Despertar en Kazlunn

Aira me había dejado en la torre, completamente a solas con un desconocido para mí, que además en ese momento era algo peor que un desconocido ya que la única impresión que tenía de él era la que me causó al aparecer de la nada cuando alguien tocó la pulsera de mi hermana y como si fuera un genio de la lámpara o un demonio, según se mire, apareció de la nada. En ese momento lo recordaba vagamente físicamente, sin embargo no pude olvidar el gesto de odio que le dediqué a modo de saludo, advirtiéndole que no confiaba en él poco antes de caer desmayada.
Sin embargo, a pesar de todo mi hermana me había dejado a cargo de él y no tenía más remedio que confiar un poco en él y saber quién era realmente ya que no sabía si aquello había sido una premonición o había desconfiado sin sentido. No me había enterado de absolutamente nada del viaje, asique no tenía ni idea de qué había pasado después de desmayarme, dónde ni con quién estaba.


[...]


Abrí los ojos despacio pero no pude ver nada porque tenía la vista nublada, como si un telo se interpusiera entre mis ojos y el entorno, apartándome de la realidad. A ciegas me dispuse a tocar todo lo que me rodeaba, buscando pistas de los objetos que encontraba.

-Madera... tela... esto parece un cristal.. - comenté para mí misma en voz alta, sonriendo levemente al notar el frío del objeto que había calificado como cristal - Sí, creo que es cristal.

Seguí experimentando con mi tacto, tratando de adivinar el lugar donde me encontraba mientras poco a poco mejoraba mi vista, que simplemente se había enturbiado al pasar tantas horas dormida. O días, aún no lo sabía.
Tropecé con un objeto grande, aunque pude resistir a caerme del todo apoyándome con los brazos en el suelo. Sonreí de nuevo agradecida de que me encontrara sola en el lugar.

Parpadee varias veces al escuchar el sonido de cosas depositarse en el suelo entremezclándose con unos pasos.

-Sera mejor que te sientes y te recuperes, has sufrido un desmayo. Yo prepararé una hoguera para hacer la cena.- me contestó una voz que no era capaz de reconocer.

Mis ojos se abrieron de par en par y consiguieron enforcarse de pronto del asombro. Pensaba que podía ser Macc y me desilusioné un poco al ver que no era él, sino el chico extraño. Entonces examiné a mi acompañante. Era un poco más alto que yo y tenía el cabello lago y de un tono parecido al violeta, parecía muy serio como intentando aparentar ser mayor de lo que era y a pesar de su gesto y su tono de voz impasible, no me pareció demasiado imponente.
El chico, que ignoraba su nombre, había dejado madera y comida apoyada en un rincón para luego disponerse a apilar la madera y encender el fuego mediante magia.

- Oh, Otro mago. Qué sorpresa - susurré, rodando los ojos para luego hablarle -. De todos modos muchas gracias por la molestia. No sé en qué narices estaba pensando Aira para dejarte a ti el marrón de cuidarme...

Me acerqué al fuego buscando su agradable calor pues me hacía sentirme bien, como si alguien me abrazara. Cerré los ojos y disfruté de la sensación unos momentos.
Abrí los ojos cuando hice el amago de acariciarme mi suave cabello de fuego y lo encontré aún recogido con mi broche de plata y esmeraldas aunque ya no en tan buen estado como para la fiesta. Inmediatamente lo solté, liberando una larga cascada de cabello rojo sangre que se comenzó a caer por toda mi espalda. Después miré al muchacho, expectante, esperando que dijera algo. Como por ejemplo presentarse.

Lo escuché atentamente mientras hablaba y después, me reconcomía la idea de haberlo juzgado mal antes de tiempo y me dí cuenta de que su aspecto de tipo duro solo era una pose o yo lo había interpretado de esa manera sin razón. De todos modos, había sacrificado su vida por la de mi hermana y con eso ya me había ganado. Me aclaré la garganta y miré al suelo, avergonzada por mi actitud cuando no había hecho nada para merecerla y le contesté.

- Quizá me equivoqué contigo... tienes razón, no me has hecho nada malo, pero reaccioné de esa manera por pura desconfianza. Aira es mi hermana y me ha costado muchos años recuperarla, asique desconfío de que cualquiera quiera dañarla, aunque sé que ella misma puede cuidarse sola, pero bueno, supongo que tú en eso me comprendes un poco, ¿no?

Lo observé de nuevo, explorándolo interiormente y vi en él que un lazo lo unía fuertemente a Aira. ¿Estaría enamorado él también? No me extrañaría. Mi hermana no solo era increíble personalmente y tenía una voluntad de hierro, sino también al mirarla no cabía duda de que era hermosa.

- Yo soy Celiel Dethei, la hermana azul de Aira y la que se llevó los genes feos- contesté a carcajadas.



Me levanté y fui en busca de agua para la cena y después de andar sin llegar a ningún sitio, encontré una especie de lago y recogí agua metiéndola en medio barril que alguien había partido por la mitad y lo había dejado a escasos metros de donde se encontraba el lago y lo utilicé a modo de cubo. Llevé el medio barril lleno de agua en brazos y regresé al rato al punto de encuentro. Me elevé hasta la rama de un árbol y una vez sentada en ella con una pierna a cada lado, jugueteé con las hojas tirándolas al suelo.

Me sorprendí cuando Sasha se sentó en otra rama a una distancia cercana y me contó que Aira y él estaban comprometidos.

- Ah, pues... me alegro mucho, entonces. No sabía nada, la verdad. De hecho pensaba que ella y el dragón...
Bueno, déjalo - dije algo apurada, sonriendo.

Me preguntó cosas de mi vida y la razón por la que estaba en esa fiesta y agradecida después del apuro de antes, comencé a hablar.

-Y bueno, en cuando a mi vida... bueno, hasta hace poco vivía a unos kilómetros de aquí con mi familia adoptiva, con quienes estuve los últimos años -Comprendí que no se había enterado de nada y decidí contar la historia completa, desde el principio -. Mi hermana Aira y yo de pequeñas vivíamos con nuestros padres, pero un día, alguien me llevó a la Tierra, Italia, donde me acogió una vieja vidente que me utilizaba... Pero un día escapé y el Alma me llevó de vuelta a Idhún. Allí pasé un tiempo de acá para allá, conocí a Macc y más tarde fui adoptada por una familia de magos, mi familia actual hasta hace poco. Hace un mes o así decidí empezar una vida sola, vivir por mí misma y ser independiente... porque creo que ya es suficiente de ir dando tumbos por ahí, sola y siendo una carga para alguien ... Hasta que me invitaron a una fiesta en Derbhad, que está cerca de casa y fui y allí me encontré el pastel que supongo viste... Aunque me ha merecido la pena reencontrarme con Aira y Macc, aunque él no me recuerde... - me acaricié el pelo cuando terminé de hablar y mis ojos amarillos se quedaron mirando al vacío, concluyendo con una frase que más bien sonó como un susurro a mí misma- He pasado mucho tiempo sola y extraño sentimientos verdaderos...

Me conmocionó contar la historia de mi vida y me di cuenta que mi existencia había sido bastante menos agradable de lo que pensaba, pero aún me conmocionó más ver desaparecer la sonrisa de Sasha y que un prácticamente desconocido sentía algo de empatía hacia mí.

El muchacho trató de consolarme diciendo que ahora estaría con Aira y Macc de nuevo, y que incluso podía contar con él. Aira se había marchado a escasas horas de nuestro reencuentro para dejarme en Kazlunn a cargo de su esposo para ir dioses sabe a qué sitio y bueno, Macc ni siquiera me recordaba, pero me ahorré responderle para no dar la impresión de querer dar pena. Odiaba esa sensación y me hacia sentir vulnerable, aunque no pude evitar sonreirle tiernamente cuando dijo que podíamos considerarnos amigos.

Se bajó rápidamente de la rama y me avisó de que la cena ya estaba lista, con una sonrisa en los labios.
Me bajé dejandome caer flotando como buena celeste para caer suavemente.

Me acerqué a la olla y respiré el delicioso aroma a comida recién preparada. Puse las manos encima de ésta aprovechando el calor para calentarme las manos un segundo y después dí la vuelta al medio barril para utilizarlo de mesa. Se me ocurrió poner unas sillas a los lados del barril para estar más cómodos, asique me hice un nudo en mi vestido blanco para que no me molestase al realizar la operación y me dispuse a cortar con la espada a golpes fuertes y rápidos un par de ramas gruesas pero no imposibles de romper y las puse como taburetes.
Con la respiración agitada aún, me puse una mano en la cadera y otra apartándome el pelo de la frente, sonriendo.

-¡Bueno, pues ya podemos comer en condiciones!

Y le hice un gesto invitándole a sentarse.

Choqué mi copa con la suya cuando pronunció sus últimas palabras.

- Por tí, y tu vida junto a mi hermana, que será dichosa si eres así con ella.

Después de brindar probé la comida que había preparado Lurr y que estaba deliciosa. Estuvimos comiendo tranquilamente y sin articular palabra hasta que rompí el silencio.

- Pues no sé cómo la hacía tu madre pero, desde luego, éste es el mejor guiso que he probado en mi vida. Deberías dejarme hacerte un día una pizza italiana de las buenas. -dije entre risas. Hice una pausa de golpe, dejando de reírme, cambiando el gesto por uno más serio -Gracias por tu generosidad. No esperaba que fuera tan agradable tu compañía, ¿sabes? Te veía más como un chico malo.

Cuando terminamos de cenar, apilé los platos, la olla, los vasos y los cubiertos y me los llevé al lago de antes.

- Voy a lavar las cosas al lago al que he ido antes, ¿vale? Así aprovecho para ducharme, al paso.

Anduve hacia el lago cargada con todas ls cosas en los brazos apiladas.

Off: Has puesto que probabas la comida que habia hecho Lurr xD.

Sasha sonrió levemente y siguió comiendo, cuando terminaron dejó que Celiel cogiera los plastos, él se acercó al fuego y echó los restos ya que no servían de nada que estuvieran alli tirados o que se tiraran al claro.
Luego miró a Celiel y señaló los platos que llevaba.

-Te voy a ayudar a lavar los platos, no quiero que hagas todo tu sola.

Dijo mientras se acercaba y cogía su plato y su vaso, con sus respectivos cubiertos. Iba a ayudarla ya que asi tardaría menos para bañarse y podrían hablar mas tranquilamente durante la noche.

Off 2: sorry post corto

OFF: Perdón por lo de Lurr .__.'' Esque hablaba con él en ese momento x'd

Agradecí su ayuda con un asentimiento de cabeza, y proseguí el camino hacia el enorme lago.
Una vez allí dejé todas las cosas en la orilla y empecé a lavarlas.

- Qué desastre - comenté al mirarme todos los bajos de mi vestido blanco manchados de césped y tierra mojada y resoplé, apartándome por un momento el pelo de la cara.

Cuando se acabó el montón de vajilla que había que lavar puse los platos en un lado apoyados en un árbol para que no ocurriera ningún incidente e hice un gesto a Sasha diciéndole que me iba a bañar señalando el lago con el dedo y haciendo un movimiento con la cabeza en esa dirección.
Después me descalcé y una vez dentro del lago, cuando el agua me llegaba casi a la altura de los hombros m quité el vestido y comencé a bañarme.
Desde el agua entablé conversación con él.

- ¿Y tú, no vas a contarme nada de tu vida, tus preocupaciones o tu filosofía?

Me giré en su dirección mientras frotaba el vestido para acabar con las manchas y lo miré un momento.
- Me parece bien que no te dejes dominar. Yo por mi parte ni siquiera sé nada de lo que ha pasado pero por lo que pasó en la fiesta parece que todos ya se conocían. Demasiado. Pero odio -recalqué la palabra- que me digan lo que hacer y más aún cuando no me dan razones suficientes. Cuando lo hacen, te lo juro, lo hago aún más a propósito...

Me alteré cuando empecé a hablar. Era algo que me molestaba mucho y sacaba de mí la parte más humana que tenía; la rabia. Me tranquilicé casi instantáneamente por vergüenza a que se me viera de esa manera y seguí hablando, sonriendo casi para mis adentros.

-Lo importante es sentirte bien contigo mismo. Si lo haces es todo más fácil, porque no importa ya lo que digan o piensen los demás. Mis únicas preocupaciones son las decisiones que yo tomo, porque las demás no las puedo controlar y me parece absurdo e ilógico tener que ir pensando qué hará una persona u otra o si le parecerá correcta mi manera de comportarme...

Después de hablar me puse el vestido, salí hasta que el agua me llegaba por la cintura y me escurrí el pelo.

-...Aunque supongo que la cosa cambiará cuando existen sentimientos, ¿no? -le dediqué una mirada significativa y le sonreí , divertida-. Por cierto, me gusta eso que haces con el agua, mago acuático.

Me quedé asombrada con lo que era capaz de hacer con el agua. Ver la hermosa pompa de agua estallando a causa de estacas era una escena bastante impactante, pero a su vez bonita por la sencillez y hermosura del agua. Le sonreí. Decidí salir del agua del todo y me senté cerca de él para hablar más de cerca.
Miré un momento hacia el cielo y me di cuenta había anochecido y nuestro alrededor estaba completamente oscuro.
Hacía algo de frío fuera del agua y la cosa empeoró estando mojada aún.

-A mí me gustaría ser maga, iba a ir a Kazlunn al salir de la fiesta pero como me desmayé he tenido que retrasar un poco el viaje.

Lo miré atentamente. Un Shek... qué interesante. Desde siempre me habían resultado muy curiosos y fascinantes. Habían muchas cosas que no se sabían sobre ellos como su actitud por ejemplo, pero ellos nunca nos dejan a los demás saber prácticamente nada. Lo observé, atenta. Ellos son complicados, pensé.

- Gracias... -le respondí bastante bastante aliviada por el calor que desprendía Sasha.

En ese momento me dí cuenta de que no había traído mantas ni ningún tipo de abrigo para pasar la noche a la interperie. Me miré a mí misma, con un vestido elegante y maldecí el vestido celeste que llevaba extrañando la ropa más abrigada que solía llevar normalmente. Me da la sensación que vamos a pasar frío esta noche.

En ese momento vi un par de luces que venían de lejos y avanzaban a paso rápido hacia nosotros. Calculé que en unos cinco minutos nos alcanzarían al ritmo al que iban, ya que no se encontraban lejos de nosotros.
Me levanté de golpe y lancé a Sasha una mirada significativa mientras los señalaba. Casi por instinto corrí hacia el sitio donde había dejado mi espada, a unos metros y la cogí.

-Maldita sea, habrán visto el humo del fuego desde lejos...- dije casi susurrando cuando volví hacia donde se encontraba Sasha y me puse a su lado. Calculé que eran unos siete u ocho. - ¿Qué hacemos, luchar o huir?- mis ojos amarillos se posaron en los suyos buscando una respuesta a mi pregunta, aunque si no decidíamos pronto tendríamos que luchar a la fuerza, (cosa que no temía) y aunque tratásemos de huir, quizá nos acabarían alcanzando.
O escondernos. La idea me llegó en el último momento.

Las palabras de Sasha y su tranquilidad sobrehumana hicieron que me relajara al instante. Observé cómo pronunciaba hechizos que hacían mover el agua y cambiarla de forma hasta que al desaparecer la ola que había invocado, no había ni rastro de los ladrones. Me quedé boquiabierta y le sonreí amablemente pero en ese momento había desaparecido totalmente cualquier rastro de afecto, sentimientos ni nada parecido.
No sabía cómo reaccionar y de pronto mi sonrisa se borró.
Me miré las manos desnudas y vacías y deslicé la mirada hacia la espada que se hallaba inerte en el suelo. No supe qué hacer pues sus actos me habían roto los esquemas en un segundo.
¿Quién eres?, pensé un segundo.
Me quedé unos minutos mirando a la nada, pensativa. Después sin articular palabra cogí de nuevo mi espada y anduve lentamente por el bosque arrastrando su punta por el suelo y desaparecí entre las sombras de la noche.

OFF: Post caca xd

Sasha leyó la mente de Celiel y escuchó lo que dijo esta: "¿Quien eres?" Pero no dijo nada, su mente estaba en otro sitio, era como si... como si estuviera desconectado totalmente, y en parte asi era. Cerró los ojos y le vinieron imágenes, imágenes que le recordaban a las que tuvo cuando rescató a Aira de Nanhai y se enfrentó contra la shek. Dios, ¿cuando cesarian esas imágenes? El chico agitó la cabeza y sacó los pies del agua, y golpeó a esta con el puño, haciendo que se congelase el claro entero.

Después de unos minutos andando de un lado a otro Sasha decidió ir a buscar a Celiel. El chico se concentró en encontrar la mente de Celiel y cuando la encontró se teletransportó enfrente suya gracias a un hechizo etéreo. Todo rastro de esa máscara fría y sin sentimientos habia desaparecido, pero aún seguía serio y la inquietud se reflejaba en sus ojos. Miró a Celiel y habló.

-Siento el pequeño espectaculo de hace un rato... No soy yo, es que últimamente me ocurren cosas extrañas.

Su voz sonó extraña, tenía una mezcla de tristeza y enfado.

Caminé de manera automática, casi robótica por el bosque, dejando el rastro de la punta de mi espada en el suelo hasta que llegué a una zona en la que encontré pequeñas luces relampagueantes alrededor de mí y me puse a apreciarlas a paso más rápido tratando de alcanzarlas, embobada. Mientras me mecía entre mis pensamientos y la sensación de belleza de aquella escena apareció de la nada Sasha de nuevo delante mía y me choqué con él lo que rompió el encanto de la escena al instante. Me separé al instante y no pude evitar reírme llevándome la mano a la frente y frotándola.

- Ouch... duro como una roca, ¿eh?...-me cortó con su frase, que me dejó en silencio. Exploré sus sentimientos y parecía bastante afectado por algo que yo desconocía. Le puse mis manos en sus hombros soltando la espada y mi expresión cambió a preocupación - Te... ¿te encuentras bien? ¿Quieres contarlo...?

-Hm... quizá deberías ir a Nurgon y averiguar qué ha pasado. A lo mejor solo así podrás librarte de esas imágenes que te atormentan. De todas formas no las dejes torturarte demasiado pues... te pueden jugar malas pasadas y perjudicarte de verdad.

Miré a nuestro alrededor, el viento gemía fuertemente y me atravesaba de atrás hacia delante y de un lado a otro, moviendo mi pelo y mi ropa, que ya se había secado. El paisaje había ennegrecido totalmente y a duras penas podía distinguirse algo además de nosotros y las estrellas que, atrevidas, se abrían paso entre los árboles y dejaban verse.
Disfruté del momento un largo rato en silencio con los ojos cerrados y después miré a Sasha.

-Bueno, yo voy a descansar un poco, ha sido un día agotador y además hace mucho frío- dije casi tiritando pero haciendo un pequeño esfuerzo por sonreír.

Quizá quiera estar un rato a solas, pensé antes de ponerme a caminar hacia el lago donde habíamos estado y tumbarme donde comenzaba la hilera de árboles entre varios matorrales para no dejarme ver demasiado fácilmente por cazadores ni animales salvajes. Me acurruqué para soportar mejor el frío de la noche y esperé a conciliar el sueño, con la espada en la mano, por supuesto.