Drama y luz {privado. Aira}

**Kvothe** Miér Ago 15, 2012 10:16 pm

Aparecimos en un claro de una arboleda que estaba a una distancia considerable de la cueva de donde nos habiamos desaparecido. Kvothe seguía tumbado y habia pasado de un suelo helado a estar sobre la nieve,asi que estaría helado. Derretí un poco la nieve con mi magia y quedó un suave lecho de hierba donde reposaba,y le infundí también un golpe suave de calor para que no tiritara. Entonces le retiré un poco la camisa para apreciar la mayoria de sus heridas,y volví a posar mi mano sobre su hombro,mientras una onda de energia curativa emanaba de mi y hacia que sus heridas cicatrizaran,como mucho unas pequeñas y casi inapreciables cicatrices plateadas,e intensifiqué el poder para que le remitiera todo tipo de dolor,el me habia hecho un inmensísimo favor y no se merecia que lo apalearan por haberlo hecho. - Me gustan las historias en las que la dama también salva al caballero -dije con una sonrisa ladeada. - Por cierto,me llamo Aira.

Cerró con suavidad los ojos, tomando la perfecta expresión de tranquilidad que tomaban los héroes en el momento de su fin. Ignoró el dolor de sus heridas y se concentró en la efímera idea de aceptar la derrota de la que estaba a punto de ser partícipe. Afortunadamente, nunca llegó.

Pero cuando abrió los ojos no se encontró con el castigo, sino con la hermosa dama que sacó del castillo. No parecía enfadada, todo lo contrario; le estaba curando. Pero no lo entendía ¿cuándo se había convertido en el bueno? Después de terminar, se presentó con amabilidad, sin malicia alguna... -Encantado Aira. Como ya sabes, me llamo Kvothe- Respondió con perfecta educación. -Pero a mí me gustan más las historias que se convierten en realidad.- Probó con cuidado a incorporarse, y una sensación de alivio recorrió todo su cuerpo al descubrir que el dolor se había ido junto a las heridas.

-Me has... salvado- Musitó, y con más confianza se levantó de un salto, para luego realizar una elegante inclinación de respeto. Aquella acción denotaba su práctica desde la niñez en sus modales. -Hemosa dama, no sé como agradecéroslo.-

Invitado Sáb Sep 01, 2012 11:39 pm

El cielo se ensombreció por un instante,tan efímero que nadie lo notó,una leve distorsión en el aire,y poco a poco se fueron notando mas diferencias,unas sombra mas alargada de lo debido,unos animales que asustados,regresaban a sus madrigueras. Cuatro de estas anomalías tomaron un rumbo fijo,como si una consciencia las guiara a algun lugar determinado. Dejaban tras de si un extraño silencio,tan denso que se podría untar en un pan y comerse. Era el silencio de la calma antes de la tempestad.

En un bosque sombrío,en la mitad de una llanura helada.

Algo llamó la atención del joven y de la muchacha que habia en aquel claro,era una forma casi corpórea,aunque deforme,como si estuviera hecha con retazos de...algo. No era solo oscuridad,si no que parecia absorber la luz que había al rededor. Una extraña aura que desprendia malestar emanaba de la extraña...criatura.
"Idhunitas,os traigo un mensaje:
Yo,Kerzer,me he propuesto conquistar este patético mundo en nombre de mi amo y señor,el Séptimo dios. Pronto puede que sea el único para todos vosotros. Como,después de todo no me llena una guerra sin batallas,os propongo un...juego. Tomadlo como una primera y última concesión,para que tengais una mínima oportunidad. Encontradme. Encontrad mi fortaleza y a mi ejército y venced,solo asi lograreis librar vuestro mundo de una nueva tiranía,si lo quereis llamar asi. Yo lo veo como un nuevo futuro,brillante para los que querais unirseme. Cada medio ciclo de Ayea,un emisario mio os traerá una pista de donde se puede encontrar mi fortaleza,eso si,también cada vez sucumbirá a una eterna pesadilla a manos de mis secuaces alguien de aquellos que quieran oponerse a mi. ¿Nos encontrareis antes que la resistencia perezca?
La primera pista es sencilla,por mucho que lo busqueis,no lo encontrareis.
Jugad una hermosa partida."

Dicho esto,la sombra desapareció con un sonido similar a guardar un cristal en terciopelo,con sigiloso y suave peligro.

Invitado Dom Sep 02, 2012 7:55 pm

Le sonreí a Kvote en respuesta a su gentil reverencia,y le resté importancia con un gesto de la mano. - Tu también me has hecho un gran favor,no sabes cuan grande -le dije con sinceridad,probablemente me hubiera costado muchisimo mas recuperarme si no hubiese sido con la fortuita intervención de este individuo. No le dió tiempo a contestar cuando me alarmé de repente y me volví en redondo,presa de un profundo malestar repentino.

Me quedé sentada en la nieve mientras intentaba asimilar la noticia y comprender exactamente que había pasado. Mire de soslayo la reacción de Kvothe, pero no supe descifrarla. Me quedé pensando en el juego que tan siniestro me parecía y en la pista,que era mas bien otra forma de engañarnos,solo nos lo dificultaria mas. Me rodeé las rodillas con mis brazos y bajé la cabeza. Aunque la cosa esa se había ido seguía notando el malestar que me había producido en un principio. Había...algo más. Una punzada en el fondo de mi cabeza que me puso en guardia,alguien intentaba entrar en mi mente. Era apenas un tanteo,asi que no tuve problemas para rechazar esa conciencia y oponer resistencia a esa sensación. Ya esta,calma. No pasaba nada. De pronto,la conciencia volvió tan fuerte que casi me cortó la respiración,y aprovechando mi distracción desbarató mis defensas mentales. La misma sensación de dolor....

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Aira se levantó y se limpió la nieve de su ropa,girándose hasta quedar mirando a Kvothe. Algo había cambiado dentro de ella,sus ojos no mostraban la misma inocencia de antes,la misma dulzura. Tampoco transmitían dureza o rabia. Simplemente trasmitian frío. Ella sería la Dama del Hielo,a partir de ese momento. -No estaria mal cambiar de bando por una vez, ¿no crees? -preguntó,llanamente. Entonces lo supo,supo que sabía donde encontrar la supuesta fortaleza,si decidía unirse a ellos. Espero,con los brazos cruzados la respuesta de Kvothe. Si el decidía ir con ella,perfecto,si no,desde ahí mismo serían rivales.

**Kvothe** Dom Sep 02, 2012 8:25 pm

Los hechos que se mostraban ante el joven pelirrojo pasaron realmente desapercibidos en su mente. Acción y reacción se unían para así formar un único y verdadero hecho inevitable, considerado algunos como destino. Aquellos fueron los motivos que llevaron al joven Kvothe a sonreír contra todo pronostico, era la misma sonrisa que un héroe le dedicaba a la muerte.

El juego que representaba la vida volvía a repetirse una vez más, pero el joven no dudó un momento. Su camino no estaba ligado a los ideales comunes, sino a su propia conveniencia; era su decisión. Siempre lo fué. -El hielo al fín tiñe el rojo.- Respondió. En la discordancia entre dos elementos tan opuestos como el hielo y el fuego se creó una armonía; ambos se aplacaban mutuamente.

Sin mediar palabras el joven comenzó a caminar, no dudó un instante de a donde ir.

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