Humedad por el camino....[Privado, Kumiko y Lurr y Zahira (recien unida), se aceptan peticiones para unirse]

*Caminando entre las sombras de los arboles, por el dia mientras los tres soles apuntaban desde el horizonte, su tunica negra ondeaba en el viento, y su rostro era tapado por una capucha, solo se veia dos brillos rojizos debajo de la capucha, mientras se sentaba en un arbol entre las ramas* Estupida humedad, seguro que si quemo este arbol estare calentito... pero que mas da. *Dijo entre murmullos mientras se apoyaba en el tronco musgoso y su mirada de posaba en un arbusto lleno de bayas con su mano enguantada cogio un par de bayas que lanzo al aire, solo cogio una con la boca las demas estaban por el suelo, poso las manos tranquilamente entre las rodillas mientras cerraba los parpados para descansar* Hm, puñetero sol, *Miro un momento a los tres soles y bajo la mirada casi cegado* Brr, puñeteros dioses. *se acaricio la barbilla bajo la capucha y volvió a intentar descansar*

Kumiko se dirigía a paso lento hacia no sabía exactamente donde, simplemente buscaba sombra. Venía de Awinor, y allí el sol calentaba demasiado para su gusto. Kumiko andaba cansada, hacía tiempo que no bebía agua y la humedad hacía que sintiera que el calor la cubriera como una manta.
Continuando con su paso lento continuaba caminando cada vez con la espalda más curvada hacia el suelo. Dentro de poco sus piernas no iban a poder aguantar su peso. Una baya rodó hasta sus pies y esto hizo que levantara la cabeza del suelo con sorpresa. Un hombre encapuchado se encontraba a unos pasos más hacia delante. Kumiko, con miedo, como siempre se quedó donde estaba, observándole. Su carácter timido hizo que sus piernas temblaran un poco haciendo que cayera al suelo estrepitosamente.
- Mierda.- balbuceó intentando levantarse y mirando de reojo a aquel hombre que daba algo de miedo.
- Que no se acerque.. que no se acerque...- pensó. No tendría fuerzas para pelear en ese instante si lo que él quería era eso.

*Al principio no se entero de nada, pero cuando escucho una caída abrió los ojos y miro a la mujer, mientras se apretujaba mas contra el árbol para asegurarse mas sombra, y posaba su mirada que bajo la capucha eran dos pares de luces rojas sobre la mujer o hombre o lo que fuese* Buenas..... *su cuerpo estaba debilitado por la luz de los tres soles, mientras ideaba un plan de escape por si la mujer o hombre planeaba atacarle* ¿Que os trae por este lugar?, buscar una sombra, que los soles dan fuerte. *solto una leve carcajada fria y maligna, mientras se acomodaba entre el musgo, mientras hacia crujir los dedos de la mano, y cogia una manzana de su bolsa que pego un mordisco, murmuro una palabra y la manzana se empezo a pudrir en su mano, mientras escuchaba los sonidos del bosque y miraba a la mujer o hombre* ¿Es un hombre o una mujer? *dijo pensativo, mientras cerraba los parpados un momento y los volvía a abrir*

Kumiko aun tirada en el suelo suspiró de alivio al ver como él dudaba de si era hombre o mujer.
-Al parecer no me ve desde aqui.- pensó aliviada, pero empezó a tener miedo de nuevo al ver como la manzana que acaba de coger se pudría en sus manos.
La chica intentó levantarse poco a poco sin hacer mucho ruido, y cuando ya estaba del todo enderezada intentó mantener las pocas fuerzas que la quedaban para intentar dar una imagen de seguridad y fuerza. No quería aparentar debilidad. Su pelo negro debido a la humedad se le pegaba a la cara asique con un movimiento rutinario lo movió un poco con sus dedos mientras respondía:
- ¿ Aun estando a esta distancia no podías distinguir si era hombre o mujer? Eso dice mucho de ti... ¿sabes? - dijo con tono neutro pero altivo, casi se diria que no estaba cansada, pero por si acaso las piernas la fallaban no se movió del sitio.- Jeh... ¿has visto pocas mujeres o qué?

*Su mirada se poso furiosamente sobre Kumiko como si viese su alma y sus secretos* Claro que he visto mujeres, pero es que parecías un hombre desde esta distancia. *en su rostro oculto apareció una sonrisa maligna, mientras posaba la mano en una rama gruesa y apretó con fuerza mientras la partía, después se recostó un poco entre la hierba y el musgo, intentando que ninguna parte de su cuerpo salga al odiado sol* ¿Sabes? normalmente alguien se presenta. *La mira, como esperando que diga su nombre, y su mano derecha se posaba sobre la hierba mojada por las lluvias, y su mirada se poso en los soles que lentamente iban guardándose entre las montañas para que dentro de poco apareciese la bendita noche mientras un suspiro de alivio salia de su garganta* y dime, ¿Que te trae por aquí mujer? *mientras con su brazo izquierdo cogía parte de la rama gruesa partida y la colocaba en su bolsa*

Un ligero ardor apareció en sus mejillas ante la mirada que la había echado aquel individuo, pero mantuvo la compostura.
- ¿Acaso no tengo pinta de mujer... Hombre?- dijo siguiendole el juego de acabar casi todas las frases con ese calificativo.- No soy persona de normalidades, no creo que te interese saber mi nombre, al igual que no me interesa el tuyo.
Kumiko se cruzó de brazos y esperó su respuesta desafiante. Pero interiormente aquel hombre la daba bastante miedo y lo único que quería en ese momento era tirarse al suelo. No sabía cuanto podría aguantar más. La necesidad de beber agua poco a poco estaba ganando.
Observó detenidamente sus movimientos y se fijó que parecía evitar cuanto más pudiera al sol. Eso la inquieto y su forma de ser dura no pudo quedarse callada.
- Oye.. caballerito... vas de duro, pero parece que tienes miedo de los rayos del sol... ¿Es que tienes miedo de ponerte moreno y perder esa palidez que seguramente tienes?- pregunto pícara.

*la mira* Supongo que tienes razón, el nombre es solo un nombre, Mujer, y no, no tienes pinta de mujer. *Al ver que le decía lo del sol que empezaba a ocultarse sonrió bajo la capucha mientras empezaba a murmurar unas palabras y se volvía un estado como gaseoso como una nube negra que se alzo en el cielo y apareció detrás de la mujer, colocando la mano enguantada en tu espalda* Puede que si, puede que no ¿verdad mujer? *de su bolsa saco una cantimplora y dio un trago mientras se lo ofrecía a la mujer* ¿Quieres? *entonces guardo repentinamente la cantimplora cruelmente, mientras se posaba en el tronco y el frió llegaba sigilosamente, el frió era como la muerte que se acercaba en silencio y te sumía en un sueño profundo del que jamas despertarías, solo que este frió era solo frió y el se froto las manos*

Kumiko iba a contestar a su comentario de que no tenía pinta de mujer cuando de repente vio como aquel hombre se convertía en una especie de gas y sin previo aviso sentía como él estaba a su espalda y apoyaba su mano en ella. Un escalofrio que no pudo evitar surcó su espalda y se maldijo asi misma ya que seguramente él lo notaría y sabría que le teme. Se giró poco a poco poniendose en frente de él. El hombre era más alto que ella y para su disgusto estaban los dos demasiado cerca uno del otro. Vio como bebía agua y como la jugaba una mala pasada pensando en aquel delicioso liquido que ella no podría saborear. Eso hizo que se tambaleara y se apoyara en el mismo tronco en el que él estaba apoyado.
- Sucio bastardo..- murmuró intentando serenarse. Empezaba a marearse.
Kumiko se desabrochó un poco su chaqueta, que la llevaba del todo abrochada haciendo que su camiseta básica blanca se viera. Empezó a hiperventilar, pero intentó que no se notara mucho. Solo que la frenética subida y bajada de su pecho no podía ocultarla. Él se daría cuenta y eso la molestaba.
Otro escalofrió surco su espalda al empezar a notar como un frío que nunca antes había sentido empezaba a alcanzarla. Levantó la cabeza hacia él poco a poco y le miro desafiante.
- ¿Acaso vas a matarme? ¿O que me vas a hacer? ¿Acaso vas matando a todos los que te dan un poco de conversación?- dijo en un tono bajo pero que él podría escuchar.

Gracias, si, soy un sucio bastardo. * pareció escucharlo, pero le dio igual, vio como se apoyaba en el mismo tronco pero no hizo nada, mientras miraba como el pecho subía y bajaba, una sonrisa cruel apareció en su rostro, y sacaba otra vez la cantimplora lleno del liquido glorioso y se lo ofrecía, total habría mas oportunidades de gastarle cosas crueles* Toma, para ti. *miro al cielo, como llegaba la noche y escucho como la mujer decía de matar y se río con una risa cruel* Si quisiera matarte te habría matado, y el frió viene por que se esta haciendo de noche, Mujer. *se apoyo aun mas mientras posaba su mirada en la chica* Hm....¿Quieres seguir hablando o que? *Le pregunte pensativo*

Sus brazos cogieron la cantimplora sin que su cerebro diera la orden. Se acercó la cantimplora a los labios y empezó a beber como una loca, haciendo que algunos hilillos de agua cayeran fuera de su boca, haciendo que mojaran su cuello y pecho. No la importaba. Cuando acabó el agua, se acercó la cantimplora a la mejilla, para enfriarla un poco.
- De nada .- dijo refiriéndose a su comentario de "sucio bastardo".No dio las gracias por el agua, era demasiado orgullosa.
Antes había observado su cara y había visto una sonrisa cruel en su rostro pero intentó no darle importancia. Kumiko miró a su alrededor y vio que él tenía razón. Se estaba haciendo de noche. Una brisa de aire hizo que revolviera su pelo, que rozo el brazo del hombre.
Oyó su comentario y respondió altivamente:
- Oh, pues gracias por no matarme su alteza.- dijo haciendo un amago de reverencia.- ¿eso significa que le he caído en gracia?
Dijo enarcando una ceja y mirándole desafiante.

*La mira un momento mientras apretaba el puño* Tengo curiosidad.....si te agarrase y te lanzase ¿a cuanto te alejarías? * después se sentó en el suelo lleno de hierbajos, mientras apoyaba la cabeza en el tronco* Y haces bien en llamarme Alteza, Mujer, no vaya a ser que derrepente pudieses volar. *cerro los parpados un momento, mientras los volvía a abrir y con el pie tiro a la mujer al suelo, haciéndola que se sentase* Hm....Se me escapo. *una sonrisa aparecio en su rostro, mientras poso la mano en sus rodillas, y miro a la Mujer con gesto pensativo se acaricio la barbilla, mientras cruzaba las piernas como un metodo de meditacion y sus manos se posaron en el suelo, para juntar las dos manos y colocarlos como si estubiese rezando* ¿y de donde vienes Mujer?

Kumiko se puso alerta ante su comentario, él iba en serio y lo sabía. Inconscientemente le hizo burla mientras él hablaba moviendo sus propios labios y sacando la lengua cada vez que él decía algo, pero paró en seco cuando notó como él tiraba de su pie y la hacía caer a su lado. Haciendo que los dos estuvieran sentados. La cara de susto no pudo quitarla a tiempo para que él no la viera y eso hizo que se pusiera algo colorada pero ya fue el colmo cuando notó que él posaba una de sus manos en sus rodillas temblorosas.
Como acto reflejo apartó las rodillas haciendo que la mano de él estuviera algo más alejada. Le miró incrédula.
- Eh... ¿Qué ibas a hacer con esa mano?- le preguntó sin miedo, y contestándole a su ultima pregunta dijo.- No te he preguntando de donde vienes tu, a si que no te interesa de donde vengo.
EL pecho de Kumiko seguía estando basnte activo, asique para cubrilo un poco se rodeó con los brazos, intentando dar una postura de indiferencia.

*la miro con una sonrisa* Estabas temblando como un perro mojado. *Se rió mientras se echaba en la hierba mirando al cielo nocturno con su bóveda celestial, después miro a la mujer* Hm, ¿me vas a decir tu nombre o no? me estoy cansando de llamarte mujer. *Una sonrisa apareció en su rostro, mientras se apretujaba en la hierba y en su capa negra como la noche* ¿Sabes? Huelo tu miedo.....resulta tan delicioso..... *cerro los parpados mientras escuchaba lo que iba a decir la mujer pero antes dijo una palabra* y si me hablas mal te cojo del cuello y ya veras... *hartado de este jueguito entre ellos, mientras su respiración empezaba a suavizarse lentamente, como el soplido de una mariposa, o el alzamiento de un viento*

Cada comentario que él iba haciendo era peor el que anterior y eso la asustaba, pero no iba a caer en su juego.
- Si estas cansado de llamarme mujer... no me llames, ¿no crees que asi es más sencillo todo? ¿Eh, Hombre?- continuo diciéndole retadora.
Oyó como su respiración se relajaba y durante un segundo no dijo nada. Lo aprovechó para abrigarse un poco más con la chaqueta. Empezaba a correr el aire frío.
- Mi nombre es Kumiko... y ya que te he dicho el mio deberías tu decirme el tuyo...- dijo colocandose el pelo.- Y ... ni se te ocurra tocarme.. que yo también tengo fuerza para hacerte daño. ¿No querrás retarme verdad?- mintió. Puede que en otro momento si pudiera pelear bien, pero todavía estaba demasiado cansada, y estar en esa tensión con él hacia que se agotara más.

*Escucho su voz, algo lejana y se acerco al mundo del despertar* Mi nombre es Lurr, y no creo que puedas contra mi, mi fuerza supera al de casi todas las razas, incluso igualo al del dragón. *Es como si estuviese mintiendo, por que no tiene ni un solo musculo, esta en los huesos o eso parece* y encantada de conocerte señorita Kumiko. * abrió los parpados y se sentó mirando a la mujer* ¿y que me cuentas de ti? ¿De donde eres? ¿Donde naciste? *le pregunto con interes, mientras sus dos ojos que bajo la capucha eran rojos miraban a la mujer* ¿Tienes hambre? tengo comida de sobra... *Con una sonrisa en su rostro mientras pensaba en fastidiarla un poco*

Kumiko se sorprendio. ¿A que venia esta cambio de personalidad? Frunció el entrecejo, y sin darse cuenta giró un poco su cabeza en señal de intriga mientras le observaba con detenimiento el rostro. Podía ver a malas que sus ojos daban un color rojizo... ¿Que era él?
- Sobre lo de tu fuerza... lo que tu digas, caballerin. - contestó en su tono ya habitual.- y sobre lo de contestar a todas esas preguntas.. mejor no. Te acabo de conocer y por lo que estoy descubriendo no pareces una persona muy amable o samaritana que digamos...
Kumiko suspiró al oir lo de la comida. Al igual que estaba antes de sedianta lo estaba de hambre, pero intentó no mostrar una debilidad con eso.
- No, gracias, muy amable de su parte, pero no me apetece compartir su comida.- dijo con retintin.
Kumiko se estaba cansando de estar tan alerta y no quería que si ocurria, se desmallara delante de él, asique intentó levantarse e irse. Pero cuando lo intentó la fallaron las piernas y calló sobre él.

*escucho sus palabras pero no dijo nada y cuando cayo sobre el la sujeto por los hombros y la aparto con una fuerza asombrosa, mientras la miraba* Que me aplastas... *después la dejo de sujetar y saco una manzana de su bolsa y la dio un mordisco, mientras miraba a un ave cruzar el cielo rápidamente, y despues miro a la mujer y saco una manta hecha de pieles desconocidas....aunque parecen a la vez conocidas, y las tapo con ella a la mujer con una sonrisa macabra en su rostro, y se recosto en la hierba, un poco alejado de la mujer mientras miraba al cielo, fijo que se asustaba si se fijaba en que estaban hechas esas pieles y eso le divertiria....* ¿De verdad no quieres comida? *dio otro mordisco a la manzana y la destrozo en su mano limpiando la mano enguantada en la hierba, mientras se giraba y miraba a la mujer*

No llegó casi ni a rozarle y eso la sorprendió. Al parecer tambien tenia buenos reflejos. Kumiko se le quedó mirando embobada, sin saber que hacer. Simplemente le miraba y la unica pregunta que le surcaba la mente era "¿es un loco... o simplemente esta jugando conmigo?
También observó incrédula como la tapaba con una manta un tanto extraña. Se quedó mirando la piel un tanto confundida.. esa piel... era.. Sacudió la cabeza en señal de contradicción. No podía ser eso...
Kumiko empezaba a sentir miedo y esta vez ya no podía ocultarlo con esa pose dura, asique titubeante sacudió la cabeza en señal de afirmación cuando él le pregunto por la comida. No paraba de mirarle... engatusada. Cada vez daba más miedo... y la asustaba más cuando iba de amable.
- ¿Que quieres de mi?- se la escapó de los labios.

*le ofreció la comida, manzanas y algo de carne y verdura, todo en un cuenco de madera* No quiero nada, total solo estoy charlando contigo ¿Acaso eso es malo? Por que si es así debería charlar mas. *Una sonrisa apareció en su rostro, mientras se tapaba un poco mejor con su capa* Bueno, ¿Por que preguntaste eso? *Sus ojos se clavaron en los de Kumiko, como si intentase entrar en su mente y destrozar sus recuerdos hermosos y dejar solo los terribles y malos, siempre con una sonrisa cruel en su rostro, y se alejo un poco de ella, mientras volvía a mirar al cielo nocturno* Una noche hermosa ¿no crees?, aunque estaría mejor si todo estuviese cubierto de nieblas y nubes oscuras. *Mientras en su mente se formaba ese nuevo mundo, un mundo tan maravilloso y oscuro...*

Dejando de lado sus dudas con la capa intentó volver a encontrar su personalidad contestona y fría. Al ver de repente la cantidad de comida que él la ofrecía enarcó de nuevo una ceja y le observó curiosa.
[color=violet]- ¿Es que acaso tienes un bolso mágico en el que te cabe todo lo que quieres o qué? - preguntó mientras cogía uno de los trozos de carne y lo iba partiendo con la mano en trozos pequeños para que le entrara comodamente en la boca.
Kumiko, olvidando sus dudas sobre la capa inconscientemente se abrigó más con ella y ante su pregunta respondió.
- Porque... parece que si te he caído en gracia. Nos hemos encontrado aquí y me estas ayudando... aunque no se qué quieres a cambio después.- dijo bajando un poco la vista algo azorada, aunque volvió a levantarla decidida y sin miedo.- Soy de personalidad desconfiada, no soy de las que van en grupo... aunque.. me encontré con uno y... la dejé sola... por miedo...
Las últimas palabras de Kumiko sonaron algo tristes y cada vez hablaba más bajo, como si hablara para si misma, pero pronto recuperó el norte y continuó.
-No me gusta demasiado el sol, da calor y quema... estoy de acuerdo contigo. Pero la niebla no me gusta, te quita visión. Te impide saber que tienes delante.

Kumiko se quedó algo callada mientras observaba el cielo y recordando uno de los comentarios que él había hecho antes lo retomo y quiso saber su respuesta.
- Oye, antes me has dicho que no tengo apariencia de mujer. ¿Me vas a aceptar ya que tu no has visto mujeres en tu vida? ¿O es que acaso yo,que no voy con faldas y encajes te desoriento y no me sabes clasificar?

*La mira* Tienes razón con lo de la niebla. * Después miro al cielo* Vi mujeres, solo que tu eres muy muy extraña, ¿y por que no llevas falda? a mi me da igual, pero me resulta extraño ver a una mujer sin sus ropas tradicionales. *Dice con tono indiferente, mientras miraba al pájaro que cruzaba el cielo* Y no, no tengo un bolsillo mágico. *Se cubrió mas con la capa negra, y después miro a Kumiko* No sabes que soy ¿Verdad? *mientras pensaba que si se lo decía se asustaría, y eso seria divertido....* y dime,¿Por que no te gusta el sol? el sol para los seres vivos es la protección y la vida. *Después se cubrió un poco mas con su capucha negra*

Kumiko se sorprendió ante sus palabras. De verdad parecía curioso. ¿La tensión disminuía entre ellos o era solo su impresión?
- Llevas faldas me incomoda, prefiero llevar esto.- dijo refiriendose a sus pantalones de hombre.- son más abrigados y... me tapan más del sol.
Hizo una pausa y continuó diciendo:
- No.. no sé que eres, debes de ser mago... ¿no? Y sobre el sol... me quema la piel, me hace sudar, y eso no me gusta.
Kumiko se encogió de hombros y continuó comiendo.

*La mira con un suave destello en sus ojos* interesante la verdad, y si soy un mago aunque antes era un guerrero, ahora soy un mago de los poderosos y si, el sol es odioso.... *Mira los ojos de la chica y su rostro, después se tumba aun mas y mira al cielo* Creo que la humedad no se ha ido todavía. *Una sonrisa aparece bajo su capucha* ¿No me quieres preguntar algo Kumiko? *poso la mano en la hierba, mientras volvia a mirar a la mujer que parecia seguir estando cerca, el arbol evitaba que se separase mas, pero no dije nada mas, mientras los sonidos del bosque parecian mas silenciosos...* ¿Te dije mi nombre Kumiko? no me acuerdo si te lo dije, por si acaso te digo que me llamo Lurr.

Kumiko se puso algo sonrojada ante la mirada que le echó aquel antiguo guerrero.
- ¿Por qué me has mirado así?- preguntó curiosa mientras daba pequeños mordiscos a la poca verdura que la quedaba.
Kumiko se sentía curiosa, atraída por su personalidad. No muchas veces había entablado conversación con alguien y no sabía muy bien como continuar.
- Si... me dijiste tu nombre... y.. no, no sé que más preguntarte- se quedó pensativa unos instantes e inconscientemente se acercó un poco a él para intentar adivinar que se escondía bajo la capucha.
-¿Puedo..?- dijo levantando una de sus manos hacia él para bajarle la capucha.

No se. *Dijo a lo de mirarla así, después la miro cuando intentaba bajarle la capucha* Adelante. *Si se la bajas ves un pelo negro azabache, unos ojos de color verde esmeralda con un destello rojo como si viese en la oscuridad como cual lobo, un bigote, una perilla, y una cicatriz en los labios* Bueno ¿y para que quieres verme el rostro? *Una sonrisa cruzo sus labios cuando la miraba después miro al cielo, mientras su pelo tocaba la hierba húmeda, después miro al árbol, un árbol grande y hermoso, pero para el le era indiferente la vida, total el era un mago oscuro* ¿De que quieres hablar?