Ficha de personaje Soteria Graecia Kattalakis |
Como la mayoría de los unicornios, Soteria es un caballo blanco, con crines plateadas y cabellos de hebra platinos. Lo único que la diferencia del resto es que Tory no es un unicornio bajito y enano, sino que es un unicornio esbelto, alto y fuerte, rápido y ágil como pocos. Sus pezuñas son fuertes y resistentes pasa soportar su trote alocado y enérgico. Lo que más llama la atención de estas criaturas es su cuerno espiralado, pero en Soteria es aún más largo de lo normal entre los unicornios. La diferencia entre Soteria y los demás unicornios es que ella desprende una energía sobrenatural, por donde pasa queda una extraña esencia, como si hubiesen rayos de luz que marcaran el paso de esta hermosa criatura. |
Lo más sorprendente y extraño de los unicornios es que no se sabe muy bien qué piensan. Soteria en especial es una criatura bondadosa, observadora y tímida. Teme, y al mismo tiempo desea, mostrarse ante las criaturas de las que se enamora y a las que les entrega su magia. Sueña con ser amada del mismo modo que ella ama a los humanos, a los feéricos, a los celestes, a los gigantes, a los sheks, a los shizs, a los varu... Ama a todas y cada una de las criaturas que hay por Idhún y no se siente para nada avergonzada por ello. Pese a que solo tiene diecinueve años, le encanta viajar, explorar y observar a los viajeros de noble corazón a los que, de vez en cuando, decide entregar su magia. |
Entrega magia.Es bondadosa, inteligente y sabe cuidarse sola | Sueña con convivir con las demás criaturas.Es muy temeraria a veces.A veces hace estupideces como dejar que alguien la pille desprevenida. |
Comer.Viajar.Explorar.Entregar Magia.Observar a las criaturas. | La tiranía.La injusticia.La gente malvada sin razón.El aburrimiento.El dolor. |
Soteria nació en un pequeño claro de Alis Lithban hace diecinueve años. No recuerda a sus padres porque se fueron hace años, cuando creyeron que su hija era lo suficientemente mayor para cuidarse sola. Aprendió pronto a comer, protegerse y defenderse sola. La primera vez que vio a un humano cazando en el bosque se indignó, pero aun así se quedó escondida mientras veía horrorizada como después el cazador quemaba un árbol. En cuanto olió el humo, saltó de su escondite. Nunca podría olvidar la mirada de los ojos del hombre, que pasaron de ser malvados y cínicos a hermosos y luminosos. El cazador se cayó de rodillas en el suelo y Soteria se acercó lo justo para rozarle con su cuerno. Entonces vio la vida del hombre, quien de pequeño había sido repudiado por sus padres -como ella- y había tenido que aprender a matar y comer por él mismo con solo ocho años. Notó el amor que la recorría al rozarle con el cuerno y que, a partir de ese momento, cambió al hombre que tenía delante. Al contrario que haría cualquier otro unicornio, se quedó con el hombre hasta que cayó la noche y este se quedó dormido. Y le acompañó en la sombra desde entonces y hasta el momento en que lo vio entrar en una escuela de magia. Durante años ha hecho lo mismo: observar, entregar y cuidar hasta que considera que la criatura en cuestión ya ha madurado y es capaz de defenderse sola. Lo único que tampoco ha cambiado ha sido su ansia de ser como ellos. Envidia a las criaturas de Idhún por poder salir y conocer lugares mágicos sin tener que esconderse, y le encantaría poder ser una humana o una feérica para poder salir de las sombras y encontrarse con... la luz. |
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