Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
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Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Kannos llegó a la zona del bosque de Awa al amanecer dónde había acordado encontrarse con Sagan y Zirathon. Les había dejado bastante atrás, por lo que se dispuso a esperar hasta la noche.
Dejó una marca en el lugar y exploró un poco los alrededores, para asegurarse de que estarían solos aquella noche.
Cuando hubo reconocido todo el terreno a conciencia volvió al claro y se sentó en el tronco de un árbol.
El rol de Sagan, Zirathon y Ariadna continúa aquí.
Indicaciones para este tema: Rolead conforme llegáis al atardecer.
- Un solo mensaje/post para esto, luego el rol cambiará.
- Recordad que no podéis usar magia
¡Que vaya bien! =)
Dejó una marca en el lugar y exploró un poco los alrededores, para asegurarse de que estarían solos aquella noche.
Cuando hubo reconocido todo el terreno a conciencia volvió al claro y se sentó en el tronco de un árbol.
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El rol de Sagan, Zirathon y Ariadna continúa aquí.
Indicaciones para este tema: Rolead conforme llegáis al atardecer.
- Un solo mensaje/post para esto, luego el rol cambiará.
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Ambientación*- Usuario moderado
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Su personaje es: (Tiene que rellenar este campo)
Trabaja de: Desempleado
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
FDR: Bueno, a la vista de que voy a volverme a pasar cuatro pueblos otra vez pido perdón de nuevo por adelantado
Sagan cayó a un pequeño estanque rodeado de vegetación desde una abertura que se abría en una de los pequeños precipicios que rodeaban la torre. Se apresuró a salir de sus aguas heladas, mientras buscaba con la vista a Kannos y a Zirathon.
Dio un par de vueltas por el lugar pero no los vió. Supuso que Kannos habría aprovechado los últimos segundos en la torre para usar su magia y teletransportarse, ya que le había perdido de vista segundos antes de caer al estanque por el río subterráneo. De Zirathon tampoco vio nada, pero no se preocupó, el shek podría arreglárselas solo incluso mejor que el.
Sin demorarse mas y con paso rápido comenzó a alejarse de la torre, necesitaba un sitio donde secar su ropa y encontrar algún medio de transporte para llegar al sur del bosque de Awa.
Tras poco rato caminando llegó tiritando de frío a un pequeño pueblo situado en lo alto de un cerro desde donde se veía el mar. Se estaba poniendo el tercer sol y la noche comenzaba a cerrarse sobre Idhún por lo que entró en una posada que había en el centro de la aldea y pagó al posadero por una cama. Era una posada pequeña, de las más comunes donde los huéspedes dormían juntos en una sala común, pero a el no le importó.
Sagan se puso junto al brasero y se sacó la capa y la tendió junto con su mochila encima del fuego en unas cuerdas que había colgadas para ello. Luego se acercó lo mas que pudo para entrar en calor y acabar de secar la helada ropa.
Cuando estuvo completamente seco abrió la mochila y comprobó con alivio que el interior no se había mojado demasiado. Después descolgó la capa, ya seca y fue al comedor a cenar algo. No comió gran cosa, la oferta gastronómica del posadero se centraba en sopa aguada y pan seco, pero bastó para llenar el estómago de Sagan.
Después se marchó a la cama y durmió de un tirón toda la noche, agotado por los esfuerzos que estaba teniendo que hacer en los últimos días.
Cuando despertó al día siguiente recogió las cosas y fue a despedirse del posadero.
- Gracias por todo - le dijo cuando lo encontró - Por cierto, ¿sabría usted decirme donde podría conseguir algún caballo? Tengo que llegar a Awa antes del anochecer.
- Tal vez en la granja del suroeste te vendan un caballo - respondió el posadero, pensativo - No tenemos establos de caballos en el pueblo, pero en la granja suelen criar caballos llevarlos a la feria de Nandelt
- De acuerdo, gracias de nuevo - dijo, colgándose la mochila, ajustándose la capa y poniéndose en marcha, bajo un viento helado del norte.
Encontró la granja del suroeste a cinco minutos del pueblo, cerca del camino. En los corrales aledaños a la granja vio bastantes caballos, lo que consideró una buena señal. Entonces Sagan vio a un hombre sentado en el porche de una gran casa situada en el centro de los campos y se acercó a hablar con el.
- Disculpe - dijo, cuando estuvo cerca - Vengo a ver si me podría vender un caballo - dijo, volviéndose hacia un corral cercano - ¿Están a la venta?
- Buenos días Joven - respondió amablemente el granjero - No tenía pensado venderlos, pero si deseas caballo yo te lo proporcionaré
El granjero llevó a Sagan a un corral y sacó un caballo joven que parecía rápido y resistente - Este es de los mejores que tengo. Te haré precio, pareces una buena persona y estoy seguro de que lo cuidarás muy bien - dijo, ofreciéndole un muy buen precio.
Sagan abrió los ojos, sorprendido - Es... es usted muy amable - dijo, agradecido - Le aseguro que estará bien cuidado
- Entonces trato hecho - dijo el granjero, aceptando las monedas de Sagan y entregándole el caballo, ya ensillado - Que la luz de Irial te guíe en tu camino
- Que Wina haga que sus tierras se mantengan fertiles - se obligó a decir Sagan, con una amplia sonrisa - Gracias por todo
Sagan salió de la granja a lomos del caballo y consultó la posición del sol para orientarse. Una vez supo hacia donde estaba el este sacó el mapa que le había entregado Kannos para localizar el lugar a donde debía ir. Era un punto perdido en el bosque al sur del río Awa.
Emprendió entonces la marcha. El viento que venía desde el norte se había calmado un poco, aunque hacía bastante frío. Sagan se arrebujó un poco mas en su capa, mientras el y el caballo se dirigían a toda velocidad hacia el gigantesco bosque de Awa.
La travesía a través de la llanura salpicada de pequeños bosques fue relativamente corta. A las pocas horas de dejar la granja Sagan y su caballo llegaron al río Awa, río que tuvieron que remontar hasta encontrar un vado. Una vez atravesado el río siguieron cabalgando y llegaron a los lindes del gran bosque cuando los tres soles se encontraban en su cenit.
Sagan descabalgó e hizo a entrar el caballo con precaución dentro del bosque. Como semifeérico que era conocía los peligros de Awa, al igual que sabía encontrar los caminos ocultos que los feericos usaban para atravesar el bosque.
Cuando encontró una senda se volvió a montar sobre el caballo y emprendió de nuevo la marcha, con algo mas de rapidez, pero con gran precaución, ya que una rama mal colocada podía hacer que el caballo sufriese una caída.
Los soles comenzaban a declinar cuando Sagan decidió que había perdido toda referencia para encontrar a Kannos. Por aquella zona comenzaba a notar algunos jirones de magia, pero en absoluto eran suficientes para emplear un conjuro localizador. Siguió avanzando hacia el sur cuando escuchó ruidos a su derecha, entre los árboles.
Ató al cavallo a un tronco y se adentró entre la maleza. Se oía ruido de voces y pasos pesados, humanos, mezclados con pisadas mas ligeras, feericas.
Sagan se asomó entre los árboles y descubrió a un humano llevando atados de una cadena a dos pequeños feericos por otra senda paralela a la que él estaba siguiendo.
Andando – iba diciendo – cuando os venda en el mercado negro de Kosh me vais a reportar mucho dinero – dijo, mientras los feericos lloraban de miedo.
Sagan comprendió muy bien el temor de los feericos: en Kosh, ciudad de Kash-Tar no sobrevivirían. Desenfundó su arco y sacó una flecha del carcaj.
Avanzó rápida y silenciosamente ente los árboles, como solo los feericos sabían hacer y adelantó al humano y sus prisoneros. Una vez estuvo a una distancia considerable salió al camino y apuntó directamente al humano con el arco.
Suéltalos – ordenó, con voz fría
El humano lanzó a los feericos a un lado y sin soltar la cadena desenfundó una gran espada que llevaba a la espalda, enarbolándola en dirección a Sagan. Estaba claro que el hombre era un mercenario.
He dicho que les sueltes – repitió – Es la última oportunidad que vas a tener
El humano rió – ¿Crees que tengo miedo a un pelele con un arco? – Preguntó, despectivo – Yo he capturado a estos renacuajos y yo me los voy a quedar. Dudo mucho que ni siquiera sepas usar ese arco que tienes en las manos así que suéltalo si no quieres hacerte daño - dijo, acercándose un poco, con una sonrisa burlona y confiada - Desde esa distancia no tienes ninguna posibilidad de...
El humano no pudo continuar. Cuando quiso seguir la frase que había comenzado de su boca solo salió un chorro de sangre. La flecha de Sagan se había clavado limpiamente en su cuello, atravesándolo por completo. El hombre se tambaleó un poco pero se desplomó enseguida al suelo, donde se retorció un poco hasta perecer bajo la mirada impasible de Sagan.
Sagan fue hasta el cuerpo y recuperó la flecha, limpiando la sangre en la hierba antes de volver a guardarla en el carcaj. Después fue hacia los feericos y desenfundó la espada, con la que cortó las cadenas que los ataban.
Ya ha pasado todo - les dijo, con una sonrisa - ¿Me podríais echar una mano? Tengo que llegar a un sitio y no se dónde está
El mas mayor de los feericos reaccionó y se acercó a Sagan - ¿A donde quiere llegar? - le preguntó, con algo de recelos
Sagan sacó el mapa y se lo mostró - Tengo que llegar a este punto del bosque, pero no se en que dirección ir
- Está usted demasiado al sur, pero si sigue en línea recta hacia el norte llegará en unas horas - dijo el feerico, observando el mapa con detenimiento
- De acuerdo, muchas gracias - dijo Sagan, despidiéndose de los dos feericos
- Gracias a usted... - musitó el feerico, mientras Sagan se iba. Ahora tenía que volver a casa con su hermano y explicarle a su madre que un mercenario les había capturado y un extraño humano con trazas feericas les había salvado...
Sagan volvió al caballo y emprendió la marcha de nuevo. Cabalgó durante aproximadamente una hora y media hasta que en un claro vio una señal reciente apuntando hacia la espesura. Sagan puso al caballo al paso y se dirigió en esa dirección. A lo lejos distinguió una silueta recostada en un árbol.
Ató al caballo en un árbol y le dejó pastando y se acercó a Kannos.
Ya estoy aquí.
FDR: Bueno... queda el consuelo de que este no es tan largo como el de Nangal xDDDDDDDDD
Sagan cayó a un pequeño estanque rodeado de vegetación desde una abertura que se abría en una de los pequeños precipicios que rodeaban la torre. Se apresuró a salir de sus aguas heladas, mientras buscaba con la vista a Kannos y a Zirathon.
Dio un par de vueltas por el lugar pero no los vió. Supuso que Kannos habría aprovechado los últimos segundos en la torre para usar su magia y teletransportarse, ya que le había perdido de vista segundos antes de caer al estanque por el río subterráneo. De Zirathon tampoco vio nada, pero no se preocupó, el shek podría arreglárselas solo incluso mejor que el.
Sin demorarse mas y con paso rápido comenzó a alejarse de la torre, necesitaba un sitio donde secar su ropa y encontrar algún medio de transporte para llegar al sur del bosque de Awa.
Tras poco rato caminando llegó tiritando de frío a un pequeño pueblo situado en lo alto de un cerro desde donde se veía el mar. Se estaba poniendo el tercer sol y la noche comenzaba a cerrarse sobre Idhún por lo que entró en una posada que había en el centro de la aldea y pagó al posadero por una cama. Era una posada pequeña, de las más comunes donde los huéspedes dormían juntos en una sala común, pero a el no le importó.
Sagan se puso junto al brasero y se sacó la capa y la tendió junto con su mochila encima del fuego en unas cuerdas que había colgadas para ello. Luego se acercó lo mas que pudo para entrar en calor y acabar de secar la helada ropa.
Cuando estuvo completamente seco abrió la mochila y comprobó con alivio que el interior no se había mojado demasiado. Después descolgó la capa, ya seca y fue al comedor a cenar algo. No comió gran cosa, la oferta gastronómica del posadero se centraba en sopa aguada y pan seco, pero bastó para llenar el estómago de Sagan.
Después se marchó a la cama y durmió de un tirón toda la noche, agotado por los esfuerzos que estaba teniendo que hacer en los últimos días.
Cuando despertó al día siguiente recogió las cosas y fue a despedirse del posadero.
- Gracias por todo - le dijo cuando lo encontró - Por cierto, ¿sabría usted decirme donde podría conseguir algún caballo? Tengo que llegar a Awa antes del anochecer.
- Tal vez en la granja del suroeste te vendan un caballo - respondió el posadero, pensativo - No tenemos establos de caballos en el pueblo, pero en la granja suelen criar caballos llevarlos a la feria de Nandelt
- De acuerdo, gracias de nuevo - dijo, colgándose la mochila, ajustándose la capa y poniéndose en marcha, bajo un viento helado del norte.
Encontró la granja del suroeste a cinco minutos del pueblo, cerca del camino. En los corrales aledaños a la granja vio bastantes caballos, lo que consideró una buena señal. Entonces Sagan vio a un hombre sentado en el porche de una gran casa situada en el centro de los campos y se acercó a hablar con el.
- Disculpe - dijo, cuando estuvo cerca - Vengo a ver si me podría vender un caballo - dijo, volviéndose hacia un corral cercano - ¿Están a la venta?
- Buenos días Joven - respondió amablemente el granjero - No tenía pensado venderlos, pero si deseas caballo yo te lo proporcionaré
El granjero llevó a Sagan a un corral y sacó un caballo joven que parecía rápido y resistente - Este es de los mejores que tengo. Te haré precio, pareces una buena persona y estoy seguro de que lo cuidarás muy bien - dijo, ofreciéndole un muy buen precio.
Sagan abrió los ojos, sorprendido - Es... es usted muy amable - dijo, agradecido - Le aseguro que estará bien cuidado
- Entonces trato hecho - dijo el granjero, aceptando las monedas de Sagan y entregándole el caballo, ya ensillado - Que la luz de Irial te guíe en tu camino
- Que Wina haga que sus tierras se mantengan fertiles - se obligó a decir Sagan, con una amplia sonrisa - Gracias por todo
Sagan salió de la granja a lomos del caballo y consultó la posición del sol para orientarse. Una vez supo hacia donde estaba el este sacó el mapa que le había entregado Kannos para localizar el lugar a donde debía ir. Era un punto perdido en el bosque al sur del río Awa.
Emprendió entonces la marcha. El viento que venía desde el norte se había calmado un poco, aunque hacía bastante frío. Sagan se arrebujó un poco mas en su capa, mientras el y el caballo se dirigían a toda velocidad hacia el gigantesco bosque de Awa.
La travesía a través de la llanura salpicada de pequeños bosques fue relativamente corta. A las pocas horas de dejar la granja Sagan y su caballo llegaron al río Awa, río que tuvieron que remontar hasta encontrar un vado. Una vez atravesado el río siguieron cabalgando y llegaron a los lindes del gran bosque cuando los tres soles se encontraban en su cenit.
Sagan descabalgó e hizo a entrar el caballo con precaución dentro del bosque. Como semifeérico que era conocía los peligros de Awa, al igual que sabía encontrar los caminos ocultos que los feericos usaban para atravesar el bosque.
Cuando encontró una senda se volvió a montar sobre el caballo y emprendió de nuevo la marcha, con algo mas de rapidez, pero con gran precaución, ya que una rama mal colocada podía hacer que el caballo sufriese una caída.
Los soles comenzaban a declinar cuando Sagan decidió que había perdido toda referencia para encontrar a Kannos. Por aquella zona comenzaba a notar algunos jirones de magia, pero en absoluto eran suficientes para emplear un conjuro localizador. Siguió avanzando hacia el sur cuando escuchó ruidos a su derecha, entre los árboles.
Ató al cavallo a un tronco y se adentró entre la maleza. Se oía ruido de voces y pasos pesados, humanos, mezclados con pisadas mas ligeras, feericas.
Sagan se asomó entre los árboles y descubrió a un humano llevando atados de una cadena a dos pequeños feericos por otra senda paralela a la que él estaba siguiendo.
Andando – iba diciendo – cuando os venda en el mercado negro de Kosh me vais a reportar mucho dinero – dijo, mientras los feericos lloraban de miedo.
Sagan comprendió muy bien el temor de los feericos: en Kosh, ciudad de Kash-Tar no sobrevivirían. Desenfundó su arco y sacó una flecha del carcaj.
Avanzó rápida y silenciosamente ente los árboles, como solo los feericos sabían hacer y adelantó al humano y sus prisoneros. Una vez estuvo a una distancia considerable salió al camino y apuntó directamente al humano con el arco.
Suéltalos – ordenó, con voz fría
El humano lanzó a los feericos a un lado y sin soltar la cadena desenfundó una gran espada que llevaba a la espalda, enarbolándola en dirección a Sagan. Estaba claro que el hombre era un mercenario.
He dicho que les sueltes – repitió – Es la última oportunidad que vas a tener
El humano rió – ¿Crees que tengo miedo a un pelele con un arco? – Preguntó, despectivo – Yo he capturado a estos renacuajos y yo me los voy a quedar. Dudo mucho que ni siquiera sepas usar ese arco que tienes en las manos así que suéltalo si no quieres hacerte daño - dijo, acercándose un poco, con una sonrisa burlona y confiada - Desde esa distancia no tienes ninguna posibilidad de...
El humano no pudo continuar. Cuando quiso seguir la frase que había comenzado de su boca solo salió un chorro de sangre. La flecha de Sagan se había clavado limpiamente en su cuello, atravesándolo por completo. El hombre se tambaleó un poco pero se desplomó enseguida al suelo, donde se retorció un poco hasta perecer bajo la mirada impasible de Sagan.
Sagan fue hasta el cuerpo y recuperó la flecha, limpiando la sangre en la hierba antes de volver a guardarla en el carcaj. Después fue hacia los feericos y desenfundó la espada, con la que cortó las cadenas que los ataban.
Ya ha pasado todo - les dijo, con una sonrisa - ¿Me podríais echar una mano? Tengo que llegar a un sitio y no se dónde está
El mas mayor de los feericos reaccionó y se acercó a Sagan - ¿A donde quiere llegar? - le preguntó, con algo de recelos
Sagan sacó el mapa y se lo mostró - Tengo que llegar a este punto del bosque, pero no se en que dirección ir
- Está usted demasiado al sur, pero si sigue en línea recta hacia el norte llegará en unas horas - dijo el feerico, observando el mapa con detenimiento
- De acuerdo, muchas gracias - dijo Sagan, despidiéndose de los dos feericos
- Gracias a usted... - musitó el feerico, mientras Sagan se iba. Ahora tenía que volver a casa con su hermano y explicarle a su madre que un mercenario les había capturado y un extraño humano con trazas feericas les había salvado...
Sagan volvió al caballo y emprendió la marcha de nuevo. Cabalgó durante aproximadamente una hora y media hasta que en un claro vio una señal reciente apuntando hacia la espesura. Sagan puso al caballo al paso y se dirigió en esa dirección. A lo lejos distinguió una silueta recostada en un árbol.
Ató al caballo en un árbol y le dejó pastando y se acercó a Kannos.
Ya estoy aquí.
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Sagan- Oráculo de Neliam
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Su personaje es: Sagan Limkaz, Humano semi-mestizo feerico, Archimago (Agua)
Trabaja de: Maestro en la Torre de Kazlunn
Pertenece a: La UVI-fundador, OPNI nº6
Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Kannos vio llegar al archimago, desde su posición contra un árbol, mientras anochecía en Idhún
- Bienvenido Sagan - le dijo con su eterno gesto frío - Llegas justo a tiempo. Necesito que te quedes aquí. Yo tengo que tratar un asunto - dijo - volveré dentro de poco - dijo, mientras comenzaba a caminar entre la espesura, en una dirección aparentemente determinada.
- Bienvenido Sagan - le dijo con su eterno gesto frío - Llegas justo a tiempo. Necesito que te quedes aquí. Yo tengo que tratar un asunto - dijo - volveré dentro de poco - dijo, mientras comenzaba a caminar entre la espesura, en una dirección aparentemente determinada.
Ambientación*- Usuario moderado
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Sagan llegó al pequeño campamento de Kannos. Se sorprendió al no encontrar a Zirathon ya allí, pero no se preocupó en exceso.
Escuchó al mago mientras dejaba su mochila en la hierba, entre unas raíces.
- Por supuesto - dijo.
Cuando se quedó solo acercó un poco mas el caballo, se quitó la capa y sacó una chaqueta de su mochila. Se puso la capa de nuevo, y al poco rato notó que entraba en calor: si tenía que pasar la noche a la intemperie mas valía que se abrigara bien.
Luego se recostó contra un árbol para dormitar un rato, no sin antes comer algo y darle algo de comer a su pequeño conejo.
Escuchó al mago mientras dejaba su mochila en la hierba, entre unas raíces.
- Por supuesto - dijo.
Cuando se quedó solo acercó un poco mas el caballo, se quitó la capa y sacó una chaqueta de su mochila. Se puso la capa de nuevo, y al poco rato notó que entraba en calor: si tenía que pasar la noche a la intemperie mas valía que se abrigara bien.
Luego se recostó contra un árbol para dormitar un rato, no sin antes comer algo y darle algo de comer a su pequeño conejo.
Sagan- Oráculo de Neliam
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Kannos reapareció un rato después, acompañado por una feerica.
Sagan, te presento a Aile - dijo al llegar, haciendo las presentaciones - Aile, este es Sagan
Tenemos trabajo que hacer.
Sagan, te presento a Aile - dijo al llegar, haciendo las presentaciones - Aile, este es Sagan
Tenemos trabajo que hacer.
Ambientación*- Usuario moderado
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Aile siguió a Kannos, tal como le había indicado. No podía permitir que aquel archimago se saliese con la suya. Kannos la condujo a través de los árboles. Mientras caminaba, Aile comprobó que durante la 'caida' no había perdido nada. Suspiró aliviada, ya que tenía siempre mucho cuidado con su equipaje. No faltaba nada.
Entonces llegaron hasta un chico, al que Kannos presentó como Sagan.
-Encantada -dijo, sonriendo. Lo miró con curiosida. Tenía aspecto humano, pero en él se apreciaba algo de feérico. Aun así, no se paró a pensarlo, ya que Kannos dijo que había trabajo que hacer. Aile asintió con decisión.
Entonces llegaron hasta un chico, al que Kannos presentó como Sagan.
-Encantada -dijo, sonriendo. Lo miró con curiosida. Tenía aspecto humano, pero en él se apreciaba algo de feérico. Aun así, no se paró a pensarlo, ya que Kannos dijo que había trabajo que hacer. Aile asintió con decisión.
Aile Lunnai- Nigromante
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Kannos volvió acompañado por una feerica, a quién presentó a Sagan como Aile Lunnai - Un placer - dijo Sagan con una sonrisa.
Recogió su mochila y se la colgó a la espalda, mirando a Kannos, listo para partir a buscar el siguiente fragmento del báculo.
- ¿Hacia donde tenemos que ir ahora? - Le preguntó a Kannos.
Recogió su mochila y se la colgó a la espalda, mirando a Kannos, listo para partir a buscar el siguiente fragmento del báculo.
- ¿Hacia donde tenemos que ir ahora? - Le preguntó a Kannos.
Sagan- Oráculo de Neliam
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Su personaje es: Sagan Limkaz, Humano semi-mestizo feerico, Archimago (Agua)
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Nos tendremos que separar un tiempo - dijo Kannos - No será mas que un día, mientras parto hacia Celestia para coger el báculo que se oculta en Haai-Sil. Vosotros debéis partir a toda prisa hacia Gantadd y conseguir transporte al Reino Oceánico. No os preocupéis, os alcanzaré - dijo.
- El báculo del Reino Oceánico es el mas difícil de conseguir... bajo la Roca Maldita hay poderosos sortilegios, deberéis ir con cuidado - dijo - Ahora partid... ese caballo que has traído servirá para llegar lo suficiente rápido - dijo, mirando a Sagan.
Y acto seguido sin mediar mas palabras dió media vuelta y se fue, perdiéndose entre los árboles.
- El báculo del Reino Oceánico es el mas difícil de conseguir... bajo la Roca Maldita hay poderosos sortilegios, deberéis ir con cuidado - dijo - Ahora partid... ese caballo que has traído servirá para llegar lo suficiente rápido - dijo, mirando a Sagan.
Y acto seguido sin mediar mas palabras dió media vuelta y se fue, perdiéndose entre los árboles.
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Observó marcharse a Kannos, pensativa. La Roca Maldita... Aile había oído hablar mucho de ella, y no eran precisamente unos rumores tranquilizadores. Pero asintió, sombría. Había que recuperar el siguiente fragmento costase lo que costase.
Se volvió hacia su nuevo compañero.
-Estoy lista para partir -le dijo, sonriente.
Se volvió hacia su nuevo compañero.
-Estoy lista para partir -le dijo, sonriente.
Aile Lunnai- Nigromante
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
Sagan se quedó un momento parado... la Roca Maldita... había oído hablar de ese lugar, relatos aterradores sobre varu y humanos que se volvían locos al estar cerca de ella...
Sacudió esos pensamientos con rapidez y preparó al caballo.
- Yo también estoy listo - dijo, montando en el caballo y ayudando a Aile a hacerlo también - Vamos.
DEJO POST
Sacudió esos pensamientos con rapidez y preparó al caballo.
- Yo también estoy listo - dijo, montando en el caballo y ayudando a Aile a hacerlo también - Vamos.
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Sagan- Oráculo de Neliam
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Re: Entre los árboles del bosque - Rol Colectivo
-¡Gracias! - dijo Aile, al ver que Sagan la ayudaba a montar. Se subió al caballo con una sombra de temor en su rostro; la Roca Maldita... decían que no era muy agradable estar rondándola. Intentó no pensar en ello ocupándose de agarrarse bien; hacía bastante tiempo que no cabalgaba.
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Aile Lunnai- Nigromante
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