De viaje por Nandelt

Pasamos el dia entero en ruta, parando un par de veces para descansar y comer algo.
Cuando el primero de los tres soles se comenzaba a poner llegamos a Nurgon, donde Kronos podia aprender esgrima.

Esto es la academia de Nurgon - le dije a Kronos - Aqui enseñan a usar armas como espadas

- Vaaaaaya- exclamó Kronos admirado. La dura jornada a pie había merecido la pena para ver aquello. ¡Un verdadero castillo construido por humanos! Aquello era nuevo para el pequeño silfo- ¡Menuda fortaleza! Es increible... Gracias por traerme Sagan *.*
Kronos levantó la mirada, contemplando el cielo rojo del atardecer. Ya solo se veían dos soles sobre el horizonte. Entonces se dió cuenta de que tenía un sueño terrible.
- No creo que pueda aguantar mucho más... - murmuró, sintiendo como el cansancio se apoderaba de él- La verdad es que cuando te encontré en Awa, llevaba toda la noche sin dormir..

De nada - sonrei - De todos modos no tenia nada que hacer y venir a Nandelt ha sido refrescante.
Pues vamonos al pueblo - dije al oirle - Esta ahi mismo, a diez minutos de Nurgon

- ¡Gracias Sagy! Digo... Sagan ^^ - agradeció el silfo con una sonrisa. Ya notaba como los parpados comenzaban a pesarle y el sueño se cernía sobre él, pero podría aguantar un poco más. Ambos se encaminaron hacia el pueblo, mientras Kronos no paraba de hacer preguntas, maravillado por el nuevo mundo que estaba a punto de descubrir- ¿Hay arboles en el pueblo? ¿Donde duerme la gente? ¿Es verdad que pagan para comer? ¿Como son los humanos? ¿Dan miedo? ¿Te aburro con mis preguntas?

Claro que no, Kronos - Dije con una sonrisa alegre mientras caminabamos - Pero espera a verlo por ti mismo ¡es mas divertido que si yo te lo cuento!

Cerre los ojos y respire hondo el aire fresco, hacia tiempo que no me sentia tan liberado de mis ataduras, cambiar de aires me hacia muchisimo bien si tenia un poco de suerte. Yo era a veces un poco independiente y cortar temporalmente mis lazos con Alsan y Ami me ayudaba a olvidar mis problemas, pasados y futuros. Ademas me ayudaba a ser yo mismo, el Sagan alegre, inocente y despreocupado.

Cuando me di cuenta atravesabamos las primeras lineas de casas, dejando atrás el campo y entrando en el animado pueblo.
Me paré y me gire hacia Kronos, que venia un poco atras.
Esto es un pueblo humano - dije - Y bien... ¿Que te parece? - le pregunte, con curiosidad

- Es... raro... - dijo Kronos, mirando curiosamente a su alrededor- Aquí no hay muchos árboles... ¿Cómo pueden vivir sin árboles? ¿De donde sacan la comida?
Kronos se acercó a una de las casas que tenía más cerca y miró por la ventana. Al otro lado había un pequeño salón con un par de sofás y una mesa de madera.
- ¡Mira, Sagan! Hay cosas ahí dentro. Pero creo que no se puede entrar por aquí. Hay una especie de barrera mágica transparente que no me deja- se quejó intentando atravesar el cristal con el brazo. Nunca había visto nada parecido.

Me hizo gracia ver como Kronos se extrañaba con un cristal.

Es un cristal, no puedes atravesarlo asi por las buenas, es mejor usar una puerta - dije, sonriendo al ver que Kronos estaba investigando la ventana de una posada.
Vamos a pedir cama aqui dentro - dije, contento al no tener que buscar demasiado
Entramos en un amplio recibidor adornado con cuadros que mostraban batallas entre reinos de Nandelt.
¿Hay alguien? - pregunté en voz alta porque el mostrador que habia frente a la puerta de entrada se hallaba desocupado.

- ¡¿Hay alguieeen?! - exclamó Kronos, imitando a Sagan. Miraba a su alrededor, sobrecogido por aquel espacio cerrado en el que no había ni una planta. De pronto una puerta al fondo del vestíbulo se abrió y apareció un hombre regordete y calvo que los atendió con una sonrisa.
- ¿Es un humano, Sagan? - susurró Kronos para que el hombre no le oyera, mientras se acercaba a ellos- Los humanos son muy feos... Pero no se lo digas, ¿eh?

¡Oye, que yo soy humano! - Le reproché a Kronos en el mismo tono de voz que el, aunque sin reproche alguno en la voz; aquel hombre era mu feo...
Pedi dos habitaciobes sin esperar a que respondiera otra gracia de las suyas y yo me echara definitivamente a reir (porque ya me estaba aguantando la risa)
Subimos a dejar las cosas; mi habitacion era pequeña, el techo era lateral porque me habia tocado en el lado del tejado y encima habia un agujero del tamaño de mi puño justo encima de la cama
Bajé a buscar a Kronos que tenia una habitacion bastante mas aceptable y salimos otra vez a la calle para comer en alguna taberna de la aldea.

- Sagy, Sagy, yo quiero volver ya a la posada- dijo Kronos cuando se hubo terminado la ensalada de setas que había pedido en la taberna, para sorpresa del tabernero- Tengo sueño... - añadió, entrecerrando los ojos, aunque aquella no era toda la verdad. Habían sido tantas novedades de golpe que Kronos casi se habia despabilado por completo, y su única intención al regresar a la posada era reanudar un divertido juego que había descubierto cuando subió a su habitación: aquel mueble blandito al que Sagan llamaba cama, ademas de ser un lugar perfecto para dormir, ¡era genial para saltar y saltar a modo de colchoneta!
- ¿Cuando nos vamos? - insistió siguiendo con su fingida expresión de sueño, pero deseando volver a utilizar su cama como trampolín.

¿Tan pronto? - Pregunté, extrañado de que ya tuviera ganas de volver.
En fin, si quieres, nos vamos - dije, levantandome para pagarle al tabernero. Acto seguido volvimos a la posada

Kronos no tardó en encerrarse en su habitación tras despedirse de Sagan con un beso en la mejilla, simulando que se iba a dormir. Pero nada más cerrar la puerta, su cara de sueño se trasmutó en una pícara sonrisa que observaba a la cama con ansias de diversion.
- ¡Oh, no, un temible monstruo invade el bosque! ¡Tengo que derrotarlo antes de que se coma todos nuestros arboles! - exclamó Kronos imaginando el colchón de su cama como el acorazado caparazón de un swanit, aquellas terribles criaturas del desierto.
Sin esperar un instante a que la bestia atacara, Kronos se armó de valor y se lanzó sobre su lomo, cogiéndo a la criatura por sorpresa. El swanit se agitaba con fuerza, tratando de derribar a su invasor, pero Kronos saltaba y saltaba sobre el resistente caparazón sin temer a nada, convencido de que él solo podría derrotar a aquel monstruo.
- ¡Muere bicho, muere! - gritó Kronos. Y saltó de nuevo. Y volvió a saltar, esta vez realizando una voltereta en el aire antes de volver a caer provocando un doloroso aullido por parte del swanit.
Inmerso en su imaginativa aventura, no era consciente del ruido que estaba haciendo, brincando tan bruscamente sobre el colchón, y Sagan no tardó en escuchar aquel escándalo que provenía de la habitación de su joven acompañante.

No me lo puedo creer - dije, al oirle gritar desde mi habitacion, que estaba una planta por encima.
No es verdad - murmuré, mientras corria escaleras abajo, en direccion a su habitacion.

Entré justo a tiempo para ver como desmontaba la cama.

¿Que has hecho? - Le pregunté - ¡¿Que co*o has hecho?! - pregunté, pensando en el dinero que podia costar esa cama.

Kronos, despatarrado en el suelo junto al colchon de su cama, ahora sobre un amasijo de tablas rotas, miró inocentemente al enojado Sagan que acababa de entrar en su habitación. Aquel último salto que el silfo había dado había hecho crujir la cama de una manera sobrenatural, haciendo que todo se viniera abajo.
- Pe-perdón... - sollozó Kronos, masajeándose la dolorida espalda y mirando a Sagan con ojos llorosos- Yo no quería... Es que las hacen tan blanditas...
Y entonces Kronos se dio cuenta del verdadero problema, más allá del dinero que costaría pagar los desperfectos. Y esque Kronos no podría dormir en aquello que ahora reposaba sobre el suelo, y que alguna vez pudo llamarse cama. Y si no podía dormir en su propia habitación...
El silfo se volvió hacia Sagan, con una mirada implorante, imaginandose lo calentito y cómodo que estaría su colchón...

Le miré fijamente, intentando no sonreir al ver que se habia tragado la bola del enfado, ya que cuando bajaba las escaleras pensaba que estaba haciendole algo al posadero y al ver la cama rota me habia entrado un alivio...

Por lo menos yo lo puedo arreglar - dije, al principio serio pero luego echandome a reir por la cara de corderillo degollado que habia puesto.
Quita de ahí, anda - dije, agachandome junto a la cama.

La toqué con los dedos y empezó a brillar. Me alejé un poco para ver como se unian todas las astillas, se colocaban los clavos y el relleno del colchon y la almohada volvia a su sitio.

Ya esta - dije - pero mejor no saltas en la cama, ¿verdad?

Kronos, con la boca abierta por el asombro ante lo que había hecho Sagan, asintió con la cabeza. No, definitivamente no volvería a saltar sobre una cama, sabiendo ahora lo que podía ocurrir.
- ¿No... no estas enfadado? - preguntó cautelosamente, mientras se tumbaba sobre la mullida cama, esta vez decidido a dormir.

No, la verdad - dije, sonriente - Si se puede arreglar no tengo porque enfadarme, pero me enfadaré si te cargas algo mas - dije, con un toque comico en la voz
Ala, buenas noches - Me despedi, y me fui a mi habitacion a dormir.

Kronos se quedó un rato más despierto, tumbado sobre la cama en la oscuridad de su dormitorio, pensando en todos los recientes acontecimientos: la fuga de su aldea forestal, el encuentro con Sagan, la llegada a Nurgon... Casi no podía creerse todo lo que estaba viviendo en aquel lugar, e intuía que aquel solo era el comienzo de un largo viaje lleno de trepidantes aventuras.
"Quién sabe, igual algún día me enfrente con un swanit de verdad..." pensó Kronos mientras cerraba los ojos, dejando a su mente volar a las profundidades del mundo de los sueños.

Notaba un intenso foco de luz justo en mi ojo derecho.
Lo abri y la luz del alba que entraba por el dichoso boquete del maldito techo me deslumbró.

Me levanté de la cama, sin poder dormir mas. Me duché usando mi poder sobre el agua para traerla desde el rio porque en la habitacion no habia nada con lo que pudiera lavarme un poco.

Bajé las escaleras, sin despertar a Kronos debido a que apenas habia amanecido el primer sol.
Fui a una taberna, desayuné algo y volvi a la posada. Esta vez me paré frente a la puerta del silfo y llamé.
¿Estas despierto? - pregunté bien alto, para despertarle si estaba dormido.

La voz de Sagan al otro lado de la puerta despertó a Kronos, que se sintió deslumbrado por la luz que entraba por la ventana nada más abrir los ojos.
- Sí... Sí. - farfulló, todavía muerto de sueño- Estoy despierto.
Perezosamente se incorporó y caminó hasta la puerta para abrir a Sagan. En el corto trayecto se dió cuenta de que le dolía todo. La caminata del día anterior le había dejado las piernas hechas polvo...
- Buenos días - saludó con un bostezo cuando Sagan entró en la habitación. Se sorprendió de lo descansado y despejado que parecía éste- La cama te quedó muy bien. Serías buen carpintero... - bromeó con una sonrisa.

Estas roto - Le dije al verle - la proxima vez que viajemos habrá que inventar otra manera de moverse...

Bueno hoy puedes ir a Nurgon a aprender a luchar con una espada - le propuse - o si no quieres podemos ir a Vanisar, es una ciudad que te podria gustar

Se os reta a lanzar los dados. Puede tirar el miembro del grupo que quiera o el que primero llegue

¡¡Suerte!!

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Oye Kronos - Añadí - En la calle me he encontrado con un hombre que ofrecia dinero por viajar a Nanhai a buscar un amuleto o algo por el estilo. Podria ser divartido; Nunca he visitado Nanhai...