entraron en medio de una pelea. Al parecer, la pequeña tenía muchas ganas de luchar, tenía la necesidad y el odio la estaba consumiendo por dentro durante esos minutos de conversación. Se olía a metros que la pequeña, sin nosotros, se hubiera lanzado ya a la feérica sin piedad. Estaba dispuesto a lanzar ya mi ataque cuando Sasha abrió un canal mental: "Intenta reprimir tu instinto, estamos en un lugar frágil para el fuego". "Tu sabes que soy dragón, para defenderme de ella necesito el fuego, ¿cómo quieres que luchemos la feérica y yo ante ella si no utilizo el fuego?". Mientras compartía esa información con él, di un paso hacia delante y otro hacia el lado de la feérica, relegándola a segundo plano. De esta manera evitaría que sufriera daños y si era necesario, podría escapar y yo le cubriría las espaldas. No le iba a decir nada tampoco, ellos lo escucharían y averiguarían alguna forma de poder evitar su huída. De esta forma, contaba con el factor sorpresa. Me amparé en que ella entendiera mi movimiento y ya está. Aun sabiendo lo que había dicho Sasha por el canal, seguí recargando el ataque, no me iban a pillar desprevenidos...
Eliwood- Señora de la Torre
- Mensajes : 630
Puntos : 888
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 30
Localización : Puerto Esmeralda
Datos
Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Las lágrimas de una guerrera
Suspire cuando Eliwood me contesto que tendria que utilizar el fuego sí o sí. Mire a la Shek un momento y cerré mi mente para evitar que pudiera leer mis intenciones. Entonces guardé el arma y me puse mis guantes, aquellos que me otorgaban tanto poder. Me acerqué con gran rapidez a Aeryn y alcé las manos, apuntandola. Y de mis manos salieron varios rayos que no tardaron en impactar y electrocutar a la Shek. Apliqué la fuerza y energia necesarios para poder dejarla inconsciente. Entonces, cuando dejé de lanzar rayos y el cuerpo de la chica fue a caer pesadamente al suelo, me acerqué y la cogí. Pisandola con suavidad.
-Lo siento, pero no podia dejar que salieras malherida por tu locura.
Sabia que no podria oirme, pues todos sus sentidos habian sido anulados por aquella descarga. Entonces me levante y mire a Eliwood y a la feerica, serio.
-Ahora no hay motivos para luchar, asi que bajad las armas... Yo no pienso luchar.
Habilidad usada del objeto magico:
Descarga: Los guantes lanzan unos rayos que pueden electrocutar al oponente. Si la Fm del oponente es menor al 50% del portador, puede quedar en coma durante 4 turnos. Coste: 30 Cm
Off:Dado que Aeryn no tiene sus stats puestos en el inventario, digamos que la dejo KO hasta dentro de 4 post, pero voy a ser generoso y queda KO solo 2 posts a partir del siguiente que postee despues de mi.
-Lo siento, pero no podia dejar que salieras malherida por tu locura.
Sabia que no podria oirme, pues todos sus sentidos habian sido anulados por aquella descarga. Entonces me levante y mire a Eliwood y a la feerica, serio.
-Ahora no hay motivos para luchar, asi que bajad las armas... Yo no pienso luchar.
Habilidad usada del objeto magico:
Descarga: Los guantes lanzan unos rayos que pueden electrocutar al oponente. Si la Fm del oponente es menor al 50% del portador, puede quedar en coma durante 4 turnos. Coste: 30 Cm
Off:Dado que Aeryn no tiene sus stats puestos en el inventario, digamos que la dejo KO hasta dentro de 4 post, pero voy a ser generoso y queda KO solo 2 posts a partir del siguiente que postee despues de mi.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
-Paf Paf Paf. Que espectáculo! Dos sheks, un dragón y una feérica luchando como ordenaron los dioses. Sangre caliente contra sangre fría. No es así Sasha y Eliwood?
La voz provenía de la propia espada del muchacho. Observando más atentamente se podía observa que algo había cambiado. Una especie de dibujo negro se movía, algo no detectado antes. El Okami. Un impulso sacude el arma de arriba abajo y como si de un trozo de barro oscuro se tratara, una bola cae a partir de la runa.
-Tal y como quieren los dioses, los perfectos dioses que todos amáis. Porque reprimís vuestros instintos? Acaso vuestras familias y razas no han sufrido en esta guerra sin fin? Y tu Eliwood, reniegas de una orden de tus dioses?- la bola se sacude y crece, mostrando la viscosidad y la oscuridad que solo se encuentra en lo mas profundo de la noche. -Una orden tan antigua que por ello se ha convertido en canon, algo inesquivable, tan fuerte que lo tienes incluso en el propio ADN. Claro que no es por ello que me he referido a ti, pues se puede decir lo mismo de los sheks. Porque un elegido como tu, que ha acogido el poder de un dios en su interior, al terminar la guerra reprime una de las primeras ordenes que le dieron sus amos? Vaya elegido... No la sientes bullir en tu interior? Sabes que la quieres dejar salir, la bestia lo esta esperando. Reniegas de tus dioses? Un simple dragón oponiéndose a los dioses. Vaya paradoja no? No se, me recuerdas a alguien... Supongo que sabes de quien hablo no?
En pocos segundos, alcanza el tamaño de una persona y la viscosidad desaparece como humo. Ante los presentes se alzaba la Sombra, libre del destierro en la que se creía encerrada. Pasea los ojos por los presentes, uno normal y el otro llameante, ambos azules. Inesperadamente se paran en la feérica y algo parecido al verde inunda el ojo normal. Este pequeño cambio solo lo ha observado ella, pues la capucha cubre de las miradas laterales. El intercambio de miradas solo ha durado un segundo y finalmente se vuelve hacia Eliwood preparado para reaccionar.
Off: Creo que esto va a cabrear un POQUITO a Eli XD (para las que no lo sepáis, Eliwood ha estado muerto y yo fui si ejecutor). He decidido nombrar "bestia" al estado que se encuentran los sheks y los dragones cuando luchan con su enemigo mortal. Ahora comprobaremos que es mas fuerte, la orden de un dios o el odio que siente hacia mi su pj?
La voz provenía de la propia espada del muchacho. Observando más atentamente se podía observa que algo había cambiado. Una especie de dibujo negro se movía, algo no detectado antes. El Okami. Un impulso sacude el arma de arriba abajo y como si de un trozo de barro oscuro se tratara, una bola cae a partir de la runa.
-Tal y como quieren los dioses, los perfectos dioses que todos amáis. Porque reprimís vuestros instintos? Acaso vuestras familias y razas no han sufrido en esta guerra sin fin? Y tu Eliwood, reniegas de una orden de tus dioses?- la bola se sacude y crece, mostrando la viscosidad y la oscuridad que solo se encuentra en lo mas profundo de la noche. -Una orden tan antigua que por ello se ha convertido en canon, algo inesquivable, tan fuerte que lo tienes incluso en el propio ADN. Claro que no es por ello que me he referido a ti, pues se puede decir lo mismo de los sheks. Porque un elegido como tu, que ha acogido el poder de un dios en su interior, al terminar la guerra reprime una de las primeras ordenes que le dieron sus amos? Vaya elegido... No la sientes bullir en tu interior? Sabes que la quieres dejar salir, la bestia lo esta esperando. Reniegas de tus dioses? Un simple dragón oponiéndose a los dioses. Vaya paradoja no? No se, me recuerdas a alguien... Supongo que sabes de quien hablo no?
En pocos segundos, alcanza el tamaño de una persona y la viscosidad desaparece como humo. Ante los presentes se alzaba la Sombra, libre del destierro en la que se creía encerrada. Pasea los ojos por los presentes, uno normal y el otro llameante, ambos azules. Inesperadamente se paran en la feérica y algo parecido al verde inunda el ojo normal. Este pequeño cambio solo lo ha observado ella, pues la capucha cubre de las miradas laterales. El intercambio de miradas solo ha durado un segundo y finalmente se vuelve hacia Eliwood preparado para reaccionar.
Off: Creo que esto va a cabrear un POQUITO a Eli XD (para las que no lo sepáis, Eliwood ha estado muerto y yo fui si ejecutor). He decidido nombrar "bestia" al estado que se encuentran los sheks y los dragones cuando luchan con su enemigo mortal. Ahora comprobaremos que es mas fuerte, la orden de un dios o el odio que siente hacia mi su pj?
- Aspecto:
Sharei- Nigromante
- Mensajes : 500
Puntos : 515
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Las lágrimas de una guerrera
Vacilé antes de responderle al dragón...
- Sí... soy maga de segundo grado en magia etérea... no es una magia muy destructiva, es más bien de apoyo, pero puedo servir...- dije, dudosa. Hacía mucho que no practicaba ni utilizaba ningún hechizo, como si no fuera hechicera. Me había dedicado a reunir información y a recuperarme de mis heridas... El tiempo que había pasado en Celestia y en el Anillo de Hielo tan solo había usado las armas para defenderme en cietos casos... estaba algo oxidada, pero yo había nacido con la batalla en la sangre, así que mientras habláramos con las armas, no habría problemas.
Aeryn parecía empeñada con matar ¿qué tenía en aquella cabeza de chorlito? Maldita shek, tan solo pensaba en segar vidas... Debería llamarse La Parca en vez de Aeryn. El otro shek parecía estar divirtiéndose de lo lindo con aquella situación... le dirigí una mirada desafiante. Los dragones no me apasionaban, pero los sheks... eran unos arrogantes. Clavé mi espada en el suelo, mirando de manera agresiva a Aeryn con los puños cerrados, sin retirarme del lado del dragón. No sabía cuáles eran sus intenciones, pero era un aliado poderoso y no me permitiría desaprovechar la oportunidad de cargarme de una vez aquella lastra de ser.
Sin esperarlo, el otro shek dejó inconsciente a Aeryn. Lo miré con los ojos muy abierto, a penas me había dado tiempo para reaccionar.
-¡¿Pero qué...?!-comencé a decir. Miré sorprendida al dragón, esperando su reacción. ¿Qué estaba pasando allí? Cuando dijo que no tenía intenciones de luchar apreté los labios y agarré con fuerza la empuñadura de mi espada, pero no la envainé. No me fiaba un pelo de aquello. Chasqueé la lengua con disgusto. Coloqué una mano sobre el hombro del dragón y me puse a su lado, dándole a entender que no necesitaba de su protección, aun así le dediqué una breve sonrisa agradecida.
De repente apareció otro individuo... ¿quién era? No me daba muy buena espina... Arranqué a Shannay del suelo y me puse a la defensiva, por si acaso. Una voz comenzó a hablar durante un rato... no entendía nada, maldita sea... De repente se alzó ante nosotros una sombra que paró su mirada ante mí. Retrocedí un paso, desconfiada... Había algo extraño en sus ojos, sobre todo en el normal... ¿qué había sido aquello?
-¿Se puede saber qué está pasando?
- Sí... soy maga de segundo grado en magia etérea... no es una magia muy destructiva, es más bien de apoyo, pero puedo servir...- dije, dudosa. Hacía mucho que no practicaba ni utilizaba ningún hechizo, como si no fuera hechicera. Me había dedicado a reunir información y a recuperarme de mis heridas... El tiempo que había pasado en Celestia y en el Anillo de Hielo tan solo había usado las armas para defenderme en cietos casos... estaba algo oxidada, pero yo había nacido con la batalla en la sangre, así que mientras habláramos con las armas, no habría problemas.
Aeryn parecía empeñada con matar ¿qué tenía en aquella cabeza de chorlito? Maldita shek, tan solo pensaba en segar vidas... Debería llamarse La Parca en vez de Aeryn. El otro shek parecía estar divirtiéndose de lo lindo con aquella situación... le dirigí una mirada desafiante. Los dragones no me apasionaban, pero los sheks... eran unos arrogantes. Clavé mi espada en el suelo, mirando de manera agresiva a Aeryn con los puños cerrados, sin retirarme del lado del dragón. No sabía cuáles eran sus intenciones, pero era un aliado poderoso y no me permitiría desaprovechar la oportunidad de cargarme de una vez aquella lastra de ser.
Sin esperarlo, el otro shek dejó inconsciente a Aeryn. Lo miré con los ojos muy abierto, a penas me había dado tiempo para reaccionar.
-¡¿Pero qué...?!-comencé a decir. Miré sorprendida al dragón, esperando su reacción. ¿Qué estaba pasando allí? Cuando dijo que no tenía intenciones de luchar apreté los labios y agarré con fuerza la empuñadura de mi espada, pero no la envainé. No me fiaba un pelo de aquello. Chasqueé la lengua con disgusto. Coloqué una mano sobre el hombro del dragón y me puse a su lado, dándole a entender que no necesitaba de su protección, aun así le dediqué una breve sonrisa agradecida.
De repente apareció otro individuo... ¿quién era? No me daba muy buena espina... Arranqué a Shannay del suelo y me puse a la defensiva, por si acaso. Una voz comenzó a hablar durante un rato... no entendía nada, maldita sea... De repente se alzó ante nosotros una sombra que paró su mirada ante mí. Retrocedí un paso, desconfiada... Había algo extraño en sus ojos, sobre todo en el normal... ¿qué había sido aquello?
-¿Se puede saber qué está pasando?
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
Corrió atravesando silenciosamente el bosque, sus linderos se deshacían a sus pies. Las hojas parecían desaparecer con gentileza para evitar que los sonidos del bosque sobrepasaran los de todo el ambiente. Recorrió el bosque hasta llegar a la escena... Y de repente se hizo el silencio, agónico y brutalmente fingido tan solo limitado al absurdo máximo, sí, pero... un silencio perpetuo que duraría hasta que él mismo decidiera qué hacer...
Sin embargo, no parecía ser parte de aquel débil juego, el juego al que han sido embaucados sheks y dragones durante milenios... apenas los colores se distinguían, pero los paradigmas de la situación eran cuanto menos, divertidos. Danzantes, sus ojos miraron con cierto aburrimiento al shek y el dragón, enzarzados en la misma batalla de sus ancestros... asta reparar en una dama de rostro hermoso, demasiado delicado para tratarse de humano... no... debía de tratarse de un ser fata, una caminante de los bosques.
No pensó más. Sabía que hacer.
Una mano se posó con cuidado sobre la mano de la feerica, la cual empuñaba con ferocidad una espada. Casi admirado, el rostro de Jack trazó una suave sonrisa - Milady... - Pronunció con elegancia, reparando en el cuerpo de una segunda chica y de belleza no menos singular. - Creo que hay que irse. - Comentó señalando al shek, al dragón y al personaje sombrío, mientras cuidadosamente cogía en brazos a la lady herida.
Sin embargo, no parecía ser parte de aquel débil juego, el juego al que han sido embaucados sheks y dragones durante milenios... apenas los colores se distinguían, pero los paradigmas de la situación eran cuanto menos, divertidos. Danzantes, sus ojos miraron con cierto aburrimiento al shek y el dragón, enzarzados en la misma batalla de sus ancestros... asta reparar en una dama de rostro hermoso, demasiado delicado para tratarse de humano... no... debía de tratarse de un ser fata, una caminante de los bosques.
No pensó más. Sabía que hacer.
Una mano se posó con cuidado sobre la mano de la feerica, la cual empuñaba con ferocidad una espada. Casi admirado, el rostro de Jack trazó una suave sonrisa - Milady... - Pronunció con elegancia, reparando en el cuerpo de una segunda chica y de belleza no menos singular. - Creo que hay que irse. - Comentó señalando al shek, al dragón y al personaje sombrío, mientras cuidadosamente cogía en brazos a la lady herida.
- Habilidad sigilo:
- Veterano: ningún sonido procede o es provocado por ti si no lo deseas. Sabes como pisar ramas y hojas sin producir el menor sonido, como callar el tintineo de tu armadura y resto de objetos sin necesidad de camuflarlo bajo otros sonidos. Sabes fundirte entre las sombras, o hacer que el enemigo te pierda de vista en cuanto aparte la mirada si dispones del medio necesario. El sonido de tus pasos provocaría terror en tus enemigos... si llegaran a oírlo.
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
Off: Ala Sharei, como si de verdad me fuera a enfadar xdd Eliwood como personaje on rol se va a enfadar, eso si, pero yo no! Aunque... si que me voy a enfadar si no me constestas a los mp!
Cuando vi que Sasha atacó a la chica shek no pude evitar dejar ver mi cara de conmoción. Esa reacción no me la esperaba para nada. Cuando vi que la chica caía en el suelo, la tensión en mis manos desapareció. Sabía que Sasha era alguien de palabra, aunque hacia mucho que no sabía nada de él, estas era una de aquellas cosas que no cambian en una persona. Relajé mis brazos e iba a decirle algo a Sasha cuando de mi espada empezó a emanar energía, energía que nunca había visto. Apareció un símbolo y la voz de alguien que me parecía conocido se proyectó por el claro.
Cuando la cosa esa obtuvo forma humana, entonces reconocí quién era, la Sombra de la batalla de los Dioses. Él otra vez aquí, ¿¡qué hacia aquí!? Debería estar enncerrado en algún lugar bien lejos de aquí, se había escapado esa vez, pero aquí no sucedería lo mismo.
"Sasha, es la Sombra de la batalla de los Dioses. ¡Él mató a Kerzer, él estaba junto a Kvothe! Ha renegado de todos los Dioses. Nosotros nos debemos a nuestros dioses, debemos acabar con él. " le dije al shek mediante el canal telepático que había establecido entre nosotros dos. "Sabes que quiere decir esto, ¿no? Intenta ser precavido y atacarle por detrás, yo lo entretendré con algún discursito"
- Tu, renegado de los dioses, ¿quién te crees? Tu poder te esta obcecando, ya has perdido el norte y no sabes por donde vas ni de donde vienes. El juego a que estas jugando te va grande, te crees un dios y no llegas ni a sus pies. Me parece muy bonito que intentes ser poderoso pero recuerda de donde vienes. Fuiste creado por los dioses y en lo más hondo de tu ser, eres lo que eres gracias a aquello que te crearon, gracias a los dioses que reniegas - empecé a decirle a la sombra, sabía que era algo material, lo puedes sentir, e incluso sabía que dentro de él había una alma de animal. Si mi sentido de Domador de haai no me fallaba, aquél que tenía delante era un híbrido con un ser inferior. Continué - Tienes razón que Sasha y yo deberíamos de luchar entre nosotros. Pero nuestros Dioses también defienden algo muy importante, nuestra libertad. Somos libres al fin y al cabo. Además, yo creo que si no lucho contra un shek que me ha ayudado para acabar con un renegado de todos los dioses, me van a perdonar esta vez.
Iba a empuñar otra vez Drackass en dirección a la Sombra cuando noté que Aile, que estaba a mi lado sujetándome el hombro, hizo un movimiento raro. Me giré para mirar que le pasaba y vi que un extraño la estaba agarrando. Interrumpí todo y a partir de la mano que había extendido hacia mí la cogí y la atraje hacia mi.
- ¿¡QUÉ HACES!? - le grité. No pensaba dejar que nadie se llevara a Aile, esto empezaba a ser algo personal y pensaba protegerla por encima de todo.
Cuando vi que Sasha atacó a la chica shek no pude evitar dejar ver mi cara de conmoción. Esa reacción no me la esperaba para nada. Cuando vi que la chica caía en el suelo, la tensión en mis manos desapareció. Sabía que Sasha era alguien de palabra, aunque hacia mucho que no sabía nada de él, estas era una de aquellas cosas que no cambian en una persona. Relajé mis brazos e iba a decirle algo a Sasha cuando de mi espada empezó a emanar energía, energía que nunca había visto. Apareció un símbolo y la voz de alguien que me parecía conocido se proyectó por el claro.
Cuando la cosa esa obtuvo forma humana, entonces reconocí quién era, la Sombra de la batalla de los Dioses. Él otra vez aquí, ¿¡qué hacia aquí!? Debería estar enncerrado en algún lugar bien lejos de aquí, se había escapado esa vez, pero aquí no sucedería lo mismo.
"Sasha, es la Sombra de la batalla de los Dioses. ¡Él mató a Kerzer, él estaba junto a Kvothe! Ha renegado de todos los Dioses. Nosotros nos debemos a nuestros dioses, debemos acabar con él. " le dije al shek mediante el canal telepático que había establecido entre nosotros dos. "Sabes que quiere decir esto, ¿no? Intenta ser precavido y atacarle por detrás, yo lo entretendré con algún discursito"
- Tu, renegado de los dioses, ¿quién te crees? Tu poder te esta obcecando, ya has perdido el norte y no sabes por donde vas ni de donde vienes. El juego a que estas jugando te va grande, te crees un dios y no llegas ni a sus pies. Me parece muy bonito que intentes ser poderoso pero recuerda de donde vienes. Fuiste creado por los dioses y en lo más hondo de tu ser, eres lo que eres gracias a aquello que te crearon, gracias a los dioses que reniegas - empecé a decirle a la sombra, sabía que era algo material, lo puedes sentir, e incluso sabía que dentro de él había una alma de animal. Si mi sentido de Domador de haai no me fallaba, aquél que tenía delante era un híbrido con un ser inferior. Continué - Tienes razón que Sasha y yo deberíamos de luchar entre nosotros. Pero nuestros Dioses también defienden algo muy importante, nuestra libertad. Somos libres al fin y al cabo. Además, yo creo que si no lucho contra un shek que me ha ayudado para acabar con un renegado de todos los dioses, me van a perdonar esta vez.
Iba a empuñar otra vez Drackass en dirección a la Sombra cuando noté que Aile, que estaba a mi lado sujetándome el hombro, hizo un movimiento raro. Me giré para mirar que le pasaba y vi que un extraño la estaba agarrando. Interrumpí todo y a partir de la mano que había extendido hacia mí la cogí y la atraje hacia mi.
- ¿¡QUÉ HACES!? - le grité. No pensaba dejar que nadie se llevara a Aile, esto empezaba a ser algo personal y pensaba protegerla por encima de todo.
Eliwood- Señora de la Torre
- Mensajes : 630
Puntos : 888
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 30
Localización : Puerto Esmeralda
Datos
Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Las lágrimas de una guerrera
Mi cuerpo se tensó por completo cuando aquella Sombra apareció de la nada. Sabia de quien se trataba, y no por haber tenido un encuentro muy "amistoso". Escuché a Eliwood atentamente y asenti mientras que mi ropa se iba transformando en una armadura parecida a la de aquella sombra. Pero habia una gran diferencia: El colir de dicha armadura era como la luz del atardecer. Aquella armadura empezó a brillar lentamente. Entonces, cuando supe que era el momento, corri hacia aquella sombra y la golpee en la espalda. Despues di un salto hacia atras y un rayo cegador* salio disparado hacia aquel individuo. Este rayo viajó a gran velocidad y seria probable que no lo esquivara. Lo que nos daria tiempo para preparar una tactica.
En todo este tiempo no repare en el sexto individuo que habia aparecido y habia agarrado a la feerica con intenciones de llevarsela.
Corrí hacia Eliwood y me puse a su lado. Miré al extraño con seriedad.
-En vez de llevarte a la feerica podrias ayudar, humano.
Off:
*Poder usado de Caliza: "Haz de fuerza" Coste: 25 Cm. 390 - 25 Cm= 365
En todo este tiempo no repare en el sexto individuo que habia aparecido y habia agarrado a la feerica con intenciones de llevarsela.
Corrí hacia Eliwood y me puse a su lado. Miré al extraño con seriedad.
-En vez de llevarte a la feerica podrias ayudar, humano.
Off:
*Poder usado de Caliza: "Haz de fuerza" Coste: 25 Cm. 390 - 25 Cm= 365
Invitado- Invitado
Re: Las lágrimas de una guerrera
La gente nunca se da cuenta de que es manipulada hasta que es demasiado tarde. Unos trastrabilleos emponzoñan el Eco de la zona y el consiguiente sonido sordo que produce un golpe contra el suelo se escucha. Ni siquiera giro la marioneta, pues se exactamente que ha pasado. El okami de Eventaus se ha activado, lanzando unos tentáculos alrededor del cuerpo del shek, demasiado concentrado en el primero como para darse cuenta. Es lo que tienen los sheks, se avanzan a los acontecimientos, o por lo menos, a los acontecimientos que ellos quieren hacer.
Un golpe así aturde un poco, pero no demasiado y menos con un oponente como él. El okami de Eventaus no desaprovecha la oportunidad y adopta la forma del Velo Nocturno mientras mantiene la presión del shek contra el suelo. Ahora eran dos los okamis activos en la zona, pero puede, que hubiera otros, esperando el momento justo para actuar.
El okami de Drackass seguía impasible a las palabras del dragon, pues estaban llenas de hipocresía y mentiras, mentiras que el mismo Eliwood se había creado para seguir creyendo en el sentido de la vida.
-Por que intentas atacarme Sasha? Yo no soy tu enemigo, al contrario que este de aqui delante -incluso antes de terminar la frase, el okami que le retenía se levanta de golpe y se coloca a un lado. Cuando el shek hace un ademan de incorporarse, el okami le pisa la espalda, provocando un nuevo derrumbe. La pierna, se derrite como agua y la masa oscura surgida de la misma bloquea el cuerpo del híbrido. El primero de los okamis sigue mirando fijamente al dragon. - Pero no estoy aquí por eso. Me intriga tu manera de reaccionar... Que es lo que te impulsa a pensar así cuando las cosas que has experimentado, demuestran todo lo contrario? Acogiste en tu interior un poder demasiado grande, tan grande, que debería haber dejado huellas en ti. Deberías haber visto la verdad. Pasando a lo grande que es mi poder... Ni siquiera usé un cuarto de mis poderes.
Un golpe así aturde un poco, pero no demasiado y menos con un oponente como él. El okami de Eventaus no desaprovecha la oportunidad y adopta la forma del Velo Nocturno mientras mantiene la presión del shek contra el suelo. Ahora eran dos los okamis activos en la zona, pero puede, que hubiera otros, esperando el momento justo para actuar.
El okami de Drackass seguía impasible a las palabras del dragon, pues estaban llenas de hipocresía y mentiras, mentiras que el mismo Eliwood se había creado para seguir creyendo en el sentido de la vida.
-Por que intentas atacarme Sasha? Yo no soy tu enemigo, al contrario que este de aqui delante -incluso antes de terminar la frase, el okami que le retenía se levanta de golpe y se coloca a un lado. Cuando el shek hace un ademan de incorporarse, el okami le pisa la espalda, provocando un nuevo derrumbe. La pierna, se derrite como agua y la masa oscura surgida de la misma bloquea el cuerpo del híbrido. El primero de los okamis sigue mirando fijamente al dragon. - Pero no estoy aquí por eso. Me intriga tu manera de reaccionar... Que es lo que te impulsa a pensar así cuando las cosas que has experimentado, demuestran todo lo contrario? Acogiste en tu interior un poder demasiado grande, tan grande, que debería haber dejado huellas en ti. Deberías haber visto la verdad. Pasando a lo grande que es mi poder... Ni siquiera usé un cuarto de mis poderes.
Sharei- Nigromante
- Mensajes : 500
Puntos : 515
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Las lágrimas de una guerrera
Aun me sentía confusa ante la visión de aquellos ojos... no sabía qué era, ni siquiera qué pretendía, pero en cada fibra de mi ser podía adivinar que no era nada bueno. Había un aura maligna alrededor de aquella criatura o lo que fuese. Retrocedí otro paso más, sin fiarme, alzando a Shannay delante mía. Cuando el híbrido de dragón le respondió a aquella extraña sombra le presté atención, tratando de sacar algo en limpio de todo aquello, pero no entendía nada. Tan sólo pude comprender de que renegaba de los dioses (¿Incluso del Séptimo?), y dijo algo de la libertad de no luchar tal y como lo habían dispuesto los dioses. Sacudí la cabeza, confusa, agitando levemente mi larga melena verde... ¿Qué estaba ocurriendo allí? De un momento había pasado de estar tranquila en el bosque a verme en mitad de una disputa en la que estaban involucrados los dioses... y, dados mis últimos tratos con ellos, prefería no tener nada que ver con ellos. Sin embargo, el híbrido había acudido en mi ayuda sin haber tenido un por qué, no podía abandonarlo a su suerte, además, no estaba en mi forma de ser hacer eso.
Antes de poder reaccionar de cualquier otra manera, noté una mano posándose sobre la mía. No pude reprimir una leve exclamación de sorpresa, y al volverme me encontré con un rostro humano.
-¿Mi...¡Milady!?
Reiré la mano de aquel extraño, que decía algo de irse... Pero ¿quién era? Maldita sea, estaban pasando demasiadas cosas como para poder asimilarlas de una sola vez... Vi que cogía el cuerpo de Aeryn y fui a reprochárselo o intentar detenerlo si se oponía, cuando noté que el híbrido de dragón me agarró y me vi arrojada hacia él. Con los ojos muy abiertos por la sorpresa, parpadeé varias veces, notando que me sonrojaba un poco... Vaya, parecía que se había tomado en serio lo de protegerme... No me había esperado aquella reacción. ¿Lo conocería de algo? Ni siquiera sabía su nombre... Hice un esfuerzo por volver en sí, y miré con desconfianza al recién llegado.
-¿Quién eres?
Bueno, realmente, esa era una pregunta que debía hacerle a casi todos los que estaban allí. Sentí una presencia fría y al volverme vi que el shek se había puesto al lado del dragón, echándole en cara al humano el haber tratado de llevarme con él. La verdad, no sabía qué pensar... en si se preocupaban por mí, o simplemente no se fiaban de aquel recién llegado... Los miré a todos, confusa. Pasé el peso de mi cuerpo de un pie a otro, analizando la situación, y no, no llegaba a encontrarle sentido. Volví mi mirada hacia el extraño que había llegado antes, que de nuevo estaba hablando... de lo estupefacta que había estado, había dejado caer la espada al suelo... Cuando me di cuenta de aquello, la recogí rápidamente y me alejé un poco de todos, algo nerviosa. Del dragón sentía que no tenía por qué desconfiar, pero el humano que estaba tratando de llevarse a Aeryn no me dio muy buena espina, de los sheks generalmente desconfiaba, y ya del chico de las sombras... Alcé a Shannay delante mía, irritada. Sentí que temblaba un poco, pero me sobrepuse... no iba a dejar que notaran que estaba algo asustada.
-Maldita sea... ¿¡Qué está pasando aquí!?
Me giré bruscamente hacia el humano que mantenía a Aeryn en sus brazos.
-Yo que tú la soltaría, podría despertarse en cualquier momento y no es precisamente inofensiva.
Paseé mi mirada por la de todos. Me paré un segundo en la del dragón, sentía que no era mala persona, pero aun así me sentía confusa. Quería una explicación.
Antes de poder reaccionar de cualquier otra manera, noté una mano posándose sobre la mía. No pude reprimir una leve exclamación de sorpresa, y al volverme me encontré con un rostro humano.
-¿Mi...¡Milady!?
Reiré la mano de aquel extraño, que decía algo de irse... Pero ¿quién era? Maldita sea, estaban pasando demasiadas cosas como para poder asimilarlas de una sola vez... Vi que cogía el cuerpo de Aeryn y fui a reprochárselo o intentar detenerlo si se oponía, cuando noté que el híbrido de dragón me agarró y me vi arrojada hacia él. Con los ojos muy abiertos por la sorpresa, parpadeé varias veces, notando que me sonrojaba un poco... Vaya, parecía que se había tomado en serio lo de protegerme... No me había esperado aquella reacción. ¿Lo conocería de algo? Ni siquiera sabía su nombre... Hice un esfuerzo por volver en sí, y miré con desconfianza al recién llegado.
-¿Quién eres?
Bueno, realmente, esa era una pregunta que debía hacerle a casi todos los que estaban allí. Sentí una presencia fría y al volverme vi que el shek se había puesto al lado del dragón, echándole en cara al humano el haber tratado de llevarme con él. La verdad, no sabía qué pensar... en si se preocupaban por mí, o simplemente no se fiaban de aquel recién llegado... Los miré a todos, confusa. Pasé el peso de mi cuerpo de un pie a otro, analizando la situación, y no, no llegaba a encontrarle sentido. Volví mi mirada hacia el extraño que había llegado antes, que de nuevo estaba hablando... de lo estupefacta que había estado, había dejado caer la espada al suelo... Cuando me di cuenta de aquello, la recogí rápidamente y me alejé un poco de todos, algo nerviosa. Del dragón sentía que no tenía por qué desconfiar, pero el humano que estaba tratando de llevarse a Aeryn no me dio muy buena espina, de los sheks generalmente desconfiaba, y ya del chico de las sombras... Alcé a Shannay delante mía, irritada. Sentí que temblaba un poco, pero me sobrepuse... no iba a dejar que notaran que estaba algo asustada.
-Maldita sea... ¿¡Qué está pasando aquí!?
Me giré bruscamente hacia el humano que mantenía a Aeryn en sus brazos.
-Yo que tú la soltaría, podría despertarse en cualquier momento y no es precisamente inofensiva.
Paseé mi mirada por la de todos. Me paré un segundo en la del dragón, sentía que no era mala persona, pero aun así me sentía confusa. Quería una explicación.
Aile Lunnai- Nigromante
- Mensajes : 678
Puntos : 361
Fecha de inscripción : 24/02/2011
Edad : 28
Localización : tss a saber ewê
Datos
Su personaje es: Aile Lunnai, feérica, sabia (magia etérea)
Trabaja de: mercader
Pertenece a: Es neutral
Re: Las lágrimas de una guerrera
Una suave carcajada nació de su garganta, agitando su pecho y llenando el aire de una tonalidad casi musical. ¿eran aquellos ojos acusadores? - Aquí nadie es inofensivo - Comenta cuidadosamente, sintiendo el peso de la lady herida en sus brazos. Lanzó una mirada ciertamente divertida al dragón, mientras el shek era aplastado por el personaje sombrío - Bailar - Responde con sarcasmo, nunca se cansaría de aquella clase de preguntas, carentes de sentido o alma en sí.
Una de sus manos se deslizaron a su bolsillo y sacaron una placa... la alzó claramente; era símbolo de que era un Caballero de Nurgon. Más allá de eso, los decorados dorados de la placa le asignaban como uno de los miembros de más alto rango. - Ante una situación hostil, debo poner a salvo a los inocentes y desprotegidos. Después procederé a los arrestos en vista de la situación - Ahí residía nada más que un retazo de sus razones; eran algo más allá de lo que se veía a simple vista: Sonrisas y lágrimas de destino, una historia tan incierta como el motivo de la parca para esperar a los viajeros; pero, aún siendo lo más importante que podríamos mencionar, esquivaremos ese significado, lo anularemos; por lo menos durante algún tiempo.
- Otra cosa... - Comienza señalando al shek sometido - Deberíais preocuparos por él - Allí de nuevo, una blasfemia sucumbida por los labios del hombre y no del Dios se abalanzó, sellando aquel lugar, así, quedaba para él marcado como cementerio de las palabras. Con un suspiro esquivo caminó y sonrió... quizás no fue su mejor y más espléndida sonrisa pero albergaba cierta esperanza... - Y en segundo... - Lanza una mirada desaprobatoria al personaje sombrío - Debería de haber sido un poco más educado con... Sasha, y no reducirle tan pronto. - Las palabras sonaron naturales entre sus labios, no guardaban sorpresa y mucho menos indecisión.
Off: horrible post, pero me falta muchísima inspi y tiempo.
Una de sus manos se deslizaron a su bolsillo y sacaron una placa... la alzó claramente; era símbolo de que era un Caballero de Nurgon. Más allá de eso, los decorados dorados de la placa le asignaban como uno de los miembros de más alto rango. - Ante una situación hostil, debo poner a salvo a los inocentes y desprotegidos. Después procederé a los arrestos en vista de la situación - Ahí residía nada más que un retazo de sus razones; eran algo más allá de lo que se veía a simple vista: Sonrisas y lágrimas de destino, una historia tan incierta como el motivo de la parca para esperar a los viajeros; pero, aún siendo lo más importante que podríamos mencionar, esquivaremos ese significado, lo anularemos; por lo menos durante algún tiempo.
- Otra cosa... - Comienza señalando al shek sometido - Deberíais preocuparos por él - Allí de nuevo, una blasfemia sucumbida por los labios del hombre y no del Dios se abalanzó, sellando aquel lugar, así, quedaba para él marcado como cementerio de las palabras. Con un suspiro esquivo caminó y sonrió... quizás no fue su mejor y más espléndida sonrisa pero albergaba cierta esperanza... - Y en segundo... - Lanza una mirada desaprobatoria al personaje sombrío - Debería de haber sido un poco más educado con... Sasha, y no reducirle tan pronto. - Las palabras sonaron naturales entre sus labios, no guardaban sorpresa y mucho menos indecisión.
Off: horrible post, pero me falta muchísima inspi y tiempo.
Invitado- Invitado
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.