Llegada a Puerto Esmeralda
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Llegada a Puerto Esmeralda
Llegamos a Puerto Esmeralda tras algún tiempo de viaje. Iba a la espalda de Naren, mirando hacia abajo (nunca me habían dado miedo las alturas) y diciéndome lo práctico que sería poder volar. Cuando entramos en la ciudad, había mucha gente en las calles; se notaba que en ella habitaban marineros, no estaba acostumbrada a un ambiente así.
-Y Naren... ¿qué se supone que tienes que hacer en Puerto Esmeralda? - le digo en voz baja.
Antes de que me responda, recuerdo que llevaba varios meses sin pisar Nanetten. Ese era el reino donde había vivido la mayor parte de mi vida, pero no había llegado a conocerlo de ninguna forma. Y pensar que de esta ciudad solo había visto cosas escritas en libros anteriormente, pero nunca había puesto un pie en ella.
"Y tal vez nunca la hubiera visitado si todo hubiera seguido como hasta entonces..." me dije. Me giré para mirar a Naren, esperando que me diera una respuesta a la pregunta que le había formulado anteriormente.
-Y Naren... ¿qué se supone que tienes que hacer en Puerto Esmeralda? - le digo en voz baja.
Antes de que me responda, recuerdo que llevaba varios meses sin pisar Nanetten. Ese era el reino donde había vivido la mayor parte de mi vida, pero no había llegado a conocerlo de ninguna forma. Y pensar que de esta ciudad solo había visto cosas escritas en libros anteriormente, pero nunca había puesto un pie en ella.
"Y tal vez nunca la hubiera visitado si todo hubiera seguido como hasta entonces..." me dije. Me giré para mirar a Naren, esperando que me diera una respuesta a la pregunta que le había formulado anteriormente.
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Finalmente llegué a Puerto Esmeralda... no podía pensar en otra cosa que no fuera en la misión. ¿En que consistía? ¿Tendría que matar, o algo peor? ¿Era buena idea traer a Arturia? Después desciendo, cerca de las puertas de la ciudad.
¿No llamaríamos mucho la atención?" Pienso, divertido, sin poder apartar de mi mente la fatiga.
Como me temía, ella me pregunta que tenia que hacer en el Puerto Esmeralda.
Exactamente no sabía nada, pero no podía responder. Estaba completamente agotado por el viaje. Me derrumbo en el suelo, de rodillas. Un nuevo mensaje de Lurr atraviesa mi mente y oigo su voz diciendo:
Ve a tares y convenceles para que vayan de saqueo a los puertos
No... yo no puedo hacer eso. Pero era lo que tenía que hacer.
-No te preocupes, ya sé lo que tengo que hacer. -digo mientras me pongo de pie, despacio.
-Ahora vayamos a las puertas, Arturia
¿No llamaríamos mucho la atención?" Pienso, divertido, sin poder apartar de mi mente la fatiga.
Como me temía, ella me pregunta que tenia que hacer en el Puerto Esmeralda.
Exactamente no sabía nada, pero no podía responder. Estaba completamente agotado por el viaje. Me derrumbo en el suelo, de rodillas. Un nuevo mensaje de Lurr atraviesa mi mente y oigo su voz diciendo:
Ve a tares y convenceles para que vayan de saqueo a los puertos
No... yo no puedo hacer eso. Pero era lo que tenía que hacer.
-No te preocupes, ya sé lo que tengo que hacer. -digo mientras me pongo de pie, despacio.
-Ahora vayamos a las puertas, Arturia
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Naren tardó un rato en responderme... bueno, en realidad no me respondió. Se sentó en el suelo y no me dijo nada hasta pasado un rato. Entonces me dijo que "ya sabía qué tenía que hacer". Se le notaba algo preocupado, y yo fruncí el ceño. "Vale, ¿pero no puede decírmelo? Si no me lo dice ahora, igualmente, me acabaré enterando, no tiene mucho sentido..." Se levantó y me dijo que nos íbamos a las puertas. Yo no sabía dónde quedaba eso, pero me encabezoné. "Sea lo que sea lo que va a hacer, no voy a decirle nada. Las misiones no se eligen, te las dan", me dije.
-Yo no me muevo de aquí hasta que no me digas qué tienes que hacer. No tiene sentido ocultármelo. - le contesté en voz alta, muy seria.
Crucé los brazos sobre el pecho para dar a entender que iba en serio. "Si no me dice nada...", ni siquiera acabé de pensar, sacudí la cabeza y miré a Naren a los ojos esperando una respuesta. "Y si esto retrasa su misión, que le esperen"
-Yo no me muevo de aquí hasta que no me digas qué tienes que hacer. No tiene sentido ocultármelo. - le contesté en voz alta, muy seria.
Crucé los brazos sobre el pecho para dar a entender que iba en serio. "Si no me dice nada...", ni siquiera acabé de pensar, sacudí la cabeza y miré a Naren a los ojos esperando una respuesta. "Y si esto retrasa su misión, que le esperen"
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Ante mi respuesta, que reconozco que era escasa, Arturia se niega a entrar en la ciudad hasta que le cuente con detalle mi misión.
- Arturia... ¿Porqué montas todo esto? No tiene sentido ocultarte nada. Y no pienso hacerlo.
» Ve a tares y convenceles para que vayan de saqueo a los puertos. Eso es todo lo que me dijo. Ya te he contado todo lo que sé, y creo que se refiere a los piratas. -cojo a Arturia de la mano, despacio y la miro fijamente a los ojos.
Súbitamente, aparto la mirada y me giro.
-Vayamos rápido al puerto. Me apresuro en caminar, hasta que llegamos al extremo del puerto.
-¿No te parece precioso?
Off: falto de tiempo, ¿puedes describir tú el puerto?
- Arturia... ¿Porqué montas todo esto? No tiene sentido ocultarte nada. Y no pienso hacerlo.
» Ve a tares y convenceles para que vayan de saqueo a los puertos. Eso es todo lo que me dijo. Ya te he contado todo lo que sé, y creo que se refiere a los piratas. -cojo a Arturia de la mano, despacio y la miro fijamente a los ojos.
Súbitamente, aparto la mirada y me giro.
-Vayamos rápido al puerto. Me apresuro en caminar, hasta que llegamos al extremo del puerto.
-¿No te parece precioso?
Off: falto de tiempo, ¿puedes describir tú el puerto?
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Después de que le preguntara acerca de su misión, Naren me respondió que tenía que ir a Tares para que los piratas saquearan los puertos. Me dijo que no sabía nada más, pero solo con decirme eso ya me daba mala espina. No me gustaba nada la idea. Me cogió de la mano y me miró a los ojos. Yo le sostuve la mirada hasta que él la apartó, girándose.
-Vayamos rápido al puerto - me dice echando a andar.
Le sigo pensando en el hombre que conocí en Derbhad. Me pregunté qué planeaba exactamente, y pensé que si quería hacer algo que pusiera en peligro a la gente, debía tratar de detenerlo. No sabía qué estaba pasando en Idhún, pero no me gustaba para nada.
Llegamos al puerto, y por un momento sentí que se me cortaba la respiración. No era por el puerto en sí, sino porque a lo lejos podía ver el mar. Era la primera vez que lo veía. La voz de Naren me bajó de las nubes.
-¿No te parece precioso?
-Sí... - dije, mirando el puerto. Estaba separado del mar por una especie de muralla, y en ella había torres. Se encontraba construido sobre un acantilado, pero no vi dónde se anclaban los barcos. - Es precioso.
-Vayamos rápido al puerto - me dice echando a andar.
Le sigo pensando en el hombre que conocí en Derbhad. Me pregunté qué planeaba exactamente, y pensé que si quería hacer algo que pusiera en peligro a la gente, debía tratar de detenerlo. No sabía qué estaba pasando en Idhún, pero no me gustaba para nada.
Llegamos al puerto, y por un momento sentí que se me cortaba la respiración. No era por el puerto en sí, sino porque a lo lejos podía ver el mar. Era la primera vez que lo veía. La voz de Naren me bajó de las nubes.
-¿No te parece precioso?
-Sí... - dije, mirando el puerto. Estaba separado del mar por una especie de muralla, y en ella había torres. Se encontraba construido sobre un acantilado, pero no vi dónde se anclaban los barcos. - Es precioso.
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
[color=orange]-Quiero verlo./color] -digo mientras empiezo a caminar hacia el final del puerto. No sabía porqué decía esto, tal vez fuera por la ilusión que me hacía volver a ver el mar esta vez de cerca.
Una vez allí, me quedé sin aliento unos segundos hasta que volví a la realidad. En ese momento solo podía pensar en lo fantástico que seria poder relajarme en un lugar así, olvidarme de todo y no volver a caer en las prisas y los viajes. Antes estaba tan preocupado, y cuando podía permitirme dejar mis estudios de magia para practicar fuera de las torres... tengo que aceptar un trabajo para un nigro.
Y en ese momento me convenzo de ello: tendré ya tiempo para descansar cuando acabe mi misión... Aunque ya no quede lugar para mí en los puertos.
Le lanzo una mirada a Arturia, dado por entendido que nos pondremos a la misión en este mismo instante.
Al momento me acerco a uno de los marineros semivaru, que estaba amarrando su barco.
-Hola, señor. Esperé a que él me devolviera el saludo. ¿Hacia dónde se dirige esta embarcación y cuál es su función? Tal vez él se sintiera algo intimidado o confuso ante una oleada de preguntas, pero ciertamente podía parecer un tipo importante, podría trabajar para el señor de los Reinos... por lo que él respondió:
-Este barco lleva un cargamento de armas... hacia Tares.
Él me hablaba, posiblemente creía que era un tipo importante, un sirviente del señor de los Reinos... ¿Kvothe, se llamaba?
De todas formas eso era exactamente lo que quería oír.
-Mi acompañante y yo iremos en su próximo viaje... si no quiere que de eso se entere mi señor.
El pobre marinero me miró, asustado. Yo me sentía realmente mal por ello. Pero era lo único que podía hacer, ¿o no?
-De, de acuerdo. El próximo viaje será cuando cambie la marea, lo avisarán en las torres.
Él se fue dentro del barco, tal vez preparando algo y cuando se fue miré a Arturia, esperando que me dijera algo.
Una vez allí, me quedé sin aliento unos segundos hasta que volví a la realidad. En ese momento solo podía pensar en lo fantástico que seria poder relajarme en un lugar así, olvidarme de todo y no volver a caer en las prisas y los viajes. Antes estaba tan preocupado, y cuando podía permitirme dejar mis estudios de magia para practicar fuera de las torres... tengo que aceptar un trabajo para un nigro.
Y en ese momento me convenzo de ello: tendré ya tiempo para descansar cuando acabe mi misión... Aunque ya no quede lugar para mí en los puertos.
Le lanzo una mirada a Arturia, dado por entendido que nos pondremos a la misión en este mismo instante.
Al momento me acerco a uno de los marineros semivaru, que estaba amarrando su barco.
-Hola, señor. Esperé a que él me devolviera el saludo. ¿Hacia dónde se dirige esta embarcación y cuál es su función? Tal vez él se sintiera algo intimidado o confuso ante una oleada de preguntas, pero ciertamente podía parecer un tipo importante, podría trabajar para el señor de los Reinos... por lo que él respondió:
-Este barco lleva un cargamento de armas... hacia Tares.
Él me hablaba, posiblemente creía que era un tipo importante, un sirviente del señor de los Reinos... ¿Kvothe, se llamaba?
De todas formas eso era exactamente lo que quería oír.
-Mi acompañante y yo iremos en su próximo viaje... si no quiere que de eso se entere mi señor.
El pobre marinero me miró, asustado. Yo me sentía realmente mal por ello. Pero era lo único que podía hacer, ¿o no?
-De, de acuerdo. El próximo viaje será cuando cambie la marea, lo avisarán en las torres.
Él se fue dentro del barco, tal vez preparando algo y cuando se fue miré a Arturia, esperando que me dijera algo.
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Naren se sentía emocionado por llegar al puerto. No pude sino sonreír ante la escena, la cual me hacía casi olvidar para qué estaba allí. Lo seguí hasta donde se encontraba, con paso tranquilo, sin apartar los ojos de él. Cambió de actitud muy rápido, seguramente volviera a la realidad de la misión. “Si algún día vuelvo a estar en este lugar, espero que no sea por ninguna misión ni nada por el estilo”. Dejé de sonreír en ese preciso instante, apartando la mirada de Naren y dirigiéndola hacia el puerto de nuevo.
Veo que Naren me mira, y que seguidamente se dirige hacia una embarcación llevada por un semivaru. Le preguntó su destino, y este respondió que se dirigía a Tares con un cargamento de armas. Suspiré sintiéndome algo mal por todo eso, no creía que estuviera bien lo que íbamos a hacer.
Le dijo que íbamos a ir en su próximo viaje a la isla, y el marinero le respondió que no había problema, claramente asustado, y volvió al interior del barco. Miré a Naren en cuanto se dirigió hacia mí. No había dicho absolutamente nada durante la conversación con aquel marinero, y no sabía muy bien qué decir.
-De verdad, ¿por qué tienes que hacer esto? – era una pregunta retórica, no quería que me respondiera. Hasta entonces no había cuestionado nada de lo que hacía para no interponerme en sus planes, pero creo que no podía seguir callándomelo. – No me termina de gustar esto. No, más bien no me gusta nada. Haz lo que quieras, y yo te seguiré, pero te lo digo para que lo tengas en cuenta.
Veo que Naren me mira, y que seguidamente se dirige hacia una embarcación llevada por un semivaru. Le preguntó su destino, y este respondió que se dirigía a Tares con un cargamento de armas. Suspiré sintiéndome algo mal por todo eso, no creía que estuviera bien lo que íbamos a hacer.
Le dijo que íbamos a ir en su próximo viaje a la isla, y el marinero le respondió que no había problema, claramente asustado, y volvió al interior del barco. Miré a Naren en cuanto se dirigió hacia mí. No había dicho absolutamente nada durante la conversación con aquel marinero, y no sabía muy bien qué decir.
-De verdad, ¿por qué tienes que hacer esto? – era una pregunta retórica, no quería que me respondiera. Hasta entonces no había cuestionado nada de lo que hacía para no interponerme en sus planes, pero creo que no podía seguir callándomelo. – No me termina de gustar esto. No, más bien no me gusta nada. Haz lo que quieras, y yo te seguiré, pero te lo digo para que lo tengas en cuenta.
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Cuando el navegante se fue, la soberbia y esa sensación de superioridad se borró de mi rostro. Me sentía tremendamente mal: Además de haber abusado de un poder que no poseía, había actuado como la gente que despreciaba.
Arturia empezó a hablarme, pero con su estado de ánimo deducí que entendía lo que sentía.
[color=orange]-Si, tienes toda la razón Arturia. Tal vez sea el nuevo ambiente de Derbhad. Soy... vulnerable a esas fuerzas. Tengo que reinstaurar fuerzas.[/color] - espero unos segundos - [color=orange]La nueva fuerza oscura de Derbhad me afecta, y debo... ¿reiniciar? [/color]
Esperaba que aquella explicación para "no-iniciados" tal vez le hiciera entender que tengo que agotarme por completo para volver a usar mi propia energía.
Me coloco en una plaza común para los ciudadanos, pero ya vacía ya que se supone que los marineros estarán preparando las embarcaciones.
Ya allí, me arrodillo con una pierna y pongo las palmas de las manos en el suelo. Unos pasos frente a mí aparece una salamandra como las que invocaba en Awinor. Pero esta no era una de mis invocaciones normales. Seguía pareciendo una salamandra de fuego que flota y se mueve como una llama, pero... tenía toques oscuros e irradiaba un resto de energía de Derbhad oscuro...
Aferro mi báculo, cargándolo de mi energía y dispuesto a agotarme, luchando contra el espíritu, para empezar. Pero antes de comenzar la lucha miro a Arturia, inevitablemente con la energía negativa que procedía de mi en ese momento.
Arturia empezó a hablarme, pero con su estado de ánimo deducí que entendía lo que sentía.
[color=orange]-Si, tienes toda la razón Arturia. Tal vez sea el nuevo ambiente de Derbhad. Soy... vulnerable a esas fuerzas. Tengo que reinstaurar fuerzas.[/color] - espero unos segundos - [color=orange]La nueva fuerza oscura de Derbhad me afecta, y debo... ¿reiniciar? [/color]
Esperaba que aquella explicación para "no-iniciados" tal vez le hiciera entender que tengo que agotarme por completo para volver a usar mi propia energía.
Me coloco en una plaza común para los ciudadanos, pero ya vacía ya que se supone que los marineros estarán preparando las embarcaciones.
Ya allí, me arrodillo con una pierna y pongo las palmas de las manos en el suelo. Unos pasos frente a mí aparece una salamandra como las que invocaba en Awinor. Pero esta no era una de mis invocaciones normales. Seguía pareciendo una salamandra de fuego que flota y se mueve como una llama, pero... tenía toques oscuros e irradiaba un resto de energía de Derbhad oscuro...
Aferro mi báculo, cargándolo de mi energía y dispuesto a agotarme, luchando contra el espíritu, para empezar. Pero antes de comenzar la lucha miro a Arturia, inevitablemente con la energía negativa que procedía de mi en ese momento.
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Después de lo que le dije a Naren, me contestó que tenía razón y que necesitaba "reiniciar", pero yo no acababa de entender qué quería decir o hacer. Lo miré muy seria, y algo preocupada también, pues no quería que se convirtiera en el tipo de persona que estaba actuando. Me mira un momento y va hacia una plaza vacía, o al menos yo no podía ver a nadie. Lo observé desde la lejanía, al mismo tiempo que me preguntaba qué pretendía.
Colocó su mano en el suelo y, antes de que me diera cuenta, vi a un pequeño animal en el suelo. "¿Una salamandra?", me extrañó mucho eso. Aunque claro, yo no era maga, y tampoco podía acabar de entender las acciones de Naren. Él me miró y yo noté que algo no está del todo bien."Y esto... ¿tenía que ver con la misión?". Iba a dar un paso adelante cuando me detuve de repente; si era algo que Naren debía hacer solo, no podía interrumpirle. Sin embargo, no terminaba de quedarme tranquila ante lo que estaba viendo.
-Oye, Naren - dije en voz alta - ¿Seguro que esto que haces es seguro? - no sabía si me estaba escuchando o estaba pendiente de la salamandra, pero esperaba que no le pasara nada.
Sin poder evitarlo, puse la mano sobre mi espada, por si debía sacarla al ver que la cosa se ponía muy seria, aunque esperaba no tener que llegar a tal punto. Me sentía algo impotente la verdad, pero miré muy seria el gesto de Naren, esperando su respuesta. Y esperaba que fuera afirmativa...
Colocó su mano en el suelo y, antes de que me diera cuenta, vi a un pequeño animal en el suelo. "¿Una salamandra?", me extrañó mucho eso. Aunque claro, yo no era maga, y tampoco podía acabar de entender las acciones de Naren. Él me miró y yo noté que algo no está del todo bien."Y esto... ¿tenía que ver con la misión?". Iba a dar un paso adelante cuando me detuve de repente; si era algo que Naren debía hacer solo, no podía interrumpirle. Sin embargo, no terminaba de quedarme tranquila ante lo que estaba viendo.
-Oye, Naren - dije en voz alta - ¿Seguro que esto que haces es seguro? - no sabía si me estaba escuchando o estaba pendiente de la salamandra, pero esperaba que no le pasara nada.
Sin poder evitarlo, puse la mano sobre mi espada, por si debía sacarla al ver que la cosa se ponía muy seria, aunque esperaba no tener que llegar a tal punto. Me sentía algo impotente la verdad, pero miré muy seria el gesto de Naren, esperando su respuesta. Y esperaba que fuera afirmativa...
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Estaba concentrado en la salamandra oscura... hasta que la voz de Arturia me devolvió a la realidad,
-Oye, Naren - me dijo - -¿Seguro que esto que haces es seguro?
Al oír estas palabras, me lleno de tristeza. Con una mirada realmente melancólica, lo único que consigo decir mientras controlo los movimientos del ente:
-No. Pero no te preocupes, no me puede vencer parte de mí. - alargué la mano para llamar a Arturia. -Además, me gusta jugar en equipo. Me acerco a Arturia sonriendo.
Después, alzo mis manos hacia la Salamandra, que comienza a devolverse en el aire y después se divide en dos idénticas. -Adelante - susurro mientras sujeto mi báculo y comienzo a correr hacia el primer ser.
Como suponía ella esperaba que la atacara. En un instante vi una llamarada frente a mí, que eludí rodando sobre el suelo.
Tuve que aprovechar esa ocasión para atravesarlo con el báculo, eliminando la zona que rozó la piedra.
Rápidamente di un salto para atrás. Procedo a modificar mi arma: La piedra se funde y extiende alrededor del palo. Ahora al golpe afectaría mucho más.
Al momento me giro hacia Arturia, comprobando su estado.
-Oye, Naren - me dijo - -¿Seguro que esto que haces es seguro?
Al oír estas palabras, me lleno de tristeza. Con una mirada realmente melancólica, lo único que consigo decir mientras controlo los movimientos del ente:
-No. Pero no te preocupes, no me puede vencer parte de mí. - alargué la mano para llamar a Arturia. -Además, me gusta jugar en equipo. Me acerco a Arturia sonriendo.
Después, alzo mis manos hacia la Salamandra, que comienza a devolverse en el aire y después se divide en dos idénticas. -Adelante - susurro mientras sujeto mi báculo y comienzo a correr hacia el primer ser.
Como suponía ella esperaba que la atacara. En un instante vi una llamarada frente a mí, que eludí rodando sobre el suelo.
Tuve que aprovechar esa ocasión para atravesarlo con el báculo, eliminando la zona que rozó la piedra.
Rápidamente di un salto para atrás. Procedo a modificar mi arma: La piedra se funde y extiende alrededor del palo. Ahora al golpe afectaría mucho más.
Al momento me giro hacia Arturia, comprobando su estado.
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Miré la salamandra una vez más, desconfiada. No sabía muy bien qué estaba pasando, pero estaba decidida a hacer lo que estuviera en mi mano para ayudar a Naren. Cuando me dijo que lo que hacía no era seguro, volví mi vista hacia él esperando que bromeara; pero no fue así, así que suspiré y, cuando le dijo que le gustaba jugar en equipo, entendí a la primera. Desenvainé mi espada y la alcé, viendo cómo el animal se dividía en dos. Me quedé donde estaba, algo perpleja, pero en seguida vi que lo hizo para formar dos salamandras, así me puse en posición de ataque.
Vi cómo Naren empezaba a pelear contra la salamandra, así que yo me lancé contra la otra. Era un animal bastante grande, pero a mí no me importaba; lo único que me preocupaba era su poder de fuego, que justo vi en ese momento cómo salía disparado hacia Naren por la otra. Apreté los dientes y agarré la espada con las dos manos para poder dar más fuerza a mi ataque, pero al distraerme un momento para ver cómo estaba Naren noté cómo la salamandra me daba un golpe con la cola y un pequeño hilo de sangre saliendo de mis labios. "Maldita sea, no me debería haber descuidado" Me mantuve de pie por los pelos, pero me había hecho bastante daño con el impacto. Estuve a punto de tropezar, y me dije a mí misma que debía dejar de pensar en él, podía cuidarse solo.
Empuñé la espada a la altura del pecho para esquivar con ella cualquier otro ataque, y me acerqué de nuevo aligerando el paso, casi corriendo.
Vi cómo Naren empezaba a pelear contra la salamandra, así que yo me lancé contra la otra. Era un animal bastante grande, pero a mí no me importaba; lo único que me preocupaba era su poder de fuego, que justo vi en ese momento cómo salía disparado hacia Naren por la otra. Apreté los dientes y agarré la espada con las dos manos para poder dar más fuerza a mi ataque, pero al distraerme un momento para ver cómo estaba Naren noté cómo la salamandra me daba un golpe con la cola y un pequeño hilo de sangre saliendo de mis labios. "Maldita sea, no me debería haber descuidado" Me mantuve de pie por los pelos, pero me había hecho bastante daño con el impacto. Estuve a punto de tropezar, y me dije a mí misma que debía dejar de pensar en él, podía cuidarse solo.
Empuñé la espada a la altura del pecho para esquivar con ella cualquier otro ataque, y me acerqué de nuevo aligerando el paso, casi corriendo.
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Estaba siendo un buen día. Siempre prefería mantenerme optimista, pero precisamente aquel día me encontraba más animada, con energía. No sabía por qué era, y tal vez sólo fuera que había dormido bien, pero en el fondo no importaba. Miré hacia el cielo una vez más, como solía hacerlo cada poco rato. Siempre me había relajado y animado mirar al cielo; tenía algo de mágico, de diferente, que no podía inspirarme el mundo que me rodeaba... como si aquellas nubes gigantescas, majestuosas, con su cortejo de rayos de sol, o los nubarrones oscuros que se retorcían con el viento, o los cielos simplemente azules, intensos como un océano interminable... no perteneciesen a la realidad...
Entonces, de repente, un fuerte alboroto me sacó de mis pensamientos. Me di cuenta de que me encontraba al final de una calle estrecha y vacía. El recodo parecía acabar en un espacio abierto, pero no podía verlo bien desde allí. Sin pensarlo, salí corriendo hacia allí.
Como me había parecido, la calle se abría a una amplia plaza. Sin embargo, estaba vacía... o casi. Dos figuras desconocidas se movían con rapidez, luchando contra dos extrañas criaturas gemelas... Retrocedí de golpe por la sorpresa. Las escamas mate de los monstruos, del color del ocaso, reflejaban todo un espectro de extrañas figuras de fuego. Por un momento dudé si intervenir o marcharme por donde había venido, pero una de las salamandras escogió aquel instante para superar las barreras de la chica contra la que combatía y golpearla. Con decisión, corrí hacia la pelea y, deteniéndome a pocos pasos de aquella salamandra, saqué una cuchilla de mi bolsa y se la lancé al cráneo. No creía que aquello la matara, pero al menos intentaría darse la vuelta para mirarme y aquella chica tendría la oportunidad de atacarla de verdad.
-¿Necesitáis ayuda? ¿Qué ocurre? -grité, llamando su atención. Sólo después de haberlo dicho reparé en que si perdían la concentración, podían acabar calcinados por el fuego de las bestias...
¡Salamandras! ¿Qué harían allí dos salamandras, en mitad de una población, sin más? ¿Acaso por eso no había nadie en las calles? ¿Porque habían huido de los dos monstruos? ¿Y quiénes eran entonces los dos jóvenes que les plantaban cara en mitad de aquella plaza vacía, sin más espectadores que docenas de ventanas vacías, puertas cerradas y muros de piedra? ¿Nadie pretendía ayudarlos?
Entonces, de repente, un fuerte alboroto me sacó de mis pensamientos. Me di cuenta de que me encontraba al final de una calle estrecha y vacía. El recodo parecía acabar en un espacio abierto, pero no podía verlo bien desde allí. Sin pensarlo, salí corriendo hacia allí.
Como me había parecido, la calle se abría a una amplia plaza. Sin embargo, estaba vacía... o casi. Dos figuras desconocidas se movían con rapidez, luchando contra dos extrañas criaturas gemelas... Retrocedí de golpe por la sorpresa. Las escamas mate de los monstruos, del color del ocaso, reflejaban todo un espectro de extrañas figuras de fuego. Por un momento dudé si intervenir o marcharme por donde había venido, pero una de las salamandras escogió aquel instante para superar las barreras de la chica contra la que combatía y golpearla. Con decisión, corrí hacia la pelea y, deteniéndome a pocos pasos de aquella salamandra, saqué una cuchilla de mi bolsa y se la lancé al cráneo. No creía que aquello la matara, pero al menos intentaría darse la vuelta para mirarme y aquella chica tendría la oportunidad de atacarla de verdad.
-¿Necesitáis ayuda? ¿Qué ocurre? -grité, llamando su atención. Sólo después de haberlo dicho reparé en que si perdían la concentración, podían acabar calcinados por el fuego de las bestias...
¡Salamandras! ¿Qué harían allí dos salamandras, en mitad de una población, sin más? ¿Acaso por eso no había nadie en las calles? ¿Porque habían huido de los dos monstruos? ¿Y quiénes eran entonces los dos jóvenes que les plantaban cara en mitad de aquella plaza vacía, sin más espectadores que docenas de ventanas vacías, puertas cerradas y muros de piedra? ¿Nadie pretendía ayudarlos?
Invitado- Invitado
Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Estaba todavía muy concentrado en la Salamandra, inmóvil, esperando un buen momento para atravesarla con mi báculo y acabar con esta tontería de prueba. Pero aún así pude mirar de reojo que una tercera persona entró al lugar en el que estábamos.
Arturia fue herida por la cola del segundo ente, y el desconocido o la desconocida luchó con ella.
Estaba hirviendo de ira, quería pegar un salto y acabar con los dos monstruos de un golpe pero nadie quiere arriesgarse de esa forma. Monté en cólera, azote a mi oponente con mi arma una y otra vez con golpes laterales hasta que sus defensas cedieron y la atravesé. Yo no noté resistencia y sentía que golpeaba al aire, pero veía como ella se estremecía y perdía energía hasta que solo quedaba un pequeño rastro en el ambiente.
Terminé jadeando, agotado pero animado por mi éxito y miro a Arturia, buscando comprender su movimiento con la espada a la vez que intento buscar la identidad que había aparecido a ayudarnos.
Arturia fue herida por la cola del segundo ente, y el desconocido o la desconocida luchó con ella.
Estaba hirviendo de ira, quería pegar un salto y acabar con los dos monstruos de un golpe pero nadie quiere arriesgarse de esa forma. Monté en cólera, azote a mi oponente con mi arma una y otra vez con golpes laterales hasta que sus defensas cedieron y la atravesé. Yo no noté resistencia y sentía que golpeaba al aire, pero veía como ella se estremecía y perdía energía hasta que solo quedaba un pequeño rastro en el ambiente.
Terminé jadeando, agotado pero animado por mi éxito y miro a Arturia, buscando comprender su movimiento con la espada a la vez que intento buscar la identidad que había aparecido a ayudarnos.
naren-far- Nigromante
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Tenía la espada sujeta con tanta fuerza que pensé que se me clavaba el metal en la mano. Naren debía estar acabando con su oponente, y yo mientras había recibido un golpe. “Un golpe no es nada, no es nada…”, me dije a mí misma mientras avanzaba hacia el enorme animal. Pero cuando iba a atacarlo, escuché algo cortar el aire y me detuve en seco. Un cuchillo se clavó en su cabeza, pero yo no me giré, aunque estaba casi segura de que no había sido mi compañero. El ataque –de donde quisiera que hubiera venido- me había venido estupendamente para distraer al animal, que seguía vivo pero ahora emitía unos sonidos que hacían que me estremeciera. Con la espada, hice varios tajos en diagonal con el único fin de acabar con él. Hubo mucha sangre, y la salamandra seguía retorciéndose. “Si a mí me hubieran clavado algo en la cabeza también me quejaría”, pensé impasible. Después de unos segundos, dejó de moverse. Arranqué el cuchillo del cráneo del anfibio y me giré a ver quién era el que lo había lanzado. Se trataba de un szish…
-Esto es tuyo – dije, acercándome a ella, con la espada aún fuera por si debía atacar. Había aprendido a no confiar demasiado en extraños – Gracias por intervenir, te debo una.
Me limpié el chorrillo de sangre de la boca con la mano y me dije que parecía que no había sido un golpe lo suficientemente como para romperme ningún hueso, aunque sentía el abdomen condolido todavía. Dediqué un par de miradas a la extraña y me giré hacia Naren. Al parecer, él también había acabado con su rival.
-La próxima vez que sean bichos más pequeños – dije irónicamente – Te encuentras bien, ¿no?
-Esto es tuyo – dije, acercándome a ella, con la espada aún fuera por si debía atacar. Había aprendido a no confiar demasiado en extraños – Gracias por intervenir, te debo una.
Me limpié el chorrillo de sangre de la boca con la mano y me dije que parecía que no había sido un golpe lo suficientemente como para romperme ningún hueso, aunque sentía el abdomen condolido todavía. Dediqué un par de miradas a la extraña y me giré hacia Naren. Al parecer, él también había acabado con su rival.
-La próxima vez que sean bichos más pequeños – dije irónicamente – Te encuentras bien, ¿no?
Arturia- Caballero
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Las salamandras eran criaturas poderosas, y yo había aprendido que el fuego de las criaturas mágicas era mucho más peligroso que las llamas de una simple hoguera. La magia lo hacía todo distinto... y a veces, lo hacía todo peor.
Por suerte, gracias a mi intervención, los dos extraños consiguieron por fin acabar con las salamandras. Me acerqué a toda prisa para ver si podía ayudar en algo más, pero no fue necesario. Él era mago, por lo que había podido ver, y se las arregló bien por su cuenta. Ella no tuvo mayores problemas para derrotar a la bestia de fuego con su espada.
Cuando acabó el combate, los tres nos quedamos quietos un momento, indecisos. No me gustaba confiar en la gente; no solía salir bien. De repente, la chica echó a andar hacia mí con la espada aún desenvainada, y retrocedí involuntariamente, pero no hizo ademán de atacarme.
-Esto es tuyo – dijo, acercándose–. Gracias por intervenir, te debo una.
-No es nada -respondí con una leve inclinación de cabeza. Esperé unos momentos, mientras decían algo, sin estar segura de qué quería hacer; entonces hablé hacia los dos.
-Mi nombre es Sazcha. Soy... una szish -esperé a ver su reacción, aunque era evidente que ya lo sabían-. ¿Cómo han llegado hasta aquí dos salamandras?
Mientras lo decía eché otro vistazo a los cuerpos caídos de las salamandras... que se desvanecían lentamente. Di un paso atrás y parpadeé, sorprendida. Entonces lo entendí... aquel joven extraño debía de haberlas llamado con su magia.
Volví a mirarlos a ambos, intentando disimular mi sorpresa.
-¿Quiénes sois vosotros? -pregunté.
Por suerte, gracias a mi intervención, los dos extraños consiguieron por fin acabar con las salamandras. Me acerqué a toda prisa para ver si podía ayudar en algo más, pero no fue necesario. Él era mago, por lo que había podido ver, y se las arregló bien por su cuenta. Ella no tuvo mayores problemas para derrotar a la bestia de fuego con su espada.
Cuando acabó el combate, los tres nos quedamos quietos un momento, indecisos. No me gustaba confiar en la gente; no solía salir bien. De repente, la chica echó a andar hacia mí con la espada aún desenvainada, y retrocedí involuntariamente, pero no hizo ademán de atacarme.
-Esto es tuyo – dijo, acercándose–. Gracias por intervenir, te debo una.
-No es nada -respondí con una leve inclinación de cabeza. Esperé unos momentos, mientras decían algo, sin estar segura de qué quería hacer; entonces hablé hacia los dos.
-Mi nombre es Sazcha. Soy... una szish -esperé a ver su reacción, aunque era evidente que ya lo sabían-. ¿Cómo han llegado hasta aquí dos salamandras?
Mientras lo decía eché otro vistazo a los cuerpos caídos de las salamandras... que se desvanecían lentamente. Di un paso atrás y parpadeé, sorprendida. Entonces lo entendí... aquel joven extraño debía de haberlas llamado con su magia.
Volví a mirarlos a ambos, intentando disimular mi sorpresa.
-¿Quiénes sois vosotros? -pregunté.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Ya pasada la amenaza de las invocaciones, quedaba todavía saber quien era la tercera persona que aparentemente había ayudado a Arturia.
-La próxima vez que sean bichos más pequeños – me dijo irónicamente -Te encuentras bien, ¿no?
Pude advertir que ella tenía algo de sangre en la boca y podía verse cansada, o a lo mejor es por la emoción del combate de los guerreros. Ciertamente no sabía nada de esa comunidad.
-No te preocupes, estoy bien. Tú en cambio tienes un poco de sangre. - Yo deslizo mi mano por su barbilla y con un cambio de temperatura, ella dejaría de sangrar. Ella es una persona fuerte, pero pensé que dejar algo de magia me vendría bien en ese momento.
-Y si fueran bichos más pequeños no tendría emoción.
Me giro para contemplar mejor a la tercera persona. Era una szish como ya nos dijo ella. Sazcha terminó por preguntarnos, algo inquieta tal vez, quienes éramos. Yo dejaría que Arturia se presentara, pero yo me adelanté y dije:
-Me llamo Naren. Y... se podría decir que esos bichos son culpa mía. -terminé de decir con una sonrisa.
-La próxima vez que sean bichos más pequeños – me dijo irónicamente -Te encuentras bien, ¿no?
Pude advertir que ella tenía algo de sangre en la boca y podía verse cansada, o a lo mejor es por la emoción del combate de los guerreros. Ciertamente no sabía nada de esa comunidad.
-No te preocupes, estoy bien. Tú en cambio tienes un poco de sangre. - Yo deslizo mi mano por su barbilla y con un cambio de temperatura, ella dejaría de sangrar. Ella es una persona fuerte, pero pensé que dejar algo de magia me vendría bien en ese momento.
-Y si fueran bichos más pequeños no tendría emoción.
Me giro para contemplar mejor a la tercera persona. Era una szish como ya nos dijo ella. Sazcha terminó por preguntarnos, algo inquieta tal vez, quienes éramos. Yo dejaría que Arturia se presentara, pero yo me adelanté y dije:
-Me llamo Naren. Y... se podría decir que esos bichos son culpa mía. -terminé de decir con una sonrisa.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Naren se acercó hacia mí, diciendo que se encontraba bien. Eso me alivió en cierto modo. Puso la mano en mi barbilla para curar la herida. Habría querido decirle que la herida, aunque no sangrara demasiado, no era algo como si se me hubiera partido el labio; había escupido sangre, alguna herida interna debía tener tras el fuerte golpe. “Maldita salamandra…”. Sin embargo, no le dije nada. Hacía demasiado que nadie se preocupaba por cómo me encontraba.
La Szish cogió la daga y se presentó. Escuché con atención, aunque no estaba acostumbrada al siseo de su voz. Su nombre era Sazcha, “un nombre muy poco común, desde luego. No lo había escuchado con anterioridad”. También dijo que era una Szish… como si no lo supiéramos. Pero en fin, no se le podía reprochar nada. Por lo que me habían contado, no eran criaturas de fiar, pero quienes me lo contaron fueron personas en las que sí que no se podía confiar. Seguidamente, tras una pausa, preguntó por las salamandras. Eso no lo tenía claro ni yo, así que dejé la pregunta para Naren. También nos preguntó nuestros nombres, y yo crucé los brazos sobre el pecho. Mi compañero dio un paso al frente y respondió con su nombre y dando datos poco concretos acerca de la aparición de los animales. Yo, por mi parte, me quedé donde me encontraba, descrucé los brazos e hice una pequeña y elegante reverencia:
-Mi nombre es Arturia Pendragón, encantada de conocerte – “Educación ante todo, como siempre” – Es la primera vez que conozco a alguien de tu raza – añadí finalmente, algo completamente cierto.
Me quedé mirándola intentando adivinar si era alguien peligroso o con intenciones de atacar; sin embargo, me dije que tampoco tenía motivos para atarnos… o eso creía. Esperé pacientemente a que alguno de los dos interviniera, preferiblemente para mí la Szish, dado que no la conocíamos demasiado.
La Szish cogió la daga y se presentó. Escuché con atención, aunque no estaba acostumbrada al siseo de su voz. Su nombre era Sazcha, “un nombre muy poco común, desde luego. No lo había escuchado con anterioridad”. También dijo que era una Szish… como si no lo supiéramos. Pero en fin, no se le podía reprochar nada. Por lo que me habían contado, no eran criaturas de fiar, pero quienes me lo contaron fueron personas en las que sí que no se podía confiar. Seguidamente, tras una pausa, preguntó por las salamandras. Eso no lo tenía claro ni yo, así que dejé la pregunta para Naren. También nos preguntó nuestros nombres, y yo crucé los brazos sobre el pecho. Mi compañero dio un paso al frente y respondió con su nombre y dando datos poco concretos acerca de la aparición de los animales. Yo, por mi parte, me quedé donde me encontraba, descrucé los brazos e hice una pequeña y elegante reverencia:
-Mi nombre es Arturia Pendragón, encantada de conocerte – “Educación ante todo, como siempre” – Es la primera vez que conozco a alguien de tu raza – añadí finalmente, algo completamente cierto.
Me quedé mirándola intentando adivinar si era alguien peligroso o con intenciones de atacar; sin embargo, me dije que tampoco tenía motivos para atarnos… o eso creía. Esperé pacientemente a que alguno de los dos interviniera, preferiblemente para mí la Szish, dado que no la conocíamos demasiado.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
-No me extraña que sea la primera -respondí sin muchos ánimos-. No se ven demasiados de los míos.
"Porque están todos escondidos, o muertos"
Era cierto... los szish habíamos caído en desgracia para el resto de Idhún desde el mismo surgimiento de nuestra raza. Los tiempos de Ashran no habían mejorado aquella situación, precisamente. Hombres serpiente, adoradores del séptimo... monstruos. Así nos consideraba el resto, y tal vez así nos consideráramos nosotros en ocasiones.
-Podemos ser sangrefría, pero no somos monstruos -mascullé con determinación, casi más para convencerme a mí misma que a ellos-. Ahorcaron a mis padres junto a un pueblo sólo por ser quienes eran. Tengo entendido que las cosas están cambiando, pero sé que sigue sucediendo. Acudir a la llamada del Séptimo para conquistar Idhún con poderes oscuros no es lo único que nuestra raza es capaz de hacer. Me gustaría poder limpiar nuestro nombre, pero no sé si es posible.
Apreté los puños con fuerza y les miré, dándome cuenta de la extraña declaración que había hecho, sin pensarlo.
-Disculpad. No tenéis por qué escuchar todo esto -suspiré, ladeando el rostro bajo la capucha-. ¿Puedo preguntaros a dónde vais? Tal vez os convenga alguien más en vuestro equipo. Los tiempos están revueltos, cada vez más. Nunca sabes lo que te puedes encontrar viajando, pero ahora...
Que viviera fuera de todo aquel mundo no significaba que estuviera lejos. No era difícil enterarse de lo que pasaba alrededor, y por todo Idhún, si se sabía buscar y escuchar. Cualquiera que pasara una noche junto a un pueblo dormido escuchaba tantas noticias como quisiera, porque ningún pueblo llega a dormir del todo.
"Porque están todos escondidos, o muertos"
Era cierto... los szish habíamos caído en desgracia para el resto de Idhún desde el mismo surgimiento de nuestra raza. Los tiempos de Ashran no habían mejorado aquella situación, precisamente. Hombres serpiente, adoradores del séptimo... monstruos. Así nos consideraba el resto, y tal vez así nos consideráramos nosotros en ocasiones.
-Podemos ser sangrefría, pero no somos monstruos -mascullé con determinación, casi más para convencerme a mí misma que a ellos-. Ahorcaron a mis padres junto a un pueblo sólo por ser quienes eran. Tengo entendido que las cosas están cambiando, pero sé que sigue sucediendo. Acudir a la llamada del Séptimo para conquistar Idhún con poderes oscuros no es lo único que nuestra raza es capaz de hacer. Me gustaría poder limpiar nuestro nombre, pero no sé si es posible.
Apreté los puños con fuerza y les miré, dándome cuenta de la extraña declaración que había hecho, sin pensarlo.
-Disculpad. No tenéis por qué escuchar todo esto -suspiré, ladeando el rostro bajo la capucha-. ¿Puedo preguntaros a dónde vais? Tal vez os convenga alguien más en vuestro equipo. Los tiempos están revueltos, cada vez más. Nunca sabes lo que te puedes encontrar viajando, pero ahora...
Que viviera fuera de todo aquel mundo no significaba que estuviera lejos. No era difícil enterarse de lo que pasaba alrededor, y por todo Idhún, si se sabía buscar y escuchar. Cualquiera que pasara una noche junto a un pueblo dormido escuchaba tantas noticias como quisiera, porque ningún pueblo llega a dormir del todo.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Nos presentamos los dos, y Arturia dijo que nunca antes había visto a alguien de su raza. Realmente yo tampoco había visto a un szish de cerca. Sazcha contó que los szish no eran monstruos, y dejándose llevar, como ahorcaron a sus padres sin motivo y su misión es intentar limpiar el nombre de su raza.
Se palpaba la tensión en el ambiente al ver como hablaba sinceramente a un par de desconocidos sin razón aparente. Después volvió a la realidad, dejando de parecer tan amenazante. Nos preguntó hacia donde pensabamos partir.
Yo rápidamente deslicé mi mirada hacia el mar: Estaba totalmente diferente a hacía un rato: Las olas habían aumentado de tamaño y atacaban sin descanso al puerto, y el agua tenía un tono mucho más oscuro y opaco.
-Tal vez debamos quedarnos quedarnos en la ciudad por un rato, bajo resguardo.
Pensaba consolar a Sazcha, animarla diciéndole algo, pero un sonido me alertó. Giré mi cabeza rápidamente hacia donde sentía algo, sin saber qué. -Voy a ver qué ocurre. - digo sin más mientras empiezo a correr hacia la muralla de la ciudad.
Off: Pues DEJO POST puede que temporalmente y paso al Post http://www.rolmemoriasdeidhun.com/t3042-conquista-de-puerto-esmeralda#28246
Podeis seguirme si quereis.
Se palpaba la tensión en el ambiente al ver como hablaba sinceramente a un par de desconocidos sin razón aparente. Después volvió a la realidad, dejando de parecer tan amenazante. Nos preguntó hacia donde pensabamos partir.
Yo rápidamente deslicé mi mirada hacia el mar: Estaba totalmente diferente a hacía un rato: Las olas habían aumentado de tamaño y atacaban sin descanso al puerto, y el agua tenía un tono mucho más oscuro y opaco.
-Tal vez debamos quedarnos quedarnos en la ciudad por un rato, bajo resguardo.
Pensaba consolar a Sazcha, animarla diciéndole algo, pero un sonido me alertó. Giré mi cabeza rápidamente hacia donde sentía algo, sin saber qué. -Voy a ver qué ocurre. - digo sin más mientras empiezo a correr hacia la muralla de la ciudad.
Off: Pues DEJO POST puede que temporalmente y paso al Post http://www.rolmemoriasdeidhun.com/t3042-conquista-de-puerto-esmeralda#28246
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
La chica dijo que no le extrañaba que fuera la primera, ya que de los de su raza quedaban pocos, o al menos que se vieran. Por un momento, la miré de arriba abajo, y seguí escuchando. Que no eran monstruos pese a ser sangrefría, que quería limpiar el nombre de su raza. Yo había aprendido a no juzgar a todos los seres de una misma raza del mismo modo, pero algunas historias me hacían dudar… aunque claro, tampoco los humanos éramos precisamente unos santos. Sabía decenas o cientos de historias acerca de mi raza, y muchas eran muy poco agradables. “Creo que los únicos habitantes de Idhún que se salvan son los celestes…”
Pidió disculpas por contarnos todo aquello. Iba a decirle que no era nada, pero siguió hablando para preguntarnos a dónde íbamos. Naren respondió al momento que deberíamos quedarnos donde nos encontrábamos, en vez de salir a mar abierto, o al menos por el momento.
De repente escuchamos un fuerte ruido, no sabía de dónde provenía, pero había sonado bastante fuerte. Naren echó a correr diciendo que iba a ver qué sucedía y, antes de que pudiera reaccionar, ya estaba bastante lejos.
-Estoy cansada de correr detrás de él – dije tanto para mí como para Szish, soltando un suspiro – Supongo que no tendrá problemas, es grandecito para ir adonde quiera.
Aún así, estaba un poco intranquila, pero por supuesto no pensaba dejar que se me notara. Me giré hacia ella y envainé la espada en cuanto me di cuenta de que aún la tenía fuera de la funda. Clavé mis ojos verdes en ella, y declaré:
-Puedes venir con nosotros, pareces de fiar. Te aseguro que algún día podrás… limpiar el nombre de tu raza, yo nunca he visto con buenos ojos generalizar con el término “monstruo” en ningún caso. Pero espero que te fíes tú de nosotros – esto último lo añadí con un tono de voz bastante serio. Es verdad que siempre era una persona seria, pero en esa ocasión… incluso más.
Me quedé donde me encontraba y desde allí miré el lugar por donde se había ido Naren, esperando que se encontrara bien y preguntándome que habría sido aquel sonido.
Pidió disculpas por contarnos todo aquello. Iba a decirle que no era nada, pero siguió hablando para preguntarnos a dónde íbamos. Naren respondió al momento que deberíamos quedarnos donde nos encontrábamos, en vez de salir a mar abierto, o al menos por el momento.
De repente escuchamos un fuerte ruido, no sabía de dónde provenía, pero había sonado bastante fuerte. Naren echó a correr diciendo que iba a ver qué sucedía y, antes de que pudiera reaccionar, ya estaba bastante lejos.
-Estoy cansada de correr detrás de él – dije tanto para mí como para Szish, soltando un suspiro – Supongo que no tendrá problemas, es grandecito para ir adonde quiera.
Aún así, estaba un poco intranquila, pero por supuesto no pensaba dejar que se me notara. Me giré hacia ella y envainé la espada en cuanto me di cuenta de que aún la tenía fuera de la funda. Clavé mis ojos verdes en ella, y declaré:
-Puedes venir con nosotros, pareces de fiar. Te aseguro que algún día podrás… limpiar el nombre de tu raza, yo nunca he visto con buenos ojos generalizar con el término “monstruo” en ningún caso. Pero espero que te fíes tú de nosotros – esto último lo añadí con un tono de voz bastante serio. Es verdad que siempre era una persona seria, pero en esa ocasión… incluso más.
Me quedé donde me encontraba y desde allí miré el lugar por donde se había ido Naren, esperando que se encontrara bien y preguntándome que habría sido aquel sonido.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Naren tuvo que marcharse de repente. Se despidió de ambas a toda prisa, alegando que tenía que comprobar qué estaba ocurriendo... yo miré alrededor con cierta desconfianza, pero no encontré nada extraño. ¿De verdad ocurría algo?
Bueno, el mago era él. Seguro que sabía de qué hablaba... o eso esperaba.
-Puedes venir con nosotros, pareces de fiar. Te aseguro que algún día podrás… limpiar el nombre de tu raza, yo nunca he visto con buenos ojos generalizar con el término “monstruo” en ningún caso. Pero espero que te fíes tú de nosotros.
La chica, Armony, dijo estas palabras con gesto serio, mirando hacia donde Naren había desaparecido... yo miré al mismo punto brevemente, pensativa. La miré.
-¿Le esperamos cerca? -pregunté- ¿O tienes que hacer algo más por la ciudad?
En realidad no me importaba salir de la ciudad, si había que hacerlo. Estaba acostumbrada a viajar. Sin embargo, había visto que ambos estaban muy unidos, y probablemente ella no quisiera alejarse mucho, para no volver a encontrarse muy tarde.
Bueno, el mago era él. Seguro que sabía de qué hablaba... o eso esperaba.
-Puedes venir con nosotros, pareces de fiar. Te aseguro que algún día podrás… limpiar el nombre de tu raza, yo nunca he visto con buenos ojos generalizar con el término “monstruo” en ningún caso. Pero espero que te fíes tú de nosotros.
La chica, Armony, dijo estas palabras con gesto serio, mirando hacia donde Naren había desaparecido... yo miré al mismo punto brevemente, pensativa. La miré.
-¿Le esperamos cerca? -pregunté- ¿O tienes que hacer algo más por la ciudad?
En realidad no me importaba salir de la ciudad, si había que hacerlo. Estaba acostumbrada a viajar. Sin embargo, había visto que ambos estaban muy unidos, y probablemente ella no quisiera alejarse mucho, para no volver a encontrarse muy tarde.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Después de que yo le dijera que podía venir con nosotros, la Szish se giró hacia el mismo lugar al que estaba yo mirando. Sentí deseos de mirar de nuevo hacia el mar, pero no lo hice... nunca me había sentido tan pequeña como estos dos años atrás, cuando me di cuenta finalmente de lo grande que era el planeta donde habitaba. Me giré hacia Sazcha y me quedé mirándola, para darme cuenta de que ella me estaba observando.
-¿Le esperamos cerca? ¿O tienes que hacer algo más por la ciudad? – me preguntó.
-Creo que deberíamos esperarle por aquí, aunque nos vayamos a algún sitio, pero no deberíamos alejarnos demasiado, o si no podría costar que nos encontremos. No tengo nada que hacer, si estoy aquí es por él… -me detuve un momento al pronunciar estas palabras. En verdad, no tenía mucha idea de por qué acompañaba tanto a Naren. “Tal vez sea que no tengo ningún otro sitio adonde ir, ni nadie más con quien viajar”. No encontraba más explicación para mi propio comportamiento, simplemente me estaba dejando arrastrar, y yo normalmente no actuaba así. - ¿Hay algún lugar en especial al que quieras ir tú? –forcé una sonrisa, intentando parecer algo más amigable, pero creo que no lo llegué a conseguir. Seguía sin estar del todo acostumbrada, después de todo…
Volví a posar mis ojos sobre ella, sí parecía una persona en la que se podía confiar pese a todo, pero no podía estar segura. Tal vez hasta asegurarme no debería contarle demasiado… “¿Qué le vas a contar? Si Naren no te cuenta lo que pasa, o tal vez ni lo sepa él mismo. Aunque de todos modos…”, apreté los puños. La situación me molestaba, pero no iba a decir nada ni a dejar que se me notara. Y entonces agradecí que mi compañero se hubiera ido, era mitad celeste y podía sentir algunas veces mis estados de ánimo.
-¿Le esperamos cerca? ¿O tienes que hacer algo más por la ciudad? – me preguntó.
-Creo que deberíamos esperarle por aquí, aunque nos vayamos a algún sitio, pero no deberíamos alejarnos demasiado, o si no podría costar que nos encontremos. No tengo nada que hacer, si estoy aquí es por él… -me detuve un momento al pronunciar estas palabras. En verdad, no tenía mucha idea de por qué acompañaba tanto a Naren. “Tal vez sea que no tengo ningún otro sitio adonde ir, ni nadie más con quien viajar”. No encontraba más explicación para mi propio comportamiento, simplemente me estaba dejando arrastrar, y yo normalmente no actuaba así. - ¿Hay algún lugar en especial al que quieras ir tú? –forcé una sonrisa, intentando parecer algo más amigable, pero creo que no lo llegué a conseguir. Seguía sin estar del todo acostumbrada, después de todo…
Volví a posar mis ojos sobre ella, sí parecía una persona en la que se podía confiar pese a todo, pero no podía estar segura. Tal vez hasta asegurarme no debería contarle demasiado… “¿Qué le vas a contar? Si Naren no te cuenta lo que pasa, o tal vez ni lo sepa él mismo. Aunque de todos modos…”, apreté los puños. La situación me molestaba, pero no iba a decir nada ni a dejar que se me notara. Y entonces agradecí que mi compañero se hubiera ido, era mitad celeste y podía sentir algunas veces mis estados de ánimo.
Mi nombre no es Armony, es Arturia. La gente se suele confundir por mi Nick xD
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Finalmente, después de saltar de la torre vigía de la ciudadela, planeé hasta uno de los edificios. Aterricé en un edificio, y lo combiné con otro salto seguido de una levitación y otro planeo. Con esos movimientos combinados, busqué el lugar donde antes estaban Arturia y Sazcha.
Y allí estaban las dos, de pie en mitad de la plaza todavía. A Arturia se la veía algo extraña, pero sin saber por que me costaba ver los sentimientos de ella, por un motivo que no llegaba a entender.
Me siento en el borde del tejado y las contemplo unos segundos antes de bajar de un salto, y quedarme en el aire unos segundos y caer en el suelo.
-Hola -digo alegremente, y acto seguido miro a Arturia y Sazcha. -Ehh... Alguien está conquistando Puerto Esmeralda. Termino de decir con la mirada al frente y una sonrisa pícara en la cara, intentando ocultar mi preocupación.
En esos momentos pensaba en la razón... ¿por que no veia los sentimientos de Arturia? ¿le ocurria algo a ella? ¿era a mi?... Sentía que mi mente daba vueltas a un problema interno, cuando en realidad me preocupaban otras cosas.
Y allí estaban las dos, de pie en mitad de la plaza todavía. A Arturia se la veía algo extraña, pero sin saber por que me costaba ver los sentimientos de ella, por un motivo que no llegaba a entender.
Me siento en el borde del tejado y las contemplo unos segundos antes de bajar de un salto, y quedarme en el aire unos segundos y caer en el suelo.
-Hola -digo alegremente, y acto seguido miro a Arturia y Sazcha. -Ehh... Alguien está conquistando Puerto Esmeralda. Termino de decir con la mirada al frente y una sonrisa pícara en la cara, intentando ocultar mi preocupación.
En esos momentos pensaba en la razón... ¿por que no veia los sentimientos de Arturia? ¿le ocurria algo a ella? ¿era a mi?... Sentía que mi mente daba vueltas a un problema interno, cuando en realidad me preocupaban otras cosas.
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Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Estaba esperando a que Sazcha me respondiera algo, cuando escuché un fuerte sonido de nuevo. Me giré al instante y vi cómo Naren estaba sentado en un tejado. Solté un suspiro aliviado y por un momento esperé que me dijera qué había sucedido. Saltó y se acercó a nosotras, mientras yo lo miraba muy seria.
-Hola. Ehh... Alguien está conquistando Puerto Esmeralda.
Alcé una ceja, extrañada. “¿Qué hacen conquistando esta parte del reino? ¿Quién?”. Miré de nuevo a Naren, y pude ver una sonrisa que no me gustó demasiado. Parecía un poco forzada, y a mí no me iba a convencer. Me acerqué a él y, tras echar un vistazo a Sazcha, dije:
-Quiero ver qué sucede.
Después de todo, aunque no había estado allí con anterioridad, era la parte del reino en la que había pasado casi toda mi vida, y tampoco podía dejar que alguien la conquistara porque sí. Cerré el puño en torno al mango de la espada, como hacía cada vez que algo me daba un poco de rabia, y miré a Naren a los ojos.
-Ven conmigo si quieres.
Me giré y fui en la dirección de la que él volvió, a paso ligero. Aún no sabía muy bien qué iba a hacer, pero desde luego debía hacer algo. Sabiendo lo que sucedía, no podía quedarme de brazos cruzados.
-Hola. Ehh... Alguien está conquistando Puerto Esmeralda.
Alcé una ceja, extrañada. “¿Qué hacen conquistando esta parte del reino? ¿Quién?”. Miré de nuevo a Naren, y pude ver una sonrisa que no me gustó demasiado. Parecía un poco forzada, y a mí no me iba a convencer. Me acerqué a él y, tras echar un vistazo a Sazcha, dije:
-Quiero ver qué sucede.
Después de todo, aunque no había estado allí con anterioridad, era la parte del reino en la que había pasado casi toda mi vida, y tampoco podía dejar que alguien la conquistara porque sí. Cerré el puño en torno al mango de la espada, como hacía cada vez que algo me daba un poco de rabia, y miré a Naren a los ojos.
-Ven conmigo si quieres.
Me giré y fui en la dirección de la que él volvió, a paso ligero. Aún no sabía muy bien qué iba a hacer, pero desde luego debía hacer algo. Sabiendo lo que sucedía, no podía quedarme de brazos cruzados.
Arturia- Caballero
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Fecha de inscripción : 29/09/2012
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Datos
Su personaje es: Arturia Pendragon, humana de alta clase
Trabaja de: ...
Pertenece a: Es neutral
Re: Llegada a Puerto Esmeralda
Off: Perdonad la tardanza. Han estado pasando muchas cosas...
¿Terminarían aceptándome? Pensaba en ellos dos, Arturia y Naren, pero en mi fuero interno me refería a todo mi mundo. Miré al cielo y entrelacé las manos un instante: escamas contra escamas. ¿Dónde estaba el Séptimo ahora? ¿Dónde estaban los sheks? ¿Dónde estaban los míos?
Sí, aquella era una pregunta que no podía sacarme de la cabeza desde hacía cierto tiempo... No había conocido nunca a nadie como yo. Mi raza parecía haber desaparecido de la faz de la tierra, y en ocasiones me atacaba la heladora idea de que, tal vez, así había sido. Quizás fuese la última.
¿Dónde estaban los szish?
Naren apareció justo en aquel momento, como salido de la nada, y me sobresalté. Parecía nervioso, un poco confuso, también. Dijo, en tono de broma, que alguien estaba conquistando el lugar. No pude menos que sorprenderme, pero no dije nada. Ya no podía contar las veces que callaba en vez de hablar.
Arturia, sin embargo, asentó que pretendía ir a ver qué ocurría. Noté su tensión, y desvié la mirada cuando empezó a alejarse, con paso firme. No sabía qué estaba ocurriendo, pero ahora que había conseguido hablar con ellos, ahora que alguien confiaba, aunque levemente, en mí... no pensaba dejar pasar la oportunidad de hacer... algo.
-Yo voy contigo -alcé la voz, llamando su atención. Seguía muy seria-. Te acompañaré... y estoy segura de que él también.
Miré a Naren mientras lo decía, intentando no sonar tan seria. Había visto que se compenetraban bien, formaban un equipo.
¿Terminarían aceptándome? Pensaba en ellos dos, Arturia y Naren, pero en mi fuero interno me refería a todo mi mundo. Miré al cielo y entrelacé las manos un instante: escamas contra escamas. ¿Dónde estaba el Séptimo ahora? ¿Dónde estaban los sheks? ¿Dónde estaban los míos?
Sí, aquella era una pregunta que no podía sacarme de la cabeza desde hacía cierto tiempo... No había conocido nunca a nadie como yo. Mi raza parecía haber desaparecido de la faz de la tierra, y en ocasiones me atacaba la heladora idea de que, tal vez, así había sido. Quizás fuese la última.
¿Dónde estaban los szish?
Naren apareció justo en aquel momento, como salido de la nada, y me sobresalté. Parecía nervioso, un poco confuso, también. Dijo, en tono de broma, que alguien estaba conquistando el lugar. No pude menos que sorprenderme, pero no dije nada. Ya no podía contar las veces que callaba en vez de hablar.
Arturia, sin embargo, asentó que pretendía ir a ver qué ocurría. Noté su tensión, y desvié la mirada cuando empezó a alejarse, con paso firme. No sabía qué estaba ocurriendo, pero ahora que había conseguido hablar con ellos, ahora que alguien confiaba, aunque levemente, en mí... no pensaba dejar pasar la oportunidad de hacer... algo.
-Yo voy contigo -alcé la voz, llamando su atención. Seguía muy seria-. Te acompañaré... y estoy segura de que él también.
Miré a Naren mientras lo decía, intentando no sonar tan seria. Había visto que se compenetraban bien, formaban un equipo.
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