Sin rumbo[la continuacion]

No sabia lo que había pasado,el bandido,cuando nos hecho la bomba de humo,no se veía nada.Cuando se disipo el humo,ya no había nadie...
Intente recordar lo que había pasado:
Mmmm,haber haber,el tío ese nos tiró la bomba,después se largó con Nya y desaparecieron...creo que había ocurrido algo antes de todo eso...mmm...
Me senté en el suelo con las piernas cruzadas y poniéndome la mano en la barbilla.Reflexioné un poco más y me acordé.
Pues claro!¡.-dije eso casi gritando y me holló Aisha.Se acercó y me preguntó que pasaba,yo le dije:
-Te acuerdas que de todo lo que a pasado,la espada empezaba a echar llamaradas?¿Pues eso es por que tengo nuevo poder...asi que...(¬¬).-
Se levantó decidida y empezó a hacer magia.
Hizo que salieras llamaradas de fuego de sus manos,bolas de fuego etc.Pero no le salía el nuevo.
-Venga,vamos....-decía bajito desesperdamente.Ya cansándose de probar,lo dejó estar.
-Ya me saldrá cuando sea el momento....-decía en bajito.
Después se puse delante de Aisha,puso los brazos en jarra y le dijo:
-Bueno...y ahora que?¿El tío ese se a llevado a Nya y no sabemos donde esta....que hacemos?¿

Me quedé pensando un momento. No sabíamos donde estaba Nya, ni siquiera por donde habían huido. Podían haber retrocedido en sus pasos, podían haber ido al norte, al este o al oeste. Estábamos perdidas.
- No lo sé - tenía una idea en mente pero me parecía un tanto cruel.
Caminé un poco y me senté a los pies de un árbol que no había sido quemado por Enora, cerré los ojos y pensé.
- Podríamos... - dije al fin sin abrir los ojos - . Podríamos proseguir nuestro viaje.
No me parecía la mejor idea del mundo, incluso que parecía, hasta cierto punto, malvada.
Yo, la Orden de Nurgón, no tenía por constumbre dejar a las personas que nos importaban atrás pero en aquellos momentos estábamos perdidas. El bandido nos había puesto una venda en los ojos, la cual no podíamos quitarnos. Estábamos ciegas. No teníamos un rumbo el cual seguir. Era imposible encontrar a Nya. ¿Quién no decía que aquél bandido tuviese algún otro as en la manga? No sabíamos nada sobre él, por tanto, podría estar ahora mismo en un lugar lo suficientemente lejos como para que no lo alcazásemos.
- No tenemos otra opción - me rendí -. No sabemos por donde han ido. Incluso ahora mismo podrían estar en un lugar lo sufientemente lejos como para que no los alcacemos.
Suspiré y abrí los ojos.
Sin darme cuenta, todos los años de repudiada me habían afectado de golpe. Era cruel, sí, pero así era la vida. No podíamos cambiarla.
- Esto se ha terminado, Enora - le dije con voz cansada e, incluso, aburrida -. Sigue tu camino y yo seguiré el mío.
Empecé a caminar hacia el este, mis pasos eran cansados y rendidos. El entusiasmo que tenía de la vida, había desaparecido como una pequeña llamarada en un vendaval.
Me había convertido en lo que mi padre había intentado mandándome al exilio: me había convertido en un persona un tanto cruel, fría y despreciadora de la vida.
Mi ilusión, mis ganas de vivir la vida y mi alegría se habían esfumado de golpe.
Podía parecer insólito, pero así era. Aunque pareciese raro, era la pura verdad.