Sólo se que no se nada. [RC]

Invitado Dom Sep 08, 2013 9:22 pm

Aira se revolvió un poco encima del haai, notando de momento su incomodidad por el viaje, ya que no se hallaba al máximo de sus fuerzas. - Ánimo pequeño, ya llegamos... -se volvió a mirar a Maccius con una pequeña sonrisa. - ¿Y tu Mac, vas bien? -agarró con suavidad las plumas del cuello del haai y las acarició suavemente mientras veía aparecer los familiares picos rocosos de Haai-Sil. Una ciudad que debería llamar hogar pero que no lo era. Debería limitarse a vivir el presente y a no regodearse en el pasado, y menos en un pasado con lagunas como el suyo, pero le era tan difícil a veces olvidar que casi lo daba por imposible. Algún dia se acostumbraría a tanta ausencia. Después de todo, solo tenía quince años... o eso creía.

El haai aterrizó en una agrupación de tres picos con una forma un tanto extraña, sobre el cual estaba su nido. Aira le dió las gracias y sacó de su bolsa un puñado de bayas que le dio al cansado haai que reenprendió el vuelo hasta su nido. - Mi casa no queda lejos, mis abuelos eran criadores de haai, asi que tenían que vivir relativamente cerca de ellos. -explicó distraidamente mientras echaba a andar a paso ligero hasta la casa. Solo tenía ganas de llegar y darse una ducha caliente, relajar los músculos después de tanto viaje, despúes de todo, hacia un dia todavía estaba en la Tierra. Llegó a la entrada de la casa y movió ligeramente la pequeña estatua que vigilaba la entrada, dejando ver un pequeño hueco donde siempre guardaba la llave antes de viajar. - Ven, adelante. -le abrió la puerta de la casa a Mac y dejó que este mismo la cerrara, dejando ella todo de lado por un momento y echando una pequeña carrerita que terminó en un sofá cubierto de mantas de aspecto acogedor. Saltó hacia el y aterrizó contra los cojines que la recibieron con su olor familiar a polvo y a plumas. - Ponte cómodo, estás en tu casa. -dijo con voz ronroneante, mientras se acurrucaba entre las mantas. Hasta que no había aterrizado literalmente allí, no había comprendido cuando había echado a la casa de menos. Era segura, y pocas cosas consideraba totalmente seguras para ella últimamente.

Se levantó de mala gana del sofá y encendió con las cerillas que estaban encima de una repisa la leña que se encontraba aun amontonada en la chimenea,dado que tenía algo de frío. Se sentó frente a la chimenea, encima de la alfombra, y se rodeó las piernas con los brazos, llevando las mejillas a su frente. - Se estará bien esta noche aqui, te prepararé un cuarto ahora si quieres. Podemos quedarnos aqui el tiempo que consideremos necesario, aunque no creo que debamos quedarnos mucho tiempo. Cuanto mas tardemos en empezar, mas se enfriará nuestro rastro semi-invisible. -hizo una mueca parecida a una sonrisa ironica y lo invitó a sentarse junto a ella. - Cuentame, Mac, ¿que hacías en Gantadd a punto de caer la noche? ¿Ibas a ver su tumba? ¿Ibas a buscar a la persona que buscamos? No pretendo ofenderte pero no te veo muy de viajero. -ladeó su cabeza levantando la vista hacia el como gesto de disculpa.

**Maccius Maker** Dom Sep 08, 2013 10:06 pm

Reí respecto a su comentario- Ves bien, nunca he viajado solo, tan siquiera he salido del bosque del que provengo -su casa, o mejor dicho, la de sus abuelos, era acogedora, y el paseo en haai había sido de lo más cómodo- Yo... bueno, mi abuela me invitó a salir, a conocer el mundo, ella es archimaga, igual que yo -carraspeé un poco- Ya era tarde y no tenía nada que perder, así que fui a la tumba de mi primo... la cual nunca había visto antes... y ahí te encontré a ti -terminó de explicar y echó nuevamente un vistazo a la casa. Los abuelos, sin embargo no estaban, probablemente ya hubieran fallecido los dos, y Aira había heredaro la casa.
No se veía conectada a ninguna raza feérica, y sin embargo, se le veía cierta adoración y apego a los haai, lo cual me satifascía al ver que no era una persona maltratadora de animes, auqnue bueno, desde que la vi pareció una persona amable y comprensiva, a lo cual no me equivoqué. Era una casa preciosa, auqnue apenas había visto el salón por completo.

- Espero... -reí- ¡Espero que me hagas un tour por la casa! -carraspeé de nuevo y sentí la garganta seca, por lo que intentaba divisar una cocina para beber un poco de agua, aunque notando que finalmente no la iba a encontrar, me giré de nuevo hacia la chica- Aira, aquí hay cocina, ¿verdad? Necesito beber un poco de agua, ¿me acompañas? -pregunté siendo lo más amable posible, lo que relativamente no me generaba ninguna dificultad por el momento, pues aunque a veces era poco social era muy abierto con las personas. Me levanté e intenté divisar la cocina, que estaba al final del pasillo. Aunque ahora que me daba cuenta... estaba en Haai-Sil, una ciudad que ni siquiera había escuchado que existiera, nadie a quién conocía había mencionado nunca ninguna ciudad parecida como esta. Los feéricos vecinos solo hablaban de Awa y de las nuevas planats que encontraban, y si se abrían un poco más, hablaban de todo Derbhad en general. También esperaba que Aira y yo hiciéramos un recorrido por algunas calles de Haai-Sil y conocer un poco mejor toda su cultura en general, pues en realidad había emprendido todo este viaje para aprender. Aprender más sobre la magia acuática e intentar convertirme finalmente un archimago de magia acuática, más controlar un solo elemento me parecía algo aburrido, y los dos elementos que ahora estaba controlando, uno de aire y otro intento de agua, podían combinarse de una manera muy original.
También intentaba aprender más sobre el trabajo de curandero, auqnue no quería ser un curandero normal, alguien que fuera poderoso con la magia, un archimago como lo que soy, luchar, viajar... no quedarme en un edificio que me agobiaba de gente. Quizás viajar a los lugares más inesperados y ayudar a gente que me ayudase... quizás Aira me acompañaría en todo mi viaje, si no tenía nada más qué hacer. Aunque el objetivo de los dos era el mismo, encontrar a la persona que había, por así decirlo, asesinado a Maccius.

Ladeé la cabeza, había estado en babia un momento, entonces, di unos pasos hacia adelante, y volví a la realidad.
Estaba en Haai-Sil.

Invitado Dom Sep 08, 2013 11:23 pm

Se rió en respuesta a su risa, dado lo acertado de su comentario, y luego escuchó con una suave sonrisa lo que decía. - Debía sentirse bonito, eso de tener familia. -reflexionó en voz alta, y luego al darse cuenta de que su comentario podía sonar algo incómodo cambió de tema sacudiendo la cabeza. - Claro, la cocina está al fondo. Prepararé ahora algo de cenar para los dos si te apetece, aunque no creo que haya nada de carne, no comíamos demasiada, por no decir ninguna. - él siendo feérico y debido a su vínculo con la naturaleza debería entenderlo, aunque tambíen para los celestes (o medio celestes en su caso) era difícil, ya que veíamos y compartíamos los sentimientos incluso de los animales, y comerse la carne de algo, algún ser con el que habías compartido pensamientos... era algo repugnante,y a ella le resultaba casi imposible, a no ser que necesitara proteínas con mucha urgencia.

Se levantó de la alfombra y echó a andar hacia la cocina de madera que la esperaba al final del pasillo. Como ya sabía, había un tonel que guardaba una reserva de manzanas,que ella misma preparó la última vez antes de irse, y había bayas en un cuenco en la encimera, aunque algunas estaban pasadas. - No me fiaría mucho de estas, pero en el huerto de detrás seguro que hay muchas en esta época. -aclaró, y abrió la posterior de la cocina, que dejaba paso al huerto, vaciando el contenido en el campo arado, para que sirviera de abono natural a la tierra. Aspiró el olor de la tierra húmeda y el suave aroma a flores que llegaba desde algún punto recóndito del gran jardín. Volvió a la cocina a por un vaso y salió nuevamente al jardín, buscando el barril donde filtraban el agua de lluvia, para volver a darselo a Maccius, lleno de agua fría y limpia. - Mis abuelos mantenían la casa "sosteniblemente" -comentó haciendo el signo de las comillas con los dedos. - Creo que puedo hacer una sopa con lo que hay aqui a ver... -dijo en voz alta para nadie en especial y puso a calentar agua al fuego, buscando hierbas aqui y allá entre los estantes, y unas pocas especias. Cocinar sin necesidad de carne,es de las pocas cosas que recordaba haber aprendido de niña. Lo echó todo a hervir. - ¿Puedes quedarte aqui vigilando esto mientras preparo el cuarto? -preguntó inflando las mejillas mientras, de hecho, echaba a andar hacia la habitación.

Sacó las sábanas de los armarios y hizo la cama de la habitación contigua a la suya, recogiendo el desorden que había dejado la vez anterior que se había quedado alli para que pudiera servir como habitación de invitados, y se quedó un momento apoyada en el quicio de la puerta, pensando en lo extraño que se sentía volver a estar en compañía. Había estado mucho tiempo sola, y aunque algunas veces era preferible, y dado las malas compañías que últimamente había frecuentado, echaba de menos alguien con quien charlar, alguien a quien contarle cosas o alguien a quien cuidar y por el que ser cuidada. "Que extrañas son las relaciones" pensó. Qué irónico decir eso siendo celeste.

Volvió a la cocina y sacó dos cuencos en los que echó el líquido humeante que olía tan bien, tendiéndole uno a Maccius y acunando otro entre sus manos de manera que el contenido calentase sus recién frías manos. - No soy gran cocinera pero estara bueno, espero. Y no hay cubiertos,así que tendremos que apañarnoslas, al menos de momento -dijo,dándole un sorbo al cuenco. - Sería mejor que despues de cenar fueramos directamente a dormir, mañana visitaremos la ciudad si quieres acompañarme, y pasado reemprenderemos el viaje, si nos encontramos descansados y a punto. -dijo, ladeando la cabeza.

**Maccius Maker** Lun Sep 09, 2013 3:51 pm

Le di varios sorbos al cuenco hasta que me lo acabé por completo- Sí, será mejor que descansemos y mañana demos un paseo -respondí- Ah... -le eché un vistazo al cuenco vacío de madera- Estaba... ¡estaba muy bueno! ¡Gracias! -ciertamente la sopa estaba deliciosa, se veía que Aira tenía mano de cocinera. Observé un poco mejor las bayas, que ya estaban algo pochas, y recordé que podían servir de remedio para alguna enfermedad la cual no recordaba el nombre- ¿Me puedo llevar unas cuántas de estas? Con una buena preparación pueden servir de mucho -cogí unas cuantas bayas y las metí en la mochila, luego la dejé sobre la silla y me tapé la boca con la mano para bostezar, estaba molido. Ya sabía cuál era mi habitación, aunque me sabía mal dejar sola a Aira, así que me senté en otra de las sillas y le hice algo de compañía, dejando el cuenco enfrente mía.

- ¿Y qué hacías tú por allí? ¿También te cogió de camino? -intenté cambiar de tema que me contara más sobre su vida. En fin, estaba en la casa de una extraña, y ya que estábamos prefería que dejara de serlo. Eché un vistazo a la cocina y noté que cada vez más me pesaban los párpados y apenas podía abrir los ojos- Lo siento, Aira, pero me voy ya a dormir -me fui directamente a mi habitación, me dejé la mochila en la silla, auqnue no creía que Aira me registrara ni nada parecido. Caí rendido en la cama, tal y como iba vestido, me recompuse y empecé a pensar, "Nadie diría que soy Archimago, mis ropas son de viajero" me replantée muchas cosas, ¿qué hubiera pasado si no me hubiera encontrado con la mestiza? Me costaba dormir solo, con las luces apagadas, pero tendría que hacer un esfuerzo, no eme ncontraba solo, además... bueno, ahora era más fuerte que antes.

Siempre he estado acostumbrado a ser el pequeño de todos, de trece hermanos que somos, soy el más pequeño, y ahora, con Aira, también lo soy. Mis doce catetos hermanos, a expeción de algunos, me quieres, y a unos cuantos de ellos yo también, no me extrañaría que alguien estuviera pensando en mí ahora mismo, pero eso ya era demasiado. Mis padres también, pero ellos son una excepción, también. Mi abuela, que es la que más se preocupaba por mí, me dijo que me iba a encontrar a alguien importante, ¿sería ella? Aunque ahora que lo pienso bien, para que mi abuela dijera que es alguien muy importante, debía ser un familiar, ¿sería Maccius? No, tendría que tener rasgos feéricos, ¿pero quién? Quizás a lo largo del viaje me lo encontraría, o quizás ya lo había encontrado.
De todos, modos... ahora solo tenía que descansar.

Invitado Mar Sep 10, 2013 1:37 pm

Aira asintió en silencio con la cabeza a la petición de las bayas,total, en el estado en el que estaban prácticamente no servían ni para hacer conserva, si era capaz de darle un buen uso... Se terminó el contenido de su cuenco con aire distraído, mientras ambos compartían un silencio no demasiado incómodo dado el tiempo del que se conocían. Le agradeció el cumplido con una sonrisa y después reflexionó sobre como contestara la pregunta. - Digamos que me fui de Idhún... hace algún tiempo, por circunstancias nada agradables que escapaban a mi control. -recordó algo disgustada la guerra, y el bando del que formó parte Había estado con Kvothe,después de todo y aquello no le había parecido tan malo en aquel momento, pero ¿de verdad estaba mal? Había intentado remediar el daño ayudando en la rebelión pero incluso de allí había huido. No estaba orgullosa de ella misma en aquel momento. - Estuve en la Tierra, en París todo ese tiempo, conociendo la ciudad e intentando olvidar lo que pasó. -las amenazas de su hermano, el intento de secuestro... Todo seguía en su mente, no era algo que se pudiera olvidar a la ligera.

Despidió a Maccius cuando este quiso irse a dormir, seguro que estaría mas cansado que ella incluso, pero se quiso quedar un rato mas despierta. Dudaba de igual manera que pudiera quedarse dormida teniendo en cuenta la batalla que se estaba librando en su mente. Fue a tirarse en el sofá nuevamente y se abrazó a uno de los cojines, quedando casi en forma esférica. Sabía que estaba posponiendo lo inevitable. Tarde o temprano tendría que reencontrarse con las personas que había dejado atrás. Tarde o temprano tendría que emprender de nuevo su propia búsqueda. Quería encargarse de aquel que le hubiera hecho daño a su amigo,si, pero no podía negar que eso le había resultado conveniente para no pensar en lo que ella misma tenía que hacer. No podía abandonar a su hermano como él la había abandonado a ella, no podía ser como él. Y sin embargo retrasaba más y más el viaje, poniéndose excusas a si misma que no se creía en el fondo. Ocultó la cara en el cojín, resistiéndose todavía a llorar. No lloraría más, pues eso no servía para nada ni para nadie.

Se dirigió al cuarto de baño y se dio una ducha muy calmada, calentando el agua a medida que esta entraba en contacto con su piel. Se permitió no pensar en nada durante un rato y al salir ya se encontraba un poco mas animada, un poco más ella misma. Se puso un gran pijama que le quedaba al menos cuatro tallas mas grande y se fue a su habitación, tumbándose en su cama para mirar el techo. El silencio hacía eco en sus oídos como si de ruido se tratase. Había pasado mucho tiempo sola, supuso. Cogió su manta y echándosela sobre los hombros salió y llamó a la puerta de Maccius. Al ver que nadie contestaba entró e la habitación y asomó un poquito la cabeza dejando caer levemente la manta a través de la abertura. - ¿Te importaría si me quedara en esta habitación tambien? Dormiré en el suelo. -infló las mejillas suplicante, al menos podría dormir con el ruido de una respiración paralela en sus oídos, y eso le resultaba... tranquilizador.

**Maccius Maker** Mar Sep 10, 2013 4:51 pm

Una figura me sobresaltó y di un respingo, era Aira, que quería dormir en la misma habitación, al ver que se echaba al suelo la invité a dormir en la cama, que era más cómoda que el frío suelo de madera, volví a acostarme y cerré los ojos. A veces, cuando cerraba los ojos, veía una especie de mundo en amarillo, un tono amarillo y verde que nunca había visto antes, y algunas imágenes de castillos y escaleras o habitaciones con símbolos aparecían en mi mente. Claro que eran imaginaciones, o quizás recuerdos de cuando era pequeño, o de gente que había conocido antes de tener uso de razón. Mi mente daba vueltas a todo aquello como pájaros alzando el vuelo. Por último me puse a pensar, ¿qué quería hacer en un futuro? Ya estaba decidido, quería ser curandero. Pero no quería ser uno normal, quería ser un curandero que viajara, un curandero que curara con hierbas medicinales y magia, siendo Archimago y especializándome en otra magia, podía curar a las personas más enfermas con magia. Auqnue no pudiera resucitar de la muerte, que era lo que quería hacer, no solo por mí, por Aira. Quizás hubiera un modo de resucitar a las personas, aunque apenas aparecen ya en cuentos infantiles citas de libros importantes. Oí decir a alguien en mi breve viaje que solo se podía resucitar a una persona utilizando el poder de la oscuridad. Y yo, bueno, yo nunca me atrevería a jugar con tal cosa.

Intentaba que ni la misma respiración hiciera el mínimo ruido, en mi casa casi todos mis hermanos roncaban y estábamos acostumbrados, aunque yo era de los pocos que no lo hacían y ahora daba gracias a Dios por librarme de aquella cosa tan horrible, pues dicen que hay probabilidades de, que, si roncas, puedes cortarte la respiración y... bueno, enfermar o algo peor. Decidí dejar de penasr en tonterías y dormir de una vez. Pero por mucho que lo intentara, me era imposible dormir.

Di unos cuantos giros hasta que finalmente me quedé en mi posición original y cerré los ojos fuerte fuerte, de manera que no pudiera pensar en nada y solo dormir.
Poco a poco, fui tranquilizándome no solo físicamente, si no mentalmente y logré dormirme.

POST CERRADO POR EL MOMENTO.
{Lo siento, pero si hasta Abril no tienes el ordenador... lo dejamos para otro momento.}

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