Ficha de Zaia

Zaia la Shek

Descripción Física

Forma Humana:
Mide 1'75 metros y pesa 56 kilos. Es de complexión delgada y apariencia frágil. Sin embargo no hay que dejarse engañar por esto, ya que tiene algo de músculo y fuerza gracias a los rigurosos entrenamiento a los que fue sometida de pequeña. Tiene las piernas largas y rectas, y un escote bastante envidiable. Su cadera y su cintura son pequeñas, aunque no por ello menos seductoras. En resumen: Tiene buenas curvas. Su rostro es fino y de rasgos delicados, dotándola de gran belleza. Lo que más llama la atención son sus ojos: Inmensos y de pestañas largas. Sus iris son de un profundo tono verde, imitando el brillo de las esmeraldas. La mirada de estos ojos suele ser fría y desafiante, aunque no carente de sentimientos. Su cabello, que es negro azabache, le llega hasta la cadera. Lo lleva siempre recogido con una coleta alta. El flequillo es irregular, aunque no llega a taparle los ojos. Dos mechones rebeldes le caen por delante de las orejas, siendo el izquierdo notablemente más largo que el derecho.

Su atuendo cotidiano está constituido por un top amarillo escotado que se ata detrás del cuello con do finas hebras. Naturalmente es de seda fina, como corresponde a la clase social de Zaia. Lleva también un pantalón azul oscuro de tela dura y resistente, perfectamente apto para el combate. Esto lo conjunta con unas botas altas de cuero y un cinturón ancho del mismo tono. Por último, se ata el pelo con un coletero naranja. Lleva escondido en uno de los bolsillos del pantalón una joya verde con forma de lágrima. Es su amuleto de la suerte.

Forma Shek:
Su forma shek no es nada fuera de lo normal. Es un reptil pequeño en comparación con los otros, aunque bello y elegante. Sus escamas son de color cris claro con matices verdosos. Las alas son largas e imponentes, de membrana fina y tonos algo más claros que las escamas. La cabeza de esta serpiente es mas redondeada de lo normal, aunque elegante y de colmillos mortíferos. De nuevo, el rasgo más característico son sus profundos ojos verdes, de un tono tan llamativo que resultan anormales en una serpiente alada.

Descripción Psicológica

Su infancia sin atención y cariño la convirtieron en una persona solitaria, fría y distante. Es poco sincera y oculta siempre sus sentimientos. Su rostro parece esculpido en piedra, ya que nunca muestra sus emociones. Ha dominado este arte desde pequeña, y es capaz de ocultar hasta el dolor. Es perfeccionista y competitiva. Siempre piensas las cosas antes de actuar. Es increíblemente inteligente y analítica, tanto que a veces es capaz de predecir algunos sucesos de pequeña escala. Le gustan las batallas, aunque no se mete en ninguna pelea si no obtiene beneficio de ella (No le gusta malgastar energía). Es de carácter tranquilo y paciente, ideal para un cazador acechando a su presa. Eso sí, es manipuladora y puede llegar a ser muy cruel. No habla mucho con desconocidos, pero cuando coge confianza con alguien puede llegar a ser un encanto. Su personalidad madura y responsable la convierten en una persona Leal. Puede ser desalmada y fría, pero nunca traicionará a nadie.

Datos Generales de la Personalidad

Habilidades:
-nivel avanzado de dibujo y pintura
-Nivel alto de inteligencia
-Paciencia

Defectos:
-Competitividad exagerada
-Frialdad y crueldad
-Falta de sinceridad

Aficciones:
-Pintar y dibujar
-Los libros de magia
-Aprender cosas nuevas
-estar cerca del hielo y las cosas frias
-Nadar

Cosas que odias:
-El calor
-Los dragones
-El ruido
-Que la comparen con su hermano

Pasado

Zaia nació en un pequeño feudo en los márgenes de Nandelt, reino humano. Su familia era de clase alta, con lo cual ella tenía que haber sido criada como una princesita. Sin embargo no fue así. La pequeña niña se vio forzada desde pequeña a competir por el amor y el cariño de sus padres. Tenía un hermano mayor al que había denominado “niño prodigio”. Todos le creían perfecto, y era obvio que él heredaría el feudo, convirtiéndose en señor feudal. La pequeña Zaia aun así siguió luchando por competir con él. Sus padres la ignoraban porque no llegaba al nivel de su hermano, lo cual hizo que la niña creciera sola y en solidad, además de desarrollar un instinto competitivo voraz. Cuando ella tenía 7 años sus padres la sometieron a un peligroso proceso de hibridación, al igual que a su hermano antes que ella. Su padre, que había caído en la locura, se había empeñado en que sus dos hijos tuvieran un alma de shek en su interior. A Zaia no le gustó esta idea, pero fue sometida a los deseos de su padre. Tras la dolorosa transformación su vida cambió. Ya no se sentía igual, había cambiado algo en su interior. Sus padres seguían sin prestarle atención, aun siendo medio shek. La niña se acostumbró lentamente a esta forma de vida, conviviendo con el shek que compartía su cuerpo. Tuvo que vivir a la sombra de su hermano hasta cumplir la mayoría de edad. Esta infancia fría y sin cariño la habían convertido en una persona dura, solitaria e independiente. Decidió dejar la casa donde vivía, que nunca había considerado su hogar. Dejó atrás a su familia, por la que no sentía amor ni cariño, y se adentró en el mundo salvaje. Su intención no era otra que la de derrotar a su hermano mayor. ¡Debía fortalecerse! Para ello ideó un plan. Podría intentar aprender magia en una de las torres de hechicería, o ir a una de las escuelas de esgrima de los caballeros de Nandelt.