Malos comienzos de una nueva vida

PREVISUALIZACIÓN No soporto estar sin hacer nada. No me gusta y nunca me ha gustado, soy así y no puedo evitarlo. Llevo horas sentada en esta mesa sin moverme, por culpa de la maldita tormenta. Y tampoco es que tenga nada mejor que hacer... Dioses, cómo echo de menos a Gashor... Sigo sin entender por qué se fue, pudiendo quedarse conmigo en el campamento. Pero en vez de eso me abandonó y se fue con la manada de hombres lobo, a pesar de que sólo se transforma cuando alguna de las lunas está llena. Y no es porque no pueda defenderme, lo sabe perfectamente porque yo misma lo encadenaba cuando se volvía salvaje... Es por eso que no logro comprender que se fuera. Y ahora que él no está, no queda nada que me mantenga atada a aquél campamento de rebelde del que salí hace un tiempo. Un ruido de platos rotos me devuelve a la realidad de repente. Echo un vistazo a la taberna casi vacía, buscando el origen del estruendo, y veo una bandeja y varias jarras de cerveza tiradas en el suelo, en medio de un charco. Al lado hay un hombre enorme amenazando con pegar a la posadera, Leah, que mira al suelo asustada y no deja de disculparse por tirar la cerveza.
Observo la escena sin intervenir, hasta que el borracho le da una bofetada a Leah, que cae al suelo por la fuerza del golpe. Entonces me acerco a ella, la ayudo a levantarse y me dispongo a llevarla a una mesa apartada, pero el hombre me agarra y ladra:
-Las posadas como ésta no son lugar para niñas. Ahora pagarás por meterte en mi camino.

Cruce una calle mientras la lluvia empapaba mi ropa, no podía aguantarlo mas, pues a este paso cogería alguna enfermedad, me acerque a una posada y la abrí, entonces pose la mirada en un borracho que agarraba a una pobre niña, y sonreí, sin duda seria divertido dejarle actuar, pero seria mas divertido matarlo, así que me acerque a el y le agarre por el cuello, Suelta a la niña maldito borracho, ¿o quieres problemas acaso? el borracho se giro soltando a la niña y intento dar un puñetazo al encapuchado, el encapuchado susurro una palabra y el borracho sin mas cayo inconsciente al suelo, lo mire como pensativo, y sin mas lo agarro de la solapa de la camisa manchada de grasa y plumas y abriendo la puerta le tiro a la calle y cayo justamente en un charco de barro, me acerque a la niña y a la posadera y pose la mirada en la niña, ¿estas bien no? su voz resultaba fría y distante, poso la mano en las vainas de las dos espadas mientras posaba la mirada en una especie de ventana, la tormenta seguía estando...

me senté en una silla y pedí una copa de vino cuando pasaron unos diez minutos hasta que se parase la agitación, cuando llego la copa di un leve trago y pasee la mirada por la posada.

Ese maldito borracho me tenía cogida del brazo y me lo estaba retorciendo. Estaba a punto de soltarme cuando un extraño se acercó y le susurró algo al oído. De repente, el borracho cayó al suelo, no sé si muerto o inconsciente, y el hombre que acababa de entrar lo agarró y lo tiró en la calle. El extraño clavó en mi una mirada fría como el hielo.
-Estás bien, no? -preguntó.
Lo fulminé con la mirada mientras me frotaba disimuladamente las marcas que me había dejado el borracho en el antebrazo.
-Sí. Gracias pr tu ayuda, pero podía con él -dije. Tal vez era demasiado orgullosa, pero estaba segura de que habria podido deshacerme de aquel hombre sin ayuda -. Me las he apañado en situaciones mucho peores. Y tú -me giré hacia Leah -, deberías descansar un poco, ¿no? Llevas todo el día trabajando. Ya limpio yo, y a lo mejor me dejas quedarme una noche más, ¿qué te parece?
-Claro -sonrió -. Muchas gracias, Elly. Hasta luego.
Y desapareció escalera arriba. Pobrecilla, trabajaba mucho y no ganaba casi nada. La verdad es que la conocía bastante bien, pese a llevar allí poco más de una semana.
Le dirigí al extraño una mirada desconfiada. Aquel hombre me intrigaba, y mucho. Acababa de matar a alguien con tan solo susurrar una palabra. Había algo, en sus ojos...
-¿Quién eres? -le pregunté. No pretendía sonar maleducada, bueno, la verdad es que me daba igual, pero quería saberlo. Y él ya sabía mi nombre, se lo había oído decir a Leah.

Di un sorbo al vino, así que se llamaba Elly, una sonrisa apareció debajo de su rostro, una sonrisa que muchos encontrarían inquietante, mas escuche su pregunte, y no sabia si decir mi verdadero nombre o bien un apodo...y me decante por lo segundo, estaba de descanso y no le apetecía que la gente huyese de el: Bueno, me podéis llamar Alucard, encantado de conocerte dama Elly. seguía mirando la posada con aburrimiento para luego posar la mirada un momento la mirada en un cliente de la posada, pero al final mire a Elly, encontrándola algo mas interesante que la mayoría de la clientela de la posada: y bueno Elly, ¿que hace una señorita como tu en esta "humilde"....posada? normalmente los padres no dejan sueltos a sus hijas por hay...aunque supongo que habrás venido a refugiarte de la tormenta... di otro sorbo a la copa de vino mientras escrutaba los ojos de la dama para luego volver la mirada a la ventana, suspire, mientras pensaba "a ver cuanto termina esta tormenta"

Solté una risa amarga al oir lo que el tal Alucard pensaba de mí.
- Si tú supieras... -me puse a juguetear con mi daga y lo miré a los ojos -Para empezar, no he venido por la tormenta. Si te soy sincera, me has decepcionado un poco. Pensé que alguien tan inteligente para ocultar su nombre se daría cuenta de que conozco demasiado bien a la posadera para haber venido hoy, ¿no te parece? La tormenta no es el motivo de mi estancia aquí, sino más bien lo que me impide marcharme. Y en cuanto a la posada... -esbocé una sonrisa burlona -Esto es un lujo comparado con el lugar del que vengo. Más vale que me ponga a limpiar...
Me levanté y me fui a la cocina a por un trapo, dejándo solo a Alucard.

Sonreí levemente, claramente sospechaba algo así, pero solo lo había confirmado ¿y como se entero de que estaba ocultando mi nombre? resultaba interesante si que lo hubiese descubierto, dije eso para poder empezar una conversación pues me temo no sabia por donde empezarla, claramente supuse que conocíais a la posadera, pero bueno... me calle al ver que se dirigía a la cocina, y di un sorbo al vino, hice un gesto y su mascota fue un momento a espiar en la cocina para luego desaparecer después de unos segundos, deposite la copa de vino en la mesa y pose las dos manos en la vaina de una espada y al hacerlo empece a mirar a los clientes de la posada hasta posarla en una persona que parecía saber luchar, una sonrisa siniestra apareció en mi rostro para luego desaparecer y mirar en dirección a la cocina, creía a ver visto algo de reojo y negué con la cabeza como borrando de la mente esos pensamientos y me estire en la silla mientras pensaba en que hacer.

Acaricie la tela de la túnica donde estaba un amuleto que tenia oculto dentro de la túnica, su amuleto de cuando era gobernador, un emperador, pero ahora solo era un consejero, pero un consejero de alto rango claramente, y muy pronto todo cambiaría...

El comentario de Alucard me hizo reír, por su tono de voz era evidente que le molestaba no controlar del todo la situación... Eso me permitió deducir que era una persona fría y calculadora, alguien sumamente inteligente capaz de controlar cualquier situación, pero al mismo tiempo con un ego fácil de herir. Y por cómo había matado a aquel hombre, debía de ser un mago, o algo así.
Me puse a revolver toda la cocina. "¿Tanto cuesta encontrar un mísero trapo?" Sonreí, satisfecha de haber encontrado uno que no estuviese hecho girones y regresé a la mesa, donde Alucard permanecía sentado en silencio y con una especie de sonrisa siniestra en la cara.
Recogí el estropicio y coloqué en la mesa la bandeja con las jarras vacías.
-Oye, lo de tu nombre... -dije sentándome frente a Alucard, que ahora me miraba con un brillo de interés en sus ojos azul oscuro -Lo sé porque dudaste al decírmelo, es así de sencillo. No hace falta que te mates a pensar -añadí, dejando escapar una risilla burlona. Ese hombre me parecía interesante... Estaba empeñada en averiguar más de él, de una forma o de otra.

¿ah si? bueno, igualmente que mas da, pff que aburrimiento últimamente ¿no crees? nunca ocurre nada interesante, salvo lo de los gobernadores y los rebeldes, pero bueno, al final nos acostumbraremos a los gobernadores o a lo que hagan los rebeldes, pero bueno... pose una mano en la copa de vino y la agarre para acercarlo a los labios y en ese momento me refresque la garganta con el suave néctar rojizo del vino, y bueno señorita...¿que me contáis de vos? aunque puede ser que no confiéis en mi todavía, que seria algo normal... deposite lentamente la copa en la mesa, bueno....supongo que ya bebí suficiente...¿te ayudo a limpiar? parece que va para largo esa tormenta. me levante sin esperar respuesta y espere a que le diese algún trapo o algo.


Off: y bueno por motivos de estudio no podre contestar en 1 mes y medio <.<




off2: es broma

Alucard se ofreció a ayudarme a limpiar, pero justo estaba terminando.
-No hace falta, ya está -dije suavemente, al tiempo que dejaba el trapo chorreante de cerveza en la bandeja junto a las demás cosas -Bueno, quieres saber de mí... Pues no hay mucho que contar. Hasta hace poco vivía en el bosque de Awa, en un campamento, pero a mi mejor amigo lo mordieron los lobos y se marchó. Y como me aburría sin él decidí salir del bosque y a ver qué me encontraba por el camino. Y aquí estoy ahora, ayudando a la posadera desde hace una semana para pagarme las noches aquí... -me encogí de hombros -Y pensaba marcharme hoy, pero tampoco sé muy bien qué hacer después.
Casi sin darme cuenta, saqué mi daga y me puse a tallar unos dibujitos incomprensibles en la madera de la mesa.
-No te dejes engañar, no soy confiada... Pero ya ves que no tengo nada que ocultar -levanté la vista y le dediqué una sonrisa amistosa -Por cierto, te agradecería que no me trataras de vos. Nunca me lo han hecho, y yo no tengo intención de hacerlo contigo, seas quien seas. No quiero ser maleducada ni nada, pero es que simplemente me parece absurdo -concluí, esperando que no se lo tomase mal. Apoyé los codos en la mesa, aún dándole vueltas a la daga con aire distraído -¿Y qué hay de ti? Te recuerdo que no sé ni tu nombre...
Lo miré fijamente, a la espera de que comenzase a hablar. Sentía curiosidad por lo que pudiera decirme, aunque lo más probable era que no fuese nada relevante.

¿yo? hm, podría decírtelo si, pero bueno, me podéis llamar Lurr si así lo deseáis o llamarme Alucard, a lo mejor habéis escuchado de mi o tal vez no, por si no habéis escuchado algo de mi o si escuchasteis algún rumor falso de esos para desprestigiar a alguien o darle mas fama de la necesaria por eso te daré un resumen de mi historia, era uno de los gobernadores y lo deje de lado, ahora soy consejero, nigromante, pero bueno, ahora supongo que sabrás por que quería ocultar mi nombre ¿no? total, soy posiblemente una persona odiada por haber ganado un trono para mejorar idhun, pero bueno, la gente vive en sus viejas creencias y no ven el cambio, la mejora de vida. suspire levemente y me estire para volver a sentarme en la silla, sin mas hice desaparecer las dos espadas parece hacer aparecer una vaina de un espadón a su espalda.

He de hacer una cosa, volveré dentro de unas horas.... me levante, salí por la puerta y sin mas desaparecí.

Off: Dejo post temporalmente para ir a la conquista.

Me sorprendió bastante que pasase tan facilmente de no querer decir ni su nombre a contarme su vida, pero entendía que lo hubiese ocultado al principio. Probablemente era una de las personas más odiadas de todo Idhún. La verdad, yo tampoco veía ninguna mejora económica, política ni de ningún tipo, pero de ahí a odiarlo... Apostaría cualquier cosa a que ninguna de las personas que lo odiaban lo conocía de verdad.
-Yo no te odio... -comencé, pero me callé de repente cuando las dos espadas que llevaba se cambiaron mágicamente por una sola y mucho más grande -Wow! ¿Cómo has hecho eso? ¿Es magia?
Lurr hizo caso omiso de mis preguntas tontas y, poniendose de pie, anunció que volvería en unas horas.
-Yo también me tengo que ir -Lurr empezó a alejarse y no me oyó cuando añadí: -Me cae bien la gente que no intenta agradar a los demás.
A lo mejor no le volvía a ver en mi vida, a lo mejor el destino cruzaría nuestros caminos de nuevo... De todos modos, no sería difícil encontrarle.

Off: siento no haber contestado, estaba de examenes. La semana que viene tampoco podré postear porque me voy de viaje, y es muy probable que la siguiente tampoco pueda :S
Ah, y yo también dejo el rol temporalmente porque me he unido a la trama, conque ya hablaremos