Aquella tarde... (Naren y Zia)

Tengo nueve años y hoy voy a conocer a alguien nuevo. ¿ Poco interesante verdad? Pero es que hacia un mes que no conocía a nadie nuevo y mi mente necesitaba algo nuevo, sino me aburriría casi inmediatamente. Mi padre me lo dijo ayer y yo casi me puse a dar saltos por el bosque. Me contó que iba a venir a visitarnos un antiguo amigo suyo con su mujer y su hijo, que tenía casi mi edad. También nos advirtió a mi hermana y a mi que no hiciéramos comentarios raros y yo le miré extrañada y pregunté:
-Porque habría de hacerlos si ellos son como nosotros ¿no? Mi padre me miró con una expresion que variaba entre la risa y la preocupacion.
-A eso voy Zia, su mujer es una celeste y su hijo es un mestizo. Aster te lo habrá explicado ¿no?- Yo asentí muy seria recordando que lo que mi silfo me había contado sobre las otras razas y al momento me puse a cavilar como podría ser un niño celeste y feérico a la vez. ¿Sería muy extraño no? Entonces papa nos dejó y fue a hablar con mi mamá. Yo salí muy nerviosa de esa conversacion y me puse a pasear por los alrededores, pensando y pensando en cómo sería el niño. ¿Sus ojos serian como los mios o tendría esa cosa tan extraña que tenían los de otras razas, esas cosas de coloritos que se llamaban iris? Yo suponía que tendría el pelo verde, porque los celestes no tenían pelo y me costaba horrores imaginarme a un niño de mi edad sin pelo. Me reí con la imagen que se formaba en mi mente. Solamente esperaba que mi hermana no se entrometiera demasiado, cuándo quería podía ser una gran pesada. Y pensando y pensando me di cuenta de unas siluetas que se acercaban a lo lejos.

"Vamos de viaje, vamos de viaje..." era lo único que podía pensar entusiasmado mientras salía de la casa con mi padre, camino a Derbhad. De vez en cuando, mi padre sentía la obligación de volver a su tierra a visitar a viejos amigos. Me había hablado vagamente de las personas que iban a recibirnos, una familia feerica, como esperaba. Y con las palabras de mi padre, intenté no hacerme una idea fija de nuestros anfitriones hasta llegar a verlos.

Entonces comencé a caminar detrás de papá hasta llegar al lugar. Nêrion (mi padre) empezó a saludar a toda la familia y presentándomela al mismo tiempo. El padre y la madre (cuyos nombres no terminé de recordar) Aster y Zia.

Las saludé a las dos con una sonrisita tímida, podía verseme extraño al ver la reacción que causaba. Por alguna razón a las otras personas les resulta extraño un mestizo. Llevaba mi pelo negro liso y desordenado, mis ojos verdes con una pupila más grande de lo normal para un celeste...

Nêr entró en casa con los mayores para hablar con los padres de Zia. Mamá no pude venir porque tenia que cuidar de un haai enfermo, así que no pasaba nada malo. Cuando ellos entraron a casa, me quedé solo con las dos hermanas son saber que decir. En el caso de que ellas quisieran que pasará, esperaría que me invitaran a entrar.

Off: Aster es tu hermana, no?

off: Naren Aster es un viejo silfo que hace las veces de mi maestro xD Mi hermana pueede llamarse Alae, si quieres.

Cuándo pasaron empezaron a saludarse, me extrañé un poco al ver que la madre del niño (me enteré de que se llamaba Naren) no había venido, pero en contra de mi naturaleza curiosa no le pregunté a nadie por ella. Entonces los adultos nos dejaron solos a los tres y yo me fijé en el chico. Era mono para no ser del todo feérico y tenía el pelo negro, algo extraño. Sus ojos en cambio verdes, me encantaron. Me acerqué con una sonrisa a él y le dije:
Si quieres podríamos dar un paseo por el bosque. Seguro que mis padres nos dejan. ¿Tu habías estado antes en Awa verdad? Esperaba que dijera que no, aunque eso sonaba un poco mezquino, para poder mostrarle yo mi amado bosque y miré a mi hermana pequeña que me observaba algo mosqueada seguro, adivinando lo que venía a continuación. Le mostré mi mejor sonrisa y le dije:
-Alae porque no vas a jugar con tu amigo Sel y nos dejas a Naren y a mí salir al bosque.- Puso una cara de mosqueo casi en seguida y me gritó:
-¡¡No¡¡ ¡¡Yo tambien quiero hablar con Naren.¡¡¡ ¡¡¡Tu siempre intentas acaparar todo lo nuevo¡¡¡ ¡¡¡Esta vez no te librarás de mí¡¡- Mi hermana de 7 años mostraba una gran determinación, así que yo sabía que esta vez no me la podría sacar de encima, así que le dije en tono resignado:
-Esta bien... Esta vez me puedes acompañar, vamos a preguntarselo a nuestros padres. Y miré a Naren y le dije esta vez con voz mas animada. -¿Nos acompañas a dentro?

Cuando nos dejaron solos a los tres, inmediatamente pasé mi mirada por las dos, pero sin darme cuenta terminé mirando a la llamada Zia. Ella se acercó a mi y me propuso dar una vuelta por el bosque.

-Eeh... si que he visto Awa, pero nunca esta zona. - digo sonriendo, pero algo tímido de todas formas. Un momento después su hermana menor se enfadó queriendo ir con nosotros. Me quedé algo raro tras esa reacción, pero resulta normal viviendo en celestia.

Acto seguido, caminé hasta la entrada de la casa. Algo tímido al entrar en casa ajena, permití que ellas entraran primero. Me asome a la puerta y se lo pregunté rápidamente a mi padre. Nêrion estuvo un momento pensando, y yo con miedo a que dijera que no. Finalmente aceptó con una sonrisa y me pidió que tuviera cuidado.

-¡Bien! A mi me dejan ir... ¿y a ti? término de decir algo tímido, como estoy casi siempre con las nuevas personas que conozco. Pero de todas formas me suelo llevar mejor con algunas personas.

Naren dijo que ya había venido a awa pero no por esta zona y yo pensé perfecto. Despues él le preguntó a su padre mientras yo molestaba a los míos con si nos dejaban venir. Aceptaron fácilmente y yo sonreí encantada, el enfado con mi hermana ya había quedado olvidado. Así que cuándo el me preguntó si me habían dejado ir yo le contesté:
-Claro que sí. Nos vamos a fuera.- Y cogiendo a mi hermana de la mano bajamos los tres de la casa. Yo pensé en que sitió podía mostrarle a Naren hasta que di con el lugar perfecto. Me lo había encontrado apenas unos meses atrás y ya se había convertido en mi lugar favorito en el bosque. Y al que siempre iba con mi amiga y que mi hermana aun no conocía. Enseñarle el lugar significaba tener a mi hermana rondando por allí pero me daba igual y sonreí y les dije a ambos. -Seguidme hoy voy a enseñaros un sitio especial. Intentad no perdedme de vista. Y salí disparada hacia el bosque.

Día dijo que podía llevarme a dar una vuelta por el bosque. Bajamos de la casa los tres, y Zia dijo que quería enseñarnos un sitio especial. La feérica salió corriendo al interior del bosque. -¡Eh! ¡Espera! -dije, sabiendo que no me haría nada de caso. Salté y use lo poco que me había enseñado mi madre de levitación. Tomé impulso con los pies en un árbol, y pase de uno a otro siguiendo la figura de Zia. Confiaba en que ella supiera por donde iba. Yo no conocía el bosque, y no tuve tiempo de preocuparme por el camino de vuelta ni por su hermana.

Me reía como una loca mientras iba corriendo por el bosque. Raíces y ramas pasaban bajo mis pies sin hacerme tropezar y yo me sentía libre. Entonces llegué a mi destino y fue cuándo me acordé de Naren y de mi hermana. Ops, pensé, espero no haberlos dejado demasiado atrás... Mi hermana sabía yo que era capaz más o menos seguirme el ritmo pero a Naren no lo conocía y no tenía ni idea de si era capaz de seguirme. Me encogí de hombros, ya lo vería ahora. Así que fui al centro del hermoso claro dónde me había llevado a parar mi alocada carrera. Era tan bonitoooo. Los altos árboles se abrían dejando un hueco para que pasara la luz. Había una bonita casacada y un arroyo que partía de ella regando el bosque a su alrededor. Se estaba fresquita y si te quedabas en silencio podías escuchar todo tipo de animales a tu alrededor. Wina estaba presente en todas sus facetas. Me senté en la orilla del riachuelo mientras escuchaba los pasos que se acercaban hacía aquí.

Oía las risas de Zia mientras corría alrededor del bosque con una gran facilidad, sin tropezarse con el montón de ramas y raíces de árboles. Yo la seguía levitando, apoyándome en los troncos de los árboles.
Ella me condujo hasta un precioso claro en el bosque, rodeado de árboles y con un arroyo con una pequeña cascada de aguas cristalinas. Zia se sentó en la orilla. Me acerqué a ese lugar todavía flotando, contemplando el lugar. No aterrice hasta estar al lado de Zia, y me senté junto a ella.
Me quedé sin palabras. No sabía por que. Por el claro en el bosque esperaba. De todas formas, no era consciente. Me quedé contemplando el arroyo esperando a que algo pasase.
Me acordé de la hermana pequeña de Zia durante un momento.¿donde estaba? Confiaba en que nos encontrara y que no le pasara nada malo, pero por otro lado... no era celeste del todo. Le gustaría pasar un momento mas con Zia por muy egoísta que sonase.

Noté cuando Naren se poso a mi lado, levitando. Lo miré de reojo curiosa. Vaya, así que era verdad que los celestes y los semi celestes podían volar. Era extraño, pero supongo que no más que nuestro poder de encanto y el de hacer que las plantas crecieran deprisa. Dejé de lado estos pensamientos mientras observaba cómo se sentaba a mi lado. No había rastro de mi hermana pero eso me daba igual, ella se cuidaba perfectamente en el bosque así que me giré hacia Naren y hablé.
-Es bonito verdad... La pena es que cuándo llegue mi hermana ya no podré estar yo aquí sola y ella siempre me está dando la lata.- Fui cogiendo las flores caídas a mi alrededor y haciendo una corona con ellas, distraída mientras miraba al agua que caía de la cascada, que iba haciendo colores en aire.

Me quedé sentado en la orilla del arroyo mientras que Zia se girara hacia mi y me dijera lo bonito que era el lugar y, distraída comenzó a hacer algo con flores caídas.
También mencionó ella a su hermana, y lo pesada que era. Yo habría mencionado algo, pero no podía entender esa sensación al ser hijo único. Además más de una vez había tenido problemas por hablar en momentos como este con palabras demasiado sinceras.
Entonces lo único que hice fue permanecer en silencio, sin saber que hacer.
Miraba fijamente a Zia mientras ella seguía con su labor.
-¿Qué estás haciendo, Zía? -dije mientras me asomaba para ver qué estaba haciendo con las flores. Había oido a hablar de comerciantes que, entre sus grandes caravanas, llevaban objetos feéricos hechos con ramas y flores... pero intenté deshechar esa idea de mi mente mientras desviaba un momento mi mirada a la cascada.

Naren me miraba curioso intentando averiguar lo que hacía, mientras mis manos trenzaban rápidamente, aunque un poco torpes, dos coronas de flores. Una tenía la luna de Ilea y esa sería para mí. La otra corona tenía un pequeño sol y era para Naren. No le había echo ninguna a mi hermana porque no había ganas y luego siempre se quejaba de que no le gustaban así que simplemente pasé de ella. Cuándo Naren me preguntó que hacía, yo tenía las coronas casi terminadas y le dije:
-Son coronas de flores. Si esperas un momento te doy la tuya. Balanceé mis pies en el agua y en cinco minutos más las terminé. Muy orgullosa de mi trabajo se las mostré a Naren y le enseñé la suya sonriendo.
-¿Me permite su majestad colocarle la corona?- Le dije con tono bromista, mientras me inclinaba a él para colocarle la corona de flores. Aunque en ese momento no lo pensé, más tarde me dí cuenta de que le había encasquetado al chico una corona de flores. !!!A un chico¡¡¡ Sencillamente cuando una es feérica no piensa esas cosas, simplemente actua.

Después de asomarme curioso para ver lo que le hacía Zia. Estaba atando flores para hacer coronas. Primero se hizo una para si misma, y rápidamente ato una para mi.
-¿Me permite su majestad colocarle la corona?- - me dijo con tono bromista mientras me acercaba la corona y se inclinaba para darmela.

Tras eso, pareció razonar, y darse cuenta de algo. Pero no pude preocuparme por ello, no me dio tiempo... para entonces tenia la corona del sol en la cabeza y no pude evitar soltar unas largas carcajadas. Terminé de reírme como un loco y me quité la corona. La sostuve entre mis manos con cuidado de no deshacer su trabajo.
-En mi ciudad, de vez en cuando pasan carros que van a Nandelt. Algunos llevaban cosas hechas con flores parecidas a estas. -con solamente esta mención, me callo y miro fijamente a Zia.

Cuándo se la encasquillé en la cabeza se echó a reír como loco y cuándo se hubo calmado un poco se la quitó y observó cómo la había echo mas detenidamente. Entonces me dijo que de vez en cuando por Nandelt pasaban carros con cosas echas por feéricos y esta vez fui yo la que se rió.
-Eso es solo una forma de obtener dinero fácil, por si algún día es necesario. Como has observado cualquiera puede hacerte aquí algo tejido con flores y alguna ramitas.- Para distraerme un poco de su mirada, me intenté mirar en el lago y me coloqué la corona en la cabeza. Me quedaba muy bien. Pero claro según yo, todo me quedaba bien así que le miré y le pregunté su opinión.
-¿Crees que me queda bien?

Zia me habló de la forma de ganar dinero fácil que era crear tejidos con flores, cosa que cualquier persona podía hacer. A eso, no pude decir nada. ¿Había ella, aunque sea por un momento, había hablado como Aster? Me forcé por no responder, y sobre todo... por no burlarme de ella.

Después ella se miró con la corona puesta y me preguntó si le quedaba bien. Yo simplemente seguí mirándola, y con mi mano giré cuidadosamente su corona.
-Creo que te queda bien... por cierto, me gustaría preguntarte una cosa. ¿Tu vuelas? -después de esa pregunta, que intentaba no sonara extraña, intenté sonreír un poco,

Naren tenía una expresión extraña en la cara, pero debí imaginarlo porque un segundo después ya no estaba. Se acercó a mí y después de girarme la corona un poco me dijo que me quedaba muy. Yo sonreí encantada, pero la sonrisa se me heló en la cara al escuchar la pregunta de Naren. Yo alas... No sabía porque me pasaba pero cada vez que alguien me lo mencionaba me ponía así.
-Yo volar no, pero alas... Sí.- Miré avergonzada a otro lado e iba a cambiar de tema, cuándo escuché unos pasos que se me acercaban por detrás y de pronto me vi en el agua. ME giré enfadada a tiempo de ver como mi hermana se desternillaba de risa.
-Sisi tu ríete, ya veras cuando te pille.- Ella paro de reir y me miro con expresión risueña.
-Deberías haberte visto la cara al caer. Dijo ella. Y yo aprovechando me abalancé hacia delante para echarla al agua pero tuve tan mala suerte de que en vez de tirar a Alae eche a Naren al agua.
-Lo siento, quería tirar a mi hermana.- Le dije, aguantando la risa. Es que era muy divertido ver a la gente caer al agua...

Zia se quedó extraña mientras decía que si que tenia alas, pero no podia volar. De pronto, ella cayó al rio. Fui yo el que se quedó extrañado al comprobar que su hermana pequeña había aparecido y la empujó. En Celestia... no se hacia nunca nada de esto, era imposible divertirse empujando a la gente. Pero sin darme cuenta me resultó divertido, y estaba empezando a reírme cuando yo mismo caí al agua.

Ella intentó disculparse, pero yo entonces tome impulso y empecé a volar. Agarré a Alae de los hombros, la llevé flotando hasta estar encima del río y después la dejé caer con muy poca altura.

Sin percatarme de nada, me quedo flotando en el aire hasta que las fuerzas empiezan a fallarme y caigo yo después al río. Nadando torpemente atravieso los pocos pasos hasta llegar a la orilla.

Yo todavía estaba en el agua cuándo Naren cogió a mi hermana por detrás y la lanzó al estanque. Ups... La verdad es que era muy divertido ver como mi hermana se enfada con él, chillando y demás. Al poco rato también él se cayó en el agua. Y esta vez mi hermana fue la que se rió. Acercándome a ella le dije:
-Ves, eso te pasa por meterte con nosotros.- Aunque más bien había sido Naren quien la había tirado al agua. -Venga ¿te ayudo a salir hermanita?-Ella me lanza una mirada que da miedito, antes de asentir. Yo la ayudo a subirse a a orilla con cuidado, no vaya a ser que me vuelva a tirar. cuando esta en tierra firme me subo yo un poco mas alejada. Naren también se acerca y yo lo ayudo a subir, así que así nos quedamos durante un rato, tumbado en la hierba y secándonos en los ricos solecitos, hasta que mi hermana se empieza a reír como una loca.
-¿Que te pasa?- Le pregunto con voz relajada. Mi hermana estaba tan loca que te podría salir con cualquier cosa en cualquier momento por lo que no me preocupé de que se empezara a reír espontáneamente.
-me estaba acordando de nuevo de vuestras caras. De verdad parecíais tan como OH....- Me contestó ella al para de reír. Entonces miré al cielo, quedaba poco para que el primer sol empezara a caer. Nos debíamos de quedar dormidos. Así que me levanté y dije:
-¿Se os hace una carrera para volver?- Dije con voz juguetona.
-¡¡NO!! Que tu siempre ganas y antes casi me pierdo intentando encontraros. Volvemos andando.-Dijo ella muy alterada. Sonreí y miré a Naren.
-Venga, volvemos a mi casa.

Intentaba subir a la orilla cuando Zia me ayudó a subir. Agradecido me dejo ayudar y Alae comienza a chillarme, bastante enfadada. Me cuesta acostumbrarme a la velocidad a la que pasan las cosas aquí, a pesar de eso nos estuvimos secando al sol muy tranquilos y la hermana de Zia se río bastante al recordar nuestra cara cuando caiamos al agua.

Zia propuso volver a su casa ya, y el primer sol se pondría dentro de poco. -Venga, volvemos a mi casa.
-Bueno, me parece bien. -digo yo sonriente mientras me pongo de pie. Comienzo a caminar intentando ser guiado por Zia o su hermana hasta su casa.

Termino llegando y permanezco por ahí antes de decir: -Bueno... ¿y ahora que?

En el camino mi hermana fue la que llevó el peso de la conversación. Cuando llegamos a mi casa empiezo a subir las escaleras pero me paro en seco cuando escucho a Naren decir:
-Bueno... ¿y ahora que?- Di un resoplido de resignación mientras me daba la vuelta. Mi hermana como no, todavía estaba a su lado.
-Ahora entramos y vemos que estan haciendo nuestros padres y si os vais a quedar a dormir aquí u os vais.- Terminé sonriendo, pese al principio un poco malhumorado.
-Venga sí, que se quede!!-Comienza Alae contenta y yo me echo a reir.
-Parece que tienes una admiradora. ¿Entramos ya?- Esta vez si subimos todos. Nuestros padres estaban hablando sobre la cena.

En el camino de vuelta, la hermana de Zia no hacía más que preguntarme cosas sobre mi vida en Celestia. Llegamos y los mayores estaban hablando sobre la cena. Parecía que a Alae le gustaba que hubiera gente nueva, y Zia era igual, aunque sabía más de todo el exterior.

Nos saludaron a los tres amablemente y nos dejaron pasar. Sólo seguí a Zia por la casa.