Cesura {Libre}

Tras un porlongado tiempo de descanso, ha llegado el momento de mostarse una vez más al mundo. El joven, Jack, antiguo héroe ya olvidado... los recuerdos de su pasado se tornaban nostálgicos, hacían mención a un tiempo en el que él era algo más que un trotamundos sin verdadera razón de ser. Pero no merecía la pena añorar tales tiempos, solo podía... continuar su camino.

Siguiendo la senga, el joven permaneció en silencio. En su cintura descansaba una espada de aspecto deslumbrante, un arma conocida como Domivat... portarla era todo un honor.

Ya hacía mucho que el nombre de Eliwood dejó de hablarse en la boca del populacho y no quedó más que un cantar antiguo y desdeñoso en alguna biblioteca de las torres de magia. Su supuesta tierra se alzaba sobre él. Ya había viajado mucho por Idhun, todo lo que él siempre había querido y en la más absoluta discreción. Sus tiempos fueron demasiado movidos para una sola vida. Aunque no todas las historias finalizaron como debería ser, se consuela que su destino siempre habría de ser así. Con mirada al frente, no pestañeaba y seguía adelante.

Como de costumbre, estaba en su antigua cueva. Perfeccionando sus habilidades de dragón y de caballero exiliado. Sólo le quedó el honor y la rapidez de lo que le eran propios. No podía evitar hacerse daño, un buen entrenamiento ahora podía significar vivir un día más el día de mañana. Un poco magullado, fue a uno de los pocos lugares donde podría haber agua, para limpiar sus heridas. Mientras se curaba, algo detecto que le venía por el aire.

- ¿Hay alguien ahí? - gritó a los cuatro tiempos. Agudizó el oído para escuchar sus pasos y saber por donde venía. Así se pudo encarar ante él.

Pero un Saeta volvió. después de tanto tiempo, ¡mi amigo fiel volvía a estar conmigo! Llevaba una carta consigo, ¿¡que era esto que leían mis ojos!? NO podía seguir más en mi tierra y tenía que volver para ayudar a Nanetten, mi ciudad. Ya era suficiente huir tanto, huir de mis responsabilidades. ¡Mi tierra había sido invadida por un extraño y no podía más que ir y luchar por ella! Sin pensármelo, tomé el vuelo y me dirigí hacia mi próximo destino. La conquista de Puerto Esmeralda.

DEJO ROL