Ficha de Silena
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Ficha de Silena
NOMBRE: Silena/Alae
RAZA: Híbrida unicornio-humana
EDAD: 15 Años
SEXO: Femenino
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Silena es una unicornio común y corriente, pero eso significa que tiene esa belleza salvaje de los unicornios. Todo en ella es belleza. Tiene un pelaje blanco, hermosísimo, que emite un suave resplandor perlino. Sus crines son suaves y finos, y caen elegantemente por su cuello. Su cuerno es largo y tiene forma de espiral. Es tan blanco que parece que reluce él solo, desafiando a las sombras. Tiene cascos delicados y pequeños, que a veces, en la noche, parecen flotar unos centímetros arriba del suelo. Pero lo más asombroso de todo, son sus ojos. Sus ojos son oscuros, marrones casi negros, pero son tan expresivos y tan hermosos. Hay muy pocas palabras para describir los ojos de Silena, pero es tan hermosa como cualquier unicornio.
Alae es una humana hermosa, de piel pálida, cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Su cabello es largo y ondulado, y normalmente lo lleva suelto, dejándolo caer por su espalda como una cascada. Odia atárselo, pero lo hace si le estorba su cabello. Sus ojos, por otra parte, son castaño oscuro, grandes, expresivos, pero sobre todo, hermosos. Tienen una luz propia que demuestra que debajo de aquella muchacha de apariencia frágil se encuentra un unicornio. Suele usar ropa luminosa o cálida. Es hermosa, aunque no suele sacar provecho de toda ella.
DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Leal, divertida y social. Esas tres palabras describen casi a la perfección a Silena y a Alae. Como son dos cuerpos con un alma, tienen la misma personalidad. De todas maneras, su personalidad es mucho más compleja que eso. Es tranquila a veces, ya que disfruta estando sola un rato, pero necesita pasar gran parte de su tiempo acompañada. Con quienes se lleva bien, puede pasarse horas hablando, el tema es que a veces le cuesta sacar tema de conversación. Pero es muy sociable, de eso no hay duda. Es bondadosa, y no puede soportar que algo les pase a sus seres queridos. Los protege hasta la muerte si es necesario, y si les haces algo a sus seres queridos… O, yo no desearía estar en tus zapatos.
HABILIDADES: Desplazarse con la luz como todos los unicornios, dar magia como todos los unicornios. Es responsable y posee el don de la curación.
DEFECTOS: Es terca, para que negarlo. Una vez que una idea se le mete a la cabeza, es imposible sacarla. Además, puede ser muy orgullosa y altiva. Si se propone ser cruel, puede serlo, y demasiado cruel, a decir verdad. También es muy vengativa.
AFICIONES: Estar en Alis Lithban, escuchar música, estar con sus amigos. Dibujar y bailar también.
COSAS QUE ODIAS: Que le mientan, que le pase algo a los seres que quiere. La muerte y las injusticias.
PASADO:
El nombre de Silena no estuvo elegido por ninguna razón en particular, y tampoco con su condición de unicornio. Podía haberla llamado Lunn, que significa magia, pero su madre prefirió llamarla Silena. Tal vez porque era lindo, pero nadie puede saberlo a ciencia cierta. Nació en Alis Lithban, unos cuantos años después que volverieran a Idhun los unicornios. Su madre y su padre eran unicornios, y la criaron muy bien, preocupados porque algo le pudiera pasar. Sin embargo, la infancia de Silena transcurrió sin contratiempos. Nada interrumpió su vida de forma significativa. Conoció a unicornios parecidos a ella, pero casi siempre se iba, ya que le encantaba viajar.
Su vida cambió la primera vez que concedió la magia. Nunca había entendido porque todos los unicornios daban la magia, que tenía de especial, pero cuando ella lo hizo, los entendió a la perfección. El primer mago que consagró fue un humano. Se encontraba en Alis Lithban, paseando por el bosque despreocupada, cuando vio al joven. No debía tener más de quince años, pero si estaba allí era seguramente porque deseaba convertirse en mago. Dicen que los que buscan un unicornio jamás lo encuentran, pero por alguna razón, Silena se mostró antes aquel humano. Luego de ver que era apto para llevar la magia, lo tocó con su cuerno, sabiendo que sentiría una sensación cálida reconfortándolo. Ladeó la cabeza al ver su expresión, ciertamente conmovida por el gesto de disfrute y sorpresa. Sin embargo, sintió que algo la unía a ese hombre, y le encantó esa sensación. Sin embargo, nunca más lo volvió a ver, pero sabe que si lo viera, lo reconocería.
Desde entonces, sigue consagrando magos, y vive feliz en Idhún, ya que sabe que hace años, los unicornios parecían haberse extinguido, al igual que los dragones. No le preocupa demasiado que también los shek hayan vuelto. De hecho, es un unicornio bastante feliz.
Por otra parte, Alae era una muchacha humana normal, que creció con su madre y con su padre, ambos dos humanos. Vivían en Vanissar, pero Alae nunca sintió tanto cariño hacía su ciudad, Vanis, como sentía hacía el bosque de los unicornios, Alis Lithban. Por esa razón, a menudo realizaba viajes hacía el bosque, y regresaba varios meses después. Si regresaba, era solamente por sus padres, pero cuando estos murieron, ya nada la retuvo en Vanissar. La muerte de sus padres fue un accidente, ya que un mago estaba practicando magia cuando esta les dio a sus padres. Murieron pocos segundos después que se dieran cuenta que había pasado.
Alae lloró su muerte, y no descansó hasta dar con el mago que le había hecho eso. El mago era un aprendiz, y aunque le costó, solo por eso Alae pudo ganarle en la batalla. Una vez que lo mató, pensó que sus padres ya podían descansar en paz. Sin embargo, estaba malherida, ya que mientras luchaba un hechizo del mago había acertado en su blanco. El mago no quería matar a la joven, ya que no veía porque debía segar la vida de una chica tan joven. Pero intentaba dejarla inconsciente o herirla un poco. Ese hechizo en particular fue uno de los más fuertes que usó, y por eso Alae terminó de esa manera.
Vagó por Alis Lithban un tiempo, hasta que encontró un unicornio. Este unicornio se llamaba Silena, como pudo averiguar poco tiempo después. Silena al ver el estado de la chica y como estaba a punto de morir, decidió salvarle la vida. Asi, la llevó hasta la Torre de Drackwen para que las hibridaran. Fue un proceso largo, difícil y peligroso, y Alae estuvo a punto de no sobrevivir al proceso. Pero finalmente el alquimista lo logró, fusionando ambas almas. Con la presencia de Silena en su alma, Alae logró salvarse.
Desde ese entonces, Alae aprendió a transformarse y Silena la ayudó para que aprendiera a consagrar magos, y asi volvieron a consagrar magos por todo Idhún.
RAZA: Híbrida unicornio-humana
EDAD: 15 Años
SEXO: Femenino
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Silena es una unicornio común y corriente, pero eso significa que tiene esa belleza salvaje de los unicornios. Todo en ella es belleza. Tiene un pelaje blanco, hermosísimo, que emite un suave resplandor perlino. Sus crines son suaves y finos, y caen elegantemente por su cuello. Su cuerno es largo y tiene forma de espiral. Es tan blanco que parece que reluce él solo, desafiando a las sombras. Tiene cascos delicados y pequeños, que a veces, en la noche, parecen flotar unos centímetros arriba del suelo. Pero lo más asombroso de todo, son sus ojos. Sus ojos son oscuros, marrones casi negros, pero son tan expresivos y tan hermosos. Hay muy pocas palabras para describir los ojos de Silena, pero es tan hermosa como cualquier unicornio.
Alae es una humana hermosa, de piel pálida, cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Su cabello es largo y ondulado, y normalmente lo lleva suelto, dejándolo caer por su espalda como una cascada. Odia atárselo, pero lo hace si le estorba su cabello. Sus ojos, por otra parte, son castaño oscuro, grandes, expresivos, pero sobre todo, hermosos. Tienen una luz propia que demuestra que debajo de aquella muchacha de apariencia frágil se encuentra un unicornio. Suele usar ropa luminosa o cálida. Es hermosa, aunque no suele sacar provecho de toda ella.
- Spoiler:
- Unicornio: Alae:
DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Leal, divertida y social. Esas tres palabras describen casi a la perfección a Silena y a Alae. Como son dos cuerpos con un alma, tienen la misma personalidad. De todas maneras, su personalidad es mucho más compleja que eso. Es tranquila a veces, ya que disfruta estando sola un rato, pero necesita pasar gran parte de su tiempo acompañada. Con quienes se lleva bien, puede pasarse horas hablando, el tema es que a veces le cuesta sacar tema de conversación. Pero es muy sociable, de eso no hay duda. Es bondadosa, y no puede soportar que algo les pase a sus seres queridos. Los protege hasta la muerte si es necesario, y si les haces algo a sus seres queridos… O, yo no desearía estar en tus zapatos.
HABILIDADES: Desplazarse con la luz como todos los unicornios, dar magia como todos los unicornios. Es responsable y posee el don de la curación.
DEFECTOS: Es terca, para que negarlo. Una vez que una idea se le mete a la cabeza, es imposible sacarla. Además, puede ser muy orgullosa y altiva. Si se propone ser cruel, puede serlo, y demasiado cruel, a decir verdad. También es muy vengativa.
AFICIONES: Estar en Alis Lithban, escuchar música, estar con sus amigos. Dibujar y bailar también.
COSAS QUE ODIAS: Que le mientan, que le pase algo a los seres que quiere. La muerte y las injusticias.
PASADO:
El nombre de Silena no estuvo elegido por ninguna razón en particular, y tampoco con su condición de unicornio. Podía haberla llamado Lunn, que significa magia, pero su madre prefirió llamarla Silena. Tal vez porque era lindo, pero nadie puede saberlo a ciencia cierta. Nació en Alis Lithban, unos cuantos años después que volverieran a Idhun los unicornios. Su madre y su padre eran unicornios, y la criaron muy bien, preocupados porque algo le pudiera pasar. Sin embargo, la infancia de Silena transcurrió sin contratiempos. Nada interrumpió su vida de forma significativa. Conoció a unicornios parecidos a ella, pero casi siempre se iba, ya que le encantaba viajar.
Su vida cambió la primera vez que concedió la magia. Nunca había entendido porque todos los unicornios daban la magia, que tenía de especial, pero cuando ella lo hizo, los entendió a la perfección. El primer mago que consagró fue un humano. Se encontraba en Alis Lithban, paseando por el bosque despreocupada, cuando vio al joven. No debía tener más de quince años, pero si estaba allí era seguramente porque deseaba convertirse en mago. Dicen que los que buscan un unicornio jamás lo encuentran, pero por alguna razón, Silena se mostró antes aquel humano. Luego de ver que era apto para llevar la magia, lo tocó con su cuerno, sabiendo que sentiría una sensación cálida reconfortándolo. Ladeó la cabeza al ver su expresión, ciertamente conmovida por el gesto de disfrute y sorpresa. Sin embargo, sintió que algo la unía a ese hombre, y le encantó esa sensación. Sin embargo, nunca más lo volvió a ver, pero sabe que si lo viera, lo reconocería.
Desde entonces, sigue consagrando magos, y vive feliz en Idhún, ya que sabe que hace años, los unicornios parecían haberse extinguido, al igual que los dragones. No le preocupa demasiado que también los shek hayan vuelto. De hecho, es un unicornio bastante feliz.
Por otra parte, Alae era una muchacha humana normal, que creció con su madre y con su padre, ambos dos humanos. Vivían en Vanissar, pero Alae nunca sintió tanto cariño hacía su ciudad, Vanis, como sentía hacía el bosque de los unicornios, Alis Lithban. Por esa razón, a menudo realizaba viajes hacía el bosque, y regresaba varios meses después. Si regresaba, era solamente por sus padres, pero cuando estos murieron, ya nada la retuvo en Vanissar. La muerte de sus padres fue un accidente, ya que un mago estaba practicando magia cuando esta les dio a sus padres. Murieron pocos segundos después que se dieran cuenta que había pasado.
Alae lloró su muerte, y no descansó hasta dar con el mago que le había hecho eso. El mago era un aprendiz, y aunque le costó, solo por eso Alae pudo ganarle en la batalla. Una vez que lo mató, pensó que sus padres ya podían descansar en paz. Sin embargo, estaba malherida, ya que mientras luchaba un hechizo del mago había acertado en su blanco. El mago no quería matar a la joven, ya que no veía porque debía segar la vida de una chica tan joven. Pero intentaba dejarla inconsciente o herirla un poco. Ese hechizo en particular fue uno de los más fuertes que usó, y por eso Alae terminó de esa manera.
Vagó por Alis Lithban un tiempo, hasta que encontró un unicornio. Este unicornio se llamaba Silena, como pudo averiguar poco tiempo después. Silena al ver el estado de la chica y como estaba a punto de morir, decidió salvarle la vida. Asi, la llevó hasta la Torre de Drackwen para que las hibridaran. Fue un proceso largo, difícil y peligroso, y Alae estuvo a punto de no sobrevivir al proceso. Pero finalmente el alquimista lo logró, fusionando ambas almas. Con la presencia de Silena en su alma, Alae logró salvarse.
Desde ese entonces, Alae aprendió a transformarse y Silena la ayudó para que aprendiera a consagrar magos, y asi volvieron a consagrar magos por todo Idhún.
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