La historia de dos (Priv. Sasha y Alynn Shew)

Nandelt, Reinos Humanos

Hubo un dia en el que conocí a una chica, era una chica especial. Los dos pensabamos lo mismo, y aun que nos separáramos, en el fondo de nuestros corazones nos reconoceriamos tarde o temprano. Esa chica se llamaba Alynn. Y esta es la historia de cuando y cómo la conocí.
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-Venga, vamos, tu puedes.

Era de noche, estaba en un bar de poca monta, tal vez os pregunteis que hacía allí. Bien, yo era un chico que al que le gustaba probar cosas nuevas. Y me decanté por la lucha durante un tiempo, bueno a eso no se le podía llamar lucha. Mas bien eran las tipicas peleas de bar, pero no se... Era eso pero con normas y en una pequeña valla que hacia de "ring". Mientras que la gente de alrededor nos daban de vez en cuando algun objeto para dejar K.O al otro.

Bien, el tiempo de descanso ya pasó, habian pasado ya dos asaltos y me estaban dando lo que venía a ser una paliza monumental. Pero algo me decía que esa ronda iba a ser la mia y la iba a ganar.
Esa noche me enfrentaba a un tal O'Connor. Un gordo macizo el cual fardaba de ser el mejor luchador de Nandelt.

Cuando salí al "ring" el timbre sonó y el combate empezó.

Nandelt, Reinos Humanos

Apenas tenía 16 años, acababa de regresar de Shur-Ikail y buscaba respuestas. Pero el destino se encaprichó y quiso que conociera a aquel joven...

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No podía dejar de pensar en mi Maestro. Hacía pocos días me había despertado en aquella tienda Shur-Ikaili en la que llevaba más de 2 meses durmiendo, y lo había hecho sola. Le había llamado al no encontrarlo en la otra tienda, pero solo el silencio me quiso responder, así que decidí recoger todas mis pertenencias y marcharme sin más. Ni siquiera sabía su nombre, y el único recuerdo que de él me llevaba era una simple nota; aún así, sabía por algún tipo de presentimiento que algún día nos volveríamos a encontrar. Me había enseñado no lo solo a manejar mi espada, si no que incluso me transmitió todo su saber en otros campos como por ejemplo la historia de Idhun, y aquellos meses había sido decisivos en mi desenvolvimiento como persona.
Después de tanto caminar, había llegado por fin a Nandelt. Mi situación económica no era de las mejores, así que me dirigí hacia lo que parecía la parte más pobre de la ciudad. Entre las diferentes y baratas posadas que allí había, elegí la que me pareció mejor, pero aún así no dejaba de tener una muy poco decorosa apariencia. Entré.
Era una estancia más bien grande, con mesas y sillas pegadas entre sí para dejar sitio a un enorme "ring" compuesto solamente de unas cuantas vallas rodeadas por bastantes personas aclamando a los combatientes.

- Bien, cena y espectáculo - me dije a mi misma, y sonreí sarcasticamente. No era una idea muy conciliadora el pasar allí la noche, pero era lo mejor que me podía permitir.

Me acerqué a la barra, me senté en un taburete y pedí una cerveza y asilo nocturno. Mientras le daba pequeños sorbos, me dediqué a observar a la pareja que peleaba entre el sudor y los gritos de toda aquella gente. Uno de ellos era enorme y extremadamente gordo, pero no parecía demasiado inteligente, solo... enfadado. El otro era un chico que aparentaba unos 17 años, bastante menor que su contrincante. Era de complexión delgada y musculosa, pero no en exceso, con una piel bastante clara; tenía el pelo de un tono casi blanco, y sus ojos azules parecía centellar de pura diversión, pero no parecía en un muy buen estado, pues el gordo le estaba dando una buena paliza.
Al final del primer asalto, terminé la cerveza y me acerqué para observar mejor la pelea. No me gustaba mucho el combate cuerpo a cuerpo ya que yo misma no era muy fuerte, además de parecerme más noble y dárseme mejor la espada; sin embargo, el final de esta pelea de bar me interesaba. El chico se había sentado en una silla esperando el timbre de la segunda parte, y me acerqué sigilosamente por detrás. Cuando llegué hasta el lugar, le susurré:

- He apostado todos mi dinero en tí, así que más te vale que venzas - le miré con expresión dura y me alejé. Siempre motiva saber que alguien deposita toda su confianza en ti, y lo hubiera hecho de haber tenido más dinero, pero tenía un buen presentimiento sobre su suerte en el próximo asalto; parecía inteligente y daba la sensación de tener un plan. Además, a juzgar por la expresión de mal humor de su contrincante, el chico había sido golpeado pero no se había rendido como había esperado. Me reí mientras el timbre volvía a sonar; esa noche me iba a divertir.

Observé como el chico se secaba el sudor con un pañuelo posado en las vallas, y de repente se lo lanzaba al enemigo. Con esta maniobra de despiste, empezó a golpearle rapidamente por cada una de las zonas más vulnerables del cuerpo, terminando con una fuerte patada en la cara que hace que aquella enorme masa compuesta de carne y mal humor salga despedida hacia tras, derribando una de las vallas y a varias personas, y dejando a la taberna en completo silencio. Después se fue con expresión tranquila a la barra, y pidió una cerveza.
Le miré realmente sorprendida y me acerqué; había esperado una victoria menos... espectacular. Inmediatamente le sonreí misteriosamente mientras me sentaba a su lado y le dije:

- Felicidades, sabía que te motivaría a ganar. Sin embargo, te he mentido, pero hubiera apostado por ti si hubiese tenido alguna moneda. Mi nombre es Alynn Shew.

Se llamaba Sasha. Lo miré detenidamente mientras un hombre se acercaba y le daba una bolsa repleta de monedas. A continuación sacaba algunas y me las entregaba con una sonrisa, diciendo que era por haberle ayudado a ganar.
Hacía mucho tiempo que no tenía una conversación como era debido con alguien, pues con el Maestro solo había hablado sobre los conocimientos que este me enseñaba, y Sasha parecía alguien con quien podía volver a hacerlo. Iba a preguntarle de donde era cuando me quedé mirando sus ojos, y pensé que eran preciosos. Azules casi eléctricos, parecía como si saliesen chispitas de energía de ellos; sin pensarlo apenas, le dije:

- Tienes unos ojos muy bonitos.- Inmediatamente me arrepentí de pronunciar aquellas palabras, y no era la primera vez que me pasaba, pues me solía dejar llevar por impulsos como aquellos.

Enrojecí levemente, carraspeé y lo intenté otra vez:

- Perdona, olvida eso. Y bien, Sasha, ¿te dedicas a la lucha?

Sasha dijo que ahora mismo se dedicaba a la lucha, pero que le gustaba probar cosas nuevas y que cambiaba a menudo de oficio. Yo en mi vida había tenido un trabajo fijo, en eso nos parecíamos, pero mi Maestro también me había enseñado como crear una espada, y la verdad es que no se me daba del todo mal. Él me había hecho una espada especialmente para mí, y yo le había dado los retoques finales a Vienal con mis propias manos.
Su mirada se había posado en mi pelo, parecía que le agradaba. Después, me volvió a mirar con aquellos ojos color zafiro y me preguntó donde me alojaba.
Suspiré.

- Bueno, en principio me disponía a pasar la noche en este cuchitril, pero ahora que tengo más dinero...- dije, aninmándome de pronto. - ¿Conoces algún sitio no demasiado caro, pero... limpio?.

Miré a mi alrededor, todo el bar estaba cubierto de una especie de mugre que parecía tener varios años. Gracias a los Dioses, no tendría que dormir allí. Me levanté, y le dirigí una sonrisa a Sasha .

Sasha dijo que el sitio donde él se alojaba estaba mejor que aquella pocilga, y despues de anular mi reserva, nos fuimos de allí.
Caminamos durante apenas unos minutos hasta llegar a una especie de posada con un letrero de madera que ponía La Comadreja Parda. Entramos, y allí Sasha pidió una habitación para mi. Mientras esperábamos le eché una ojeada al local, la estancia principal era un poco más pequeña y con la rústica decoración típica de Nandelt, pero no estaba nada mal para su bajo precio.

- Lo siento, está todo cogido...- dijo el dependiente al regresar.

- Ya se, podrías dormir en mi habitación, yo dormiré en el sofá. Venga, vamos.- se le ocurrió a Sasha. No tuve ni tiempo a responder, pues Sasha me cogió suavemente del brazo y me llevó arriba.

Llegamos hasta una tosca puerta de madera, que se abrió al crujido de la llave, y dejó ver un agradable salón con una mesa y sillas, una pequeña estantería con libros, y dos grandes ventanas, ahora dejando transpasar los rayos lunares; también había dos puertas, que supuse que serían la habitación y el cuarto de aseo.

- Es muy bonita. Muchas gracias, pero yo dormiré en el sofá.- dije divertida, mientras me paseaba por la estancia. Abrí la puerta de la izquierda, y allí se encontraba el pequeño cuarto de aseo.- Me gustaría poder darme un ba... Oh, tienes un corte.- me fijé de pronto.

Sin decir palabra, me coloqué enfrente de él, que aún estaba en la puerta, y posé mis dedos sobre el corte de sus labios. Mientras mi magia actuaba, mi mirada divagó por cada uno de sus rasgos ciertamente bellos, para finalmente volver a posarse en la suya. Había algo en aquellos ojos que me intimidaba hasta el punto de hacerme estremecer, pero eran tan bellos... Lo acababa de conocer, y ya me sentía atraída.

-Oh, no seria un hombre si no te dejara dormir en la cama. Insisto, yo dormiré en el sofá.

Dije sonriente, luego de pronto dijo que tenia un corte y se acercó a mi y me empezó a curar con una extraña magia. Alynn me miró a los ojos y yo también y los dos nos quedamos mirandonos durante un momento, luego me di cuenta de que la estaba... ¿¡La estaba besando?!


Off: Sorry, post caca

Sin pensarlo nuestras bocas se unieron, y un escalofrío me recorrió de arriba abajo. Me dejé llevar por el beso, mientras mis mano derecha rodeaban su cuello con suavidad y mis dedos se deslizaban por su pelo.
Bebí de él con más intensidad, con avidez, atrayéndolo hacia mí... ¿pero qué estaba haciendo? Lo acababa de conocer, pensé. Me separé un momento de él con un suspiro.

- Apenas sé quien eres, ¿qué estamos haciendo?- le pregunté, confundida. Aún así, en el fondo deseaba volver con sus labios.

Off: Demasiado pasteloso ? JAJAJA

Off: Buah, en estos tiempos hace falta ser pasteloso/a con todo xDXD

Alynn me respondió con otro beso, cosa que me sorprendió mucho. Dios, nos acababamos de conocer, pero era como... Era como si estuvieramos hechos para besarnos. Cuando Alynn se separó y me habló yo la miré fijamente a los ojos los cuales se me iluminaron de ¿alegria?¿euforia? Quien sabe...

-Yo tampoco te conozco... Pero... Creo que es mejor aprovechar el momento, tal vez no nos volvamos a ver jamás, y... No se que decirte... Estar contigo es como si todo alrededor se parase...

Me estaba liando, me estaba poniendo nervioso... Por los Seis, yo unicamente quería volver a besarla y estar con ella mucho tiempo.

-Yo tampoco te conozco... Pero... Creo que es mejor aprovechar el momento, tal vez no nos volvamos a ver jamás, y... No se que decirte... Estar contigo es como si todo alrededor se parase...

Seguía abrazada a él, e intenté reflexionar durante unos segundos mientras me mordía el labio. Lo único que conseguía pensar en aquellos momentos era que quería volver con él, así que volví a besarlo mientras le sonreía. Después me separé y lo agarré de una mano mientras lo guiaba hacia la puerta que se suponía era la habitación. La abrí y vi una austera habitación que solo tenía una cama y un gran armario, tiré de él hacia dentro, y lo volvía besar mientras me reía y la puerta se cerraba con un ruído sordo tras nosotros.

Alynn me cogió de la mano y me llevó hasta la habitación mientras se reia y me volvia a besar. Después del beso sonreí e hice un comentario.

-¿Entonces es un si?

La volví a besar mientras la cogía de la cintura y la atraía hacia mi para estar mas cerca, para tener esos labios cercanos para besarlos, durante toda la noche. Disfrutar de ellos como una lluvia en el desierto. Al igual que disfrutaría de Alynn entera.

Off: Dios, yo suelo ser de posts mas largos xDXD

- ¿Entonces es un sí?

- ¿Tú que crees?- susurré, y lo volví a besar mientras le empezaba a quitar las ropas.

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La luz de los tres soles iluminaba ya completamente la habitación cuando me desperté. Envuelta por las sábanas, empecé a recordar todo lo que había sucedido la noche anterior, y no pude evitar sonrojarme; me dí la vuelta con cuidado de no mover demasiado el brazo que me rodeaba la cintura, y me topé con los ojos aún cerrados de Sasha. Sonreí al darme cuenta de que había sido la primera vez que me había entregado así con alguien, y me sorprendía haberlo hecho con un casi desconocido. De todos modos, había sido la mejor noche de mi vida.
Vi como los ojos de Sasha se entreabrían perezosamente, y le di un breve beso mientras me acurrucaba en su pecho con una sonrisa

- Buenos días.

- Buenos días, preciosa. ¿Has dormido bien?

- Muy bien, y ahora no quisiera moverme.- le dije aún medio amodorrada.

Levanté la cabeza para observar esos ojos que tanto me gustaban, y lo besé intensamente otra vez mientras lo abrazaba. Nunca me cansaría de sus labios, pensaba. Le mordí el labio inferior con una sonrisa, y le pregunté:

- ¿ Y ahora qué hacemos ?

Off: Haz posts más largos y explicando más, que si no no tiene graaaacia Hoy no estaba muy inspirada, la verdad Jajaja

Off: Yo igual jajaja, estoy con examenes y no me viene mucho la inspiracion, solo 56 de "x" multiplicado por 91 de "y" xDXD cosas asi.

Sonreí y respondí al beso que me dió. Dios, me encantaba besarla y seguro que ella pensaba lo mismo. La abracé y jugueteé con su pelo enredandolo en un dedo suavemente y volviendolo a desenredar.
Sonreí de nuevo cuando me preguntó que qué haciamos ahora y me estiré sin dejar de abrazarla.

-Yo quisiera estar asi siempre, pero supongo que habrá que levantarse... No se, dime que quieres hacer tu y yo lo haré contigo con mucho gusto. Pero antes de nada, si se que podemos hacer: Desayunar.

Me levanté de la cama con mala gana, no me apetecía, me di cuenta de que estaba completamente desnudo y miré picaramente a Alynn, luego me vestí y salí de la habitación para ir al comedor y traer el desayuno. Cuando volví a la habitación habia traido una bandeja con un surtido de dulces y leche caliente. Cogí unos cuantos dulces y me los comí, luego cogí mas y dejé la bandeja en una mesita y me volví a meter en la cama con Alynn de nuevo mientras la daba un dulce por un beso.

-Yo quisiera estar asi siempre, pero supongo que habrá que levantarse... No se, dime que quieres hacer tu y yo lo haré contigo con mucho gusto. Pero antes de nada, si se que podemos hacer: Desayunar.

Se levantó y sonrió picaramente al darse cuenta de su desnudez. Me reí mientras observaba como se vestía, y le pedí que me dejase su camisa; lástima que hubiese que levantarse. Se fue a buscar comida, momento que aproveché para darme un rápido baño y ponerme su camisa. Me metí entre las sábanas, que olían a nosotros, otra vez para protegerme del frío de Nandelt; cuando Sasha volvió ya traía leche caliente y algún dulce.

- ¡ Déjame alguno !- le dije mientras se comía algunos. Luego cogió otro puñado de ellos, volvió a la cama y me metió uno de chocolate en la boca.

Pasamos un rato entre caricias, besos y pasteles. Cuando se habían acabado ya todos los dulces, y volvíamos a estar abrazados, se me ocurrió una idea.

- Quiero conocerte, ¿porqué no me cuentas... como era tu vida antes de todo esto?- le dije riendo.

Sasha cerró los ojos, pensativo.

- Bien... Todo empezó en la Tierra, perdí a mis padres cuando era casi un niño y bueno, de repente me vi aqui en Idhun. Fui adoptado por... fui adoptado por un ermitaño el cual me cuidó hasta que tuve diecisiete años. Luego me dió una bolsa de oro y vine a buscar trabajo. Hasta ahora. Bueno, ¿y que hay de ti? Yo tambien quiero conocerte.

No parecía muy convencido cuando lo contó, y me dio la sensación de que quizás me escondiese algo. Bueno, era normal que no quisiese contarlo todo, y no le pregunté. Empecé a ordenar mis pensamientos, y al final respondí.

- Veamos... yo nací en Kosh hace apenas 17 años, mis padres eran mercaderes, y tenía un hermano un año menor que yo llamado Zaresh. Cuando cumplí los 15, me quisieron casar con un hombre rico y bastante poderoso, pero lo rechacé, y amenazó la vida de Zaresh. Mi hermano desapareció, y poco después fue asesinado... - al recordarlo, mis ojos se humedecieron. Intenté proseguir.- Amenacé al antiguo pretendiente de muerte, pero realmente no sabía nada puesto que lo había dicho como un farol, y al no averiguar nada en Kosh, me marché de allí en busca de sus asesinos. Viajando por Alis Lithban, un unicornio me bendijo con su don, y me marché a estudiar a las torres de hechicería. Aquello se me daba bien, así que no permanecí mucho tiempo, y seguí viajando.

Me detuve un momento, insegura al recordar los meses pasados en Shur-Ikail. Finalmente, le conté como había conocido a mi Maestro, y finalmente como me había abandonado con una simple nota.

- ... y eso es todo.- dije con una media sonrisa amarga.

Off: Para lo de mi Maestro, mira mi ficha, porfis ^^ http://www.rolmemoriasdeidhun.com/t250-alynn-shew-yan-hibrida-de-dragon

Escuché todo lo que me conto Alynn, y cabia decir que era una historia muy triste. La abracé en señal de consolacion, de proteccion y de cariño. Cuando acabó solté un suspiro y la mire a los ojos, a esos ojos que tanto me gustaban.

-Vaya... Siento lo de tu hermano... Y lo de tu maestro.

Dije en un murmullo, luego despues de unos minutos abrazados y en silencio me levante de la cama con mala gana y me vesti de nuevo, luego fui al servicio y me lave la cara, luego me quede mirando al espejo pensando en la historia de Alynn... Y en si deberia haberla dicho lo del shek y quien era en realidad.

Off:¿Le metemos algo de accion al asunto o seguimos como estamos? Lo digo por que si quieres que le metamos accion yo se como.

Off: siento la tardanza, exámenes y eso...

Sasha me abrazó y me dijo que sería mucho lo de mi hermano y lo de mi maestro. Después se levantó, se volvió a vestir y se metió en el cuarto de aseo.
Llevaba buscando a sus asesinos tanto tiempo... y nunca había encontrado nada, ni una sola pista. Zaresh y yo habíamos estado muy unidos, y empecé a rememorar nuestros momentos juntos. Nuestros juegos, nuestras miradas cómplices cuando hacíamos cualquier trastada infantil, incluso nuestras pequeñas discusiones que siempre habían acabado en cariñosos abrazos. Él me había apoyado cuando no quise casarme con aquel malvado humano, incluso a sabiendas de la amenaza que se había pronunciado sobre él. Era un año más menor que yo, y siempre intentaba protegerme de cualquier cosa, como yo hacía por él.
El recuerdo se había apoderado de mi, y me levanté de la cama mientras me limpiaba las lágrimas que resbalaban por mis mejillas. Empecé a vestirme, y cuando terminé ya había conseguido despejar mi mente de aquellos lejanos sucesos. Seguiría haciendo todo lo posible por encontrar a los culpables, pensé con rabia.
En cuanto a mi maestro... no sabía porqué, pero tenía la certeza de que volveríamos a encontrarnos algún día. Procuré no pensar mucho en ello.