Encuentro sobre las nubes {+18}
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Encuentro sobre las nubes {+18}
Me puse en pie con un pequeño tambaleo pero nada que me hiciera caer otra vez. Finalmente los tres salimos de allí y recorriendo el entresijo de pasillos y puertas llegamos a lo que debía ser la supratorre. En realidad era la misma torre que había estado allí en un principio y que con nuestra energía habíamos expandido y alargado hasta sobrepasar la capa de nubes que dominaba constantemente el cielo de Umadhun. -Creo que dormiría las doce horas enteras - comenté a lo largo del camino. Vannel y Naren no parecían mucho mejor, ya no teníamos heridas ni lesiones pero los tres habíamos gastado una energía que necesitábamos recuperar. No los conocía de antes pero (seguramente gracias a la conexión que ahora teníamos) no nos estábamos llevando del todo mal. Me separé de ellos cuando el pasillo se dividió en dos. Sus habitaciones estaban a un lado, una al lado de la otra, en cambio la mía estaba yendo en la otra dirección. Disfruté del corto paseo en solitario. Había crecido en una familia de clase alta para estar y lucir en sociedad pero siempre estaba bien pasar un rato conmigo misma. Sobretodo cuando tenía tanto en lo que pensar.
Entré en mi nueva habitación muy distinta y mucho más lujosa que la que había tenido hasta entonces junto a la de la mayoría de las personas que vivían allí. Nada más entrar daba a una sala de estar, con sillones rojos, una mesa baja, estanterías con libros y cualquier otra cosa que se encontrara normalmente en una sala de estar. Al acercarme a la estantería me di cuenta que muchos eran los libros que tenía en mi antigua habitación pero había algunos más. Nuevos y viejos, la mayoría sobre magia en general, algunos sobre magia negra. Les eché un vistazo encantada con ellos. Luego seguí curioseando. Una de las puertas daba al dormitorio completamente decorado en negro y blanco. El dormitorio a parte de contar con una gran cama que parecía lo suficientemente cómoda como para tirarme en ella y caer dormida hasta que alguien me hiciera salir de allí, contaba con un vestidor lleno de mi ropa y al igual que con los libros había una parte nueva también allí. Al otro lado había un balcón. Desde allí podían verse las dos lunas y los dos soles aún mejor. A pesar de que no tenían los mismos tamaños, ni colores, ni consistencias los cuatro parecían enormes y poderosos en el cielo. No pude evitar volver a quedarme mirándolos maravillada desde el suelo. Aquello lo habíamos conseguido únicamente nosotros, nadie más.
Yo misma parecía fuera de lugar entre tanto orden con mis vestido destrozado. Por suerte no tarde mucho más en dar con el cuarto de baño. Esperé hasta que la bañera estuviera llena y después de echarle algunas sales que encontré por allí entré en ella dejando que el agua caliente relajara cada musculo de mi cuerpo. Permanecí allí a saber cuanto tiempo, cuando salí me sentía mucho mejor, limpia y en parte descansada. Fue entonces cuando vi mejor a lo que se había referido Sharei. La marca estaba allí, oscura y en el centro, justo donde acababan las costillas. Tenía forma de circulo con un enramado de tres pétalos que sobre salían desde su interior. Pasé la mano por encima analizando aquel nuevo elemento desde el espejo. El color oscuro llamaba sin remedio la atención sobre mi pálida piel pero aparte de eso no parecía nada más que un simple tatuaje. Si todo el poder que había dicho Sharei estaba concentrado allí, lo disimulaba bien.
No tarde mucho en vestirme aunque escogí deliberadamente lo que quería ponerme. Tiré de una falta negra que caía hasta el suelo solo por la espalda y una camiseta blanca que dejaba al descubierto la marca, que era lo que buscaba. Dejé que mi cabello aun húmedo cayera suelto por mi espalda y ni siquiera me paré frente al espejo cuando con el aparato que nos había dado Sharei salí de la habitación en dirección a la de él. Cuando llegué la puerta estaba entre abierta y me aventuré a tirar de ella metiendo la cabeza en la habitación - ¿Sharei? - no lo vi dentro y tampoco respondió. Su habitación era distinta y a la vez no tanto de la mía. Me adentré en ella sin vacilación, si quería verme allí es que estaría al llegar o saber, no debería importarle que lo esperaba dentro y si no era así tampoco me importó mucho.
Se podía saber mucho de una persona por el lugar donde vivía, más aún por su habitación privada y Sharei era alguien sobre quien no podía evitarme hacer preguntas cada vez que hablaba. A fin de cuentas era mi maestro por algo. Sabía cosas de las que yo ahora mismo solo podía aspirar a conocer algún día y cada vez que nos contaba algo de todo eso dejaba ver que detrás había aun más que nosotros como sus aprendices no sabíamos. La decoración en si era lujosa pero distinta al lujo de la mía, más noble quizás. La estancia a la que entré primera era una sala de estar, vi puertas a los lados que supuse darían a los mismo sitios que en mi habitación. Por lo pronto no encontraba nada que pudiera decirme algo que no supiera de Sharei pero hasta que apareciera tenía tiempo de curiosear.
Entré en mi nueva habitación muy distinta y mucho más lujosa que la que había tenido hasta entonces junto a la de la mayoría de las personas que vivían allí. Nada más entrar daba a una sala de estar, con sillones rojos, una mesa baja, estanterías con libros y cualquier otra cosa que se encontrara normalmente en una sala de estar. Al acercarme a la estantería me di cuenta que muchos eran los libros que tenía en mi antigua habitación pero había algunos más. Nuevos y viejos, la mayoría sobre magia en general, algunos sobre magia negra. Les eché un vistazo encantada con ellos. Luego seguí curioseando. Una de las puertas daba al dormitorio completamente decorado en negro y blanco. El dormitorio a parte de contar con una gran cama que parecía lo suficientemente cómoda como para tirarme en ella y caer dormida hasta que alguien me hiciera salir de allí, contaba con un vestidor lleno de mi ropa y al igual que con los libros había una parte nueva también allí. Al otro lado había un balcón. Desde allí podían verse las dos lunas y los dos soles aún mejor. A pesar de que no tenían los mismos tamaños, ni colores, ni consistencias los cuatro parecían enormes y poderosos en el cielo. No pude evitar volver a quedarme mirándolos maravillada desde el suelo. Aquello lo habíamos conseguido únicamente nosotros, nadie más.
Yo misma parecía fuera de lugar entre tanto orden con mis vestido destrozado. Por suerte no tarde mucho más en dar con el cuarto de baño. Esperé hasta que la bañera estuviera llena y después de echarle algunas sales que encontré por allí entré en ella dejando que el agua caliente relajara cada musculo de mi cuerpo. Permanecí allí a saber cuanto tiempo, cuando salí me sentía mucho mejor, limpia y en parte descansada. Fue entonces cuando vi mejor a lo que se había referido Sharei. La marca estaba allí, oscura y en el centro, justo donde acababan las costillas. Tenía forma de circulo con un enramado de tres pétalos que sobre salían desde su interior. Pasé la mano por encima analizando aquel nuevo elemento desde el espejo. El color oscuro llamaba sin remedio la atención sobre mi pálida piel pero aparte de eso no parecía nada más que un simple tatuaje. Si todo el poder que había dicho Sharei estaba concentrado allí, lo disimulaba bien.
No tarde mucho en vestirme aunque escogí deliberadamente lo que quería ponerme. Tiré de una falta negra que caía hasta el suelo solo por la espalda y una camiseta blanca que dejaba al descubierto la marca, que era lo que buscaba. Dejé que mi cabello aun húmedo cayera suelto por mi espalda y ni siquiera me paré frente al espejo cuando con el aparato que nos había dado Sharei salí de la habitación en dirección a la de él. Cuando llegué la puerta estaba entre abierta y me aventuré a tirar de ella metiendo la cabeza en la habitación - ¿Sharei? - no lo vi dentro y tampoco respondió. Su habitación era distinta y a la vez no tanto de la mía. Me adentré en ella sin vacilación, si quería verme allí es que estaría al llegar o saber, no debería importarle que lo esperaba dentro y si no era así tampoco me importó mucho.
Se podía saber mucho de una persona por el lugar donde vivía, más aún por su habitación privada y Sharei era alguien sobre quien no podía evitarme hacer preguntas cada vez que hablaba. A fin de cuentas era mi maestro por algo. Sabía cosas de las que yo ahora mismo solo podía aspirar a conocer algún día y cada vez que nos contaba algo de todo eso dejaba ver que detrás había aun más que nosotros como sus aprendices no sabíamos. La decoración en si era lujosa pero distinta al lujo de la mía, más noble quizás. La estancia a la que entré primera era una sala de estar, vi puertas a los lados que supuse darían a los mismo sitios que en mi habitación. Por lo pronto no encontraba nada que pudiera decirme algo que no supiera de Sharei pero hasta que apareciera tenía tiempo de curiosear.
Rione- Idhunita exiliado
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Puntos : 76
Fecha de inscripción : 08/07/2013
Edad : 28
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Lo que a una persona normal le hubiera costado semanas, para mi solo fueron necesarios unos minutos. Incluso yo estaba sorprendido de mi actual capacidad de recuperación. Tal vez fuera este mi limite? Mi forma perfecta? Era probable, pero no lo creía. En mi fuero interno notaba aun la fuerte necesidad de cambiar y evolucionar. Quizás... fuera capaz de llegar a ser un dios por este camino? La gente del pueblo ya me consideraba uno, pero claro, también estaba lleno de ignorantes y confiar en ellos nunca había supuesto nada bueno. Los grupos de élite funcionaban mucho mejor.
Hacia un rato que los demás se habían marchado y Kvothe parecía de nuevo sumido en su locura. Los últimos programas automáticos de la Torre terminaban de activarse y mi trabajo era de mero observador. Los duros meses de trabajo ya habían concluido y ahora nos merecíamos un descanso. Un efímero descanso, pues aun faltaba sacar a Kvothe de su prisión voladora. Que bien que por muy efímero que fuera, hubiera tiempo para todo.
En ese mismo instante, las alertas de proximidad a mi habitación se dispararon y en mi mente se encendió una reproducción de las cámaras de seguridad. Era Rione atravesando el largo pasillo que conducía al ascensor central, cuyo único destino eran mis habitaciones. Sin dejarla siquiera tocar el aparato, le abrí todas las puertas desde allí hasta mis habitaciones interiores.
Cuando llegó al recibidor, se encontró con una sala decorada en negro y azul oscuro. Allá donde posaras la mirada, encontrabas motivos y detalles que recordaban a mi presencia exterior, cosas simples y poco profundas, pero a la vez dotadas de un detalle insólito. De ella, salían dos puertas, una a derecha y otra a izquierda, formando un triangulo deformado a causa de la estructura de la Torre. La curiosidad brilló en sus ojos y pude observar como miraba atentamente a su alrededor. Esperando al momento oportuno, justo cuando daba unos pasos dentro de la habitación y se sentía más cómoda; utilicé desgarro para aparecer detrás de ella en un destello negro silencioso.
-Veo que has venido -dije a sus espaldas. -La verdad te queda muy bien ese vestido.
Hacia un rato que los demás se habían marchado y Kvothe parecía de nuevo sumido en su locura. Los últimos programas automáticos de la Torre terminaban de activarse y mi trabajo era de mero observador. Los duros meses de trabajo ya habían concluido y ahora nos merecíamos un descanso. Un efímero descanso, pues aun faltaba sacar a Kvothe de su prisión voladora. Que bien que por muy efímero que fuera, hubiera tiempo para todo.
En ese mismo instante, las alertas de proximidad a mi habitación se dispararon y en mi mente se encendió una reproducción de las cámaras de seguridad. Era Rione atravesando el largo pasillo que conducía al ascensor central, cuyo único destino eran mis habitaciones. Sin dejarla siquiera tocar el aparato, le abrí todas las puertas desde allí hasta mis habitaciones interiores.
Cuando llegó al recibidor, se encontró con una sala decorada en negro y azul oscuro. Allá donde posaras la mirada, encontrabas motivos y detalles que recordaban a mi presencia exterior, cosas simples y poco profundas, pero a la vez dotadas de un detalle insólito. De ella, salían dos puertas, una a derecha y otra a izquierda, formando un triangulo deformado a causa de la estructura de la Torre. La curiosidad brilló en sus ojos y pude observar como miraba atentamente a su alrededor. Esperando al momento oportuno, justo cuando daba unos pasos dentro de la habitación y se sentía más cómoda; utilicé desgarro para aparecer detrás de ella en un destello negro silencioso.
-Veo que has venido -dije a sus espaldas. -La verdad te queda muy bien ese vestido.
Sharei- Nigromante
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Puntos : 515
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Tenía gran curiosidad por saber sobre que quería hablarme Sharei y además de eso un montón de cuestiones más que pensaba aprovechar aquella visita para buscar su respuesta. El baño había servido para relajar la tensión de mi cuerpo pero seguía estando cansada. En cuanto saliera de allí pensaba tirarme sobre la cama y dormir, quizás incluso con la misma ropa que llevaba ahora puesta y todo, pero mi curiosidad siempre era mayor así que por eso allí estaba y no durmiendo. A veces yo misma me daba cuenta de lo malsano que terminaba resultando encabezonarme con cualquier investigación. Cuando hacía eso le prestaba poca atención a las necesidades humanas tan básicas como comer y dormir. No solo era curiosa si no que también bastante impaciente queriendo obtener resultado. Una mala combinación para mi salud pero muy eficaz para lograr resultados.
Dentro de la habitación por un momento me olvidé de Sharei y lo que había ocurrido abajo. Me acerqué a una estantería mirando con curiosidad lo que contenía. A veces movía algún libro, lo sacaba, miraba su titulo, y lo volvía a dejar donde estaba en un principio. Me topé con un cubo del tamaño de un puño en varios colores. Lo cogí descubriendo que las distintas partes de colores podían moverse. Un rompecabezas, reconocí al instante. Odiaba esas cosas, siempre terminaba enganchada a ellos hasta que lo resolvía. No aguantaba no obtener resultados y que no me salieran juegos tontos como ese era casi un insulto que me negaba a aceptar.
Estaba moviendo las distintas piezas cuando la voz de Sharei sonó desde la entrada. Aparté la mirada del cubo para dirigirla por un momento a él - dijiste que lo hiciera - respondí con simpleza y volvió a bajar la vista a sus manos aún dándole vuelta a las piezas. Continué hablando distraída - y espero que con motivo, no se tú pero yo estoy deseando descansar un rato - solté más por decir algo que por otra cosa, pero volví a mirarlo por un momento y era sorprendente lo fresco que parecía cuando nosotros tres habíamos salido hechos polvo de la sala. E irónicamente había sido el propio Sharei quien había pasado por un cambio brutal y casi muerto en la sala. Quería saber cómo podía ser eso.
Finalmente dejé quieta las manos y como olvidándome del cubo eché un vistazo a la ropa que llevaba. Ya sabía que me quedaba bien, si no para empezar no me lo hubiera puesto, pero siempre me gustaba oírlo aunque pareciera que no le diera importancia, haber sido criada en un familia rica donde la imagen lo era todo es lo que tiene. - no es un vestido en realidad - y sin más dejé el cubo donde estaba ya resuelto y sin interés ninguno en él y clavé la mirada directamente en la de Sharei - quería preguntarte algunas cosas sobre esto - dí por toda explicación mientras pasaba la mano sobre la nueva marca - ¿para que querías verme?
Dentro de la habitación por un momento me olvidé de Sharei y lo que había ocurrido abajo. Me acerqué a una estantería mirando con curiosidad lo que contenía. A veces movía algún libro, lo sacaba, miraba su titulo, y lo volvía a dejar donde estaba en un principio. Me topé con un cubo del tamaño de un puño en varios colores. Lo cogí descubriendo que las distintas partes de colores podían moverse. Un rompecabezas, reconocí al instante. Odiaba esas cosas, siempre terminaba enganchada a ellos hasta que lo resolvía. No aguantaba no obtener resultados y que no me salieran juegos tontos como ese era casi un insulto que me negaba a aceptar.
Estaba moviendo las distintas piezas cuando la voz de Sharei sonó desde la entrada. Aparté la mirada del cubo para dirigirla por un momento a él - dijiste que lo hiciera - respondí con simpleza y volvió a bajar la vista a sus manos aún dándole vuelta a las piezas. Continué hablando distraída - y espero que con motivo, no se tú pero yo estoy deseando descansar un rato - solté más por decir algo que por otra cosa, pero volví a mirarlo por un momento y era sorprendente lo fresco que parecía cuando nosotros tres habíamos salido hechos polvo de la sala. E irónicamente había sido el propio Sharei quien había pasado por un cambio brutal y casi muerto en la sala. Quería saber cómo podía ser eso.
Finalmente dejé quieta las manos y como olvidándome del cubo eché un vistazo a la ropa que llevaba. Ya sabía que me quedaba bien, si no para empezar no me lo hubiera puesto, pero siempre me gustaba oírlo aunque pareciera que no le diera importancia, haber sido criada en un familia rica donde la imagen lo era todo es lo que tiene. - no es un vestido en realidad - y sin más dejé el cubo donde estaba ya resuelto y sin interés ninguno en él y clavé la mirada directamente en la de Sharei - quería preguntarte algunas cosas sobre esto - dí por toda explicación mientras pasaba la mano sobre la nueva marca - ¿para que querías verme?
Rione- Idhunita exiliado
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Fecha de inscripción : 08/07/2013
Edad : 28
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Escuche atento las palabras que surgían de los labios de Rione mientras recitaba su letanía. Descansar decía... Ella misma sabia que el descanso no existía cuando había metas que alcanzar y yo era el vivo retrato de ello, pues dormir ya no tenia significado en mi vocabulario. Ignorando deliberadamente mencionar el cubo resuelto por la muchacha acercándome a ella con calma le dije con grave:
-Pronto dejaras de tener sueño. Pronto dejaras de necesitar dormir
La mitad de lo que era mi brazo estirado separaba apenas nuestros cuerpos. Notaba con más intensidad la ahora acelerada respiración de la joven. Sus ojos dilatados observaban mi proximidad física con desconcierto. Con delicadeza pero a con velocidad, coloqué mi mano sobre su marca y un destello azul estalló de él. De golpe, todas las venas se le inflamaron en ese mismo color y sus ojos de descompusieron en un rictus luminoso. Toda ella parecía brillar, cargada de energia. Cuando aparté la mano, la luz desapareció tan pronto como se había producido y la extasiada Rione se vio obligada a retroceder unos pasos.
-Como te encuentras? Deberías notar mejoría general y una desaparición del cansancio -dije con cara de mediana preocupación. -Y ahora ocupémonos de cosas más importantes.
Sin más, vuelvo a aproximarme a ella y mientras la cojo con decisión y sorpresa, la beso dulcemente.
-Pronto dejaras de tener sueño. Pronto dejaras de necesitar dormir
La mitad de lo que era mi brazo estirado separaba apenas nuestros cuerpos. Notaba con más intensidad la ahora acelerada respiración de la joven. Sus ojos dilatados observaban mi proximidad física con desconcierto. Con delicadeza pero a con velocidad, coloqué mi mano sobre su marca y un destello azul estalló de él. De golpe, todas las venas se le inflamaron en ese mismo color y sus ojos de descompusieron en un rictus luminoso. Toda ella parecía brillar, cargada de energia. Cuando aparté la mano, la luz desapareció tan pronto como se había producido y la extasiada Rione se vio obligada a retroceder unos pasos.
-Como te encuentras? Deberías notar mejoría general y una desaparición del cansancio -dije con cara de mediana preocupación. -Y ahora ocupémonos de cosas más importantes.
Sin más, vuelvo a aproximarme a ella y mientras la cojo con decisión y sorpresa, la beso dulcemente.
Sharei- Nigromante
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Fecha de inscripción : 14/06/2012
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Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
-¿y cuándo será pronto? - pregunté impaciente con un brillo renovado en los ojos. La idea de no tener necesidades tan inoportunos e inevitables como dormir era sin duda una idea atractiva. Tal y como estaba ahora podía centrarme mucho en cualquier cosa, permanecer despierta a base de porquerías bebibles o simplemente por tener la cabeza demasiado ocupada para dejarla descansar, pero era inevitable que llegara el momento en que dijera "hasta aquí" y la falta de sueño sumadas a las horas de trabajo terminaba por dejarme dormida y exhausta.
Un momento después se había acercado tanto que solo uno poco centímetros nos separaban. Normalmente no me intimidaba la cercanía de nadie, más bien durante un tiempo de mi vida había hecho lo contrario para mi familia. Usar la proximidad física como medio para poner nervioso a alguien era uno de las cartas más antiguos del mundo para las intrigas. Un mujer joven y bella era aún mejor carta aunque solo la usaran para jugar a eso. Pero la cercanía de Sharei era distinta. Quizás fuera que había estado a punto de matarme hace menos de una hora o el poder y el misterio que adornaban mi idea de él. pero consiguió por un momento ponerme nerviosa.
Alargó su mano para pasar los dedos por encima de la marca en el final de mis costillas, esta se iluminó pero no me había dado tiempo a sorprenderme cuando inspiré fuertemente notando como una energía renovada recorría mis venas. Tenía cierto parecido con el fuego abrasador que había sentido al obtener la marca pero esta vez no hacía daño, era cálido y a su pasa eliminaba el cansancio dejándome con fuerzas renovadas. Había agachado la mirada a su mano y vi mi propia piel resplandecer por unos segundos. Cuando esto desapareció y Sharei dejó de tocarme volví a clavar la mirada en él, muda aún en el trance que me había dejado el torrente de energía al correr por mis venas. Retrocedí un paso entre desorientada y sorprendida.
Oí sus palabras pero no las escuché del todo, tenía la cabeza en otra parte hasta que de repente se acercó y me besó. Tras el momento de sorpresa inicial no lo aparté. Sharei era un misterio y yo quería encontrarle todas las respuesta pero no solo el interés y la curiosidad intervinieron, era agradable y nuevo. -estoy...mejor, bastante - acerté a decir cuando el beso terminó, nerviosa por primera vez en mucho tiempo - ¿cómo haces eso? es la marca ¿qué más puede hacer? - respiraba aceleradamente pero preguntaba sin dejar lugar a que pudiera pasar de darme respuestas.
Ahora estaba aún más cerca de mi, tanto que podía sentir su aliento sobre mis labios. Clavé mis ojos oscuros en los suyos claros y pasé los dedos de la mano derecha sobre la marca de su mejillas, como si me asegurara de no desparecería con un ligero roce - sabes mucho pero apenas me das respuestas, dijiste que lo harías - y así era como yo había acabado en la torre de los renegados, no por guerras ni por dioses que nada tenían que ver conmigo si no por respuestas. Sharei me había propuesto enseñarme lo que sabía, muchas cosas que yo ignoraba recién consagrada como maga por un unicornio. Muchas cosas que deseaba saber y controlar, y que aún esperaba por ello.
Pero ahora no eran respuestas y poder todo lo que quería. Deslicé los dedos sobre su rostro bajándolos hasta el mentón mientra seguía su ruta con la mirada. Ahora que me paraba a ver con mayor atención el nuevo rostro de mi maestro podía ver que no todo era misterio y poder. Había belleza y en abundancia en él, suficiente para hacer que notara la boca seca y me sintiera como hacía tiempo no lo hacía, desde que había dejado de ser una niña.
Un momento después se había acercado tanto que solo uno poco centímetros nos separaban. Normalmente no me intimidaba la cercanía de nadie, más bien durante un tiempo de mi vida había hecho lo contrario para mi familia. Usar la proximidad física como medio para poner nervioso a alguien era uno de las cartas más antiguos del mundo para las intrigas. Un mujer joven y bella era aún mejor carta aunque solo la usaran para jugar a eso. Pero la cercanía de Sharei era distinta. Quizás fuera que había estado a punto de matarme hace menos de una hora o el poder y el misterio que adornaban mi idea de él. pero consiguió por un momento ponerme nerviosa.
Alargó su mano para pasar los dedos por encima de la marca en el final de mis costillas, esta se iluminó pero no me había dado tiempo a sorprenderme cuando inspiré fuertemente notando como una energía renovada recorría mis venas. Tenía cierto parecido con el fuego abrasador que había sentido al obtener la marca pero esta vez no hacía daño, era cálido y a su pasa eliminaba el cansancio dejándome con fuerzas renovadas. Había agachado la mirada a su mano y vi mi propia piel resplandecer por unos segundos. Cuando esto desapareció y Sharei dejó de tocarme volví a clavar la mirada en él, muda aún en el trance que me había dejado el torrente de energía al correr por mis venas. Retrocedí un paso entre desorientada y sorprendida.
Oí sus palabras pero no las escuché del todo, tenía la cabeza en otra parte hasta que de repente se acercó y me besó. Tras el momento de sorpresa inicial no lo aparté. Sharei era un misterio y yo quería encontrarle todas las respuesta pero no solo el interés y la curiosidad intervinieron, era agradable y nuevo. -estoy...mejor, bastante - acerté a decir cuando el beso terminó, nerviosa por primera vez en mucho tiempo - ¿cómo haces eso? es la marca ¿qué más puede hacer? - respiraba aceleradamente pero preguntaba sin dejar lugar a que pudiera pasar de darme respuestas.
Ahora estaba aún más cerca de mi, tanto que podía sentir su aliento sobre mis labios. Clavé mis ojos oscuros en los suyos claros y pasé los dedos de la mano derecha sobre la marca de su mejillas, como si me asegurara de no desparecería con un ligero roce - sabes mucho pero apenas me das respuestas, dijiste que lo harías - y así era como yo había acabado en la torre de los renegados, no por guerras ni por dioses que nada tenían que ver conmigo si no por respuestas. Sharei me había propuesto enseñarme lo que sabía, muchas cosas que yo ignoraba recién consagrada como maga por un unicornio. Muchas cosas que deseaba saber y controlar, y que aún esperaba por ello.
Pero ahora no eran respuestas y poder todo lo que quería. Deslicé los dedos sobre su rostro bajándolos hasta el mentón mientra seguía su ruta con la mirada. Ahora que me paraba a ver con mayor atención el nuevo rostro de mi maestro podía ver que no todo era misterio y poder. Había belleza y en abundancia en él, suficiente para hacer que notara la boca seca y me sintiera como hacía tiempo no lo hacía, desde que había dejado de ser una niña.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Esta chica era increíble, ni siquiera distraída por un beso, se olvidaba de sus preguntas sin respuesta. Pero, acaso no me gustaba precisamente por eso? Cuando estaba punto de contestarla, ella tocó el okami con una caricia y volvió a insistir en que nunca le contaba demasiado.
-Como ya os dije a los tres, la marca contiene almacenada y suprimida mi sangre. Por mis venas, al contrario de lo que ocurre con las personas normales, discurre energía, haciendo que mi cuerpo sea mucho más rápido, fuerte... Yo estoy adaptado a ello y por eso en mi no tiene efectos negativos. Es mi naturaleza. En cambio, tu cuerpo y el de tus compañeros, no están acostumbrados a este tipo de sangre y la rechazan sin éxito. Con el tiempo, acabareis adaptándoos y podréis usar todo su potencial. Hace un rato, he liberado la suficiente sangre para que recuperaras tu energia y luego la he vuelto a sellar -dije sin apartar la vista de sus ojos oscuros. -Pasando al tema que nos atañe y en que ahora mismo estamos enfrascados, he de decirte que te he estado observando durante el tiempo que has pasado en la Torre y he de decirte, que he encontrado una alma gemela en ti -le expliqué mientras ella recorría mi cara con su mano. -Te impulsa la curiosidad, y ese es un deseo que conozco muy bien...
Las palabras empezaron a sobrar y el vinculo que teníamos a partir de nuestras energias, al igual que la sangre que ahora compartíamos, hicieron su trabajo.
-Prefieres las demás respuestas ahora o en intervalos? -insinué con descaro.
Nada más silenciar mis labios, mis brazos se movieron al unisono, estrujando contra mi el cuerpo delicado de Rione, mientras mis labios buscaban los suyos en un desierto sin fin. No sabia porque actuaba de ese modo, quizás me estaba precipitando demasiado, quizás alcanzar la Forma 4 (en su momento no lo había tomado como tal, pero tras los dos primeros cambios la noche había terminado de la misma manera) tenia algo que ver, pero no importaba demasiado, pues la vida es algo corto y si no se viven emociones no habrá valido para nada.
Off: sorry por el mal post, ultimanmente no se que me pasa.
-Como ya os dije a los tres, la marca contiene almacenada y suprimida mi sangre. Por mis venas, al contrario de lo que ocurre con las personas normales, discurre energía, haciendo que mi cuerpo sea mucho más rápido, fuerte... Yo estoy adaptado a ello y por eso en mi no tiene efectos negativos. Es mi naturaleza. En cambio, tu cuerpo y el de tus compañeros, no están acostumbrados a este tipo de sangre y la rechazan sin éxito. Con el tiempo, acabareis adaptándoos y podréis usar todo su potencial. Hace un rato, he liberado la suficiente sangre para que recuperaras tu energia y luego la he vuelto a sellar -dije sin apartar la vista de sus ojos oscuros. -Pasando al tema que nos atañe y en que ahora mismo estamos enfrascados, he de decirte que te he estado observando durante el tiempo que has pasado en la Torre y he de decirte, que he encontrado una alma gemela en ti -le expliqué mientras ella recorría mi cara con su mano. -Te impulsa la curiosidad, y ese es un deseo que conozco muy bien...
Las palabras empezaron a sobrar y el vinculo que teníamos a partir de nuestras energias, al igual que la sangre que ahora compartíamos, hicieron su trabajo.
-Prefieres las demás respuestas ahora o en intervalos? -insinué con descaro.
Nada más silenciar mis labios, mis brazos se movieron al unisono, estrujando contra mi el cuerpo delicado de Rione, mientras mis labios buscaban los suyos en un desierto sin fin. No sabia porque actuaba de ese modo, quizás me estaba precipitando demasiado, quizás alcanzar la Forma 4 (en su momento no lo había tomado como tal, pero tras los dos primeros cambios la noche había terminado de la misma manera) tenia algo que ver, pero no importaba demasiado, pues la vida es algo corto y si no se viven emociones no habrá valido para nada.
Off: sorry por el mal post, ultimanmente no se que me pasa.
Sharei- Nigromante
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Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Escuché con atención todo lo que iba contando mientras respondía a mi pregunta. No aparté la mirada de sus ojos ni él lo hizo tampoco. Mientras hablaba su voz tenía un efecto casi hipnótico en mi, Sharei era una fuente continua de respuestas justo al alcance de mi mano pero no solo eso me mantenía pegada a él. - ¿qué pasa hasta que nos acostumbremos? - pregunté distraída. Dejé de acariciar su mejilla y paré mi mano en su nuca - es imposible no tener curiosidad contigo cerca, eres... extraño - decidí finalmente. No había palabra que encajara mejor o por lo menos que se me ocurriera en aquello momentos. Sharei se salía de todo lo que había conocido hasta entonces y por lo que contaba en el fondo no eramos muy diferentes. Quitando el hecho de que el tenía todos los conocimientos que yo deseaba, nos movíamos por el mismo motivo. Curiosidad, sin poner un límite a aquello que estábamos dispuestos a arriesgar por obtener nuestras respuestas.
No tenía del todo claro si sería otra cosa o el vinculo lo que tiraba de mi hacía él. Tal vez el que ahora tuviera su sangre hacía que todo se precipitara por que después de todo también tenía un vinculo con Naren y Vannel ahora, y no pensaba en ninguno de los dos como lo hacia en nuestro maestro. Sonreí ante su insinuación - por una vez puedo esperar, pero no lo tomes por costumbre
Un momento estaba besándolo como si fuera lo último que podía hacer, con completa dejadez. Había rodeado su cuello con ambos brazos, pegándome a él con unas ganas que solo recordaba haber tenido hacia una persona con anterioridad. Pero solo aquello no parecía ser suficiente para saciar la conexión que ahora teníamos. Fui bajando una de mis manos para poder apartar las ropas que llevaba pero a medida que avanzaba no encontraba ninguna tela a su paso. Me separé por un momento de sus labios bajar la mirada y encontrarme con mi mano metido entra una bruma negruzca a la altura de su estomago que empezaba a clarear dejando despejada la piel de Sharei. Recordé como de igual manera había aparecido abajo cuando comenté que estaba desnudo y ahora iba quedando igual de nuevo -¿como...- pero yo misma dejé la pregunta en el aire. Quizás aquello mismo fuera lo que más me llamaba la atención, siempre tenía algo nuevo que mostrar
off: para mierdi post el mio >.< lo siento pero quería responder hoy por que esta semana seguramente lo tenga dificil
No tenía del todo claro si sería otra cosa o el vinculo lo que tiraba de mi hacía él. Tal vez el que ahora tuviera su sangre hacía que todo se precipitara por que después de todo también tenía un vinculo con Naren y Vannel ahora, y no pensaba en ninguno de los dos como lo hacia en nuestro maestro. Sonreí ante su insinuación - por una vez puedo esperar, pero no lo tomes por costumbre
Un momento estaba besándolo como si fuera lo último que podía hacer, con completa dejadez. Había rodeado su cuello con ambos brazos, pegándome a él con unas ganas que solo recordaba haber tenido hacia una persona con anterioridad. Pero solo aquello no parecía ser suficiente para saciar la conexión que ahora teníamos. Fui bajando una de mis manos para poder apartar las ropas que llevaba pero a medida que avanzaba no encontraba ninguna tela a su paso. Me separé por un momento de sus labios bajar la mirada y encontrarme con mi mano metido entra una bruma negruzca a la altura de su estomago que empezaba a clarear dejando despejada la piel de Sharei. Recordé como de igual manera había aparecido abajo cuando comenté que estaba desnudo y ahora iba quedando igual de nuevo -¿como...- pero yo misma dejé la pregunta en el aire. Quizás aquello mismo fuera lo que más me llamaba la atención, siempre tenía algo nuevo que mostrar
off: para mierdi post el mio >.< lo siento pero quería responder hoy por que esta semana seguramente lo tenga dificil
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Los sentimientos ocultos se desataron y el deseo surgió como de una manta de humo. Ahora se veía claro, sin reproches, puro y reluciente. Nada podía detener ese tipo de sentimiento y menos cuando detrás estaban los lazos físicos y mágicos que ahora nos unían. Los brazos de ella rodeaban mi cuello y se enredaron con mi pelo en un contraste salvaje y suave que estaba aprendiendo a valorar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero y varias chispas se formaron sobre mi piel, reaccionando a ese contacto. Las manos de Rione buscaron juguetonas los encajes de mi ropa, dispuesta a desabrochar mi oscura túnica negra. Que sorpresa se iba a llevar...
Notando cada uno de sus dedos por mi pecho gradualmente desnudo, sonreí ante la mirada que me lanzó ella cuando se dio cuenta del hecho y con un ágil movimiento volví a atraerla hacia mi. Mi pecho desnudo relucía entra la negriazuléz de la sala y de nuestros ropajes. Mi mano brillo por un momento y de golpe los ropajes de la joven salieron volando hacia arriba, dejándola solo en ropa interior. Mis pupilas se dilataron al contemplar la perfección de su cuerpo y no pude resistir tantear con curiosidad y calma cada centímetro descubierto de piel. La ropa se posó suavemente en una silla mientras yo cogía uno de sus brazos y empezaba mordisquear cada centímetro blanco que encontraba. La sonrisa picara no paraba de aparecer en mi rostro, activada por los resoplidos que soltaba la joven. Las cosquillas que se filtraban entre mis dientes juguetonas y traviesas.
Notando cada uno de sus dedos por mi pecho gradualmente desnudo, sonreí ante la mirada que me lanzó ella cuando se dio cuenta del hecho y con un ágil movimiento volví a atraerla hacia mi. Mi pecho desnudo relucía entra la negriazuléz de la sala y de nuestros ropajes. Mi mano brillo por un momento y de golpe los ropajes de la joven salieron volando hacia arriba, dejándola solo en ropa interior. Mis pupilas se dilataron al contemplar la perfección de su cuerpo y no pude resistir tantear con curiosidad y calma cada centímetro descubierto de piel. La ropa se posó suavemente en una silla mientras yo cogía uno de sus brazos y empezaba mordisquear cada centímetro blanco que encontraba. La sonrisa picara no paraba de aparecer en mi rostro, activada por los resoplidos que soltaba la joven. Las cosquillas que se filtraban entre mis dientes juguetonas y traviesas.
Sharei- Nigromante
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Y poco a poco, cada vez con menor resistencia, me fui dejando llevar. Los labios de Sharei se habían convertido en alguna clase de miel dulce de la cual no había nada que quisiera desperdiciar, su cercanía solo pedía ser respondida con más cercanía y debajo del simple deseo físico había algo que anclaba aún con mayor fuerza aquella cercanía. Sentimientos que habían estado tiempo antes de que se encontraran en aquella habitación, sentimientos que habían dejado dormidos hasta que ahora a la luz de los cuatro astros y empujados por un vinculo que iba más allá que cualquiera que pudieran haber creado sin la proeza que acaban de realizar en el cielo, les daban rienda suelta. Sentimientos que una vez habían sido despertados no había manera de hacerse con su dominio. Por lo menos no por ahora.
Sentía algunas chismas allí donde mi piel se encontraba con la de Sharei pero no lo suficiente para disminuir la urgencia con la que lo besaba. Ahora que no quedaba una gota de cansancio en mi piel me sentía más despierta de lo que había estado nunca. Aún abrumada por lo que habíamos lograda, maravillado por el avance lograda y extasiada por el torrente de poder que ahora corría por mis venas. No era capaz de controlar por mi misma el poder que Sharei nos había conferido a los tres. Aún. Pero ahora que había experimentado gracias a él lo que podía hacer ese poder no me faltaban ganas de aprender a dominarlo, de volver a sentir aquella fuerza sin precedente dentro de mi. Posiblemente yo misma era el flanco más bajo de nuestro pequeño grupo. El mago del fuego y el mago del agua, ambos conocían mejor su poder y como usarlo que yo, Sharei por supuesto era nuestro maestro. Ninguno se comparaba a él. Yo me basaba en libros e intuición, aún era una simple aprendiza de magia oscura y aún así lograba mantenerme a la cercana a la altura de mis tres compañeros a base de tirar de lo primordial de mi poder. Mi propia oscuridad.
Pero aquel no era momento para pensar lo que pasaría después. En aquella habitación, en aquel preciso instante solo tenía cabeza para pensar en Sharei. Cuando regresáramos a Idhun ya me las apañaría, cuando fuéramos a rescatar a ese tal Kvothe ya sabría usar el poder que me había dado Sharei. Pero ahora solo estábamos Sharei y yo, sin magia ni sortilegios únicamente movidos por los sentimientos que ambos albergábamos.
Y para cuando me di cuenta su ropa ya se desvanecía dejando lugar únicamente a su piel desnuda. Lo miré con los ojos brillante de asombro, curiosidad y deseo de más. Instantes después su mano relució y mi ropa, en lugar de simplemente desvanecerse salieron volando. Solté una exclamación, sorprendida en un primer momento pero luego dejé de prestarle atención y volver a ser más consciente de Sharei que de mi misma. Mientras mordisqueaba mi brazo una risita escapaba por mis labios. Una risita sincera, entre divertida e impaciente. Busqué con mis labios de nuevo su piel yendo a parar a su cuello donde fui besándolo cada vez con menor espacio de tiempo entre un beso y otro.
Sentía algunas chismas allí donde mi piel se encontraba con la de Sharei pero no lo suficiente para disminuir la urgencia con la que lo besaba. Ahora que no quedaba una gota de cansancio en mi piel me sentía más despierta de lo que había estado nunca. Aún abrumada por lo que habíamos lograda, maravillado por el avance lograda y extasiada por el torrente de poder que ahora corría por mis venas. No era capaz de controlar por mi misma el poder que Sharei nos había conferido a los tres. Aún. Pero ahora que había experimentado gracias a él lo que podía hacer ese poder no me faltaban ganas de aprender a dominarlo, de volver a sentir aquella fuerza sin precedente dentro de mi. Posiblemente yo misma era el flanco más bajo de nuestro pequeño grupo. El mago del fuego y el mago del agua, ambos conocían mejor su poder y como usarlo que yo, Sharei por supuesto era nuestro maestro. Ninguno se comparaba a él. Yo me basaba en libros e intuición, aún era una simple aprendiza de magia oscura y aún así lograba mantenerme a la cercana a la altura de mis tres compañeros a base de tirar de lo primordial de mi poder. Mi propia oscuridad.
Pero aquel no era momento para pensar lo que pasaría después. En aquella habitación, en aquel preciso instante solo tenía cabeza para pensar en Sharei. Cuando regresáramos a Idhun ya me las apañaría, cuando fuéramos a rescatar a ese tal Kvothe ya sabría usar el poder que me había dado Sharei. Pero ahora solo estábamos Sharei y yo, sin magia ni sortilegios únicamente movidos por los sentimientos que ambos albergábamos.
Y para cuando me di cuenta su ropa ya se desvanecía dejando lugar únicamente a su piel desnuda. Lo miré con los ojos brillante de asombro, curiosidad y deseo de más. Instantes después su mano relució y mi ropa, en lugar de simplemente desvanecerse salieron volando. Solté una exclamación, sorprendida en un primer momento pero luego dejé de prestarle atención y volver a ser más consciente de Sharei que de mi misma. Mientras mordisqueaba mi brazo una risita escapaba por mis labios. Una risita sincera, entre divertida e impaciente. Busqué con mis labios de nuevo su piel yendo a parar a su cuello donde fui besándolo cada vez con menor espacio de tiempo entre un beso y otro.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
El sonido jadeante de su voz, cada vez que tomaba aire, se había convertido en un afrodisíaco para mi. Tener sus labios en mi cuello era una bendición que aspiraba a la realidad eterna y más aún cuando nuestros cuerpos se separaban apenas por unos pedazos de fina tela, frotándonos el uno contra el otro. Soltando su mano para rodear con los brazos su delicada figura, separé verticalmente mis manos. Una se dirigió a la parte alta de su espalda, justo donde uno de esos pedazos de tela se entrelazaba; y la otra viajó por su cadera hasta alcanzar el interior del otro, quedando en contacto con la piel de esa zona sensible agradablemente redondeada. Mis dos manos actuaron al unísono y las dos telas se desprendieron con suavidad, cayendo sobre el suelo enmoquetado de la habitación. Los ojos de ella encerraban una oscuridad embriagadora, llena de misterios. Misterios que estaban a punto de caer ante mis insistencias.
Mis brazos volvieron a estrecharla contra mi, saboreando ahora las caricias que nuestro dos cuerpos desnudos se daban entre si por el mero hecho de rozarse y luego volvieron a rodear la cadera de la joven. Con un fuerte tirón, todos mis músculos se tensaron y la alcé en brazos. Mis labios habían vuelto a buscar los suyos y estos se encontraban entre las chispas y las sombras que empezaban a rodear nuestros cuerpos, otro efecto secundario de mi excitación. Con paso inseguro, aún atrapado entre sus labios, me dirigí hacia la puerta de la habitación, que se abrió automáticamente y en un arranque de genialidad, la lancé directamente a la cama desde una distancia de cinco metros. Casi al instante de haberla soltado de mis brazos, corrí usando la electricidad que se había acumulado en mi cuerpo y conseguí cogerla antes de que cayera, depositandola con delicadeza sobre la cama.
Mis brazos volvieron a estrecharla contra mi, saboreando ahora las caricias que nuestro dos cuerpos desnudos se daban entre si por el mero hecho de rozarse y luego volvieron a rodear la cadera de la joven. Con un fuerte tirón, todos mis músculos se tensaron y la alcé en brazos. Mis labios habían vuelto a buscar los suyos y estos se encontraban entre las chispas y las sombras que empezaban a rodear nuestros cuerpos, otro efecto secundario de mi excitación. Con paso inseguro, aún atrapado entre sus labios, me dirigí hacia la puerta de la habitación, que se abrió automáticamente y en un arranque de genialidad, la lancé directamente a la cama desde una distancia de cinco metros. Casi al instante de haberla soltado de mis brazos, corrí usando la electricidad que se había acumulado en mi cuerpo y conseguí cogerla antes de que cayera, depositandola con delicadeza sobre la cama.
Sharei- Nigromante
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Poco a poco la escasa tela que aún había entre nosotros desapareció, Sharei dejó mi brazo para encargarse él mismo de ello mientras yo continuaba besando su cuello dejando algún que otro mordisco de vez en cuando. Desde que lo había visto aparecer en la aburrida casa de campo de mi familia en Vannisar me había llamado la atención. Más aún tras su propuesta para enseñarme lo que nadie podría si me quedaba allí. Magia, investigación y descubrimientos, eso me había propuesto y ni siquiera le había hecho falta el hermoso físico que acaba de conseguir tras su transformación para que aceptara casi al momento, aunque quizás mi deseo de descubrir los secretos del misterioso Sharei cuando ni siquiera sabía su nombre también habían tenido su influencia en mi decisión.
Puede que cualquier otra chica se hubiera sentido mínimamente avergonzada por la desnudez o cualquier otra estupidez de niña tonta pero yo no era el caso ni por asomo. Desde que había dejado de ser una niña tenía familiares que me habían hecho ser consciente de que tenía una genética afortunada. Sangre de reyes, había dicho alguna vez mi abuelo, pero eso no servía de nada sin una cabeza que supiera lo que podía conseguir.
Una exclamación sorprendida se escamó de mis labios cuando de repente Sharei me alzó entre sus brazos. Un momento después sus labios volvían a buscar los míos que respondían en un beso apresurado. Rodeé su cintura con mis piernas buscando apretarme contra él. Por una vez no estaba haciendo ningún movimiento demasiado calculado, me dejaba llevar embriagaba por él. Acababa de ponerme la miel en los labias y ahora quería probarla al completo. Se dirigió hacia la habitación pero no me percaté de ello hasta que me arrojó casi desde la misma puerta a la cama a pesar de que la distancia era considerable. Antes de que cayera ya estaba allí preparado para cogerme y luego con una delicadeza completamente opuesta depositarme en la cama. Tan contraría como el hecho de que hubiera estado a punto de matarme hace menos de una hora y ahora estuviéramos así.
-eres un peligro Sharei - comenté divertida con una sonrisa burlona en los labios, a tan escasa separación de los suyos que podía sentir su aliento. Me fui incorporando hasta hacerlo retroceder lo suficiente para sentarme a horcajadas en su regazo. Volví a buscar el contacto de sus labios contra los míos - y la tienes tomada conmigo - después de eso mordí su labio con algo más de la fuerza que tendría si fuera solo un juego para picarle, más bien era algo así como una pequeña venganza.
Puede que cualquier otra chica se hubiera sentido mínimamente avergonzada por la desnudez o cualquier otra estupidez de niña tonta pero yo no era el caso ni por asomo. Desde que había dejado de ser una niña tenía familiares que me habían hecho ser consciente de que tenía una genética afortunada. Sangre de reyes, había dicho alguna vez mi abuelo, pero eso no servía de nada sin una cabeza que supiera lo que podía conseguir.
Una exclamación sorprendida se escamó de mis labios cuando de repente Sharei me alzó entre sus brazos. Un momento después sus labios volvían a buscar los míos que respondían en un beso apresurado. Rodeé su cintura con mis piernas buscando apretarme contra él. Por una vez no estaba haciendo ningún movimiento demasiado calculado, me dejaba llevar embriagaba por él. Acababa de ponerme la miel en los labias y ahora quería probarla al completo. Se dirigió hacia la habitación pero no me percaté de ello hasta que me arrojó casi desde la misma puerta a la cama a pesar de que la distancia era considerable. Antes de que cayera ya estaba allí preparado para cogerme y luego con una delicadeza completamente opuesta depositarme en la cama. Tan contraría como el hecho de que hubiera estado a punto de matarme hace menos de una hora y ahora estuviéramos así.
-eres un peligro Sharei - comenté divertida con una sonrisa burlona en los labios, a tan escasa separación de los suyos que podía sentir su aliento. Me fui incorporando hasta hacerlo retroceder lo suficiente para sentarme a horcajadas en su regazo. Volví a buscar el contacto de sus labios contra los míos - y la tienes tomada conmigo - después de eso mordí su labio con algo más de la fuerza que tendría si fuera solo un juego para picarle, más bien era algo así como una pequeña venganza.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Una vez en la cama, Rione dijo algo que me hizo pensar y el tiempo se detuvo, parando todo menos mi ajetreado pensamiento. El peligro es algo que se siente en la mente durante unos instantes y que arraiga en el corazón, pero una vez allí, la primera deja de detectarlo y en el segundo crece hasta convertirse en miedo y escapar de ahí. El miedo, si que lo detecta la mente de nuevo, pero solo por un momento otra vez, entonces el peligro que crecía en el corazón y del que aun quedan vestigios, muta a este nuevo miedo. Se vuelve algo incorpóreo, irreal y que escapa de toda compresión racional. En esa estado, es como agua o aire envenenado, se expande como si de peste se tratase y contamina a toda cuanto toca. Ya ni siquiera somos consciente de ello, lo notamos como algo más básico, como un instinto arraigado durante milenios, cuando en realidad apenas han pasado semanas o meses. Ese es el poder del peligro, y en última instancia, del miedo...
La presión del cuerpo de Rione contra el mio, me hizo volver a la realidad. Un rubor rojizo se formó en mis mejillas al contemplar de nuevo tal excelsa vista y una parte de mi ser entró en acción. Por la mirada de ella pude observar que lo había notado contra su piel. Augurando una interesante noche de placer sin dejar de besarla, ignoré la tensa zona que ahora se podía apreciar en mi bajo vientre y volví a empujarla suavemente contra la enorme cama. Una vez hubo apoyado su espalda, me desplacé cual serpiente, besando cada palmo de piel mientras bajaba por su cuello, su pecho (precisamente su pecho, donde me detuve más de lo normal), su vientre y terminé con la cabeza entre sus piernas. Su cuello sabia a sal, sangre y energía, unos olores que por mucho que uno se lave siempre quedan impregnados, como una impronta o una marca de nacimiento. Su pecho sabia a joven y cada una de las dos bellezas que moraban en el, eran del tamaño perfecto para jugar con ellas. Mis dedos eran rápidos y certeros, por lo que de la bellezas no tardaron a salir sus amigos rosados, a quienes yo recibí con mucho entusiasmo y a los que dediqué mucha atención, pues sabia lo importantes que eran. Cuando la situación lo convino, abandoné las montañas para internarme en los prados de abajo y mi lengua juguetona cayó despistada en una depresión. Finalmente llegué al gran valle, una extensión hermosa y con una cueva de lo más interesante, estrecha a primera vista, pero mostraba ya un riachuelo procedente de su interior. Ni corto ni perezoso, desplacé mi lengua por la zona para observar la reacción de mi compañera de cama.
La presión del cuerpo de Rione contra el mio, me hizo volver a la realidad. Un rubor rojizo se formó en mis mejillas al contemplar de nuevo tal excelsa vista y una parte de mi ser entró en acción. Por la mirada de ella pude observar que lo había notado contra su piel. Augurando una interesante noche de placer sin dejar de besarla, ignoré la tensa zona que ahora se podía apreciar en mi bajo vientre y volví a empujarla suavemente contra la enorme cama. Una vez hubo apoyado su espalda, me desplacé cual serpiente, besando cada palmo de piel mientras bajaba por su cuello, su pecho (precisamente su pecho, donde me detuve más de lo normal), su vientre y terminé con la cabeza entre sus piernas. Su cuello sabia a sal, sangre y energía, unos olores que por mucho que uno se lave siempre quedan impregnados, como una impronta o una marca de nacimiento. Su pecho sabia a joven y cada una de las dos bellezas que moraban en el, eran del tamaño perfecto para jugar con ellas. Mis dedos eran rápidos y certeros, por lo que de la bellezas no tardaron a salir sus amigos rosados, a quienes yo recibí con mucho entusiasmo y a los que dediqué mucha atención, pues sabia lo importantes que eran. Cuando la situación lo convino, abandoné las montañas para internarme en los prados de abajo y mi lengua juguetona cayó despistada en una depresión. Finalmente llegué al gran valle, una extensión hermosa y con una cueva de lo más interesante, estrecha a primera vista, pero mostraba ya un riachuelo procedente de su interior. Ni corto ni perezoso, desplacé mi lengua por la zona para observar la reacción de mi compañera de cama.
Sharei- Nigromante
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Sabía muy bien que a Sharei no le supondría un problema acabar con mi vida, incuso que podría hacerlo en un descuido. Tenía un maestro que era puro poder, quizás demasiado poder para estar encerrado en un solo cuerpo. Sharei era todo poder magia y energía mientras que yo era una simple humana que empezaba a conocer los caminos de la magia negra, una humana con su propia oscuridad a aparte de la de su magia. Pero humana igualmente a fin de cuentas. Los humanos siempre habíamos sido la raza más frágil de Idhún, todas las demás tenían su propio territorio en la magia que los hacía fuertes en el. Los humanos no, nosotros necesitábamos de alianzas y armas para defendernos, a menos claro que un unicornio apareciera por nuestra vida.
Por eso mismo Sharei era un doble peligro para alguien como yo pero el peligro en aquellos momentos no era más que un catalizador de la pasión. Aquello solo podía acabar de dos maneras, o muy bien o muy mal, no existía punto medio, ni salvavidas ni refuerzo, podía serlo todo o no llegar a ser nada y eso lo convertía en algo atractivo.
Sharei volvió a dejarme con la espalda contra la cama mientras él recorrería mi piel desnuda con sus labios. Cada nuevo movimiento de maestro era una delicia en mi piel, cada descenso un nuevo placer. No era el primero en hacer aquello, seguramente no fuera el último. Sabía como era ser el capricho de alguien con tanto poder, alguien que puede hacer que este con él quiera o no y era algo que solo se salia bien siendo consciente de ello. Pero todo eso vendría después aquella noche parecía hecha para el disfrute y el delirio, la pasión y, por supuesto el placer. Gemí de placer y clavé las uñas en la pálida piel de sus hombros un momento.
off: siento el post tan malo y lo que he tardado pero no tengo ni inspiración ni tiempo, la semana que viene es tengo todos los finales así que hasta después no podré responder seguramente, espero que con algo mejor >.<
Por eso mismo Sharei era un doble peligro para alguien como yo pero el peligro en aquellos momentos no era más que un catalizador de la pasión. Aquello solo podía acabar de dos maneras, o muy bien o muy mal, no existía punto medio, ni salvavidas ni refuerzo, podía serlo todo o no llegar a ser nada y eso lo convertía en algo atractivo.
Sharei volvió a dejarme con la espalda contra la cama mientras él recorrería mi piel desnuda con sus labios. Cada nuevo movimiento de maestro era una delicia en mi piel, cada descenso un nuevo placer. No era el primero en hacer aquello, seguramente no fuera el último. Sabía como era ser el capricho de alguien con tanto poder, alguien que puede hacer que este con él quiera o no y era algo que solo se salia bien siendo consciente de ello. Pero todo eso vendría después aquella noche parecía hecha para el disfrute y el delirio, la pasión y, por supuesto el placer. Gemí de placer y clavé las uñas en la pálida piel de sus hombros un momento.
off: siento el post tan malo y lo que he tardado pero no tengo ni inspiración ni tiempo, la semana que viene es tengo todos los finales así que hasta después no podré responder seguramente, espero que con algo mejor >.<
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Centrado en la tarea que me había autoimpuesto, utilicé mi lengua para recorrer las partes más sensibles de su entrepierna. Cada gemido, cada respiración agitada, cada simple movimiento de dedos, manos y gesto de lo boca; me iban guiando hacía el clímax de la joven. Mis dedos se movieron raudos, con un objetivo predefinido y untándose del jugo de la propia Rione, se volvieron sedosos y resbaladizos. Como si la única manera de continuar se tratara, se introdujeron con sinceridad. Primero despacio y luego aumentado el ritmo, mis dedos y mi lengua vibraban con armonía. El final estaba cerca y los gemidos de la joven apenas dejaban espacio entre uno y otro.
Algo en el ambiente se desbloqueó y una luz oscura emanó de nuestros cuerpos. El final estaba llegando y nuestra energia reaccionaba a ello como un lobo hambriento, fusionándose entre ellas. Viendo las cosas tan claras, mi cuerpo solo empezó a acelerarse, aumentando el ritmo de mis dedos y lengua.
Algo en el ambiente se desbloqueó y una luz oscura emanó de nuestros cuerpos. El final estaba llegando y nuestra energia reaccionaba a ello como un lobo hambriento, fusionándose entre ellas. Viendo las cosas tan claras, mi cuerpo solo empezó a acelerarse, aumentando el ritmo de mis dedos y lengua.
Sharei- Nigromante
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Seguí dejándole hacer, él había asumido el dominio desde el principio y no había nada aún que me hubiera hecho querer cambiar la situación. Sus dedos se había unido a su lengua resumiendo el efecto en un placer mayor. Los gemidos de placer se sucedieron unos a otros dando lugar a una disminución progresiva del intervalo de tiempo entre el primero y el siguiente. Estaba disfrutando de aquella noche con Sharei y podía decirse que el disfrute era recíproco.
Pero en aquellos momentos no solo nuestros cuerpos se estaban uniendo de manera intima, en un momento una resplandor oscuro comenzó a ser desprendido de los cuerpos de ambos, entrelazándose y uniéndose, a ratos más dispuesto o más reacio. De la manera que fuera terminó por rodearnos. Ya habíamos creado una uniendo fuerte con lo habíamos logrado en la sala del núcleo pero era la misma conexión que había creado con Naren y Vannel. Ahora en cambio solo era el poder de ambos el que se unía dándole una nueva proyección al enlace que ya se había creado entre nosotros.
Poco a poco todo iba acelerándose trayendo consigo el anunció de la próxima llegada del final. Y llegó, un estallido de placer sin igual recorrió mi cuerpo y casi al mismo tiempo un grito sustituyó a los gemidos que salían de mi garganta. Una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo llevándose consigo el momento.
Pero en aquellos momentos no solo nuestros cuerpos se estaban uniendo de manera intima, en un momento una resplandor oscuro comenzó a ser desprendido de los cuerpos de ambos, entrelazándose y uniéndose, a ratos más dispuesto o más reacio. De la manera que fuera terminó por rodearnos. Ya habíamos creado una uniendo fuerte con lo habíamos logrado en la sala del núcleo pero era la misma conexión que había creado con Naren y Vannel. Ahora en cambio solo era el poder de ambos el que se unía dándole una nueva proyección al enlace que ya se había creado entre nosotros.
Poco a poco todo iba acelerándose trayendo consigo el anunció de la próxima llegada del final. Y llegó, un estallido de placer sin igual recorrió mi cuerpo y casi al mismo tiempo un grito sustituyó a los gemidos que salían de mi garganta. Una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo llevándose consigo el momento.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
La descarga que introduje a través de mis dedos y lengua, no tenia otro motivo que la de acelerar el proceso de interno que provocaba llegar de un clímax a otro. La mente se me puso en blanco y rápidamente mi cuerpo respondió a los instintos más básicos que empezaban a aflorar. Con una fogosidad sin precedentes, me arrastré hacía arriba buscando sus pechos, su cuello, sus tiernos labios para al fin unirnos en un apasionado beso. Era como flotar en una nube, pera luego caer hasta los abismos de la oscuridad. Jadeante, me separé de sus rosados labios y le dije susurrante al oído:
-Estas preparada?
La sonrisa invadió mi cara y los ojos se me encendieron como linternas verdes por un momento ante la expectación de su respuesta. Adoraba el contorno su nariz, sus ojos titilantes con oscuridad, su pelo largo y sedoso. Pero lo que más me gustaba de ella eran sus reacciones.
-Estas preparada?
La sonrisa invadió mi cara y los ojos se me encendieron como linternas verdes por un momento ante la expectación de su respuesta. Adoraba el contorno su nariz, sus ojos titilantes con oscuridad, su pelo largo y sedoso. Pero lo que más me gustaba de ella eran sus reacciones.
Sharei- Nigromante
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Una nueva descarga la sacudió por completo. Sitió un nueva oleada de placer recorrerle el cuerpo por completo. De la cabeza a los pies la recorrió como una ola que dejaba a su paso un reguero placentero. Un gemido se escapo de sus labios y se unió al coro de sonidos que componían la canción del sexo. los rápidos altos y bajos de sus respiraciones, cada vez más acelerados, cada vez más dispares se enredaban con el frufrú de las sabanas al arrugarse bajo los movimientos de ambos. La voz cantante era la de unos labios besando piel, con ese sonido característico de la carne al rozarse y fluido como el río que Sharei dibujó con sus labios hasta llegar a los de ella.
Rione respondió ante sus labios con pasión, con fogosidad... dejándose caer por completo a la irracionalidad y la oscuridad, había abandonado su cuerpo, su mente... los había dejado en las manos del instinto más natural y básico de cualquier humano. El instinto por el placer, el ansia por el disfrute. Una carcajada brotó de sus labios cuando escuchó la pregunta de Sharei. - desde hace rato - le respondió probocante también al oído pero por el lado contrario. - nadie me había hecho esperar tanto...- añadió con impaciencia. Su sentidos por completo clamaban por la satisfacción del deseo del roce de la carne de Sharei y la suya, clamaban por una cercanía, por una unión que los llevara a ambos a los jardines del mayor placer. Eran unos cuantos los que ya habían arrastrado a Rione hasta allí pero pocos los que lo habían hecho por buscar algo más que la satisfacción de las necesidades propias. Ella había sido secundaría y sumisa durante mucho tiempo pero eso había terminado precisamente gracias al hombre que tenía sobre ella. Uno del que desde el primer día había querido resolver todos los misterios que entrañaban, que sabía que podía ofrecer todo lo que ella buscaba: ir más allá.
Los labios de Rione cubrieron el camino desde su oído hasta su cuello donde se ensañó alterando entre suaves caricias con forma de beso y pequeños mordiscos. Le rodeó la cintura con ambas piernas buscando el roce del amor propio de ambos, estaba impaciente, excitada, con una falta de control que pocas veces había experimentado.
Rione respondió ante sus labios con pasión, con fogosidad... dejándose caer por completo a la irracionalidad y la oscuridad, había abandonado su cuerpo, su mente... los había dejado en las manos del instinto más natural y básico de cualquier humano. El instinto por el placer, el ansia por el disfrute. Una carcajada brotó de sus labios cuando escuchó la pregunta de Sharei. - desde hace rato - le respondió probocante también al oído pero por el lado contrario. - nadie me había hecho esperar tanto...- añadió con impaciencia. Su sentidos por completo clamaban por la satisfacción del deseo del roce de la carne de Sharei y la suya, clamaban por una cercanía, por una unión que los llevara a ambos a los jardines del mayor placer. Eran unos cuantos los que ya habían arrastrado a Rione hasta allí pero pocos los que lo habían hecho por buscar algo más que la satisfacción de las necesidades propias. Ella había sido secundaría y sumisa durante mucho tiempo pero eso había terminado precisamente gracias al hombre que tenía sobre ella. Uno del que desde el primer día había querido resolver todos los misterios que entrañaban, que sabía que podía ofrecer todo lo que ella buscaba: ir más allá.
Los labios de Rione cubrieron el camino desde su oído hasta su cuello donde se ensañó alterando entre suaves caricias con forma de beso y pequeños mordiscos. Le rodeó la cintura con ambas piernas buscando el roce del amor propio de ambos, estaba impaciente, excitada, con una falta de control que pocas veces había experimentado.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
La respuesta Rione llegó hasta lo más profundo de mis instintos básicos. El ansia de calor, de entrar dentro de ella y convertirnos en uno solo, crecieron hasta hacerse casi insoportables. ¿Como podía desear tantísimo a una mujer? Las mayoría de mis compañeras de cama habían sido de mi propia raza y como feéricos que eramos, el acto de hacer el amor era uno de los mayores placeres de la sociedad en la que vivía. Era un amor desenfrenado, lujurioso, unido intrínsecamente a la naturaleza. Era una cosa tan natural como respirar, sin reservas, pues se practicaba en el aire libre. Esto en cambio era diferente.
Tampoco era la raza, pues a parte de gigantes, había tenido compañeras de todas las razas, además de varias mestizas; por lo que se podía decir que conocía bien las cualidades de casi todas las féminas. De humanas no había dos iguales, había de reservadas, de de fogosas, de misteriosas. No, no era la raza. Era ella. Su Oscuridad, simplemente ella. Una descarga interna se abrió paso hacia mi cabeza y mi melena empezó a flotar como movida por un viento invisible.
-Sabes... creo que ya se me ha ocurrido un nombre para ti -y antes de haber terminado la frase ya había entrado dentro de ella.
Sus líquidos y los míos entraron en contacto y una reacción química sin precedentes se produjo. Yo ya no era feérico, era otra cosa, era energía, todo mi cuerpo despedía energía. Deslizándome dentro ella, sentí esa energía fluir como nunca antes. Sus piernas rodeando mi cintura... Era la postura que más me gustaba, pues ella deseaba lo que yo deseaba. Sin encontrar apenas resistencia, entré hasta el fondo y como si de una prisión se tratase, me atrapó.
Tampoco era la raza, pues a parte de gigantes, había tenido compañeras de todas las razas, además de varias mestizas; por lo que se podía decir que conocía bien las cualidades de casi todas las féminas. De humanas no había dos iguales, había de reservadas, de de fogosas, de misteriosas. No, no era la raza. Era ella. Su Oscuridad, simplemente ella. Una descarga interna se abrió paso hacia mi cabeza y mi melena empezó a flotar como movida por un viento invisible.
-Sabes... creo que ya se me ha ocurrido un nombre para ti -y antes de haber terminado la frase ya había entrado dentro de ella.
Sus líquidos y los míos entraron en contacto y una reacción química sin precedentes se produjo. Yo ya no era feérico, era otra cosa, era energía, todo mi cuerpo despedía energía. Deslizándome dentro ella, sentí esa energía fluir como nunca antes. Sus piernas rodeando mi cintura... Era la postura que más me gustaba, pues ella deseaba lo que yo deseaba. Sin encontrar apenas resistencia, entré hasta el fondo y como si de una prisión se tratase, me atrapó.
Sharei- Nigromante
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
La temperatura de la habitación parecía haber subido y el cuerpo de Sharei empezaba a hacersele familiar. Estaba conociendo cada palmo que podía tocar, cada hueco que podía besar. El gran misterio seguía siendo un secreto pero el cuerpo de su portador había dejado de serlo. Y durante el tiempo en el que Sharei y ella se estaban conociendo, Rione había olvidado donde estaban, se había olvidado de las habitaciones privadas de Sharei, las más elevadas en la Torre, y se había olvidado hasta de la Torre en sí. Si pensara en lo que habían hecho unas horas antes para alzar esa Torre, le parecerían que habían pasado meses y no solo unas horas. Pero el roce con la piel de Sharei la tenía alejada de cualquier pensamiento que estuviera fuera de esa cama. Naren, Vanel y hasta la cercanía a la muerte que había supuesto la transformación de Sharei para ella, estaban muy, pero que muy lejos de su cabeza. El cansancio había desaparecido, había salido de escena para que en el escenario aparecieran la lujuria, el deseo, la pasión, la curiosidad...
Escuchó las palabras de Sharei, no entendió de primeras a que se refería pero no tuvo tiempo de preguntarle. Sharei de abrió paso hacia su interior, introduciendo con él una nueva ola de placeres y delirios sin precedentes. Arqueó la espalda dejando que un suspiro se fugara de sus labios, buscando una mayor proximidad casi imposible.
- ¿qué nombre? - preguntó a su oido.
Escuchó las palabras de Sharei, no entendió de primeras a que se refería pero no tuvo tiempo de preguntarle. Sharei de abrió paso hacia su interior, introduciendo con él una nueva ola de placeres y delirios sin precedentes. Arqueó la espalda dejando que un suspiro se fugara de sus labios, buscando una mayor proximidad casi imposible.
- ¿qué nombre? - preguntó a su oido.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Una nueva luz se encendió dentro de mi, un nuevo faro, más fuerte que el anterior. Radiante y solitario. Era como estar encerrado en una cárcel de luz, en una jaula de oro, en una habitación sellada hecha de flores. Un encierro voluntario, dulce como la flor de Lilith. Poco a poco, casi imperceptiblemente mis ojos empezaron a brillar y el verde fue reemplazado por una amalgama que solo se encuentra en los predadores superiores. Me sentía flotar en una nube, libre de peso. Ya nada más existía, solo la sensación de su cuerpo contra el mio, solo la dulce presión que ejercíamos el uno contra el otro. Mis caderas empujaban y resbalaban, deslizándose sin pausa una y otra vez dentro de ella. Si antes estábamos unidos gracias a nuestras energías y sangre compartida, ahora eramos uno. Donde yo terminaba, ella empezaba acto seguido, unidos por un vinculo natural y hermoso. Una conexión de puro placer, carnal.
Mis labios volvieron a buscar los suyos y sin ninguna media de mesura ni autoconsciencia, arropé y disfrute de cada palmo de su lengua. La danza del sexo se había iniciado y parecía que ya nada podía parar a la enorme rueda en que se había convertido. Notaba sus firmes piernas rodeando mi cintura, firmes y complacidas; sus brazos de seda rodeando mi espalda, casi arañandola de goce. Sin parar de mover mis caderas, me liberé del beso buscando... aire? Ya ni siquiera lo necesitaba. Cuando el pensamiento pasó por la cabeza, una salvaje sonrisa felina se me configuró en la cara.
-Me lo ha contado un pajarito -dije contestando a su pregunta. -Bueno, más bien un gatito -comenté condescendiente.
De golpe, un galimatías de sonidos embargó la habitación. Palabras sin sentido, incoherentes. Solo una cosa se podía sacar de ellas. Solo dos palabras: Dama Oscura... Cuando Rione se dio cuenta de su significado, solté mi mano de uno de sus costados para desplazarla hacia su abdomen. El sello que allí se encontraba, reaccionó a mi contacto y sin apenas espera, empezó a expandir mi sangre por su organismo.
Su piel se oscureció, adoptando un tono grisáceo; sus cuencas se volvieron negras y su pupila se dilató y contrajo, adoptando finalmente la característica forma de los felinos. Sus uñas se volvieron alargadas e hirientes, poderosas y un aura de poder oscuro terminó emanando de su cuerpo entero. Durante todo ese proceso, yo no había parado de moverme, por lo que el "chute" de energía fue suficiente para dar un salto en el camino hacia el climax y alcanzarlo para ella. Ahora su organismo entero estaba abierto a un nuevo grado de sensaciones, volviéndolo aún más sensible.
Mis labios volvieron a buscar los suyos y sin ninguna media de mesura ni autoconsciencia, arropé y disfrute de cada palmo de su lengua. La danza del sexo se había iniciado y parecía que ya nada podía parar a la enorme rueda en que se había convertido. Notaba sus firmes piernas rodeando mi cintura, firmes y complacidas; sus brazos de seda rodeando mi espalda, casi arañandola de goce. Sin parar de mover mis caderas, me liberé del beso buscando... aire? Ya ni siquiera lo necesitaba. Cuando el pensamiento pasó por la cabeza, una salvaje sonrisa felina se me configuró en la cara.
-Me lo ha contado un pajarito -dije contestando a su pregunta. -Bueno, más bien un gatito -comenté condescendiente.
De golpe, un galimatías de sonidos embargó la habitación. Palabras sin sentido, incoherentes. Solo una cosa se podía sacar de ellas. Solo dos palabras: Dama Oscura... Cuando Rione se dio cuenta de su significado, solté mi mano de uno de sus costados para desplazarla hacia su abdomen. El sello que allí se encontraba, reaccionó a mi contacto y sin apenas espera, empezó a expandir mi sangre por su organismo.
Su piel se oscureció, adoptando un tono grisáceo; sus cuencas se volvieron negras y su pupila se dilató y contrajo, adoptando finalmente la característica forma de los felinos. Sus uñas se volvieron alargadas e hirientes, poderosas y un aura de poder oscuro terminó emanando de su cuerpo entero. Durante todo ese proceso, yo no había parado de moverme, por lo que el "chute" de energía fue suficiente para dar un salto en el camino hacia el climax y alcanzarlo para ella. Ahora su organismo entero estaba abierto a un nuevo grado de sensaciones, volviéndolo aún más sensible.
Sharei- Nigromante
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Dentro de ella se había desatado todo un mar de sensaciones, de roces y estímulos imposibles de contener, Sharei había despertado un tormenta sin precedentes en su interior, una donde se mezclaban un enorme deseo con pizcas de temor y un inmenso placer salpicado por un leve dolor. Una mezcla de contrarios en dosis perfectas que se mezclaban con la magia de sangre y el misterioso peligro que encarnaba la figura de tutor. Jadeó liberándose de sus labios para tomar aire, tan extasiada como asfixiada. Rione era una simple humana a fin de cuentas, una mujer que necesitaba de respirar, de dormir y de otras tantas necesidades mundanas. Tenía sangre en las venas y un corazón que latía al borde del colapso alimentado por el empuje del hombre que compartía cama con ella. Un ser que rozaba lo divino, que no tenía las necesidades de una humana...
"Pero yo no soy una simple humana" Pensó para sí. "Puede que tenga sus necesidades pero no comparto su vida, ni sus temores, ni sus debilidades. Estoy más allá de sus creencias, de sus convicciones. Soy una renegada. Soy una maga negra, una Dama Oscura"
No podría estar segura si era culpa del vínculo de magia que ahora los unía, de su propia atracción por Sharei o de la combinación de ambas cosas, pero no podía entender como una sola persona podía hacerla sentir tantas cosas. "No estas con un simple hombre" Se recordó. Sentía estar a punto de desbordarse, a punto de explotar, de salir volando y que la dureza de Sharei era lo único que lo evitaba y a ala vez justo lo que la empujaba a ello. Los labios de Rione trazaron la linea de su mentón, dibujaron su gesto desde su oído, con sus piros, hasta su cuello con mordiscos. Se pegó a él borrando los huecos donde aún sus pieles no ardían la una contra la otra. Y, de repente, una risa brotó de su garganta, fluida y certera como un rayo, irónica y heladora entre tanto fuego - vaya con el gatito... - se burló recordando por un momento al feroz lince que a punto había estado de matarla unas horas antes.
Pero esa imagen desapareció al instante junto a todo lo demás que estuviera rondando por la mente de la joven maga. Con solo un gesto, con solo pasar la mano por el tatuaje que ahora decoraba su abdomen se había desatado toda una explosión de sensaciones. Una supernova de placer sin precedentes que arrasaba con cualquier resquicio de cordura o racionalidad con el que se topase. Se desencadenaron una serie de reacciones en su interior de las que apenas fue consciente. La magia se había enterrado en ella hasta llegar a sus raíces, a las formas más profundas de su ser, y las había arrastrado a la superficie. Sus respuestas ahora eran feroces, poderosas e irracionales, tan salvajes como la naturaleza. Se estremeció con el aumento de sensibilidad, con las descargas que provocaba cada movimiento de Sharei entre sus piernas.
Su respuesta fue inmediata, instintiva y animal. Se abalanzó sobre él, lo empujó hasta que fue quien su maestro quien estuvo sentado sobre el colchón con ella sentada sobre el a horcajadas, sin romper su unión ni dejar de moverse sobre él. El cansancio no era nada, el dolor solo un catalizador del placer. Lo besó enterrando sus manos en su cabello, jugó con su lengua, mordió sus labios y gritó llegando al climax - Sharei...- logró articular entre jadeos, era solo un susurro, un leve hilo de voz que solo podían oír los dos - ¿Qué demonios me estas haciendo? -
Pegó su frente a la de él, respirando agitadamente, y volvió a besarlo. No se sentía cansada, ni siquiera embotada. Estaba despierta, más abierta a cualquier estímulo de lo que nunca lo hubiera estado. Se sentía viva en un grado más allá que cualquier humano, más poderosa como si pudiera arrasar países y secar océanos. Se sentía peligrosamente invencible, peligrosamente oscura, y le encantaba esa sensación de ebriedad.
"Pero yo no soy una simple humana" Pensó para sí. "Puede que tenga sus necesidades pero no comparto su vida, ni sus temores, ni sus debilidades. Estoy más allá de sus creencias, de sus convicciones. Soy una renegada. Soy una maga negra, una Dama Oscura"
No podría estar segura si era culpa del vínculo de magia que ahora los unía, de su propia atracción por Sharei o de la combinación de ambas cosas, pero no podía entender como una sola persona podía hacerla sentir tantas cosas. "No estas con un simple hombre" Se recordó. Sentía estar a punto de desbordarse, a punto de explotar, de salir volando y que la dureza de Sharei era lo único que lo evitaba y a ala vez justo lo que la empujaba a ello. Los labios de Rione trazaron la linea de su mentón, dibujaron su gesto desde su oído, con sus piros, hasta su cuello con mordiscos. Se pegó a él borrando los huecos donde aún sus pieles no ardían la una contra la otra. Y, de repente, una risa brotó de su garganta, fluida y certera como un rayo, irónica y heladora entre tanto fuego - vaya con el gatito... - se burló recordando por un momento al feroz lince que a punto había estado de matarla unas horas antes.
Pero esa imagen desapareció al instante junto a todo lo demás que estuviera rondando por la mente de la joven maga. Con solo un gesto, con solo pasar la mano por el tatuaje que ahora decoraba su abdomen se había desatado toda una explosión de sensaciones. Una supernova de placer sin precedentes que arrasaba con cualquier resquicio de cordura o racionalidad con el que se topase. Se desencadenaron una serie de reacciones en su interior de las que apenas fue consciente. La magia se había enterrado en ella hasta llegar a sus raíces, a las formas más profundas de su ser, y las había arrastrado a la superficie. Sus respuestas ahora eran feroces, poderosas e irracionales, tan salvajes como la naturaleza. Se estremeció con el aumento de sensibilidad, con las descargas que provocaba cada movimiento de Sharei entre sus piernas.
Su respuesta fue inmediata, instintiva y animal. Se abalanzó sobre él, lo empujó hasta que fue quien su maestro quien estuvo sentado sobre el colchón con ella sentada sobre el a horcajadas, sin romper su unión ni dejar de moverse sobre él. El cansancio no era nada, el dolor solo un catalizador del placer. Lo besó enterrando sus manos en su cabello, jugó con su lengua, mordió sus labios y gritó llegando al climax - Sharei...- logró articular entre jadeos, era solo un susurro, un leve hilo de voz que solo podían oír los dos - ¿Qué demonios me estas haciendo? -
Pegó su frente a la de él, respirando agitadamente, y volvió a besarlo. No se sentía cansada, ni siquiera embotada. Estaba despierta, más abierta a cualquier estímulo de lo que nunca lo hubiera estado. Se sentía viva en un grado más allá que cualquier humano, más poderosa como si pudiera arrasar países y secar océanos. Se sentía peligrosamente invencible, peligrosamente oscura, y le encantaba esa sensación de ebriedad.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Una sonrisa lobuna se me dibujó en el rostro. La gente piensa que llegar al clímax es lo más importante, que llegar a alcanzar la sensación tu es lo importante. Cuan equivocados están. Necios y estúpidos. No conocen el cuerpo humano, no conocen aquello que nos produce placer. Es el cerebro el que recibe las descargas, es el cerebro el que nos hace sentir placer, no el órgano sexual en si. Por eso mismo, para un hombre, que tu pareja llegue antes al orgasmo desencadena una serie de reacciones que superan con creces el llegar uno mismo. Eso era precisamente lo que buscaba, el poder que daba ese momento. El grito de placer que ella soltó, fue como una liberación para mi. Mi sangre corría por sus venas como fuego liquido. Estaba preparada para el siguiente paso. Hasta ahora me había estado conteniendo, era el momento de darlo todo.
-Te voy a dar un regalo extra, solo para ti. No se lo cuentes a los otros dos. Será nuestro pequeño secreto.
El momento en que la joven se había parado, lo alargue como si quisiera terminar. Mi miembro estaba dentro de ella, palpitando a cada latido de mi corazón y eso resonaba en mi sangre, la sangre que viaja por su interior. Noté en sus ojos las ansias de más, en sus labios, en sus dos labios... Las palpitaciones crecieron de intensidad y entonces cuando noté que ella ya no podía soportar más la espera, empecé a moverme de manera calculada, golpeando el punto exacto de mayor placer.
Mis labios, que hasta entonces había estado esquivando los suyos, los buscaron con más pasión siquiera. La electricidad se expandió por todo mi ser, transmitiendo una sensación de calor y a través de mi lengua, el sabor del hierro. Con un jadeo entrecortado, separé mi lengua de la suya y mordí con mis caninos la yugular de Rione, buscando los pequeños nervios que a su alrededor estaban. Su cuerpo estaba tan sensible, que hasta el más débil de los movimientos, despertaba una oleada de sensaciones nuevas que la acercaban peligrosamente al clímax de nuevo.
Sin frenarme esta vez, continué empujando y saliendo de ella. Parecía que quisiera absorberme de lo mucho que me deseaba. Ninguna había hecho como ella, era la primera con quien podía actuar de esa manera, pues las otras se hubieran roto, mental o físicamente. Simplemente era diferente y eso significaba que era especial. Decidido a lo que había planeado, no me eché atrás hasta al fin el orgasmo juntos. Los sentimientos estallaron dentro de cada uno de nosotros cambiando la oscura escena al blanco puro.
Aún sin separarme de ella, sin moverme de la posición final, la besé, pero no solo con pasión, sino con amor. Era posible que esta muchacha hubiera alcanzado mi corazón? Mi impronta dentro de ella empezó a agruparse dentro de su matriz, cristalizando y quedando inmóvil en su seno.
-Te voy a dar un regalo extra, solo para ti. No se lo cuentes a los otros dos. Será nuestro pequeño secreto.
El momento en que la joven se había parado, lo alargue como si quisiera terminar. Mi miembro estaba dentro de ella, palpitando a cada latido de mi corazón y eso resonaba en mi sangre, la sangre que viaja por su interior. Noté en sus ojos las ansias de más, en sus labios, en sus dos labios... Las palpitaciones crecieron de intensidad y entonces cuando noté que ella ya no podía soportar más la espera, empecé a moverme de manera calculada, golpeando el punto exacto de mayor placer.
Mis labios, que hasta entonces había estado esquivando los suyos, los buscaron con más pasión siquiera. La electricidad se expandió por todo mi ser, transmitiendo una sensación de calor y a través de mi lengua, el sabor del hierro. Con un jadeo entrecortado, separé mi lengua de la suya y mordí con mis caninos la yugular de Rione, buscando los pequeños nervios que a su alrededor estaban. Su cuerpo estaba tan sensible, que hasta el más débil de los movimientos, despertaba una oleada de sensaciones nuevas que la acercaban peligrosamente al clímax de nuevo.
Sin frenarme esta vez, continué empujando y saliendo de ella. Parecía que quisiera absorberme de lo mucho que me deseaba. Ninguna había hecho como ella, era la primera con quien podía actuar de esa manera, pues las otras se hubieran roto, mental o físicamente. Simplemente era diferente y eso significaba que era especial. Decidido a lo que había planeado, no me eché atrás hasta al fin el orgasmo juntos. Los sentimientos estallaron dentro de cada uno de nosotros cambiando la oscura escena al blanco puro.
Aún sin separarme de ella, sin moverme de la posición final, la besé, pero no solo con pasión, sino con amor. Era posible que esta muchacha hubiera alcanzado mi corazón? Mi impronta dentro de ella empezó a agruparse dentro de su matriz, cristalizando y quedando inmóvil en su seno.
Sharei- Nigromante
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Años atrás ella había fingido esos mismo gritos de placer muchas veces. Años atrás vivía de regalar miradas e intercambiar placer por secretos. Había nacido en una buena familia, pero bajo el cartel de bastarda. Era un vergüenza, una mancha. Pero una mancha con la que habían sabido jugar. Era bonita, era lista. Era útil en una familia poderosa. Había sido como una cortesana aunque nadie se atreviera a llamarla así.
Pero no recordaba ese pasado con odio, ni siquiera con rencor. Había hecho lo que tenía que hacer. Nadie vive del aire, ni de las palabras. Ni siquiera del amor. En cambio, si se podía vivir de una cara bonita y unas buenas curvas. No era tan necia para pensar que hubiera seguido viviendo con su familia sino fuera por que trabajaba para ellos. No se avergonzaba de nada. Había engañado y mentido, había estropeado matrimonios e insistido lo que fuera necesario para llevar su labor acabo. Se había vendido siempre a un precio alto y solo a quien podía pagarlo. Vivía de hacer que los hombres creyeran lo que quisieran creer a cambio de favores o información útil para su familia.
Pero aquello... aquello no tenía comparación. A veces, cuando su comprador era apuesto o un buen amante no había necesitado actuar demasiado pero por lo general... por lo general había encontrado poco placer en el sexo. Muchos de sus amantes habían sido bruscos, torpes, la habían tratado como un objeto o la habían venerado con vehemente adoración pero ninguno... ninguno se acercaba a Sharei. Él sabía tocarla como si fuera un instrumento, con delicadeza pero pasión. Con fuerza cuando tenía que usarla y con cuidado cuando debía tenerlo. Él conocía la canción del placer y la estaba tocando para ella. No era de extrañar que quisiera más, que cuando llegara al orgasmo no quisiera otra cosa que dejar a Sharei seguir tocando su música que hablaba sobre pasiones prohibidas y placeres pecaminosos.
Entre sus piernas se había desatado un infierno que ni siquiera necesitaba oxígeno para arder. Ahí no había suavidad ni delicadeza, solo una dureza palpitante que la conducía al delirio. Buscó los labios de Sharei, buscaba besarlo pero él la rehuía. Arqueó la espalda gimiendo del más puro y complejo placer. Apretó las piernas entorno a su cintura moviéndose contar él. Recorrió sus hombros y su espalda firme y robusta sumiéndose en la dulce locura de los placeres más bajos. Volvió a gritar, a gemir su nombre y a suspirar sin poder controlarlo hasta que por fin volvió a encontrar sus labios.
Los besó con desenfreno, con desesperación. Lo besó con pasión y con la intensidad que solo hay en el amor aunque no se diera cuenta. Había llegado al climax de nuevo pero esta vez junto a Sharei. Se quedaron tan y como estaban, con ella sentada a ahorcajadas sobre él y unidos aún de la forma más intima que podían unirse dos personas.
Entonces la besó, pero fue un beso distinto. Llevaba toda la noche rozando sus labios y lo que no eran sus labios pero ese contacto abrió un cajón de su mente que siempre había estado cerrado. Removió su interior de una forma nueva, agradable pero aterradora. No movió los labios, se quedó helada, jadeante aún sin abrir los ojos - ¿Sabes cuál fue la primera lección que aprendí? - preguntó en apenas un susurro que sería inaudible si no fuera por que estaba tan cerca que sus labios se rozaban mientras los movía para hablar - Nunca te enamores. El amor nos hace estupidos, nos hace irracionales. El amor nos hace débiles.- escupió la última palabra con desprecio, con asco. Odiaba la debilidad, la de los demás y la propia por encima de cualquier otra cosa. Ser débil era lo que diferenciaba a las personas. Los débiles eran perdedores, mendigos y un lastre de los que eran los suficientemente fuertes para no tener debilidades. La debilidad era la peor de las enfermedades que podía tener una persona. Rione nunca se había permitido ser débil.
Pero abrió los ojos y se quedó mirando los de Sharei. Con una mano acarició su mejilla, miró sus labios y entonces... lo besó como no lo había besado en toda la noche, como nunca había besado a nadie.
Pero no recordaba ese pasado con odio, ni siquiera con rencor. Había hecho lo que tenía que hacer. Nadie vive del aire, ni de las palabras. Ni siquiera del amor. En cambio, si se podía vivir de una cara bonita y unas buenas curvas. No era tan necia para pensar que hubiera seguido viviendo con su familia sino fuera por que trabajaba para ellos. No se avergonzaba de nada. Había engañado y mentido, había estropeado matrimonios e insistido lo que fuera necesario para llevar su labor acabo. Se había vendido siempre a un precio alto y solo a quien podía pagarlo. Vivía de hacer que los hombres creyeran lo que quisieran creer a cambio de favores o información útil para su familia.
Pero aquello... aquello no tenía comparación. A veces, cuando su comprador era apuesto o un buen amante no había necesitado actuar demasiado pero por lo general... por lo general había encontrado poco placer en el sexo. Muchos de sus amantes habían sido bruscos, torpes, la habían tratado como un objeto o la habían venerado con vehemente adoración pero ninguno... ninguno se acercaba a Sharei. Él sabía tocarla como si fuera un instrumento, con delicadeza pero pasión. Con fuerza cuando tenía que usarla y con cuidado cuando debía tenerlo. Él conocía la canción del placer y la estaba tocando para ella. No era de extrañar que quisiera más, que cuando llegara al orgasmo no quisiera otra cosa que dejar a Sharei seguir tocando su música que hablaba sobre pasiones prohibidas y placeres pecaminosos.
Entre sus piernas se había desatado un infierno que ni siquiera necesitaba oxígeno para arder. Ahí no había suavidad ni delicadeza, solo una dureza palpitante que la conducía al delirio. Buscó los labios de Sharei, buscaba besarlo pero él la rehuía. Arqueó la espalda gimiendo del más puro y complejo placer. Apretó las piernas entorno a su cintura moviéndose contar él. Recorrió sus hombros y su espalda firme y robusta sumiéndose en la dulce locura de los placeres más bajos. Volvió a gritar, a gemir su nombre y a suspirar sin poder controlarlo hasta que por fin volvió a encontrar sus labios.
Los besó con desenfreno, con desesperación. Lo besó con pasión y con la intensidad que solo hay en el amor aunque no se diera cuenta. Había llegado al climax de nuevo pero esta vez junto a Sharei. Se quedaron tan y como estaban, con ella sentada a ahorcajadas sobre él y unidos aún de la forma más intima que podían unirse dos personas.
Entonces la besó, pero fue un beso distinto. Llevaba toda la noche rozando sus labios y lo que no eran sus labios pero ese contacto abrió un cajón de su mente que siempre había estado cerrado. Removió su interior de una forma nueva, agradable pero aterradora. No movió los labios, se quedó helada, jadeante aún sin abrir los ojos - ¿Sabes cuál fue la primera lección que aprendí? - preguntó en apenas un susurro que sería inaudible si no fuera por que estaba tan cerca que sus labios se rozaban mientras los movía para hablar - Nunca te enamores. El amor nos hace estupidos, nos hace irracionales. El amor nos hace débiles.- escupió la última palabra con desprecio, con asco. Odiaba la debilidad, la de los demás y la propia por encima de cualquier otra cosa. Ser débil era lo que diferenciaba a las personas. Los débiles eran perdedores, mendigos y un lastre de los que eran los suficientemente fuertes para no tener debilidades. La debilidad era la peor de las enfermedades que podía tener una persona. Rione nunca se había permitido ser débil.
Pero abrió los ojos y se quedó mirando los de Sharei. Con una mano acarició su mejilla, miró sus labios y entonces... lo besó como no lo había besado en toda la noche, como nunca había besado a nadie.
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Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Las palabras de la joven me hicieron sonreír. Todo sentimiento, por pequeño que fuera, es una fuente de problemas, pero también de fuerza, un arma de doble filo. Los humanos desprecian unos y ensalzan otros, demasiado estúpidos para comprender su potencial completo. Yo iba a enseñar ese poder Rione, estaba preparada para dar el paso más allá, estaba lista para habitar en mi corazón. El beso que ella me había devuelto demostraba demasiado para dejarlo en nada. La noche, había empezado como algo puramente carnal pero ahora se había convertido en algo más, un deseo oculto, una frontera destrozada.
-Después tantos experimentos, he llegado a la conclusión, de que los propio de las personas es la irracionalidad. Todos y cada uno de los otros seres, están programados para un único fin, no puede salir de ese ciclo, en cambio, nosotros podemos, somos irracionales por naturaleza. Esa es la verdad oculta, que no hay verdad, que no hay un más allá, que somos lo que somos. Que el limite es hacia donde queramos llegar. ¿Donde esta tu limite... amada mía... El amor nos hace defender con la propia vida aquello que más nos importa. ¿Crees que defenderte a ti con todas mis fuerzas es una estupidez? -le susurré al oído.
Aun dentro de ella, empecé a emitir una agradable vibración, removiendo cada tensión acumulada, tanto de su cuerpo, como del mio. La impronta cristalizada se activó con un trémulo crujido, lanzándose en todas direcciones como si de una telaraña se tratase. El blanco cristal se expandió por su matriz, tocando cada una de sus paredes y entrando en contacto con la sangre negra que habitaba en su abdomen.
El poder de la vida y el poder la la muerte, entrelazados por una fina linea. El sello antes negro, ahora mostraba una tenebrosa apariencia con el yin-yang.
Off: Mierdipost. Con esto quedan delimitados tus puntos/centros de poder, los dos en el abdomen.
-Después tantos experimentos, he llegado a la conclusión, de que los propio de las personas es la irracionalidad. Todos y cada uno de los otros seres, están programados para un único fin, no puede salir de ese ciclo, en cambio, nosotros podemos, somos irracionales por naturaleza. Esa es la verdad oculta, que no hay verdad, que no hay un más allá, que somos lo que somos. Que el limite es hacia donde queramos llegar. ¿Donde esta tu limite... amada mía... El amor nos hace defender con la propia vida aquello que más nos importa. ¿Crees que defenderte a ti con todas mis fuerzas es una estupidez? -le susurré al oído.
Aun dentro de ella, empecé a emitir una agradable vibración, removiendo cada tensión acumulada, tanto de su cuerpo, como del mio. La impronta cristalizada se activó con un trémulo crujido, lanzándose en todas direcciones como si de una telaraña se tratase. El blanco cristal se expandió por su matriz, tocando cada una de sus paredes y entrando en contacto con la sangre negra que habitaba en su abdomen.
El poder de la vida y el poder la la muerte, entrelazados por una fina linea. El sello antes negro, ahora mostraba una tenebrosa apariencia con el yin-yang.
Off: Mierdipost. Con esto quedan delimitados tus puntos/centros de poder, los dos en el abdomen.
Sharei- Nigromante
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Puntos : 515
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Encuentro sobre las nubes {+18}
Las horas se habían deslizado entre las sabanas sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Todo había empezado como una pequeña noche de disfrute sin compromiso y había desembocado en una tormenta de emociones encontradas y desveladas. Lo que en un principio era un inocente noche de placer podía llegar a tener consecuencias desastrosas. Alguien con poder era alguien peligroso, alguien capaz de realizar los portentos que Sharei había realizado era muy peligroso, pero alguien con el corazón atado a otra persona podía ser el triple de peligroso. Era el amor y el miedo las dos mayores fuerzas que movían el mundo, y ni siquiera la persona más aterrorizada podía competir con un corazón herido y ansioso de venganza. El amor puede ser comprado y vendido, regalado y compartido pero cuando va unido a la intensidad las emociones se desbordan, los amores largos y tranquilos nunca podían competir con la pasión de un romance breve y desastroso, estos eran como un bomba, listos para estallar y llevarse por delante todo aquello que estuviera a su alcance. Había amores que destruían personas o incluso familias enteras y también había amores capaces de sumir al mundo en el caos y quemarlo hasta los cimientos.
Rione dejó la cabeza ladeada sobre lo hombro, apoyándose en él mientras lo escuchaba hablar, con los dedos acarició el dorso contrario de su cuello dibujando círculos y espirales sobre su piel. - Seguramente lo descubra cuando llegue a él - respondió sin darle mucha importancia. Nunca había planteado cuales eran los limistes de la cosas. El progreso requería sacrificios y excesos, poner limites a la ciencia era poner barreras a la evolución, correr velos y construir muros que no hacían más que entorpecer el avance de aquellos con la capacidad de ir más allá que el resto de la simplona raza humana. -¿Lo es? - le devolvió la pregunta y clavo la vista directamente en sus ojos -eso depende de ti ¿Por qué estarías dispuesto a dejar que el mundo se convirtiera en cenizas, Sharei? -
Volvió a besarlo silenciando toda respuesta. No era tan estúpida como para creer que Sharei lo abandonaría todo por ella, la sombra que él proyectaba era casi la sombra de un dios, alguien muy poderosos y a su lado seguramente el único fin que conociera sería uno trágico. No iba a engañarse, había un paso gigante desde la posición de alumna a la de amante de alguien así y sabía que no todas las mujeres querrían estar en su lugar. Cuando te crías en la corte de un rey todo el mundo sabe como acaban esas cosas. Pero mientras lo besaba se olvidó de las historias que había oído, de los comentarios sobre traiciones y accidentes susurrados cuando nadie pensaba que a una niña pudieran interesarle. Se olvidó de las lecciones que había aprendido y del por que el amor era algo vetado en su vida. La irracionalidad humana surgió de entre las profundidades donde la había tenido enterrada y se permitió, por una vez, dejarse llevar.
Un estremecimiento le recorrió cuerpo, se tensó clavándole las uñas en la espalda a Sharei y gimió contra sus labios. Al momento la tensión fue retrocediendo y su noto como su cuerpo se relajaba. Mientras la tensión desaparecía todo lo que quedaba a su paso era una agradable sensación de placer y cansancio. Cuando la vibración que acompañaba la expansión de esa sensación desapareció, se separó de él dejándose caer en el colchón un momento antes de salir de la cama - debería ir a prepararme ¿No íbamos a algún lado? - recordaba a Sharei mencionar que solo tendrían unas horas para descansar antes de marcharse, pero aquel momento se le hacía muy lejano. Al pasar delante de un espejo se detuvo al ver una nueva marca en su abdomen. Pasó los dedos sobre el nuevo dibujo examinando su reflejo en el espejo - ¿y esto?
Rione dejó la cabeza ladeada sobre lo hombro, apoyándose en él mientras lo escuchaba hablar, con los dedos acarició el dorso contrario de su cuello dibujando círculos y espirales sobre su piel. - Seguramente lo descubra cuando llegue a él - respondió sin darle mucha importancia. Nunca había planteado cuales eran los limistes de la cosas. El progreso requería sacrificios y excesos, poner limites a la ciencia era poner barreras a la evolución, correr velos y construir muros que no hacían más que entorpecer el avance de aquellos con la capacidad de ir más allá que el resto de la simplona raza humana. -¿Lo es? - le devolvió la pregunta y clavo la vista directamente en sus ojos -eso depende de ti ¿Por qué estarías dispuesto a dejar que el mundo se convirtiera en cenizas, Sharei? -
Volvió a besarlo silenciando toda respuesta. No era tan estúpida como para creer que Sharei lo abandonaría todo por ella, la sombra que él proyectaba era casi la sombra de un dios, alguien muy poderosos y a su lado seguramente el único fin que conociera sería uno trágico. No iba a engañarse, había un paso gigante desde la posición de alumna a la de amante de alguien así y sabía que no todas las mujeres querrían estar en su lugar. Cuando te crías en la corte de un rey todo el mundo sabe como acaban esas cosas. Pero mientras lo besaba se olvidó de las historias que había oído, de los comentarios sobre traiciones y accidentes susurrados cuando nadie pensaba que a una niña pudieran interesarle. Se olvidó de las lecciones que había aprendido y del por que el amor era algo vetado en su vida. La irracionalidad humana surgió de entre las profundidades donde la había tenido enterrada y se permitió, por una vez, dejarse llevar.
Un estremecimiento le recorrió cuerpo, se tensó clavándole las uñas en la espalda a Sharei y gimió contra sus labios. Al momento la tensión fue retrocediendo y su noto como su cuerpo se relajaba. Mientras la tensión desaparecía todo lo que quedaba a su paso era una agradable sensación de placer y cansancio. Cuando la vibración que acompañaba la expansión de esa sensación desapareció, se separó de él dejándose caer en el colchón un momento antes de salir de la cama - debería ir a prepararme ¿No íbamos a algún lado? - recordaba a Sharei mencionar que solo tendrían unas horas para descansar antes de marcharse, pero aquel momento se le hacía muy lejano. Al pasar delante de un espejo se detuvo al ver una nueva marca en su abdomen. Pasó los dedos sobre el nuevo dibujo examinando su reflejo en el espejo - ¿y esto?
Rione- Idhunita exiliado
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