Ficha de personaje Tiene la piel bastante clara, (por no decir casi blanca). De facciones finas, en su rostro destacan sus ojos, totalmente negros algo rasgados. Lleva casi siempre el pelo, de un verde oscuro, suelto, por mitad de la espalda, aunque a veces se lo recoge en una trenza. Tras el pelo, se distinguen dos orejas puntiagudas, típicas de los feéricos. Es de estatura media, ni alta ni baja. Varía mucho en la forma de vestir. Unas veces usa ropa cómoda, corta y pegada, sin muchos pliegues, ideales para moverse por el bosque con comodidad. Otras, usa túnicas largas, ligeras (pero no transparentes), de colores más bien pálidos, aunque pude que algunos días se ponga alguna de un color alegre.
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Su humor es algo cambiante. Generalmente es bastante alegre, y suele mostrarse amigable. Ayudará a quien sea en cualquier situación. A veces es algo lanzada, pero por lo normal suele pensar antes de actuar. También es empática, no le cuesta ponerse en el lugar de otro. Cuando está de buenas, adora estar con la gente, las risas y las bromas. Pero algunos días se muestra arisca, y prefiere pasar el día sola. Puede llegar a parecer un poco ’’antisocial’’. Pero, por lo general, esta de buen humor. Al principio le costaba más relacionarse con la gente, porque era más tímida y le costaba sacar conversación, pero ahora le cuesta mucho menos, y siempre está ahí para escuchar a los amigos. Ama la vida bajo todas sus formas, y respeta a todos los hijos de Wina (excepto los trasgos) y demás criaturas. No le importa tener que encararse con quien sea con tal de que no encienda fuego en el bosque o dañe un árbol, ni siquiera si es un shek o un dragón. Para ella no existen las razas ni las personas superiores.
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Se orienta muy bien en cualquier sitio, le resulta casi imposible perderse. Además de perfeccionar la magia que un día le entregó un unicornio, entrena con la espada, que suele usar más para defenderse que la propia magia. Se le da bastante bien, ya que la entrenó su abuelo, que era caballero de Nurgón. Es buena escuchando a la gente. Si no quiere que se la detecte en un bosque nadie lo consigue, ya que en eso es endiabladamente buena, aunque en otros lugares ya la cosa cambia. Físicamente no es muy fuerte, pero es ágil y rápida de movimientos. | Cuando algo no sale como esperaba, suele venirse abajo. También tiene la manía de desaparecer sin avisar, suele tener sus motivos, pero no los comparte. Alguna vez la han tomado por que estaba un poco loca por sus súbitas desapariciones o cambios de humor. También pierde la paciencia con facilidad cuando está esperando a algo o a alguien, aunque suele disimularlo. Aunque ya ha superado parte de su timidez, le sigue costando el sacar conversación con la gente, por lo que se viene un poco abajo a veces. Cuando se enfada, es mejor no seguir pinchándola, ya que no se sabe cómo puede reaccionar. También se cabrea consigo misma por no ser decidida para ciertas cosas, para no hablar cuando es el momento por miedo o por timidez. Cuando no sabe de qué hablar, se muestra distante y hasta antipática. |
: Le encantan los largos paseos por el bosque, sola o en compañía. También es aficionada de la escritura y el dibujo, siempre está garabateando o escribiendo lo que se le pasa por la cabeza, y alguna que otra vez es capaz de escribir alguna historia decente. También le encanta montar a caballo. Sentir la velocidad y el viento en la cara la hace sentir libre, despreocupada. También le gusta probar cosas nuevas, cambiar la rutina. | Las situaciones en las que se convierta en el centro de atención. La gente que destruye los bosques y la vida. También odia a las personas que intentan controlarla, a ella o a su vida. Siempre dice que es libre, que no tienen por qué controlarla. Detesta a los trasgos con todo su ser, los considera seres desagradables. No puede llegar a comprender cómo pueden ser hijos de Wina. No odia ni teme el fuego, ya que se crió en un ambiente humano, pero si odia su uso en el bosque. Tampoco siente mucha simpatía hacia los dragones, aunque los tolera y llega a mostrarse simpática con ellos. |
Nació en la ciudad de Even, cerca del bosque de Awa. Su madre era feérica y su padre semifeérico, un mestizo de feérico con humano. Vivían en una casa a las afueras de la ciudad, cerca de dónde comenzaba el bosque. Cuando tenía tres años, sus padres fueron asesinados repentinamente, para después saquear la casa. A ella la dejaron viva, tal vez por compasión, o tal vez ni repararon en la pequeña. No recuerda los rostros ni la raza de los asesinos de sus padres, pero lo que sí recuerda con claridad es la sombra de un enorme dragón surcando el cielo en el momento en que mataron a sus padres, de ahí que no le tenga mucho aprecio a éstos. Tal vez los relaciona de alguna manera con la desgracia, o simplemente lo considera un mal augurio. Su abuelo acudió en cuanto se enteró de lo sucedido y se convirtió en su tutor. Se la llevó a su casa en Vaisel, Celestia. Allí se crió hasta los 13 años. En aquel tiempo aprendió el dominio de la espada con su abuelo. Justo a los 13, su abuelo muere, dejándola sin más familia. Estuvo unos días en casa, pensando en qué hacer. Los vecinos le dijeron que si quería quedarse con ellos, pero ella rechazó la generosa oferta de los celestes. Cogió su zurrón y se puso en camino rumbo Nurgón, para convertirse en caballera, como su abuelo. Pero en vez de atravesar Awa, dio un rodeo por Alis Lithban, donde su destino cambió. En una de las numerosas noches que pasaba al raso, un unicornio se le acercó y le entregó el don de la magia. Entonces, decidió perfeccionar aquel regalo de los dioses, aunque nunca dejó de practicar la esgrima. Desde entonces va de aquí para allá, sin rumbo fijo. Simplemente va dónde la lleva el viento. |
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