Visitando las profundidades [RC]
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Visitando las profundidades [RC]
Habíamos viajado unas pocas jornadas a lomos de los lamus que acudieron contentos y excitados a mi telepático reclamo.
Una vez llegamos a la costa sur, esperamos en el puerto de Gantadd hasta que partió un barco rumbo a Dagledu, la capital del Reino Oceánico.
No hubo grandes contratiempos durante el viaje... y tampoco durante las noches. Combinando un par de hechizos de sueño y parálisis con la semilla Erworn, el salvaje no había conseguido escaparse ninguna vez para llevar a cabo una de sus sangrientas correrías.
Satisfecha de lo rápido que habíamos llegado y de las pocas complicaciones del trayecto, sonreí sobre la cubierta del barco, que se alzaba veloz sobre las olas del mar sureño.
Kronos apareció a mi lado y aún sonriendo le dije << Hola mozo! ¿Ya se te pasó el mareo? Espero que estés disfrutando del viaje tanto como yo... el mar... es inmenso... puede que tu no lo entiendas, por que el agua no es tu medio... pero para mi... yo veo esta extensión casi infinita de agua y siento que puedo ir donde quiera, hacer lo que se me antoje... >> suspiré, abatida. "Estás sensiblona hoy eh??"
Ya le había explicado a Kronos como iba a ser el descenso hasta la ciudad submarina, pero por si acaso, volví a repetírselo << No deberíamos tardar en dormir a Pichu... Sabes que el descenso en burbuja puede impresionarle demasiado. Vais a estar "encerrados" en una pequeña bolsa de aire un rato largo, puede ser peligroso que se altere >>
No quise insistir más... Kronos había dejado claro que no se negaría a someter a Pichu a mi magia, pero su mirada decía que no sería algo agradable para él.
Seguí contemplando la inmensidad del mar, repitiendo en mi mente la cancioncilla que me había enseñado Kronos cuando nos conocimos... no faltaba mucho para que apareciera ante nosotros la plataforma marina donde debíamos cambiar nuestro barco por la ya mencionada burbuja.
Una vez llegamos a la costa sur, esperamos en el puerto de Gantadd hasta que partió un barco rumbo a Dagledu, la capital del Reino Oceánico.
No hubo grandes contratiempos durante el viaje... y tampoco durante las noches. Combinando un par de hechizos de sueño y parálisis con la semilla Erworn, el salvaje no había conseguido escaparse ninguna vez para llevar a cabo una de sus sangrientas correrías.
Satisfecha de lo rápido que habíamos llegado y de las pocas complicaciones del trayecto, sonreí sobre la cubierta del barco, que se alzaba veloz sobre las olas del mar sureño.
Kronos apareció a mi lado y aún sonriendo le dije << Hola mozo! ¿Ya se te pasó el mareo? Espero que estés disfrutando del viaje tanto como yo... el mar... es inmenso... puede que tu no lo entiendas, por que el agua no es tu medio... pero para mi... yo veo esta extensión casi infinita de agua y siento que puedo ir donde quiera, hacer lo que se me antoje... >> suspiré, abatida. "Estás sensiblona hoy eh??"
Ya le había explicado a Kronos como iba a ser el descenso hasta la ciudad submarina, pero por si acaso, volví a repetírselo << No deberíamos tardar en dormir a Pichu... Sabes que el descenso en burbuja puede impresionarle demasiado. Vais a estar "encerrados" en una pequeña bolsa de aire un rato largo, puede ser peligroso que se altere >>
No quise insistir más... Kronos había dejado claro que no se negaría a someter a Pichu a mi magia, pero su mirada decía que no sería algo agradable para él.
Seguí contemplando la inmensidad del mar, repitiendo en mi mente la cancioncilla que me había enseñado Kronos cuando nos conocimos... no faltaba mucho para que apareciera ante nosotros la plataforma marina donde debíamos cambiar nuestro barco por la ya mencionada burbuja.
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
Kronos hubiera preferido otro teletransporte mágico, visto lo visto.
El viaje en barco no le estaba sentando demasiado bien. Era la primera vez que lo hacía, y se había prometido que disfrutaría de las nuevas sensaciones, de navegar sobre el mar abierto con la brisa marina golpeandole en la cara mientras contemplaba el bello paisaje... pero el persistente oleaje, que mecía el barco constantemente sin darle tiempo a estabilizarse, le estaba provocando un súbito malestar que muy posiblemente terminaría por hacerle vomitar por la borda.
No reprimió un suspiro de alivio cuando por fin llegaron a puerto. A Gantadd. Sin embargo, poco le duró la felicidad cuando comprendió que habría que tomar un nuevo barco, esta vez para adentrarse en el mar y llegar hasta Dagledu. Estaba ansioso por viajar a las profundides, así que no se quejó ni trató de retrasar la marcha. Una vez se hubo despedido de los lamus que los habían guiado hasta allí (a Kronos le encantaban los animales, no podía evitarlo debido a su sangre féerica) se acomodaron en el nuevo barco que los conduciría a su destino.
- Ya te dije que sí, Ela... - repitió el silfo ante las insistencias de su compañera, de mala gana. Y no sólo por el mareo que le provocaba el bamboleante navío, sino porque no le hacía mucha gracia tener que someter a su ardilla, siempre tan activa y traviesa, a una magia que la haría dormir durante tantas horas... tal vez días. Pero tampoco quería dejar que bajara a las profundidades con él. Sabía lo mucho que la inquietaría aquello, y no iba a dejar que cometiera ninguna locura
- Bueno, ya parece que llegamos. ¿Es esa la plataforma de la que me hablaste?
Kronos oteaba el horizonte, donde había aparecido por fin una pequeña isla que emergía del mar. Supuso que estaría justo encima de la capital del Reino Oceánico, y volvió a ponerse nervioso con la idea de viajar ahí. Quería hacerlo, por supuesto, pero desde luego el agua no era su elemento (lo había demostrado durante todo el trayecto en barco) y temía que las corrientes submarinas tampoco le hiceran demasiado bien...
No obstante, sonrió, para convencer a Ela y a sí mismo de que se enfrentaría a aquello con confianza y dispuesto a disfrutar de la experiencia.
Pero un segundo después la sonrisa se le borró de la cara al comprobar que, sobre el horizonte, el primer sol comenzaba a ponerse ya. Y deseo profundamente que, si conseguian bajar a Dagledu antes del anochecer, allí su planta Erworn y la magia de Ela funcionaran tan bien como lo habían hecho hasta ahora.
No quería pensar en lo que sucedería si no...
FDR: Ahora si que me temo que estaré unos dias sin contestar... ¡Pero volveré, que de mi no te libras tan facilmente!
El viaje en barco no le estaba sentando demasiado bien. Era la primera vez que lo hacía, y se había prometido que disfrutaría de las nuevas sensaciones, de navegar sobre el mar abierto con la brisa marina golpeandole en la cara mientras contemplaba el bello paisaje... pero el persistente oleaje, que mecía el barco constantemente sin darle tiempo a estabilizarse, le estaba provocando un súbito malestar que muy posiblemente terminaría por hacerle vomitar por la borda.
No reprimió un suspiro de alivio cuando por fin llegaron a puerto. A Gantadd. Sin embargo, poco le duró la felicidad cuando comprendió que habría que tomar un nuevo barco, esta vez para adentrarse en el mar y llegar hasta Dagledu. Estaba ansioso por viajar a las profundides, así que no se quejó ni trató de retrasar la marcha. Una vez se hubo despedido de los lamus que los habían guiado hasta allí (a Kronos le encantaban los animales, no podía evitarlo debido a su sangre féerica) se acomodaron en el nuevo barco que los conduciría a su destino.
- Ya te dije que sí, Ela... - repitió el silfo ante las insistencias de su compañera, de mala gana. Y no sólo por el mareo que le provocaba el bamboleante navío, sino porque no le hacía mucha gracia tener que someter a su ardilla, siempre tan activa y traviesa, a una magia que la haría dormir durante tantas horas... tal vez días. Pero tampoco quería dejar que bajara a las profundidades con él. Sabía lo mucho que la inquietaría aquello, y no iba a dejar que cometiera ninguna locura
- Bueno, ya parece que llegamos. ¿Es esa la plataforma de la que me hablaste?
Kronos oteaba el horizonte, donde había aparecido por fin una pequeña isla que emergía del mar. Supuso que estaría justo encima de la capital del Reino Oceánico, y volvió a ponerse nervioso con la idea de viajar ahí. Quería hacerlo, por supuesto, pero desde luego el agua no era su elemento (lo había demostrado durante todo el trayecto en barco) y temía que las corrientes submarinas tampoco le hiceran demasiado bien...
No obstante, sonrió, para convencer a Ela y a sí mismo de que se enfrentaría a aquello con confianza y dispuesto a disfrutar de la experiencia.
Pero un segundo después la sonrisa se le borró de la cara al comprobar que, sobre el horizonte, el primer sol comenzaba a ponerse ya. Y deseo profundamente que, si conseguian bajar a Dagledu antes del anochecer, allí su planta Erworn y la magia de Ela funcionaran tan bien como lo habían hecho hasta ahora.
No quería pensar en lo que sucedería si no...
FDR: Ahora si que me temo que estaré unos dias sin contestar... ¡Pero volveré, que de mi no te libras tan facilmente!
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Off: perdon perdon y perdon!! jajaj se que estaras tu igual, asique me comprenderás...pero estoy cautivo en la biblioteca y casi no tengo tiempo ni para comer!!
No estoy muy inspirado, asi que posteo poquito, para que en algún ratejo que tengas escribas lo que puedas y no es estanque mucho!
Kronos asintió de nuevo ante la idea de dormir a Pichu, y justo cuando acabamos de hablar del tema, se comenzó a ver por el horizonte la plataforma marina.
<< Ha de la plataforma >> envié un saludo telepático a cualquier varu que pudiera recibirlo. Sabía que los varu de Dageldu apostaban a varios "guardianes" en la plataforma para recibir a los posibles visitantes, y por que no decirlo, atacantes que quisieran hurtar las burbujas. << Somos viajeros rumbo a Dageldu. Vienen varios piel seca. Por favor, disponed al menos cinco burbujas >>
En cuanto desembarcamos, los varu encargados del transporte en burbuja salieron del agua para recibirnos, aunque en mi mente, yo ya había oído su bienvenida.
<< Una hermana varu siempre es bienvenida. No os preocupéis, hay burbujas de sobra >>
Sonreí divertida cuando el semblante de Kronos se volvió todo angustia al ver a Pichu sometido a mi hechizo. Un ser tan pequeño como aquel, y además irracional como era, quedaría irremediablemente cubierto por los brazos de Morfeo hasta que yo estuviera dispuesta. No me costaría nada mantener el hechizo el tiempo que fuera necesario.
Los demás viajeros estaban exaltados por la emoción del viaje, pero pude leer en la mente de Kronos una preocupación aún mayor que el respeto que le inspiraba el fondo del océano... el ocaso estaba próximo.
<< Si no hay inconveniente >> dije en la mente de los tres varu de la plataforma << Yo guiaré la burbuja de mi amigo feérico. Se como se hace y así tendréis que dar menos viajes para bajarlos a todos >>
La respuesta de los varu fue afirmativa, y me dirigí a Kronos rápidamente.
<< Adelante, amigo. Métete en la burbuja >> dije mientras me zambullía en el agua fresca << He conseguido que nos dejen viajar por nuestra cuenta y no tendremos que esperar a que se preparen los demás viajeros. Si bajamos ya estaremos en la ciudad antes de que anochezca por completo >>
Kronos se metió en la burbuja y sin perder un segundo me despedí a agradecí la amabilidad a los varu. Comencé a empujar la burbuja hacia la oscuridad aparente de las profundidades, lanzando a Kronos telepáticos mensajes de tranquilidad, enumerando las maravillas del reino Oceánico y, en definitiva, distrayendo su mente de los sombríos pensamientos que le abordaban.
Estaba segura de que tendríamos tiempo para llegar a la ciudad antes del anochecer, pero no lo estaba tanto de si nos daría tiempo a saludar a las autoridades pertinentes que saldrían a recibirnos e inscribirnos en la lista de visitantes y llegar a la sala de huéspedes, protegida con paredes de burbuja, donde debía pasar la noche Kronos...
No estoy muy inspirado, asi que posteo poquito, para que en algún ratejo que tengas escribas lo que puedas y no es estanque mucho!
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Kronos asintió de nuevo ante la idea de dormir a Pichu, y justo cuando acabamos de hablar del tema, se comenzó a ver por el horizonte la plataforma marina.
<< Ha de la plataforma >> envié un saludo telepático a cualquier varu que pudiera recibirlo. Sabía que los varu de Dageldu apostaban a varios "guardianes" en la plataforma para recibir a los posibles visitantes, y por que no decirlo, atacantes que quisieran hurtar las burbujas. << Somos viajeros rumbo a Dageldu. Vienen varios piel seca. Por favor, disponed al menos cinco burbujas >>
En cuanto desembarcamos, los varu encargados del transporte en burbuja salieron del agua para recibirnos, aunque en mi mente, yo ya había oído su bienvenida.
<< Una hermana varu siempre es bienvenida. No os preocupéis, hay burbujas de sobra >>
Sonreí divertida cuando el semblante de Kronos se volvió todo angustia al ver a Pichu sometido a mi hechizo. Un ser tan pequeño como aquel, y además irracional como era, quedaría irremediablemente cubierto por los brazos de Morfeo hasta que yo estuviera dispuesta. No me costaría nada mantener el hechizo el tiempo que fuera necesario.
Los demás viajeros estaban exaltados por la emoción del viaje, pero pude leer en la mente de Kronos una preocupación aún mayor que el respeto que le inspiraba el fondo del océano... el ocaso estaba próximo.
<< Si no hay inconveniente >> dije en la mente de los tres varu de la plataforma << Yo guiaré la burbuja de mi amigo feérico. Se como se hace y así tendréis que dar menos viajes para bajarlos a todos >>
La respuesta de los varu fue afirmativa, y me dirigí a Kronos rápidamente.
<< Adelante, amigo. Métete en la burbuja >> dije mientras me zambullía en el agua fresca << He conseguido que nos dejen viajar por nuestra cuenta y no tendremos que esperar a que se preparen los demás viajeros. Si bajamos ya estaremos en la ciudad antes de que anochezca por completo >>
Kronos se metió en la burbuja y sin perder un segundo me despedí a agradecí la amabilidad a los varu. Comencé a empujar la burbuja hacia la oscuridad aparente de las profundidades, lanzando a Kronos telepáticos mensajes de tranquilidad, enumerando las maravillas del reino Oceánico y, en definitiva, distrayendo su mente de los sombríos pensamientos que le abordaban.
Estaba segura de que tendríamos tiempo para llegar a la ciudad antes del anochecer, pero no lo estaba tanto de si nos daría tiempo a saludar a las autoridades pertinentes que saldrían a recibirnos e inscribirnos en la lista de visitantes y llegar a la sala de huéspedes, protegida con paredes de burbuja, donde debía pasar la noche Kronos...
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
FDR: Tranki tranki, que sí, que yo estaba igual. Ahora ya he terminado la temporada de examenes y podré meterme más, pero no te preocupes que tendré paciencia si tardas ^^
Y enserio... ¿eso es "postear poquito"? jaja entonces no quiero imaginarme como es cuando te explayas... Bueno, prosigamos...
-------------------
Kronos miró con desconfianza la burbuja que Ela le tendía . ¿Enserio debía meterse ahí dentro? ¿Aquel sería su único transporte hacia el fondo oceánico? Dudaba seriamente de que las paredes de la burbuja soportaran la presión del agua...
Finalmente accedió ante la insistencia de la varu. Además, no les sobraba el tiempo antes del anochecer y sería mejor no retrasarse. Así pues, cuando Ela le abrió la burbuja con sus húmedas manos, Kronos no tardó en introducirse de un salto, aunque todavía inseguro, dejando atrás a su ardilla Pichu dormida en su sueño mágico.
Y se sumergieron hacia las profundidades.
- No veo nada... - comentaba Kronos, impaciente, oteando a traves de la cristalina pared de la burbuja. Se veía todo azul, algún pececillo de vez en cuando, pero el fondo no parecía llegar nunca por mucho que la varu empujara la burbuja- ¿Seguro que es por aquí, Ela? ¿No te habrás confundido de camino? ¿No nos habremos perd...?
Calló de pronto, cuando comenzó a distinguir leves siluetas bajo sus pies. Y lentamente el contorno de la ciudad submarina, construida de una manera tan sobrecogedora como hermosa, repleta de conchas, algas y ornamentos marinos que le daban un aspecto natural y bello, fue apareciendo ante los asombrados ojos del silfo.
Había numerosos varu que nadaban de un edificio a otro, entrando y saliendo por las ventanas (¿para qué puertas, si no hacían falta?), y algunos de ellos detuvieron sus rutinarios paseos para mirar curiosamente a los recién llegados, una bandada de burbujas que descendían de la superficie. Piel-secas, para variar.
- No te detengas, por favor, Ela... - suplicó Kronos en un susurro, preocupado al ver que un grupo de varu (¿se diría banco o manada?) se dirigía hacia ellos, seguramente para darles la bienvenida a su humilde hogar. Pero Kronos no quería perder más tiempo. El descenso había durado demasiado, y había perdido la noción del tiempo, así que no tenía ni idea de cuando quedaba para el anochecer, aunque sospechaba que no mucho.
Quería llegar a esa Casa de Huéspedes cuanto antes. A tierra firme. ¡No había tiempo para charlas!
Y enserio... ¿eso es "postear poquito"? jaja entonces no quiero imaginarme como es cuando te explayas... Bueno, prosigamos...
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Kronos miró con desconfianza la burbuja que Ela le tendía . ¿Enserio debía meterse ahí dentro? ¿Aquel sería su único transporte hacia el fondo oceánico? Dudaba seriamente de que las paredes de la burbuja soportaran la presión del agua...
Finalmente accedió ante la insistencia de la varu. Además, no les sobraba el tiempo antes del anochecer y sería mejor no retrasarse. Así pues, cuando Ela le abrió la burbuja con sus húmedas manos, Kronos no tardó en introducirse de un salto, aunque todavía inseguro, dejando atrás a su ardilla Pichu dormida en su sueño mágico.
Y se sumergieron hacia las profundidades.
- No veo nada... - comentaba Kronos, impaciente, oteando a traves de la cristalina pared de la burbuja. Se veía todo azul, algún pececillo de vez en cuando, pero el fondo no parecía llegar nunca por mucho que la varu empujara la burbuja- ¿Seguro que es por aquí, Ela? ¿No te habrás confundido de camino? ¿No nos habremos perd...?
Calló de pronto, cuando comenzó a distinguir leves siluetas bajo sus pies. Y lentamente el contorno de la ciudad submarina, construida de una manera tan sobrecogedora como hermosa, repleta de conchas, algas y ornamentos marinos que le daban un aspecto natural y bello, fue apareciendo ante los asombrados ojos del silfo.
Había numerosos varu que nadaban de un edificio a otro, entrando y saliendo por las ventanas (¿para qué puertas, si no hacían falta?), y algunos de ellos detuvieron sus rutinarios paseos para mirar curiosamente a los recién llegados, una bandada de burbujas que descendían de la superficie. Piel-secas, para variar.
- No te detengas, por favor, Ela... - suplicó Kronos en un susurro, preocupado al ver que un grupo de varu (¿se diría banco o manada?) se dirigía hacia ellos, seguramente para darles la bienvenida a su humilde hogar. Pero Kronos no quería perder más tiempo. El descenso había durado demasiado, y había perdido la noción del tiempo, así que no tenía ni idea de cuando quedaba para el anochecer, aunque sospechaba que no mucho.
Quería llegar a esa Casa de Huéspedes cuanto antes. A tierra firme. ¡No había tiempo para charlas!
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Según íbamos bajando hacia el lecho marino, una compañía de recibimiento varu se aproximó a las burbujas que descendían raudas a través de las aguas.
<< No te preocupes, Kronos. Tenemos tiempo suficiente >> tranquilicé al inquieto silfo.
Después dirigí mis ondas telepáticas a la comitiva varu, que ya había iniciado las comunicaciones conmigo.
<< Gracias por su recibimiento, y perdonad nuestra descortesía, pero mi compañero está sufriendo el mal de las profundidades, y agradecería que me dejaran llevarle a la Casa de Huéspedes cuanto antes. Después yo misma iré al registro de visitantes y nos inscribiré a ambos >>
La respuesta llegó enseguida, y la comitiva pasó de largo cuando nos alcanzó, directa a reconocer el resto de burbujas.
<< Jeje, estos piel seca no aguantan nada >> bromeó uno de los funcionarios de Dagledu. << Muy bien, llévalo a la casa seca para que se asiente, pero no tardes en ir al registro >>
<< Has visto, amigo... todo nos viene rodao' >> le dije, animada.
Que los funcionarios permitieran una infracción en el proceso de registro de Huéspedes había sido una suerte... pero no estábamos precisamente sobrados de tiempo.
Aceleré la marcha, a fin de llegar lo antes posible al centro de la ciudad...
<< No te preocupes, Kronos. Tenemos tiempo suficiente >> tranquilicé al inquieto silfo.
Después dirigí mis ondas telepáticas a la comitiva varu, que ya había iniciado las comunicaciones conmigo.
<< Gracias por su recibimiento, y perdonad nuestra descortesía, pero mi compañero está sufriendo el mal de las profundidades, y agradecería que me dejaran llevarle a la Casa de Huéspedes cuanto antes. Después yo misma iré al registro de visitantes y nos inscribiré a ambos >>
La respuesta llegó enseguida, y la comitiva pasó de largo cuando nos alcanzó, directa a reconocer el resto de burbujas.
<< Jeje, estos piel seca no aguantan nada >> bromeó uno de los funcionarios de Dagledu. << Muy bien, llévalo a la casa seca para que se asiente, pero no tardes en ir al registro >>
<< Has visto, amigo... todo nos viene rodao' >> le dije, animada.
Que los funcionarios permitieran una infracción en el proceso de registro de Huéspedes había sido una suerte... pero no estábamos precisamente sobrados de tiempo.
Aceleré la marcha, a fin de llegar lo antes posible al centro de la ciudad...
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
Por fin divisaron la gran burbuja que se abría en medio de la ciudad, como una hermosa cúpula de cristal que haría las veces de hogar durante el tiempo que Kronos y el resto de piel-seca estuvieran en las profundidades.
Sin embargo, continuaba sintiendose inquieto. No había pensado que allí, bajo kilometros y kilometros de agua por encima de sus cabezas, no sería consciente de cuando se ocultaban los soles. Y comenzaba a sentirse mal, aunque no estaba seguro de si eran los nervios, el "mal de las profundidades", o si realmente estaba comenzando su metamorfosis en aquella bestia ávida de sangre que era por las noches.
"Déjate de tonterías, Kronos" se reprochó a sí mismo, tratando de calmarse "Ela dice que hay tiempo. Y si Ela dice eso, eso es... Pero ¿y si se equivoca?... Ay, por Wina..."
Se sintió más tranquilo cuando llegaron a la Casa de Huéspedes, una vez Ela fusionó con ella la burbuja que había usado como transporte y el silfo pudo entrar de un salto a su nueva residencia.
Miró a su alrededor, sobrecogido. La Casa de Huéspedes sólo constaba de una gran estancia, repleta de muebles y utensilios que les permitirían vivir durante el tiempo que permanecieran allí. Había suficiente sitio para el pequeño grupo de piel-secas que habían descendido con Kronos, pero de todas formas le intranquilizaba la idea de convertirse en un monstruo estando tan cerca de gente indefensa...
- Vamos, Ela. No creo que falte mucho tiempo para el ocaso... aunque aquí no hay forma para saberlo... ¿Preparamos el chiringuito antes de que vengan los demás?- sonrió Kronos a duras penas, sacando de su bolsillo la pequeña semilla Erworn.
Aunque dudaba de que sus raíces se agarraran a ese suelo arenoso tan eficientemente como lo habían hecho en el bosque de Awa...
Sin embargo, continuaba sintiendose inquieto. No había pensado que allí, bajo kilometros y kilometros de agua por encima de sus cabezas, no sería consciente de cuando se ocultaban los soles. Y comenzaba a sentirse mal, aunque no estaba seguro de si eran los nervios, el "mal de las profundidades", o si realmente estaba comenzando su metamorfosis en aquella bestia ávida de sangre que era por las noches.
"Déjate de tonterías, Kronos" se reprochó a sí mismo, tratando de calmarse "Ela dice que hay tiempo. Y si Ela dice eso, eso es... Pero ¿y si se equivoca?... Ay, por Wina..."
Se sintió más tranquilo cuando llegaron a la Casa de Huéspedes, una vez Ela fusionó con ella la burbuja que había usado como transporte y el silfo pudo entrar de un salto a su nueva residencia.
Miró a su alrededor, sobrecogido. La Casa de Huéspedes sólo constaba de una gran estancia, repleta de muebles y utensilios que les permitirían vivir durante el tiempo que permanecieran allí. Había suficiente sitio para el pequeño grupo de piel-secas que habían descendido con Kronos, pero de todas formas le intranquilizaba la idea de convertirse en un monstruo estando tan cerca de gente indefensa...
- Vamos, Ela. No creo que falte mucho tiempo para el ocaso... aunque aquí no hay forma para saberlo... ¿Preparamos el chiringuito antes de que vengan los demás?- sonrió Kronos a duras penas, sacando de su bolsillo la pequeña semilla Erworn.
Aunque dudaba de que sus raíces se agarraran a ese suelo arenoso tan eficientemente como lo habían hecho en el bosque de Awa...
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Re: Visitando las profundidades [RC]
<< Tienes razón Kronos, preparemos todo el belén antes de que lleguen los demás huéspedes. >> dije mientras esperaba a que el silfo se acomodara para pasar la noche.
Me acerqué al límite de la burbuja que hacía las veces de pared en la extraña habitación para contemplar la preciosa ciudad subacuática; sobre mi cabeza había innumerables edificaciones creadas en las rocas que sobresalían del lecho marino, o en las formaciones coralinas repletas de color y vida... En extensión, no sería más grande que muchas aldeas humanas perdidas de la mano de los dioses... pero seguramente albergaba más habitantes que todas ellas juntas, ya que la estructura de las ciudades varu se basaba en construir sobre todo, hacia arriba. El medio acuático permitía subir y bajar libremente entre los distintos niveles, y por doquier contemplaba a sus moradores ascender o descender por sus ambiguas "calles" y entrar y salir de los edificios por sus múltiples ventanas, situadas a diferentes alturas.
Absorta en mis pensamientos, me sobresalté cuando Kronos me llamó, listo para sumirse en el sueño mágico.
<< ¿Ya estás listo? >> pregunté mientras avanzaba de nuevo hacia él. << Si estás de acuerdo, me gustaría aplicarte un hechizo más esta noche. No podemos arriesgarnos a que "el salvaje" escape de la cúpula si lograra despertar... ya ves que el suelo aquí no es tan firme, y además esto no es el bosque. Podría hacer daño a los demás huéspedes >>
Kronos asintió de mala gana, pero entendía mis motivos.
<< Muy bien, prepárate y cuando estés dormido yo plantaré la semilla >> En ese momento, comencé a invocar las energías mágicas que fluían libres por el fondo del mar y pronuncié el ya tan recurrido hechizo de sueño. Una vez se hubo dormido, concentré más mi magia y la dirigí hacia el suelo arenoso que rodeaba una amplia porción de terreno alrededor de Kronos. Pronuncié el hechizo y el suelo se petrificó rápidamente, transmutándose en un material más duro que el hierro. Eso evitaría que el salvaje cavara un hoyo por debajo de la cúpula de la semilla y que el árbolito fuera arrancado o desplantado.
<< Buenas noches, amigo >>
Una vez dispuesto el campamento, salí de la casa de Huéspedes y me dirigí sin demora al registro.
La burocracia siempre me pareció una lata, y se me hicieron interminables los pocos minutos que pasé sometida a ella.
Después di un "paseo" por las proximidades, para recordar antiguas visitas a la cuidad. En esa cueva solía jugar con mi prima Dangla... En esa tienda comprábamos cinchas nuevas...
Perdí un tanto la noción del tiempo, y cuando me costaba seguir nadando por el cansancio y el sueño, regresé a la sala de huéspedes para asegurarme de que todo iba bien. Al comprobar que todo estaba tranquilo, volví a salir y me tumbé sobre el mismo lecho marino, al lado de la Casa de Huéspedes... Teniendo un mar entero sobre mí, no pensaba dormir "al seco".
Me acerqué al límite de la burbuja que hacía las veces de pared en la extraña habitación para contemplar la preciosa ciudad subacuática; sobre mi cabeza había innumerables edificaciones creadas en las rocas que sobresalían del lecho marino, o en las formaciones coralinas repletas de color y vida... En extensión, no sería más grande que muchas aldeas humanas perdidas de la mano de los dioses... pero seguramente albergaba más habitantes que todas ellas juntas, ya que la estructura de las ciudades varu se basaba en construir sobre todo, hacia arriba. El medio acuático permitía subir y bajar libremente entre los distintos niveles, y por doquier contemplaba a sus moradores ascender o descender por sus ambiguas "calles" y entrar y salir de los edificios por sus múltiples ventanas, situadas a diferentes alturas.
Absorta en mis pensamientos, me sobresalté cuando Kronos me llamó, listo para sumirse en el sueño mágico.
<< ¿Ya estás listo? >> pregunté mientras avanzaba de nuevo hacia él. << Si estás de acuerdo, me gustaría aplicarte un hechizo más esta noche. No podemos arriesgarnos a que "el salvaje" escape de la cúpula si lograra despertar... ya ves que el suelo aquí no es tan firme, y además esto no es el bosque. Podría hacer daño a los demás huéspedes >>
Kronos asintió de mala gana, pero entendía mis motivos.
<< Muy bien, prepárate y cuando estés dormido yo plantaré la semilla >> En ese momento, comencé a invocar las energías mágicas que fluían libres por el fondo del mar y pronuncié el ya tan recurrido hechizo de sueño. Una vez se hubo dormido, concentré más mi magia y la dirigí hacia el suelo arenoso que rodeaba una amplia porción de terreno alrededor de Kronos. Pronuncié el hechizo y el suelo se petrificó rápidamente, transmutándose en un material más duro que el hierro. Eso evitaría que el salvaje cavara un hoyo por debajo de la cúpula de la semilla y que el árbolito fuera arrancado o desplantado.
<< Buenas noches, amigo >>
Una vez dispuesto el campamento, salí de la casa de Huéspedes y me dirigí sin demora al registro.
La burocracia siempre me pareció una lata, y se me hicieron interminables los pocos minutos que pasé sometida a ella.
Después di un "paseo" por las proximidades, para recordar antiguas visitas a la cuidad. En esa cueva solía jugar con mi prima Dangla... En esa tienda comprábamos cinchas nuevas...
Perdí un tanto la noción del tiempo, y cuando me costaba seguir nadando por el cansancio y el sueño, regresé a la sala de huéspedes para asegurarme de que todo iba bien. Al comprobar que todo estaba tranquilo, volví a salir y me tumbé sobre el mismo lecho marino, al lado de la Casa de Huéspedes... Teniendo un mar entero sobre mí, no pensaba dormir "al seco".
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Re: Visitando las profundidades [RC]
FDR: Jeje... Esto se pone interesante... ¿sabes? Me parece que le voy a dar un poco de juego a esta noche tambien. De todas formas, las lunas no harán tanto efecto si nos encontramos en el fondo del mar, ¿no? ¡Vamos a ver como termina esto!
PD: No me has dicho que te parece mi nueva firma del foro T.T ¿Qué tal? ¿Te imaginaba así al pequeño monstruito nocturno? xDD
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Todo estaba negro.
¿Todo? No... todo no. Algo a lo lejos brillaba en la oscuridad... y se acercaba lentamente. Pronto Kronos pudo distinguir su contorno redondeado. El pálido brillo de una luna, y por algún motivo aquella luz le parecía desagradable. Le hacía sentirse mal... bueno, no exactamente a él, sino a algo que se escondía en su interior...
La luna comenzó a dividirse. No en dos, sino en tres. Tres lunas llenas que formar un triángulo perfecto, en la densa oscuridad. Kronos trató de cerrar los ojos, sintiendo que algo le gritaba por dentro, pero continuaba sin perder de vista las lunas. Como si algo en ellas lo atrayera sin poder evitarlo, algo que le impedía dejar de observarlas.
Sentía su poder. Un poder estremecedor, que recorría sus venas y le daba escalofríos. Comenzaba a marearse, a sentirse mal. Sabía que aquello no terminaría bien si no hacía nada para impedirlo, así que trató de apartar la vista, a pesar del poder seductor de las lunas...
Apartó la mirada y se vió a si mismo. Estaba tumbado en el suelo, entre la sombras. Dormía profundamente. Dormía...
- Estoy dormido...- comprendió entonces Kronos. Pero algo no encajaba. Él era él, desde luego. Pero entonces, ¿quién era el otro, el que dormía en la oscuridad? Desde luego tenía su mismo aspecto. Un silfo, temprana edad. Un denso cabello verde que le caía sobre el rostro, adornado con una gran nariz. Era Kronos, por supuesto. Pero él mismo tambien era Kronos.
Se acercó más, con curiosidad...
Pegó un brinco sobresaltado cuando aquel ser abrió los ojos de pronto. Dos profundos pozos de oscuridad que se clavaron en él, haciéndole estremecerse de horror. Y luego aquella siniestra sonrisa. Oh, dios, aquel rostro era terrorífico.
Kronos trató de retroceder, pero no podía. Estaba paralizado por el miedo y comenzaba a sentir el sudor frío corriendo por su frente, mientras contemplaba impotente como aquel otro Kronos, el Kronos oscuro, se incorporaba sin apartar su amenazadora mirada del silfo.
Y mientras se acercaba, una voz profunda, tan siniestra que parecía proceder del inframundo, emergió de la boca de aquella criatura como un estertor.
- No podrás.... conmigo...
Y entonces el monstruo atacó.
- No... No puedes... Fuera... Déjame... ¡NOOOO!
En el mundo real, más allá de la dimensión de los sueños y las mentes, en lo más profundo del océano, un silfo se revolvía en su pequeña prisión tan violentamente a pesar de continuar dormido que comenzó a llamar la atención de cuanto había a su alrededor.
Los alojados en la Casa de Huéspedes de Dagledu vieron interrumpido su sueño con el jaleo que provocaba el féerico, e impotentes al no poder ayudarle en el interior de aquella cúpula vegetal pronto dieron la voz de alarma. Pues sabían que aquel silfo había traído una acompañante varu, y sería lo más prundente avisarle de lo que estaba ocurriendo... y cuanto antes mejor.
PD: No me has dicho que te parece mi nueva firma del foro T.T ¿Qué tal? ¿Te imaginaba así al pequeño monstruito nocturno? xDD
------------
Todo estaba negro.
¿Todo? No... todo no. Algo a lo lejos brillaba en la oscuridad... y se acercaba lentamente. Pronto Kronos pudo distinguir su contorno redondeado. El pálido brillo de una luna, y por algún motivo aquella luz le parecía desagradable. Le hacía sentirse mal... bueno, no exactamente a él, sino a algo que se escondía en su interior...
La luna comenzó a dividirse. No en dos, sino en tres. Tres lunas llenas que formar un triángulo perfecto, en la densa oscuridad. Kronos trató de cerrar los ojos, sintiendo que algo le gritaba por dentro, pero continuaba sin perder de vista las lunas. Como si algo en ellas lo atrayera sin poder evitarlo, algo que le impedía dejar de observarlas.
Sentía su poder. Un poder estremecedor, que recorría sus venas y le daba escalofríos. Comenzaba a marearse, a sentirse mal. Sabía que aquello no terminaría bien si no hacía nada para impedirlo, así que trató de apartar la vista, a pesar del poder seductor de las lunas...
Apartó la mirada y se vió a si mismo. Estaba tumbado en el suelo, entre la sombras. Dormía profundamente. Dormía...
- Estoy dormido...- comprendió entonces Kronos. Pero algo no encajaba. Él era él, desde luego. Pero entonces, ¿quién era el otro, el que dormía en la oscuridad? Desde luego tenía su mismo aspecto. Un silfo, temprana edad. Un denso cabello verde que le caía sobre el rostro, adornado con una gran nariz. Era Kronos, por supuesto. Pero él mismo tambien era Kronos.
Se acercó más, con curiosidad...
Pegó un brinco sobresaltado cuando aquel ser abrió los ojos de pronto. Dos profundos pozos de oscuridad que se clavaron en él, haciéndole estremecerse de horror. Y luego aquella siniestra sonrisa. Oh, dios, aquel rostro era terrorífico.
Kronos trató de retroceder, pero no podía. Estaba paralizado por el miedo y comenzaba a sentir el sudor frío corriendo por su frente, mientras contemplaba impotente como aquel otro Kronos, el Kronos oscuro, se incorporaba sin apartar su amenazadora mirada del silfo.
Y mientras se acercaba, una voz profunda, tan siniestra que parecía proceder del inframundo, emergió de la boca de aquella criatura como un estertor.
- No podrás.... conmigo...
Y entonces el monstruo atacó.
- No... No puedes... Fuera... Déjame... ¡NOOOO!
En el mundo real, más allá de la dimensión de los sueños y las mentes, en lo más profundo del océano, un silfo se revolvía en su pequeña prisión tan violentamente a pesar de continuar dormido que comenzó a llamar la atención de cuanto había a su alrededor.
Los alojados en la Casa de Huéspedes de Dagledu vieron interrumpido su sueño con el jaleo que provocaba el féerico, e impotentes al no poder ayudarle en el interior de aquella cúpula vegetal pronto dieron la voz de alarma. Pues sabían que aquel silfo había traído una acompañante varu, y sería lo más prundente avisarle de lo que estaba ocurriendo... y cuanto antes mejor.
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Su personaje es: Ygoron Gorzan, gigante
Trabaja de: Desempleado
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Off: Una vez más, siento la tardanza... estoy un poco hasta los h....os, pero bueno, aquí va otra!
Por cierto, tu firma lo peta la verdad! lo cierto es que si has dejado bien plasmado la cara de cabroncete jajajaja pero yo me lo imaginaba algo más "en guardia", así como agazapado y tal, pero claro, solo se le ve la cabeza, así que puede valer perfectamente! XD
On:
Me debatía en un sueño intranquilo medio flotando medio apoyada en el lecho marino, cuando de repente mi fino oído captó lejanos sonidos. Tal vez no tan lejanos, pero la pared burbuja y el acuoso medio amortiguaban la intensidad del alboroto que sucedía dentro de la casa de Huéspedes. No obstante, escuché el ligero rumor y ya estaba totalmente despierta y en guardia cuando uno de los funcionarios de la Casa de Huéspedes vino a mi encuentro.
<< ¡Señora, los pielseca están como locos! ¡Dicen que tienes que ir de inmediato, que tu amigo feérico está descontrolado!>>
Sin responderle, comencé a nadar velozmente hacia la habitación-burbuja, hacia Kronos... alzando una mental plegaria a las diosas. Tenía la ligera esperanza de que el revuelo no estuviera causado por culpa del Kronos salvaje, pero sería mucha casualidad que pasara algo así por otro motivo, y no quería engañarme.
"De todas formas, el salvaje ha demostrado en anteriores noches que era un ser racional, que tenía la capacidad de reconocer, recordar y organizar sus pensamientos... aunque fuera para sus malvados y primitivos fines. Sin duda se dará cuenta de que está atrapado bajo el mar y ya conoce mis poderes. Seguramente intente acabar conmigo antes de intentar saciar sus otros apetitos"
No podía dejar de tener oscuros pensamientos sobre lo que podría pasar, pero era mi oportunidad para tenerlo cara a cara y poder hablar de una vez con él, de conocerle y saber de dónde había salido.
<< Guarda, quiero que ordenes traer burbujas para los demás pielseca. Será mejor que no haya nadie en la Casa de los Huéspedes cuando "hable" con mi amigo >>
El guarda asintió y fue a cumplir mi petición. En unos segundos llegué a la burbuja y entré en ella. El agua escurría por mi cuerpo mientras observaba el panorama; feroces ruidos emanaban de la cúpula Erworn y los asustados humanos y celestes que se hospedaban en el lugar se acurrucaban, corrían, rezaban y lloraban en la parte más alejada de la sala.
<< Tranquilos todos >> Intenté calmar a los pielseca << He mandado a buscar burbujas para que podáis estar a salvo mientras solucionamos esto. No tardarán en llegar >>
Como si estuvieran escuchándome, varios varu que lucían el atuendo típico de los funcionarios de la capital, mandaron telepáticos avisos a las mentes de los pielseca, y éstos empezaron a salir poco a poco de la Casa de Huéspedes.
<< Bien hecho. Gracias >> dije a los varu << Pero por Neliam, manteneos alejado de aquí hasta que yo os lo diga... y ni se os ocurra acercaros con una burbuja >>
Pensé en dejar ahí la conversación, pero pensé que, si algo salía mal, al amanecer se encontrarían con un panorama no muy agradable y un asustado y vulnereble Kronos, al que obviamente inculparían. No. Tenía que prevenirles.
<< Una cosa más antes de iros. Si al amanecer no os he avisado, podréis entrar sin peligro, pero no ataquéis al joven silfo. Algo le ocurre ciertas noches, pero no es su culpa. Si yo ya no estoy para ocuparme y responsabilizarme de él, por favor, convocad a cuantos hechiceros podáis encontrar y que encuentren una solución a su mal. Y hasta que no tenga solución, dejadle aquí encerrado por las noches. De aquí no podrá escapar >> Una lágrima se deslizó por mi ya previamente húmeda mejilla. Sabía que si yo no sobrevivía a esta noche, estaría condenando al enérgico Kronos a un cautiverio submarino, pero no podía permitir que el salvaje anduviera libre por el mundo. << Tomadlo como mi última voluntad si fuera necesario, pero por Neliam, no lo paguéis con el. >>
Dicho esto despedí con un gesto de mi mano a los varu y me acerqué a la cúpula. Los sonidos que salían de ella eran confusos y extraños.
Deshice la petrificación del suelo y levanté sin dificultad la cúpula, usando un conjuro de telequinesis. Me encontré con un Kronos que se revolvía en el suelo, pero que aún permanecía bajo el hechizo de sueño.
Preparé un conjuro de parálisis, ya que parecía poder despertar en cualquier momento, y no estaba segura de que personalidad afloraría del mundo de los sueños esta noche...
Por cierto, tu firma lo peta la verdad! lo cierto es que si has dejado bien plasmado la cara de cabroncete jajajaja pero yo me lo imaginaba algo más "en guardia", así como agazapado y tal, pero claro, solo se le ve la cabeza, así que puede valer perfectamente! XD
On:
Me debatía en un sueño intranquilo medio flotando medio apoyada en el lecho marino, cuando de repente mi fino oído captó lejanos sonidos. Tal vez no tan lejanos, pero la pared burbuja y el acuoso medio amortiguaban la intensidad del alboroto que sucedía dentro de la casa de Huéspedes. No obstante, escuché el ligero rumor y ya estaba totalmente despierta y en guardia cuando uno de los funcionarios de la Casa de Huéspedes vino a mi encuentro.
<< ¡Señora, los pielseca están como locos! ¡Dicen que tienes que ir de inmediato, que tu amigo feérico está descontrolado!>>
Sin responderle, comencé a nadar velozmente hacia la habitación-burbuja, hacia Kronos... alzando una mental plegaria a las diosas. Tenía la ligera esperanza de que el revuelo no estuviera causado por culpa del Kronos salvaje, pero sería mucha casualidad que pasara algo así por otro motivo, y no quería engañarme.
"De todas formas, el salvaje ha demostrado en anteriores noches que era un ser racional, que tenía la capacidad de reconocer, recordar y organizar sus pensamientos... aunque fuera para sus malvados y primitivos fines. Sin duda se dará cuenta de que está atrapado bajo el mar y ya conoce mis poderes. Seguramente intente acabar conmigo antes de intentar saciar sus otros apetitos"
No podía dejar de tener oscuros pensamientos sobre lo que podría pasar, pero era mi oportunidad para tenerlo cara a cara y poder hablar de una vez con él, de conocerle y saber de dónde había salido.
<< Guarda, quiero que ordenes traer burbujas para los demás pielseca. Será mejor que no haya nadie en la Casa de los Huéspedes cuando "hable" con mi amigo >>
El guarda asintió y fue a cumplir mi petición. En unos segundos llegué a la burbuja y entré en ella. El agua escurría por mi cuerpo mientras observaba el panorama; feroces ruidos emanaban de la cúpula Erworn y los asustados humanos y celestes que se hospedaban en el lugar se acurrucaban, corrían, rezaban y lloraban en la parte más alejada de la sala.
<< Tranquilos todos >> Intenté calmar a los pielseca << He mandado a buscar burbujas para que podáis estar a salvo mientras solucionamos esto. No tardarán en llegar >>
Como si estuvieran escuchándome, varios varu que lucían el atuendo típico de los funcionarios de la capital, mandaron telepáticos avisos a las mentes de los pielseca, y éstos empezaron a salir poco a poco de la Casa de Huéspedes.
<< Bien hecho. Gracias >> dije a los varu << Pero por Neliam, manteneos alejado de aquí hasta que yo os lo diga... y ni se os ocurra acercaros con una burbuja >>
Pensé en dejar ahí la conversación, pero pensé que, si algo salía mal, al amanecer se encontrarían con un panorama no muy agradable y un asustado y vulnereble Kronos, al que obviamente inculparían. No. Tenía que prevenirles.
<< Una cosa más antes de iros. Si al amanecer no os he avisado, podréis entrar sin peligro, pero no ataquéis al joven silfo. Algo le ocurre ciertas noches, pero no es su culpa. Si yo ya no estoy para ocuparme y responsabilizarme de él, por favor, convocad a cuantos hechiceros podáis encontrar y que encuentren una solución a su mal. Y hasta que no tenga solución, dejadle aquí encerrado por las noches. De aquí no podrá escapar >> Una lágrima se deslizó por mi ya previamente húmeda mejilla. Sabía que si yo no sobrevivía a esta noche, estaría condenando al enérgico Kronos a un cautiverio submarino, pero no podía permitir que el salvaje anduviera libre por el mundo. << Tomadlo como mi última voluntad si fuera necesario, pero por Neliam, no lo paguéis con el. >>
Dicho esto despedí con un gesto de mi mano a los varu y me acerqué a la cúpula. Los sonidos que salían de ella eran confusos y extraños.
Deshice la petrificación del suelo y levanté sin dificultad la cúpula, usando un conjuro de telequinesis. Me encontré con un Kronos que se revolvía en el suelo, pero que aún permanecía bajo el hechizo de sueño.
Preparé un conjuro de parálisis, ya que parecía poder despertar en cualquier momento, y no estaba segura de que personalidad afloraría del mundo de los sueños esta noche...
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
Por fin Kronos abrió los ojos. Lo primero de lo que se percató era de que no había cúpula vegetal que lo aislase del resto del mundo y aquello le inquietó. Porque tenía el presentimiento de que algo no iba bien en su interior... algo que le hacía adivinar, aún a tantos kilómetros bajo la superficie oceánica, que la noche todavía no había terminado.
Pero él era Kronos. El auténtico. Y aquello no encajaba, si realmente por las noches continuaba convirtiendose en aquel desagradable ser...
"No podrás... conmigo..."
Aquellas palabras volvieron a su mente con fuerza, tan repentinamente que sintió un fuerte aguijonazo de dolor en la cabeza. Trató de sacudirla para librarse del dolor, pero se dio cuenta entonces de que no podía moverse.
Miró hacia un lado y hacia otro, y por fin reconoció una cara familiar. Ela estaba de pie junto a él, observándole atentamente, en guardia. Chorreaba agua.
- Ela... ayuda... - balbuceó Kronos, como pudo debido a su parálisis mágica.
Un nuevo pinchazo de dolor le hizo cerrar los ojos con fuerza, acompañado de un gruñido de impotencia ante el extraño sentimiento que comenzaba a invadirle por todo el cuerpo, haciéndole estremecer.
Cuando volvió a abrir los párpados, sus pupilas estaban tremendamente dilatadas y destilaban una oscuridad tan profunda como el de dos agujeros negros. Inmóvil sobre el suelo como estaba, la criatura le dedicó a la varu una inquietante sonrisa, amenazadoramente siniestra.
- No podréis... conmigo... - repitió con aquella voz del inframundo, que pondría los pelos de punta al más valiente.
Pero él era Kronos. El auténtico. Y aquello no encajaba, si realmente por las noches continuaba convirtiendose en aquel desagradable ser...
"No podrás... conmigo..."
Aquellas palabras volvieron a su mente con fuerza, tan repentinamente que sintió un fuerte aguijonazo de dolor en la cabeza. Trató de sacudirla para librarse del dolor, pero se dio cuenta entonces de que no podía moverse.
Miró hacia un lado y hacia otro, y por fin reconoció una cara familiar. Ela estaba de pie junto a él, observándole atentamente, en guardia. Chorreaba agua.
- Ela... ayuda... - balbuceó Kronos, como pudo debido a su parálisis mágica.
Un nuevo pinchazo de dolor le hizo cerrar los ojos con fuerza, acompañado de un gruñido de impotencia ante el extraño sentimiento que comenzaba a invadirle por todo el cuerpo, haciéndole estremecer.
Cuando volvió a abrir los párpados, sus pupilas estaban tremendamente dilatadas y destilaban una oscuridad tan profunda como el de dos agujeros negros. Inmóvil sobre el suelo como estaba, la criatura le dedicó a la varu una inquietante sonrisa, amenazadoramente siniestra.
- No podréis... conmigo... - repitió con aquella voz del inframundo, que pondría los pelos de punta al más valiente.
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Como si en el interior de Kronos se estuviera luchando una batalla por el control del pequeño cuerpo, los mismos ojos, la misma boca y la misma voz alternaban expresiones opuestas cada segundo; una era la ya conocida expresión afable y juguetona, achacable a un ser que lo único que pretende es vivir en tranquilidad y disfrutar la compañía de los demás... la otra era una siniestra mueca de odio, ira y maldad, digna de la más perversa de las criaturas y daba la impresión de que su único deseo era ver sufrir a todo aquel que tuviera la mala fortuna de acercársele.
Por un momento reculé, cuando la espantosa voz del salvaje pareció apoderarse por fin del cuerpo, pero comprobé que mi hechizo de parálisis lo mantenía atrapado, al menos por el momento.
Llenándome de valor, me acerqué un tanto con un conjuro de congelación en mente, por si las moscas, y me atrevía preguntar...
<< ¿Quién eres, maldito? ¿De dónde has salido? >>
La sonrisa que me devolvió me inquietó bastante, pero no me acobardé. Ya sabía de lo que esa criatura era capaz, y aunque Kronos tuviera que resentirse a la mañana siguiente de algunos dolores, no pensaba dejar pasar la oportunidad de enfrentarme a él y averiguar QUE era.
<< Si estuviera en tu lugar no me daría esos aires de superioridad. Sabes igual que yo que en nuestro primer encuentro te vencí sin dificultad, y en aquel momento solo pretendía frenarte... no atacarte >>
Era mi única baza antes de pasar a la acción. Si el salvaje no se había dado cuenta de que jamás heriría de gravedad el cuerpo de Kronos, tal vez se acongojara con mis amenazas lo suficiente para colaborar un poco.
<< Ahora escúchame bien, pequeño bastardo. Ya he tenido "el gusto" de ver a lo que te dedicas cuando correteas libremente bajo las lunas, y has de saber que nunca más volverás a hacerlo. No mientras yo respire >> Y mientras iba diciendo esto, la magia y la ira corrieron a través de mi, combinándose y transformando mi apariencia y mi voz en la macabra visión que se apoderaba de mí cuando me enfadaba realmente.
Una expresión de ira atravesó la cara del ser, que no pareció impresionarse con mi demoníaca actuación y su energía logró romper mi hechizo. Se abalanzó sobre mi con furia inusitada y logró arañarme el brazo antes de que el conjuro de congelación hiciera efecto. Sin embargo, en unos segundos escuché a mi espalda el crujir del hielo mientras se apoderaba del cuerpo del silfo. Me levanté y me acerqué, pronunciando más palabras arcanas. Me apliqué un hechizo de calma y mi apariencia volvió a ser como la de cualquier varu; no convenía que el salvaje pensara que tenía el poder de exasperarme. Toqué la gélida estatua y bajo mi mano, el hielo que cubría la verdosa cabeza de mi atacante se fundió soltando vapor con son un siseo, dejando libre ojos nariz y boca.
<< Podemos pasarnos así tooooda la noche >> le dije, intentando parecer tranquila, incluso divertida << Así que tú decides. Contéstame o no tendré más remedio que sacarte la información por medios más...persuasivos >> finalicé dramáticamente mientras cogía un chupitel que se había formado alrededor del cuerpecito helado y se lo pasaba por la mejilla, formando una rosada línea de la que poco a poco comenzó a brotar un pequeñísimo río de sangre, y fuí apretanto cada vez más y cada vez más cerca de su ojo, hasta el punto que la malvada criatura, que tiritaba a causa del frío, soltó una mezcla entre suspiro resignado y bufido de ira.
No sabía si mis amenazas habrían tenido efecto... pero no podía hacer más por ahora. La pelota estaba en su tejado.
Por un momento reculé, cuando la espantosa voz del salvaje pareció apoderarse por fin del cuerpo, pero comprobé que mi hechizo de parálisis lo mantenía atrapado, al menos por el momento.
Llenándome de valor, me acerqué un tanto con un conjuro de congelación en mente, por si las moscas, y me atrevía preguntar...
<< ¿Quién eres, maldito? ¿De dónde has salido? >>
La sonrisa que me devolvió me inquietó bastante, pero no me acobardé. Ya sabía de lo que esa criatura era capaz, y aunque Kronos tuviera que resentirse a la mañana siguiente de algunos dolores, no pensaba dejar pasar la oportunidad de enfrentarme a él y averiguar QUE era.
<< Si estuviera en tu lugar no me daría esos aires de superioridad. Sabes igual que yo que en nuestro primer encuentro te vencí sin dificultad, y en aquel momento solo pretendía frenarte... no atacarte >>
Era mi única baza antes de pasar a la acción. Si el salvaje no se había dado cuenta de que jamás heriría de gravedad el cuerpo de Kronos, tal vez se acongojara con mis amenazas lo suficiente para colaborar un poco.
<< Ahora escúchame bien, pequeño bastardo. Ya he tenido "el gusto" de ver a lo que te dedicas cuando correteas libremente bajo las lunas, y has de saber que nunca más volverás a hacerlo. No mientras yo respire >> Y mientras iba diciendo esto, la magia y la ira corrieron a través de mi, combinándose y transformando mi apariencia y mi voz en la macabra visión que se apoderaba de mí cuando me enfadaba realmente.
Una expresión de ira atravesó la cara del ser, que no pareció impresionarse con mi demoníaca actuación y su energía logró romper mi hechizo. Se abalanzó sobre mi con furia inusitada y logró arañarme el brazo antes de que el conjuro de congelación hiciera efecto. Sin embargo, en unos segundos escuché a mi espalda el crujir del hielo mientras se apoderaba del cuerpo del silfo. Me levanté y me acerqué, pronunciando más palabras arcanas. Me apliqué un hechizo de calma y mi apariencia volvió a ser como la de cualquier varu; no convenía que el salvaje pensara que tenía el poder de exasperarme. Toqué la gélida estatua y bajo mi mano, el hielo que cubría la verdosa cabeza de mi atacante se fundió soltando vapor con son un siseo, dejando libre ojos nariz y boca.
<< Podemos pasarnos así tooooda la noche >> le dije, intentando parecer tranquila, incluso divertida << Así que tú decides. Contéstame o no tendré más remedio que sacarte la información por medios más...persuasivos >> finalicé dramáticamente mientras cogía un chupitel que se había formado alrededor del cuerpecito helado y se lo pasaba por la mejilla, formando una rosada línea de la que poco a poco comenzó a brotar un pequeñísimo río de sangre, y fuí apretanto cada vez más y cada vez más cerca de su ojo, hasta el punto que la malvada criatura, que tiritaba a causa del frío, soltó una mezcla entre suspiro resignado y bufido de ira.
No sabía si mis amenazas habrían tenido efecto... pero no podía hacer más por ahora. La pelota estaba en su tejado.
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Re: Visitando las profundidades [RC]
FDR: Que interesante se pone esto, que no? xD
Kronos volvía a estar sumido en la oscuridad. Y esta vez ni siquiera había lunas que lo iluminaran. Sólo una poderosa fuerza, invisible para él, que lo retenía impotente en lo más profundo de su mente.
Y por mucho que tratara de resistirse no conseguía debilitar ni un ápice aquella resistencia que apresaba cada recobeco de su alma féerica.
Aquella situación era demasiado extraña. Nunca antes había sentido algo así. Nunca antes había sido consciente de... ¿cómo llamarlo? ¿la posesión de su cuerpo por aquel maníaco espíritu demente, o lo que quiera que fuese? La cuestión es que ahora no estaba dormido, como solía estarlo cuando le ocurría aquello cada noche. Entonces su alma se escondía por voluntad propia en el incosciente, huyendo hacia la dimensión de los sueños, donde estaba realmente agusto ajena al mundo real.
Pero esta vez era diferente. Ahora Kronos NO estaba durmiendo, y su alma se veía retenida a la fuerza por aquella oscuridad impenetrable, muy posiblemente creada de alguna forma por el ser que poseía su cuerpo.
Pero si realmente estaba controlandolo en aquellos momentos, en la vida terrenal, aquello supondría un esfuerzo extra si tenía que retener además el otro alma con la que compartía el cuerpo...
Y aquella debilidad podría suponer para Kronos una gran ventaja.
Sin pensarlo un solo segundo más, a pesar de saber que el poder de la Criatura era mucho mayor que el de un pequeño silfo de 12 años, se debatió con todas sus fuerzas entre las garras de la oscuridad, luchando por salir a la luz y acabar con aquella pesadilla...
El cuerpo de Kronos tiritaba por el hielo. Sin embargo, la penetrante mirada del ser que lo manipulaba no mostraba ni un ápice de debilidad. Al contrario, parecía encontrar reconfortante el dolor que recorría su cuerpo, azotado por las punzantes oleadas de frío.
Y desde luego, tampoco parecía asustarle en absoluto la criatura que le había inmovilizado en semejante situación. Sólo era una varu. Una mortal, por muchos trucos de magia que supiera hacer. Tal vez aquello pudiera hacer mella en el cuerpo que habitaba, aquel ridículo cuerpecito féerico, pero no le importaba. De hecho, realmente lo encontraba gratificante...
- Puedes hacerme todo el daño que quieras, criatura... No temo al dolor - se digno a contestar la bestia, con aquella estertórea voz impregnada de odio y oscuridad, con la que parecía exhalar su último aliento con cada palabra pronunciada- En cambio, tu amigo silfo sí sufrirá...
Le dirigió a la varu una sonrisa turbadora, que demostró que realmente estaba disfrutando con aquello. Porque estaba en su esencia provocar el caos y dañar a los demás. Y si era otro (u otra, en este caso) quien colaboraba con sus planes, mucho mejor. ¿Cómo se iba a negar, si alguien le facilitaba el trabajo?
- Oh, sí... Sería estupendo, ¿no lo crees? Démosle al silfo unos buenos azotes en el trasero... Hagámosle sufrir hasta que no desee continuar viviendo, y entonces, cumplamos su última voluntad. ¿Por qué no? De todos modos no creo que termine con mucha cordura después de esto...
Y estalló en unas estruendosas y macabras carcajadas, con aquella misma voz de ultratumba, que retumbaron en el interior de la burbuja con fuerza.
Los varu que vivían próximos a la Casa de Huespedes se estremecieron de terror en sueños al escuchar su subsconciente aquella escalofriante risa espectral...
Kronos volvía a estar sumido en la oscuridad. Y esta vez ni siquiera había lunas que lo iluminaran. Sólo una poderosa fuerza, invisible para él, que lo retenía impotente en lo más profundo de su mente.
Y por mucho que tratara de resistirse no conseguía debilitar ni un ápice aquella resistencia que apresaba cada recobeco de su alma féerica.
Aquella situación era demasiado extraña. Nunca antes había sentido algo así. Nunca antes había sido consciente de... ¿cómo llamarlo? ¿la posesión de su cuerpo por aquel maníaco espíritu demente, o lo que quiera que fuese? La cuestión es que ahora no estaba dormido, como solía estarlo cuando le ocurría aquello cada noche. Entonces su alma se escondía por voluntad propia en el incosciente, huyendo hacia la dimensión de los sueños, donde estaba realmente agusto ajena al mundo real.
Pero esta vez era diferente. Ahora Kronos NO estaba durmiendo, y su alma se veía retenida a la fuerza por aquella oscuridad impenetrable, muy posiblemente creada de alguna forma por el ser que poseía su cuerpo.
Pero si realmente estaba controlandolo en aquellos momentos, en la vida terrenal, aquello supondría un esfuerzo extra si tenía que retener además el otro alma con la que compartía el cuerpo...
Y aquella debilidad podría suponer para Kronos una gran ventaja.
Sin pensarlo un solo segundo más, a pesar de saber que el poder de la Criatura era mucho mayor que el de un pequeño silfo de 12 años, se debatió con todas sus fuerzas entre las garras de la oscuridad, luchando por salir a la luz y acabar con aquella pesadilla...
El cuerpo de Kronos tiritaba por el hielo. Sin embargo, la penetrante mirada del ser que lo manipulaba no mostraba ni un ápice de debilidad. Al contrario, parecía encontrar reconfortante el dolor que recorría su cuerpo, azotado por las punzantes oleadas de frío.
Y desde luego, tampoco parecía asustarle en absoluto la criatura que le había inmovilizado en semejante situación. Sólo era una varu. Una mortal, por muchos trucos de magia que supiera hacer. Tal vez aquello pudiera hacer mella en el cuerpo que habitaba, aquel ridículo cuerpecito féerico, pero no le importaba. De hecho, realmente lo encontraba gratificante...
- Puedes hacerme todo el daño que quieras, criatura... No temo al dolor - se digno a contestar la bestia, con aquella estertórea voz impregnada de odio y oscuridad, con la que parecía exhalar su último aliento con cada palabra pronunciada- En cambio, tu amigo silfo sí sufrirá...
Le dirigió a la varu una sonrisa turbadora, que demostró que realmente estaba disfrutando con aquello. Porque estaba en su esencia provocar el caos y dañar a los demás. Y si era otro (u otra, en este caso) quien colaboraba con sus planes, mucho mejor. ¿Cómo se iba a negar, si alguien le facilitaba el trabajo?
- Oh, sí... Sería estupendo, ¿no lo crees? Démosle al silfo unos buenos azotes en el trasero... Hagámosle sufrir hasta que no desee continuar viviendo, y entonces, cumplamos su última voluntad. ¿Por qué no? De todos modos no creo que termine con mucha cordura después de esto...
Y estalló en unas estruendosas y macabras carcajadas, con aquella misma voz de ultratumba, que retumbaron en el interior de la burbuja con fuerza.
Los varu que vivían próximos a la Casa de Huespedes se estremecieron de terror en sueños al escuchar su subsconciente aquella escalofriante risa espectral...
Yandrak- Oráculo de Karevan
- Mensajes : 650
Puntos : 539
Fecha de inscripción : 04/07/2010
Edad : 32
Localización : Nanhai
Datos
Su personaje es: Ygoron Gorzan, gigante
Trabaja de: Desempleado
Pertenece a: Es neutral
Re: Visitando las profundidades [RC]
Off: Mira a ver si te gusta, que el rol lo iniciaste tu y supongo que tendrá que ir más o menos como tu habías pensado, así que si no estás de acuerdo con algo, dígamelo usted! XD (Por cierto, no tenías puesto en el anuncio que lo querías para 3 o 4?? por saber eh?? )
Desde luego era astuto... No solo había dejado claro que conocía mi desinterés por herir al silfo, si no que había reconocido abiertamente que disfrutaría si eso ocurriese. No tenía sentido; por muy alter-ego malvado que seas no te puede interesar de ninguna manera que se dañe tu cuerpo... o el cuerpo que "utilizas".
Sin embargo, por muy astuto que fuese, no había demostrado en ningún momento poseer poderes mágicos, por lo que juzgué oportuno jugar otra baza más en este desconcertante juego.
<< Jum, no te creas que ese tipo de bravuconadas masoquistas van a impedirme averiguar lo que quiero saber >> estaba asustada, cada vez más. Mientras hablaba y me hacía la dura, mi poder telepático, innato en los de mi raza, potenciado por la magia etérea en la que me había especializado se estaba introduciendo sigilosamente en la mente Kronos... ¡Solo que no era la de Kronos! Había estado otras veces sumergida en sus pensamientos, tan infantiles e inocentes, pero lo que estaba "viendo" en esta ocasión me estaba helando la sangre en las venas. Aún así, intenté permanecer tranquila y seguí hablando, para captar la atención del ser y evitar que percibiera mi presencia en su cabeza. << A decir verdad, no me importa más allá de la mera curiosidad tu procedencia o tu naturaleza. Lo único que quiero saber, y créeme, lo acabaré sabiendo de una manera u otra, es como echarte del cuerpo de mi amigo >>
Mis piernas temblaban casi imperceptiblemente, pero pude leer en su mente que lo había notado... y que estaba gozando y creciéndose con mi miedo.
Pero de repente, cuando no creía poder aguantar mucho más escudriñar esa mente sombría, una "luz" verdosa, que me resultaba familiar apareció en el rincón más recóndito de la intensa oscuridad que poblaba la conciencia del salvaje.
Haciendo un esfuerzo sobre humano, invoqué todos los poderes de que disponía, y durante unos segundos conseguí mantener una ligera consciencia de la realidad física, en la que la malvada criatura seguía profiriendo amenazas hacia Kronos y hacia mí. Sin embargo, las capas más profundas y poderosas de mi mente estaban "acercándose" cada vez más a la consciencia encarcelada de Kronos, recluida bajo una densa maldad oscura.
El ser se quedó callado un momento... "Mierda, me ha descubierto!" Pensé, pero antes de que pudiera reaccionar lo arriesgué todo en un último intento. Cientos de gotas de sudor se mezclaron con el agua de mar que seguía perlando mi cuerpo. No podría aguantar mucho más, pero en un último esfuerzo, aferré mi mente a la de Kronos.... y tiré.
Lo último de lo que fui consciente antes de perder el sentido fue de que, en el interior del cuerpecito verde, que comenzaba a liberarse del hielo mágico dada mi falta de fuerzas, la conciencia de Kronos luchaba, ayudada por las pocas fuerzas que me restaban, contra la oscuridad insondable que inundaba su mente.
Si lograba vencer esta batalla ambos estaríamos salvados por esta noche... si no, yo podía ir despidiéndome.
--------------------------------------------------------------------------
Desde luego era astuto... No solo había dejado claro que conocía mi desinterés por herir al silfo, si no que había reconocido abiertamente que disfrutaría si eso ocurriese. No tenía sentido; por muy alter-ego malvado que seas no te puede interesar de ninguna manera que se dañe tu cuerpo... o el cuerpo que "utilizas".
Sin embargo, por muy astuto que fuese, no había demostrado en ningún momento poseer poderes mágicos, por lo que juzgué oportuno jugar otra baza más en este desconcertante juego.
<< Jum, no te creas que ese tipo de bravuconadas masoquistas van a impedirme averiguar lo que quiero saber >> estaba asustada, cada vez más. Mientras hablaba y me hacía la dura, mi poder telepático, innato en los de mi raza, potenciado por la magia etérea en la que me había especializado se estaba introduciendo sigilosamente en la mente Kronos... ¡Solo que no era la de Kronos! Había estado otras veces sumergida en sus pensamientos, tan infantiles e inocentes, pero lo que estaba "viendo" en esta ocasión me estaba helando la sangre en las venas. Aún así, intenté permanecer tranquila y seguí hablando, para captar la atención del ser y evitar que percibiera mi presencia en su cabeza. << A decir verdad, no me importa más allá de la mera curiosidad tu procedencia o tu naturaleza. Lo único que quiero saber, y créeme, lo acabaré sabiendo de una manera u otra, es como echarte del cuerpo de mi amigo >>
Mis piernas temblaban casi imperceptiblemente, pero pude leer en su mente que lo había notado... y que estaba gozando y creciéndose con mi miedo.
Pero de repente, cuando no creía poder aguantar mucho más escudriñar esa mente sombría, una "luz" verdosa, que me resultaba familiar apareció en el rincón más recóndito de la intensa oscuridad que poblaba la conciencia del salvaje.
Haciendo un esfuerzo sobre humano, invoqué todos los poderes de que disponía, y durante unos segundos conseguí mantener una ligera consciencia de la realidad física, en la que la malvada criatura seguía profiriendo amenazas hacia Kronos y hacia mí. Sin embargo, las capas más profundas y poderosas de mi mente estaban "acercándose" cada vez más a la consciencia encarcelada de Kronos, recluida bajo una densa maldad oscura.
El ser se quedó callado un momento... "Mierda, me ha descubierto!" Pensé, pero antes de que pudiera reaccionar lo arriesgué todo en un último intento. Cientos de gotas de sudor se mezclaron con el agua de mar que seguía perlando mi cuerpo. No podría aguantar mucho más, pero en un último esfuerzo, aferré mi mente a la de Kronos.... y tiré.
Lo último de lo que fui consciente antes de perder el sentido fue de que, en el interior del cuerpecito verde, que comenzaba a liberarse del hielo mágico dada mi falta de fuerzas, la conciencia de Kronos luchaba, ayudada por las pocas fuerzas que me restaban, contra la oscuridad insondable que inundaba su mente.
Si lograba vencer esta batalla ambos estaríamos salvados por esta noche... si no, yo podía ir despidiéndome.
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
FDR: Tranqui! Si yo voy improvisando sobre la marcha, tu rolea como kieras que yo reaccionaré xD (aunque si, mas o menos la idea la tengo sobre cual es el origen de ese mal...)
Y sí, puse eso por si queria ajuntarse mas gente, pero bueh, me da igual. Con nosotros dos el rol nos esta quedando genial! Si eso ya propondremos que se nos una alguien cuando salgamos de Dagledu... ok?
------------------------
El ser oscuro que habitaba el cuerpo de Kronos comenzaba a percatarse de que algo raro ocurría. La varu estaba cada vez más distante, y no física, sino mentalmente. Su mirada ligeramente perdida denotaba que estaba planeando algo... pero no conseguía averiguar qué era exactamente.
A pesar de ser un ser extrasensorial, la magia quedaba fuera de sus posibilidades y aquello jugaba en favor de la varu, tan aficionada a usar sus molestos jueguecitos mágicos. Pero a pesar de estar ausente, la varu también estaba asustada, y eso henchía al ente oscuro de orgullo y macabra felicidad.
Comenzaba a derretirse el hielo que lo apresaba, prueba irrefutable de que la mente de la varu tenía otros asuntos de los que preocuparse. ¿Pero que otra cosa podía centrar más su atención que él mismo, el monstruo, la criatura que había subyugado a su inútil compañero de viaje?
Captó entonces algo dentro de su cabeza. Bueno, en la cabeza del silfo, en realidad. Una cabeza prestada por tiempo indefinido. Sonrío con la idea, pero decidió concentrarse en sacar a la luz lo que estaba ocurriendo en su interior. Porque notaba una presencia extraña... y no estaba dispuesto a dejar que otro ente invadiera ese cuerpo.
El silfo era suyo. Y lo sería para siempre.
Decidido, cerró los ojos y se sumergió en lo más profundo de la inconsciencia, ya sospechando lo que se encontraría en las tinieblas de su negra alma...
La conciencia de Kronos vio una luz en la oscuridad. Una luz azulada, etérea, que le evocaba el mar y la belleza del mundo submarino.
Aquella luz se fue acercando y pronto Kronos, emocionado, no tuvo ninguna duda de que aquella luz era Ela, de alguna forma, aunque su cuerpo como tal no existiera en esa dimensión.
Era Ela, y venía a rescatarle.
Su salvadora no dijo nada. Se acercaba a él con precaución, con el sigilo propio de un ladrón que debe penetrar en una inexpugnable fortaleza.
Kronos guardó silencio. Ya ni siquiera trataba de resistirse contra la oscuridad que lo apresaba. Tan solo esperaba, paciente, a que la varu hiciera algo. No quería hacer nada que alertara al monstruo.
"Sólo un poco más... Ánimo, Ela..."
Sin embargo, para su sorpresa, cuando ya sólo estaba a un par de metros de alcanzarle, un voz alarmada rebotó en su mente con fuerza.
"Mierda, me ha descubierto!"
Por un momento pensó que le abandonaría. Que saldría corriendo dejandolo allí encerrado de por vida. Pero en un ultimo segundo la conciencia de la varu pegó un salto hacia el silfo, rodeandolo con su esencia, o lo que fuera, y tirando de él con toda la fuerza de la que era capaz.
Kronos comenzó a revolverse también en las garras que lo apresaban, notando con alivio como comenzaban a ceder.
Y ya casi se había soltado del todo cuando un par de enormes ojos se abrieron en la infinita oscuridad. Unos ojos que destilaban una maldad que le provocó un estremecimiento de terror.
"No podréis... conmigo" volvía a insistir aquella siniestra voz, rodeándoles por todas partes.
Kronos hizo caso omiso y siguió retorciéndose, liberándose de los últimos hilos de oscuridad que lo apresaban, mientras la varu lo ayudaba tirando de él hacia la luz y el ente oscuro continuaba soltando improperios contra ellos y lanzando nuevos tentáculos de oscuridad que trataban de volver a atrapar al silfo.
"¡Dejame en paz, esperpento!" gritaba Kronos con todas sus fuerzas mientras se resistía con su último aliento "¡Tú si que no podrás conmigo, intento frustrado de monstruo! ¡¡Y ya verás como Ela y yo te vamos a dar una buena patada en el trasero!!!!"
Y con esta última frase llena de rabia contenida Kronos se liberó por fin de sus ataduras.
En la realidad, a pocas horas de que terminara la noche, el pequeño silfo abrió los ojos de nuevo, tumbado sobre el suelo humedecido por un charco de agua helada.
Y sus ojos volvían a ser los de la criatura del bosque tranquila y feliz que solía ser.
Pero una voz resonó en lo más profundo de su mente antes de desvanecerse por completo, al menos por el momento.
"No, criatura... No me vencereis... ¿Es que no lo sabes? No se puede destruir a una sombra..."
Y sí, puse eso por si queria ajuntarse mas gente, pero bueh, me da igual. Con nosotros dos el rol nos esta quedando genial! Si eso ya propondremos que se nos una alguien cuando salgamos de Dagledu... ok?
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El ser oscuro que habitaba el cuerpo de Kronos comenzaba a percatarse de que algo raro ocurría. La varu estaba cada vez más distante, y no física, sino mentalmente. Su mirada ligeramente perdida denotaba que estaba planeando algo... pero no conseguía averiguar qué era exactamente.
A pesar de ser un ser extrasensorial, la magia quedaba fuera de sus posibilidades y aquello jugaba en favor de la varu, tan aficionada a usar sus molestos jueguecitos mágicos. Pero a pesar de estar ausente, la varu también estaba asustada, y eso henchía al ente oscuro de orgullo y macabra felicidad.
Comenzaba a derretirse el hielo que lo apresaba, prueba irrefutable de que la mente de la varu tenía otros asuntos de los que preocuparse. ¿Pero que otra cosa podía centrar más su atención que él mismo, el monstruo, la criatura que había subyugado a su inútil compañero de viaje?
Captó entonces algo dentro de su cabeza. Bueno, en la cabeza del silfo, en realidad. Una cabeza prestada por tiempo indefinido. Sonrío con la idea, pero decidió concentrarse en sacar a la luz lo que estaba ocurriendo en su interior. Porque notaba una presencia extraña... y no estaba dispuesto a dejar que otro ente invadiera ese cuerpo.
El silfo era suyo. Y lo sería para siempre.
Decidido, cerró los ojos y se sumergió en lo más profundo de la inconsciencia, ya sospechando lo que se encontraría en las tinieblas de su negra alma...
La conciencia de Kronos vio una luz en la oscuridad. Una luz azulada, etérea, que le evocaba el mar y la belleza del mundo submarino.
Aquella luz se fue acercando y pronto Kronos, emocionado, no tuvo ninguna duda de que aquella luz era Ela, de alguna forma, aunque su cuerpo como tal no existiera en esa dimensión.
Era Ela, y venía a rescatarle.
Su salvadora no dijo nada. Se acercaba a él con precaución, con el sigilo propio de un ladrón que debe penetrar en una inexpugnable fortaleza.
Kronos guardó silencio. Ya ni siquiera trataba de resistirse contra la oscuridad que lo apresaba. Tan solo esperaba, paciente, a que la varu hiciera algo. No quería hacer nada que alertara al monstruo.
"Sólo un poco más... Ánimo, Ela..."
Sin embargo, para su sorpresa, cuando ya sólo estaba a un par de metros de alcanzarle, un voz alarmada rebotó en su mente con fuerza.
"Mierda, me ha descubierto!"
Por un momento pensó que le abandonaría. Que saldría corriendo dejandolo allí encerrado de por vida. Pero en un ultimo segundo la conciencia de la varu pegó un salto hacia el silfo, rodeandolo con su esencia, o lo que fuera, y tirando de él con toda la fuerza de la que era capaz.
Kronos comenzó a revolverse también en las garras que lo apresaban, notando con alivio como comenzaban a ceder.
Y ya casi se había soltado del todo cuando un par de enormes ojos se abrieron en la infinita oscuridad. Unos ojos que destilaban una maldad que le provocó un estremecimiento de terror.
"No podréis... conmigo" volvía a insistir aquella siniestra voz, rodeándoles por todas partes.
Kronos hizo caso omiso y siguió retorciéndose, liberándose de los últimos hilos de oscuridad que lo apresaban, mientras la varu lo ayudaba tirando de él hacia la luz y el ente oscuro continuaba soltando improperios contra ellos y lanzando nuevos tentáculos de oscuridad que trataban de volver a atrapar al silfo.
"¡Dejame en paz, esperpento!" gritaba Kronos con todas sus fuerzas mientras se resistía con su último aliento "¡Tú si que no podrás conmigo, intento frustrado de monstruo! ¡¡Y ya verás como Ela y yo te vamos a dar una buena patada en el trasero!!!!"
Y con esta última frase llena de rabia contenida Kronos se liberó por fin de sus ataduras.
En la realidad, a pocas horas de que terminara la noche, el pequeño silfo abrió los ojos de nuevo, tumbado sobre el suelo humedecido por un charco de agua helada.
Y sus ojos volvían a ser los de la criatura del bosque tranquila y feliz que solía ser.
Pero una voz resonó en lo más profundo de su mente antes de desvanecerse por completo, al menos por el momento.
"No, criatura... No me vencereis... ¿Es que no lo sabes? No se puede destruir a una sombra..."
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Su personaje es: Ygoron Gorzan, gigante
Trabaja de: Desempleado
Pertenece a: Es neutral
Re: Visitando las profundidades [RC]
Un rostro varu. Joven y guapo, por que no decirlo. Fue lo primero que vi cuando mis ojos se abrieron lentamente.
Por unos segundos seguí tendida en el arenoso y seco suelo de la Casa de Huéspedes. En un primer impulso me incorporé un tanto, al venir a mi cabeza fragmentos de lo sucedido unas horas antes, pero el varu me retuvo suavemente con sus manos; << Tranquila, hermana. El silfo está bien. >>
Más calmada, miré alrededor y vi que había más varu en la sala, atendiendo a Kronos, que lucía unas profundas ojeras, pero parecía a salvo.
<< Gracias, hermanos. No puedo explicaros muy bien lo que ha pasado, pero... >>
<< No hace falta. Durante toda la noche algunos guardias y yo hemos estado observando a través de la burbuja. Y debo decir que ese amiguito verde tuyo y tu habéis luchado con valentía... >>
No podía entenderlo... ¿Luchado? Lo único que podían haber visto los varu habría sido a Kronos saltando sobre mi para después congelarse...
<< Entonces, también eres mago, ¿verdad? >> pregunté, sin necesidad de esperar la respuesta.
<< Así es. Y no se si deberíamos contar lo que realmente ha sucedido aquí a las autoridades. No creo que os permitieran quedaros >> Expresó el joven << Por cierto, me llamo Dieglu >>
<< Yo soy Ela >> pensé por unos momentos lo que me había dicho. Si, puede que tuviera razón. << Pero, ¿qué vamos a decirles entonces? >> en ese momento, Kronos lanzó un alarido. Uno de los varu le zarandeaba del brazo, lanzando gritos mentales por doquier, intentando que Kronos explicara de una vez lo ocurrido.
<< ¡HABLA, MALDITA SEA, HABLA! Por tu maldita culpa todos los huéspedes han pasado la noche en vela, por no contar el revuelo que se ha montado en la ciudad. Espero que tengas una explicación para todo esto, jovencito, o... >>
<< O ¿qué, capitán? >> Intervino Dieglu, poniéndose de pie y acercándose a Kronos para liberarle del agresivo brazo del funcionario. << No se si recuerdas que estamos en la Casa de Huéspedes, que se puede considerar la embajada de los pielseca en nuestra ciudad y que, por tanto, deberás dirigirte a sus moradores de igual a igual >>
Siguieron litigando unos minutos sobre quien debía obedecer a quien y sobre que leyes tenían vigor por encima de otras, por lo que decidí dejarles a sus asuntos y me acerqué por fin a Kronos.
<< Muy bien compañero. No esperaba menos de ti. Pero no podemos hablar sobre ello en este momento. Estoy dirigiendo solo a ti mis pensamientos, y no tardarán en ofenderse si no les incluyo en la conversación. No digas gran cosa, como si este asunto nos fuera poco familiar. Al cabo de un rato, el joven mago que nos está defendiendo y yo dirigiremos la conversación para que parezca que sufres sonambulismo >>
Sabía que estaba apabullando a Kronos con tanta información, pero tenía que aclararle la situación cuanto antes.
<< No tenemos que dejarles ver la gravedad del asunto, o quien sabe como podrían reaccionar. Lo último que nos interesa ahora mismo es que no hagan prisioneros o que nos destierren de la ciudad. Necesitamos quedarnos un tiempo más para probar el plan que tengo en mente >> La cara de Kronos tenía una expresión abatida y derrumbada; tenía que animarlo un poco << Y para hacer turismo, por supuesto >> dije, guiñándole un ojo y sonriendo.
Los varu hicieron sus preguntas, Kronos interpretó su papel y Dieglu utilizó su influencia como había prometido.
En apenas una hora, volvimos a estar rodeados de los demás viajeros, que reorganizaban sus pertenencia, lanzándonos alguna que otra mirada de soslayo.
<< ¿Te apetece que demos un paseo por las afueras de la ciudad, y así hablamos más tranquilamente? >>
No estaba preocupada por su estado físico, y tampoco por el mental. Le quería preguntar que es lo que pensaba, que había sentido y como había vivido los peligrosos momentos de la noche pasada.
Por unos segundos seguí tendida en el arenoso y seco suelo de la Casa de Huéspedes. En un primer impulso me incorporé un tanto, al venir a mi cabeza fragmentos de lo sucedido unas horas antes, pero el varu me retuvo suavemente con sus manos; << Tranquila, hermana. El silfo está bien. >>
Más calmada, miré alrededor y vi que había más varu en la sala, atendiendo a Kronos, que lucía unas profundas ojeras, pero parecía a salvo.
<< Gracias, hermanos. No puedo explicaros muy bien lo que ha pasado, pero... >>
<< No hace falta. Durante toda la noche algunos guardias y yo hemos estado observando a través de la burbuja. Y debo decir que ese amiguito verde tuyo y tu habéis luchado con valentía... >>
No podía entenderlo... ¿Luchado? Lo único que podían haber visto los varu habría sido a Kronos saltando sobre mi para después congelarse...
<< Entonces, también eres mago, ¿verdad? >> pregunté, sin necesidad de esperar la respuesta.
<< Así es. Y no se si deberíamos contar lo que realmente ha sucedido aquí a las autoridades. No creo que os permitieran quedaros >> Expresó el joven << Por cierto, me llamo Dieglu >>
<< Yo soy Ela >> pensé por unos momentos lo que me había dicho. Si, puede que tuviera razón. << Pero, ¿qué vamos a decirles entonces? >> en ese momento, Kronos lanzó un alarido. Uno de los varu le zarandeaba del brazo, lanzando gritos mentales por doquier, intentando que Kronos explicara de una vez lo ocurrido.
<< ¡HABLA, MALDITA SEA, HABLA! Por tu maldita culpa todos los huéspedes han pasado la noche en vela, por no contar el revuelo que se ha montado en la ciudad. Espero que tengas una explicación para todo esto, jovencito, o... >>
<< O ¿qué, capitán? >> Intervino Dieglu, poniéndose de pie y acercándose a Kronos para liberarle del agresivo brazo del funcionario. << No se si recuerdas que estamos en la Casa de Huéspedes, que se puede considerar la embajada de los pielseca en nuestra ciudad y que, por tanto, deberás dirigirte a sus moradores de igual a igual >>
Siguieron litigando unos minutos sobre quien debía obedecer a quien y sobre que leyes tenían vigor por encima de otras, por lo que decidí dejarles a sus asuntos y me acerqué por fin a Kronos.
<< Muy bien compañero. No esperaba menos de ti. Pero no podemos hablar sobre ello en este momento. Estoy dirigiendo solo a ti mis pensamientos, y no tardarán en ofenderse si no les incluyo en la conversación. No digas gran cosa, como si este asunto nos fuera poco familiar. Al cabo de un rato, el joven mago que nos está defendiendo y yo dirigiremos la conversación para que parezca que sufres sonambulismo >>
Sabía que estaba apabullando a Kronos con tanta información, pero tenía que aclararle la situación cuanto antes.
<< No tenemos que dejarles ver la gravedad del asunto, o quien sabe como podrían reaccionar. Lo último que nos interesa ahora mismo es que no hagan prisioneros o que nos destierren de la ciudad. Necesitamos quedarnos un tiempo más para probar el plan que tengo en mente >> La cara de Kronos tenía una expresión abatida y derrumbada; tenía que animarlo un poco << Y para hacer turismo, por supuesto >> dije, guiñándole un ojo y sonriendo.
Los varu hicieron sus preguntas, Kronos interpretó su papel y Dieglu utilizó su influencia como había prometido.
En apenas una hora, volvimos a estar rodeados de los demás viajeros, que reorganizaban sus pertenencia, lanzándonos alguna que otra mirada de soslayo.
<< ¿Te apetece que demos un paseo por las afueras de la ciudad, y así hablamos más tranquilamente? >>
No estaba preocupada por su estado físico, y tampoco por el mental. Le quería preguntar que es lo que pensaba, que había sentido y como había vivido los peligrosos momentos de la noche pasada.
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
Habían pasado varias horas desde lo ocurrido y muy seguramente habrían dejado ya la noche atrás. Pero no por mucho tiempo, por supuesto, pues Idhún tenía la molesta costumbre de anochecer al final de cada día...
Se había organizado un buen jaleo en el interior de la gran burbuja. Un numeroso grupo de varu, cuya función en Dagledu no comprendió Kronos, aunque tampoco le importaba en aquel momento, estaban realmente indignados ante lo ocurrido aquella noche y que había provocado que el resto de turistas piel-seca hubiera tenido que pasar la noche a la intemperie, durmiendo incómodamente en las pequeñas burbujas diseñadas para el transporte subacuático.
Pero Kronos siguió las indicación que Ela le iba chivando en su mente y no hubo problemas para deshacerse de los molestos varu. Por fin se fueron tranquilos cuando se convencieron de que aquello no había sido mas que un ataque de sonambulismo (irónicamente, lo mismo que había pensado el silfo cuando comenzaba a percatarse de sus primeras excursiones nocturnas) y los visitantes piel-seca volvieron a llenar la Casa de Huéspedes, aunque todavía inquietos por la presencia del silfo.
Realmente no le apetecía nada salir a "hacer turismo", dadas las circustancias. Estaba agotado y necesitaba una buena siesta, pero también sentía la necesidad de hablar con Ela de todo lo ocurrido durante la noche. Así que accedió.
- Es una sombra, Ela... - murmuró Kronos momentos después, cuando ya hubieron salido de la Casa de Huéspedes, y la varu empujaba una burbuja con el silfo en su interior dando un tranquilo paseo por la ciudad inundada- Esa cosa es una sombra. No sé que significa exactamente, pero ella me lo dijo... y me dijo también que no habría manera de vencerla.
Se volvió hacia Ela con los ojos húmedos. Si aquello era cierto, no habría fuerza idhunita que lograra extirpar aquel mal de su interior. Aquello iba de mal en peor. Conforme más averiguaba de aquel monstruo que le atormentaba la existencia, más difícil le parecía que hubiera una solución eficaz contra él.
- Y son las lunas las que le dan su poder. Eso creo, al menos... - suspiró con impotencia- Hace tanto tiempo que no veo las lunas... Era por esa cosa, ¿sabes? De alguna forma me hacía dormir profundamente cada noche, antes del anochecer, para poder acomodarse en mi... cuerpo - se le quebró la voz con la última palabra. Hablar de una posesión demoníaca es duro, y mucho más si es uno mismo el afectado. Era horrible saber en qué se convertiría cada noche, y la imposibilidad de controlar su propio cuerpo lo llenaba de impotencia y dolor.- Por eso esta noche hemos podido vencerle. Hasta aquí no llega la luz de las lunas con tanta fuerza. Eso ha debilitado a la sombra...
Aquello eran sólo conjeturas, por supuesto, pero Kronos había estado un buen rato meditando sobre ellas y parecían tener sentido. De hecho, incluso tenía una ligera idea respecto a cuál podía haber sido el origen de todo aquello. Pero todavía necesitaba aclarar su mente.
- ¿Es verdad que tienes un plan, Ela? - terminó el silfo, lloroso. A pesar de lo que habia dicho la Sombra, aún le quedaba un último rayo de esperanza en su corazón, ahora invadido de tinieblas- ¿Es cierto?
Se había organizado un buen jaleo en el interior de la gran burbuja. Un numeroso grupo de varu, cuya función en Dagledu no comprendió Kronos, aunque tampoco le importaba en aquel momento, estaban realmente indignados ante lo ocurrido aquella noche y que había provocado que el resto de turistas piel-seca hubiera tenido que pasar la noche a la intemperie, durmiendo incómodamente en las pequeñas burbujas diseñadas para el transporte subacuático.
Pero Kronos siguió las indicación que Ela le iba chivando en su mente y no hubo problemas para deshacerse de los molestos varu. Por fin se fueron tranquilos cuando se convencieron de que aquello no había sido mas que un ataque de sonambulismo (irónicamente, lo mismo que había pensado el silfo cuando comenzaba a percatarse de sus primeras excursiones nocturnas) y los visitantes piel-seca volvieron a llenar la Casa de Huéspedes, aunque todavía inquietos por la presencia del silfo.
Realmente no le apetecía nada salir a "hacer turismo", dadas las circustancias. Estaba agotado y necesitaba una buena siesta, pero también sentía la necesidad de hablar con Ela de todo lo ocurrido durante la noche. Así que accedió.
- Es una sombra, Ela... - murmuró Kronos momentos después, cuando ya hubieron salido de la Casa de Huéspedes, y la varu empujaba una burbuja con el silfo en su interior dando un tranquilo paseo por la ciudad inundada- Esa cosa es una sombra. No sé que significa exactamente, pero ella me lo dijo... y me dijo también que no habría manera de vencerla.
Se volvió hacia Ela con los ojos húmedos. Si aquello era cierto, no habría fuerza idhunita que lograra extirpar aquel mal de su interior. Aquello iba de mal en peor. Conforme más averiguaba de aquel monstruo que le atormentaba la existencia, más difícil le parecía que hubiera una solución eficaz contra él.
- Y son las lunas las que le dan su poder. Eso creo, al menos... - suspiró con impotencia- Hace tanto tiempo que no veo las lunas... Era por esa cosa, ¿sabes? De alguna forma me hacía dormir profundamente cada noche, antes del anochecer, para poder acomodarse en mi... cuerpo - se le quebró la voz con la última palabra. Hablar de una posesión demoníaca es duro, y mucho más si es uno mismo el afectado. Era horrible saber en qué se convertiría cada noche, y la imposibilidad de controlar su propio cuerpo lo llenaba de impotencia y dolor.- Por eso esta noche hemos podido vencerle. Hasta aquí no llega la luz de las lunas con tanta fuerza. Eso ha debilitado a la sombra...
Aquello eran sólo conjeturas, por supuesto, pero Kronos había estado un buen rato meditando sobre ellas y parecían tener sentido. De hecho, incluso tenía una ligera idea respecto a cuál podía haber sido el origen de todo aquello. Pero todavía necesitaba aclarar su mente.
- ¿Es verdad que tienes un plan, Ela? - terminó el silfo, lloroso. A pesar de lo que habia dicho la Sombra, aún le quedaba un último rayo de esperanza en su corazón, ahora invadido de tinieblas- ¿Es cierto?
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Su personaje es: Ygoron Gorzan, gigante
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Off: Ya te estarás hartando un poco de mi frenética velocidad de respuesta eh?? XD
Lo siento, mucho jaleo estas últimas semanas... :S
On:
El "paseo" resultó ser muy revelador. Tenía ya diversos indicios, que al contrastar con las últimas declaraciones de Kronos me hicieron atar cabos rápidamente.
<< Tenía un plan, Kronos. Pero solo era un boceto, una opción desesperada que esperaba no tener que llevar a cabo antes de tiempo, antes de estar segura de que va a funcionar >> no quería aplastar la esperanzas de Kronos, pero tenía que serle sincera << Pero lamento decirte que, tras lo que me has dicho acerca de la misteriosa conciencia que se ha apoltronado en tu interior, no podemos perder más tiempo. Temo que poco a poco vaya afianzándose más y más y acabe por dominarte completamente >>
Mientras hablábamos, guiaba la burbuja lentamente pero sin descanso entre las silenciosas "calles" de Dagledu. Parecía que errábamos sin rumbo fijo, pero sabía muy bien a dónde nos dirigíamos.
<< No quiero que te asustes, Kronos, pero cuando estuve "dentro" de tu mente descubrí muchas cosas. Algunas radiantes y rebosantes de vida, salvajes y alegres. Eso es lo que cabe esperar de una mente feérica; no en vano sois hijos de Wina >> Kronos, que estaba sentado en la burbuja, de cara a mi, tenía una expresión de preocupación, pero a medida que mis pensamientos le iban llegando, ésta cambió para mostrar interés, e incluso, un atisbo de alegría. Sería bueno darle algo más en que pensar antes de decirle lo que había descubierto. << Veo que sabes a lo que me refiero. Sin duda has conocido ya a más gente a parte de mi que no son feéricos, y habrás comprobado que cada cual es diferente, pero que dependiendo de la raza a la que pertenezca, su modo de ser es diferente y a la vez parecido. Yo misma me tengo por una persona alegre, por lo que me resulta fácil y cómodo llevarme muy bien contigo, pero el fondo de mi ser, las partes más profundas de mi mente, están irrevocablemente ligadas a la forma natural de ser de mi raza; la mano de Neliam continúa forjando las almas de los varu, haciéndonos constantes pero adaptables, equilibrados pero cambiantes... >> Me estoy alargando demasiado, pensé. Ya habíamos dejado atrás la ciudad, y avanzábamos lentamente por encima de los campos de marpalsas << A lo que voy, con este repaso de mitología y religión, es que anoche, cuando exploré tu mente no debería haber encontrado nada más que esa "presencia" fresca y vivaz, típica de los feéricos, tras tus pensamientos y recuerdos... Sin embargo, encontré esa otra presencia, que se diferenciaba tanto de todo lo que había ahí que desentonaba sobremanera. Pero lo peor de todo, Kronos, y lo que me ha llevado a tomar la decisión de jugar esta última carta, es que esta parásita conciencia no estaba oculta, no se mostraba defensiva. Ya no está en un segundo plano en tu interior. Sea lo que sea lo que te ha "invadido" ya se encuentra seguro, no tiene miedo a ser descubierto; todo lo contrario. Está seguro de que ya le perteneces, y aunque ahora solo sea capaz de controlarte una pocas horas, no tardará en poder hacerlo constantemente >> la cara de Kronos volvió a tornarse abatida y asustada, pero para bien o para mal, tenía más cosas que decirle << Lo que no entiendo, es por qué su poder se incrementa por la noche... El hecho de que anoche pudiéramos vencerle, como tu bien has dicho, demuestra que en influjo de las lunas le da fuerzas. Y por eso te estoy llevando a un lugar muy conocido, y a la vez temido por todos los habitantes del Reino Oceánico >> Kronos miró a su alrededor, consciente por primera vez de que habíamos abandonado Dagledu << Dime Kronos, ¿Has oído hablar de la Roca Maldita? >>
Lo siento, mucho jaleo estas últimas semanas... :S
On:
El "paseo" resultó ser muy revelador. Tenía ya diversos indicios, que al contrastar con las últimas declaraciones de Kronos me hicieron atar cabos rápidamente.
<< Tenía un plan, Kronos. Pero solo era un boceto, una opción desesperada que esperaba no tener que llevar a cabo antes de tiempo, antes de estar segura de que va a funcionar >> no quería aplastar la esperanzas de Kronos, pero tenía que serle sincera << Pero lamento decirte que, tras lo que me has dicho acerca de la misteriosa conciencia que se ha apoltronado en tu interior, no podemos perder más tiempo. Temo que poco a poco vaya afianzándose más y más y acabe por dominarte completamente >>
Mientras hablábamos, guiaba la burbuja lentamente pero sin descanso entre las silenciosas "calles" de Dagledu. Parecía que errábamos sin rumbo fijo, pero sabía muy bien a dónde nos dirigíamos.
<< No quiero que te asustes, Kronos, pero cuando estuve "dentro" de tu mente descubrí muchas cosas. Algunas radiantes y rebosantes de vida, salvajes y alegres. Eso es lo que cabe esperar de una mente feérica; no en vano sois hijos de Wina >> Kronos, que estaba sentado en la burbuja, de cara a mi, tenía una expresión de preocupación, pero a medida que mis pensamientos le iban llegando, ésta cambió para mostrar interés, e incluso, un atisbo de alegría. Sería bueno darle algo más en que pensar antes de decirle lo que había descubierto. << Veo que sabes a lo que me refiero. Sin duda has conocido ya a más gente a parte de mi que no son feéricos, y habrás comprobado que cada cual es diferente, pero que dependiendo de la raza a la que pertenezca, su modo de ser es diferente y a la vez parecido. Yo misma me tengo por una persona alegre, por lo que me resulta fácil y cómodo llevarme muy bien contigo, pero el fondo de mi ser, las partes más profundas de mi mente, están irrevocablemente ligadas a la forma natural de ser de mi raza; la mano de Neliam continúa forjando las almas de los varu, haciéndonos constantes pero adaptables, equilibrados pero cambiantes... >> Me estoy alargando demasiado, pensé. Ya habíamos dejado atrás la ciudad, y avanzábamos lentamente por encima de los campos de marpalsas << A lo que voy, con este repaso de mitología y religión, es que anoche, cuando exploré tu mente no debería haber encontrado nada más que esa "presencia" fresca y vivaz, típica de los feéricos, tras tus pensamientos y recuerdos... Sin embargo, encontré esa otra presencia, que se diferenciaba tanto de todo lo que había ahí que desentonaba sobremanera. Pero lo peor de todo, Kronos, y lo que me ha llevado a tomar la decisión de jugar esta última carta, es que esta parásita conciencia no estaba oculta, no se mostraba defensiva. Ya no está en un segundo plano en tu interior. Sea lo que sea lo que te ha "invadido" ya se encuentra seguro, no tiene miedo a ser descubierto; todo lo contrario. Está seguro de que ya le perteneces, y aunque ahora solo sea capaz de controlarte una pocas horas, no tardará en poder hacerlo constantemente >> la cara de Kronos volvió a tornarse abatida y asustada, pero para bien o para mal, tenía más cosas que decirle << Lo que no entiendo, es por qué su poder se incrementa por la noche... El hecho de que anoche pudiéramos vencerle, como tu bien has dicho, demuestra que en influjo de las lunas le da fuerzas. Y por eso te estoy llevando a un lugar muy conocido, y a la vez temido por todos los habitantes del Reino Oceánico >> Kronos miró a su alrededor, consciente por primera vez de que habíamos abandonado Dagledu << Dime Kronos, ¿Has oído hablar de la Roca Maldita? >>
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Tranki, si ya sabes k yo tambien ando ocupadillo! Me meto cuando puedo para ver si me has contestado y aprovecho si tengo tiempo xD pero no me importa esperar... así se me van ocurriendo ideas nuevas...
¡Bueno, seguimos! Vamos a ver como nos afecta la proximidad de la Roca Maldita... (ya era hora de que me contaras tu plan secreto "notansecreto") xDDD
-------------
Kronos habia atendido las explicaciones de Ela con paciencia y atención, aunque no lograba averiguar a dónde quería ir a parar. De todos modos, su mente todavía estaba fatigada por la batalla librada durante la noche, así que tenía que hacer un increíble esfuerzo incluso por mantenerse despierto. Por suerte, la posibilidad de que Ela pudiera tener una solución factible a su problema le alentaba a seguir escuchando, por encima de sus inmensas ganas de tomar una siesta.
Cuando la varu mencionó la Roca Maldita, una chispa de reconocimiento se encendió en los ojos del silfo. Por supuesto que había oído hablar de ella. Era una leyenda muy antigua y popular.
- Claro que sí... Mi... padre me contó algo acerca de ella...
Kronos rememoró con nostalgia aquel recuerdo, la imagen sonriente de su padre a la hora de arroparlo aquella noche en su cama, como solía hacerlo cada vez que se ponían los soles. En aquellos momentos, antes de que Kronos se despidiera definitivamente del día que se iba, su padre le solía relatar cuentos, vivencias personales e incluso leyendas ancestrales sobre su mundo. Y la de la Roca Maldita era una de ellas.
Por supuesto no recordaba todos los detalles. Hacía ya años desde aquello, pero sí podía recordar generalidades. Como que aquella roca era en realidad un gran meteorito caído del cielo, poseedor de poderes asombrosos, aunque su paradero era todavía desconocido. Por probabilidad, intuyó, aquel meteorito habría caído en el mar, pero la extensión de aguas que rodeaba Idhún era tan inmensa que sería casi imposible dar con su paradero.
Recordó que la roca también era llamada la Piedra de Erea, pues algunos realmente creían que aquel meteorito había caído directamente de la luna con el mismo nombre, enviado por lo Dioses por algún sagrado motivo que su padre desconocía. Pero si esto ultimo era cierto... si realmente la Roca Maldita era un pedazo de luna...
Kronos miró a su alrededor, saliendo de su ensimismamiento. Y fue entonces cuando se percató de que habían dejado atrás Dagledu, para internarse en las vastas llanuras oceánicas. De pronto, una súbita oleada de preocupación le invadió por dentro, aunque no sabría explicar a que se debía aquel repentino sentimiento. Sin embargo, si que comenzaba a sospechar lo que tramaba la varu...
- No, Ela... ¿Tú... tú sabes dónde se encuentra la Roca Maldita? ¿Me... estas llevando hasta ella? - sin saber por qué empezaba a inquietarse más conforme avanzaban entre las aguas. Sólo necesito una mirada de la varu para comprender que sus sospechan eran ciertas. De alguna forma los varu habían encontrado la Piedra, y Ela había tenido la genial idea de utilizarla contra la Sombra- ¡Pero Ela! ¿Estas loca? ¡No podemos ir allí!- Kronos se estaba poniendo realmente nervioso, y ahora la preocupación le invadía como un ente que hiciera presión sobre su cráneo desde dentro- ¡Dicen que esa roca es un trozo de luna! ¿Es que no ves como me afecta el poder de las lunas? ¿No ves que la Roca Maldita le va a dar fuerza a la Sombra que hay en mi interior? Ay... ya la siento revolverse dentro de mí. ¡Por favor, Ela, vámonos de aquí! ¡No quiero seguir con esto! No quiero...- se derrumbó dentro de la burbuja y se puso a sollozar pataleando, mientras notaba cómo el miedo y la impotencia le envolvían con más fuerza que nunca.
Sin embargo, el rostro de Ela seguía impasible, y la burbuja continuó avanzando.
¡Bueno, seguimos! Vamos a ver como nos afecta la proximidad de la Roca Maldita... (ya era hora de que me contaras tu plan secreto "notansecreto") xDDD
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Kronos habia atendido las explicaciones de Ela con paciencia y atención, aunque no lograba averiguar a dónde quería ir a parar. De todos modos, su mente todavía estaba fatigada por la batalla librada durante la noche, así que tenía que hacer un increíble esfuerzo incluso por mantenerse despierto. Por suerte, la posibilidad de que Ela pudiera tener una solución factible a su problema le alentaba a seguir escuchando, por encima de sus inmensas ganas de tomar una siesta.
Cuando la varu mencionó la Roca Maldita, una chispa de reconocimiento se encendió en los ojos del silfo. Por supuesto que había oído hablar de ella. Era una leyenda muy antigua y popular.
- Claro que sí... Mi... padre me contó algo acerca de ella...
Kronos rememoró con nostalgia aquel recuerdo, la imagen sonriente de su padre a la hora de arroparlo aquella noche en su cama, como solía hacerlo cada vez que se ponían los soles. En aquellos momentos, antes de que Kronos se despidiera definitivamente del día que se iba, su padre le solía relatar cuentos, vivencias personales e incluso leyendas ancestrales sobre su mundo. Y la de la Roca Maldita era una de ellas.
Por supuesto no recordaba todos los detalles. Hacía ya años desde aquello, pero sí podía recordar generalidades. Como que aquella roca era en realidad un gran meteorito caído del cielo, poseedor de poderes asombrosos, aunque su paradero era todavía desconocido. Por probabilidad, intuyó, aquel meteorito habría caído en el mar, pero la extensión de aguas que rodeaba Idhún era tan inmensa que sería casi imposible dar con su paradero.
Recordó que la roca también era llamada la Piedra de Erea, pues algunos realmente creían que aquel meteorito había caído directamente de la luna con el mismo nombre, enviado por lo Dioses por algún sagrado motivo que su padre desconocía. Pero si esto ultimo era cierto... si realmente la Roca Maldita era un pedazo de luna...
Kronos miró a su alrededor, saliendo de su ensimismamiento. Y fue entonces cuando se percató de que habían dejado atrás Dagledu, para internarse en las vastas llanuras oceánicas. De pronto, una súbita oleada de preocupación le invadió por dentro, aunque no sabría explicar a que se debía aquel repentino sentimiento. Sin embargo, si que comenzaba a sospechar lo que tramaba la varu...
- No, Ela... ¿Tú... tú sabes dónde se encuentra la Roca Maldita? ¿Me... estas llevando hasta ella? - sin saber por qué empezaba a inquietarse más conforme avanzaban entre las aguas. Sólo necesito una mirada de la varu para comprender que sus sospechan eran ciertas. De alguna forma los varu habían encontrado la Piedra, y Ela había tenido la genial idea de utilizarla contra la Sombra- ¡Pero Ela! ¿Estas loca? ¡No podemos ir allí!- Kronos se estaba poniendo realmente nervioso, y ahora la preocupación le invadía como un ente que hiciera presión sobre su cráneo desde dentro- ¡Dicen que esa roca es un trozo de luna! ¿Es que no ves como me afecta el poder de las lunas? ¿No ves que la Roca Maldita le va a dar fuerza a la Sombra que hay en mi interior? Ay... ya la siento revolverse dentro de mí. ¡Por favor, Ela, vámonos de aquí! ¡No quiero seguir con esto! No quiero...- se derrumbó dentro de la burbuja y se puso a sollozar pataleando, mientras notaba cómo el miedo y la impotencia le envolvían con más fuerza que nunca.
Sin embargo, el rostro de Ela seguía impasible, y la burbuja continuó avanzando.
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Kronos comprendió lo que estaba pasando y comenzó a alterarse, tanto que temí que rompiera la burbuja.
<< ¡Cálmate, Kronos! No te llevaría hasta ella si no supiera lo que se. La roca maldita, aunque la llamen también la Piedra de Erea NO es un fragmento de luna. Nadie sabe exactamente lo que es, pero aunque cayó del cielo hace miles de años, ha sido utilizada en varias ocasiones para contener espíritus y esencias malignas >>
Para mi regocijo, Kronos dejó de moverse exaltado por la burbuja, permitiéndome avanzar, lentamente, más tranquila.
<< Ya te dije que era mi última opción, pero no por que crea que te afectará, sino por que la roca o sus inmediaciones emanan un aura de peligro e intranquilidad que es muy difícil de superar. A medida que vallamos acercándonos sentirás un deseo poderoso de huir, de dar media vuelta y correr lejos, pero te pido que luches contra ello unos minutos >> decirle esto tal vez no hizo más que alterar más a mi amigo, pero era necesario que supiera a que atenerse << Hazme caso, he estado ahí anteriormente y se lo que vas a sentir, pero tienes que recordarte a ti mismo que es un miedo irracional. No hay nada en las inmediaciones de lo que temer >>
Kronos no dijo nada, pero a mi mente llegaron sus pesarosos pensamientos.
<< Kronos, confía en mi. No puedo garantizarte que esto funcione, pero tengo muchas esperanzas depositadas en este plan. Hace muchos años, otra varu engarzó un fragmento de roca maldita en una pulsera y colocó esa pulsera en la garra de un humano que, bajo el influjo de las lunas, había mutado en un ser bestial. No creo que tu situación sea exactamente igual, pero si logró mantener el estado original del humano, incluso durante la noche, puede que contigo suceda igual, y te permita encarcelar esa esencia oscura >>
Seguía nadando, empujando lentamente la burbuja delante de mí, y en mi corazón se iba aferrando una siniestra sensación de miedo, que me atenazaba como una garra invisible, instándome a dar media vuelta y alejarme de allí... No faltaba mucho para llegar.
<< Es una historia que pocos conocen, puesto que casi nadie viene al Reino Oceánico, y los pocos que lo hacen no suelen acercarse por aquí, pero es sabido que la roca maldita posee la capacidad de encarcelar "el mal". No perdemos nada probando, Kronos, y si, por un casual tu tienes razón y la roca maldita aumenta el poder del parásito de tu mente... bueno, no creo que se atreva a luchar una vez sea consciente de la profundidad a la que estamos >> finalicé, intentando impregnar mis pensamientos de un tono jocoso, pero dado el miedo irracional que sentía, creo que no lo conseguí.
<< ¡Cálmate, Kronos! No te llevaría hasta ella si no supiera lo que se. La roca maldita, aunque la llamen también la Piedra de Erea NO es un fragmento de luna. Nadie sabe exactamente lo que es, pero aunque cayó del cielo hace miles de años, ha sido utilizada en varias ocasiones para contener espíritus y esencias malignas >>
Para mi regocijo, Kronos dejó de moverse exaltado por la burbuja, permitiéndome avanzar, lentamente, más tranquila.
<< Ya te dije que era mi última opción, pero no por que crea que te afectará, sino por que la roca o sus inmediaciones emanan un aura de peligro e intranquilidad que es muy difícil de superar. A medida que vallamos acercándonos sentirás un deseo poderoso de huir, de dar media vuelta y correr lejos, pero te pido que luches contra ello unos minutos >> decirle esto tal vez no hizo más que alterar más a mi amigo, pero era necesario que supiera a que atenerse << Hazme caso, he estado ahí anteriormente y se lo que vas a sentir, pero tienes que recordarte a ti mismo que es un miedo irracional. No hay nada en las inmediaciones de lo que temer >>
Kronos no dijo nada, pero a mi mente llegaron sus pesarosos pensamientos.
<< Kronos, confía en mi. No puedo garantizarte que esto funcione, pero tengo muchas esperanzas depositadas en este plan. Hace muchos años, otra varu engarzó un fragmento de roca maldita en una pulsera y colocó esa pulsera en la garra de un humano que, bajo el influjo de las lunas, había mutado en un ser bestial. No creo que tu situación sea exactamente igual, pero si logró mantener el estado original del humano, incluso durante la noche, puede que contigo suceda igual, y te permita encarcelar esa esencia oscura >>
Seguía nadando, empujando lentamente la burbuja delante de mí, y en mi corazón se iba aferrando una siniestra sensación de miedo, que me atenazaba como una garra invisible, instándome a dar media vuelta y alejarme de allí... No faltaba mucho para llegar.
<< Es una historia que pocos conocen, puesto que casi nadie viene al Reino Oceánico, y los pocos que lo hacen no suelen acercarse por aquí, pero es sabido que la roca maldita posee la capacidad de encarcelar "el mal". No perdemos nada probando, Kronos, y si, por un casual tu tienes razón y la roca maldita aumenta el poder del parásito de tu mente... bueno, no creo que se atreva a luchar una vez sea consciente de la profundidad a la que estamos >> finalicé, intentando impregnar mis pensamientos de un tono jocoso, pero dado el miedo irracional que sentía, creo que no lo conseguí.
Invitado- Invitado
Re: Visitando las profundidades [RC]
Las palabras de la varu consiguieron tranqulizar a Kronos. Aunque no del todo, por supuesto. Aquella sensación de intranquilidad seguía invadiendo su interior, aferrandose a él como una sanguijuela que quisiera robarle sus últimos restos de cordura. Aquel inexplicable miedo se extendía por cada célula de su cuerpo, haciéndole estremecer sin razón aparente. Y se preguntó si aquel terror era sólo una sensación suya, o si se debía en parte también a la Sombra que descansaba en el fondo de su alma. ¿Y si sabía lo que le venía encima? ¿Y si de alguna forma estaba al tanto de sus planes para acabar con ella? No había modo de saberlo.
Sólo de una cosa estaba seguro, y era que no le gustaba nada estar allí. Habría seguido llorando, pataleando hasta que la varu se diese por vencida y decidiera sacarlo de allí, pero se dijo que debía ser valiente por una vez. Tal vez aquella fuera la única solución a su problema, y no podía desaprovecharla comportándose como un crío.
Inspiró profundamente y trató de calmarse. Miró a la varu a los ojos y trató de sonreirle. No se le dió muy bien, dadas las circunstancias, pero al menos era algo. Ambos tenían que apoyarse para superar aquello, aunque fuera con forzadas bromas o fingidas sonrisas.
- Ela... has dicho que la Piedra encarcelaría mi parte oscura... la Sombra que hay en mi interior... - tragó saliva antes de continuar, preocupado, porque se temía la respuesta a la pregunta que iba a formular- ¿Y por cuánto tiempo, Ela? Es decir... ¿hay alguna forma de usar la Roca... o alguna otra cosa... para poder deshacernos definitivamente de la Sombra? ¿Cómo consiguió vencer ese humano del que me has hablado a la bestia que corrompía su alma?
En su mirada había un destello de esperanza. Si en el pasado alguien había logrado superar un problema similar al suyo, tal vez él tuviera la misma suerte. Aunque de todas formas, aunque aquel hombre hubiera logrado controlar a su alter ego oscuro, tal vez no fuera para nada igual que lo que estaba sufriendo Kronos. Al fin y al cabo, la criatura que lo controlaba era una Sombra...
"Una Sombra" se dijo pensativo, temblando de miedo con sólo pensar en aquella criatura y su siniestra mirada de oscuridad "¿Y qué Séptimos es una Sombra?"
Sólo de una cosa estaba seguro, y era que no le gustaba nada estar allí. Habría seguido llorando, pataleando hasta que la varu se diese por vencida y decidiera sacarlo de allí, pero se dijo que debía ser valiente por una vez. Tal vez aquella fuera la única solución a su problema, y no podía desaprovecharla comportándose como un crío.
Inspiró profundamente y trató de calmarse. Miró a la varu a los ojos y trató de sonreirle. No se le dió muy bien, dadas las circunstancias, pero al menos era algo. Ambos tenían que apoyarse para superar aquello, aunque fuera con forzadas bromas o fingidas sonrisas.
- Ela... has dicho que la Piedra encarcelaría mi parte oscura... la Sombra que hay en mi interior... - tragó saliva antes de continuar, preocupado, porque se temía la respuesta a la pregunta que iba a formular- ¿Y por cuánto tiempo, Ela? Es decir... ¿hay alguna forma de usar la Roca... o alguna otra cosa... para poder deshacernos definitivamente de la Sombra? ¿Cómo consiguió vencer ese humano del que me has hablado a la bestia que corrompía su alma?
En su mirada había un destello de esperanza. Si en el pasado alguien había logrado superar un problema similar al suyo, tal vez él tuviera la misma suerte. Aunque de todas formas, aunque aquel hombre hubiera logrado controlar a su alter ego oscuro, tal vez no fuera para nada igual que lo que estaba sufriendo Kronos. Al fin y al cabo, la criatura que lo controlaba era una Sombra...
"Una Sombra" se dijo pensativo, temblando de miedo con sólo pensar en aquella criatura y su siniestra mirada de oscuridad "¿Y qué Séptimos es una Sombra?"
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Mientras hablábamos, doblamos una imponente montaña submarina, y nos dimos de cara con una pequeña sima, de donde emanaba con fuerza la malévola aura de la Roca Maldita.
<< Kronos, hemos llegado. Si quieres puedes esperar aquí, no hace falta que te acerques más >>
Aunque el miedo atenazaba a Kronos de la misma forma que a mi, sabía que el joven silfo era valiente y arrojado cuando debía serlo, por lo que no estaba segura de la decisión que iba a tomar.
Para ponernos las cosas más fáciles, invoqué las energías del mar y nos apliqué un conjuro tranquilizador, que si bien no tuvo la fuerza necesaria dada la proximidad de la Piedra de Erea, aplacó en parte nuestras ganas de salir corriendo de allí.
Le había dado vueltas a la conversación con Kronos acerca de la naturaleza de la "sombra" que anidaba en su interior.
No se si era debido a la influencia de la Roca, o a mis propios temores internos, pero empezaba a dudar de la eficacia del plan... Algo, sin embargo, había quedado claro. La Roca de Erea no era en realidad un fragmento de luna, ya que no se habían operados cambios en Kronos, aún estando tan cerca de ella.
"Pero, ¿esto es una buena señal... o todo lo contrario?"
<< Kronos, hemos llegado. Si quieres puedes esperar aquí, no hace falta que te acerques más >>
Aunque el miedo atenazaba a Kronos de la misma forma que a mi, sabía que el joven silfo era valiente y arrojado cuando debía serlo, por lo que no estaba segura de la decisión que iba a tomar.
Para ponernos las cosas más fáciles, invoqué las energías del mar y nos apliqué un conjuro tranquilizador, que si bien no tuvo la fuerza necesaria dada la proximidad de la Piedra de Erea, aplacó en parte nuestras ganas de salir corriendo de allí.
Le había dado vueltas a la conversación con Kronos acerca de la naturaleza de la "sombra" que anidaba en su interior.
No se si era debido a la influencia de la Roca, o a mis propios temores internos, pero empezaba a dudar de la eficacia del plan... Algo, sin embargo, había quedado claro. La Roca de Erea no era en realidad un fragmento de luna, ya que no se habían operados cambios en Kronos, aún estando tan cerca de ella.
"Pero, ¿esto es una buena señal... o todo lo contrario?"
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Re: Visitando las profundidades [RC]
El miedo y la intranquilidad que atenazaban el corazón de Kronos aumentaron repentinamente de intensidad cuando rodearon aquella montaña subacuática. La Roca estaba cerca, en aquella misma sima que contemplaban con ojos desorbitados. Su poder era tal, aun sin poder divisarla todavía, que ambos enmudecieron al instante. Kronos no obtuvo respuesta a su pregunta, pero en ese momento le dio igual. Se sentía de pronto tan insignificante como una hormiga agazapada bajo el pie de un gigante. Una lágrima de terror se deslizó por su mejilla, y Kronos no se sintió un poco mejor hasta que la varu sacó fuerzas para realizar un leve hechizo tranquilizante.
Aun así, el poder de la Piedra de Erea seguía siendo estremecedor...
"Pero si solo es un meteorito..." se dijo, confundido "¿Será cierto que esta Roca fue enviada por los Dioses? Y si es así... ¿por qué tiene ese poder tan escalofriante?"
Kronos no conseguía entenderlo. Los Dioses eran buenos. Así es como le habían enseñado desde pequeño. Los Dioses nos cuidan, nos ayudan, temen por nuestra seguridad... La idea de que hubieran construido algo tan tenebroso como aquella roca le resultaba inconcebible. No podía imaginar que su diosa Wina, por ejemplo, creadora de la vida y la belleza de la naturaleza, hubiera enviado un obsequio tan horrible a sus criaturas de Idhún.
Pero por otra parte... si Ela estaba en lo cierto...
- Sí, Ela, quiero acompañarte hasta la Roca - decidió armándose de valor, aunque en su interior algo lo instaba con fuerza a que abandonara aquel lugar cuanto antes, aunque tuviera que explotar su burbuja y salir nadando de allí- Pero... no lo veo claro... ¿Cómo me va a ayudar algo tan... estremecedor?
Aun así, el poder de la Piedra de Erea seguía siendo estremecedor...
"Pero si solo es un meteorito..." se dijo, confundido "¿Será cierto que esta Roca fue enviada por los Dioses? Y si es así... ¿por qué tiene ese poder tan escalofriante?"
Kronos no conseguía entenderlo. Los Dioses eran buenos. Así es como le habían enseñado desde pequeño. Los Dioses nos cuidan, nos ayudan, temen por nuestra seguridad... La idea de que hubieran construido algo tan tenebroso como aquella roca le resultaba inconcebible. No podía imaginar que su diosa Wina, por ejemplo, creadora de la vida y la belleza de la naturaleza, hubiera enviado un obsequio tan horrible a sus criaturas de Idhún.
Pero por otra parte... si Ela estaba en lo cierto...
- Sí, Ela, quiero acompañarte hasta la Roca - decidió armándose de valor, aunque en su interior algo lo instaba con fuerza a que abandonara aquel lugar cuanto antes, aunque tuviera que explotar su burbuja y salir nadando de allí- Pero... no lo veo claro... ¿Cómo me va a ayudar algo tan... estremecedor?
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Re: Visitando las profundidades [RC]
La respuesta de Kronos fue, como me esperaba o temía, afirmativa. No valía de nada echarse atrás ahora.
<< Bien. Vamos allá entonces. >> Comencé a nadar de nuevo, acercándonos cada vez más y más a la roca Maldita. Esperaba que en cualquier momento la maligna presencia que habitaba el interior de Kronos saliera a la luz y acabara rompiendo la burbuja, consiguiendo así la muerte de mi pequeño amigo.
Pero para mi sorpresa, y seguramente también la de Kronos, nada pasó.
Una vez mi desconfianza fue desapareciendo, mi vacilante avance se hizo más seguro, hasta que llegue hasta la mismísima roca. Deje la burbuja a unos dos metros y saqué mi cuchillo, con el que comencé a horadar la superficie de la piedra.
Cuando varios fragmentos de diferentes tamaños reposaban en una de mis bolsas, recogí de nuevo la burbuja en que Kronos se arrullaba hecho un ovillo, presa del irracional temor que emanaba de la Piedra de Erea.
<< Ya está, Kronos. Ya está. Lo has hecho muy bien. Y la piedra ha demostrado no alterar a la "sombra", ¡por lo que nuestro plan puede funcionar, al fin y al cabo! >> estaba exultante, realmente satisfecha, pero cada vez nadaba a más velocidad; inconscientemente, mi cuerpo luchaba por alejarse de la Roca Maldita cuanto antes fuera posible.
<< Bien. Vamos allá entonces. >> Comencé a nadar de nuevo, acercándonos cada vez más y más a la roca Maldita. Esperaba que en cualquier momento la maligna presencia que habitaba el interior de Kronos saliera a la luz y acabara rompiendo la burbuja, consiguiendo así la muerte de mi pequeño amigo.
Pero para mi sorpresa, y seguramente también la de Kronos, nada pasó.
Una vez mi desconfianza fue desapareciendo, mi vacilante avance se hizo más seguro, hasta que llegue hasta la mismísima roca. Deje la burbuja a unos dos metros y saqué mi cuchillo, con el que comencé a horadar la superficie de la piedra.
Cuando varios fragmentos de diferentes tamaños reposaban en una de mis bolsas, recogí de nuevo la burbuja en que Kronos se arrullaba hecho un ovillo, presa del irracional temor que emanaba de la Piedra de Erea.
<< Ya está, Kronos. Ya está. Lo has hecho muy bien. Y la piedra ha demostrado no alterar a la "sombra", ¡por lo que nuestro plan puede funcionar, al fin y al cabo! >> estaba exultante, realmente satisfecha, pero cada vez nadaba a más velocidad; inconscientemente, mi cuerpo luchaba por alejarse de la Roca Maldita cuanto antes fuera posible.
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Lo había pasado realmente mal. No sabía cuánto había sido (¿dos minutos, tres?), pero aquellos momentos tan cerca de la Roca Maldita le habían parecido eternos, y muy posiblemente poblarían sus pesadillas durante mucho tiempo.
Porque la Sombra sí se había alterado, ahí dentro, en su interior. Pero no de la manera en que Ela y él mismo esperaban. Y aquello lo ponía sobre aviso de que el plan de la varu podía no salir según lo previsto.
- Ay, Ela... - murmuró Kronos, con los ojos anegados en lágrimas. Por fin era capaz de hablar, al menos, ahora que estaban lo suficientemente lejos de la Piedra de Erea- Me temo que esto no va a salir bien...
Esas palabras le sentaron a si mismo como una cuchillada, una sombra que eclipsara su último rayo de esperanza. Pero era lo que creía...
La varu lo miró confusa por un momento, saliendo de su euforia, e iba a decir algo cuando Kronos se le adelantó.
- He sentido algo - cerró los ojos con fuerza, como buscando concentración para tratar encontrar las palabras adecuadas. Dos lágrimas surcaron su rostro- No era miedo, Ela. No era el mismo terror que sentía cuando veníamos hasta aquí... Digamos, que ha ido un nivel más allá...
Suspiró en silencio, todavía tratando de recuperarse de aquella sensación. La burbuja continuaba avanzando, incansable.
- ¿Sabes lo que se siente cuano se te duerme un pie?- aquello sonaba ridículo, y Kronos lo sabía. Pero no sabía como explicarlo de una forma más sencilla. Ela asintió con la cabeza, inquisitiva- Pues imaginate eso... pero en mi mente... Durante el rato que hemos... ya sabes... estado junto a la Roca, es como si todos mis sentidos, incluso mi propia conciencia, se hubiesen anulado por completo- suspiró de nuevo, tratando de comprender incluso lo que estaba diciendo el mismo- La Sombra se ha asustado. O eso creo. Si ese era realmente el Poder de los Dioses, ha debido aterrarla igual o más que a nosotros. Y se ha ocultado como ha podido, Ela. Dentro de mí. En lo más profundo de mi ser.
Hasta ahí todo correcto. En realidad era eso lo que querían, que la Sombra se mantuviera al margen de la vida de Kronos, encarcelada en su interior. Pero...
- Pero la Sombra está muy ligada a mí. Tú misma lo viste, cuando penetraste en mi mente. Esa oscuridad me come por dentro, atenaza todos mis sentidos... y todos ellos han sido arrastrados por la Sombra cuando ha intentado ocultarse del poder de la Piedra... Todos han... desaparecido por completo... aunque dentro de mí.
Se derrumbó dentro de la burbuja. Aquello era muy confuso, pero tenía lógica. Y sabía lo que aquello suponía para él. La única solución que habían conseguido encontrar contra su mal había fracasado. Porque en aquellos terribles momentos había estado realmente agonizando, privado de su propia mente y de sus funciones vitales. Y sólo habían sido unos minutos...
¿Qué pasaría entonces si se exponía a la Piedra durante más rato? No quería imaginarlo.
Kronos echó un ultimo vistazo aterrado a las pequeñas rocas que traía la varu consigo, y un escalofrío le recorrió la espina dorsal. "La Sombra, que se ríe de mí" pensó apesadumbrado, y dedicó por un momento a esa maldita Sombra su odio más profundo y visceral.
Porque la Sombra sí se había alterado, ahí dentro, en su interior. Pero no de la manera en que Ela y él mismo esperaban. Y aquello lo ponía sobre aviso de que el plan de la varu podía no salir según lo previsto.
- Ay, Ela... - murmuró Kronos, con los ojos anegados en lágrimas. Por fin era capaz de hablar, al menos, ahora que estaban lo suficientemente lejos de la Piedra de Erea- Me temo que esto no va a salir bien...
Esas palabras le sentaron a si mismo como una cuchillada, una sombra que eclipsara su último rayo de esperanza. Pero era lo que creía...
La varu lo miró confusa por un momento, saliendo de su euforia, e iba a decir algo cuando Kronos se le adelantó.
- He sentido algo - cerró los ojos con fuerza, como buscando concentración para tratar encontrar las palabras adecuadas. Dos lágrimas surcaron su rostro- No era miedo, Ela. No era el mismo terror que sentía cuando veníamos hasta aquí... Digamos, que ha ido un nivel más allá...
Suspiró en silencio, todavía tratando de recuperarse de aquella sensación. La burbuja continuaba avanzando, incansable.
- ¿Sabes lo que se siente cuano se te duerme un pie?- aquello sonaba ridículo, y Kronos lo sabía. Pero no sabía como explicarlo de una forma más sencilla. Ela asintió con la cabeza, inquisitiva- Pues imaginate eso... pero en mi mente... Durante el rato que hemos... ya sabes... estado junto a la Roca, es como si todos mis sentidos, incluso mi propia conciencia, se hubiesen anulado por completo- suspiró de nuevo, tratando de comprender incluso lo que estaba diciendo el mismo- La Sombra se ha asustado. O eso creo. Si ese era realmente el Poder de los Dioses, ha debido aterrarla igual o más que a nosotros. Y se ha ocultado como ha podido, Ela. Dentro de mí. En lo más profundo de mi ser.
Hasta ahí todo correcto. En realidad era eso lo que querían, que la Sombra se mantuviera al margen de la vida de Kronos, encarcelada en su interior. Pero...
- Pero la Sombra está muy ligada a mí. Tú misma lo viste, cuando penetraste en mi mente. Esa oscuridad me come por dentro, atenaza todos mis sentidos... y todos ellos han sido arrastrados por la Sombra cuando ha intentado ocultarse del poder de la Piedra... Todos han... desaparecido por completo... aunque dentro de mí.
Se derrumbó dentro de la burbuja. Aquello era muy confuso, pero tenía lógica. Y sabía lo que aquello suponía para él. La única solución que habían conseguido encontrar contra su mal había fracasado. Porque en aquellos terribles momentos había estado realmente agonizando, privado de su propia mente y de sus funciones vitales. Y sólo habían sido unos minutos...
¿Qué pasaría entonces si se exponía a la Piedra durante más rato? No quería imaginarlo.
Kronos echó un ultimo vistazo aterrado a las pequeñas rocas que traía la varu consigo, y un escalofrío le recorrió la espina dorsal. "La Sombra, que se ríe de mí" pensó apesadumbrado, y dedicó por un momento a esa maldita Sombra su odio más profundo y visceral.
Yandrak- Oráculo de Karevan
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Re: Visitando las profundidades [RC]
Seguíamos avanzando tan rápido como me daban las piernas, y no tardaríamos mucho en llegar a Dagledu. Sin embargo, el rayo de esperanza que me había iluminado tras acercarme a la Piedra de Erea no tardó en disiparse. Kronos empezó a hablar al rato, y lo que dijo fue como una bofetada en plena cara.
Todo lo que decía parecía ser cierto, dadas nuestras anteriores experiencias... y aunque mi mayor deseo era que todo aquello tuviera otra explicación, en el fondo de mi mente sabía que Kronos estaba en lo cierto; No bastaría con "aletargar" a la sombra. Teníamos que dar con la manera de destruirla, o al menos, expulsarla de Kronos.
<< No se que decir, Kronos. Pero al menos, como último recurso, si vuelve a apoderarse de ti durante la noche, podremos utilizar los fragmentos para evitar que te domine y haga daño a alguien... >> No sabía muy bien por que decía aquello, tal vez para tranquilizar un poco a Kronos y a mi misma... Si me hubiera dejado llevar por el desánimo, habría tirado la toalla y le hubiera dicho a mi asustado colega que no se me ocurría nada más, que no quedaba esperanza; "Y eso, Elagua, es lo último que debes decirle."
Todo lo que decía parecía ser cierto, dadas nuestras anteriores experiencias... y aunque mi mayor deseo era que todo aquello tuviera otra explicación, en el fondo de mi mente sabía que Kronos estaba en lo cierto; No bastaría con "aletargar" a la sombra. Teníamos que dar con la manera de destruirla, o al menos, expulsarla de Kronos.
<< No se que decir, Kronos. Pero al menos, como último recurso, si vuelve a apoderarse de ti durante la noche, podremos utilizar los fragmentos para evitar que te domine y haga daño a alguien... >> No sabía muy bien por que decía aquello, tal vez para tranquilizar un poco a Kronos y a mi misma... Si me hubiera dejado llevar por el desánimo, habría tirado la toalla y le hubiera dicho a mi asustado colega que no se me ocurría nada más, que no quedaba esperanza; "Y eso, Elagua, es lo último que debes decirle."
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