Búsqueda (Rol corto)

Aparecí a unos metros de la muralla de Vanis. Nada mas tocar el suelo una ráfaga de viento helado me zandareó. Miré alrededor y lo que vi me dejó maravillado: Toda la ciudad de Vanis estaba completamente nevada. Parecía una postal navideña de las que se regalan en la Tierra: Una ciudad medieval amurallada completamente nevada, pero allí aquello era real.

El frío también es real - Pensé, abrochándome la capa hasta el último botón.

Entré en la ciudad sin demasiadas complicaciones - A aquellas horas no había mucha gente en las puertas, que acababan de abrir - y me adentré en la ciudad, en busca del hombre que nos había contratado para buscar al mago en Nanhai y sustraerle aquel artefacto.
Caminé por las calles nevadas del barrio antiguo de Vanis, dirigiéndome al mercado, que estaba en la plaza de la ciudad. A penas había nadie por la estrecha calle que transitaba, y aquello era un gusto, despues de la escena que había vivido el día anterior.
Me llevé una mano al cuello de manera casi instintiva al recordar a aquél ladrón enarbolando una hacha que casi acabó con mi vida mientras mi amiga Alsan luchaba absurdamente con una shek. Me enfurruñé un poco, pero al fin y al cabo aquello ya habia pasado y no quería pensar mas en ello.

Llegué al mercado de Vanis y allí pregunté a varios de los pocos mercaderes que había a aquellas horas tan tempranas sobre el hombre al que le tenía que entregar el amuleto. Pregunté durante más de una hora, mientras el mercado se llenaba de gente. Al final di con un transeúnte residente en la ciudad que me indicó una dirección, en el barrio marginal de la ciudad.
Un escalofrío me recorrió la espalda.

- Mas ladrones no... - murmuré, al escuchar al hombre explicarme como llegar hasta el barrio de los pobres y bandidos. Aún le agradecí la información con voz decidida - Gracias - le dije al hombre, poniéndome en marcha. ¡No había llegado hasta la misma capital de Vanissar como para echarme atrás!

Caminé a paso rápido hasta llegar a una puerta vieja y carcomida que cerraba la entrada a la casa que tenía apuntada en un trozo de papel. Entré, ya que la puerta estaba abierta y me encontré de frente con el mercader. Le entregué el amuleto y le pedí la recompensa. Parecía haberle pillado por sorpresa por que se mostró algo reticente a la hora de darme la bolsa con la recompensa. Pero finalmente me la entregó y me fui de ahí.

Cuando salí del barrio marginal y me encaminé hacia la puerta un mensajero me llamó por mi nombre y me entregó un paquete.



... Si la orden mágica me mandaba llamar seria por algo... Antes de ir a derbhad me concentré y envié una copia a la posada de Kes

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