No sabe muy bien cómo llegó a Idhún ni cómo, su primera familia, una familia de varus, le dijo que se la encontraron cuando aún era un bebé en la orilla del mar, la cuidaron hasta que tuvo 5 años, ella entonces fue secuestrada por unos humanos, eran bandidos, la entrenaron para que les sirviera de cebo o para que, más tarde, robara con ellos o matara... Pero a los 10 años, consiguió escapar de estos, fue corriendo hacia el exterior del Reino humano, estuvo varios años deambulando por distintos lugares, hasta que cayó rendida frente a Celestia, dos celestes la acogieron amorosa y cariñosamente, le enseñaron muchas cosas, sobre las distintas razas de Idhún.
A los 13 años de edad, decidió que ya era hora de volver a las andadas, ellos no deseaban que estuviera sola, así que la llevaron a un bosque, al de Awa, le presentaron a algunos feéricos, estos decidieron quedarse al cuidado de ella, ella les sonrió, se lo pasó de grande con ellos, escalaba, corría, se bañaba en los lagos... Le gustaba estar en la naturaleza.
Un día, el bosque fue irrumpido por una batalla de sheks y dragones, el bosque quedó arrasado... Por el fuego y el hielo, los feéricos huyeron despavoridos, Sakura se quedó observando cómo uno de sus más preciados hogares quedaba destruido. Unas lágrimas se escaparon de sus ojos. Entonces vió a un dragón, bastante herido. Fue corriendo en su ayuda y le ayudó a sanar la misma. El dragón y Sakura miraron hacia arriba, vieron que los demás se habían ocupado de los sheks, el dragón luego miró a Sakura, esta lloraba por su hogar, el dragón se sentía culpable, se disculpó ante Sakura y le ogreció otro refugio, ella, después de pensarselo, aceptó la oferta. No tenía lugar donde establecerse. Ella se subió en el lomo del dragón, estaba muy caliente, ella se durmió, el dragón la miró amorosamente.
Pasó de nuevo, otra etapa de su vida con los dragones, hasta los 15 años, el dragón le enseñó todo lo que sabía, y la trataba como su propia hija, los demás dragones también simpatizaron con ella y la trataban como una más.
Unos sheks irrumpieron en la cueva del dragón que rescató a Sakura y la atraparon, el dragón intentó por todos los medios protegerla, consiguió que la soltaran, pero ella se precipitó por el desierto, ella gritaba el nombre del dragón, pidiendole ayuda, este se dirigió hacia ella, pero antes de que pudiera atraparla un shek lo atrapó a él, ella siguió precipitándose, justo antes que cayera a la arena, el dragón pudo frenar un poco la caída de esta, pero volvieron a atraparle, ella cayó por una duna rodando, el dragón rugía con furia, se liberó de bastantes sheks, sus hermanos fueron a ayudarlo, el dragón fue a buscar a Sakura... Pero era incapaz de verla en el gran desierto de Kash-Tar... Ella se quedó desmayada, con magulladuras en todo su cuerpo. Al día siguiente, unos yan la vieron y fueron a auxiliarla, la cuidaron todo el tiempo, ella les agradeció, les preguntó si habían visto o escuchado a un dragón, ellos le afirmaron, que vieron unos dragones, parecía que uno de ellos estaba buscando algo, ella sonrió, al menos el dragón estaba bien. Los yan, al igual que las demás razas que se había encontrado por su largo camino, le ofrecieron cobijo, y con ellos estuvo hasta los 17 años, le enseñaron todo sobre la supervivencia en el desierto.
Sakura tenía gran conocimiento sobre casi todas las razas de Idhún, los habitat, territorios, flora, animales, los dioses de cada una de las razas... Decidió partir al Reino humano, los yan le sonrieron y le desearon buena suerte, cogió un haai prestado de uno de los yan y después de un par de días llegó al reino humano.
Ahora vive en él, estudiando más sobre todo lo que sabe, pero lo que verdaderamente desea, es saber de donde proviene ella... |