Sombras Renacidas
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Re: Sombras Renacidas
Arrastrado por la energia que yo mismo había propulsado, fui desplazado hacia los cielos. El dolor me rebasaba por todas partes y ni siquiera sabia si conservaba mi cuerpo. Era el dolor un signo de que aun seguía vivo? Agarrándome a esa posibilidad, me esforcé por terminar lo que había empezado. Miles de pensamientos se agruparon en mi cabeza, formando una simple y llana orden de ejecución.
Una especie de dibujos voladores, algo que los que entendían llamaban hologramas, empezaron a materializarse de forma ordenada y configuraron lo que seria la estructura de la Torre. Del conjunto, se podían destacar varias cosas.
En la parte más elevada, ya pasada la capa de nubes, se formaban cuatro ganchos que se hincaban profundamente en ella. Eran los Extractores, la parte de la estructura encargada de suministrar energia a la Torre, recogiéndola de la Electrosfera, nombre que le habían dado los científicos a la capa de nubes en sus planos e hipótesis sobre Umadhun.
En la parte baja, la fortaleza se había abierto como una flor de nenúfar y de su centro manaba el láser en dirección ascendente. Ya se vislumbraban hologramas que definían el contorno, subiendo como una serpiente, enrollándose alrededor de la fuente de energia. Las murallas ampliaban la ciudadela, englobando las tiendas de campaña dentro de un circulo protector y los primeros edificios funcionales empezaban a dibujarse en el aire.
La parte central se mantenía silenciosa, atravesada solamente por la energia y esperaba tranquila la llegada de los dos frentes, pues de la parte superior bajaban también hologramas.
De golpe, los Extractores se materializaron, golpeando e introduciéndose dentro de la pesada e inmensa Electrosfera. Algo muy sutil cambió y el láser se volvió descendente, pues la fuente energética se encontraba ahora en el cielo. Ondas surgieron desde arriba, ampliando el canal del láser y golpeando con fuerza la base, acelerando el proceso. Los hologramas se movían más deprisa y producían un sonido ensordecedor, como un enjambre de furiosos insectos. Ya nada podía salir mal. La Fase Cielo estaba llegando a su fin...
Un campanada monstruosa dio por finalizada la unión de los hologramas de la parte superior y de la parte inferior. Ya estaban configuradas las tres partes internas de la Torre. Los portales se ponían en funcionamiento y los pocos circuitos eléctricos que quedaban abiertos, no tardarían en cerrase. Por fin la obra maestra de ingeniería y magia estaba completa. Alzando mis ojos (si se podria llamar ojos a la manera que observaba las cosas de mi alrededor), vislumbre cuatro astros. No podía ser coincidencia...
Estaba sucediendo una conjunción astral en ese mismo instante. Dos magníficos soles se alzaban frente a mi.
Los dos gemelos, del mismo tamaño. Un diferencia, el color. Naranja y azul se mostraban ante mi. Como Naren y Vannel...
Dos lunas recatadas y orgullosas. Una negra, que parecía absorber la luz de su alrededor, como Rione. La otra... era pura electricidad, quizá era mía?. Como era posible que existieran astros así? Otro misterio que resolver...
Una sonrisa se formó en mi inexistente rostro y entonces empecé a caer.
Parecía que al fin si que tenia cuerpo, ennegrecido, maltrecho y medio muerto, pero mi cuerpo seguía existiendo. El viento laceraba mis heridas. Mi piel se había evaporado como el agua en una tarde calurosa y estaba en carne viva, aumentando cada vez más y más la velocidad. No me podía mover, ya solo sentía dolor y el suelo estaba cada vez más cerca. Había tenido la suerte de colarme entre las entrañas de la Torre y viajaba al lado del láser de energia, si a eso se podía llamar viajar y el dolor seguía subiendo a la par que la velocidad. Con enorme esfuerzo pude enfocar mis ojos hacia mi lado derecho y observé con desaliento que no tenia nada de codo para abajo. Un muñón sangriento sustituía mi antebrazo y por él, escapaban gotas de sangre que no tardaban en subir arrastradas por la fricción con el aire.
Un sonoro PAF exploto en mi cabeza cuando me di de bruces contra el suelo. Aun conservaba la vista, pero chorros de sangre manaban de todas partes, y mi cuerpo, se había convertido en una papilla incrustada en el suelo. La visión se me fue apagando muy rápidamente. No entendía como era posible que no hubiera muerto al acto... Me sentía tan cansado... Y la oscuridad era tan acogedora...
Perdido en esos últimos pensamientos me hundí en un agradable pozo de negrura. Mientras yo bajaba, otra cosa subía... Era Él
Era el momento del despertar... y el lince lo sabia. Su compañero se debilitaba por momentos y solo había una manera de no terminar muertos los dos. Dominando el cuerpo desgastado que su mentalidad moribunda no podía sostener, podria activar los mecanismos de regeneración y sobrevivir. Pareció una eternidad, pero de repente el mutilado cuerpo empezó a estremecerse en una nube eléctrica. Sus pedazos se recomponía de una manera peculiar y la forma humana desapareció. Poco a poco, las facciones del lince se dibujaron en el trozo de carne y hueso que antes había sido Sharei.
Pare entonces, un buen numero de Sombras Nocturnas habían aparecido, rodeando el cuerpo de su señor a una distancia prudencial. Todas eran iguales, con los ropajes oscuros y mascaras cadavéricas. No había nada que las diferenciara unas de otras y observaban con interés el desarrollo de la escena.
Cuando el lince había obtenido por fin su aspecto habitual, varias cosas sucedieron en su cuerpo. Las patas delanteros se afilaron y transformaron en poderosas garras metalizadas de tono azulado. Las patas traseras adquirieron tambien tono metalizado y se llenaron de salientes de tono negro. Su cola se alargo y se convirtió en una arma letal acabada en punta de cuchillo. Su cuerpo en general, se rodeó de una negra armadura, casi como una segunda piel oscura. Pero sin duda, lo más inquietante sucedió en su cabeza. Como amoldada por un yunque, apareció un casco que cubrió la visión de la criatura, dejándola sin ojos aparentemente y convirtiendo su mandíbula en una grotesca maquina de muerte.
Un bramido ensordecer salio de la gargata del animal, que ya nada tenia que ver con el del lince. En poco más de lo que un grillo canta, el monstruo se lanzó hacia las Sombras y con fría precisión y una velocidad aun más perturbadora acabó con la mayoría de ellos a golpe de cola, garras o mordiscos. Se movía como una centella por el como de batalla masacrando a los desprevenidos. Estaba usando la electricidad para moverse a la velocidad de la luz.
En poco más de un cuarto de minuto, en la sala solo quedaban los aprendices con vida. El ataque había sido demasiado inesperado y todos los Sombras Nocturnas que había aparecido yacían muertos. Sus cuerpos cuerpos desaparecían en volutas de humo negro dejando solamente las manchas de sangre en el suelo que había echo Sharei al caer como testigo de la refriega.
Un rugido triunfante salio de las entrañas de la criatura... Solo quedaban tres presas. Con un simple parpadeo se planto delante de Rione y de un suspiro la golpeó en dirección al pecho.
Una especie de dibujos voladores, algo que los que entendían llamaban hologramas, empezaron a materializarse de forma ordenada y configuraron lo que seria la estructura de la Torre. Del conjunto, se podían destacar varias cosas.
En la parte más elevada, ya pasada la capa de nubes, se formaban cuatro ganchos que se hincaban profundamente en ella. Eran los Extractores, la parte de la estructura encargada de suministrar energia a la Torre, recogiéndola de la Electrosfera, nombre que le habían dado los científicos a la capa de nubes en sus planos e hipótesis sobre Umadhun.
En la parte baja, la fortaleza se había abierto como una flor de nenúfar y de su centro manaba el láser en dirección ascendente. Ya se vislumbraban hologramas que definían el contorno, subiendo como una serpiente, enrollándose alrededor de la fuente de energia. Las murallas ampliaban la ciudadela, englobando las tiendas de campaña dentro de un circulo protector y los primeros edificios funcionales empezaban a dibujarse en el aire.
La parte central se mantenía silenciosa, atravesada solamente por la energia y esperaba tranquila la llegada de los dos frentes, pues de la parte superior bajaban también hologramas.
De golpe, los Extractores se materializaron, golpeando e introduciéndose dentro de la pesada e inmensa Electrosfera. Algo muy sutil cambió y el láser se volvió descendente, pues la fuente energética se encontraba ahora en el cielo. Ondas surgieron desde arriba, ampliando el canal del láser y golpeando con fuerza la base, acelerando el proceso. Los hologramas se movían más deprisa y producían un sonido ensordecedor, como un enjambre de furiosos insectos. Ya nada podía salir mal. La Fase Cielo estaba llegando a su fin...
Un campanada monstruosa dio por finalizada la unión de los hologramas de la parte superior y de la parte inferior. Ya estaban configuradas las tres partes internas de la Torre. Los portales se ponían en funcionamiento y los pocos circuitos eléctricos que quedaban abiertos, no tardarían en cerrase. Por fin la obra maestra de ingeniería y magia estaba completa. Alzando mis ojos (si se podria llamar ojos a la manera que observaba las cosas de mi alrededor), vislumbre cuatro astros. No podía ser coincidencia...
Estaba sucediendo una conjunción astral en ese mismo instante. Dos magníficos soles se alzaban frente a mi.
Los dos gemelos, del mismo tamaño. Un diferencia, el color. Naranja y azul se mostraban ante mi. Como Naren y Vannel...
Dos lunas recatadas y orgullosas. Una negra, que parecía absorber la luz de su alrededor, como Rione. La otra... era pura electricidad, quizá era mía?. Como era posible que existieran astros así? Otro misterio que resolver...
Una sonrisa se formó en mi inexistente rostro y entonces empecé a caer.
Parecía que al fin si que tenia cuerpo, ennegrecido, maltrecho y medio muerto, pero mi cuerpo seguía existiendo. El viento laceraba mis heridas. Mi piel se había evaporado como el agua en una tarde calurosa y estaba en carne viva, aumentando cada vez más y más la velocidad. No me podía mover, ya solo sentía dolor y el suelo estaba cada vez más cerca. Había tenido la suerte de colarme entre las entrañas de la Torre y viajaba al lado del láser de energia, si a eso se podía llamar viajar y el dolor seguía subiendo a la par que la velocidad. Con enorme esfuerzo pude enfocar mis ojos hacia mi lado derecho y observé con desaliento que no tenia nada de codo para abajo. Un muñón sangriento sustituía mi antebrazo y por él, escapaban gotas de sangre que no tardaban en subir arrastradas por la fricción con el aire.
Un sonoro PAF exploto en mi cabeza cuando me di de bruces contra el suelo. Aun conservaba la vista, pero chorros de sangre manaban de todas partes, y mi cuerpo, se había convertido en una papilla incrustada en el suelo. La visión se me fue apagando muy rápidamente. No entendía como era posible que no hubiera muerto al acto... Me sentía tan cansado... Y la oscuridad era tan acogedora...
Perdido en esos últimos pensamientos me hundí en un agradable pozo de negrura. Mientras yo bajaba, otra cosa subía... Era Él
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Era el momento del despertar... y el lince lo sabia. Su compañero se debilitaba por momentos y solo había una manera de no terminar muertos los dos. Dominando el cuerpo desgastado que su mentalidad moribunda no podía sostener, podria activar los mecanismos de regeneración y sobrevivir. Pareció una eternidad, pero de repente el mutilado cuerpo empezó a estremecerse en una nube eléctrica. Sus pedazos se recomponía de una manera peculiar y la forma humana desapareció. Poco a poco, las facciones del lince se dibujaron en el trozo de carne y hueso que antes había sido Sharei.
Pare entonces, un buen numero de Sombras Nocturnas habían aparecido, rodeando el cuerpo de su señor a una distancia prudencial. Todas eran iguales, con los ropajes oscuros y mascaras cadavéricas. No había nada que las diferenciara unas de otras y observaban con interés el desarrollo de la escena.
Cuando el lince había obtenido por fin su aspecto habitual, varias cosas sucedieron en su cuerpo. Las patas delanteros se afilaron y transformaron en poderosas garras metalizadas de tono azulado. Las patas traseras adquirieron tambien tono metalizado y se llenaron de salientes de tono negro. Su cola se alargo y se convirtió en una arma letal acabada en punta de cuchillo. Su cuerpo en general, se rodeó de una negra armadura, casi como una segunda piel oscura. Pero sin duda, lo más inquietante sucedió en su cabeza. Como amoldada por un yunque, apareció un casco que cubrió la visión de la criatura, dejándola sin ojos aparentemente y convirtiendo su mandíbula en una grotesca maquina de muerte.
Un bramido ensordecer salio de la gargata del animal, que ya nada tenia que ver con el del lince. En poco más de lo que un grillo canta, el monstruo se lanzó hacia las Sombras y con fría precisión y una velocidad aun más perturbadora acabó con la mayoría de ellos a golpe de cola, garras o mordiscos. Se movía como una centella por el como de batalla masacrando a los desprevenidos. Estaba usando la electricidad para moverse a la velocidad de la luz.
En poco más de un cuarto de minuto, en la sala solo quedaban los aprendices con vida. El ataque había sido demasiado inesperado y todos los Sombras Nocturnas que había aparecido yacían muertos. Sus cuerpos cuerpos desaparecían en volutas de humo negro dejando solamente las manchas de sangre en el suelo que había echo Sharei al caer como testigo de la refriega.
Un rugido triunfante salio de las entrañas de la criatura... Solo quedaban tres presas. Con un simple parpadeo se planto delante de Rione y de un suspiro la golpeó en dirección al pecho.
Sharei- Nigromante
- Mensajes : 500
Puntos : 515
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
Localización : Luchando para terminar lo que un día empecé
Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Sombras Renacidas
Junto a mi, mis dos compañeros también cayeron al suelo. Estábamos agotados, aquello había sido posiblemente el hechizo más poderoso que ninguno de los cuatro hubiera lanzado en su vida y seguramente solo estábamos vivos por que lo habíamos lanzado entre cuatro personas, apoyando las energías de unos con las de otros y uniéndolas en una sola. Una persona sola hubiera muerto de solo intentarlo.
Pero había dado resultado. Durante segundos, puede que incluso minutos lo único que se movía en la sala era la energía del núcleo. empecé a preocuparme por Sharei, él nos había unido y él mismo se había lanzado de lleno a la masa enérgica. Toda lógica decía que debería estar muerto pero si no tuviera un plan no se hubiera lanzado ¿no? quizás fuera algo arriesgado y por eso no salía aún o quizás deberíamos esperar un poco más para ver los resultados. Pero Sharei había sido el genio que había ingeniado todo eso. él era el más consciente de los cuatros de lo que estaba haciendo, lo que fuera que hiciera no lo hacía por que sí. Podía estar casi segura de ello.
Por cruel que suene pocos segundos después me olvidé de Sharei y hasta de los dos chicos que estaban sentados en el suelo detrás de mi. Yo era la más cercana a las pantallas y por eso fui la primera en ver los primeros registros de nuestra investigación. Una expresión de asombró cruzó mi rostro para luego convertirse en emoción. Olvidé el cansancio y aún tambaleante conseguí ponerme en pie y acercarme a los monitores. Apoyé mi peso contra la base para no volver a caerme, me temblaban las piernas aunque ya no estaba segura de si eran por el cansancio por la emoción. Cientos de registros pasaban por las pantallas a gran velocidad, imágenes, gráficos, medidas, imágenes dedicadas solo a buscar el calor y una larga lista de cosas específicas, la altura, la intensidad lumínica, la humedad, la electricidad, la posible existencia de vida, todo. Empecé a usar los controles y buscar datos más específicos. Conseguí ampliar una simulación obtenida a través de la detección de electricidad de lo que estaba pasando sobre nuestras cabezas, en la cima de la torre. Habíamos conseguido traspasar la electrosfera y seguíamos obteniendo datos más allá. Era incluso más de lo que el más optimista de nosotros habría imaginado.
Empecé a teclear comandos hasta que sí con el que buscaba. Un mensaje apareció en una de las pantallas. "Permiso para conectar Extractores" leí y sonreí, la energía de mi magia no era lo único que para lo que hacía falta allí, sin Sharei allí, era la única que conocía todos los detalles. Nunca había visto a los otros dos por la torre e imaginaba que no tendrían mucha familiaridad con ella. Acepté la petición y esperé a ver los resultados.Sabía que eso era otra de los objetivos que buscábamos, iba a suponer una fuente de energía casi inagotable y además de gran eficacia. Siguieron llegando datos y más datos, aquello era increíble. Todo iba bien, perfecto mejor dicho lo ultimo en lo que pensaba es que aún no sabíamos nada de Sharei, todo era demasiado emocionante como para que mi cabeza se dedicara ahora a eso.
Entonces todo se estabilizó. Los valores empezaron a ser constantes en todas las mediciones simultaneas que se estaban llevando acabo. Salieron ventanitas en la pantalla que anunciaban que la Torre estaba completa y de nuevo comunicada a través de sus portales. Finalmente una sola imagen cubrió la pantalla central, se quedó completamente blanca pero me di cuenta de que no era eso, si no que estaba en modo proyección. Debía haber llegado al final del proceso. Me di la vuelta, contraída por la emoción ¿Qué había en el cielo de Umadhún? era lo que estaba a punto de averiguar.
La pared a mi espalda que antes había sido blanca estaba cubierta por la proyección el cielo, cuatro astros, dos soles y dos lunas, cada uno distinto y a su vez cada uno me era familiar - increíble...-murmuré para mi misma con la mirada puesta en la imagen, embobada, admirando y buscando cada pequeño detalle que pudiera haberseme pasado por alto. Pero de forma irremediable mi atención estaba puesta en una de las lunas. Los otros tres astros eran brillantes, podía verse la energía vivir en ellos, en cambio la segunda luna era oscura, del más puro negro, menos llamativa pero más elegante que sus compañeras. Era oscuridad pura, sin contaminación ninguna y como tal era hermosa y elegante, orgullosa y única. Inalcanzable. Rápidamente reconocí los otros astros - Fuego, Oscuridad, Agua y Electricidad - anuncié aunque debía ser evidente - casualidad? - pregunté echándome a reír, hasta que algo que aquello de lo que me había olvidado aterrizó en el suelo. Entre los dos chicos y yo. La sangre salpicó por todas partes manchando a los tres aprendices con sangre de su maestro
-Sharei...- volví a dejar caer mi peso contra los ordenadores. ya no era la proyección lo que atraía toda mi atención. Si no el destrozado cuerpo que se había estampado justo delante de nosotros. No había forma de saber si estaba vivo sin acercarme y aunque no parecía que tuviera muchas posibilidades la escena era demasiado escalofriante como para dejar que avanzara hasta él. Estaba impactada y prácticamente clavada al suelo bajo mis pies. Solté el aire que había contenido. Tras varios minutos el cuerpo parecía empezar a regenerarse bajo una nube de electricidad. Mientras esto ocurría empezaron a aparecer sombras oscuras, arremolinándose entorno a Sharei y su destrozado aspecto. No pude ver nada más de lo que ocurría con él. poco después de entre esas sombras se escuchó un bramido ensordecedor, no tenía ni idea de a que clase de criatura podía pertenecer pero empecé a arrempentirme de haber quedado sola a un lado de aquellas sombras. Estaba agotada para luchar contra lo que fuera que había allí dentro. Y no parecía precisamente amistoso.
Quedó claro que no lo era cuando empezó a eliminar sombras. Seguía clavada donde estaba, demasiado agotada e impresionada como para que mi cerebro fuera más allá de lo que estaba viendo. Me pilló por sorpresa cuando la bestia, con aspecto de lince retocado se tiró sobre mí. Grité aterrada por un momento. Caí al suelo, sentía como mis brazos eran arañados, el vestido que llevaba se estaba rompiendo y la sangre empezaba a manchar gran parte. Pensé rápido e hice lo primero que pensé. cerré los ojos y dejé que mi cuerpo de hiciera una sombra pegada al suelo el segundo antes de que el lince cerrará sus poderosas fauces en mi rostro. Como sombra viaje más rápido de lo que podría haberlo hecho con mi cuerpo hasta detrás de mis dos compañeros, apareciendo entre ellos de rodillas en el suelo. Arañada y ensangrentada pero al menos viva. Miré al monstruo ahora con más atención y alerta, no me iba a pillar por sorpresa otra vez, aunque sabía que después de la energía que había invertido en el núcleo solo el milagro de la adrenalina en mis venas me había dejado convertirme en sombra para escapar y no estaba segura de poder hacer mucho más sin terminar acabando yo conmigo misma antes de que lo hiciera el lince. Algo de todo eso era Sharei, lo que no entendía es como había ocurrido y me sentí inútil por ello.
Pero había dado resultado. Durante segundos, puede que incluso minutos lo único que se movía en la sala era la energía del núcleo. empecé a preocuparme por Sharei, él nos había unido y él mismo se había lanzado de lleno a la masa enérgica. Toda lógica decía que debería estar muerto pero si no tuviera un plan no se hubiera lanzado ¿no? quizás fuera algo arriesgado y por eso no salía aún o quizás deberíamos esperar un poco más para ver los resultados. Pero Sharei había sido el genio que había ingeniado todo eso. él era el más consciente de los cuatros de lo que estaba haciendo, lo que fuera que hiciera no lo hacía por que sí. Podía estar casi segura de ello.
Por cruel que suene pocos segundos después me olvidé de Sharei y hasta de los dos chicos que estaban sentados en el suelo detrás de mi. Yo era la más cercana a las pantallas y por eso fui la primera en ver los primeros registros de nuestra investigación. Una expresión de asombró cruzó mi rostro para luego convertirse en emoción. Olvidé el cansancio y aún tambaleante conseguí ponerme en pie y acercarme a los monitores. Apoyé mi peso contra la base para no volver a caerme, me temblaban las piernas aunque ya no estaba segura de si eran por el cansancio por la emoción. Cientos de registros pasaban por las pantallas a gran velocidad, imágenes, gráficos, medidas, imágenes dedicadas solo a buscar el calor y una larga lista de cosas específicas, la altura, la intensidad lumínica, la humedad, la electricidad, la posible existencia de vida, todo. Empecé a usar los controles y buscar datos más específicos. Conseguí ampliar una simulación obtenida a través de la detección de electricidad de lo que estaba pasando sobre nuestras cabezas, en la cima de la torre. Habíamos conseguido traspasar la electrosfera y seguíamos obteniendo datos más allá. Era incluso más de lo que el más optimista de nosotros habría imaginado.
Empecé a teclear comandos hasta que sí con el que buscaba. Un mensaje apareció en una de las pantallas. "Permiso para conectar Extractores" leí y sonreí, la energía de mi magia no era lo único que para lo que hacía falta allí, sin Sharei allí, era la única que conocía todos los detalles. Nunca había visto a los otros dos por la torre e imaginaba que no tendrían mucha familiaridad con ella. Acepté la petición y esperé a ver los resultados.Sabía que eso era otra de los objetivos que buscábamos, iba a suponer una fuente de energía casi inagotable y además de gran eficacia. Siguieron llegando datos y más datos, aquello era increíble. Todo iba bien, perfecto mejor dicho lo ultimo en lo que pensaba es que aún no sabíamos nada de Sharei, todo era demasiado emocionante como para que mi cabeza se dedicara ahora a eso.
Entonces todo se estabilizó. Los valores empezaron a ser constantes en todas las mediciones simultaneas que se estaban llevando acabo. Salieron ventanitas en la pantalla que anunciaban que la Torre estaba completa y de nuevo comunicada a través de sus portales. Finalmente una sola imagen cubrió la pantalla central, se quedó completamente blanca pero me di cuenta de que no era eso, si no que estaba en modo proyección. Debía haber llegado al final del proceso. Me di la vuelta, contraída por la emoción ¿Qué había en el cielo de Umadhún? era lo que estaba a punto de averiguar.
La pared a mi espalda que antes había sido blanca estaba cubierta por la proyección el cielo, cuatro astros, dos soles y dos lunas, cada uno distinto y a su vez cada uno me era familiar - increíble...-murmuré para mi misma con la mirada puesta en la imagen, embobada, admirando y buscando cada pequeño detalle que pudiera haberseme pasado por alto. Pero de forma irremediable mi atención estaba puesta en una de las lunas. Los otros tres astros eran brillantes, podía verse la energía vivir en ellos, en cambio la segunda luna era oscura, del más puro negro, menos llamativa pero más elegante que sus compañeras. Era oscuridad pura, sin contaminación ninguna y como tal era hermosa y elegante, orgullosa y única. Inalcanzable. Rápidamente reconocí los otros astros - Fuego, Oscuridad, Agua y Electricidad - anuncié aunque debía ser evidente - casualidad? - pregunté echándome a reír, hasta que algo que aquello de lo que me había olvidado aterrizó en el suelo. Entre los dos chicos y yo. La sangre salpicó por todas partes manchando a los tres aprendices con sangre de su maestro
-Sharei...- volví a dejar caer mi peso contra los ordenadores. ya no era la proyección lo que atraía toda mi atención. Si no el destrozado cuerpo que se había estampado justo delante de nosotros. No había forma de saber si estaba vivo sin acercarme y aunque no parecía que tuviera muchas posibilidades la escena era demasiado escalofriante como para dejar que avanzara hasta él. Estaba impactada y prácticamente clavada al suelo bajo mis pies. Solté el aire que había contenido. Tras varios minutos el cuerpo parecía empezar a regenerarse bajo una nube de electricidad. Mientras esto ocurría empezaron a aparecer sombras oscuras, arremolinándose entorno a Sharei y su destrozado aspecto. No pude ver nada más de lo que ocurría con él. poco después de entre esas sombras se escuchó un bramido ensordecedor, no tenía ni idea de a que clase de criatura podía pertenecer pero empecé a arrempentirme de haber quedado sola a un lado de aquellas sombras. Estaba agotada para luchar contra lo que fuera que había allí dentro. Y no parecía precisamente amistoso.
Quedó claro que no lo era cuando empezó a eliminar sombras. Seguía clavada donde estaba, demasiado agotada e impresionada como para que mi cerebro fuera más allá de lo que estaba viendo. Me pilló por sorpresa cuando la bestia, con aspecto de lince retocado se tiró sobre mí. Grité aterrada por un momento. Caí al suelo, sentía como mis brazos eran arañados, el vestido que llevaba se estaba rompiendo y la sangre empezaba a manchar gran parte. Pensé rápido e hice lo primero que pensé. cerré los ojos y dejé que mi cuerpo de hiciera una sombra pegada al suelo el segundo antes de que el lince cerrará sus poderosas fauces en mi rostro. Como sombra viaje más rápido de lo que podría haberlo hecho con mi cuerpo hasta detrás de mis dos compañeros, apareciendo entre ellos de rodillas en el suelo. Arañada y ensangrentada pero al menos viva. Miré al monstruo ahora con más atención y alerta, no me iba a pillar por sorpresa otra vez, aunque sabía que después de la energía que había invertido en el núcleo solo el milagro de la adrenalina en mis venas me había dejado convertirme en sombra para escapar y no estaba segura de poder hacer mucho más sin terminar acabando yo conmigo misma antes de que lo hiciera el lince. Algo de todo eso era Sharei, lo que no entendía es como había ocurrido y me sentí inútil por ello.
Rione- Idhunita exiliado
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Puntos : 76
Fecha de inscripción : 08/07/2013
Edad : 28
Re: Sombras Renacidas
No recordaba haber estado tan cansado en toda mi vida. Sentía como si todo mi cuerpo se quejara a la vez provocándome un intenso cansancio. Poco a poco, el estado de inconsciencia en el que me encontraba sumido se fue transformando en un simple sueño del que me esforcé por despertar. Sentía todos los músculos entumecidos y cuando intente levantarme las palmas de las manos me escocieron por culpa de una infinidad de grietas que se me habían abierto. En parte agradecí el dolor ya que me ayudo a despertarme. Con un esfuerzo sobrehumano me tumbe boca arriba y mi cabeza quedo directamente iluminada por lo que antes había creído que era simple luz de las estrellas. Dos soles gemelos se alzaron frente a mis ojos y dos lunas hermanas surgieron a su lado formando un cuadrado perfecto. La primera luna en la que me fije era negra y elegante como la noche misma, la segunda era azul, eléctrica y vivaz. El primero de los soles era naranja, ardiente y poderoso y el segundo era azul, frío y de luz penetrante. Algo en mi cerebro hizo "Clic" y lo comprendí todo abriendo mucho los ojos.
Una luna negra y elegante como la mismísima Rione. La otra eléctrica y vivaz, como Sharei. Un sol ardiente como Naren y otro frío como ¿Yo?
Me quede mirando aquella conjunción astral tan impresionante e imagine el aspecto que debería de tener la torre desde lejos. Una imponente fortaleza que se elevaba mas allá de la densa capa de nubes, iluminada por aquella luz azulada que procedía del agujero que tenia encima.
En un momento note que algo cambiaba. El flujo de energía del láser se volvía descendente y se esparcía en ondas en la base del núcleo. Las ondas se difuminaban suavemente en el aire cargándolo ligeramente de energía. Me relaje y deje que mi magia se alimentara de esa energía y se recuperara.
En un momento dado,abrí los ojos y vi que una manchita negra caía cerca del haz del láser. Conforme a cuanto iba pasando el tiempo la manchita iba creciendo hasta que reconocí un cuerpo humano. Tuve la suerte de reaccionar a tiempo antes de que ese cuerpo casi cayera encima mio. Me aparte a un lado quedando al lado de Naren y me di cuenta de que aquel cuerpo era Sharei. Cuando el cuerpo impacto contra el suelo una gran cantidad de sangre nos mancho a los tres que estábamos presentes. En mi mente se comenzaron a dibujar runas, todas con significados parecidos: Regeneración, curación, cicatrización. Y en mi garganta se congelo un grito de terror al ver como un gran grupo de sombras nocturnas se arremolinaban alrededor de el maltrecho cuerpo del feerico. Solo tuve que parpadear una vez para perderme la transformación que había sufrido el cuerpo de Sharei y solo tuve que parpadear otra vez para ver como aquellas sombras morían bajo los ataques de la bestia en la que se había convertido el feerico. La negra sangre de las sombras nos mancho a los tres antes de que estas desaparecieran en volutas de oscuridad. En un abrir y cerrar de ojos "La bestia" se coloco encima de Rione. Otro grito asomo a mi garganta mas este se sofoco al ver como la chica se convertía en una sombra que se pegaba al suelo y se deslizaba como una serpiente a nuestro lado.
"La bestia" fijo su vista en nosotros, pero yo ya estaba preparado, coloque mis manos delante de mi formando una equis y una afilada cuchilla de hielo salio disparada hacia el. Pero la felicidad se esfumo de mi al ver como mi hechizo se desmorono a mitad de camino y lo único que llego a "la bestia" fue una fina lluvia de hielo picado. Me quede blanco como la cera ¿eso significaba que había consumido todo mi poder mágico? mire a mis compañeros que tenían la misma expresión que yo buscando una respuesta a aquel problema, una respuesta que, al parecer,ninguno teníamos.
Una luna negra y elegante como la mismísima Rione. La otra eléctrica y vivaz, como Sharei. Un sol ardiente como Naren y otro frío como ¿Yo?
Me quede mirando aquella conjunción astral tan impresionante e imagine el aspecto que debería de tener la torre desde lejos. Una imponente fortaleza que se elevaba mas allá de la densa capa de nubes, iluminada por aquella luz azulada que procedía del agujero que tenia encima.
En un momento note que algo cambiaba. El flujo de energía del láser se volvía descendente y se esparcía en ondas en la base del núcleo. Las ondas se difuminaban suavemente en el aire cargándolo ligeramente de energía. Me relaje y deje que mi magia se alimentara de esa energía y se recuperara.
En un momento dado,abrí los ojos y vi que una manchita negra caía cerca del haz del láser. Conforme a cuanto iba pasando el tiempo la manchita iba creciendo hasta que reconocí un cuerpo humano. Tuve la suerte de reaccionar a tiempo antes de que ese cuerpo casi cayera encima mio. Me aparte a un lado quedando al lado de Naren y me di cuenta de que aquel cuerpo era Sharei. Cuando el cuerpo impacto contra el suelo una gran cantidad de sangre nos mancho a los tres que estábamos presentes. En mi mente se comenzaron a dibujar runas, todas con significados parecidos: Regeneración, curación, cicatrización. Y en mi garganta se congelo un grito de terror al ver como un gran grupo de sombras nocturnas se arremolinaban alrededor de el maltrecho cuerpo del feerico. Solo tuve que parpadear una vez para perderme la transformación que había sufrido el cuerpo de Sharei y solo tuve que parpadear otra vez para ver como aquellas sombras morían bajo los ataques de la bestia en la que se había convertido el feerico. La negra sangre de las sombras nos mancho a los tres antes de que estas desaparecieran en volutas de oscuridad. En un abrir y cerrar de ojos "La bestia" se coloco encima de Rione. Otro grito asomo a mi garganta mas este se sofoco al ver como la chica se convertía en una sombra que se pegaba al suelo y se deslizaba como una serpiente a nuestro lado.
"La bestia" fijo su vista en nosotros, pero yo ya estaba preparado, coloque mis manos delante de mi formando una equis y una afilada cuchilla de hielo salio disparada hacia el. Pero la felicidad se esfumo de mi al ver como mi hechizo se desmorono a mitad de camino y lo único que llego a "la bestia" fue una fina lluvia de hielo picado. Me quede blanco como la cera ¿eso significaba que había consumido todo mi poder mágico? mire a mis compañeros que tenían la misma expresión que yo buscando una respuesta a aquel problema, una respuesta que, al parecer,ninguno teníamos.
Invitado- Invitado
Re: Sombras Renacidas
Nunca antes había tratado de lanzar semejante poder. Probablemente sólo habíamos sobrevivido por haber sido cuatro personas a un mismo tiempo. Pero no tenía suficiente claridad para pensar, en nada. En un estado que rozaba la inconsciencia de todas maneras, seguí a la humana hasta unos paneles con información que cambiaba constantemente. Permanecí viendo los simbolos, sin comprender. Cuando todo se hubo estabilizado ella desvió la vista hasta el cielo. Es... una conjunción astral. Mi memoria me llevó por instantes los momentos en los que volaba con las nuevas alas y me encontré con la conjunción que avisaba nuestra batalla.
Lo que me sacó de esa sensación de nostalgia al contemplar los soles y las lunas fue el ruido sordo de algo al caer. ¿Sharei? repetí sus palabras, comenzando a desenredar el origen de este lugar, que no podía razonar en mi posición. Sorpresa tras sorpresa su cuerpo se rodeó de una gran nube de energía, y posteriormente de un grupo de encapuchados que lo miraban solemnemente.
Mientras esperábamos expectantes a que hubiera un resultado y ocurriera algo con Sharei, en un abrir y cerrar de ojo se hubo repuesto, como una enorme bestia de rasgos felinos que en menos tiempo masacró a los encapuchados sin que se pudieran defender. Cuando hubo terminado saltó hacia nosotros para lanzar un golpe a nuestra compañera humana.
Debo reconocer que, con la poca energía que podía albergar despues de eso, mi razonamiento estaba mucho más mermado de lo que podía imaginar. Por eso ver a la chica humana recibir ese golpe y convertirse en una sombra que escapó de mi rango de visión... aquella pequeña similitud hizo que no me preocupara caer en el mismo estado.
Me lancé con rabia hacia la bestia, llevado por lo que no podía entender... el mago acuático trató de lanzar un ataque que se disolvió en el aire. Yo, sin embargo, gracias a esa ira pude hacer un hechizo entero. Casi instintivamente hice un ataque de corto desarrollo.
La llamarada trató de alcanzar a la bestia, mientras no paraba de correr. Salí de mi fuego con los bordes de la túnica chamuscados, pero en ese momento carecía de importancia: lo único que podía hacer era ir hacia el felino. Llevado todavía por la rabia surgida de la confusión, y esta de... la falta de energías, traté por primera vez de propinar un golpe con mi puño en el hocico de la poderosa bestia.
En el fondo sabía que no tenía nada que hacer contra la bestia, pero ya he mencionado que la lógica del pensamiento era algo que recuperaría pronto.
Lo que me sacó de esa sensación de nostalgia al contemplar los soles y las lunas fue el ruido sordo de algo al caer. ¿Sharei? repetí sus palabras, comenzando a desenredar el origen de este lugar, que no podía razonar en mi posición. Sorpresa tras sorpresa su cuerpo se rodeó de una gran nube de energía, y posteriormente de un grupo de encapuchados que lo miraban solemnemente.
Mientras esperábamos expectantes a que hubiera un resultado y ocurriera algo con Sharei, en un abrir y cerrar de ojo se hubo repuesto, como una enorme bestia de rasgos felinos que en menos tiempo masacró a los encapuchados sin que se pudieran defender. Cuando hubo terminado saltó hacia nosotros para lanzar un golpe a nuestra compañera humana.
Debo reconocer que, con la poca energía que podía albergar despues de eso, mi razonamiento estaba mucho más mermado de lo que podía imaginar. Por eso ver a la chica humana recibir ese golpe y convertirse en una sombra que escapó de mi rango de visión... aquella pequeña similitud hizo que no me preocupara caer en el mismo estado.
Me lancé con rabia hacia la bestia, llevado por lo que no podía entender... el mago acuático trató de lanzar un ataque que se disolvió en el aire. Yo, sin embargo, gracias a esa ira pude hacer un hechizo entero. Casi instintivamente hice un ataque de corto desarrollo.
La llamarada trató de alcanzar a la bestia, mientras no paraba de correr. Salí de mi fuego con los bordes de la túnica chamuscados, pero en ese momento carecía de importancia: lo único que podía hacer era ir hacia el felino. Llevado todavía por la rabia surgida de la confusión, y esta de... la falta de energías, traté por primera vez de propinar un golpe con mi puño en el hocico de la poderosa bestia.
En el fondo sabía que no tenía nada que hacer contra la bestia, pero ya he mencionado que la lógica del pensamiento era algo que recuperaría pronto.
naren-far- Nigromante
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Fecha de inscripción : 19/10/2012
Localización : Mi casa.
Datos
Su personaje es: mestizo, mago de 1º lvl
Trabaja de: Sacerdote
Pertenece a: Es neutral
Re: Sombras Renacidas
La hembra se convirtió en sombra y escapo de su arrollo como si de humo se tratase. Ya estaba marcada y su sangre impregnaba una de la zarpas delanteras de la bestia. La Dama Oscura... su nombre estaba escrito en la propia sangre, apareció donde se encontraban los dos magos macho y pareció escudarse en ellos.
El gélido preparó un ataque del que solo surgieron esquirlas y su mirada de satisfacción aparente se torno en lo que realmente sentía, miedo y desesperación ante un enemigo demasiado fuerte y estando demasiado cansado para enfrentarse a él. Demonio Gélido rezaban sus esquirlas en el suelo.
Un grito de guerra, invadió el silencio reinante y una llamarada que no tenia la suficiente fuerza se formó. De entre ella salió el muchacho ígneo y con pura rabia se lanzó contra la bestia. Hubiera sido fácil apartarse, hubiera sido mucho más fácil derribarle con su peso, hubiera sido infinitamente más fácil pegar un bramido y detenerle. Por eso mismo no se movió.
Un risa gutural escapo de la garganta del monstruo al recibir el puñetazo en el hocico. Mejor dicho, donde debería haber estado el hocico. Delante de él se revolvía de dolor el mago de fuego, con la mano destrozada por el golpe propinado. Demonio Ígneo susurraban sus tendones rotos.
-Estúpidos... -dijo no sin cierta dificultad el animal mutado. -Estoy aprendiendo de vosotros... cada cosa que hacéis.. queda registrada en mi memoria... -continuó con más seguridad, pero aun pausando la frase. -Sois una presa muy escurridiza... A lo mejor os dejo...
Y de golpe el lince cayó. Su mente no podia soportar la cantidad de información que estaba recibiendo. No estaba preparado, no estaba acostumbrado. Su mente había evolucionado demasiado deprisa, como un bebé recién nacido en el cuerpo de un adulto. Inconscientemente, el ordenador había estado transmitiendo datos y más datos a una menta que ya no era la de Sharei. Los patrones había cambiado y la casa derrumbado, por lo menos por ahora...
Un relámpago de incertidumbre sacudió a los tres aprendices al contemplar el cuerpo de la bestia y comprendieron lo cerca que habían estado de morir. Poco a poco se dieron cuenta de que estaban completamente empapados de sangre, una sangre que no era del todo suya, sino de la persona que había caído desde las alturas, ahora desaparecido dentro del lince. Esta ya se estaba secando, pero en un instante se volvió líquida de nuevo. Su color se ensombreció y rápidamente, y como una serpiente que busca otra, empezaron a juntarse todas las gotas en un mismo punto del aire, justo entre los tres. Aquello era magia de sangre... o quizás no?
La sangre parecía hervir y con el rato formó una esfera burbujeante. Ahora era de color negro, más negro incluso que el alquitrán. Un destello azul sacudió a la esfera desde su mismo centro, inundandola de ese color y rápidamente se separo en tres, cada una delante de uno de ellos. Las burbujas dejaron de alterar la superficie de las tres esferas y adquirieron la forma de una perla. Una perla azul oscuro, como la más insondable profundidad del espacio. En ese preciso instante, las perlas parecieron cargan energia y desaparecieron de la vista. Pero no del lugar, pues se habían incrustado en el pecho de los jóvenes, perdiendo toda su solidez y penetrando en la misma sangre. El lugar por el que habían entrado, ahora era una mancha... un recuerdo para los años venideros. Un dolor insondable las sacudió a los tres de arriba abajo, empezando precisamente por el lugar en el que había entrado la sangre. Era tan grande, que no pudieron evitar derramar lagrimas, negras como la noche. Aquellos les estaba cambiando y entremedio del dolor, vieron algo más... un poder que nunca hubieran imaginado.
Vivir
Esa ultima palabra tenia otro matiz, otro tono, otra voz. Provenía del lince, que ya empezaba a perder su extraña armadura, pero no la había pronunciado él. Era como si el propio aire hablara, tal era el poder del Eco. No hubo luces, ni siquiera un pequeño destello; donde antes estaba el normalizado lince, ahora se alzaba un joven con el rostro en las sombras de su pelo. Iba completamente desnudo y su largo cabello caía en cascada por su espalda y hombros hasta alcanzar la zona lumbar con sus puntas. Era bello (eso ninguno lo negaría) una belleza no humana y lo identificaba como feérico. Con un movimiento de cabeza, los faros que eran sus ojos surgieron de entre la mata de pelo, brillando con luz sobrenatural de color verde. Eso era lo único que les permitió saber a sus aprendices que realmente se alzaban ante Sharei. Un Sharei nuevo y deslumbrante, y lo más importante... vivo. Y entonces, se produjo en clic en su cerebro.
Por fin volvía ser yo
Off: Naren estas loco! Que coño haces golpeando el casco con la mano desnuda? Lleva una armadura completa!
Recordad, mucho dolor hasta que diga yo que ha cesado, rolead con eso en mente XD
El gélido preparó un ataque del que solo surgieron esquirlas y su mirada de satisfacción aparente se torno en lo que realmente sentía, miedo y desesperación ante un enemigo demasiado fuerte y estando demasiado cansado para enfrentarse a él. Demonio Gélido rezaban sus esquirlas en el suelo.
Un grito de guerra, invadió el silencio reinante y una llamarada que no tenia la suficiente fuerza se formó. De entre ella salió el muchacho ígneo y con pura rabia se lanzó contra la bestia. Hubiera sido fácil apartarse, hubiera sido mucho más fácil derribarle con su peso, hubiera sido infinitamente más fácil pegar un bramido y detenerle. Por eso mismo no se movió.
Un risa gutural escapo de la garganta del monstruo al recibir el puñetazo en el hocico. Mejor dicho, donde debería haber estado el hocico. Delante de él se revolvía de dolor el mago de fuego, con la mano destrozada por el golpe propinado. Demonio Ígneo susurraban sus tendones rotos.
-Estúpidos... -dijo no sin cierta dificultad el animal mutado. -Estoy aprendiendo de vosotros... cada cosa que hacéis.. queda registrada en mi memoria... -continuó con más seguridad, pero aun pausando la frase. -Sois una presa muy escurridiza... A lo mejor os dejo...
Y de golpe el lince cayó. Su mente no podia soportar la cantidad de información que estaba recibiendo. No estaba preparado, no estaba acostumbrado. Su mente había evolucionado demasiado deprisa, como un bebé recién nacido en el cuerpo de un adulto. Inconscientemente, el ordenador había estado transmitiendo datos y más datos a una menta que ya no era la de Sharei. Los patrones había cambiado y la casa derrumbado, por lo menos por ahora...
Un relámpago de incertidumbre sacudió a los tres aprendices al contemplar el cuerpo de la bestia y comprendieron lo cerca que habían estado de morir. Poco a poco se dieron cuenta de que estaban completamente empapados de sangre, una sangre que no era del todo suya, sino de la persona que había caído desde las alturas, ahora desaparecido dentro del lince. Esta ya se estaba secando, pero en un instante se volvió líquida de nuevo. Su color se ensombreció y rápidamente, y como una serpiente que busca otra, empezaron a juntarse todas las gotas en un mismo punto del aire, justo entre los tres. Aquello era magia de sangre... o quizás no?
La sangre parecía hervir y con el rato formó una esfera burbujeante. Ahora era de color negro, más negro incluso que el alquitrán. Un destello azul sacudió a la esfera desde su mismo centro, inundandola de ese color y rápidamente se separo en tres, cada una delante de uno de ellos. Las burbujas dejaron de alterar la superficie de las tres esferas y adquirieron la forma de una perla. Una perla azul oscuro, como la más insondable profundidad del espacio. En ese preciso instante, las perlas parecieron cargan energia y desaparecieron de la vista. Pero no del lugar, pues se habían incrustado en el pecho de los jóvenes, perdiendo toda su solidez y penetrando en la misma sangre. El lugar por el que habían entrado, ahora era una mancha... un recuerdo para los años venideros. Un dolor insondable las sacudió a los tres de arriba abajo, empezando precisamente por el lugar en el que había entrado la sangre. Era tan grande, que no pudieron evitar derramar lagrimas, negras como la noche. Aquellos les estaba cambiando y entremedio del dolor, vieron algo más... un poder que nunca hubieran imaginado.
Vivir
Esa ultima palabra tenia otro matiz, otro tono, otra voz. Provenía del lince, que ya empezaba a perder su extraña armadura, pero no la había pronunciado él. Era como si el propio aire hablara, tal era el poder del Eco. No hubo luces, ni siquiera un pequeño destello; donde antes estaba el normalizado lince, ahora se alzaba un joven con el rostro en las sombras de su pelo. Iba completamente desnudo y su largo cabello caía en cascada por su espalda y hombros hasta alcanzar la zona lumbar con sus puntas. Era bello (eso ninguno lo negaría) una belleza no humana y lo identificaba como feérico. Con un movimiento de cabeza, los faros que eran sus ojos surgieron de entre la mata de pelo, brillando con luz sobrenatural de color verde. Eso era lo único que les permitió saber a sus aprendices que realmente se alzaban ante Sharei. Un Sharei nuevo y deslumbrante, y lo más importante... vivo. Y entonces, se produjo en clic en su cerebro.
Por fin volvía ser yo
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Recordad, mucho dolor hasta que diga yo que ha cesado, rolead con eso en mente XD
Sharei- Nigromante
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Fecha de inscripción : 14/06/2012
Edad : 28
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Datos
Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
Trabaja de: Herrero en Hoja de la Tormenta, Nominador de Eco
Pertenece a: Renegados, Sombras Nocturnas, Arcanistas
Re: Sombras Renacidas
Ojos transcritos en la nada observaron el paso del tiempo, día y noche había dejado de tener lugar en su realidad; a través de su pequeño símbolo podía notar las perturbaciones más allá de su mundo, de los muros que ahora le custodiaban... casi olió la sangre y escuchó la tormenta.
Se agitó en su trono con la certeza de pocos sabios, aquellos muros no lo podrían retener por mucho más tiempo. Ahora lo sabía, supo qué pronunciar a través del símbolo aún consciente de que interiormente, las redes de su mente se entremezclaban formando algo mucho más complejo de lo comprensible - Es el momento... - Que palabras tan sencillas, toda una gama de sonidos componiendo aquello que parecía ser un simple anuncio.
Y ahora que se había presentado, ahora que había hecho aquello que se esperaba de él y no lo que realmente deseaba, se permitió transcribir sus emociones en una fúnebre sonrisa; la sonrisa de un preso, la misma enmarcada por el antiguo dueño de aquel trono. Pero ¿qué sabría realmente de eso? preguntas y más preguntas se van apelotonando, palabras de sangre sumidas en la nada salían a la luz en momento tan inconveniente.
Más redes, nuevos hilos componían sus pensamientos, demasiados para ser comprendidos... pero no lo necesitaba. La consciencia era un lujo que no se podía permitir en aquellos tiempos, cierto... era el sentimiento de supervivencia lo único que podía quedar de él. - El momento de hacer algo... libre de dioses... -
Se agitó en su trono con la certeza de pocos sabios, aquellos muros no lo podrían retener por mucho más tiempo. Ahora lo sabía, supo qué pronunciar a través del símbolo aún consciente de que interiormente, las redes de su mente se entremezclaban formando algo mucho más complejo de lo comprensible - Es el momento... - Que palabras tan sencillas, toda una gama de sonidos componiendo aquello que parecía ser un simple anuncio.
Y ahora que se había presentado, ahora que había hecho aquello que se esperaba de él y no lo que realmente deseaba, se permitió transcribir sus emociones en una fúnebre sonrisa; la sonrisa de un preso, la misma enmarcada por el antiguo dueño de aquel trono. Pero ¿qué sabría realmente de eso? preguntas y más preguntas se van apelotonando, palabras de sangre sumidas en la nada salían a la luz en momento tan inconveniente.
Más redes, nuevos hilos componían sus pensamientos, demasiados para ser comprendidos... pero no lo necesitaba. La consciencia era un lujo que no se podía permitir en aquellos tiempos, cierto... era el sentimiento de supervivencia lo único que podía quedar de él. - El momento de hacer algo... libre de dioses... -
Kvothe- Caballero
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Localización : Entre cuentos y leyendas...
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Su personaje es: una vieja leyenda...
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Pertenece a: donde marche el viento
Re: Sombras Renacidas
Para cuando recuperé mi forma corpórea y aparecí detrás de mis dos compañeros la bestia ya se había girado hacía nosotros. Estaba llena de sangre, no me hizo falta pensar mucho para estar segura de que si algo de esa sangre no era mía eran restos de la que quedaba de Sharei, la misma que nos manchaba a nosotros. Aunque eso era solo una suposición, la mayor parte era completamente nueva, igual que la que cubría mis heridas. Vi más de la que me gustaría. No me atreví a mirarme a mi misma.
El lince o lo que aquello fuera esta vez no se lanzó repentinamente si no que se detuvo, observandonos. No parecía completamente un animal. Parecía inteligente, como si calculara cada uno de los movimientos que iba a hacer hasta despedazarnos y al mismo tiempo la capacidad que tendríamos para oponerle resistencias. Miré a mis compañeros, primero al mago del gua y luego al del fuego. Los dos parecían tan agotados como yo. Un dato bastante preocupante. Giré la cabeza buscando a nuestro alrededor cualquier cosa que nos ayudará a sobrevivir. "Piensa, piensa..." Era una de las científicas de aquella torre, pensar era lo mío, pero tenía que ser rápido. Vi los ascensores justo detrás nuestra. Como una sombre quizás si pudiera alcanzarlos antes de que el lince se me volviera a tirar encima, pero teniendo en cuenta la velocidad con la que lo había hecho antes, no estaba segura de que mis compañeros pudieran lograr lo mismo.
Mientras pensaba todo eso, el mago del agua lanzó el primer ataque directo contra el animal, por un momento fue de lo mas esperanzador, un hechizo de hielo que iba directo hacia él y que... se deshizo antes de tan siquiera tocarlo. Palidecí en el acto, ya no era un suposición, estaban tan cansados como yo. Mala señal. Posiblemente ya pudieran estar buscando un lugar para enterrarnos si no salíamos de allí pronto, por que estaba claro que no estábamos en condiciones de hacerle frente ninguno. Si pudiéramos entretenerlo el tiempo suficiente para llegar a los ascensores... Aquella sala estaba reservada y protegida, se necesitaba una acreditación y cierto rango para entrar. Si atrancábamos los ascensores no habría forma de que saliera hasta que supiéramos que hacer. Pero todo aquello solo era posible si primero salíamos vivos de allí.
Entonces fue el mago del fuego el que intentó atacar, por un momento pareció lo suficientemente prudente para atacar de lejos pero entonces nos sorprendió a todos lanzandose sobre la bestia como si quisiera darle un puñetazo con sus propias manos "¿está loco?" fue todo lo que pensé antes de intentar colocar un escudo de oscuridad entre ellos. Pero cuando extendí la mano y pensé en el hechizo... no pasó nada. Me miré la manos completamente pálida, pequeñas chispas negras borboteaban en ella, pero nada más. Hasta ahí podía llegar, no tenía energía suficiente para usar mi poder.
-Tenemos que llegar a los ascensores - le dije a mi compañero mientras el otro chocaba de bruces contra la bestia - si salimos de aquí podemos dejarlo encerrado hasta estar ...
Dejé de hablar para quedarme boquiabierta mientras aquella bestia nos hablaba como lo haría cualquier persona, era inteligente ahora sin dudas, y yo acababa de soltar a los cuatro vientos nuestra mejor oportunidad para escapar. Me puse en pie aduras penas, por suerte gracias a la tensión del momento apenas sentía las heridas, pero al echarles un vistazo esperé que fueran peores de lo que un principio parecían. Había aguantado todo el peso del lince cuando se había lanzado sobre mi, y además me había estrellado contras el suelo, con una velocidad y una fuerza suficiente para hacer daño. Además de sus zarpas que se habían clavado en mi piel, ya podía limárselas un poquito, estaban bastante afiladas.
Pero antes de que pudiera terminar de hablar el lince calló al suelo, fue demasiado repentino y sorprendente como para reaccionar sobretodo cuando momentos después vi como la sangre seca pegada a mis dos compañeros se desprendía uniéndose en una esfera frente a nosotros. Un poco después descubrí que a mi me ocurría lo mismo, lo que no estaba segura es que si solo la sangre de Sharei se despegaba de mi, aunque era lo más probable por que a diferencia de ellos yo seguía teniendo manchas rojas por todas partes. Cuando se juntó todo pareció empezar a bullir volviéndose negra completamente para luego dividirse en tres. Cada una de las esferas pareció ir dirigida hacia cada aprendiz. Estaba casi segura de que aquello era algún tipo de magia de sangre, algo que nunca había visto pero ahora la sangre no parecía serlo.
Todas esas ideas daban vueltas por mi cabeza, pensando en probabilidades y distintas causas y efectos que aquello podría tener cuando la esfera que analizaba justo delante de mi despareció. Acto seguido un estallido de dolor recorrió todo mi cuerpo. Un grito escapó por mi garganta, tanto por el dolor como por la repentina sorpresa. Bajé la vista y justo encima de donde debía situarse el centro del cuerpo, justo donde acababan las costillas notaba un punto arder más que el resto. La energía de la esfera parecía recorre todo mi cuerpo a través de venas y arterias, abrasándolo todo y dejando únicamente un dolor insoportable. Cerré los ojos con fuerza y cuando los volví a abrir la escena se veía manchada de negro. Por un momento pensé que era mi cabeza, que algo andaba mal en ella pero luego noté las lagrimas cayendo por mis mejillas. Cuando me llevé una mano para apartarlas pude ver como esta aparecía manchada de negro.
Volví a caer de rodillas, no podía pensar en otra cosa que no fuera el dolor que me invadía, era peor de cualquier otro que hubiera soportado con anterioridad. Cerré los ojos volviendo a gritar. Nunca había sobrellevado bien el dolor, no estaba acostumbrada a él. Abrí los ojos, apenas unas rendijas, respiraba con dificultad y seguía pareciendo como si me estuvieran quemando viva desde dentro. Estaba segura de que empezaba a alucinar cuando en vez de un lince mutado, vi en el lugar donde debía a estar a otro joven, como nosotros tres, de largos cabellos negros y ojos de un verde brillante, como los de Sharei. No tenía sentido pero mi cerebro tampoco trató de buscarselo. El dolor era demasiado insoportable como para distraerse en ello, estaba segura de que aquello me mataría de un momento a otro y en lo más profundo de mis pensamiento lo deseé. Quería que aquello terminara, de cualquier manera. Matarme sería mas misericordioso que dejarme aguantar aquello mucho más tiempo. No sabía mucho más de lo que pasaba a mi alrededor, si mis compañeros estaban igual o si Sharei podría detener aquello.
El lince o lo que aquello fuera esta vez no se lanzó repentinamente si no que se detuvo, observandonos. No parecía completamente un animal. Parecía inteligente, como si calculara cada uno de los movimientos que iba a hacer hasta despedazarnos y al mismo tiempo la capacidad que tendríamos para oponerle resistencias. Miré a mis compañeros, primero al mago del gua y luego al del fuego. Los dos parecían tan agotados como yo. Un dato bastante preocupante. Giré la cabeza buscando a nuestro alrededor cualquier cosa que nos ayudará a sobrevivir. "Piensa, piensa..." Era una de las científicas de aquella torre, pensar era lo mío, pero tenía que ser rápido. Vi los ascensores justo detrás nuestra. Como una sombre quizás si pudiera alcanzarlos antes de que el lince se me volviera a tirar encima, pero teniendo en cuenta la velocidad con la que lo había hecho antes, no estaba segura de que mis compañeros pudieran lograr lo mismo.
Mientras pensaba todo eso, el mago del agua lanzó el primer ataque directo contra el animal, por un momento fue de lo mas esperanzador, un hechizo de hielo que iba directo hacia él y que... se deshizo antes de tan siquiera tocarlo. Palidecí en el acto, ya no era un suposición, estaban tan cansados como yo. Mala señal. Posiblemente ya pudieran estar buscando un lugar para enterrarnos si no salíamos de allí pronto, por que estaba claro que no estábamos en condiciones de hacerle frente ninguno. Si pudiéramos entretenerlo el tiempo suficiente para llegar a los ascensores... Aquella sala estaba reservada y protegida, se necesitaba una acreditación y cierto rango para entrar. Si atrancábamos los ascensores no habría forma de que saliera hasta que supiéramos que hacer. Pero todo aquello solo era posible si primero salíamos vivos de allí.
Entonces fue el mago del fuego el que intentó atacar, por un momento pareció lo suficientemente prudente para atacar de lejos pero entonces nos sorprendió a todos lanzandose sobre la bestia como si quisiera darle un puñetazo con sus propias manos "¿está loco?" fue todo lo que pensé antes de intentar colocar un escudo de oscuridad entre ellos. Pero cuando extendí la mano y pensé en el hechizo... no pasó nada. Me miré la manos completamente pálida, pequeñas chispas negras borboteaban en ella, pero nada más. Hasta ahí podía llegar, no tenía energía suficiente para usar mi poder.
-Tenemos que llegar a los ascensores - le dije a mi compañero mientras el otro chocaba de bruces contra la bestia - si salimos de aquí podemos dejarlo encerrado hasta estar ...
Dejé de hablar para quedarme boquiabierta mientras aquella bestia nos hablaba como lo haría cualquier persona, era inteligente ahora sin dudas, y yo acababa de soltar a los cuatro vientos nuestra mejor oportunidad para escapar. Me puse en pie aduras penas, por suerte gracias a la tensión del momento apenas sentía las heridas, pero al echarles un vistazo esperé que fueran peores de lo que un principio parecían. Había aguantado todo el peso del lince cuando se había lanzado sobre mi, y además me había estrellado contras el suelo, con una velocidad y una fuerza suficiente para hacer daño. Además de sus zarpas que se habían clavado en mi piel, ya podía limárselas un poquito, estaban bastante afiladas.
Pero antes de que pudiera terminar de hablar el lince calló al suelo, fue demasiado repentino y sorprendente como para reaccionar sobretodo cuando momentos después vi como la sangre seca pegada a mis dos compañeros se desprendía uniéndose en una esfera frente a nosotros. Un poco después descubrí que a mi me ocurría lo mismo, lo que no estaba segura es que si solo la sangre de Sharei se despegaba de mi, aunque era lo más probable por que a diferencia de ellos yo seguía teniendo manchas rojas por todas partes. Cuando se juntó todo pareció empezar a bullir volviéndose negra completamente para luego dividirse en tres. Cada una de las esferas pareció ir dirigida hacia cada aprendiz. Estaba casi segura de que aquello era algún tipo de magia de sangre, algo que nunca había visto pero ahora la sangre no parecía serlo.
Todas esas ideas daban vueltas por mi cabeza, pensando en probabilidades y distintas causas y efectos que aquello podría tener cuando la esfera que analizaba justo delante de mi despareció. Acto seguido un estallido de dolor recorrió todo mi cuerpo. Un grito escapó por mi garganta, tanto por el dolor como por la repentina sorpresa. Bajé la vista y justo encima de donde debía situarse el centro del cuerpo, justo donde acababan las costillas notaba un punto arder más que el resto. La energía de la esfera parecía recorre todo mi cuerpo a través de venas y arterias, abrasándolo todo y dejando únicamente un dolor insoportable. Cerré los ojos con fuerza y cuando los volví a abrir la escena se veía manchada de negro. Por un momento pensé que era mi cabeza, que algo andaba mal en ella pero luego noté las lagrimas cayendo por mis mejillas. Cuando me llevé una mano para apartarlas pude ver como esta aparecía manchada de negro.
Volví a caer de rodillas, no podía pensar en otra cosa que no fuera el dolor que me invadía, era peor de cualquier otro que hubiera soportado con anterioridad. Cerré los ojos volviendo a gritar. Nunca había sobrellevado bien el dolor, no estaba acostumbrada a él. Abrí los ojos, apenas unas rendijas, respiraba con dificultad y seguía pareciendo como si me estuvieran quemando viva desde dentro. Estaba segura de que empezaba a alucinar cuando en vez de un lince mutado, vi en el lugar donde debía a estar a otro joven, como nosotros tres, de largos cabellos negros y ojos de un verde brillante, como los de Sharei. No tenía sentido pero mi cerebro tampoco trató de buscarselo. El dolor era demasiado insoportable como para distraerse en ello, estaba segura de que aquello me mataría de un momento a otro y en lo más profundo de mis pensamiento lo deseé. Quería que aquello terminara, de cualquier manera. Matarme sería mas misericordioso que dejarme aguantar aquello mucho más tiempo. No sabía mucho más de lo que pasaba a mi alrededor, si mis compañeros estaban igual o si Sharei podría detener aquello.
Rione- Idhunita exiliado
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Edad : 28
Re: Sombras Renacidas
El lince se planto delante de nosotros, latente como el corazón de un volcán a punto de explotar. Sus ojos negros nos observaban como si estuvieran analizando cada pequeño movimiento que hiciéramos, cada subida y bajada de nuestro pecho al respirar...
En el momento mas tenso, Naren consiguió lanzar un conjuro completo, una bola de fuego que pareció lamer el pelo de aquella bestia. Lo mas desconcertante fue que sin avisar, Naren se lanzo contra el lince propinándole un puñetazo en el hocico. Un suave crujido nos aviso de que seguramente se habría roto algún hueso de la mano. Rione se me acerco y me contó su plan de huida, mi cerebro proceso toda la información a la velocidad de un rayo, pero su voz sonó tan fuerte que de seguro El lince lo habría oído. Todavía estaba pálido al ver como mi hechizo se deshacía en el aire, pero me debí poner como la cera al escuchar a esa bestia hablar. Era un ser inteligente de eso no cabía duda. Pero de repente la voz del lince se rompió y este de desmayo. Con un esfuerzo sobrehumano me levante apoyándome en el hombro de Rione. No tuve mas que parpadear para ver como la sangre de nuestras túnicas volvía a humedecerse y se concentraba toda en una esfera negra que comenzó a borbotear y se dividió entres perlas negras de considerable tamaño. Una a una las perlas se fueron acercando a cada uno de nosotros. En cuanto aquella perla se coloco delante mía pude sentir su enorme poder mágico. Intente retroceder pero la perla fue mas rápida que yo y se coloco sobre mi pecho. Note una súbita descarga de dolor mientras la sangre negra de la cual estaba formada la esfera se filtraba por mi piel y se colaba dentro de mi ser.
No me gustaba el dolor que producía una quemadura, era un dolor que parecía acabar con tu piel a medida que avanzaba la quemadura. Eso era lo que sentía en ese momento, era como si el interior de mi cuerpo ardiera, como si tuviera fuego en las venas en vez de sangre. Caí al suelo de rodillas abrazándome el torso haciendo todo lo posible por frenar ese dolor. Grite. De mi boca salieron infinidad de conjuros y cánticos sanadores, ninguno de ellos funciono. Note como algo húmedo se deslizaba por mi cara, creí que eran lagrimas mas cuando una de ellas entro en mi boca me obligue a esculpirla, sabia amargo como el metal. Con la manga de la túnica me quite aquellas lagrimas contaminadas y pude ver que eran de un color mas negro que la noche. Lo ultimo que vi antes de que mi visión se volviera negra fue como un bello joven de pelo negro y ojos verdes estaba plantado delante de nosotros.
En el momento mas tenso, Naren consiguió lanzar un conjuro completo, una bola de fuego que pareció lamer el pelo de aquella bestia. Lo mas desconcertante fue que sin avisar, Naren se lanzo contra el lince propinándole un puñetazo en el hocico. Un suave crujido nos aviso de que seguramente se habría roto algún hueso de la mano. Rione se me acerco y me contó su plan de huida, mi cerebro proceso toda la información a la velocidad de un rayo, pero su voz sonó tan fuerte que de seguro El lince lo habría oído. Todavía estaba pálido al ver como mi hechizo se deshacía en el aire, pero me debí poner como la cera al escuchar a esa bestia hablar. Era un ser inteligente de eso no cabía duda. Pero de repente la voz del lince se rompió y este de desmayo. Con un esfuerzo sobrehumano me levante apoyándome en el hombro de Rione. No tuve mas que parpadear para ver como la sangre de nuestras túnicas volvía a humedecerse y se concentraba toda en una esfera negra que comenzó a borbotear y se dividió entres perlas negras de considerable tamaño. Una a una las perlas se fueron acercando a cada uno de nosotros. En cuanto aquella perla se coloco delante mía pude sentir su enorme poder mágico. Intente retroceder pero la perla fue mas rápida que yo y se coloco sobre mi pecho. Note una súbita descarga de dolor mientras la sangre negra de la cual estaba formada la esfera se filtraba por mi piel y se colaba dentro de mi ser.
No me gustaba el dolor que producía una quemadura, era un dolor que parecía acabar con tu piel a medida que avanzaba la quemadura. Eso era lo que sentía en ese momento, era como si el interior de mi cuerpo ardiera, como si tuviera fuego en las venas en vez de sangre. Caí al suelo de rodillas abrazándome el torso haciendo todo lo posible por frenar ese dolor. Grite. De mi boca salieron infinidad de conjuros y cánticos sanadores, ninguno de ellos funciono. Note como algo húmedo se deslizaba por mi cara, creí que eran lagrimas mas cuando una de ellas entro en mi boca me obligue a esculpirla, sabia amargo como el metal. Con la manga de la túnica me quite aquellas lagrimas contaminadas y pude ver que eran de un color mas negro que la noche. Lo ultimo que vi antes de que mi visión se volviera negra fue como un bello joven de pelo negro y ojos verdes estaba plantado delante de nosotros.
Invitado- Invitado
Re: Sombras Renacidas
El dolor seguía siendo horrible. Pasaba de un motivo a otro, y Sharei parecía darnos un motivo tras otro para experimentar agonías de todo tipo. Por ese arranque de furia que sufrí, escuché claramente un crujido en mi mano. En mis primeros tiempos de aprendiz, con mi primer maestro yan... llegué a acostumbrarme a las quemaduras. Pero nunca antes había tenido una fractura así. No recordaba haberme alejado de la bestia, pero vi a poca distancia cómo esta nos hablaba. Por supuesto, mi memoria para contar estos momentos es verdaderamente escasa. Pero vi cómo sin motivo aparente se desmoronaba y caía al suelo.
Aparté la mirada hasta la sangre que manchaba la ropa de los tres. Aparte del dolor, cada cosa que ocurría me fascinaba en su misma medida. La sangre se fue sin dejar rastro del lugar, siendo una esfera que se dividió en tres. Una de las esferas se lanzó hacia mi, mas no hice movimiento alguno para rechazarla. Parte más cobarde de mi insistía en que estaba en una pesadilla recurrente, que esto pasará y volveré a ver tres soles y tres lunas.
Como ya he dicho, había estado acostumbrado a convivir con quemaduras sin tratar debidamente. Por algo me preocupaba más el estado de mi brazo que la Zona de efecto de la sangre... sangra mágica. Levanté la cabeza y abrí los ojos. Sharei...
Aparté la mirada hasta la sangre que manchaba la ropa de los tres. Aparte del dolor, cada cosa que ocurría me fascinaba en su misma medida. La sangre se fue sin dejar rastro del lugar, siendo una esfera que se dividió en tres. Una de las esferas se lanzó hacia mi, mas no hice movimiento alguno para rechazarla. Parte más cobarde de mi insistía en que estaba en una pesadilla recurrente, que esto pasará y volveré a ver tres soles y tres lunas.
Como ya he dicho, había estado acostumbrado a convivir con quemaduras sin tratar debidamente. Por algo me preocupaba más el estado de mi brazo que la Zona de efecto de la sangre... sangra mágica. Levanté la cabeza y abrí los ojos. Sharei...
naren-far- Nigromante
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Re: Sombras Renacidas
Dos, tres, cinco pasos sirven para acallar los delirios de Kvothe. Pese a que varios mundos nos separan, su mente destrozada se muestra clara contra la mía. Los retazos de la conciencia y la cordura comenzaban a perfilar los bordes, y palabras con mínimo sentido se podían extraer de ella. Notando su presencia, le invité a viajar por mi mente y le asenté en lo que se soliera llamar, un puesto de espectador, justo en la zona que controlaba mis ojos. El tatuaje de debajo de mi ojo derecho parpadeo con una luz azul y luego se estabilizó, mostrando que le conexión era viable.
Las plantas desnudas de mis pies golpeaban sin sonido alguno el suelo de metal, ahora caliente, mientas me encaminaba a mis aprendices. Estaba pasando lo que yo en un principio había descartado por casi imposible. Al haberse juntado nuestras energías, parte de mi poder había quedado sellado en ellos y debido a mi "muerte", estas habían reaccionado ante mi sangre, buscando un cuerpo que regenerar u ocupar. La llegada desde las profundidades de la bestia que había protagonizado, había interrumpido el proceso, dejado sus cuerpo sumidos en una especie de trance doloroso. Mi sangre, se había convertido en un almacén de energia... Una energia que no calzaba la misma talla que sus venas.
Consciente de lo cerca que estaban de la locura, acelero los pasos y me detengo sobre ellos. Ignorado mi desnudez total, levanto mis manos y redirijo mi sangre por todo su organismo, concentrándola en un solo punto. Justo donde terminan las costillas, un símbolo idéntico aparece sobre sus pieles dando por terminada la operación. Las expresiones de dolor desaparecen de sus rostros y se dan cuenta de que sus heridas han sido sanadas por mi sangre. Un suave brillo se alza de entre sus ropajes rotos y al rato se desvanece. Las dudas y preguntas aparecen en sus ojos pero rápidamente entienden lo que ha pasado. No hace falta explicar nada, pues lo percibían por partida doble, a través de la conexión de nuestras energías y a través de mi sangre.
Tal vez tuvieran dudas sobre que pasaría ahora con mi sangre, pero eso ya lo preguntarían ellos, pues yo necesitaba descansar. Sin esperar a nadie, me siento en el suelo y me estiro cual largo era para tumbarme.
Las plantas desnudas de mis pies golpeaban sin sonido alguno el suelo de metal, ahora caliente, mientas me encaminaba a mis aprendices. Estaba pasando lo que yo en un principio había descartado por casi imposible. Al haberse juntado nuestras energías, parte de mi poder había quedado sellado en ellos y debido a mi "muerte", estas habían reaccionado ante mi sangre, buscando un cuerpo que regenerar u ocupar. La llegada desde las profundidades de la bestia que había protagonizado, había interrumpido el proceso, dejado sus cuerpo sumidos en una especie de trance doloroso. Mi sangre, se había convertido en un almacén de energia... Una energia que no calzaba la misma talla que sus venas.
Consciente de lo cerca que estaban de la locura, acelero los pasos y me detengo sobre ellos. Ignorado mi desnudez total, levanto mis manos y redirijo mi sangre por todo su organismo, concentrándola en un solo punto. Justo donde terminan las costillas, un símbolo idéntico aparece sobre sus pieles dando por terminada la operación. Las expresiones de dolor desaparecen de sus rostros y se dan cuenta de que sus heridas han sido sanadas por mi sangre. Un suave brillo se alza de entre sus ropajes rotos y al rato se desvanece. Las dudas y preguntas aparecen en sus ojos pero rápidamente entienden lo que ha pasado. No hace falta explicar nada, pues lo percibían por partida doble, a través de la conexión de nuestras energías y a través de mi sangre.
Tal vez tuvieran dudas sobre que pasaría ahora con mi sangre, pero eso ya lo preguntarían ellos, pues yo necesitaba descansar. Sin esperar a nadie, me siento en el suelo y me estiro cual largo era para tumbarme.
- Off:
- Aquí tenéis el símbolo, se encuentra justo al terminar las costillas
Sharei- Nigromante
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Su personaje es: Sharei, El Incierto Original e híbrido de Lince, renegado de todos los dioses, Señor de Umadhun, Líder de las Sombra Nocturnas
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Re: Sombras Renacidas
El dolor, después de un tiempo que se hizo eterno, cesó. Por un momento no me lo pude creer, seguía sintiéndolo pero como un fantasma de lo que había sido. Se desvanecía pero seguía allí al mismo tiempo, como un simple recuerdo. Podía notar cada parte de mi cuerpo tensa, como si esperaba que pudiera regresar, pero no lo hizo. Sentía el agudo palpitar de mis venas, estaba segura de que alguna podría explotar en algún momento incluso. Permanecí con los ojos cerrados ignorando aún cualquier cosa que estuviera sucediendo a mi alrededor. Sabía esta estaba de rodillas en el suelo pero no por mucho. En cuanto el dolor cesó caí sobre mi espalda sin fuerza ninguna para mantener mi cuerpo erguido.
Respiraba con fuerza y por la boca, aspirando la mayor cantidad posible de aire en cada bocanada como si se fuera a terminar en algún momento. Tosí un par de veces y tuve que apartarme el pelo de la cara antes de se me volviera a meter en la boca. Por como se pegaba me di cuenta que tenía el rostro húmedo y pegajoso, hice un mueca asqueada, no tenía muy claro si era de sudor(ahora que estaba tumbada en suelo, sin dolor me daba cuenta del calor que hacía en la sala del núcleo) o por las lagrimas esas negras que había visto antes. Aunque ahora que lo pensaba mejor, quizás solo me hubiera parecido verlo, no tenía sentido, lagrimas negras...
Pasé mi mano por debajo de los ojos y los abrí dejándola frente ellos. Estaban manchados de negro y además brillaba con un extraño resplandor. Fruncí el ceño y entonces empecé a entenderlo todo pero de una forma de lo más extraña. Nadie lo había explicado, es más es, estaba segura de que nadie había vuelto a hablar aún pero ahora existía una conexión entre los cuatro y a través de ella empezaba a comprender lo que había pasado.
Me incorporé soltando un pequeño quejido, tenía los musculos doloridos pero ni siquiera se acercaba al que había experimentado antes. Me quedé sentada apoyándome en las manos, volví a echarme el pelo para atrás y miré hacia abajo. Para mi sorpresa todos los cortes y heridas habían desaparecido, únicamente había manchas del sangre en el vestido, que posiblemente iba a tener poco arreglo. Bah tenía más, suerte teníamos de estar vivos aún realmente.
A un lado pude ver a Vannel y Naren más o menos en las mismas condiciones que yo. Al otro me topé con Sharei. Sabía que era él pero más por la conexión que todos teníamos, que por su aspecto. Ahora tenía el cabello casi tan largo como el mio y su rostro poseía una belleza poco humana, pero belleza igualmente. - hay algo que se llama ropa ¿sabes? -solté cortante. Me llevé una mano a la frente, me dolía la cabeza, no solía ser agradable cuando me daba dolor de cabeza - Nada de eso estaba en el proyecto cielo, o por lo menos en el que yo conocía - le recriminé - ¿Cómo, demonios, puedes seguir vivo? - hablé separando las palabras. Siempre me molestaba no entender algo y aún con conexión incluida seguía habiendo cosas que se escapaban a mi entendimiento.
Respiraba con fuerza y por la boca, aspirando la mayor cantidad posible de aire en cada bocanada como si se fuera a terminar en algún momento. Tosí un par de veces y tuve que apartarme el pelo de la cara antes de se me volviera a meter en la boca. Por como se pegaba me di cuenta que tenía el rostro húmedo y pegajoso, hice un mueca asqueada, no tenía muy claro si era de sudor(ahora que estaba tumbada en suelo, sin dolor me daba cuenta del calor que hacía en la sala del núcleo) o por las lagrimas esas negras que había visto antes. Aunque ahora que lo pensaba mejor, quizás solo me hubiera parecido verlo, no tenía sentido, lagrimas negras...
Pasé mi mano por debajo de los ojos y los abrí dejándola frente ellos. Estaban manchados de negro y además brillaba con un extraño resplandor. Fruncí el ceño y entonces empecé a entenderlo todo pero de una forma de lo más extraña. Nadie lo había explicado, es más es, estaba segura de que nadie había vuelto a hablar aún pero ahora existía una conexión entre los cuatro y a través de ella empezaba a comprender lo que había pasado.
Me incorporé soltando un pequeño quejido, tenía los musculos doloridos pero ni siquiera se acercaba al que había experimentado antes. Me quedé sentada apoyándome en las manos, volví a echarme el pelo para atrás y miré hacia abajo. Para mi sorpresa todos los cortes y heridas habían desaparecido, únicamente había manchas del sangre en el vestido, que posiblemente iba a tener poco arreglo. Bah tenía más, suerte teníamos de estar vivos aún realmente.
A un lado pude ver a Vannel y Naren más o menos en las mismas condiciones que yo. Al otro me topé con Sharei. Sabía que era él pero más por la conexión que todos teníamos, que por su aspecto. Ahora tenía el cabello casi tan largo como el mio y su rostro poseía una belleza poco humana, pero belleza igualmente. - hay algo que se llama ropa ¿sabes? -solté cortante. Me llevé una mano a la frente, me dolía la cabeza, no solía ser agradable cuando me daba dolor de cabeza - Nada de eso estaba en el proyecto cielo, o por lo menos en el que yo conocía - le recriminé - ¿Cómo, demonios, puedes seguir vivo? - hablé separando las palabras. Siempre me molestaba no entender algo y aún con conexión incluida seguía habiendo cosas que se escapaban a mi entendimiento.
Rione- Idhunita exiliado
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Re: Sombras Renacidas
Busquemos la palabra adecuada, indaguemos sobre ella hasta encontrar el significado yacente que parecían custodiar. "Cordura", aquella era la clave enmarcada bajo sus labios, la misma palabra que tan bien conocía y que con tanto temor se atrevía a pronunciar. - Así que estos... son tus iniciados - La voz manifestada adquiría un plano irreal, teñido con la tonalidad salvaje tan característica de la locura. Historias y recuerdos cruzaban los entramados de su maltratada mente, como un cristal roto, suaves destellos de luz recorriendo sus bordes.
Su silueta comenzó a conformarse en el aire. Suaves trazos de luz emanaban de Sharei y se entrecruzaban unos con otros, la suave línea de su rostro, las ondas de su cabello, la amplitud de sus hombros, todo una representación fiel... mostrando así a los ojos del mundo el elegante joven. El retazo de una sonrisa fue arrancado entre sus labios, pero no era más que una sonrisa rota, rota por el destino y aquellos que lo representaban - Cuánto dolor... - Pronuncia con la calma propia de la incandescente frialdad, sin conocer con exactitud si iba dirigida a sí mismo o al resto. Aún su mente se encontraba inestable, aún podía percibir el silencio cadavérico de su prisión... no había escapado, pero aquel era un pequeño consuelo.
El rostro del Séptimo abordó su mente, adornando su expresión con una sonrisa calavérica "Traidor... Yo te maldigo, te maldigo con la fuerza de todas mis sombras y de todas las tuyas. Nunca volverás a ser tú, Kvothe. Nunca más saborearás la gloria sin probar la amargura. Nunca volverás a ser enteramente feliz, no mientras yo pueda alcanzarte en el fantasma de las pesadillas. Nunca más, Ceniza... Nunca más...." Las palabras tomaron fuerza de nuevo en su mente, mientras su propia representación se doblaba de rodillas reviviendo aún el dolor de su condena.
Su silueta comenzó a conformarse en el aire. Suaves trazos de luz emanaban de Sharei y se entrecruzaban unos con otros, la suave línea de su rostro, las ondas de su cabello, la amplitud de sus hombros, todo una representación fiel... mostrando así a los ojos del mundo el elegante joven. El retazo de una sonrisa fue arrancado entre sus labios, pero no era más que una sonrisa rota, rota por el destino y aquellos que lo representaban - Cuánto dolor... - Pronuncia con la calma propia de la incandescente frialdad, sin conocer con exactitud si iba dirigida a sí mismo o al resto. Aún su mente se encontraba inestable, aún podía percibir el silencio cadavérico de su prisión... no había escapado, pero aquel era un pequeño consuelo.
El rostro del Séptimo abordó su mente, adornando su expresión con una sonrisa calavérica "Traidor... Yo te maldigo, te maldigo con la fuerza de todas mis sombras y de todas las tuyas. Nunca volverás a ser tú, Kvothe. Nunca más saborearás la gloria sin probar la amargura. Nunca volverás a ser enteramente feliz, no mientras yo pueda alcanzarte en el fantasma de las pesadillas. Nunca más, Ceniza... Nunca más...." Las palabras tomaron fuerza de nuevo en su mente, mientras su propia representación se doblaba de rodillas reviviendo aún el dolor de su condena.
Kvothe- Caballero
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Re: Sombras Renacidas
Nunca había resistido muy bien el dolor, aquella sensación que te indicaba que algo iba realmente mal en mi cuerpo. esta no era una excepción notaba la sangre espesa y turbia como la miel quemándome a cada paso que avanzaba por mis venas. Me encontraba tumbado en el suelo abrazándome las rodillas en un intento fallido de mitigar el dolor. estaba al borde de rozar la locura cuando note una energía se alzaba enfrente mía y de repente el dolor se fue apagando como una hoguera la que no la queda aire suavemente me fui incorporando todo lo rápido que mis doloridas articulaciones me lo permitían, hasta quedar sentado con las piernas cruzadas en el suelo. La cabeza aun me daba tumbos pero estaba lo bastante lucido como para escuchar las preguntas que le hacia Rione a un Sharei que no había reconocido hasta ahora. Una de sus preguntas me hizo cierta gracia "hay algo que se llama ropa ¿sabes?" repetía mi mente en tono burlón -A mi me parece que no esta tan mal así- Le devolví la mirada a Sharei que me miraba de reojo y por vez primera desde que llegue esboce una leve sonrisa.
-Por cierto ¿Que se supone que nos va a pasar ahora que tenemos tu sangre corriendo por nuestras venas?- Pregunte recuperando mi frialdad glaciar.
-Por cierto ¿Que se supone que nos va a pasar ahora que tenemos tu sangre corriendo por nuestras venas?- Pregunte recuperando mi frialdad glaciar.
Invitado- Invitado
Re: Sombras Renacidas
Ese dolor, el dolor que ya se había ido... de alguna forma me lo imaginaba junto a mí, acechando y esperando un momento para saltar sobre mí como buscando una brecha de debilidad. Pero se había ido y sabía que tenía que esforzarme por comportarme como antes. No podía. Aunque si que recuperaba terreno pudiendo respirar cada vez más tranquilo. "Un descanso... solo eso pedía".
Rione comenzó a hacerle preguntas. Tuve que agudizar el oído mientras hablaba, pero pude descifrar lo importante. A la primera preferí no añadir nada, y a la segunda pregunta fue Vannel quien habló. Por primera vez opino que tendrás que aprender algo de ella, Sharei. replico divertido. No recordaba que hablar con una frase completa fuese tan agotador. Pero sabía como recuperarme con velocidad, o creía saberlo.
Y despues el acuático quiso saber qué ocurría exactamente con nuestra sangre. Pensé que era una nueva sensación interior tras estas sensaciones. Pero vi toda esa sangre flotando ingrávida y yendo hacia mi: si que tenía un poco de curiosidad.
Rione comenzó a hacerle preguntas. Tuve que agudizar el oído mientras hablaba, pero pude descifrar lo importante. A la primera preferí no añadir nada, y a la segunda pregunta fue Vannel quien habló. Por primera vez opino que tendrás que aprender algo de ella, Sharei. replico divertido. No recordaba que hablar con una frase completa fuese tan agotador. Pero sabía como recuperarme con velocidad, o creía saberlo.
Y despues el acuático quiso saber qué ocurría exactamente con nuestra sangre. Pensé que era una nueva sensación interior tras estas sensaciones. Pero vi toda esa sangre flotando ingrávida y yendo hacia mi: si que tenía un poco de curiosidad.
naren-far- Nigromante
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Re: Sombras Renacidas
La sonrisa no se borró de mi rostro cuando me lanzaron la batería de preguntas. Lo habíamos conseguido. Por fin el duro trabajo de los cálculos y los experimentos habían resultado con éxito y ya nadie nos podria quitar ese triunfo. Pronto llegaría el momento de buscarse otra meta, incluso antes de lo que pensábamos, o más bien, de lo que ellos querrían pensar.
-La ropa es prescindible para lo que ahora estoy haciendo. Además tu tampoco eres la más adecuada para hablar de llevar ropa. Prácticamente vas desnuda si no te has dado cuenta -sonreí con sorna incorporándome sobre el suelo y cruzando las piernas para sentarme. -Además, yo no uso ropa propiamente dicha... -para entonces, un montón de manchas oscuras habían aparecido sobre mi piel. Poco a poco se fueron entrelazando a medida que crecían y acabaron formando una túnica de combate. Mi propia piel la había producido y era como una capa extra de la misma. -Pasando al tema que más que nos ocupa... no. No estaba en el proyecto. Sabia que mi vida correría peligro, y dado mis antecedentes, era muy probable que a mi me pasara lo que me ha pasado. Parece ser que he alcanzado mi Forma 4.
Diciendo estas palabras, pasee mi mirada por los rostros de los jóvenes. Estaban agotados, pero aun se les veía el brillo en los ojos que delata la curiosidad.
-Hace tiempo, descubrí que los de mi clase, a medida que iban adquiriendo poder, cambiaban de aspecto. Clasificando, acordaron que la forma con la que habían nacido seria la Forma 1 y cada vez que cambiaran se irían sumando números. Los cambios solían desarrollarse en la adolescencia, pero pocos pasaban de la Forma 2. Será esta la Forma con la que viviré toda mi vida? No lo se. Pero por ahora, me gusta. Vivir y morir, como todos los dilemas de la vida, depende del punto de vista. Todas mis anteriores células están muertas, por lo tanto mi anterior cuerpo esta muerto. En cambio lo que importa es la energia, que ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Yo soy energia. Podréis vosotros aprender a serlo? -finalicé ese tema con el interrogante.
Mi mirada pasó de Rione a Vannel, el cual era el que me había planteado la pregunta siguiente.
-Ahora que tenéis mi sangre dentro de vosotros, poseéis un torrente de energía que podéis usar en caso de apuro. Aumentará vuestras capacidades a limites insospechados... por un corto espacio de tiempo y con efectos secundarios durante y después de usarlo. Pero de eso hablaremos más tarde. Si os mantenéis cerca de mi no tenéis nade que temer y el bloqueo que os he puesto aun no puede ser abierto por vuestra energia. Os enseñaré a usarlo, pero no ahora.
Finalicé esas palabras con una sonrisa tranquilizadora y me levanté sin prisas.
-Por cierto, os presentó a Kvothe. Es este holograma tan simpático que tengo aquí a mi lado. Retransmite desde un castillo volador vete a saber tu donde. Él es el objetivo de nuestra próxima misión... -sentencié encarandome a él. -Que tal estas? Te veo un poco flaco. Que no te dan de comer allí donde estas? Ya tendré yo unas cuantas palabras con esos diosecillos... -sin poder evitarlo lancé una sonora carcajada. Estaba contento a rabiar. -Aun recuerdo el día en que derrumbaste la Torre de Drackwen conmigo dentro. Jajaja! Que tiempos aquellos....
Sin perder tiempo, me vuelvo a girar y digo.
-Os doy 12 horas de descanso, después partiremos a Idhun. Ya podéis iros a descansar si queréis -y les lancé unos dispositivos de localización. -Hasta que no consigáis algo mejor, esto os servirá para encontrar vuestras habitaciones. También están localizadas las de vuestros compañeros, asi como la mía, por si necesitáis algo. Por si teníais alguna duda, están en Supratorre. -anuncié sonriente.
-Ah! Otra cosa importante, en realidad hemos pasado un mes haciendo la Torre. Hay que ver como transcurre el tiempo cuando uno esta entretenido... Pues eso, yo me quedaré un poco más por aquí para terminar de supervisar. Sois libres - y luego mentalmente añadí solo para ella. -Rin, cuando puedas pásate por mis habitaciones, quieres?
Caminando los pocos metros que me separaban de la consola de mando, sentí el cansancio desvanecerse. No había descanso para mi. No había sueño reparador posible. Dormir ya no significaba nada, pues hacia casi dos años que no pegaba ojo...
Off Podéis decir cosas, precisamente por eso me quedo aun en la sala. Cuando terminéis id a vuestras habitaciones y luego Van y Nar os debéis conocer mejor. Vuestras habitaciones estan una al lado de otra. A ver... que más... a si. Rione termina el post llegando a mi habitación. K tu habla conmigo y ya veremos que hacer.
-La ropa es prescindible para lo que ahora estoy haciendo. Además tu tampoco eres la más adecuada para hablar de llevar ropa. Prácticamente vas desnuda si no te has dado cuenta -sonreí con sorna incorporándome sobre el suelo y cruzando las piernas para sentarme. -Además, yo no uso ropa propiamente dicha... -para entonces, un montón de manchas oscuras habían aparecido sobre mi piel. Poco a poco se fueron entrelazando a medida que crecían y acabaron formando una túnica de combate. Mi propia piel la había producido y era como una capa extra de la misma. -Pasando al tema que más que nos ocupa... no. No estaba en el proyecto. Sabia que mi vida correría peligro, y dado mis antecedentes, era muy probable que a mi me pasara lo que me ha pasado. Parece ser que he alcanzado mi Forma 4.
Diciendo estas palabras, pasee mi mirada por los rostros de los jóvenes. Estaban agotados, pero aun se les veía el brillo en los ojos que delata la curiosidad.
-Hace tiempo, descubrí que los de mi clase, a medida que iban adquiriendo poder, cambiaban de aspecto. Clasificando, acordaron que la forma con la que habían nacido seria la Forma 1 y cada vez que cambiaran se irían sumando números. Los cambios solían desarrollarse en la adolescencia, pero pocos pasaban de la Forma 2. Será esta la Forma con la que viviré toda mi vida? No lo se. Pero por ahora, me gusta. Vivir y morir, como todos los dilemas de la vida, depende del punto de vista. Todas mis anteriores células están muertas, por lo tanto mi anterior cuerpo esta muerto. En cambio lo que importa es la energia, que ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Yo soy energia. Podréis vosotros aprender a serlo? -finalicé ese tema con el interrogante.
Mi mirada pasó de Rione a Vannel, el cual era el que me había planteado la pregunta siguiente.
-Ahora que tenéis mi sangre dentro de vosotros, poseéis un torrente de energía que podéis usar en caso de apuro. Aumentará vuestras capacidades a limites insospechados... por un corto espacio de tiempo y con efectos secundarios durante y después de usarlo. Pero de eso hablaremos más tarde. Si os mantenéis cerca de mi no tenéis nade que temer y el bloqueo que os he puesto aun no puede ser abierto por vuestra energia. Os enseñaré a usarlo, pero no ahora.
Finalicé esas palabras con una sonrisa tranquilizadora y me levanté sin prisas.
-Por cierto, os presentó a Kvothe. Es este holograma tan simpático que tengo aquí a mi lado. Retransmite desde un castillo volador vete a saber tu donde. Él es el objetivo de nuestra próxima misión... -sentencié encarandome a él. -Que tal estas? Te veo un poco flaco. Que no te dan de comer allí donde estas? Ya tendré yo unas cuantas palabras con esos diosecillos... -sin poder evitarlo lancé una sonora carcajada. Estaba contento a rabiar. -Aun recuerdo el día en que derrumbaste la Torre de Drackwen conmigo dentro. Jajaja! Que tiempos aquellos....
Sin perder tiempo, me vuelvo a girar y digo.
-Os doy 12 horas de descanso, después partiremos a Idhun. Ya podéis iros a descansar si queréis -y les lancé unos dispositivos de localización. -Hasta que no consigáis algo mejor, esto os servirá para encontrar vuestras habitaciones. También están localizadas las de vuestros compañeros, asi como la mía, por si necesitáis algo. Por si teníais alguna duda, están en Supratorre. -anuncié sonriente.
-Ah! Otra cosa importante, en realidad hemos pasado un mes haciendo la Torre. Hay que ver como transcurre el tiempo cuando uno esta entretenido... Pues eso, yo me quedaré un poco más por aquí para terminar de supervisar. Sois libres - y luego mentalmente añadí solo para ella. -Rin, cuando puedas pásate por mis habitaciones, quieres?
Caminando los pocos metros que me separaban de la consola de mando, sentí el cansancio desvanecerse. No había descanso para mi. No había sueño reparador posible. Dormir ya no significaba nada, pues hacia casi dos años que no pegaba ojo...
Off Podéis decir cosas, precisamente por eso me quedo aun en la sala. Cuando terminéis id a vuestras habitaciones y luego Van y Nar os debéis conocer mejor. Vuestras habitaciones estan una al lado de otra. A ver... que más... a si. Rione termina el post llegando a mi habitación. K tu habla conmigo y ya veremos que hacer.
Sharei- Nigromante
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Re: Sombras Renacidas
Los tres parecieron divertirse bastante después de que le soltara a Sharei la primera de mis preguntas. Les lancé miradas malhumoradas hasta que Sharei hizo que bajara la vista hacia mis propias ropas para darme cuenta de que, efectivamente, tenía razón. Ya me había fijado en que el vestido estaba hecho jirones en su mayoría, pero con las heridas abiertas y oscuras parecía más entero. Enrojecí levemente - gracias a ti - le reproché rodando los ojos. Pero para sorpresa de todos, incluso mía, me eché a reír en el momento que la piel de sharei se iba recubriendo de negro - eso no es justo - comenté divertida.
Volví a alzar la cabeza, curiosa, hacia donde aún estaban los cuatro astros visibles ahora con más claridad. escuchaba a Sharei hablar por debajo atenta también a sus palabras pero absorta con lo que habíamos conseguido. por que a fin de cuentas, a pesar del cansancio, las sombras, la "muerte" de Sharei, el lince asesino y nuestra incompetencia para defendernos de él, lo habíamos conseguido. "Sin riesgo no hay progreso" se recordó a si misma y sonreí ampliamente para mi misma. El riesgo había valido la pena.
Bajé la mirada de nuevo al grupo mientras Sharei formulaba su propia pregunta. - ¿Puedes tu enseñarnos? - respondí preguntando con una ceja enarcada. No tenía ningún problema por aprender. Había escogido la magia oscura precisamente para eso, para aprender y buscar respuestas, conseguir llegar hasta donde nadie lo había hecho antes. Si podría o no, no era la pregunta correcta, la que yo había formulado se acercaba más. Pero para aprender necesitaba alguien que me enseñara primero en la mayoría de los casos y luego ya podría avanzar por mi misma.
Siguió respondido a la pregunta de Vannel mientras los tres permanecíamos atentos a sus palabras. Me pregunté a mi misma cuales serían nuestros nuevos limites. Hacía un momento ya habíamos llegado al que teníamos antes de que Sharei nos diera sus sangre y si no llega a ser por que de repente Sharei volvió a ser él y el lince desapareció entonces no hubiéramos tenido oportunidad de ver hasta donde llegábamos nunca más. A pesar de las consecuencias y secuelas que decía que tendría, aquella reserva de más era un gran punto a nuestro favor. No teníamos de que temer cerca de él, había dicho pero era precisamente nuestro maestro quien había supuesto el mayor peligro para los tres. Era mejor estar precavidos por si había una próxima.
Aún así seguía mirando a Sharei con una tremenda curiosidad ¿Acaso tenía respuesta para todo? por lo pronto no había dejado ninguna de nuestras dudas sin responder, y cada vez que lo hacía aparecían tres más con todo lo que nos contaba. Por un momento pensé que el cansancio le estaba afectando más de lo que parecía, se levantó y empezó a hablar sobre un holograma. Pero casi al momento me di cuenta de que simplemente lo había pasado por algo, no era algo que esperaba ver allí e imaginaba que con el cansancio lo había ignorado - encantada - murmuré divertida recorriéndolo de una mirada curiosa desde la cabeza a los pies. ¿Con que más nos iba a sorprender?
Miré a mis dos compañeros mientras nuestro maestro seguía hablando con el holograma con una pregunta muda en mi expresión "¿Está hablando en serio?" acababa de soltar que ese hombre le había tirado Drackwen encima, una Torre de magia, y sin embargo se reía. Disimulé una sonrisa divertida ante todo aquello. Y desde luego no dejó de sorprendernos, íbamos a volver a Idhún.
Atrapé el dispositivo que había lanzado al vuelo, poco antes de que tocara el suelo. No me había dado tiempo a examinarlo lo suficiente cuando las palabras de Sharei volvieron a pillarme por sorpresa. Lo miré con el ceño fruncido e iba a preguntarle si había entendido bien cuando su misma voz añadió algo más pero esta vez no resonó en mis oídos si no directamente en mi cabeza. Asentí perpleja, quería preguntarle como lo había hecho, aunque viniendo de Sharei poco podría sorprenderme ya. Si iba a hablar con él después podría resolver todas esas dudas entonces. La idea de descansar ahora resultaba de lo más apetecible.
----------------------------------------
Me puse en pie con un pequeño tambaleo pero nada que me hiciera caer otra vez. Finalmente los tres salimos de allí y recorriendo el entresijo de pasillos y puertas llegamos a lo que debía ser la supratorre. En realidad era la misma torre que había estado allí en un principio y que con nuestra energía habíamos expandido y alargado hasta sobrepasar la capa de nubes que dominaba constantemente el cielo de Umadhun. -Creo que dormiría las doce horas enteras - comenté a lo largo del camino. Vannel y Naren no parecían mucho mejor, ya no teníamos heridas ni lesiones pero los tres habíamos gastado una energía que necesitábamos recuperar. No los conocía de antes pero (seguramente gracias a la conexión que ahora teníamos) no nos estábamos llevando del todo mal. Me separé de ellos cuando el pasillo se dividió en dos. Sus habitaciones estaban a un lado, una al lado de la otra, en cambio la mía estaba yendo en la otra dirección. Disfruté del corto paseo en solitario. Había crecido en una familia de clase alta para estar y lucir en sociedad pero siempre estaba bien pasar un rato conmigo misma. Sobretodo cuando tenía tanto en lo que pensar.
Entré en mi nueva habitación muy distinta y mucho más lujosa que la que había tenido hasta entonces junto a la de la mayoría de las personas que vivían allí. Nada más entrar daba a una sala de estar, con sillones rojos, una mesa baja, estanterías con libros y cualquier otra cosa que se encontrara normalmente en una sala de estar. Al acercarme a la estantería me di cuenta que muchos eran los libros que tenía en mi antigua habitación pero había algunos más. Nuevos y viejos, la mayoría sobre magia en general, algunos sobre magia negra. Les eché un vistazo encantada con ellos. Luego seguí curioseando. Una de las puertas daba al dormitorio completamente decorado en negro y blanco. El dormitorio a parte de contar con una gran cama que parecía lo suficientemente cómoda como para tirarme en ella y caer dormida hasta que alguien me hiciera salir de allí, contaba con un vestidor lleno de mi ropa y al igual que con los libros había una parte nueva también allí. Al otro lado había un balcón. Desde allí podían verse las dos lunas y los dos soles aún mejor. A pesar de que no tenían los mismos tamaños, ni colores, ni consistencias los cuatro parecían enormes y poderosos en el cielo. No pude evitar volver a quedarme mirándolos maravillada desde el suelo. Aquello lo habíamos conseguido únicamente nosotros, nadie más.
Yo misma parecía fuera de lugar entre tanto orden con mis vestido destrozado. Por suerte no tarde mucho más en dar con el cuarto de baño. Esperé hasta que la bañera estuviera llena y después de echarle algunas sales que encontré por allí entré en ella dejando que el agua caliente relajara cada musculo de mi cuerpo. Permanecí allí a saber cuanto tiempo, cuando salí me sentía mucho mejor, limpia y en parte descansada. Fue entonces cuando vi mejor a lo que se había referido Sharei. La marca estaba allí, oscura y en el centro, justo donde acababan las costillas. Tenía forma de circulo con un enramado de tres pétalos que sobre salían desde su interior. Pasé la mano por encima analizando aquel nuevo elemento desde el espejo. El color oscuro llamaba sin remedio la atención sobre mi pálida piel pero aparte de eso no parecía nada más que un simple tatuaje. Si todo el poder que había dicho Sharei estaba concentrado allí, lo disimulaba bien.
No tarde mucho en vestirme aunque escogí deliberadamente lo que quería ponerme. Tiré de una falta negra que caía hasta el suelo solo por la espalda y una camiseta blanca que dejaba al descubierto la marca, que era lo que buscaba. Dejé que mi cabello aun húmedo cayera suelto por mi espalda y ni siquiera me paré frente al espejo cuando con el aparato que nos había dado Sharei salí de la habitación en dirección a la de él. Cuando llegué la puerta estaba entre abierta y me aventuré a tirar de ella metiendo la cabeza en la habitación - ¿Sharei?
Volví a alzar la cabeza, curiosa, hacia donde aún estaban los cuatro astros visibles ahora con más claridad. escuchaba a Sharei hablar por debajo atenta también a sus palabras pero absorta con lo que habíamos conseguido. por que a fin de cuentas, a pesar del cansancio, las sombras, la "muerte" de Sharei, el lince asesino y nuestra incompetencia para defendernos de él, lo habíamos conseguido. "Sin riesgo no hay progreso" se recordó a si misma y sonreí ampliamente para mi misma. El riesgo había valido la pena.
Bajé la mirada de nuevo al grupo mientras Sharei formulaba su propia pregunta. - ¿Puedes tu enseñarnos? - respondí preguntando con una ceja enarcada. No tenía ningún problema por aprender. Había escogido la magia oscura precisamente para eso, para aprender y buscar respuestas, conseguir llegar hasta donde nadie lo había hecho antes. Si podría o no, no era la pregunta correcta, la que yo había formulado se acercaba más. Pero para aprender necesitaba alguien que me enseñara primero en la mayoría de los casos y luego ya podría avanzar por mi misma.
Siguió respondido a la pregunta de Vannel mientras los tres permanecíamos atentos a sus palabras. Me pregunté a mi misma cuales serían nuestros nuevos limites. Hacía un momento ya habíamos llegado al que teníamos antes de que Sharei nos diera sus sangre y si no llega a ser por que de repente Sharei volvió a ser él y el lince desapareció entonces no hubiéramos tenido oportunidad de ver hasta donde llegábamos nunca más. A pesar de las consecuencias y secuelas que decía que tendría, aquella reserva de más era un gran punto a nuestro favor. No teníamos de que temer cerca de él, había dicho pero era precisamente nuestro maestro quien había supuesto el mayor peligro para los tres. Era mejor estar precavidos por si había una próxima.
Aún así seguía mirando a Sharei con una tremenda curiosidad ¿Acaso tenía respuesta para todo? por lo pronto no había dejado ninguna de nuestras dudas sin responder, y cada vez que lo hacía aparecían tres más con todo lo que nos contaba. Por un momento pensé que el cansancio le estaba afectando más de lo que parecía, se levantó y empezó a hablar sobre un holograma. Pero casi al momento me di cuenta de que simplemente lo había pasado por algo, no era algo que esperaba ver allí e imaginaba que con el cansancio lo había ignorado - encantada - murmuré divertida recorriéndolo de una mirada curiosa desde la cabeza a los pies. ¿Con que más nos iba a sorprender?
Miré a mis dos compañeros mientras nuestro maestro seguía hablando con el holograma con una pregunta muda en mi expresión "¿Está hablando en serio?" acababa de soltar que ese hombre le había tirado Drackwen encima, una Torre de magia, y sin embargo se reía. Disimulé una sonrisa divertida ante todo aquello. Y desde luego no dejó de sorprendernos, íbamos a volver a Idhún.
Atrapé el dispositivo que había lanzado al vuelo, poco antes de que tocara el suelo. No me había dado tiempo a examinarlo lo suficiente cuando las palabras de Sharei volvieron a pillarme por sorpresa. Lo miré con el ceño fruncido e iba a preguntarle si había entendido bien cuando su misma voz añadió algo más pero esta vez no resonó en mis oídos si no directamente en mi cabeza. Asentí perpleja, quería preguntarle como lo había hecho, aunque viniendo de Sharei poco podría sorprenderme ya. Si iba a hablar con él después podría resolver todas esas dudas entonces. La idea de descansar ahora resultaba de lo más apetecible.
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Me puse en pie con un pequeño tambaleo pero nada que me hiciera caer otra vez. Finalmente los tres salimos de allí y recorriendo el entresijo de pasillos y puertas llegamos a lo que debía ser la supratorre. En realidad era la misma torre que había estado allí en un principio y que con nuestra energía habíamos expandido y alargado hasta sobrepasar la capa de nubes que dominaba constantemente el cielo de Umadhun. -Creo que dormiría las doce horas enteras - comenté a lo largo del camino. Vannel y Naren no parecían mucho mejor, ya no teníamos heridas ni lesiones pero los tres habíamos gastado una energía que necesitábamos recuperar. No los conocía de antes pero (seguramente gracias a la conexión que ahora teníamos) no nos estábamos llevando del todo mal. Me separé de ellos cuando el pasillo se dividió en dos. Sus habitaciones estaban a un lado, una al lado de la otra, en cambio la mía estaba yendo en la otra dirección. Disfruté del corto paseo en solitario. Había crecido en una familia de clase alta para estar y lucir en sociedad pero siempre estaba bien pasar un rato conmigo misma. Sobretodo cuando tenía tanto en lo que pensar.
Entré en mi nueva habitación muy distinta y mucho más lujosa que la que había tenido hasta entonces junto a la de la mayoría de las personas que vivían allí. Nada más entrar daba a una sala de estar, con sillones rojos, una mesa baja, estanterías con libros y cualquier otra cosa que se encontrara normalmente en una sala de estar. Al acercarme a la estantería me di cuenta que muchos eran los libros que tenía en mi antigua habitación pero había algunos más. Nuevos y viejos, la mayoría sobre magia en general, algunos sobre magia negra. Les eché un vistazo encantada con ellos. Luego seguí curioseando. Una de las puertas daba al dormitorio completamente decorado en negro y blanco. El dormitorio a parte de contar con una gran cama que parecía lo suficientemente cómoda como para tirarme en ella y caer dormida hasta que alguien me hiciera salir de allí, contaba con un vestidor lleno de mi ropa y al igual que con los libros había una parte nueva también allí. Al otro lado había un balcón. Desde allí podían verse las dos lunas y los dos soles aún mejor. A pesar de que no tenían los mismos tamaños, ni colores, ni consistencias los cuatro parecían enormes y poderosos en el cielo. No pude evitar volver a quedarme mirándolos maravillada desde el suelo. Aquello lo habíamos conseguido únicamente nosotros, nadie más.
Yo misma parecía fuera de lugar entre tanto orden con mis vestido destrozado. Por suerte no tarde mucho más en dar con el cuarto de baño. Esperé hasta que la bañera estuviera llena y después de echarle algunas sales que encontré por allí entré en ella dejando que el agua caliente relajara cada musculo de mi cuerpo. Permanecí allí a saber cuanto tiempo, cuando salí me sentía mucho mejor, limpia y en parte descansada. Fue entonces cuando vi mejor a lo que se había referido Sharei. La marca estaba allí, oscura y en el centro, justo donde acababan las costillas. Tenía forma de circulo con un enramado de tres pétalos que sobre salían desde su interior. Pasé la mano por encima analizando aquel nuevo elemento desde el espejo. El color oscuro llamaba sin remedio la atención sobre mi pálida piel pero aparte de eso no parecía nada más que un simple tatuaje. Si todo el poder que había dicho Sharei estaba concentrado allí, lo disimulaba bien.
No tarde mucho en vestirme aunque escogí deliberadamente lo que quería ponerme. Tiré de una falta negra que caía hasta el suelo solo por la espalda y una camiseta blanca que dejaba al descubierto la marca, que era lo que buscaba. Dejé que mi cabello aun húmedo cayera suelto por mi espalda y ni siquiera me paré frente al espejo cuando con el aparato que nos había dado Sharei salí de la habitación en dirección a la de él. Cuando llegué la puerta estaba entre abierta y me aventuré a tirar de ella metiendo la cabeza en la habitación - ¿Sharei?
Rione- Idhunita exiliado
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Puntos : 76
Fecha de inscripción : 08/07/2013
Edad : 28
Re: Sombras Renacidas
Aun sentía el cerebro embotado por el insoportable dolor de antes, pero no perdí detalle de la conversación. Rione y Sharei reían alegremente, yo no, no se cuando ni como pero sentina que algo no andaba bien dentro de mi. Siempre me había considerado una persona alegre pero hacia ya tiempo que notaba que el hielo, mi fiel y leal aliado, había empezado a ocupar mi corazón. no me importaba mucho la verdad, total, para lo que servían los sentimientos. Me fui fijando poco a poco en cada uno de nosotros, no solo en el aspecto exterior, si no, en la extraña conexión que se había formado entre nosotros. Naren y yo compartíamos una conexión fuere a pesar de las notables diferencias en los dos, pero aquello era algo que merecía ser investigado ya que sentía que había algo mas de parecido entre nosotros de lo que en realidad conocíamos.
Rione, una dama tan misteriosa y reservada como la magia que fluía desde su interior, al parecer la conexión entre nosotros era mas débil, seria conveniente reforzarla, una aliada cercana usuaria de la magia negra era algo bastante valioso.
Sharei... Que decir de el. nuestra conexión no era mas que ninguna, es mas, juraría que los tres teníamos el mismo grado de conexión con el.
¿el mismo grado de conexión?
Las palabras rebotaron en mi mente y mi mirada se dirigió inconscientemente a Rione, pero descarte la idea en cuanto se formo en mi mente.
En construccion
Rione, una dama tan misteriosa y reservada como la magia que fluía desde su interior, al parecer la conexión entre nosotros era mas débil, seria conveniente reforzarla, una aliada cercana usuaria de la magia negra era algo bastante valioso.
Sharei... Que decir de el. nuestra conexión no era mas que ninguna, es mas, juraría que los tres teníamos el mismo grado de conexión con el.
¿el mismo grado de conexión?
Las palabras rebotaron en mi mente y mi mirada se dirigió inconscientemente a Rione, pero descarte la idea en cuanto se formo en mi mente.
En construccion
Invitado- Invitado
Re: Sombras Renacidas
Escuchaba absorto las palabras de Sharei, con una sonrisa. Y estaba conectado a todos los presentes, pues ese vínculo pensaba estar abierto mucho tiempo. Vannel, Rione y yo... éramos muy diferentes. Pero seríamos buenos aliados, algo me lo decía. Pero estaba viendo a Sharei y a Kvothe, y el nuevo feérico era ahora feliz. Bromeaba sobre una antigua aventura suya, y mi primera reacción fue seguir pensando.
Atrapé el pequeño aparato al vuelo y me lo guardé, ahora iba a vivir en la Torre.
Y Rione me hizo volver a la realidad, con sus preguntas. Pero, ¿qué vas a enseñarnos? respondí de forma retórica mientras me ponía de pie. El agotamiento me dejaba respirar, y se retiraba con cuidado.
Seguí a Rione por los pasillos, atento al básico funcionamiento del ligero aparato. Me despedí de ella y los dos seguimos hasta nuestros dormitorios. Me despedí otra vez de mi compañero, ahora en un tono más amable, mientras entraba.
Todo era negro y azul, y había espacio de sobra para mí. Y objetos, muebles... los cuales no reconocía y no entendía mucho su funcionamiento.
Me centré por tanto en una pequeña parte de la pared, una pantalla con palabras en arcano. Debía de tener alguna utilidad a pesar de mi cansancio.
Con cuidado buscaba palabras comprensibles, y en un instante de seguridad rocé el botón plano con el dedo. En la siguiente pantalla rebuscaba las utilidades comprensibles del punto de control de la sala.
Sintiéndome tan inútil me decidí tras un buen rato en modificar mi cuarto. Mi habitación llevaba una luz roja, y veía y oía el crepitar de as llamas en cada esquina. Sonreí satisfecho un momento, pero tembloroso volví a cambiar todos sus rasgos, y ahora mi habitación era una imagen de Awa.
Los muebles estaban en su misma posición, y antes de dejarme de caer sobre la cama me di cuenta de que, sobre la mesita, había un pequeño y ornamentado cofre. Lo puse a mi lado, y lo abrí con cuidado. ¿Una botella, un pan, un...? Los objetos inspiraban sensaciones, cada uno. Y eran para mi, sin duda alguna.
Cerré el cofre y lo guardé mientras miraba con detenimiento el aparato metálico. Lo guardé en un cajón mientras cerraba los ojos.
Y, mientras murmuraba una frase arcana entrando en l sueño... entraba en la red telúrica. Y tuve mi primer encuentro con zia.
La suave luz que había preparado me despertó, y me levantaba mientras la desactivaba con un gesto de la mano. Fui a vestirme con otra túnica limpia mientras deshechaba la antigua, llena de agujeros y resguños.
Llevé el aparato metálico y el báculo conmigo. La puerta se abrió frente a mi y me asome con cuidado. Era la hora de la siguiente clase.
Atrapé el pequeño aparato al vuelo y me lo guardé, ahora iba a vivir en la Torre.
Y Rione me hizo volver a la realidad, con sus preguntas. Pero, ¿qué vas a enseñarnos? respondí de forma retórica mientras me ponía de pie. El agotamiento me dejaba respirar, y se retiraba con cuidado.
Seguí a Rione por los pasillos, atento al básico funcionamiento del ligero aparato. Me despedí de ella y los dos seguimos hasta nuestros dormitorios. Me despedí otra vez de mi compañero, ahora en un tono más amable, mientras entraba.
Todo era negro y azul, y había espacio de sobra para mí. Y objetos, muebles... los cuales no reconocía y no entendía mucho su funcionamiento.
Me centré por tanto en una pequeña parte de la pared, una pantalla con palabras en arcano. Debía de tener alguna utilidad a pesar de mi cansancio.
Con cuidado buscaba palabras comprensibles, y en un instante de seguridad rocé el botón plano con el dedo. En la siguiente pantalla rebuscaba las utilidades comprensibles del punto de control de la sala.
Sintiéndome tan inútil me decidí tras un buen rato en modificar mi cuarto. Mi habitación llevaba una luz roja, y veía y oía el crepitar de as llamas en cada esquina. Sonreí satisfecho un momento, pero tembloroso volví a cambiar todos sus rasgos, y ahora mi habitación era una imagen de Awa.
Los muebles estaban en su misma posición, y antes de dejarme de caer sobre la cama me di cuenta de que, sobre la mesita, había un pequeño y ornamentado cofre. Lo puse a mi lado, y lo abrí con cuidado. ¿Una botella, un pan, un...? Los objetos inspiraban sensaciones, cada uno. Y eran para mi, sin duda alguna.
Cerré el cofre y lo guardé mientras miraba con detenimiento el aparato metálico. Lo guardé en un cajón mientras cerraba los ojos.
Y, mientras murmuraba una frase arcana entrando en l sueño... entraba en la red telúrica. Y tuve mi primer encuentro con zia.
La suave luz que había preparado me despertó, y me levantaba mientras la desactivaba con un gesto de la mano. Fui a vestirme con otra túnica limpia mientras deshechaba la antigua, llena de agujeros y resguños.
Llevé el aparato metálico y el báculo conmigo. La puerta se abrió frente a mi y me asome con cuidado. Era la hora de la siguiente clase.
naren-far- Nigromante
- Mensajes : 487
Puntos : 130
Fecha de inscripción : 19/10/2012
Localización : Mi casa.
Datos
Su personaje es: mestizo, mago de 1º lvl
Trabaja de: Sacerdote
Pertenece a: Es neutral
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