Ficha de personaje De facciones suaves y redondas, su rostro expresa la más profunda inocencia por lo que la gente la suele tomar por alguien más joven. Estatura normal tirando hacia alta (1'65m). Ojos rasgados y rojos; pelo que adquiere una tonalidad rosácea, liso y sedoso. Sonrisa perfecta y piel suave, sin manchas ni imperfecciones. Suele vestir con las ropas típicas de los yans porque se siente más yan que humana, aunque sobre todo porque debido a su historia familiar le viene bien no ser reconocida y así le es más fácil. |
Gesha siempre ha sido una chica algo tímida al principio, con quien es fácil coger confianza, algo loca, divertida, distinta. Pero eso forma parte de su pasado. Ahora, debido a su trágica historia y a una serie de acontecimientos se ha refugiado bajo una coraza de fría indiferencia, oscuros intereses y extrañas ambiciones para salvar su legado. Suele actuar mirando por si misma antes que por nadie más, sin coger confianzas ni apegos movida por el odio y la sed de venganza y de la sangre de aquellos que la hirieron cuando era vulnerable y frágil.
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Habilidades: 1. Se le da bien la lucha con armas arrojadizas y el tiro con arco 2.Tiene buena mano con los animales. 3.A pesar de su clase social sabe leer y escribir, incluyendo lenguas arcanas. 4.No tiene escrúpulos a la hora de matar. 5.Se adapta bien a los ambientes más adversos. 6.Es muy ágil y rápida, incluso para su raza.
| 1.Es sinestésica, es decir, confunde los sentidos, en su caso esta extraña "maldición" que hace que vea la música en color, lo que provoca que se distraiga fácilmente cuando hay melodías de por medio. 2.Suele presentarse fría y distante pero si hurgas en su pasado puedes llegar a sacar su lado más sensible y frágil. 3.No lleva bien la lucha con armas pesadas.
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La cultura, el arte, el tiro con arco, la domesticación de animales salvajes, comer fruta.
| El razismo, las barreras (tanto metafóricas como físicas).
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Un día aparentemente normal, hace algún tiempo, en algún lugar de la residencia real de Namre...
La luz se filtraba a través de la colorida vidriera que daba a los aposentos de Gesha, segunda hija del rey de Namre y por tanto segunda aspirante al trono. Dicha joven aprovechaba la luz coloreada para leer ajena a lo que en ese momento ocurría pocos metros más allá de donde alcanzaba su mirada. -¡Salga inmediatamente de aquí y acompáñenos!¡Es una orden!- los guerreros irrumpieron en su habitación sin reparos, echando abajo la gran puerta de madera que conducía al corredor. -¿Qué desean caballeros?- un mechón del cabello rosáceo de la muchacha recogido en un elegante moño se escapó de dicho peinado dándola un aire quizá algo más desenfadado y desaliñado. Cerró el libro que tenía entre manos y su mirada inquieta se topó con la de aquel guerrero fiero y fiel que mostraba determinación y ¿compasión?¿por qué se compadecería aquel hombre de ella?- ¿Acaso no sabéis que es de mala educación entrar en los aposentos de una señorita sin avisar? Su voz sonaba apresurada, como siempre que olvidaba la norma que la impedía hablar demasiado rápido, que misteriosamente tanto la costaba cumplir, sobre todo en momentos como aquel. No dudó en acompañarles cuando adivinó su furia, sin dejar de desconfiar de ellos. ¡Cuál fue su sorpresa cuando alcanzaron el salón de dicha morada! Allí se encontraba su familia al completo (sus padres y sus dos hermanas) con expresiones de preocupación y llanto. Y aquello eran... Oh no, ¡no podía ser! En medio de la gran sala se hallaban exactamente cinco guillotinas de madera, ni una más ni una menos. Parecían esperando, expectantes. -Entonces, ¿confiesa su pecado al haber cometido adulterio?- hasta ahora no se había dado cuenta de la presencia de aquel hombre, un sacerdote, que miraba ahora a su madre entre repugnado y paciente. Su madre no respondió, simplemente se mordió la lengua hasta que un hilillo de sangre descendió por su labio inferior. -¡No ve que su hija es mitad yan!- el sacerdote escupió la palabra- ¡Es imposible que sea de su marido! Debería darle vergüenza como reina, ¡debería estar dando ejemplo a su reino!- ahora el buen hombre enrojecía por la ira. Las piezas fueron encajando en la mente de Gesha: su pelo de color rosa debía de ser el producto de la mezcla de las mechas blancas y rojas de los yans, su costumbre de hablar demasiado rápido, su inexplicable pasión por el desierto, lo mal que lo pasaba cuando hacia frío, su extremada agilidad... Su madre guardo silencio y, al cabo de unos instantes todos fueron colocados en sus respectivas guillotinas, uno a uno los miembros de su familia fueron decapitados delante de sus ojos de forma dolorosa y sangrienta. Todo por su culpa, por el mero hecho de haber nacido. Pero cuando Gesha iba a ser decapitada el asesino dudó un instante demasiado largo... Y la muchacha, gracias a su pequeño tamaño y su agilidad felina logró escapar de las ataduras y huyó al desierto durante 4 años. Actualmente vaga sin rumbo por Idhún, intentando no ser reconocida y viviendo de lo poco que gana gracias a su don para la lucha y la caza. |
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