La Dama embrujada [RP, alby y Arturia]
Página 1 de 1.
La Dama embrujada [RP, alby y Arturia]
Me puse camino a Celestia al amanecer. Partí del campamento humano en el que me encontraba, puesto que ya había pasado la amenaza de que nos atacara el grupo de Szish. Según me dijeron un grupo de personas de allí, si seguía andando a buen ritmo llegaría en menos de una semana. Lo lamenté por Angelique, que había perdido a su padre hacía relativamente poco tiempo, pero yo no tenía intenciones de quedarme en aquel lugar. Supongo que, en el fondo, yo nunca iba a cambiar el hecho de que no podía soportar estar demasiado tiempo en un mismo sitio.
No llevaba mucho más encima que mi espada y algo de agua y comida, dinero y, por supuesto, mi ropa. Creí que eso sería suficiente para aguantar unos días antes de encontrar un sitio donde comprar algo más antes de que se me agotaran, siempre y cuando no hubiera algún incidente por el camino. Nunca se sabía, pero sinceramente esperaba que no ocurriera ninguno.
Me giré varias veces para mirar hacia atrás, hasta que dejé de ver el campamento donde había pasado los últimos días. Di un suspiro al darme cuenta de que me encontraba, de nuevo, completamente sola. Ya me había acostumbrado tiempo atrás, así que no me molestaba demasiado; pero aún así, preferiría que hubiera alguien acompañándome. Si hay algún contratiempo, hacen siempre más dos personas que una, y eso es innegable.
Pero como no podía hacer nada, me limité a dar un largo suspiro nuevamente y seguir adelante. Si soy sincera, aunque no llevaba prisa por llegar a ningún lado, no me sentía cómoda en un lugar como aquel, alejado del resto del mundo.
No llevaba mucho más encima que mi espada y algo de agua y comida, dinero y, por supuesto, mi ropa. Creí que eso sería suficiente para aguantar unos días antes de encontrar un sitio donde comprar algo más antes de que se me agotaran, siempre y cuando no hubiera algún incidente por el camino. Nunca se sabía, pero sinceramente esperaba que no ocurriera ninguno.
Me giré varias veces para mirar hacia atrás, hasta que dejé de ver el campamento donde había pasado los últimos días. Di un suspiro al darme cuenta de que me encontraba, de nuevo, completamente sola. Ya me había acostumbrado tiempo atrás, así que no me molestaba demasiado; pero aún así, preferiría que hubiera alguien acompañándome. Si hay algún contratiempo, hacen siempre más dos personas que una, y eso es innegable.
Pero como no podía hacer nada, me limité a dar un largo suspiro nuevamente y seguir adelante. Si soy sincera, aunque no llevaba prisa por llegar a ningún lado, no me sentía cómoda en un lugar como aquel, alejado del resto del mundo.
Arturia- Caballero
- Mensajes : 323
Puntos : 189
Fecha de inscripción : 29/09/2012
Edad : 27
Localización : Detrás de ti
Datos
Su personaje es: Arturia Pendragon, humana de alta clase
Trabaja de: ...
Pertenece a: Es neutral
Re: La Dama embrujada [RP, alby y Arturia]
Tiempo al tiempo, pues el tiempo es el tiempo, el enemigo más peligroso que existía, indominable, invencible, no se le podía hacer nada, no se podía combatir contra él, no se podía parar, no se le podía hacer frente pues había acabado con reyes y ejércitos, había destruido ciudades e imperios, había roto lo irrompible, matado al inmortal y hecho sufrir al inocente, pero, en estos momentos, para mí el tiempo no significaba nada. ¿Tiempo? Ya no me basaba en el tiempo, había pasado demasiado en aquel lugar de mi exilio eterno. ¿Exilio? No, no era un exilio, era un suicidio. Sí, así es como lo llamaría, pues incluso después de todo lo que había acontecido no había logrado acabar con mi vida y durante muchos soles y lunas estuve atrapado, en mi prisión, en el mismo hechizo que realicé con tal de salvar a los míos de mi propia estupidez e impulsividad debido a causa de una persona que durante mi larga espera me había dado tiempo a odiar, a amar, a sanar mis heridas, mi corazón roto y a olvidar, como si nunca hubiera existido, para mí, esa persona no era más que una invención de mi propia imaginación, no era ni tan siquiera una persona, era un pensamiento furtivo que perturbaba mi mente y que ahora había desaparecido y que no me molestaba más, ni tan siquiera recordaba el nombre de esa ánima perturbadora.
El momento de mi muerte nunca llegó, pues, por más que esperara a que llegara, nunca aparecía, y mi agonía se intensificaba, mi castigo por mis propios actos al estar siempre consciente en todo momento mientras mi cuerpo yacía congelado en el hielo, en mi propio hielo, que había usado para salvarlos a todos de mi propia furia, pues había creado agujeros en la cueva en el fondo del mar, haciendo que se inundara y para salvarlos, tuve que congelar toda esa agua tiñendo de azul y escarcha las paredes, haciendo que mi propio cuerpo se congelara por haber usado más energía de la que tenía y de forma no segura, mi propio hechizo se había vuelto contra mí. Pero había algo que me había mantenido entretenido, me había brindado algo de libertad, o más bien un cúmulo de circunstancias y factores. En el interior de mi gabardina, mi amuleto palpitaba, el amuleto, o más bien la llave que mi madre me había confiado y guardado en mi baúl de los juguetes y en este parecía residir algo de magia, magia que se había intensificado al encontrarme en uno de los puntos telúricos, donde convergían cientos de líneas telúricas que se extendían por todo Idhún, y en mi mente, o más bien, incorporeamente, viajé al lugar donde se colocaba esta llave, el punto donde debía encajar para revelar así la tumba de mis antepasados, y no solo míos, de Ariadna también. Los Rocnus, la tumba de los Rocnus, sellada y oculta por la magia más poderosa, y pronto comprendí el por qué. Lo que descubrí en esas catacumbas fue conocimiento, el conocimiento guardado y pasado de generación en generación por mis ancestros.
En una losa de piedra pude leer el nombre de ese lugar, "Pandorica", se llamaba. La Pandorica la llamaba yo, a esa sala, donde las estanterías albergaban infinidad de libros bien conservados y cuidados para que no se estropearan y pudieran ser legibles. leí y leí y volví a leer, aprendiendo los conocimientos de mis ancestros, y pronto comprendí por qué el Septimo, ese Avatar que había venido a atacarme a mí y a los demás, a Ariadna, mi prima, La Sombra, trataba de hallar el amuleto, la llave de la Pandorica puesto que no solo era conocimiento lo que se albergaba allí, había algo más, según las escrituras, algo más existía y se guardaba en los niveles más bajos de las catacumbas protegido por hechizos muy efectivos y que me mantenían a raya hasta a mí, y pronto comprendí muchas cosas. Pasé de ser un archimago joven, inocente y analfabeto a convertirme en todo un sabio, aunque solo fuera dentro de mi cabeza, y comprendí mis propias capacidades y por qué estaba en ese lugar. El amulto estaba conectado a ese lugar, y yo estaba conectado a la red telúrica que me había permitido estar en mente y conciencia en esa sala, esas catacumbas, aunque tenía limitaciones, no podía tocar ningún objeto creado por magia o de naturaleza mágica, solo podía tocar y palpar lo inanimado, ningún ser vivo podía ser tocado por mí o llegar a tocarme, pues me atravesaría. Y si cualquier hechizo entraba en contacto conmigo, me desvanecería, sería como apagar mi consciencia por un tiempo, como dormir, por ello nunca pude ver el arma de la que se hablaba en las historias.
Pero pronto mi aventura cambió, tiempo pasó y tiempo se fue, muchos acontecimientos habían acontecido en Idhún durante mi letargo, ajeno a estos hechos, estudié, comprendí y puse en práctica los conocimientos, y mientras tanto, mi cuerpo poco a poco se iba fundiendo y entrelazando con la red telúrca de Idhún, sentía la magia como nunca la había sentido, me sentía acalorado pero poderoso, energético, me sentía mejor que nunca. Me sentía grande y pequeño al mismo tiempo, era como nadar, bucear en un mar, en un océano, a través de ríos, y sin necesidad de respirar. Y pronto, traté de manifestarme, de la misma forma que lo había hecho en la Pandorica, en las tierras de Idhún. Luces, energía, magia, y aparecí en mitad de un desierto, primero la luz me deslumbró para después adaptarme y llevarme una mano a losa ojos para que no me diera de forma directa, hasta que me di cuenta de que no sentía daño ni molestia, podía mirar al sol directamente sin que mis ojos ardieran.
Y traté de empezar a caminar para notar mi ritmo acelerado y que llevaba unas vestimentas extrañas: -¿Yollevabaestasvestimentasantesdequemecongelaraosonnuevas? ¿Oquizásseaunainterpretaciónoníricademispropiasropas? Esdecir, queesasícomolasrecuerdamisubconscienteotalvezesqueseaasícomoquieramostrarse. Esperaunmomento, ¿Yoteníavozdepito? Norecuerdo, erajovenperonotanto, asíque... ¿Porquétengovozdemujer? -Y comencé a palparme la cara, para después deslizarlas hacia mis pechos: -Uhm... Notengopechosperotengovozdemujer. -y entonces hice la comprobación final, bajando hasta la zona más íntima de mi cuerpo y que no me daba pudor ahora. -Muybien, notengopechosperotampocotengopene, esdecir, soyplana. Perfecto, meencantanlasplanas ¿oeraqueahoramegustanlasplanasyantesno? ¿oahoramegustanloshombres? ¿Yporquenolosdos? -Y entonces miré mis manos, eran negras y me las acerqué al rostro. -Esdecir, ¿soynegrooporelcontrariosolotengonegraslasmanosporunmalconceptodemimismo, unaimagenmentalmalformada? Necesitoalgo, unespejo. -Y con un chasquido de mis dedos gotas de agua empezaron a emanar y ascender desde el interior de la caliente y ardiente arena para acumularse frente a ´mi en forma de óbalo y tornarse un espejo. -Aver, soynegraenteradecuerpocompleto, tengoojosrojosoesoesloquemedalaimpresión... Tengopeloblancoyrizadocomoantesademásdeemrañadoyalocado, aunqueanteste´niapelonegroyahoralotengoblanco. ¡Esoquieredecirquesoyunayan! ¿Cómodeberíallamarmeapartirdeahora? ¿ElfemeninodeAlbyesAlbana, no? Sí.-y admiraba mis nuevos ropajes más elegantes, una combinación de negro y azul, y el espejo se volvió a tornar agua que se esparció por la arena mojandola.
-Soyyan mujer, ytambiénsoyalgomásadultaycreoquehecrecidounpardecentimetros, nomerecuerdotanaltaperobueno. Ahoraquelopiensonotounaextrañasensación, comounhormigueoenmicuerpo, ade´masdequetodoloquedigolodigoenvozaltaloquesugierequeesposiblequealestarmediantemimenteymispensamientosnoseacapazdecallarypensar; sientocomosialgocalienterecorrieramicuerpo, algocalientenoenunsentidosexual, esoseríaexcitación, ¿estoyexcitadaporregresaraIdhúntrasincontabletiemposinpisarestatierra? Nocreo, creoquemásbienesalgodiferente, másbienexplosivo-y comenzaba andar de un lado para otro en círculos, inquieta, mientras gotas de agua emergían de mi cuerpo y se quedaban flotando a mi alrededor de manera estática. -Sí, creoqueaestoselellamaunprocesodeinestabilidad, estoyempezandoacargarmedeenergía, delamagiadeIdhúnysoyincapazdeconsumirlaocontenerlaenmiinterior, porloquelomásprobableesquetermineestallandoamenosquelogrehalarunaformadeestabilizarme. Ycreoquelaexplosiónesmásrápida. -Y sin que yo quisiera, extendí los brazos a los laterales mientras mi cuerpo se iluminaba y teñía de azul y las gotas, esferas acuáticas empezaban a orbitar a mi alrededor cada vez a más velocidad, hasta que en un momento dado llegué a mi límite y la energía fue liberada en una gran explosión en forma de esfera acuática que sin duda se debía ver a kilómetros de distancia, y yo caí al suelo rendida, o mas bien semiinconsciente.
El momento de mi muerte nunca llegó, pues, por más que esperara a que llegara, nunca aparecía, y mi agonía se intensificaba, mi castigo por mis propios actos al estar siempre consciente en todo momento mientras mi cuerpo yacía congelado en el hielo, en mi propio hielo, que había usado para salvarlos a todos de mi propia furia, pues había creado agujeros en la cueva en el fondo del mar, haciendo que se inundara y para salvarlos, tuve que congelar toda esa agua tiñendo de azul y escarcha las paredes, haciendo que mi propio cuerpo se congelara por haber usado más energía de la que tenía y de forma no segura, mi propio hechizo se había vuelto contra mí. Pero había algo que me había mantenido entretenido, me había brindado algo de libertad, o más bien un cúmulo de circunstancias y factores. En el interior de mi gabardina, mi amuleto palpitaba, el amuleto, o más bien la llave que mi madre me había confiado y guardado en mi baúl de los juguetes y en este parecía residir algo de magia, magia que se había intensificado al encontrarme en uno de los puntos telúricos, donde convergían cientos de líneas telúricas que se extendían por todo Idhún, y en mi mente, o más bien, incorporeamente, viajé al lugar donde se colocaba esta llave, el punto donde debía encajar para revelar así la tumba de mis antepasados, y no solo míos, de Ariadna también. Los Rocnus, la tumba de los Rocnus, sellada y oculta por la magia más poderosa, y pronto comprendí el por qué. Lo que descubrí en esas catacumbas fue conocimiento, el conocimiento guardado y pasado de generación en generación por mis ancestros.
En una losa de piedra pude leer el nombre de ese lugar, "Pandorica", se llamaba. La Pandorica la llamaba yo, a esa sala, donde las estanterías albergaban infinidad de libros bien conservados y cuidados para que no se estropearan y pudieran ser legibles. leí y leí y volví a leer, aprendiendo los conocimientos de mis ancestros, y pronto comprendí por qué el Septimo, ese Avatar que había venido a atacarme a mí y a los demás, a Ariadna, mi prima, La Sombra, trataba de hallar el amuleto, la llave de la Pandorica puesto que no solo era conocimiento lo que se albergaba allí, había algo más, según las escrituras, algo más existía y se guardaba en los niveles más bajos de las catacumbas protegido por hechizos muy efectivos y que me mantenían a raya hasta a mí, y pronto comprendí muchas cosas. Pasé de ser un archimago joven, inocente y analfabeto a convertirme en todo un sabio, aunque solo fuera dentro de mi cabeza, y comprendí mis propias capacidades y por qué estaba en ese lugar. El amulto estaba conectado a ese lugar, y yo estaba conectado a la red telúrica que me había permitido estar en mente y conciencia en esa sala, esas catacumbas, aunque tenía limitaciones, no podía tocar ningún objeto creado por magia o de naturaleza mágica, solo podía tocar y palpar lo inanimado, ningún ser vivo podía ser tocado por mí o llegar a tocarme, pues me atravesaría. Y si cualquier hechizo entraba en contacto conmigo, me desvanecería, sería como apagar mi consciencia por un tiempo, como dormir, por ello nunca pude ver el arma de la que se hablaba en las historias.
Pero pronto mi aventura cambió, tiempo pasó y tiempo se fue, muchos acontecimientos habían acontecido en Idhún durante mi letargo, ajeno a estos hechos, estudié, comprendí y puse en práctica los conocimientos, y mientras tanto, mi cuerpo poco a poco se iba fundiendo y entrelazando con la red telúrca de Idhún, sentía la magia como nunca la había sentido, me sentía acalorado pero poderoso, energético, me sentía mejor que nunca. Me sentía grande y pequeño al mismo tiempo, era como nadar, bucear en un mar, en un océano, a través de ríos, y sin necesidad de respirar. Y pronto, traté de manifestarme, de la misma forma que lo había hecho en la Pandorica, en las tierras de Idhún. Luces, energía, magia, y aparecí en mitad de un desierto, primero la luz me deslumbró para después adaptarme y llevarme una mano a losa ojos para que no me diera de forma directa, hasta que me di cuenta de que no sentía daño ni molestia, podía mirar al sol directamente sin que mis ojos ardieran.
Y traté de empezar a caminar para notar mi ritmo acelerado y que llevaba unas vestimentas extrañas: -¿Yollevabaestasvestimentasantesdequemecongelaraosonnuevas? ¿Oquizásseaunainterpretaciónoníricademispropiasropas? Esdecir, queesasícomolasrecuerdamisubconscienteotalvezesqueseaasícomoquieramostrarse. Esperaunmomento, ¿Yoteníavozdepito? Norecuerdo, erajovenperonotanto, asíque... ¿Porquétengovozdemujer? -Y comencé a palparme la cara, para después deslizarlas hacia mis pechos: -Uhm... Notengopechosperotengovozdemujer. -y entonces hice la comprobación final, bajando hasta la zona más íntima de mi cuerpo y que no me daba pudor ahora. -Muybien, notengopechosperotampocotengopene, esdecir, soyplana. Perfecto, meencantanlasplanas ¿oeraqueahoramegustanlasplanasyantesno? ¿oahoramegustanloshombres? ¿Yporquenolosdos? -Y entonces miré mis manos, eran negras y me las acerqué al rostro. -Esdecir, ¿soynegrooporelcontrariosolotengonegraslasmanosporunmalconceptodemimismo, unaimagenmentalmalformada? Necesitoalgo, unespejo. -Y con un chasquido de mis dedos gotas de agua empezaron a emanar y ascender desde el interior de la caliente y ardiente arena para acumularse frente a ´mi en forma de óbalo y tornarse un espejo. -Aver, soynegraenteradecuerpocompleto, tengoojosrojosoesoesloquemedalaimpresión... Tengopeloblancoyrizadocomoantesademásdeemrañadoyalocado, aunqueanteste´niapelonegroyahoralotengoblanco. ¡Esoquieredecirquesoyunayan! ¿Cómodeberíallamarmeapartirdeahora? ¿ElfemeninodeAlbyesAlbana, no? Sí.-y admiraba mis nuevos ropajes más elegantes, una combinación de negro y azul, y el espejo se volvió a tornar agua que se esparció por la arena mojandola.
-Soyyan mujer, ytambiénsoyalgomásadultaycreoquehecrecidounpardecentimetros, nomerecuerdotanaltaperobueno. Ahoraquelopiensonotounaextrañasensación, comounhormigueoenmicuerpo, ade´masdequetodoloquedigolodigoenvozaltaloquesugierequeesposiblequealestarmediantemimenteymispensamientosnoseacapazdecallarypensar; sientocomosialgocalienterecorrieramicuerpo, algocalientenoenunsentidosexual, esoseríaexcitación, ¿estoyexcitadaporregresaraIdhúntrasincontabletiemposinpisarestatierra? Nocreo, creoquemásbienesalgodiferente, másbienexplosivo-y comenzaba andar de un lado para otro en círculos, inquieta, mientras gotas de agua emergían de mi cuerpo y se quedaban flotando a mi alrededor de manera estática. -Sí, creoqueaestoselellamaunprocesodeinestabilidad, estoyempezandoacargarmedeenergía, delamagiadeIdhúnysoyincapazdeconsumirlaocontenerlaenmiinterior, porloquelomásprobableesquetermineestallandoamenosquelogrehalarunaformadeestabilizarme. Ycreoquelaexplosiónesmásrápida. -Y sin que yo quisiera, extendí los brazos a los laterales mientras mi cuerpo se iluminaba y teñía de azul y las gotas, esferas acuáticas empezaban a orbitar a mi alrededor cada vez a más velocidad, hasta que en un momento dado llegué a mi límite y la energía fue liberada en una gran explosión en forma de esfera acuática que sin duda se debía ver a kilómetros de distancia, y yo caí al suelo rendida, o mas bien semiinconsciente.
Invitado- Invitado
Re: La Dama embrujada [RP, alby y Arturia]
Si bien sabía que no debía volver, estuve tentada a hacerlo un par de veces.
Para empezar, no estaba acostumbrada a las altas temperaturas del desierto. Estaba casi asfixiada cuando solo llevaba un par de horas andando, y no quería beber demasiada agua hasta encontrar un sitio donde obtener más. En segundo lugar, andar sobre la arena era agotador. Si habéis caminado alguna vez sobre las blancas arenillas de una playa, sabréis de sobra que, por el hecho de que los pies se hunden un poco, hace que el esfuerzo por avanzar se multiplique. En tercer lugar, la piel me abrasaba. La tenía blanca como la nieve, y al ser noble no estaba acostumbrada a pasar largas horas al sol. De hecho, hasta que no pasé una determinada edad, ni siquiera había visto los soles. Y en cuarto lugar, me fastidiaba no tener a nadie con quien conversar en los días que iba a pasar. Se me iban a hacer tan largos como una noche de tormenta para un niño.
Pero eso no me hizo volver sobre mis pasos. Tal vez parecerá una chorrada, pero algo en mi orgullo me decía que, si lo hacía, parecería más débil de lo que era. Que no había podido aguantar sin ayuda.
El primer descanso lo tomé a las tres horas de salir del campamento. No comí nada, no porque no tuviera hambre, sino porque quería apurar la comida todo lo que fuera posible. En mi bolsa no había demasiada, y me dije a mí misma que tenía que aguantar. Después de eso, me puse en marcha de nuevo, y no hice otra parada hasta estar segura de que no podría andar mucho más con mis tripas retorciéndose. Aún así, no comí demasiado.
Me topé con un par de chicos yan en el camino. Si es que en el desierto hay algún camino definido, claro. Les pregunté en qué dirección estaba el norte pues, aunque lo intuía, quería estar segura de no ir al contrario de mi destino. Se mostraron un poco tensos al hablar conmigo, y pensé que no debían de fiarse mucho de la gente que se les acerca. Para mi alivio, no estaba yendo hacia el sur, aunque me había desviado un poco de mi ruta. Les agradecí y retomé mi paso ligero hacia Celestia.
Y entonces, cuando pensé que el día no podía ser más aburrido, escuché un sonido sordo hacia el Este. Me volví para mirar y vi que había empezado a… ¿llover? No, aquello era el desierto, y tampoco había nubes que dejaran caer la lluvia. No obstante, estaba cayendo agua a pocos kilómetros de donde me encontraba…
Abrí mucho los ojos, incrédula. Decidí que desviarme un poco para mirar qué sucedía no me haría demasiado mal, y además, yo de siempre había sido curiosa. Supongo que es algo que me viene desde niña, cuando no podía ver el mundo por mis ojos y tenía que hacer pregunta sobre todo lo que estaba pasando fuera de mi casa.
Así que, aunque significara llegar unas horas después a Celestia, fui a ver qué sucedía.
Para empezar, no estaba acostumbrada a las altas temperaturas del desierto. Estaba casi asfixiada cuando solo llevaba un par de horas andando, y no quería beber demasiada agua hasta encontrar un sitio donde obtener más. En segundo lugar, andar sobre la arena era agotador. Si habéis caminado alguna vez sobre las blancas arenillas de una playa, sabréis de sobra que, por el hecho de que los pies se hunden un poco, hace que el esfuerzo por avanzar se multiplique. En tercer lugar, la piel me abrasaba. La tenía blanca como la nieve, y al ser noble no estaba acostumbrada a pasar largas horas al sol. De hecho, hasta que no pasé una determinada edad, ni siquiera había visto los soles. Y en cuarto lugar, me fastidiaba no tener a nadie con quien conversar en los días que iba a pasar. Se me iban a hacer tan largos como una noche de tormenta para un niño.
Pero eso no me hizo volver sobre mis pasos. Tal vez parecerá una chorrada, pero algo en mi orgullo me decía que, si lo hacía, parecería más débil de lo que era. Que no había podido aguantar sin ayuda.
El primer descanso lo tomé a las tres horas de salir del campamento. No comí nada, no porque no tuviera hambre, sino porque quería apurar la comida todo lo que fuera posible. En mi bolsa no había demasiada, y me dije a mí misma que tenía que aguantar. Después de eso, me puse en marcha de nuevo, y no hice otra parada hasta estar segura de que no podría andar mucho más con mis tripas retorciéndose. Aún así, no comí demasiado.
Me topé con un par de chicos yan en el camino. Si es que en el desierto hay algún camino definido, claro. Les pregunté en qué dirección estaba el norte pues, aunque lo intuía, quería estar segura de no ir al contrario de mi destino. Se mostraron un poco tensos al hablar conmigo, y pensé que no debían de fiarse mucho de la gente que se les acerca. Para mi alivio, no estaba yendo hacia el sur, aunque me había desviado un poco de mi ruta. Les agradecí y retomé mi paso ligero hacia Celestia.
Y entonces, cuando pensé que el día no podía ser más aburrido, escuché un sonido sordo hacia el Este. Me volví para mirar y vi que había empezado a… ¿llover? No, aquello era el desierto, y tampoco había nubes que dejaran caer la lluvia. No obstante, estaba cayendo agua a pocos kilómetros de donde me encontraba…
Abrí mucho los ojos, incrédula. Decidí que desviarme un poco para mirar qué sucedía no me haría demasiado mal, y además, yo de siempre había sido curiosa. Supongo que es algo que me viene desde niña, cuando no podía ver el mundo por mis ojos y tenía que hacer pregunta sobre todo lo que estaba pasando fuera de mi casa.
Así que, aunque significara llegar unas horas después a Celestia, fui a ver qué sucedía.
Arturia- Caballero
- Mensajes : 323
Puntos : 189
Fecha de inscripción : 29/09/2012
Edad : 27
Localización : Detrás de ti
Datos
Su personaje es: Arturia Pendragon, humana de alta clase
Trabaja de: ...
Pertenece a: Es neutral
Re: La Dama embrujada [RP, alby y Arturia]
¿Cuanto tiempo pasó? No lo sé, ni tampoco querría saberlo pues el tiempo ya para mí no significaba nada, el tiempo era insignificante para alguien que dejó de contar los días, las semanas, los meses y años que pasó apresada en hielo, y por tanto, en este estado onírico o etéreo en el que me encontraba y que sería mi nueva forma de viajar por el mundo desde que me fundí con las redes telúricas no se atenía al tiempo, era atemporal, no envejecía, no morí, no perecía, era inagotable, pero a su vez su propia imagen era frágil, pues cualquier forma de energía o magia externa era capaz de deshacerme o más bien desestabilizarme lo suficiente como para romper mi imagen temporalmente. Pero todavía me quedaba un largo camino para llegar a comprender mi verdadera esencia, mi función y mis capacidades. Por pura lógica, ahora que me había fundido con las redes telúricas, pertenecía a la magia de Idhún y por tanto, según los conocimientos y mis interpretaciones de los mismos que había adquirido gracias a la biblioteca y catacumbas de mi familia, se podría decir que era la magia personificada, y por ese simple hecho, no podía atenerme a una maestría elemental concreta, en todo caso una preferencia, pero eso sería algo que debía descubrir, pues esto eran solo suposiciones que hacía en un estado de entre inconsciencia y conciencia, puesto que aquella inestabilidad habia hecho que por unos segundos, mi figura se descincronizara con el resto de mi ser, es decir, mi mente se separara parcialmente por un tiempo de la figura que trataba de reproducir aquellas acciones que había tratado de realizar en primera instancia.
Y una vez todo estuvo correcto, me levanté de un salto, mi visión era borrosa, suponía que se debía a la explosión causada, para después comenzar a ver los resultados de aquella obra energética que había llevado a cabo involuntariamente en este primer contacto con el Idhún de esta época. ¿Estábamos en la misma época? Estar, estuve, estoy, estaré, ¿Por qué lo he dicho en plural? El resultado, que no había comentado, a parte de la gran explosión de agua que había bañado las arenas y las humedecía formando una especie de lodo pegajoso, a parte de eso, el mayor fenómeno que había provocado es la condensación del vapor del agua alojado en la atmósfera para comenzar a hacer que a mi alrededor, a un radio de diez metros, comenzara a llover sin una sola nube en el cielo que indicara un punto exacto del origen de la lluvia y por tanto, eso podría ser confundido con un milagro para la gente del desierto. Estaba lloviendo en el desierto. Y lo repetí en voz alta:
-¡Estálloviendoeneldesierto! Estosedebeaunareacciónprovocadaporlainestabilidaddeantes, unaondadenergíamágicaquehadejadoestfenómenocomoenergíaresidual, laenergíasequedaatrapadaenformadelúltimoconjurorealizado, lapreguntaes: ¿Meseguirácomoefectodeunauraquesigodesprendiendohastaquelogreestabilizarmeoporelcontrariosequedaráenestelugarporuntiempo? Eltiempoesrelativo, quizásundía,quizásunasemana,unaño,unsiglo, peroestelugarseráfamosoysilodescubrenmagossellevaránunagransorpresaalanalizarelhechizoyverquehasidorealizadoporunmago, ¿Porquéproposito? Bueno, fueunaccidente.-miré a mi alrededor, a mi calzado no le afectaba tal catastrofe climatológica, pues no eran corporeos, pero al echar un vistazo a mi alrededor pude divisar una figura en las cercanías. La miré, me alegré y di un grito de vítore, y de mi excitación, o impulsividad al estar cargada de energía, parte del agua desperdiciada por el suelo se levantó y comenzó a acumularse y formar una esfera, mas bien como una criatura fantasmal, es decir, el concepto de algunos pueblos de un fantasma, una esfera con una larga cola que nace de la propia esfera, como un globo o una nube esponjosa, y marché, a una velocidad digna de todo yan, incluso un yan con prisa podía aparentar. Y sin previo aviso empecé a abasallarla a preguntas, frases y demás corduras que pasaban por mi mente.
-¡Unhabitantedeestastierras! No. Sí. No. ¿Loeres? Noloeres. Nohuelesnivistesadesierto, peroesigual, porque ¡Eresunaidhunita! Ymujerporloquehepodidocomprobaraunqueesonuncasepuedesaberacienciacierta. -Sin saber porqué empecé a caminar en círculos alrededor de ella, casi invadiendo su espacio personal pero sin establecer contacto, y sin dejarla hablar, siempre escuchando o alzando mi voz. Y mientras tanto, jugaba con la esfera de agua, haciendola girar al son de mi dedo o lanzandola al aire y atrapandola. -Portuaspetoparecesserunahumana, unahijadeidrial, benditaycondenadaIdrial, ¿Idrial? ¿Meequivocooacierto? Nuncahesidoreligiosa, losseisnilossietemeimportanmucho, alfinyalcabosutareayaestácompletadaqueescrearnos. Eresrubia, tienesunacoletayvistesdeazul, merecuerdasaalguien, ysupongoquedebesdeestarpensandoqueestoyloco, omásbienlocaporloquetepuedaparecer, hombreomujer, daigual. Vale, creoquelasagrenomeestállegandoalacabeza, ¿Sangre? ¿Tengosangre? Etéreamenteesimposibleporloqueestosepuedeexplicarcomoundesajustedelosnivelesdepresióninternaenelcuerpodebidoalosacontecimientosprevios. Voyaarreglarlo.-Y sin más dilación me alejé y coloqué mis manos en el suelo para después alzar las piernas y comenzar a caminar sobre mis manos, girar, marchar o saltar, para después dar un gran salto hacia atrás dando un mortal y volviendo a colocarme sobre mis dos piernas, ¿Dos? Sí, no, sí, dos. -Bueno, esoestámejor, ¿Esoesunregistroformalohasonadocoloquial? ¿Yaestáninventadoslosregistrosdelalengua? Esirrelevante.-la miré y exclamé llevandome una mano al pecho y la otra a la espalda y reverenciandome.- Perdonadmidescortesía, pueshestadohablandomuchopuesaunquedanmilesodecenasdemilesdepreguntasquenecesitanserrespondidas, peroprimerovienelapresentacióncortés, miDamadelaluz. YosoyAlbana. Albana. Podéispensarquesiemplementesyunamagaloca, unadementeezquisofrénicaquemerecepasarporlafogataunpardevecesantesdearderyservircomoalimentoparalosSwaints. Osimplementecreéisqueestoesfrutodeunespejismodeldesierto, oquesoyunahechicerapoderosaydemente, oporotroladotenemoslaposibilidadequeestéhablandotanrápidouenitansiquierameesteisprestandoatención.-y la miré para después volver a saltar, ¿Por qué? Porque puedo. Y me acerqué para decir, aun sin dejarla hablar.-¡Meencantais! Nolahedejadohablareningúnmomentoperotampocohahuido, nosésunobre, peromegustaríasaberlo, yesmás, ¿QueréissermiDamaEmbrujada?
Y una vez todo estuvo correcto, me levanté de un salto, mi visión era borrosa, suponía que se debía a la explosión causada, para después comenzar a ver los resultados de aquella obra energética que había llevado a cabo involuntariamente en este primer contacto con el Idhún de esta época. ¿Estábamos en la misma época? Estar, estuve, estoy, estaré, ¿Por qué lo he dicho en plural? El resultado, que no había comentado, a parte de la gran explosión de agua que había bañado las arenas y las humedecía formando una especie de lodo pegajoso, a parte de eso, el mayor fenómeno que había provocado es la condensación del vapor del agua alojado en la atmósfera para comenzar a hacer que a mi alrededor, a un radio de diez metros, comenzara a llover sin una sola nube en el cielo que indicara un punto exacto del origen de la lluvia y por tanto, eso podría ser confundido con un milagro para la gente del desierto. Estaba lloviendo en el desierto. Y lo repetí en voz alta:
-¡Estálloviendoeneldesierto! Estosedebeaunareacciónprovocadaporlainestabilidaddeantes, unaondadenergíamágicaquehadejadoestfenómenocomoenergíaresidual, laenergíasequedaatrapadaenformadelúltimoconjurorealizado, lapreguntaes: ¿Meseguirácomoefectodeunauraquesigodesprendiendohastaquelogreestabilizarmeoporelcontrariosequedaráenestelugarporuntiempo? Eltiempoesrelativo, quizásundía,quizásunasemana,unaño,unsiglo, peroestelugarseráfamosoysilodescubrenmagossellevaránunagransorpresaalanalizarelhechizoyverquehasidorealizadoporunmago, ¿Porquéproposito? Bueno, fueunaccidente.-miré a mi alrededor, a mi calzado no le afectaba tal catastrofe climatológica, pues no eran corporeos, pero al echar un vistazo a mi alrededor pude divisar una figura en las cercanías. La miré, me alegré y di un grito de vítore, y de mi excitación, o impulsividad al estar cargada de energía, parte del agua desperdiciada por el suelo se levantó y comenzó a acumularse y formar una esfera, mas bien como una criatura fantasmal, es decir, el concepto de algunos pueblos de un fantasma, una esfera con una larga cola que nace de la propia esfera, como un globo o una nube esponjosa, y marché, a una velocidad digna de todo yan, incluso un yan con prisa podía aparentar. Y sin previo aviso empecé a abasallarla a preguntas, frases y demás corduras que pasaban por mi mente.
-¡Unhabitantedeestastierras! No. Sí. No. ¿Loeres? Noloeres. Nohuelesnivistesadesierto, peroesigual, porque ¡Eresunaidhunita! Ymujerporloquehepodidocomprobaraunqueesonuncasepuedesaberacienciacierta. -Sin saber porqué empecé a caminar en círculos alrededor de ella, casi invadiendo su espacio personal pero sin establecer contacto, y sin dejarla hablar, siempre escuchando o alzando mi voz. Y mientras tanto, jugaba con la esfera de agua, haciendola girar al son de mi dedo o lanzandola al aire y atrapandola. -Portuaspetoparecesserunahumana, unahijadeidrial, benditaycondenadaIdrial, ¿Idrial? ¿Meequivocooacierto? Nuncahesidoreligiosa, losseisnilossietemeimportanmucho, alfinyalcabosutareayaestácompletadaqueescrearnos. Eresrubia, tienesunacoletayvistesdeazul, merecuerdasaalguien, ysupongoquedebesdeestarpensandoqueestoyloco, omásbienlocaporloquetepuedaparecer, hombreomujer, daigual. Vale, creoquelasagrenomeestállegandoalacabeza, ¿Sangre? ¿Tengosangre? Etéreamenteesimposibleporloqueestosepuedeexplicarcomoundesajustedelosnivelesdepresióninternaenelcuerpodebidoalosacontecimientosprevios. Voyaarreglarlo.-Y sin más dilación me alejé y coloqué mis manos en el suelo para después alzar las piernas y comenzar a caminar sobre mis manos, girar, marchar o saltar, para después dar un gran salto hacia atrás dando un mortal y volviendo a colocarme sobre mis dos piernas, ¿Dos? Sí, no, sí, dos. -Bueno, esoestámejor, ¿Esoesunregistroformalohasonadocoloquial? ¿Yaestáninventadoslosregistrosdelalengua? Esirrelevante.-la miré y exclamé llevandome una mano al pecho y la otra a la espalda y reverenciandome.- Perdonadmidescortesía, pueshestadohablandomuchopuesaunquedanmilesodecenasdemilesdepreguntasquenecesitanserrespondidas, peroprimerovienelapresentacióncortés, miDamadelaluz. YosoyAlbana. Albana. Podéispensarquesiemplementesyunamagaloca, unadementeezquisofrénicaquemerecepasarporlafogataunpardevecesantesdearderyservircomoalimentoparalosSwaints. Osimplementecreéisqueestoesfrutodeunespejismodeldesierto, oquesoyunahechicerapoderosaydemente, oporotroladotenemoslaposibilidadequeestéhablandotanrápidouenitansiquierameesteisprestandoatención.-y la miré para después volver a saltar, ¿Por qué? Porque puedo. Y me acerqué para decir, aun sin dejarla hablar.-¡Meencantais! Nolahedejadohablareningúnmomentoperotampocohahuido, nosésunobre, peromegustaríasaberlo, yesmás, ¿QueréissermiDamaEmbrujada?
Invitado- Invitado
Temas similares
» Inventario de Arturia
» Ficha de Dama Lunnaris
» Alby reta a Sagan (combate libre)
» Ella, capturada, ¿por qué? (Dama Lunnaris, Btterblue y Blanca- de momento?)
» test de alby
» Ficha de Dama Lunnaris
» Alby reta a Sagan (combate libre)
» Ella, capturada, ¿por qué? (Dama Lunnaris, Btterblue y Blanca- de momento?)
» test de alby
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.