Sucesos [Entrenamiento]
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En casita, mi dia a dia. [Entrenamiento]
Ah... mi día a día. Supongo que mi infancia nunca fue ni plácida, ni empalagosa. Principalmente no por ser de mi raza. Sino por ser Targaryen.
En las profundidades ocultas de nuestra cueva estábamos mi hermano Viserys, mi hermana Daenerys y nuestro tío Aemon. El tío Aemon nos enseña cosas básicas que todo dragón de nuestro linaje debe saber. No parábamos de corretear por todo el espacio e la cueva hasta que él lanzó una llamarada que se estrelló con el techo de la cueva para mandarnos callar. -¡Vise! ¡Dae! ¡Ran! Vamos a comenzar aquí mismo. -rugió antes de transformarse en un ser menor (siempre me extrañó que se pudiera hacer eso) y rugió de forma mucho más débil pero igual de fiera.
Como un pequeño yan corrió hacia nosotros gritando que lo atacáramos. Viserys fue el primero en atacar, muy obediente en este caso. Daenerys lo siguió como hacía siempre. Se acercaron corriendo a lo que fue nuestro familiar como dos rayos blanco y púrpura. Yo pegué un salto para ver como dejaba que mis dos hermanos se golpearan como un amasijo de dientes y garras y el yan pasó entre ellos casi levitando.
Con una certera llamarada intento apuntar al pequeño cuerpo mientras estaba agarrado a una estalactita y me soltaba con las alas abiertas para caer sobre él. Incluso en aquellas condiciones Aemon estaba en unas condiciones bastante equilibradas respecto a los tres, pero pese a haber esquivado la llama perfectamente, aterrice con una enorme nube de polvo y tierra. Con un coletazo intenté derribarlo mientras corría hacia mí y con un zarpazo cuando saltó. Entonces él se apoyó en la zarpa para caer atrapado en mi otra mano.
Lo intenté acercar al suelo y poner mi cabeza enfrente, jadeando. -Muy bien, Rannell... veamos como te las apañas ahora. Para entonces lo había soltado y era un enorme dragón de color oscuro, lleno de cicatrices y mucho MUCHO más grande que yo.
Esta vez comenzó Aemon con un largo zarpazo dirigido a mi cuerpo. Me desplacé atrás con un aleteo y me volví a lanzar hacia adelante con toda la fuerza que pude acumular. Comencé con un zarpazo en el pecho, acompañado de un coletazo y un roce diagonal con el cuerno.
Viserys y Daenerys se proponían volver a la carga, pero Aemon les ordenó no intervenir diciendo que luego llegaría su turno. Como por arte de magia mi adversario esquivó todos mis ataques con una fluidez increíble. Tratándome como la cría que era, propinó un pequeño golpe con la parte no afilada de sus garras intentando alentarme.
Ya lo creo que lo consiguió, como quería no pude pensar en lo que hacía. Seguí lanzando golpes llenos de rabia ante la impotencia que resultaba no alcanzar, y ello me desconcentraba más aún.
Era por ello que seguí lanzando golpes hasta caer derrotado al suelo, mis hermanos se habían ido ya y Aemon seguía teniendo ese aura que producía respeto con un cierto temor.
Tras aquello volvimos hasta nuestra zona de la cueva. Seguimos con nuestra vida diaria, a pesar de eso Viserys se vio obligado a felicitarme. Algunos familiares dorados comenzaban a mirarme de forma extraña... pero a pesar de ello no ocurrió nada fuera de lo normal.
En las profundidades ocultas de nuestra cueva estábamos mi hermano Viserys, mi hermana Daenerys y nuestro tío Aemon. El tío Aemon nos enseña cosas básicas que todo dragón de nuestro linaje debe saber. No parábamos de corretear por todo el espacio e la cueva hasta que él lanzó una llamarada que se estrelló con el techo de la cueva para mandarnos callar. -¡Vise! ¡Dae! ¡Ran! Vamos a comenzar aquí mismo. -rugió antes de transformarse en un ser menor (siempre me extrañó que se pudiera hacer eso) y rugió de forma mucho más débil pero igual de fiera.
Como un pequeño yan corrió hacia nosotros gritando que lo atacáramos. Viserys fue el primero en atacar, muy obediente en este caso. Daenerys lo siguió como hacía siempre. Se acercaron corriendo a lo que fue nuestro familiar como dos rayos blanco y púrpura. Yo pegué un salto para ver como dejaba que mis dos hermanos se golpearan como un amasijo de dientes y garras y el yan pasó entre ellos casi levitando.
Con una certera llamarada intento apuntar al pequeño cuerpo mientras estaba agarrado a una estalactita y me soltaba con las alas abiertas para caer sobre él. Incluso en aquellas condiciones Aemon estaba en unas condiciones bastante equilibradas respecto a los tres, pero pese a haber esquivado la llama perfectamente, aterrice con una enorme nube de polvo y tierra. Con un coletazo intenté derribarlo mientras corría hacia mí y con un zarpazo cuando saltó. Entonces él se apoyó en la zarpa para caer atrapado en mi otra mano.
Lo intenté acercar al suelo y poner mi cabeza enfrente, jadeando. -Muy bien, Rannell... veamos como te las apañas ahora. Para entonces lo había soltado y era un enorme dragón de color oscuro, lleno de cicatrices y mucho MUCHO más grande que yo.
Esta vez comenzó Aemon con un largo zarpazo dirigido a mi cuerpo. Me desplacé atrás con un aleteo y me volví a lanzar hacia adelante con toda la fuerza que pude acumular. Comencé con un zarpazo en el pecho, acompañado de un coletazo y un roce diagonal con el cuerno.
Viserys y Daenerys se proponían volver a la carga, pero Aemon les ordenó no intervenir diciendo que luego llegaría su turno. Como por arte de magia mi adversario esquivó todos mis ataques con una fluidez increíble. Tratándome como la cría que era, propinó un pequeño golpe con la parte no afilada de sus garras intentando alentarme.
Ya lo creo que lo consiguió, como quería no pude pensar en lo que hacía. Seguí lanzando golpes llenos de rabia ante la impotencia que resultaba no alcanzar, y ello me desconcentraba más aún.
Era por ello que seguí lanzando golpes hasta caer derrotado al suelo, mis hermanos se habían ido ya y Aemon seguía teniendo ese aura que producía respeto con un cierto temor.
Tras aquello volvimos hasta nuestra zona de la cueva. Seguimos con nuestra vida diaria, a pesar de eso Viserys se vio obligado a felicitarme. Algunos familiares dorados comenzaban a mirarme de forma extraña... pero a pesar de ello no ocurrió nada fuera de lo normal.
Última edición por Rannell el Dom Abr 07, 2013 6:29 pm, editado 1 vez
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Pero unos días después me escabullí por entre las cuevas. Estaba seguro de que nadie me había visto y sólo se oía el pequeño goteo del agua entre las paredes. Propine una ancha llamarada al aire para poder orientarme en el espacio reducido y oscuro de la cueva.
Convence a entrenar. Di un golpe cruzado con mi garra a una roca pendiente del suelo. La roca sufrió un cierto corte, pero de un coletazo y una arremetida con un cuerno consigo reducirla a un puñado de grava.
Empeñado, comienzo a volar destruyendo varias estalactitas con el arma que más tenga a mano. Me derrumbo en el suelo y jadeo durante unos minutos hasta que repito otra vez la llamarada.
Repito unos cuantos movimientos de ataque con garras, cola e incluso cuernos. Hago una vez más lo de la llamarada y subo al techo de un aleteo para arrancar al tío Aemon de su escondite, entre dos pronunciaciones rocosas fuera de mi alcance.
Asimilamos automáticamente la idea y reiteré mi idea del entrenamiento a un combate amistoso.
Con una gran sorpresa rememore aquel momento días atrás en la oscuridad más profunda. Pero intenté crear diferencia, templar la rabia y permanecer en silencio a no ser que atacara.
Cuando la extraña pelea se convirtió en rutina decidí esforzarme más, una combinación con un coletazo alto, un gancho bajo y un mordisco simultáneos. Inútiles por supuesto, él reaccionó agachándose, saltando y retrocediendo al mismo tiempo.
Cuando volví a caer cansado y jadeando, y Aemon se limitó a felicitarme mínimamente y ordenarme que le siguiera a través de la grutas.
Fue difícil reconocer a un dragón negro entre la penumbra, pero seguí caminando tras él hasta llegar a una cámara con una especie de altar de piedra y algo brillante reflejando la luz.
Procedió a explicarme el origen del brazalete que surgió de la alianza entre los Targaryen y los demás clanes, forjado con los mejores metales de Awinor y fuego de dragón.
Me ofreció que lo tomara como próximo heredero. Dudando, no pude desobedecerlo y posé mi mano en el brazalete. Se ajustó a mí y me sentí realmente honrado.
Después me contó la historia de su aventura. Me contó que era posible unir mente alma y cuerpo de dos seres de distintas razas. Me contó la señal de su aventura, que algún día llegaría.
También me mostró dos espadas colocadas en la otra sala. Me acompañarían a lo largo de mi futuro viaje pero para eso deberían ser forjadas de nuevo. Por lo visto tío Aemon había aprendido de todo durante sus aventuras, y debían ser reformadas con mi fuego para pertenecer me del todo.
Las espadas se posaron en una piedra y solté mi cálido aliebto de fuego durante largo tiempo, observando como este cambiaba de color.
Al terminar, tenían cierto aura que calentaba toda la roca de su alrededor. Pero todavía no podía usarlas, eso sería pronto. Cuando fuera otro caballero dragón, como el.
Convence a entrenar. Di un golpe cruzado con mi garra a una roca pendiente del suelo. La roca sufrió un cierto corte, pero de un coletazo y una arremetida con un cuerno consigo reducirla a un puñado de grava.
Empeñado, comienzo a volar destruyendo varias estalactitas con el arma que más tenga a mano. Me derrumbo en el suelo y jadeo durante unos minutos hasta que repito otra vez la llamarada.
Repito unos cuantos movimientos de ataque con garras, cola e incluso cuernos. Hago una vez más lo de la llamarada y subo al techo de un aleteo para arrancar al tío Aemon de su escondite, entre dos pronunciaciones rocosas fuera de mi alcance.
Asimilamos automáticamente la idea y reiteré mi idea del entrenamiento a un combate amistoso.
Con una gran sorpresa rememore aquel momento días atrás en la oscuridad más profunda. Pero intenté crear diferencia, templar la rabia y permanecer en silencio a no ser que atacara.
Cuando la extraña pelea se convirtió en rutina decidí esforzarme más, una combinación con un coletazo alto, un gancho bajo y un mordisco simultáneos. Inútiles por supuesto, él reaccionó agachándose, saltando y retrocediendo al mismo tiempo.
Cuando volví a caer cansado y jadeando, y Aemon se limitó a felicitarme mínimamente y ordenarme que le siguiera a través de la grutas.
Fue difícil reconocer a un dragón negro entre la penumbra, pero seguí caminando tras él hasta llegar a una cámara con una especie de altar de piedra y algo brillante reflejando la luz.
Procedió a explicarme el origen del brazalete que surgió de la alianza entre los Targaryen y los demás clanes, forjado con los mejores metales de Awinor y fuego de dragón.
Me ofreció que lo tomara como próximo heredero. Dudando, no pude desobedecerlo y posé mi mano en el brazalete. Se ajustó a mí y me sentí realmente honrado.
Después me contó la historia de su aventura. Me contó que era posible unir mente alma y cuerpo de dos seres de distintas razas. Me contó la señal de su aventura, que algún día llegaría.
También me mostró dos espadas colocadas en la otra sala. Me acompañarían a lo largo de mi futuro viaje pero para eso deberían ser forjadas de nuevo. Por lo visto tío Aemon había aprendido de todo durante sus aventuras, y debían ser reformadas con mi fuego para pertenecer me del todo.
Las espadas se posaron en una piedra y solté mi cálido aliebto de fuego durante largo tiempo, observando como este cambiaba de color.
Al terminar, tenían cierto aura que calentaba toda la roca de su alrededor. Pero todavía no podía usarlas, eso sería pronto. Cuando fuera otro caballero dragón, como el.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
UN AÑO DESPUÉS
Sujeté una de las espadas con cada mano y me dispuse a entrenar de nuevo, Había conseguido un hueco por fin para escabullirme de nuevo y pasar por entre las cuevas, esta vez con un haz de luz que proviene de las ranuras superiores.
Con una espada en cada mano, las junto y dejo que reluzcan para fijar mis movimientos en una roca que está frente a mi. De un salto acompañado con un giro de muñeca, encadeno el movimiento con un golpe vertical usando la hoja. Tras oír el satisfactorio grupo del choque de espadas, lanzo un tajo al aire con la mano izquierda.
Ya me acostumbraba a mi cuerpo humano, e iba aprendiendo a dominar y entender lo que parecía ser una quebradiza existencia. Entonces usando de nuevo las hojas de la espada, encadeno aún más golpes al aire. Uso diez golpes laterales, de uno en uno cuidando la posición. Para luego colocar mis pies en la posición de un espadachín en la que solo se muestra el costado al adversario... aunque en este caso solo sea un enemigo invisible con el que lancé diferentes estocadas, un bloque y un salto corto atrás. Salto corto adelante con más golpes uno directo, uno lateral, otro ascendente y otro salto atrás. Dos bloqueos y disponía a desenvainar la segunda espada cuando oí un ruido que venía del otro extremo de la habitación, que se convirtió en mi hermano Viserys detrás de una roca. Él también había intentado hibridarse con un ser medio, también con éxito al primer intento. Pero la diferencia estaba en que él prefirió ser un humano de aquellas praderas donde vive una subraza suya de bárbaros. Tenían fama de ser más altos y bruscos que los humanos normales, y eso se veía en el aspecto que podíamos adoptar. Pero aún así éramos rivales fraternos, y los dos llevábamos dos brazaletes dorados como lo llevaron Aemon y Rhaegar tiempo atrás.
Comenzó el combate, y él sostenía su maza contra las espadas dobles ambas de nuestro fuego. Corrimos hasta llegar a un punto de encuentro donde chocamos mis espadas en cruz contra su maza recta y llena de púas. Pero con el choque él reaccionó y giró su cuerpo para atacar por el lado descubierto. Esto siguió repitiéndose varias veces hasta que detuve el golpe con la zona baja de la espada, la crucé por el resto de su arma y se la arrebate hábilmente, haciéndola volar por el aire y viendo satisfecho donde quedaba su amenazadora mirada.
Sujeté una de las espadas con cada mano y me dispuse a entrenar de nuevo, Había conseguido un hueco por fin para escabullirme de nuevo y pasar por entre las cuevas, esta vez con un haz de luz que proviene de las ranuras superiores.
Con una espada en cada mano, las junto y dejo que reluzcan para fijar mis movimientos en una roca que está frente a mi. De un salto acompañado con un giro de muñeca, encadeno el movimiento con un golpe vertical usando la hoja. Tras oír el satisfactorio grupo del choque de espadas, lanzo un tajo al aire con la mano izquierda.
Ya me acostumbraba a mi cuerpo humano, e iba aprendiendo a dominar y entender lo que parecía ser una quebradiza existencia. Entonces usando de nuevo las hojas de la espada, encadeno aún más golpes al aire. Uso diez golpes laterales, de uno en uno cuidando la posición. Para luego colocar mis pies en la posición de un espadachín en la que solo se muestra el costado al adversario... aunque en este caso solo sea un enemigo invisible con el que lancé diferentes estocadas, un bloque y un salto corto atrás. Salto corto adelante con más golpes uno directo, uno lateral, otro ascendente y otro salto atrás. Dos bloqueos y disponía a desenvainar la segunda espada cuando oí un ruido que venía del otro extremo de la habitación, que se convirtió en mi hermano Viserys detrás de una roca. Él también había intentado hibridarse con un ser medio, también con éxito al primer intento. Pero la diferencia estaba en que él prefirió ser un humano de aquellas praderas donde vive una subraza suya de bárbaros. Tenían fama de ser más altos y bruscos que los humanos normales, y eso se veía en el aspecto que podíamos adoptar. Pero aún así éramos rivales fraternos, y los dos llevábamos dos brazaletes dorados como lo llevaron Aemon y Rhaegar tiempo atrás.
Comenzó el combate, y él sostenía su maza contra las espadas dobles ambas de nuestro fuego. Corrimos hasta llegar a un punto de encuentro donde chocamos mis espadas en cruz contra su maza recta y llena de púas. Pero con el choque él reaccionó y giró su cuerpo para atacar por el lado descubierto. Esto siguió repitiéndose varias veces hasta que detuve el golpe con la zona baja de la espada, la crucé por el resto de su arma y se la arrebate hábilmente, haciéndola volar por el aire y viendo satisfecho donde quedaba su amenazadora mirada.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Esta tierra era muy árida, no tanto como la tierra de donde provenía pero no se quedaba muy atrás. Estaba cerca, entrenando mi cuerpo y mis dos almas, hacia relativamente poco que mi hibridación con una alma de dragón se había llevado a cabo. Esto hacia que con mi forma dragón no era muy diestro aún. Por eso vine a la tierra de los dragones, esto estaba lleno de dragones, con lo cual podría unirme a ellos, hacerme amigo suyo y que me enseñaran sus movimientos, poder ser un dragón más.
Los días pasaban, y no eran muchos los dragones que podía ver. Al parecer, muchos se habrían hibridado con una forma humana y habrían ido a otros lugares de Idhún para poder ejercer oficios y vivir todas las posibilidades que su forma dragón les privaba. Por eso, en ese lugar reinaba el silencio, la calma, y eran pocos los dragones que todavía seguían por esa zona. Los pocos que quedaban allí, eran dragones ya viejos que no se veían con la fuerza suficiente de irse de su tierra natal. Por eso, haciendo una nueva ruta de la rutina que había empezado a arrastrar con mi entrenamiento, tuve la gran suerte de poder oír el sonido de armas en fregamiento, rozándose, chocando. Fue como una dulce melodía que me alentó de nuevo las ganas perdidas de luchar y entrenar.
No dude en dirigirme en la dirección por donde se oían los golpes. Era una caverna, la maldita suerte que tuve fue que el sonido rebotaba por toda la estancia y no me dejaba entrever cual era el camino correcto por donde seguir. Empecé a agudizar el oído en busca de la fuente del sonido. Al fin, pude averiguar que provenía de un pequeño hueco, entré y me llevó a una cámara más grande incluso que la anterior. En su interior, había un humano y un bárbaro luchando. Supuse que los dos eran híbridos porque un humano y un bárbaro en Awinor no pintaban nada. Me acerqué un poco, pero con cautela. Ambos luchadores estaban muy concentrados y por mi culpa no quería distraerlos. Me senté en una roca y espere a que acabara el combate.
Cuando con un movimiento espléndido, el pequeño humano, en comparación con la enorme masa de músculos bárbaros, le arrebató de las manos del adversario la maza, no pude contener la mirada atónito. Una vez que todo se quedó en silencio, dejando la batalla finalizada, me puse a dar palmadas, como muestra de aprovación.
- ¡Muy bien muchacho, ese movimiento fue muy bueno! - dije al joven humano - Pero me gustaría probar algo, si no te importa.
Bajé de la roca, agarré fuerte la empuñadura de errante y ésta dejó un destello en señal de aprovación. La saque de su funda y la dispuse horizontalmente al suelo, en dirección al chico. No hacia falta más palabras, todo quedaba bien entendido. Él tendría que ser el que hiciera el primer movimiento, así dejaba bien claro si quería o no luchar contra mi.
Los días pasaban, y no eran muchos los dragones que podía ver. Al parecer, muchos se habrían hibridado con una forma humana y habrían ido a otros lugares de Idhún para poder ejercer oficios y vivir todas las posibilidades que su forma dragón les privaba. Por eso, en ese lugar reinaba el silencio, la calma, y eran pocos los dragones que todavía seguían por esa zona. Los pocos que quedaban allí, eran dragones ya viejos que no se veían con la fuerza suficiente de irse de su tierra natal. Por eso, haciendo una nueva ruta de la rutina que había empezado a arrastrar con mi entrenamiento, tuve la gran suerte de poder oír el sonido de armas en fregamiento, rozándose, chocando. Fue como una dulce melodía que me alentó de nuevo las ganas perdidas de luchar y entrenar.
No dude en dirigirme en la dirección por donde se oían los golpes. Era una caverna, la maldita suerte que tuve fue que el sonido rebotaba por toda la estancia y no me dejaba entrever cual era el camino correcto por donde seguir. Empecé a agudizar el oído en busca de la fuente del sonido. Al fin, pude averiguar que provenía de un pequeño hueco, entré y me llevó a una cámara más grande incluso que la anterior. En su interior, había un humano y un bárbaro luchando. Supuse que los dos eran híbridos porque un humano y un bárbaro en Awinor no pintaban nada. Me acerqué un poco, pero con cautela. Ambos luchadores estaban muy concentrados y por mi culpa no quería distraerlos. Me senté en una roca y espere a que acabara el combate.
Cuando con un movimiento espléndido, el pequeño humano, en comparación con la enorme masa de músculos bárbaros, le arrebató de las manos del adversario la maza, no pude contener la mirada atónito. Una vez que todo se quedó en silencio, dejando la batalla finalizada, me puse a dar palmadas, como muestra de aprovación.
- ¡Muy bien muchacho, ese movimiento fue muy bueno! - dije al joven humano - Pero me gustaría probar algo, si no te importa.
Bajé de la roca, agarré fuerte la empuñadura de errante y ésta dejó un destello en señal de aprovación. La saque de su funda y la dispuse horizontalmente al suelo, en dirección al chico. No hacia falta más palabras, todo quedaba bien entendido. Él tendría que ser el que hiciera el primer movimiento, así dejaba bien claro si quería o no luchar contra mi.
Eliwood- Señora de la Torre
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Su personaje es: Eliwood de Nanetten, noble de Puerto Esmeralda
Trabaja de: Domador de haai
Pertenece a: Fundador de IDHUN y elegido de Aldun
Re: Sucesos [Entrenamiento]
Ya con Viserys desarmado, le devolví su horrible maza inmediatamente y para mi sorpresa apareció de entre las rocas un mestizo... y aquel mestizo comenzó a aplaudir y alabar mi movimiento con la espada. Fue con una enorme y ancha espada bastarda señalándome, incitándome a un entrenamiento con las armas. -Ah... Hola y... de acuerdo, desconocido.
>Me llamo Rannell Targaryen, de Awinor. Hijo de Rhaegar del Oeste, y ya ves a mi hermano Viserys.
Sin hacer caso de Viserys, que insistía en ignorar a ese plebeyo y volver con nuestra hermana Daenerys, que estaba esperando en la otra cueva, desenvaine las armas gemelas e hice un gesto similar con la mano derecha.
Y fue encadenando unos movimientos como llegué hasta él: Lanzando la espada izquierda en un giro amplio y alto que aterrizaría cerca del mestizo intentando distraerlo apuntando al fabuloso blanco en el que se convertía su rara espada, acompañado de llegar hasta él blandiendo la otra espada con las dos manos con un corte vertical durante un salto usando todas mis fuerzas.
Planeando llegar hasta unos dos pasos de distancia del mestizo, desatando ese golpe en el aire. Cuando recuperé la posición de guardia lancé una arremetida con aun mas fuerza.
>Me llamo Rannell Targaryen, de Awinor. Hijo de Rhaegar del Oeste, y ya ves a mi hermano Viserys.
Sin hacer caso de Viserys, que insistía en ignorar a ese plebeyo y volver con nuestra hermana Daenerys, que estaba esperando en la otra cueva, desenvaine las armas gemelas e hice un gesto similar con la mano derecha.
Y fue encadenando unos movimientos como llegué hasta él: Lanzando la espada izquierda en un giro amplio y alto que aterrizaría cerca del mestizo intentando distraerlo apuntando al fabuloso blanco en el que se convertía su rara espada, acompañado de llegar hasta él blandiendo la otra espada con las dos manos con un corte vertical durante un salto usando todas mis fuerzas.
Planeando llegar hasta unos dos pasos de distancia del mestizo, desatando ese golpe en el aire. Cuando recuperé la posición de guardia lancé una arremetida con aun mas fuerza.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
El muchacho se presentó ante mi, al parecer eran una estirpe importante de dragones. Eso hacia que la cosa se pusiera emocionante. Dejé las presentaciones a un lado, al ver que el enemigo decidía blandir sus espadas con severa decisión.
Su acercamiento mostraba aptitud y control. Quería dejar clara su valía. Pero si quería amedrentarme necesitaría mucho más. No quería poner toda la carne en el asador en este momento, por eso me puse a la defensiva. Mientras se disponía a acercarse me percaté que sus espadas eran rápidas, pero débiles ante la fortaleza de mi espada. Su mayor punto era la posible velocidad de sus ataques y encadenamientos de estos. Vi que el primer ataque era en dirección a mi espada, así que encogí los brazos para traerla hacia mi. La dispuse oblicuamente a mi cuerpo, tapando gran parte de él. Como el dragón se abalanzó sobre mi, con un giro de todo mi cuerpo dispuse un ataque, con el cual, más que darle, mi intención era apartarlo de tan cerca que estaba. Así que encadené el movimiento de encoger los hombros con un pequeño giro de todo el cuerpo, con lo que hizo vascular la espada en todo el aire circundante, desde mi lateral, dando la vuelta para acabar esbozando un tajo desde arriba hacia abajo.
Esta actitud me dispuso la posibilidad de proporcionar ayuda en el movimiento gracias a la gravedad de la espada. Además, ante la arremetida, era más difícil parar el ataque en una posición superior que inferior.
Su acercamiento mostraba aptitud y control. Quería dejar clara su valía. Pero si quería amedrentarme necesitaría mucho más. No quería poner toda la carne en el asador en este momento, por eso me puse a la defensiva. Mientras se disponía a acercarse me percaté que sus espadas eran rápidas, pero débiles ante la fortaleza de mi espada. Su mayor punto era la posible velocidad de sus ataques y encadenamientos de estos. Vi que el primer ataque era en dirección a mi espada, así que encogí los brazos para traerla hacia mi. La dispuse oblicuamente a mi cuerpo, tapando gran parte de él. Como el dragón se abalanzó sobre mi, con un giro de todo mi cuerpo dispuse un ataque, con el cual, más que darle, mi intención era apartarlo de tan cerca que estaba. Así que encadené el movimiento de encoger los hombros con un pequeño giro de todo el cuerpo, con lo que hizo vascular la espada en todo el aire circundante, desde mi lateral, dando la vuelta para acabar esbozando un tajo desde arriba hacia abajo.
Esta actitud me dispuso la posibilidad de proporcionar ayuda en el movimiento gracias a la gravedad de la espada. Además, ante la arremetida, era más difícil parar el ataque en una posición superior que inferior.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Aquel mestizo era sin duda un dragón, aunque ¿que iba a ser sino uno de los nuestros?... se supone que los seres menores no pueden cruzar las montañas.
Pero definitivamente era un dragón, además era algo mayor que yo, y su arma era pesada en comparación con mis espadas gemelas pero la manejaba sin ningún problema. Pero su reacción fue típica de cualquier espadachín, rechazó mi arremetida y con un contraataque me lanzó hacia atrás: no pude responder de forma que no fuera retroceder, y mientras recuperaba la guardia ya preparó una taque con el apoyo de la gravedad.
Con las hojas de las espadas cruzadas, conseguí detener el ataque a tiempo por mucha presión que ejerciese conseguí retenerlo. Y con esa fuerza que conseguí defender, deslicé la espada derecha provocando el sonido del roce del metal hasta que esta chocó con su mango. Con ese movimiento poco usual hago un esfuerzo con la ventaja que da tener esa posición para desarmarlo.
Pero definitivamente era un dragón, además era algo mayor que yo, y su arma era pesada en comparación con mis espadas gemelas pero la manejaba sin ningún problema. Pero su reacción fue típica de cualquier espadachín, rechazó mi arremetida y con un contraataque me lanzó hacia atrás: no pude responder de forma que no fuera retroceder, y mientras recuperaba la guardia ya preparó una taque con el apoyo de la gravedad.
Con las hojas de las espadas cruzadas, conseguí detener el ataque a tiempo por mucha presión que ejerciese conseguí retenerlo. Y con esa fuerza que conseguí defender, deslicé la espada derecha provocando el sonido del roce del metal hasta que esta chocó con su mango. Con ese movimiento poco usual hago un esfuerzo con la ventaja que da tener esa posición para desarmarlo.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
No quería acabar esto tan deprisa, así que no le había dado demasiada fuerza. Así que no me sorprendió que el chico parara mi estocada a tiempo para que no le diera. Sin embargo, teniendo en cuenta todo este pensamiento en mi mente, me sorprendió el movimiento del chico. Quiso deslizar sus hojas en dirección al mango de mi espada, para desarmarme. Por suerte, mi arma no es una arma cualquiera, su hoja tiene unos dientes de un tamaño más grande de lo peculiar, imitando a una garra de dragón. De modo que, aprovechando este hecho tan peculiar de mi arma, con un movimiento en dirección al combatiente, frené su descenso hacia el mango con uno de los dientes de mi arma. Estaba demasiado cerca de mí, esa era una situación que no me iba demasiado bien porqué mi arma era demasiado larga para los combates tan cercanos y sus dos armas eran hojas muy finas y pequeñas en relación a la mía. De modo que, para aumentar la distancia entre los dos, la di una patada en el pecho, haciendo que cayera hacia atrás.
Hacia mucho tiempo que no luchaba de verdad contra alguien. En mi entrenamiento en Awinor, había visto a muy pocos dragones. Además, si la mayoría eran reacios a establecer una conversación, ya te podía imaginar donde te podían mandar al preguntarles sobre un combate. Volvía a sentir como si la vida volviera a mi a cada paso que daba, a cada movimiento que realizaba. Había mejorado mucho mis habilidades en Awinor en tanto a mi forma dragón, pero mi forma humana había quedado un poco oxidada. Lo había notado con mis movimientos al principio. Una sonrisa se dibujó en mi boca, ¡hasta el dragón dentro de mí estaba disfrutando de la batalla!
- Me ha gustado ese movimiento, ¡pero vas a necesitar algo más si quieres acabar conmigo! - le advertí, alzando la voz, haciendo que la cueva me sirviera de eco. Quería que me escuchara bien, inspirarle desconfianza en sí mismo.
Volví a la posición de defensa. Iba a esperar una nueva arremetida de él, a ver que era lo nuevo que me podía esperar de ese jovencito.
Hacia mucho tiempo que no luchaba de verdad contra alguien. En mi entrenamiento en Awinor, había visto a muy pocos dragones. Además, si la mayoría eran reacios a establecer una conversación, ya te podía imaginar donde te podían mandar al preguntarles sobre un combate. Volvía a sentir como si la vida volviera a mi a cada paso que daba, a cada movimiento que realizaba. Había mejorado mucho mis habilidades en Awinor en tanto a mi forma dragón, pero mi forma humana había quedado un poco oxidada. Lo había notado con mis movimientos al principio. Una sonrisa se dibujó en mi boca, ¡hasta el dragón dentro de mí estaba disfrutando de la batalla!
- Me ha gustado ese movimiento, ¡pero vas a necesitar algo más si quieres acabar conmigo! - le advertí, alzando la voz, haciendo que la cueva me sirviera de eco. Quería que me escuchara bien, inspirarle desconfianza en sí mismo.
Volví a la posición de defensa. Iba a esperar una nueva arremetida de él, a ver que era lo nuevo que me podía esperar de ese jovencito.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Su ataque fue fuerte... pero no demasiado. Sí que lo pude detener, pero se veía que se estaba conteniendo conmigo. Tampoco llevaba mucho tiempo como humano, y solo ganaba a mis hermanos en combate.
Y yo no quiero acabar contigo, hermano. Pero no dejaré clara mi debilidad!
Por otro lado, parecía ser más rápido y habilidoso que mi adversario mestizo. Y aún así me lanzó una patada al pecho que consiguió derribarme. Me levanté de un salto y adopté la posición de defensa, pero él esperaba una arremetida mía.
Una idea era transformarme en dragón, pero no habría espacio para dos. Por otro, las espadas brillaban a la escasa luz de la cueva y las sentía ya como parte de mi.
Me decidí por saltar hacia adelante, en un movimiento previsible. Pero aterrizar a pocos palmos de él no lo era tanto, y la proximidad entre los dos sería una ventaja para mis armas. Con la mano izquierda controlaría cualquier ataque, mientras esta ofensiva durase tenía la otra espada contra su cuello como amenaza. Pero no pensaba atacar a su cuello.
Y yo no quiero acabar contigo, hermano. Pero no dejaré clara mi debilidad!
Por otro lado, parecía ser más rápido y habilidoso que mi adversario mestizo. Y aún así me lanzó una patada al pecho que consiguió derribarme. Me levanté de un salto y adopté la posición de defensa, pero él esperaba una arremetida mía.
Una idea era transformarme en dragón, pero no habría espacio para dos. Por otro, las espadas brillaban a la escasa luz de la cueva y las sentía ya como parte de mi.
Me decidí por saltar hacia adelante, en un movimiento previsible. Pero aterrizar a pocos palmos de él no lo era tanto, y la proximidad entre los dos sería una ventaja para mis armas. Con la mano izquierda controlaría cualquier ataque, mientras esta ofensiva durase tenía la otra espada contra su cuello como amenaza. Pero no pensaba atacar a su cuello.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Las luces que emitían las espadas parecían luceros dentro de la cueva. Nos permitía ver todo nuestro rededor sin opción a esconderse. Eramos tres puntos de fuego, dos de Rannell y uno mío. La batalla empezaba a emocionarse. Mi voz seguía resonando por las paredes, cada vez más tenue. Eso me hacia recordar que debía de vigilar mi cansancio. Mi forma dragón me pedía ser despertada, una batalla donde él no pudiera participar le sabía a rayos. Quería enmendar la anterior batalla con Sasha que había estad tan reñida, demasiado reñida. La contención era un punto clave de mi entrenamiento, repartir el tiempo entre las dos almas en partes iguales. Pero en una batalla de verdad era muy difícil ésta contención. Esperando a su próxima arremetida, mi inspiración fue más larga y ahondada. Intentando controlar mi respiración pude controlar bastante a mi alma dragón.
El chico se levantó del suelo rápidamente. Parecía entender lo mismo que había descubierto yo segundos anteriores, sus espadas eran más efectivas a corta distancia que a larga distancia. Por esta razón, debía de pensar algo rápido. La patada surtió efecto con el anterior ataque, de modo que podría volver a surtir efecto esta vez... Rannell volvió al mismo movimiento, saltar y no llegar a atacarme, sino quedarse a palmos de mí para poder tener la situación controlada. A partir de la posición de defensa, clavé mi espada en el suelo. De esta forma, la espada quedó entre él y yo. Cogiéndome fuerte del mango, giré en torno a ella para poder embestir cuerpo con cuerpo y poder alejarlo de mí. Una vez que volvió a caer al suelo, saqué mi espada del suelo.
- Deberás de intentarlo otra vez - le comenté con tono sarcástico. Quería que se enfadara, que se cabreara para que pudiera desplgra todo su poder.
El chico se levantó del suelo rápidamente. Parecía entender lo mismo que había descubierto yo segundos anteriores, sus espadas eran más efectivas a corta distancia que a larga distancia. Por esta razón, debía de pensar algo rápido. La patada surtió efecto con el anterior ataque, de modo que podría volver a surtir efecto esta vez... Rannell volvió al mismo movimiento, saltar y no llegar a atacarme, sino quedarse a palmos de mí para poder tener la situación controlada. A partir de la posición de defensa, clavé mi espada en el suelo. De esta forma, la espada quedó entre él y yo. Cogiéndome fuerte del mango, giré en torno a ella para poder embestir cuerpo con cuerpo y poder alejarlo de mí. Una vez que volvió a caer al suelo, saqué mi espada del suelo.
- Deberás de intentarlo otra vez - le comenté con tono sarcástico. Quería que se enfadara, que se cabreara para que pudiera desplgra todo su poder.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Con mi forma de nacimiento, como dragón, no tenía ningún problema. Pero como humano... la única experiencia que tenía en combates con espada era con mis hermanos, y mis reliquias eran las únicas espadas que se utilizaban de la armería.
Él me apartó unos pocos pies cuando clavó su arma en el suelo. Ese movimiento ya lo había visto antes, pero no hubo momento para reaccionar y fui lanzado al suelo.
Me levanté poco a poco, mientras él arrancan a su arma del suelo. Crucé mis espadas y aspire hondo mientras notaba una fuerza recorriendome. Unos instantes después, una llamarada se formaba en el punto de unión y salía despedida al frente.
Ese poder permaneció unos pocos segundos, y cuando no pude mantenerlo se fue sin más. Ese fuego había consumido mi fuerza, y me tambalee ligeramente antes de echarme sobre la roca.
Él me apartó unos pocos pies cuando clavó su arma en el suelo. Ese movimiento ya lo había visto antes, pero no hubo momento para reaccionar y fui lanzado al suelo.
Me levanté poco a poco, mientras él arrancan a su arma del suelo. Crucé mis espadas y aspire hondo mientras notaba una fuerza recorriendome. Unos instantes después, una llamarada se formaba en el punto de unión y salía despedida al frente.
Ese poder permaneció unos pocos segundos, y cuando no pude mantenerlo se fue sin más. Ese fuego había consumido mi fuerza, y me tambalee ligeramente antes de echarme sobre la roca.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Saqué la espada clavada del suelo, empezaba a sentirme orgulloso de mis movimientos. La transformación en dragón me había convertido un poco patoso en algunos movimientos que antes podía efectuar sin complicaciones. Por eso, al sacar la espada sólo apareció una tenue sonrisa entre las comisuras de mis labios. Sin embargo, esa sonrisa duró bien poco y se fue transformando, a medida que pasaba el tiempo en una cara de desconcierto.
El chico se había levantado con tranquilidad, no tenía prisa al parecer. Cuando se puso de pie, una respiración prolongada recorrió todo su cuerpo. No entendía mucho de estas cosas, pero lo poco que había visto de Aira me dejó ver que algo bueno no estaba pasando, y menos para mí. Estaba preparando un ataque mágico, entonces intenté recapacitar, fuese lo que fuese, la hoja de mi espada no podría resistir el ataque, de manera que debía esquivarlo, a toda costa. Antes de moverme, vi que Rannell ya había cargado suficiente y dejó ir una llamarada de fuego a partir de las espadas. Como no me pilló por sorpresa, dejé la espada en el suelo y salté hacia un lado, pudiendo esquivar la columna de fuego que se había abalanzado sobre mí. Al chocar contra el suelo, caí mal y unas piedras, las cuales no había previsto que estuvieran en ese lado, me rasguñaron el brazo. Aunque de eso no me di cuenta más tarde, mi mente ahora estaba absorta en mi espada. La espada se quedó en medio de la columna, eso me hizo preocupar porque era de acero, y si ese fuego era real y no mera ilusión, no la podría utilizar ya que me quemaría las manos.
Por suerte, la columna duró bien poco, al parecer el chico aún no controlaba suficiente el poder de esas dos espadas. Arrastrándome por el suelo, intentando no ser advertido, me acerqué a mi espada para tocarla. No pude hacerlo porque desprendía demasiado calor, eso me hizo ver que no podría utilizarla por el momento. Me levanté del suelo y me volví a dirigir al chico:
- Bueno, no ha estado nada mal! No me esperaba ese movimiento por tu parte la verdad - entonces fue cuando me di cuenta de mi herida, al cruzar los brazos me noté toda esa parte mojada y al volver para mirar mi mano vi que estaba manchada de sangre - Pero... creo que has utilizado demasiada fuerza en ese ataque.
Mientras decía esas palabras, me fui acercando, si tenía suerte y su cansancio era tal y como lo parecía le inmovilizaría para acabar con esta pelea.
El chico se había levantado con tranquilidad, no tenía prisa al parecer. Cuando se puso de pie, una respiración prolongada recorrió todo su cuerpo. No entendía mucho de estas cosas, pero lo poco que había visto de Aira me dejó ver que algo bueno no estaba pasando, y menos para mí. Estaba preparando un ataque mágico, entonces intenté recapacitar, fuese lo que fuese, la hoja de mi espada no podría resistir el ataque, de manera que debía esquivarlo, a toda costa. Antes de moverme, vi que Rannell ya había cargado suficiente y dejó ir una llamarada de fuego a partir de las espadas. Como no me pilló por sorpresa, dejé la espada en el suelo y salté hacia un lado, pudiendo esquivar la columna de fuego que se había abalanzado sobre mí. Al chocar contra el suelo, caí mal y unas piedras, las cuales no había previsto que estuvieran en ese lado, me rasguñaron el brazo. Aunque de eso no me di cuenta más tarde, mi mente ahora estaba absorta en mi espada. La espada se quedó en medio de la columna, eso me hizo preocupar porque era de acero, y si ese fuego era real y no mera ilusión, no la podría utilizar ya que me quemaría las manos.
Por suerte, la columna duró bien poco, al parecer el chico aún no controlaba suficiente el poder de esas dos espadas. Arrastrándome por el suelo, intentando no ser advertido, me acerqué a mi espada para tocarla. No pude hacerlo porque desprendía demasiado calor, eso me hizo ver que no podría utilizarla por el momento. Me levanté del suelo y me volví a dirigir al chico:
- Bueno, no ha estado nada mal! No me esperaba ese movimiento por tu parte la verdad - entonces fue cuando me di cuenta de mi herida, al cruzar los brazos me noté toda esa parte mojada y al volver para mirar mi mano vi que estaba manchada de sangre - Pero... creo que has utilizado demasiada fuerza en ese ataque.
Mientras decía esas palabras, me fui acercando, si tenía suerte y su cansancio era tal y como lo parecía le inmovilizaría para acabar con esta pelea.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Era la primera vez que usaba un ataque mágico, no sabía que las espadas tuvieran ese poder y obviamente no estaba preparado. Él se acercó lentamente, y sin su espada. Intentaba recomponerme, tumbado sobre una roca: -Has... ganado... dije entre jadeos.
Intenté levantarme de nuevo y sonreí. Empezaba a sentirme mejor y la energía volvía a llenarme. Guardé mis espadas con un exagerado gesto, sin dejar de mirarle dejando ver mi airada aura de dragón. -Tú no eres de los nuestros, desconocido. No naciste como dragón, y tu máscara te delata. -dije dejando ver mi poder, realmente enfadado. - Me has ganado con un arma humana, donde el poder que te desborda no puede ser usado. El dragón te propone un reto. -seguí hablando, con el eco de mi voz reafirmando lo que decía- Vayamos afuera, a las arenas y repitamos este duelo. Si os atrevéis,vereis como es el dragón. -la altura de mi voz subía progresivamente dejando ver la ira que rezumaba mi ser. -¡Os reto! Que este combate lo vean los Dioses y sus pueblos, y la sangre inunde la arena. Dadme vuestro nombre y nuestras garras se enzarzarán.
Después de decir eso salí fuera sin hacer ningún ruido, mirando al frente en todo momento. El fuego estaba en mis ojos, y cuando salí dejé escapar mi forma de nacimiento. Alcancé unos pocos pasos de altura y miré fieramente al mestizo
Intenté levantarme de nuevo y sonreí. Empezaba a sentirme mejor y la energía volvía a llenarme. Guardé mis espadas con un exagerado gesto, sin dejar de mirarle dejando ver mi airada aura de dragón. -Tú no eres de los nuestros, desconocido. No naciste como dragón, y tu máscara te delata. -dije dejando ver mi poder, realmente enfadado. - Me has ganado con un arma humana, donde el poder que te desborda no puede ser usado. El dragón te propone un reto. -seguí hablando, con el eco de mi voz reafirmando lo que decía- Vayamos afuera, a las arenas y repitamos este duelo. Si os atrevéis,vereis como es el dragón. -la altura de mi voz subía progresivamente dejando ver la ira que rezumaba mi ser. -¡Os reto! Que este combate lo vean los Dioses y sus pueblos, y la sangre inunde la arena. Dadme vuestro nombre y nuestras garras se enzarzarán.
Después de decir eso salí fuera sin hacer ningún ruido, mirando al frente en todo momento. El fuego estaba en mis ojos, y cuando salí dejé escapar mi forma de nacimiento. Alcancé unos pocos pasos de altura y miré fieramente al mestizo
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Ya solo quedaban un par de pasos hasta llegar a Rannell cuando aceptó su derrota. Entonces, paré mi movimiento, harto sorprendido. ¡No me podía creer aquello que había conseguido! Todos esos días de entrenamiento por fin empezaban a dar sus frutos. Decidido, retomé mi trayecto para poder darle un apretón de manos, quería mostrar mi respeto hacia ese dragón que tan bien había luchado contra mí. Ya estaba a punto de decírselo hasta que de sus labios salieron las siguientes palabras:
- Vayamos afuera, a las arenas y repitamos este duelo. Si os atrevéis, veréis como es el dragón - estaba claro que el dragón había sentido que su orgullo quedaba entredicho sabiendo como eran los dragones, esto no podía acabar bien y así fue cuando continuó - ¡Os reto! Que este combate lo vean los Dioses y sus pueblos, y la sangre inunde la arena. Dadme vuestro nombre y nuestras garras se enzarzarán.
El chico no me dejó capacidad de reacción y se dirigió hacia el exterior. Esa rapidez con la que el chico se marchó hizo que me quedara un tanto vacilante: ¿iba detrás de él? Sería una deshonra por mi parte no seguirle. De manera que cogí errante con un pañuelo que tenía en mi bolsillo para no quemarme y fui detrás de mi adversario.
- Vayamos afuera, a las arenas y repitamos este duelo. Si os atrevéis, veréis como es el dragón - estaba claro que el dragón había sentido que su orgullo quedaba entredicho sabiendo como eran los dragones, esto no podía acabar bien y así fue cuando continuó - ¡Os reto! Que este combate lo vean los Dioses y sus pueblos, y la sangre inunde la arena. Dadme vuestro nombre y nuestras garras se enzarzarán.
El chico no me dejó capacidad de reacción y se dirigió hacia el exterior. Esa rapidez con la que el chico se marchó hizo que me quedara un tanto vacilante: ¿iba detrás de él? Sería una deshonra por mi parte no seguirle. De manera que cogí errante con un pañuelo que tenía en mi bolsillo para no quemarme y fui detrás de mi adversario.
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Los rayos de luz empezaron a bañar nuestros cuerpos inmediatamente después de salir por la cueva. Las manos buscaron a los ojos para poder proporcionarles una sombra con el objetivo de poder ver algo. Las pupilas se cerraron rápidamente ante el cambio, de las tres espadas dentro de la cueva a los tres soles que brillaban en el cielo. Al parecer, a mi contrincante no le molestó demasiado la luz intensa de los tres soles porque, a los pocos metros de salir de la cueva, se transformó en un hermoso dragón. Con su forma dragón completa, me dedicó una fiera mirada, mirada que provocó que no le pudiese aguantar esa fiereza y bajara la vista. Mi alma humana se sintió intimidada, nunca antes había visto a un dragón así de enfadado. Pero mi alma dragón me apoyó, me recordó mi doble condición, que no debía tener miedo a un dragón por muy enfadado que estuviera. Por esa razón, con seguridad esta vez, volví a levantar mi mirada en dirección al dragón que tenía delante. Con una mirada desafiante, vociferé a los tres soles:
- ¿Quieres saber mi nombre? ¿¡De verdad quieres saber mi nombre!? ¡Mi nombre es Eliwood de Nanetten, hijo de Karevan de Nanetten y de Zarna de Kosh!
Con éstas últimas palabras me despedía de mi forma humana. Abandonaba las ataduras de esa pequeña forma para poder liberar todo mi potencial. Mi forma dragón se despertó. Una vez mi transformación fue completa, volví a dedicarle la misma mirada al dragón que tenía delante. Ahora nadie intimidaba a nadie, Drackass estaba contento por fin. "Chico, ésta vez me encargo yo" sentenció. El fuego dentro de mi se enloqueció, sabía que era momento de los fuegos artificiales, aprovechando la poca distancia, le dediqué una llamarada de bienvenida.
- ¿Quieres saber mi nombre? ¿¡De verdad quieres saber mi nombre!? ¡Mi nombre es Eliwood de Nanetten, hijo de Karevan de Nanetten y de Zarna de Kosh!
Con éstas últimas palabras me despedía de mi forma humana. Abandonaba las ataduras de esa pequeña forma para poder liberar todo mi potencial. Mi forma dragón se despertó. Una vez mi transformación fue completa, volví a dedicarle la misma mirada al dragón que tenía delante. Ahora nadie intimidaba a nadie, Drackass estaba contento por fin. "Chico, ésta vez me encargo yo" sentenció. El fuego dentro de mi se enloqueció, sabía que era momento de los fuegos artificiales, aprovechando la poca distancia, le dediqué una llamarada de bienvenida.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Dejé al falso dragón pasmado en el sitio mientras salía afuera. Procuré que mi ira no saliera de mi mientras me iba por los pasadizos de la cueva. Me di cuenta de que al menos había conseguido seguirme, pero estaba atemorizado como lo estaban los seres inferiores en ese momento. Tuvo la decencia de decir su nombre, y hacer que no luchara con un caballero desconocido. No conozco esos títulos, ni a esas personas... pero tú lo has dicho: Nanetten. No tienes ninguna relación con nosotros, y que uno de los tuyos te diera nuestro poder no te hace de los nuestros.
Y comprobé de forma más exhaustiva que no era de los nuestros, empezó a combatir lanzando una llamarada. La esquivé con facilidad de un salto hacia atrás. Nunca se lanzaba una llamarada cuando no se esta seguro de acertar. Por eso reservé el fuego para mas tarde, y corrí hacia él con las garras por delante a modo de lanzas.
Y comprobé de forma más exhaustiva que no era de los nuestros, empezó a combatir lanzando una llamarada. La esquivé con facilidad de un salto hacia atrás. Nunca se lanzaba una llamarada cuando no se esta seguro de acertar. Por eso reservé el fuego para mas tarde, y corrí hacia él con las garras por delante a modo de lanzas.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Odié esas frases que me dijo, en parte, porque eran verdad. Había venido hasta Awinor justamente para eso, para ganarme la aprobación de los demás dragones. Quería poder ser reconocido dentro de los demás. A más a más, no sé si era para poder llamar a algo hogar ahora que todo lo que había dejado atrás parecía ya demasiado lejano o porqué Drackass se lo merecía. De esta forma poder entrenarme junto a mis nuevos camaradas y aprender técnicas milenarias de los mismos dragones de los cuales ahora ya tan sólo son letras en los manuscritos y sonidos en las bocas de los juglares.
De un salto hacia atrás consiguió escapar mi llamarada. No pude decir nada más que qué agilidad tenía el contrincante al ejecutar tal maniobra. No vaciló con el contraataque: se lanzó hacia mi con sus garras como lanzas. El salto fue una garantía para mi, ya que dejaba margen de maniobra para mi posible respuesta. Dejé que se acercara lo suficiente para que el movimiento fuera inevitable de parar y entonces deslicé la cola por detrás de mí para que en el momento adecuado, lanzarla horizontalmente hacia mi contrincante y cambiar la dirección de su marcha. Por desgracia, el movimiento no fue cuadrado a la perfección y una garra logró alcanzarme, hiriéndome el costado izquierdo. Pero el coletazo le dio de lleno a él también, ése fue mi alivio. Pude recomponerme con facilidad, las ganas de batalla se sobreponieron.
De un salto hacia atrás consiguió escapar mi llamarada. No pude decir nada más que qué agilidad tenía el contrincante al ejecutar tal maniobra. No vaciló con el contraataque: se lanzó hacia mi con sus garras como lanzas. El salto fue una garantía para mi, ya que dejaba margen de maniobra para mi posible respuesta. Dejé que se acercara lo suficiente para que el movimiento fuera inevitable de parar y entonces deslicé la cola por detrás de mí para que en el momento adecuado, lanzarla horizontalmente hacia mi contrincante y cambiar la dirección de su marcha. Por desgracia, el movimiento no fue cuadrado a la perfección y una garra logró alcanzarme, hiriéndome el costado izquierdo. Pero el coletazo le dio de lleno a él también, ése fue mi alivio. Pude recomponerme con facilidad, las ganas de batalla se sobreponieron.
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Había conseguido enfadar al extrajero: todo el mundo sabía que las llamaradas solo se usaban en combates a muerte, y que se reservaban cuando el blanco era seguro. Con mi maniobra conseguí dar un golpe poco profundo con una de mis garras, y su cola se clavó por un momento en mi costado, arrancándome unas pocas escamas.
La ira del dragón seguía latente, y me vi obligado a alcanzar más altura que me diera ventaja. Como siempre hacía en estos casos, evaluaba mínimamente al adversario mientras tomaba una mínima distancia segura. -¿Sabias que las llamaradas se usan solo en combates a muerte?
La ira del dragón seguía latente, y me vi obligado a alcanzar más altura que me diera ventaja. Como siempre hacía en estos casos, evaluaba mínimamente al adversario mientras tomaba una mínima distancia segura. -¿Sabias que las llamaradas se usan solo en combates a muerte?
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
El contrincante también se recompuso con facilidad. Eso me demostraba que las ganas de pelea en él eran igual de intensas que para mí. Tensando todos mis músculos espere al próximo ataque. Sus patas se arquearon, las alas se inflaron con el viento seco de Awinor. Empezó a ganar altura y a observarme, me incomodó bastante esa posición: él parecía imponer mucho más desde esa altura. Preparándome para un veloz desliz, clavando las uñas en el suelo para poder tener el máximo de agarre y, en consecuencia, la máxima precisión en el movimiento, me sorprendió cuando el dragón dejó ir unas palabras:
- ¿Sabias que las llamaradas se usan solo en combates a muerte?
No me esperaba esa reacción del dragón. Por lo que parecía, el dragón se estaba tomando esta pelea como un mero entrenamiento también. Un entrenamiento en el cual era yo el aprendiz. Las dudas me embargaron. No fue al cabo de un minuto o dos que respondí a esta pregunta:
- Entonces, ¿para cuándo se deben usar las llamaradas?
- ¿Sabias que las llamaradas se usan solo en combates a muerte?
No me esperaba esa reacción del dragón. Por lo que parecía, el dragón se estaba tomando esta pelea como un mero entrenamiento también. Un entrenamiento en el cual era yo el aprendiz. Las dudas me embargaron. No fue al cabo de un minuto o dos que respondí a esta pregunta:
- Entonces, ¿para cuándo se deben usar las llamaradas?
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Cerré mis alas y me posé rápidamente en el suelo, mirando a Eliwood. Pues en combates con sheks, tonto. Y solo cuando se está seguro de dar en el blanco. al comentario lo seguía una carcajada. Claramente yo tenía mucha más experiencia en cuerpo de dragón, y eso era lo que equilibraba el combate. Me moví sin parecer amenazante hacia el. Esperaba que dijera algo, algo que cambiaría totalmente la primera imagen que tenía de Eliwood.
Rannell- Idhunita
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
El dragón se posó en el suelo. La vibración del suelo me llegó como si de un terremoto fuera. Sin dejar de mirar, Rannell me contestó:
- Pues en combates con sheks, tonto. Y solo cuando se está seguro de dar en el blanco.
Las garras dejaron de estar clavadas en el suelo, mis músculos se destensaron. Aunque el dragón se estaba acercando peligrosamente hacia mí, no me imbuía ninguna sensación de desconfianza. La carcajada que prosiguió a la enseñanza no me taladró las orejas, es más, sentí vergüenza por desconocer algo que parecía tan obvio. Una sensación de inferioridad embargó todo mi ser, si en la forma humana había tenido una clara ventaja, ahora era yo el que no podía compararse con ése dragón. Siguiendo en mi mar de dudas proseguí con el interrogatorio, debía... no, ¡necesitaba aprender mucho más! Ése era el momento que había estado buscando todos esos meses de ermitaño en Awinor.
- Y sin el fuego, ¿atacas con las garras y la cola? No lo entiendo...
- Pues en combates con sheks, tonto. Y solo cuando se está seguro de dar en el blanco.
Las garras dejaron de estar clavadas en el suelo, mis músculos se destensaron. Aunque el dragón se estaba acercando peligrosamente hacia mí, no me imbuía ninguna sensación de desconfianza. La carcajada que prosiguió a la enseñanza no me taladró las orejas, es más, sentí vergüenza por desconocer algo que parecía tan obvio. Una sensación de inferioridad embargó todo mi ser, si en la forma humana había tenido una clara ventaja, ahora era yo el que no podía compararse con ése dragón. Siguiendo en mi mar de dudas proseguí con el interrogatorio, debía... no, ¡necesitaba aprender mucho más! Ése era el momento que había estado buscando todos esos meses de ermitaño en Awinor.
- Y sin el fuego, ¿atacas con las garras y la cola? No lo entiendo...
Eliwood- Señora de la Torre
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Re: Sucesos [Entrenamiento]
Estábamos, al fin, igualados por la experiencia. Se relajó visiblemente y dejó de clavar las garras en el suelo. Garras, cola, dientes... usa la imaginación. Pero es lógico: solo estamos entrenando. había dejado de ser amenazador, era otra vez un pequeño dragón haciendo amigos.
Pensé que tal vez se sentiría más cómodo viéndome humano. Me transformé y me senté bajo el sol. ¿Siguiente?
Off: Sin combate es que no veo que poner ^^
Pensé que tal vez se sentiría más cómodo viéndome humano. Me transformé y me senté bajo el sol. ¿Siguiente?
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Rannell- Idhunita
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