Primer grupo - Los ojos de Neliam
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Primer grupo - Los ojos de Neliam
Nos pasamos andando toda la tarde y solo llegamos hasta Los Ojos de Neliam cuando ya había caído el primero de los soles y el segundo no era mas que una delgada línea de luz en el horizonte. El viaje hasta aquí había sido aburrido y muy digamos... agobiante. Aunque había una parte de mí a la que le encantaba estar rodeada de naturaleza, yo estaba en mi mayor parte harta de tanto bosque. No sabía que algo pudiera ser tan grande tan... gigantesco e intimidante y a la vez tan absolutamente precioso. Además estaba echa polvo porque había ido a ritmo feérico "lento", como ellos le decían. (No estaba segura de si entendían bien lo que decíamos. Por otra parte me había fijado que yo era, de lejos la que peor estaba.) Así que cuando llegamos y vi tanto barro y tanta humedad no podía decirse que estuviera encantada de la vida precisamente. Enfurruñada cree un pequeño espacio con luz suficiente, tras un tiempo intentándolo, y de dejar a todo el mundo cegado varias veces, (aunque a mí no me afectaba demasiado) porque estábamos demasiado cerca de Awa todavía para encender un fuego y por otra parte no creo que le hubiera gustado demasiado a los feéricos del grupo. Cada uno comió de lo que llevaba y no nos relacionamos demasiado excepto para discutir sobre lo que haríamos al día siguiente. Zia nos hizo crecer unas estupendas camas de hierba mullida gracias a unas semillas que llevaba encima y me quedé frita al instante.
A la mañana siguiente cuando desperté, me di cuenta de que era la primera que se había levantado y después de ir a lavarme un poco al riachuelo me quedé sentada esperando a que los demás se levantaran.
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EDIT DEL STAFF
El orden de roleo es:
Dennah
Torabel
Bronn
Zia
Vannel
Dondiego
Niue
Sharei
Si no se postea en 24 h, salta turno.
A la mañana siguiente cuando desperté, me di cuenta de que era la primera que se había levantado y después de ir a lavarme un poco al riachuelo me quedé sentada esperando a que los demás se levantaran.
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Bronn
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Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Estaba agotado, llevábamos casi un día entero caminado. Nos habíamos pasado más de media mañana para conseguir salir del bosque, asta ahi todo iba bien ya que mi esencia feerica agradecía el contacto con la naturaleza. Pero cuando salimos del bosque y comenzamos a caminar por terreno algo más seco mi esencia feerica se resintió y yo comencé a cansarme. Habíamos seguido caminado toda la tarde y ahora los soles ya es estaban ocultando. . .
"¿¡¡QUE LOS SOLES SE ESTÁN OCUMTANDO!!?" di un respingo al darme cuenta de la situación en la que me encontraba, el último de los soles estaba peligrosamente cerca del horizonte y de su anterior solo quedaba el resplandor que reflejaban las livianas nubes que poblaban el cielo aquí y allá. Pare en seco y una gota de sudor frío recorrió mi sien izquierda. Las manos me temblaban como hojas a punto de caerse de su árbol en otoño y mis ojos saltaban de un lugar a otro buscando las negras sombras QUESE alargaban sobre el suelo como culebras de alquitrán. Cerré los puños en un inútil intento de que no me temblaran las manos, pero aún así seguía nervioso y mi respiración comenzó a acelerarse. Uno de los centinelas se acerco a mi -¿Se encuentra usted bien señor?- pregunto suabemente mientras ponía una mano en mi hombro que se convulsionaba ligeramente -Estoy bien, Estoy bien, ¡¡ESTOY BIEN!!- Términe diciendo en voz de grito al pobre centinela que me miro entre asustado y sorprendido -Estare bien mientras "Ellas" no se acerquen a mi. . . Mientras ellas no se acerquen a mi- seguí murmurando aquello mientras apretabael paso para alcanzar al grupo ya que me había quedado algo rezagado. Cuando me incorpore al grupo otra vez, alguno de mis compañeros noto mi nerviosismo y me miro de forma extraña.
Al cabo de un rato llegamos al claro de un bosque en el que Zia hizo crecer unas camas de hierva para que durmiéramos, yo seguía escrutando las sombras con nerviosismo hasta que escuche la palabra mágica que llevaba esperando desde hace un rato "guardias".
Me acerque al grupo compuesto por los centinelas y unos cuantos del grupo y dije impulsivamente -Yo me ofrezco para hacer la primera guardia- al menos así estaría despierto y podría vijilando las traicioneras sombras de la noche.
"¿¡¡QUE LOS SOLES SE ESTÁN OCUMTANDO!!?" di un respingo al darme cuenta de la situación en la que me encontraba, el último de los soles estaba peligrosamente cerca del horizonte y de su anterior solo quedaba el resplandor que reflejaban las livianas nubes que poblaban el cielo aquí y allá. Pare en seco y una gota de sudor frío recorrió mi sien izquierda. Las manos me temblaban como hojas a punto de caerse de su árbol en otoño y mis ojos saltaban de un lugar a otro buscando las negras sombras QUESE alargaban sobre el suelo como culebras de alquitrán. Cerré los puños en un inútil intento de que no me temblaran las manos, pero aún así seguía nervioso y mi respiración comenzó a acelerarse. Uno de los centinelas se acerco a mi -¿Se encuentra usted bien señor?- pregunto suabemente mientras ponía una mano en mi hombro que se convulsionaba ligeramente -Estoy bien, Estoy bien, ¡¡ESTOY BIEN!!- Términe diciendo en voz de grito al pobre centinela que me miro entre asustado y sorprendido -Estare bien mientras "Ellas" no se acerquen a mi. . . Mientras ellas no se acerquen a mi- seguí murmurando aquello mientras apretabael paso para alcanzar al grupo ya que me había quedado algo rezagado. Cuando me incorpore al grupo otra vez, alguno de mis compañeros noto mi nerviosismo y me miro de forma extraña.
Al cabo de un rato llegamos al claro de un bosque en el que Zia hizo crecer unas camas de hierva para que durmiéramos, yo seguía escrutando las sombras con nerviosismo hasta que escuche la palabra mágica que llevaba esperando desde hace un rato "guardias".
Me acerque al grupo compuesto por los centinelas y unos cuantos del grupo y dije impulsivamente -Yo me ofrezco para hacer la primera guardia- al menos así estaría despierto y podría vijilando las traicioneras sombras de la noche.
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Habría preferido no dormir aquella noche. No confiaba en el grupo, y mi instinto no era capaz de discernir quién me daba peor espina. ¿Los centinelas? No me fiaría de ningún feérico si había otra opción, pero el resto bien podían ser peligrosos... a su manera. Espías y traidores tampoco eran descartados. Yo había delatado a una compañía de trasgos con nueve años.
Apoyé la cabeza contra el tronco en el que me había reclinado, mirando los árboles más lejanos que quedaban a la vista sin verlos, mientras la parte despierta de mi mirada buscaba por el rabillo del ojo cualquier movimiento extraño. Estaba alerta, quizás sin sentido, pero casi ninguna precaución era demasiada.
Sin embargo... ya llevaba varios días sin dormir. Si quería estar en guardia y despierto los siguientes, tenía que relajar un poco el yugo del sueño. Me sacudí la tensión argumentando contra mí mismo que tenía el sueño ligero cuando había peligro, que si querían matar a alguien sería a las elegidas, y que si había pelea podría escabullirme mientras degollaban a los críos tan valientes como estúpidos. Ya estaba harto de maldecir a mi cuerpo por tener que descansar, así que me limité a dejar la hoja de la espada suelta unos centímetros antes de cerrar los ojos unas horas.
Cuando abrí los ojos olvidé lo que había soñado. Era de día y tenía el cuello hecho polvo. Me estiré, haciendo crujir las vértebras con un gruñido. Hasta después de ponerme en pie no vi a la elegida de Irial, sentada en silencio entre el resto. Conté a los demás inconscientemente. ¿Faltaba alguien?
-Si de verdad tienes poderes, deberías ponerte a ello -carraspeé, y traté de destensar los músculos-. Van a intentar mataros. Lo sabes, ¿no?
Apoyé la cabeza contra el tronco en el que me había reclinado, mirando los árboles más lejanos que quedaban a la vista sin verlos, mientras la parte despierta de mi mirada buscaba por el rabillo del ojo cualquier movimiento extraño. Estaba alerta, quizás sin sentido, pero casi ninguna precaución era demasiada.
Sin embargo... ya llevaba varios días sin dormir. Si quería estar en guardia y despierto los siguientes, tenía que relajar un poco el yugo del sueño. Me sacudí la tensión argumentando contra mí mismo que tenía el sueño ligero cuando había peligro, que si querían matar a alguien sería a las elegidas, y que si había pelea podría escabullirme mientras degollaban a los críos tan valientes como estúpidos. Ya estaba harto de maldecir a mi cuerpo por tener que descansar, así que me limité a dejar la hoja de la espada suelta unos centímetros antes de cerrar los ojos unas horas.
Cuando abrí los ojos olvidé lo que había soñado. Era de día y tenía el cuello hecho polvo. Me estiré, haciendo crujir las vértebras con un gruñido. Hasta después de ponerme en pie no vi a la elegida de Irial, sentada en silencio entre el resto. Conté a los demás inconscientemente. ¿Faltaba alguien?
-Si de verdad tienes poderes, deberías ponerte a ello -carraspeé, y traté de destensar los músculos-. Van a intentar mataros. Lo sabes, ¿no?
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Off: No entiendo el cambio de hora. Que durante la noche no pasa nada interesante? Por vuestro bien, postearia algo así como lo de Torabel. Solo aviso. Los que posteen que se hace de día se tomará como si estuvieran desprevenidos y vulnerables a un ataque.
Sharei- Nigromante
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Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Sharei escribió:Off: No entiendo el cambio de hora. Que durante la noche no pasa nada interesante? Por vuestro bien, postearia algo así como lo de Torabel. Solo aviso. Los que posteen que se hace de día se tomará como si estuvieran desprevenidos y vulnerables a un ataque.
¿Por nuestro bien? xD No veo ninguna razón de peso para que pase algo como tú lo planteas. Dennah rolea que se hace de día. Los que vamos después nos adaptamos. Regla universal nº 1 del rol. Pero si prefieres alegar metarol, perderás tu oportunidad de demostrar tu desaforado ingenio para adaptarte a la situación (:
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Bronn escribió:¿Por nuestro bien? xD No veo ninguna razón de peso para que pase algo como tú lo planteas. Dennah rolea que se hace de día. Los que vamos después nos adaptamos. Regla universal nº 1 del rol. Pero si prefieres alegar metarol, perderás tu oportunidad de demostrar tu desaforado ingenio para adaptarte a la situación (:
Cuanta razón tienes Bronn. Simplemente no entiendo ese cambio tan brusco.
Pd:Si en lo de adaptarme pensabas que mi plan contaba con el factor noche como principal siento desilusionarte
Sharei- Nigromante
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Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Ya había visto movimiento a través de los párpados apenas entreabiertos, pero aún me fue costoso llegar a moverme durante unos segundos. Me pesaban los hombros, los brazos, la mente. Tal vez me había convertido en una figura de plomo durante la noche. No sería lo más sorprendente.
Cuando oí voces decidí por fin dar a entender que estaba despierto (en parte, al menos), y me incorporé lánguidamente, con un movimiento sin fuerzas. Parpadeé, sin ver, y me estiré al tiempo que me ponía en pie. Mis pies sufrían dentro de las botas; tendría que volver a acostumbrarme a los caminos largos. Sin embargo, el dolor era casi gratificante. Dentro del bosque siempre olvidaba que seguía vivo. Aquello me recordó que en algún momento tendría que comer o, al menos, beber agua.
Saludé a los árboles con la mirada, a los dormidos con un pensamiento y a los desvelados con una reverencia redondeada, tintada con una sonrisa somnolienta.
-Ya es hora de ponernos en camino. No queremos llegar tarde, ¿verdad? -bromeé mirando a Dennah, que parecía mucho más despierta que yo-. Los dioses se toman muy en serio la puntualidad... tú ahora debes de saberlo. Ese lazo que te guía, y que te sirve para guiarnos, debe de estar tensándose más y más a cada segundo que pasamos en peligro. ¿Celestia está cerca ya?
Nuestras voces ya habían hecho resurgir del sueño y de los puestos de guardia a los centinelas, cuyo aspecto redefiní como "decorador"; parecían una parte más del atrezo de aquella obra sin sentido. ¿Está cerca Celestia? Los héroes, sin decidirse aún en el libreto qué soprano protagonizaba la siguiente aria, seguían su camino a través del bosque encantado, por un camino repleto de peligros acechantes...
Cuando oí voces decidí por fin dar a entender que estaba despierto (en parte, al menos), y me incorporé lánguidamente, con un movimiento sin fuerzas. Parpadeé, sin ver, y me estiré al tiempo que me ponía en pie. Mis pies sufrían dentro de las botas; tendría que volver a acostumbrarme a los caminos largos. Sin embargo, el dolor era casi gratificante. Dentro del bosque siempre olvidaba que seguía vivo. Aquello me recordó que en algún momento tendría que comer o, al menos, beber agua.
Saludé a los árboles con la mirada, a los dormidos con un pensamiento y a los desvelados con una reverencia redondeada, tintada con una sonrisa somnolienta.
-Ya es hora de ponernos en camino. No queremos llegar tarde, ¿verdad? -bromeé mirando a Dennah, que parecía mucho más despierta que yo-. Los dioses se toman muy en serio la puntualidad... tú ahora debes de saberlo. Ese lazo que te guía, y que te sirve para guiarnos, debe de estar tensándose más y más a cada segundo que pasamos en peligro. ¿Celestia está cerca ya?
Nuestras voces ya habían hecho resurgir del sueño y de los puestos de guardia a los centinelas, cuyo aspecto redefiní como "decorador"; parecían una parte más del atrezo de aquella obra sin sentido. ¿Está cerca Celestia? Los héroes, sin decidirse aún en el libreto qué soprano protagonizaba la siguiente aria, seguían su camino a través del bosque encantado, por un camino repleto de peligros acechantes...
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Una suave sonrisa se dejó ver entre sus demacrados labios, acompañaban su propia garganta como el principio de una tenue risa que no duraría demasiado, una muesca de felicidad, pero tan solo una muesca. Era increíble en qué poco tiempo acostumbrabas el alma a considerar algo un hogar, un lugar al que perteneces... era sin dudarlo el primer indicio de su consentimiento.
Paso a paso, tiempo al segundo caminó a paso ligero hacia aquel lugar que le arrebataba su sonrisa y la sustituía por una expresión de templanza. Siempre era así, día tras día esa expresión acudía a su rostro como un viejo amigo que se negaba a marchar. Al final terminó alcanzando aquel grupo, al que caminó con infinita calma aún con la ligereza de su cuerpo adolescente, colgando ropas harapientas y un laúd a espaldas... Por supuesto, estaba armado... pero en estos tiempos, ¿quién no lo estaría?
No tardó mucho en alcanzar al grupo, y una sonrisa volvió a renacer en su rostro como el ave fenix entre sus cenizas. De alguna forma, esta expresión era paradógicamente cierta. - Disculpen señores - Comienza a hablar con la voz temblorosa de un niño, como una hoja al balancearse... - Voy de camino a Celestia, pero unos ladrones me atracaron y ya no tengo comida... - Los ojos de Kvothe habían tomado un tono azul glacial - ... por la noche logré escapar, pero tan solo pude rescatar mi laúd y coger alguna arma de los bandidos - Mueve su mano a la empuñadura de su espada y la saca para mostrarla, sin molestarse en disimular cierto orgullo por su logro. La vaina estaba sucia y oxidada, pero la empuñadura de la espada era totalmente negra y parecía ser de buena calidad, a pesar de las manchas de suciedad que la cubrían. Tras esperar un poco, bajó el arma y se mordió un poco el labio con indecisión - ¿Podría ir con vosotros? ahora no tengo mucho con lo que pagaros, pero en cuanto llegue a mi casa en Celestia podré ganar algo en la tienda de mi tía y daroslo - Sabía perfectamente que prometer que pagaría era de alguien que no merecía confianza y que era mejor ser abandonado en las inclemencias del camino. Pero una parte de sí pedía a gritos acabar con aquella locura y unirse a un grupo donde tal vez encontrase algo de aceptación. Un suspiro cargado de temor acudió a la garganta del adolescente, encogió sus hombros y apretó la espada contra sí, como si aquello fuera lo único que pudiera protegerlo del cruel mundo.
Paso a paso, tiempo al segundo caminó a paso ligero hacia aquel lugar que le arrebataba su sonrisa y la sustituía por una expresión de templanza. Siempre era así, día tras día esa expresión acudía a su rostro como un viejo amigo que se negaba a marchar. Al final terminó alcanzando aquel grupo, al que caminó con infinita calma aún con la ligereza de su cuerpo adolescente, colgando ropas harapientas y un laúd a espaldas... Por supuesto, estaba armado... pero en estos tiempos, ¿quién no lo estaría?
No tardó mucho en alcanzar al grupo, y una sonrisa volvió a renacer en su rostro como el ave fenix entre sus cenizas. De alguna forma, esta expresión era paradógicamente cierta. - Disculpen señores - Comienza a hablar con la voz temblorosa de un niño, como una hoja al balancearse... - Voy de camino a Celestia, pero unos ladrones me atracaron y ya no tengo comida... - Los ojos de Kvothe habían tomado un tono azul glacial - ... por la noche logré escapar, pero tan solo pude rescatar mi laúd y coger alguna arma de los bandidos - Mueve su mano a la empuñadura de su espada y la saca para mostrarla, sin molestarse en disimular cierto orgullo por su logro. La vaina estaba sucia y oxidada, pero la empuñadura de la espada era totalmente negra y parecía ser de buena calidad, a pesar de las manchas de suciedad que la cubrían. Tras esperar un poco, bajó el arma y se mordió un poco el labio con indecisión - ¿Podría ir con vosotros? ahora no tengo mucho con lo que pagaros, pero en cuanto llegue a mi casa en Celestia podré ganar algo en la tienda de mi tía y daroslo - Sabía perfectamente que prometer que pagaría era de alguien que no merecía confianza y que era mejor ser abandonado en las inclemencias del camino. Pero una parte de sí pedía a gritos acabar con aquella locura y unirse a un grupo donde tal vez encontrase algo de aceptación. Un suspiro cargado de temor acudió a la garganta del adolescente, encogió sus hombros y apretó la espada contra sí, como si aquello fuera lo único que pudiera protegerlo del cruel mundo.
Off: mal post x.x
Kvothe- Caballero
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Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Off: Por fin un poco de acción XD
On: Mi mirada no lograba apartarse de las lunas. Hora tras hora, iban viajando por el firmamento iluminado la noche. Convirtiendo la frió en cálido e inaugurando las horas de caza. Mis horas de caza.
Aprovechando un cambio de guardia, que yo como "capitán" de la expedición no debía hacer, me escabullí fuera del campamento. Me fue bastante fácil, ya que mi punto de partida estaba en las alturas. Nada más montar el campamento, yo me había echo un pequeño habitáculo en la copa de un gran árbol. Con ayuda de magia feérica, me había costado una media hora. Desde allí dominaba la zona y observaba los trajinares de los presentes.
Con unas pocas acrobacias y técnicas de sigilo, había saltado de rama en rama y ahora me encontraba a unos doscientos metros de los demás. Alcé las manos al cielo y observé las lunas de nuevo. Mi mirada, pasó del verde esmeralda al amarillo animal y el cuerpo se me empezó a llenar de pelaje. La columna se me arqueó y con una sacudida me puse a cuatro patas. El hocico se ensanchó y miles de fragancias que antes pasaba por alto, entraron en tropel hacia mi cerebro. La orejas me crecieron y empecé a oír hasta los más pequeños insectos. Me acababa de convertir en un lince. Tal torrente de información me dejó extasiado unos minutos.
Pasado el rato, recuperé conciencia de mi mismo. Él había tomado el control y nos encontrábamos corriendo detrás de una presa. Era rápida, pero nosotros lo eramos mucho más. Con un salto le mordimos en el cuello, degollándola y acabando con su vida. Con fruición nos ensañamos y nos bebimos su sangre, que manaba a chorros. Entre toda la amalgama de rojo que había, detecté algo que había pasado por alto. Para mi sorpresa, era una dríade. Habíamos matado a una dríade.
Extrañado más que asustado, le pregunté a Él porque lo había echo. Me respondió con una serie de emociones que me costó descifrar. Lo único que pude sacar en claro fue:
-Me he cansado de las presas fáciles.
Asimilando el giro de los acontecimientos, ocupé mi lugar legítimo junto a Él y nos dimos un festín. Actos como aquellos afianzaban la unión entre nuestras dos almas.
Faltaba media hora para el amanecer y yo seguía manchado de sangre. Con paso presto, busqué un riachuelo mediante el olfato y me zambullí en el. El agua estaba congelada, pero pronto se tiño de rojo. Poco a poco, retiré la presencia de Él de mi mente y adopté mi forma normal. La sangre ya se había ido toda y con un salto salí del riachuelo. Nada más llegar a tierra firme, di otro salto y me subí a un árbol. De rama en rama, escogí el camino de vuelta al campamento.
No había escogido el amanecer por puro azar. El amanecer, inconscientemente implica seguridad y por lo consiguiente una ilusoria confianza. Los centinelas están cansados y aun es demasiado temprano para que los que ha dormido toda la noche, se encuentren totalmente despiertos.
Acentuando el sigilo en mis movimientos, me introduje en el pequeño habitáculo que había construido el día anterior. Seguramente fuera la costumbre lo que me impulsara a construirlo o una manera de guardar las apariencias, porque hacia alrededor de un año que no dormía. Descansar y cerrar los ojos, si. Pero perder la conciencia nunca.
Los minutos pasaron y el campamento se empezó a despertar. Cuando ya había decidido bajar, un cambio en el viento me llevó un olor. Un olor solo perceptible para los animales o aquellos que como yo eran dos cosas a la vez. Cenizas y algo más. El olor de Kvothe. Atareado como estaba, no me había acordado de su inminente llegada.
Antes de que pudiera pensar largo y tendido, ya había llegado al campamento.
-Con lo buen actor que es, seguro que le aceptan -pensé con un sonrisa en el rostro.-Esperemos que se le de bien eso de ser infiltrado.
Saltando los metros que me separaban del suelo, me planté detrás de él y le dije:
-Que hace un niño de mamá como tu en medio del bosque de Awa? Trae para aquí esa espada antes de que te hagas daño! -mi rostro era serio, incluso preocupado por la posible proximidad de maleantes.-Has dicho bandidos? Llevaban algo que los identificara?
Mientras decía estas palabras, mi mano derecha se extiende hacia delante, pidiendo el arma que el muchacho lleva entre sus brazos.
Off: He dicho bosque de Awa porque se supone que estamos aun en el linde y no nos hemos adentrado en los lagos.
On: Mi mirada no lograba apartarse de las lunas. Hora tras hora, iban viajando por el firmamento iluminado la noche. Convirtiendo la frió en cálido e inaugurando las horas de caza. Mis horas de caza.
Aprovechando un cambio de guardia, que yo como "capitán" de la expedición no debía hacer, me escabullí fuera del campamento. Me fue bastante fácil, ya que mi punto de partida estaba en las alturas. Nada más montar el campamento, yo me había echo un pequeño habitáculo en la copa de un gran árbol. Con ayuda de magia feérica, me había costado una media hora. Desde allí dominaba la zona y observaba los trajinares de los presentes.
Con unas pocas acrobacias y técnicas de sigilo, había saltado de rama en rama y ahora me encontraba a unos doscientos metros de los demás. Alcé las manos al cielo y observé las lunas de nuevo. Mi mirada, pasó del verde esmeralda al amarillo animal y el cuerpo se me empezó a llenar de pelaje. La columna se me arqueó y con una sacudida me puse a cuatro patas. El hocico se ensanchó y miles de fragancias que antes pasaba por alto, entraron en tropel hacia mi cerebro. La orejas me crecieron y empecé a oír hasta los más pequeños insectos. Me acababa de convertir en un lince. Tal torrente de información me dejó extasiado unos minutos.
Pasado el rato, recuperé conciencia de mi mismo. Él había tomado el control y nos encontrábamos corriendo detrás de una presa. Era rápida, pero nosotros lo eramos mucho más. Con un salto le mordimos en el cuello, degollándola y acabando con su vida. Con fruición nos ensañamos y nos bebimos su sangre, que manaba a chorros. Entre toda la amalgama de rojo que había, detecté algo que había pasado por alto. Para mi sorpresa, era una dríade. Habíamos matado a una dríade.
Extrañado más que asustado, le pregunté a Él porque lo había echo. Me respondió con una serie de emociones que me costó descifrar. Lo único que pude sacar en claro fue:
-Me he cansado de las presas fáciles.
Asimilando el giro de los acontecimientos, ocupé mi lugar legítimo junto a Él y nos dimos un festín. Actos como aquellos afianzaban la unión entre nuestras dos almas.
{...}
Faltaba media hora para el amanecer y yo seguía manchado de sangre. Con paso presto, busqué un riachuelo mediante el olfato y me zambullí en el. El agua estaba congelada, pero pronto se tiño de rojo. Poco a poco, retiré la presencia de Él de mi mente y adopté mi forma normal. La sangre ya se había ido toda y con un salto salí del riachuelo. Nada más llegar a tierra firme, di otro salto y me subí a un árbol. De rama en rama, escogí el camino de vuelta al campamento.
No había escogido el amanecer por puro azar. El amanecer, inconscientemente implica seguridad y por lo consiguiente una ilusoria confianza. Los centinelas están cansados y aun es demasiado temprano para que los que ha dormido toda la noche, se encuentren totalmente despiertos.
Acentuando el sigilo en mis movimientos, me introduje en el pequeño habitáculo que había construido el día anterior. Seguramente fuera la costumbre lo que me impulsara a construirlo o una manera de guardar las apariencias, porque hacia alrededor de un año que no dormía. Descansar y cerrar los ojos, si. Pero perder la conciencia nunca.
Los minutos pasaron y el campamento se empezó a despertar. Cuando ya había decidido bajar, un cambio en el viento me llevó un olor. Un olor solo perceptible para los animales o aquellos que como yo eran dos cosas a la vez. Cenizas y algo más. El olor de Kvothe. Atareado como estaba, no me había acordado de su inminente llegada.
Antes de que pudiera pensar largo y tendido, ya había llegado al campamento.
-Con lo buen actor que es, seguro que le aceptan -pensé con un sonrisa en el rostro.-Esperemos que se le de bien eso de ser infiltrado.
Saltando los metros que me separaban del suelo, me planté detrás de él y le dije:
-Que hace un niño de mamá como tu en medio del bosque de Awa? Trae para aquí esa espada antes de que te hagas daño! -mi rostro era serio, incluso preocupado por la posible proximidad de maleantes.-Has dicho bandidos? Llevaban algo que los identificara?
Mientras decía estas palabras, mi mano derecha se extiende hacia delante, pidiendo el arma que el muchacho lleva entre sus brazos.
Off: He dicho bosque de Awa porque se supone que estamos aun en el linde y no nos hemos adentrado en los lagos.
Sharei- Nigromante
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Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
A falta de respuesta...
--
El chaval salió de la nada, aunque caminaba de manera tan torpe que tanto habría dado que hubiese anunciado su llegada con tambores y cornetas. Lo miré de arriba abajo con gesto crítico. Joven, débil, ingenuo, probablemente inofensivo. La magia de los astros, por lo que parecía, no había hecho más que encenderles la sangre a los renacuajos de todo Idhún y echarlos al mundo en busca de aventuras de locos y princesas. Hasta los elegidos de los dioses eran casi niños. Bah.
-Bah -escupí mis pensamientos, descolgándome la espada para ajustar el cuero del pomo. No me interesaba lo más mínimo si el recién llegado se quedaba o no alrededor, y esperaba que hubiera quedado patente por mi expresión. En cambio, no me molestaba en absoluto la idea de toparme con esos bandidos. Eran de la zona. Seguramente hubiera alguien de la compañía, y podría encontrar al resto. Aquella cruzada de los dioses seguramente se convirtiera en otra misión olvidada en cuanto tuviera la oportunidad de retomar la rutina... o lo que quedara de ella después de una conjunción astral que sacudía el mundo.
Dioses, niños, viajes, profecías. ¿Era sólo yo quien no le veía futuro a aquella empresa? El tiempo de los dioses quizás hubiera pasado ya, pensé sin querer, y no pude apartarme la idea de la cabeza. ¿Cuándo era la última vez que había visto a alguien rezando de verdad?
Pero allí estaban de nuevo los dioses... Miré a las elegidas, las chicas que llevaban la marca de las diosas, y me pregunté si podrían saber lo que me pasaba por la cabeza. Dioses, niños, viajes, profecías...
"Todos locos" hice un mohín amargo, desechando aquellos pensamientos, demasiado aburridos de repente para seguir dándoles importancia.
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El chaval salió de la nada, aunque caminaba de manera tan torpe que tanto habría dado que hubiese anunciado su llegada con tambores y cornetas. Lo miré de arriba abajo con gesto crítico. Joven, débil, ingenuo, probablemente inofensivo. La magia de los astros, por lo que parecía, no había hecho más que encenderles la sangre a los renacuajos de todo Idhún y echarlos al mundo en busca de aventuras de locos y princesas. Hasta los elegidos de los dioses eran casi niños. Bah.
-Bah -escupí mis pensamientos, descolgándome la espada para ajustar el cuero del pomo. No me interesaba lo más mínimo si el recién llegado se quedaba o no alrededor, y esperaba que hubiera quedado patente por mi expresión. En cambio, no me molestaba en absoluto la idea de toparme con esos bandidos. Eran de la zona. Seguramente hubiera alguien de la compañía, y podría encontrar al resto. Aquella cruzada de los dioses seguramente se convirtiera en otra misión olvidada en cuanto tuviera la oportunidad de retomar la rutina... o lo que quedara de ella después de una conjunción astral que sacudía el mundo.
Dioses, niños, viajes, profecías. ¿Era sólo yo quien no le veía futuro a aquella empresa? El tiempo de los dioses quizás hubiera pasado ya, pensé sin querer, y no pude apartarme la idea de la cabeza. ¿Cuándo era la última vez que había visto a alguien rezando de verdad?
Pero allí estaban de nuevo los dioses... Miré a las elegidas, las chicas que llevaban la marca de las diosas, y me pregunté si podrían saber lo que me pasaba por la cabeza. Dioses, niños, viajes, profecías...
"Todos locos" hice un mohín amargo, desechando aquellos pensamientos, demasiado aburridos de repente para seguir dándoles importancia.
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
Cuando estéis preparados para avanzar, acudid al lugar del encuentro...
http://www.rolmemoriasdeidhun.com/t3356-trama-los-caminos-se-cruzan
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Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
-Escisión-
De pronto, una ráfaga de flechas desiguales corta el aire del claro, precisamente coordinadas. Los disparos, en apariencia demasiado certeros para cualquier bandido, anuncian el ataque de un grupo verdaderamente peligroso. Cuatro flechas matan en el acto a tres centinelas, y el resto no tardan en caer ante la segunda ráfaga. Para cuando llega la tercera, el grupo del claro ya ha empezado a huir... pero no todos en la misma dirección.
Si los bandidos llegaron a saltar en su persecución o se limitaron a saquear los cadáveres de los centinelas, ninguno de ellos llegaría a saberlo, porque nadie llegó a mirar atrás. Fuera como fuese, acabaron volviendo a encontrarse de cualquier manera, divididos en dos grupos que se perdieron la pista...
Por una parte, Sharei, Vannel, Kvothe, Niue y Lurr.
Por otra parte, Zia, Dondiego, Torabel, Bronn y Dennah.
Ambos grupos conocían el destino indicado y el camino a seguir... pero tal vez su viaje no fuera, ni mucho menos, el mismo.
Invitado- Invitado
Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
"Me duele el cuello" fue mi primer pensamiento al levantarme de aquella tortuosa cama de hierva. Ha iba sido una noche cuanto menos rara, no había dormido casi nada y me había alejado del campamento varias veces para intentar averiguar de donde venían aquellos extraños sonidos que no eran para nada los sonidos normales de la noche. Me estire como un gato antes de levantarme y acercarme a un arroyo para lavarme la cara, al ver mi reflejo me fije en que tenía unas marcadas ojeras, y ahun estaba medio dormido. Sin pensarlo dos veces me quite la ropa y me tire al agua, no me importaba que nadie me viera así, por mis venas corría gran parte de sangre feerica y no tenía pudor alguno.
Pasado un rato salí del agua y me puse mi túnica de mago que se empapo rápido por que yo aún estaba chorreando.
Me acerque al grupo donde todos estaban ya despiertos.
Me fije en Torabel, aquel muchacho atraía todos mi curiosidad ¿por qué tenía la piel, el pelo y los ojos casi blancos? ¿Por qué estaba tan nervioso y miraba hacia todos lados cuando llegamos a los ojos de Neliam? ¿Por qué? ¿Por qué? Todas aquellas preguntas se esfumaron de mi mente con la llegada de un nuevo personaje a escena. Un chico que vestía con unas pintas extrañas y que aferraba una espada fuertemente contra si. ¿Cuantos años tendría? Me fije mejor en el, parecía tener mi misma edad.
-La edad con la que yo empece mi viaje- murmure en un tono tan bajo que si alguien lo oyó, no se molesto en darlo a entender.
Todo parecía marchar bien, muy bien, demasiado bien. Instantes después un ligero sonido llego a mis puntiagudas orejas de feerico. Al instante una lluvia de flechas surcó los cielos y se derramó sobre nosotros como la lluvia de primavera. Rápido como un rayo eleve mis manos y proyecte el escudo mágico lo más rápido que pude, más las flechas ya estaban a medio camino entre ellas y nosotros. El escudo no se cerró del todo y las flechas mataron a tres de los centinelas. Intente cerrar completamente el escudo pero en el último momento una flecha alcanzo mi brazo derecho y me deconcentró, grite fuertemente de dolor. El escudo cedió lo suficiente como para que nuevos huecos se formarán y terminarán con la vida de los demás centinelas. Me volví hacia los demás del grupo y grite -¡¡CORRED!!- con un último esfuerzo lancé el escudo hacia el cielo para que detuviera la última lluvia de flechas antes de desvanecerse. Corrí a duras penas intentando seguir a los demás del grupo. Pero perdí el sentido un momento y tuve que parar para recuperar el aliento, cuando volví a la a estar bien intente seguir el rastro de mis compañeros más lo único que hice fue perderme más.
Edit: Off: Como aquí no postea nadie, sintiéndolo mucho, yo me voy al lugar donde se cruzan los ríos. Que me siga quien quiera.
On: Cansado ya de buscar en vano a mis compañeros, me recosté contra el tronco de un árbol. Me dolía al brazo horrores, necesitaba ayuda pero ya. Pensé donde podría haber gente que me ayudara y de rrepente se me vino a la cabeza que nuestra misión era llegar al lugar donde se cruzan los ríos. Seguro que allí habría un grupo de elegidos que me podrían ayudar.
Busque con la vista a Glaciem, lo encontré cerca de mi, junto a las raíces de un gran árbol. Con un poco de ayuda por parte de mi magia conecte nuestras mentes "Glaciem, toma tu verdadera forma y llévame al lugar donde se cruzan los ríos" el astuto zorro blanco no tardo en responderme mentalmente "Ya era hora, chico, pensé que nunca me lo pedirías" en un instante, el cuerpo de Glaciem se ilumino y comenzó a cambiar. Se hizo más grande, tanto como un caballo, y su cola blanca se dividió en nueve. Glaciem no era un zorro ártico normal, en realidad era un demonio-zorro de nueve colas que tenía bajo mi mando.
"Sube" dijo simplemente, cuando término de transformarse, con aquella grave voz telepática.
Con un salto me subí a su lomo, y más rápido que el rayo, Glaciem salió corriendo en dirección a Celestia, al lugar donde se encontraban los ríos.
DEJO POST
Pasado un rato salí del agua y me puse mi túnica de mago que se empapo rápido por que yo aún estaba chorreando.
Me acerque al grupo donde todos estaban ya despiertos.
Me fije en Torabel, aquel muchacho atraía todos mi curiosidad ¿por qué tenía la piel, el pelo y los ojos casi blancos? ¿Por qué estaba tan nervioso y miraba hacia todos lados cuando llegamos a los ojos de Neliam? ¿Por qué? ¿Por qué? Todas aquellas preguntas se esfumaron de mi mente con la llegada de un nuevo personaje a escena. Un chico que vestía con unas pintas extrañas y que aferraba una espada fuertemente contra si. ¿Cuantos años tendría? Me fije mejor en el, parecía tener mi misma edad.
-La edad con la que yo empece mi viaje- murmure en un tono tan bajo que si alguien lo oyó, no se molesto en darlo a entender.
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Todo parecía marchar bien, muy bien, demasiado bien. Instantes después un ligero sonido llego a mis puntiagudas orejas de feerico. Al instante una lluvia de flechas surcó los cielos y se derramó sobre nosotros como la lluvia de primavera. Rápido como un rayo eleve mis manos y proyecte el escudo mágico lo más rápido que pude, más las flechas ya estaban a medio camino entre ellas y nosotros. El escudo no se cerró del todo y las flechas mataron a tres de los centinelas. Intente cerrar completamente el escudo pero en el último momento una flecha alcanzo mi brazo derecho y me deconcentró, grite fuertemente de dolor. El escudo cedió lo suficiente como para que nuevos huecos se formarán y terminarán con la vida de los demás centinelas. Me volví hacia los demás del grupo y grite -¡¡CORRED!!- con un último esfuerzo lancé el escudo hacia el cielo para que detuviera la última lluvia de flechas antes de desvanecerse. Corrí a duras penas intentando seguir a los demás del grupo. Pero perdí el sentido un momento y tuve que parar para recuperar el aliento, cuando volví a la a estar bien intente seguir el rastro de mis compañeros más lo único que hice fue perderme más.
Edit: Off: Como aquí no postea nadie, sintiéndolo mucho, yo me voy al lugar donde se cruzan los ríos. Que me siga quien quiera.
On: Cansado ya de buscar en vano a mis compañeros, me recosté contra el tronco de un árbol. Me dolía al brazo horrores, necesitaba ayuda pero ya. Pensé donde podría haber gente que me ayudara y de rrepente se me vino a la cabeza que nuestra misión era llegar al lugar donde se cruzan los ríos. Seguro que allí habría un grupo de elegidos que me podrían ayudar.
Busque con la vista a Glaciem, lo encontré cerca de mi, junto a las raíces de un gran árbol. Con un poco de ayuda por parte de mi magia conecte nuestras mentes "Glaciem, toma tu verdadera forma y llévame al lugar donde se cruzan los ríos" el astuto zorro blanco no tardo en responderme mentalmente "Ya era hora, chico, pensé que nunca me lo pedirías" en un instante, el cuerpo de Glaciem se ilumino y comenzó a cambiar. Se hizo más grande, tanto como un caballo, y su cola blanca se dividió en nueve. Glaciem no era un zorro ártico normal, en realidad era un demonio-zorro de nueve colas que tenía bajo mi mando.
"Sube" dijo simplemente, cuando término de transformarse, con aquella grave voz telepática.
Con un salto me subí a su lomo, y más rápido que el rayo, Glaciem salió corriendo en dirección a Celestia, al lugar donde se encontraban los ríos.
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Re: Primer grupo - Los ojos de Neliam
off: YO me muevo ya al sitio ese. Nos vemos
Zia- Nigromante
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Puntos : 166
Fecha de inscripción : 11/07/2012
Edad : 24
Localización : Desaparecida
Datos
Su personaje es: Zia Rashid, feérica de 15 años y aprendiza de magia. Durante un tiempo fue elegida de Wina.
Trabaja de:
Pertenece a: La Orden Mágica
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