Encuentro... ¿Inesperado? {Tenkai y Zaia}

Tuve que huir, no tenía opción, pero ahora me dirigía hacia mi destino, y debía afrontarlo.

Nada más entrar al bosque noté una presencia, sabía que había alguien, pero lo ignoré. A medida que fui caminando entre las ramas del bosque notaba más y más la presencia... ¿Qué haría allí alguien, en mitad de un bosque así?

Cuando la presencia se hizo sumamente fuerte, trepé a lo alto de un árbol y esperé, esperé a que la presencia pasase cerca mía, a una distancia visual, y no tener que acercarme yo a ella, sería peligroso.

Off: Que corto el Post.. u.u'' Pero bueno, mi madre quiere el ordenador xD. Ahora pasas tu y ya seguimos

Corrí lo mas rápido que pude atravesando la maleza. Me costaba muchisimo avanzar a traves de la espesura del bosque. Las raices de los arboles antiguos y las ramas bajas de los mismos entorpecian mi paso, obligandome a perder velocidad para no tropezar. Mi respiración se volvió entrecortada a causa del esfuerzo. Me estaba cansando por momentos y no aguantaria mucho mas. Las voces de mis perseguidores se acercaban cada vez mas, obligandome a aguantar y seguir corriendo. ¡No podia rendirme! Un cuchillo pasó silbando a mi lado, sin rozarme pero peligrosamente cerca de mi oreja derecha. Hice todo lo humanamente posible por correr mas rápido, pero fué inútil. Giré bruscamente a la derecha para perderme de nuevo entre la espesura. Un nuevo cuchillo se clavó en el tronco de un arbol a mi lado. Solo era cuestión de tiempo que uno de ellos acertara sobre su blanco. -¡Mierda!- Murmuré entre dientes. Mis atacantes se acercaban peligrosamente, y ya no habia arboles de por medio.

Un pinchazo agudo en la cintura me hizo gritar de dolor. Una de las dagas se me habia clavado en el lado derecho de la cintura, causandome un dolor atroz. Sin embargo no podia detenerme, y me obligué a mi misma a ignorarlo y seguir corriendo. Al parecer esto me habia dado nuevas fuerzas: Estaba dejando atras a mis perseguidores. Derecha, izquierda, derecha... Corrí, cambiando de dirección tanto como podia para que me perdieran la pista, y al parecer estaba dando resultado. Llegué hast aun pequeño claro, donde me detuve. Fué entonces cuando me dí cuenta de que mi herida sangraba copiosamente. Con esfuerzo me saqué la daga, que habia permanecido clavada en mi cintura. -Parece que ya no me siguen...- Me dije a mi misma, aunque poco convencida. Se me nubló la vista y tuve que apoyarme en el tronco de un arbol cercano. Aun asi no sirvió de nada. Me desplomé sobre el suelo, incapaz de moverme. A lo lejos escuché de nuevo las voces de mis perseguidores, acercandose. Cerré los ojos, resignandome a la muerte. Todo habia acabado para mi.