Alby reta a Sagan (combate libre)

Algo incomodo con la nueva túnica que llevaba llegue a la arena, no me gustaba mucho llevar túnica pero si la situación lo requería la llevaría, ¿y que mejor situación que un duelo de archimagos? Agarrando el mango de mi espada que llevaba en el cinturón espere a la llegada de mi adversario.

Entré en la arena y me situé delante del que iba a ser mi adversario en un duelo. Parecía que era un mago, con túnica azúl con bandas doradas que revelaban que su elemento era el agua y que era un mago de grado superior. La túnica se veía nueva y deduje que haría poco tiempo que habría pasado la prueba. Yo, en cambio, también era archimago, desde hacía ya bastante tiempo, pero no llevaba puesta una túnica, tampoco ropa con bandas doradas de archimago ni siquiera una túnica de mago. Llevaba una camisa blanca al estilo Idhunita, unos pantalones de tela bastante resistentes y unas botas. Seguramente habría oído hablar de mi, el archimago al que las túnicas y costumbres de la orden le parecían chorradas y pasaba olímpicamente de la orden mágica y las órdenes de los magos superiores.

Saludé al archimago y me preparé para defenderme. Iba a dejar que atacara él en primer lugar, para poder comprobar el domino que tenía sobre la magia.



FDR: ¡¡POORRR FIIIIIIIIN, PRIMEERA PERSONA!!

Observe como mi adversario entraba en arena, me extrañe al ver sus ropajes, había oído rumores de que el archimago no solía vestir las túnicas representativas de su rango y ni obedecer a la orden mágica. El archimago vestía una camisa blanca, unos pantalones y unas botas, el archimago me saludo y me cedió el privilegio de atacar primero. Como acto de cortesía también le salude y aceptando empezar primero extendí mi brazo izquierdo comenzando a recitar unas formulas mágicas, pronto el agua de los alrededores se iba concentrando en la palma de mi mano, en una tierra como esta con un río cercano el agua no seria un problema. Una vez creí que había acumulado lo suficiente con otro hechizo el agua se congelo y se convirtió en dardos de hielo, rápidamente lancé los dardos al archimago y desenvaine mi espada sujetándola con las dos manos.

Observé como atraía agua a sus manos desde el ambiente y la transformaba en hielo.

Lazó los dardos y rápidamente flexioné las piernas, dando un salto hacia la izquierda para apartarme de su trayectoria. Noté que uno pasaba rozando mi brazo derecho, segundos después escuché como los dardos se clavaban con fuerza en un tronco cercano. Rodé por el suelo para no caer de cara tras el salto y me quedé unos segundos en cuclillas. Podría haber intentado desviar o devolver el hielo, pero no era la mejor opción posible ya que la rapidez de la velocidad del hielo me habría dado margen de error.

Me incorporé de golpe, preparándome para atacar. Evalué las opciones... El río me quedaba a unos doscientos metros y traer agua desde allí podría lento, del ambiente se podía sacar, pero no suficiente para un ataque útil. Se me ocurrió algo y alzando los brazos con energía saqué una buena cantidad de agua del subsuelo para y acto seguido la lancé con fuerza en dirección al mago. Podía probar con conjuros, pero de momento usaría el agua en el combate, para ir despertando mi magia.

El archimago esquivo los dardos de hielo que le había lanzado saltad hacia un lado, pero no todos uno le había rozado, algo era algo. El archimago se preparo para atacarme, después de alzar los brazos una cantidad ingente de agua emano del suelo y de pronto bajo los brazos y el agua salió disparada hacia mí, empecé una fórmula mágica a toda prisa pero para cuando termine era tarde. Se levanto un muro de hielo delante de mí pero no lo suficientemente fuerte como para evitar el golpe, el muro se rompió empujándome hacia atrás. Caí al suelo de rodillas, el muro había aguantado la mayor parte del golpe pero no todo, me apoye clavando la espada en el suelo para ayudarme a levantar. Clave la espada en el suelo y empecé a realizar un hechizo, para cuando termine extendí el brazo izquierdo conjurando un proyectil de hielo que salió disparado hacia el archimago.

Mi adversario logró parar el ataque que le había lanzado, con dificultades. Se notaba que era nuevo en lo de ser archimago, ya que aún no parecía dominar los hechizos sin pronunciarlos. Yo, por mi parte era capaz de conjurar lo que fuera sin necesidad de pronunciar palabra alguna y aunque los efectos de mi magia con estos conjuros tal vez fuera menor, la velocidad para realizarlos era infinitamente mas rápida.

El mago se levantó y conjuró un hechizo de bola de hielo. Me volví a sorprender, ya que para usar el propio elemento yo normalmente utilizaba solo mi magia sin ninguna fórmula, pero era obvio que él quería conseguir resultados mas efectivos.

La bala de hielo salió velozmente hacia mi. No dejó mas tiempo a la sorpresa o reacción. No me daba tiempo a apartarme de su trayectoria por lo que cerré los ojos, extendí la mano derecha y me concentré en el hielo. Mi elemento era el agua, y en teoría debería poder fundir ese hielo. Usé mi poder lo más rápido que pude, pero el hielo fue demasiado rápido. Conseguí derretirlo en parte, pero una bola de aguanieve bastante sólida impactó en mi estómago dolorosamente y me lanzó varios metros hacia atrás, dado su impulso, aún así había logrado mi objetivo y había detenido a duras penas el daño mas directo que me podía haber causado.

Pero no me quedé quieto y sacudiéndome nieve de encima usé el agua que se había desparramado por doquier para lanzar un nuevo ataque en forma de ola de agua que avanzó en dirección al archimago, barriendo la arena con sus aguas.

La ola era un ataque menos potente que el que había lanzado antes porque se expandía y perdía bastante fuerza, pero difícil de esquivar, ya que, desbocada, se estiraba constantemente y abarcaba mas terreno.

Mientras esperaba el contraataque usé los pocos segundos que tendría para respirar hondo, el combate se pintaba igualado.

El archimago había intentado evitar el hechizo que le había lanzado antes intentando fundir la bola de hielo que le lancé, el resultado fue que el archimago no logro fundir a tiempo el hielo y una bola de aguanieve le impacto en el estomago empujándole varios metros atrás. De pronto el archimago empezó a realizar un hechizo provocando una ola que se acercaba hacia mí, rápidamente, empecé a realizar una formula de un hechizo lo más deprisa que pude. Cuando termine el conjuro levante un muro de hielo delante de mí parando la ola por delante mientras la ola seguía avanzando por los lados. Una vez pare la ola tome un poco de aire detrás del muro, después de lanzar tantos hechizos necesitaba descansar un poco. Una vez tome un ‘’pequeño’’ descanso saque mi espada del suelo y me prepare para el siguiente ataque apoyándome contra el muro y observando los movimientos del archimago desde un lado del muro.

Mi contrincante parecía estar preparando algún tipo de conjuro tras el hielo, lo que me dejó unos segundos para respirar.

Tras coger aire me puse en movimiento de nuevo, y dando un salto literalmente el suelo me tragó al abrir un portal en el. Aparecí unos diez metros tras el archimago y le lancé un hechizo de ataque, no demasiado fuerte, lanzado con rápidez. Acababa de cruzar un portal, y tras eso la magia tarda unos segundos en volver a estar activa al 100%, pero mi objetivo era impedir que conjurase algo demasiado potente con un conjuro rápido lanzado por detrás.

El archimago tras realizar algún tipo de conjuro había desaparecido, por unos instantes estaba desorientado, no sabía dónde estaba el archimago y eso podría ser mortal. De pronto me di cuenta de que estaba detrás de mí lanzándome un conjuro, no tenía suficiente tiempo para lanzar un hechizo de defensa asique lo único que se me ocurrió fue ponerme detrás del muro de hielo que seguía firme después de haber recibido el impacto de la ola anteriormente. El hechizo impacto en el muro de hielo agrietándolo hasta el punto de partirse dejando un montón de escombros, el diminuto descanso que había tomado hacia un rato me había dejado la posibilidad de lanzar uno o dos conjuros mas asique aprovechando esa posibilidad empecé a recitar la formula de un conjuro, una vez acabe volví a lanzar dardos de hielo a mi adversario, aunque no fuera el conjuro más poderoso, me serviría para distraer por un momento al archimago, asique aprovechando la distracción cargue contra el archimago empuñando mi espada con las dos manos a la altura de mi cuello.

El archimago contraataco usando los dardos de hielo. Como no me daba tiempo a preparar un contraataque me lancé al suelo, mientras los dardos silbaban sobre mi cabeza. No obstante di un buen planchazo contra el suelo. Me puse de pié respirando hondo para mitigar el dolor causado por el golpe.

El archimago había sacado una espada, algo raro en un combate de magos. Yo tenía una, pero la tenía guardada en la mochila, fuera de la arena.

Para defenderme del acero lancé un conjuro que formó una barrera entre el mago y yo. Pronuncié el hechizo en voz alta para dar mayor potencia a la formula, ya que estábamos a unos diez metros de distancia y necesitaba que el conjuro durara como mínimo un minuto, en el cual, mientras el mago anulaba la protección que yo había preparado, yo podría preparar algún conjuro mas contundente y efectivo que los hechizos semi instintivos que había lanzado anteriormente.

El archimago esquivo los dardos de hielo que le había lanzado saltando al suelo en plancha llevándose un buen golpe contra el suelo. Cuando se levanto empezó a decir una fórmula mágica y de pronto se creó una barrera que se interpuso entre el archimago y yo, al verlo me pare a una distancia de diez metros del archimago. Parecía que quería ganar tiempo para conjurar algún hechizo, pero no iba a quedarme sentado esperando el ataque asique clave mi espada en el suelo y comencé la formula de un conjuro, para cuando termine un chorro de agua emano del interior de la arena. Una vez acumulada la suficiente estire rápidamente el brazo izquierdo lanzando el agua en forma de potente chorro de agua. El conjuro me había dejado cansado más de lo normal ya que no había recuperado todas mis reservas mágicas asique cuando termine empecé a respirar profundamente bastante cansado. Después de descansar un poco volví a recoger mi espada.

El archimago lanzó un poderoso ataque contra la barrera que había levantado. El impacto fué tal que la protección a penas tardó unos segundos en resquebrajarse.

Mientras la barrera se desvanecía salté hacia un lado para evitar el pequeño torrente de agua que consiguió atravesarla. Mientras el archimago se recuperaba lancé un contraataque conformado por una nube de carámbanos de hielo que congelé a partir del agua que había lanzado hacia mi y envié con fuerza hacia mi oponente.

La barrera creada por el archimago no aguanto el chorro de agua que le había lanzado y se rompió pero mi adversario salto a otro lado esquivando lo que quedaba del chorro de agua esquivándolo. Entonces utilizando mi propia agua contra mí me lanzo un conjuro en forma de carámbanos de hielo. Rápidamente para esquivarlos salte hacia un lado y rodee por el suelo hasta ponerme en cuclillas, había esquivado casi todos los carámbanos pero cuando salte uno me rozo el tobillo, tenia restos de hielo en el tobillo y varios hilos de sangre emanaban de la herida. Me incorpore como pude y pensé en mi siguiente ataque, primero analice el resultado de los hechizos anteriores, entonces se me ocurrió un plan. Observe que aun quedaba un poco del agua que había lanzado en mi anterior conjuro, rápidamente empecé a recitar un conjuro y al acabar empezó a emanar suavemente agua del suelo en donde se encontraba antes el charco de agua que quedaba del conjuro. El agua fue avanzando hasta el archimago y de pronto se congelo.

Una capa de agua llegó bajo mis piés y de pronto se congeló, dejándome pegado al suelo. Luché por liberarme pero el hielo era resistente y no pude hacer que se quebrara.

Decidí pasar a la ofensiva contra mi adversario lanzándole un enérgico hechizo de ataque, sin recurrir a agua y atacando sólo con mi magia desde donde estaba. Utilicé parte del hechizo para quebrar el hielo y mientras mi contrincante estaba ocupado con el hechizo hice presión con los piés y logré sacar las botas del hielo. Avancé con precaución por la superficie resbaladiza hasta llegar a un montículo de tierra, desde donde esperé el contraataque.

Mi estrategia había funcionado, pero no tardo mucho en deja de surtir efecto cuando el archimago utilizo un hechizo de ataque para liberarse y atacarme, mi adversario se había liberado del hielo y ahora se situaba en un montículo de tierra esperando mi siguiente movimiento para evitar su ataque y contraatacar. Rápidamente con unos gestos alcé un muro de hielo justo a tiempo de evitar el ataque, pero el muro no fue lo suficientemente fuerte y estallo lanzándome hacia atrás, caí de espaldas en la arena. Rápidamente me incorpore dolorido, tenía toda la túnica por la espalda llena de arena, pero no me importaba, volví a pensar un plan. Aun quedaba el hielo del anterior hechizo y ahora estaba resquebrajado, entonces se me ocurrió una idea. Empecé a recitar la formula de un conjuro, al acabar parte del hielo se partió en forma de dardos y estos salieron disparados hacia el archimago. Me arrodille apoyando mi mano izquierda en mi rodilla izquierda, necesitaba un pequeño descanso para recuperar energías, los anteriores hechizos le habían costado más energía de lo normal al no estar al cien por cien.

FDR: Perdón por ser algo escueto >_<

Mi rival paró gran parte del ataque con otro muro de hielo. Aún así salió despedido y se estrelló contra el suelo.

Se recuperó y volvió a la carga otra vez con dardos de hielo. Un escudo mágico bastó para que el hielo se estrellara contra una pared de magia y se hiciera añicos. El archimago no paraba de usar mas mismas tácticas todo el rato, defenderse con muros de hielo y atacar con dardos de hielo. Pocas veces se había salido de esa tónica, lo que me demostraba que acababa de salir de la torre y estaba muy verde en el duelo de magos.

Visto esto acumulé magia para lanzar un ataque que no pudiera desviar con un simple muro de hielo. Deshice el escudo y convoqué mi poder para lanzar un furioso rayo, que a toda velocidad buscó el cuerpo del rival.

Al mismo tiempo, bastante fatigado por el conjuro que acababa de lanzar, me detuve a coger aire, mirando a mi alrededor y pensando en el siguiente ataque que podía lanzar, o en la defensa que tenía que preparar, ya que no tenía que olvidar que mi rival también era archimago, y aunque fuera nuevo en su cargo, podía usar hechizos igualmente poderosos que los míos.

Suponía que ya se había dado cuenta de la rutina de hechizos que había desarrollado, eso me daba ventaja pues se esperaba que volviera a reaccionar del mismo modo. Entonces el archimago me ataco con un rayo, era el momento de cambiar de rutina, salte a un lado esquivando el rayo. Entonces era el momento de ponerse en serio, extendí los brazos y me dedique a recitar un prolongado hechizo, al acabar un fuerte chorro de agua salió del suelo y poco a poco fue tomando forma. Al terminar era una serpiente de agua más alta que yo, extendí mi brazo en dirección al archimago, la serpiente siguió la dirección a la que apuntaba mi brazo. Entonces se deslizo hasta el archimago a gran velocidad y ataco. Necesitaba un descanso, puede que uno largo, esperaba que la serpiente le derrotara o le dejara malherido.

Por decisión unanime (Falta de tiempo de uno de los contrincantes sobretodo e__e) el combate queda en tablas.

5 monedas para cada uno.