Ficha de Zirshen.

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Varón

Tiene el pelo rapado (tal y como dicta su disciplina), ojos marrones, además de tener unos músculos, que sin estar cachas, tampoco parece haberse descuidado. Permanece siempre sereno.

A diferencia de mucha gente, Zirshen ha tenido algo claro en la vida: Alcanzar la comprensión de su alma, y mejorarla. El vivir en la naturaleza le ha otorgado fuerza y sabiduría, y durante sus largos periodos de meditación ha llegado de dar la respuesta a ciertas incógnitas. Es serio, sereno y muy abierto a las demás culturas. Porque aunque se niegue a practicarlas, intenta comprenderlas y sacar algo de sabiduría de entre lo que esa cultura ofrece.

Nota cualquier presencia en un radio de 50 m en la naturaleza y a 10 m cuando está en una ciudad. Su fuerza y resistencia son dignas de admirar, y posee un talento natural para predecir el golpe del enemigo.

Está abierto a culturas desconocidas, pero como oses contradecir algo que haya dicho, se volverá terriblemente cabezón. Su instinto animal desarrollado en la naturaleza despierta sobretodo en lugares civilizados, debido a la escasa presencia de paz en el ambiente. Y algo que con diferencia es lo peor: Si pones en entredicho su opinión sobre algo, probablemente coja una rabieta. (cual niño, vamos).

Pasear junto a los ríos, leer literatura, observar a las aves, pasear por los tejados de los pueblos, y como no, meditar y entrenar.

Cualquier forma de dictadura y la ausencia de paz.

Zirshen se crió en una familia que residía junto con un grupo de nómadas de distintas razas en la naturaleza, que vivían unidas con el único propósito de meditar para alcanzar la sabiduría y entrenar una variante de las artes marciales llamada "Ha-Dish". Zirshen recibió una educación severa por parte de su maestro Shien Kei. Pasar frío, hambre, miedo o incluso dolor era parte de su entrenamiento de primer grado. Pero cuando con 10 años recibió el segundo grado de entrenamiento recibió otro tipo de entrenamiento. Pasaba horas, o incluso días practicando movimientos de ataque imposibles para humanos normales, pero no para alguien que había recibido tanta disciplina de pequeño.
Ha llegado a hacer cosas inhumanas como romper rocas a patadas o escalar árboles de un solo salto.
A los 16 años se marchó del grupo para retomar su propia búsqueda de la sabiduría. Y hoy en día todavía vaga por Idhún en busca de aquello que más desea.

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