Re: TRAMA- Los caminos se cruzan...

**Eliwood** Mar Mayo 28, 2013 11:28 pm

Estaba claro que no debíamos de desaprovechar esa inmensa energía devastadora. El ardiente tango que protagonizaban ahora las dos bolas hicieron captar la energía liberada por la mismísima sombra. Umadhún era poder puro, un poder creado por los Dioses para acabar con la vida corrompida. Menuda ironía: el poder fue absorbido en gran cantidad, tales fueron que no evitaron cierta desestabilización de la forma de bolas de fuego. "Ahora mis pequeños" fueron las palabras de Aldun. Al igual que un pequeño satélite aprovechaba la gravedad de la masa para cambiar la dirección de su trayectoria, eso mismo se hizo con la energía. Describió una perfecta elipse entorno a las dos esferas, ahora en un frenético frenesí. La energía eléctrica era absorbida pero por culpa de la misma inherencia de la gravedad que causaban las bolas, dibujando grandes curvas, era de nuevo enviada al ser oscuro, corrompido por la oscuridad más absoluta. Fue un instante, no necesitaba más. La energía se atrae para igualarse, la energía vino a mí. La explosión del desgarro por autosaturación afectó a la sombra, por la cercanía, de modo que fue blanco fácil.

No hacía falta hablar, no hacia falta convencer. No éramos jueces, no estábamos juzgando sus acciones, si fuesen buenas o malas. Queríamos aquello que se nos había vetado: libertad. Libertad para hacer las cosas bien, y las cosas mal, para equivocarnos, para acertar. No eramos dioses, eramos personas en busca de un ideal, de aquello que no se puede ver, ni mirar, pocas veces sentir. Es la fe de que todo irá a mejor, la fe en nosotros. Nada es perfecto, los dos bandos tienen buenas y malas causas. Tú eres el que debes de elegir. ¿Quieres un mundo perfecto donde tu camino esté perfectamente decidido? ¿O quieres un mundo donde puedas ser libre de hacer aquello que creas oportuno? No podemos elegir por ti, entendemos tu posición. Pero no seas demagogo, no te aproveches de los intereses de los demás, ya que estos vínculos no son fuertes. La fuerza de una causa no radica en el número de gente que la apoya, sino en la convicción a la causa.

Y esas palabras nos las repetíamos entre los diferentes "entes" en que nos habíamos convertido Alderun, Lurr, Eliwood y Drackass. Debíamos ser fieles a nuestra causa, allí radicaba nuestra fuerza. No estábamos allí por obligación. Ya antes de ser elegidos, Alderun y los dos Eliwood lucharon contra los reinos del Séptimo. El Séptimo necesitó corromper el alma de un dragón o Kvothe, de una semi-celeste o Celiel, de un feérico o Sharei. No los culpábamos, bueno a Sharei si por matarnos, eran libres de decidir lo que quisiesen, pero allí radicaba su debilidad. Los intereses dominaban los vínculos de cada siervo del Séptimo. Nosotros sabíamos que estábamos bajo la protección de los Seis, nunca nos abandonarían. ¿Aunque se pudo decir lo mismo del Séptimo? Nosotros no teníamos a los dioses cerca, pero sentíamos dentro nuestro su presencia, estaban allí, junto a nosotros, librando esa batalla codo con codo. Caímos, y nos dieron una segunda oportunidad, nuestros compañeros cayeron y siguen estando ahí, en forma fantasmal dispuestos a resarcirse otra vez. En cambio, los siervos necesitaron la ayuda de Lurr para reanimarlos. Valía la pena, sabíamos que les importábamos, no eramos meros peones en un juego de ajedrez, aquí todos eramos reyes y reinas.

**Kvothe** Miér Mayo 29, 2013 3:26 pm

La ensordecedora luz de una vida sin lucro iluminó los ojos del joven, alzado en una batalla que tarde o temprano se daría por terminada. Los vientos se inclinaron ante el nombre pronunciado, una simple palabra perdida entre los labios de aquel llamado Kvothe -" Nunca aceptaré un mundo dominado por dioses "- Su mano se movió sin celeridad, sin movimientos innecesarios, tan solo realizando un pequeño arco que terminaba posándose sobre el hombro de lady Dethei... - Vive... - La amargura de aquella voz hizo temblar a los vientos, aún ocupados en su labor, girando a su alrededor y creciendo...

El tornado con sorprendente fuerza rechazó las oleadas de energía que habían amenazado a sus residentes. La ceniza del entorno comenzó a levantarse y añadirse al mismo tornado, tiñendolo de el color oscuro tan característico de la ceniza. Estaba cansado de aquel mundo dominado por dioses, de sus entramados y la misma hipocresía de los elegidos... Aquel sentimiento tomó forma en su interior. Era decepción, creciente por cada segundo pasado ahí... casi sin darse cuenta, las llamas respondieron a su voluntad y se añadieron a la danza de los vientos, cubriendo al tornado con llamas negras... el tornado comenzó a avanzar en dirección al nigromante (Lurr), mientras en su interior Kvothe daba el primer paso y ofrecía una mano a la lady que lo acompañaba.

{ Habilidades utilizadas y/o activas: Nombre del Viento, Enlace de Calor, Ceniza y Poder otorgado del Séptimo
Cm: 150 - 70 - 60 + 145 = 150
Fm actual: 950 }

Off: sorry el mal post

**Lurr** Miér Mayo 29, 2013 3:58 pm

Primero los rayos....luego El elegido de Aldun absorviendolos, en su nueva forma podía sentir todo eso, mas no veía, pero todo a mi alrededor lo detectaba....es algo raro de explicar, pues debes experimentarlo para saber de que trata....pero por así decirlo, mi mente y mis sentidos ya no eran normales, ¿Como era mi nueva forma? era como una especie de niebla, donde casi no se podía ver, se podría decir que era oscuridad, pero a la vez no lo era, una manera sencilla de explicarlo es como las sombras de los edificios por el día, conviven con la luz, pero a la vez son ausencia de luz...notaba la esencia de Alderun por todos lados...acto seguido me gire hacia el ruido que había detectado....era un tornado, si....sin duda lanzado por Kvothe, ¿acaso pensaba que le daría? aunque le diese lo único que le haría es empequeñecerlo para luego crecer, mas no me arriesgue, y rápidamente extendí mis brazos etéreos tocando dos trozos de esencia de Alderun, mi esencia muy rápidamente se fue fundiendo con la esencia de Alderun, ¿como explicar esto que sentí? el tornado era rápido si....pero la unión de esencias era aun mas rápido, ¿por que? Por que eres mi elegido... la voz que sentí era cálida...agradable...y si, tenia razón, aquellos pensaban que podrían enfrentarse a alguien del que gozaba directamente del favor de una diosa....

Off: quien no lo entienda que me envié un mp o bien lo hablamos por el cb.

**Eliwood** Miér Mayo 29, 2013 6:18 pm

Una vez que toda la energía fue recanalizada, extendí mis brazos en dirección al tifón que volvía a formar Alderun. Ésta vez, Lurr también formaba parte. Cuando entré en contacto con el tifón, un torrente de sensaciones me llenó de golpe: tragedia, sufrimiento, desesperanza... La calidez del fuego que proporcionaba se veía corrompida por la oscuridad volviéndose violenta, frenétic y desvastadora, como un incendio en un bosque de verano. Además, el viento le proporcionó rapidez, más violencia y fuerza. La brisa aviva la llama. De modo que ahora estábamos unidos, aproveché para estabilizar de nuevo la energía sobrante del ataque de Sharei compartiendo la energía con los otros tres. De esta forma, un poder difícil de aguantar para uno, no lo era tanto para otro. El brazo salió de la bola de Drackass, mantenía él el contacto. La unión hacia la fuerza, ¿así que mejor que unir las fuerzas de un dragón, un nigromante y un archimago? Ahora podríamos aprovechar esa conexión para poder defendernos y atacar.

El desplazamiento de energía para acercarme al tifón provocó que las bolas, otra vez en el dulce vals, se acercasen más al terreno de combate. Esto conllevó a que el calor fuera aún mayor que antes, los movimientos eran cada vez más dificultosos por la calor y el sudor, la luz que desprendía era calurosa, cercana a la de miles de hornos en funcionamiento. Era difícil de aguantar en la cercanía y si te aventurabas demasiado podías acabar asado. por eso, en mi movimiento hacia el tifón los presentes debían de estar atentos a que no me acercara demasiado.

**Celiel Dethei** Miér Mayo 29, 2013 7:16 pm

Celiel se giró ante el gesto de Kvothe. La chica pudo notar la tristeza y angustia de su interior con ese simple gesto. Una persona como él no merecía sufrir tanto. No importaba lo que el resto del mundo pudiera decir de él, ella había visto en sus propias carnes la nobleza de su ser. Pero ante una persona que actúa y piensa a su manera, los demás no saben responder. No hacía falta ser un celeste para ver más allá de los ojos del muchacho, inundados de sentimientos que no se podrían describir con todas las palabras del mundo. El mundo de Kvothe es un mundo complejo, pensó, y una sonrisa inapreciable surcó su rostro por un instante, antes de volver a ser en lo que ahora se había convertido.

-¿Vive? -Repitió la chica, con los ojos muy abiertos, llenos de preguntas. Sabía que no iban a ser respondidas, pero el ataque producido por el muchacho la hizo perder por un momento el hilo.
Una vez pasada la marea, le ofreció la mano y Celiel, por supuesto, la aceptó.

-Viviré, pero viviremos ambos.

Entonces susurrando, invocó mediante magia a dos haai, que siguieron los surcos del ataque del joven para atacar a Lurr.

Invitado Miér Mayo 29, 2013 7:26 pm

Todo habia ocurrido muy rapido, explosiones, invocaciones, tornados... Lo unico que sabia en ese momento era lo que habia visto: Celiel apoyando a Kvothe... Ese maldito dragón lo habia conseguido, habia conseguido poner a Celiel de su parte... Entrecerré los ojos, furioso. Y mientras todos estaban peleandose, me acerqué por detrás a Celiel, cerré los ojos y susurré unas palabras.

-Cel, aun que no me oigas, lo siento...

Entonces mi espiritu se metió dentro del cuerpo de Celiel. Ahora yo manejaba su cuerpo, ahora podia hacer algo que deseaba y tenia oportunidad de hacer.
Alcé la mano y apunté al gran ciclón en el que habia gran actividad de personas. Sonreí y desvié la mano hacia Kvothe e hice que aquellos haiis que la celeste habia invocado se volvieran contra él. Una Pero justo después de ese ataque, me abalancé sobre Kvothe y le estrangulé, segundos después salí del cuerpo de Celiel, no sin antes dejar las manos de la celeste en el cuello del dragon. Sabia que le habia pillado por sorpresa y le costaría reaccionar. Me alejé del combate un poco. Observando mi próximo movimiento.

Invitado Miér Mayo 29, 2013 8:20 pm

Abrí los ojos, y contemple la luz, como si fuera la primera vez que la veía.
Abrí la boca, y boquee aire, como si fuera la primera vez que respiraba.
Me incorpore, y todas mis articulaciones chscaron, como si fuera la primera vez que me movía.

Estaban vivo, otra vez. Pero me pareció que estaba mejor muerto, el campo de batalla era el caos más grande de todos, tifones, oscuridad, tornados y ¿dos bolas de fuego flotantes? Al parecer los Dioses habían puesto toda la carne en el asador. Pero ¿que podía hacer yo contra los elementos?
Me levanté y contemple la inmensa pared de fuego en la que me encontraba encerrado. Di un paso atrás y tropecé con otro cuerpo y caí al suelo. Plante la mano derecha encima de algo afilado, y allí note como lo raro comenzaba. No me dolía, es más, no respiraba. Me lleve la mano al pecho, mi corazón no latía. De golpe lo entendí todo.
"Asqueroso nigromante" la ira comenzó a llenarme por dentro, no había resucitado, sólo estaba poseyendo un cuerpo muerto. Mi propio cuerpo muerto. Busque por todas partes a aquel mal bicho y alcance a ver como hacia lo mismo que los otros elegidos, se transformó en oscuridad, no, más bien en una sombra que flotaba por el ambiente, y cuando me quise dar cuenta, ya había desaparecido. Eleve la mirada a lo alto del tornado de fuego y pude contemplar que su tope no estaba muy alto, podría llegar volando.
"Bueno, que mejor momento para estrenar mis alas nuevas"
Con un solo pensamiento, Feihim se materializó en mi mano izquierda con un brillo verde azulado. Me concentré en alcanzar su esencia y combo se sus poderes. Con un brillo blanco, de mi espalda nacieron dos pares de alas de hielo, finas como el vapor, con la forma de las alas férricas que la genética se había negado a darme. Con un suave batir de alas, me eleve unos pocos metros del suelo, con un nuevo impulso salí disparado hacia lo alto del tornado, cuando llegue arriba la visión que tuve del campo de batalla me dejo helado. Los elegidos estaban en sus formas semidivinas, y el caos reinaba en aquel, antes bello lugar.
Con un suave planeo baje hasta el suelo y pide contemplar la prueba que afirmaba que aún estaba muerto en parte. Podía ver a los fantasmas que rondaban por allí, asustados y tristes. Pude ver a uno en especial, uno cuya esencia era fría como un témpano de hielo. Este espíritu se introdujo en el cuerpo de una joven pelirroja y disparo a Kvothe con el arco. Yo me quede paralizado, todo parecía tan irreal. Aun flotaba en el aire cuando me di cuenta vagamente de que el calor había aumentado. Las dos bolas de fuego bailaban al son de un mortífero tango que amenazaba con azar la a todos, el aire se respiraba viciado de energía.
Alce mi báculo con un brusco movimiento de brazo y convoque un conjuro de lluvia. Al instante una lluvia torrencial callo sobre el campo de batalla empapándolo todo.
En un lado del campo de batalla se encontraba Sharei, me acerque a el y le mire con una inminente incógnita en la mirada que no necesitaba ser pronunciada con palabras.

~ STATS Y ARMAS ~

FEIHIM

Spoiler:

Stats:

Fz-75.
De-75.
Ve-75.
Ft-75
Fs-75 + 75 (mago consagrado) = 150
Fm-175 + 50 + 75 (mago consagrado + bono de arma) = 300
Cm-75 + 25 + 75 (mago consagrado + bono de arma) = 175
Hm-75 + 50 + 75 (mago consagrado + bono de arma) = 200

Habilidades utilizadas:
Halas de hielo: coste 20 Cm

175 - 20 = 155 Cm

**Lurr** Miér Mayo 29, 2013 8:50 pm

Los tres unidos, los tres elegidos, Luz oscura, fuego y viento, todo irradiaba angustia, deprimía a la gente y le hacia encontrar recuerdos no deseables, pues así era el lado contrario de la luz, mi esencia ya no se veía por ningún lado, me había unido al viento y al fuego, mi mente estaba en todos lados y a la vez en ningún sitio, era capaz de refugiarme en cualquier lado...y a la vez controlaba el viento y el fuego, y a la vez ellos controlaban la oscuridad, ¿una forma rara de explicarla? pues si...pero por así decirlo, estábamos unidos, nuestros poderes estaban unidos en uno solo, mi "mirada" se poso en la elegida de Wina y luego en el gigante, que también era un elegido al parecer, si se unían a la esencia seriamos imparables...y si viniese la otra elegida todo seria mucho mejor.

Lentamente empece a manejar la sombra de Kvothe, el no sabría nada, al parecer un fantasma había poseído a celiel y le estaba atacando, mas aprovechando yo también use mis habilidades, la sombra se separo del cuerpo de Kvothe muy rápidamente y extendiendo sus brazos y estando muy cerca suya empezaron a formarse unos pinchos hechos de sombra, pero que dañaban igualmente, acto seguido la sombra le "abrazo" intentando clavarle sus pinchos.

Off: basicamente un ataque por sorpresa xD y por la espalda.

**naren-far** Miér Mayo 29, 2013 10:05 pm

Abrí los ojos, y la luz entró en ellos: vi lo que había a mi alrededor, pero no lo sentía nada de lo que había a mi alrededor. Aspiré aire, podía respirar... pero poco más. Podía moverme con normalidad, pero mi corazón no latía. "No estoy vivo... solo soy un fantasma que ocupa su cuerpo"

Y por fin me incorporé y observé indiferente lo que ocurría a mi alrededor: magia a raudales, gente con mucho poder... y después al otro mestizo, otro mago. Este mago hizo aparecer un báculo algo parecido a Salamandra, y materializó unas alas de hielo; ¿no eran iguales que las Alas de plata?.

Decidí acompañarlo en su inminente vuelo, hice aparecer mi báculo y materialicé mis brillantes alas de plata, mucho mejores que las que la genética me dio. Volé con él y lo acompañé hasta que hizo aparecer una lluvia en el campo de batalla: -Me llamo Naren. -dije alegremente a modo de presentación.

Stats:

Fuerza 50
Destreza 125
Velocidad 75
Fortaleza fisica 50
Fortaleza mental 210
Fuerza mágica 230
Capacidad mágica 240
Habilidad mágica 215

Salamandra:

Spoiler:

**Kvothe** Miér Mayo 29, 2013 10:35 pm

Un destello de sorpresa atravesó el semblante de Kvothe, momentos antes de ser sustituida por una expresión más fría... implacable como el hielo. Una de las manos de Kvothe se posó con suavidad en la muñeca de la Lady, que controlada por un ente desconocido intentaba arrebatarle la vida... los haiis intentaban acercarse para atacarlo, pero una barrera de viento convertía sus esfuerzos en vano - Adiós - La sutil palabra atravesó el sonido de los elementos, antes de que una fuerte brisa soplase separándola de él... Un agujero se abrió rápidamente en el tornado, y por ahí pasó el cuerpo de la Lady acariciado por el viento. Nada más pasar, el tornado se volvió a cerrar, dejando a Kvothe solo con un peligro inesperado...

Kvothe observó el cuerpo de un ente oscuro lo rodeaba, cubierto de espinas para herirle en un siniestro abrazo. De inmediato, el viento reaccionó a su necesidad para empujar a la sombra a los bordes del tornado... ignoró como la sombra terminaba hecha trizas entre llamas, viento y ceniza. Era otra distracción que no podía permitir... pero ahora permanecería alerta a aquellos detalles.

Su cuerpo calló de rodillas al suelo, tosiendo algo de sangre en el proceso. Su ropa mostraba múltiples cortes y ciertas heridas que no podían ignorarse con facilidad, pero había rechazado el ataque antes de que lograse profundizar el ser. El tornado se tambaleó unos momentos, pero no perdió fuerza y siguió avanzando, paso a paso, al encuentro de los elegidos. -" Sería una bonita historia... la historia de un humano que se alzó contra los dioses "- Pensó Kvothe, maldiciendo interiormente a aquel caos del que formaba parte. Por ahora, era capaz de contener los ataques de los elegidos, pero si se fusionaban más elegidos no tendría forma de retenerlos...

{ Cm: 150 - 70 - 60 + 145 = 150
Fm actual: 950 }

**Yandrak** Miér Mayo 29, 2013 10:40 pm

Roca. Su última sensación, antes de que la ensordecedora explosión arrasara con él, fue que su cuerpo se transformaba en dura roca. La onda expansiva llegó sin embargo décimas de segundo después, haciendo perder la conciencia al gigante, mientras su cuerpo estallaba en miles de partículas.

Cuando recuperó la conciencia, el primer pensamiento que se le pasó por la mente fue que estar muerto no dolía demasiado. Al contrario, se sentía etéreo, relajado, lleno de paz. No obstante, notaba un extraño torrente de energía que lo recorría por dentro. Por su cuerpo. Por su...
La alarma se disparó en su mente cuando se percató de que ya no tenía cuerpo. Trató de moverlo, de intentar sentir sus piernas, sus brazos y su propia cabeza, pero era en vano. Tampoco sentía ningún tipo de esencia incorporea, por lo que no era un espectro. Y sin embargo, exisitía.
- Eres mi elegido, gigante- aquella voz resonó de nuevo en su mente, como lo hiciera en Nanhai hacía ya semanas. Una profunda voz que ahora oía no como algo externo, sino dentro de él, en su propia esencia. Una profunda voz que le habría hecho estremecer, en caso de haber tenido un cuerpo- Es hora de que entres en acción. Vienes de la tierra, tierra eres, y como tierra vencerás.
Sus palabras hicieron comprender a Ygoron la verdad. Y por fin tomó conciencia de su nueva naturaleza. Ya no era un gigante. La sensación de haberse convertido en roca había sido real, y también la explosión que lo había desintegrado. Que había roto su cuerpo en pedacitos.
Ahora él era esos pedacitos. Compuesto por incontables granos de arena y fragmentos de roca que se repartían aquí y allá por la vasta llanura arrasada por la batalla, sintió la esencia de su dios en él. Y no sólo de Karevan. Conociendo ahora su verdadera naturaleza, también tomo conciencia de la presencia de los otros dioses próximos. Yohavir... Irial... Aldún... Todos presentaban batalla en aquellos momentos.
Notó el fuerte viento arrastrándo sus partículas. Consecuencia de la acción de Yohavir, sin duda. Y se dejó llevar, fusionando todo su cuerpo, o lo que quedaba de él (arena, piedras, roca) con el gran tornado de viento, fuego y oscuridad que se extendía más y más sobre los campos de Celestia.

**Sharei** Jue Mayo 30, 2013 9:32 am

Usando el poder obtenido por el Séptimo, me moví por el campo de batalla cubierto de rayos y destellos a sorprendente velocidad en dirección al tornado de Kvothe, en su extremo superior. Sin dudarlo un solo momento me introduje en él, tampoco había mucho tiempo para pensar, transformándome en una sombra para evitar ser herido en el proceso.

Caí al lado de Kvothe y volví a tomar mi forma normal, al parecer había sido herido pero desconozco por qué o incluso el como han llegado a alcanzarle. - Hola Kvothe - Coloco una mano sobre él y le comienzo a transferir electricidad para acelerar su regeneración y sanar esas heridas. La mayoría eran profundas pero ninguna grave, detalle que le hizo la labor más fácil y lo curó en su mayoría.

Pero ahí no podía terminar todo, después de eso noté como mi habilidad Cerrojo de Energía me debilitaba, pero no me dejé amedrentar por ello y lancé múltiples rayos que se añadieron al tornado de Kvothe en su danza, con la clara intensión de reforzarlo y enfrentarse a la voluntad de los dioses.

Me relajé un poco pero aún consciente de que todo no había hecho realmente más que comenzar. Los elegidos se unían, una tras otro constantemente, y con ellos, su poder...

Atributos

Capacidad mágica total 315
315 - 40 - 30 = 245 Cm
Tasa de recuperación de Cm 124,2.
315
Fm: 385

Habilidades usadas:

Invitado Jue Mayo 30, 2013 11:14 am

Observé como todos los elegidos empezaban a fusionarse para formar un gran y hermoso tornado, formado por una gran cantidad de elementos: Aire, piedra, tierra, oscuridad, fuego... Pero no hielo. Yo no era un elegido, no tenía la bendicion de ninguno de los Seis. Pero si de el Septimo, era una criatura de su creación, un Shek. Y los Sheks estaban relacionados con el hielo. Sonreí y volé hacia aquel tornado, lo observé, como quien observa una obra de arte.

-Teneis mi poder, me teneis a mi... Aun que no sea un elegido, yo soy hielo

Entonces mi espiritu se fusionó con aquel tornado, añadiendose un elemento más: Hielo

Invitado Jue Mayo 30, 2013 5:19 pm

El cielo tiene la capacidad de llorar, aunque jamás se estremezca ante la muerte. Los años y las vidas pasan y se esfuman a sus pies sin darle tiempo de llegar más que a vislumbrarlos vagamente. El único recuerdo de los ojos que se apagan, en silenciosa sucesión, no es más que un pensamiento a medio tejer, perdido entre las nubes.

Pero el cielo es antiguo y poderoso. Puede volver la vista hacia los mortales, y puede jugar a los juegos de los dioses. Sin embargo, ni siquiera el combate de un universo contra otro capta ya su interés. Tal vez sólo pretenda servir ya de camino para otros poderes más nuevos, y menos cansados...

El tornado que contiene la ira de los dioses perdió de pronto parte de la luz que embellecía su forma, brutal y hermosa. Las nubes se oscurecían en lo alto, pero ya no se movían con el viento... desde los rincones de la tierra y el océano, una sombra de nubes, negras como el alma de un cuervo, se enroscó sobre el gran cúmulo de aire... un trueno despiadado arrancó de la garganta del mundo, rompiendo el sonido, ahogando la sangre caída.

Y entonces... comenzó a llover.

Y la lluvia limpió la sangre, que corrió hacia los ríos y se fundió con la tierra... Y de la misma lluvia nació una figura, la forma delicada de una muchacha varú, resumen inconfundible del poder de la diosa del océano... La joven levantó la cabeza, irguiéndose como un fantasma de agua, con la luz del mundo en sus ojos. Y la voz vibrante de Neliam salió de sus labios y acarició el valle de los ríos...

-Los dioses no permiten. Los dioses no conceden. Los dioses no perdonan.

Sus palabras lanzaron sus ojos hacia el tornado, punto de encuentro de la fuerza de sus hermanos. Después, su mirada, insoportable, cayó como el golpe de las olas sobre los enemigos de los Seis.

-Nuestros detractores serán purgados, nuestros enemigos borrados... -una mano rozó el aire, como si dirigiera una orquesta invisible- Ahora, por fin, los Seis están juntos, y juntos acabaremos con el reinado de la oscuridad.

La joven extendió los brazos hacia el cielo, y cerró los ojos. Su cuerpo volvió a desvanecerse con la lluvia, que cambió y se unió al tornado, a la fuerza de sus hermanos. Todo el poder de los Seis estaba unido y completo ahora. Sólo quedaba caer sobre los insectos que los molestaban... y aplastarlos.

**Alderun** Jue Mayo 30, 2013 6:35 pm

Muchos cambios en muy poco tiempo. Pero realmente, nada importante, eso decía Yohavir. Pronto todo acabaría.... En realidad esta era una guerra de cobardes, de vasallos y de falsas esperanzas por parte de gente creída. Yohavir me daba la razón. Los Dioses no eran realmente cobardes, pero no actuaban directamente, causando mucho daño por sus acciones, cuando realmente era el 7º el cobarde... O eso decía él... Los seguidores y defensores de los Dioses, éramos en realidad, vasallos, aunque pensásemos que no, no teníamos opción. Realmente estábamos aquí por voluntad propia... Pero ¿quién maneja nuestro ser? ¿realmente somos libres para pensar o actuar? ¿ o somos unas marionetas de los Dioses? Algo raro, me dijo. Efectivamente, algo que ni yo mismo podía entender... Cosas de Dioses... Y por último, estaban aquellos seguidores del 7º que se creían lo suficientemente importantes o poderosos como para enfrentarse a cualquiera de los Seis. Muchos creían ser una amenaza para los Dioses, cuando en realidad si estos les prestaban atención, sería para averiguar el escondite del Séptimo...

Pero Yohavir estaba contento, y yo también. En mitad de la zona, árida completamente, se habían creado dos tornados. Uno de cenizas y rayos, oscuro, temible, y enfrente, otro colorido, donde el agua, el fuego, la tierra, la luz y el aire tenían su lugar. Un tornado majestruoso y poderoso, digo de los Elegidos de los dioses. Nada podría pararles, y fue por ello por lo que avanzaron. Avanzaron hacia el otro tornado, un tornado insignificante comparado con el suyo....

**Sharei** Jue Mayo 30, 2013 6:59 pm

Pocos entienden lo que significa el poder y otros muchos lo confunden con la fuerza que da unirse a otros. El verdadero poder, es hacer lo que tu quisieras. La libertad! Por culpa de unos malditos niñatos que quieren arrebatarme lo que he construido, he sacrificado mi libertad. Ya no tengo poder, pero tengo fuerza y con ella voy a recuperar mi libertad!

Las barreras de mi interior se tambalean ante la acometida de poder que se almacena dentro. Poco a poco la presa se va llenando, amenazando con desbordar.

Atento a cualquier movimiento del enemigo , sigo reforzando el tornado de Kvothe. Si todo fallaba, siempre podíamos escapar...

Capacidad mágica total 315
315 - 40 = 275 Cm
Tasa de recuperación de Cm 124,2.
315 Cm
Fm: 385

Habilidades usadas:

**Eliwood** Jue Mayo 30, 2013 7:22 pm

Era magnífico la forma que había obtenido el tifón ante la unión de nuestros poderes. Poco a poco podíamos sentir la llegada de más dioses: Neliam y Karevan se unieron junto a nosotros. La lluvia torrencial arreció en el lugar, devolviendo el agua a los ríos donde antes fluía tan tranquilamente después de haber sufrido tanto... "Mis pequeños" empezó Aldun "Debéis de acabar con esto ya, se esta alargando la agonía de inocentes. Preparaos para el ataque". Justo después, las palabras de Neliam salieron por la boca de la varu, la varu... ¡Era la chica de Puerto Esmeralda! Así que mi intuición era cierta, deberíamos de haber viajado juntos hasta aquí, ya que era otra elegida.

- Los dioses no permiten. Los dioses no conceden. Los dioses no perdonan. Nuestros detractores serán purgados, nuestros enemigos borrados... Ahora, por fin, los Seis están juntos, y juntos acabaremos con el reinado de la oscuridad.

Después de las palabras de Neliam, Alderun empezó a mover el tifón en dirección al tifón de cenizas. Esto quería decir que un ataque frontal era lo mejor, para acabar lo antes posible con todo esto. De modo que, acompañando a Alderun en su esfuerzo para mover todo el sistema que habíamos montado. Le ayudé propulsando nuestro tornado gracias a la fuerza de propulsión de dos brazos traseros ígneos salidos de las dos bolas de fuego. La velocidad de crucero del tifón aumentó considerablemente. Y entonces, el choque se produjo.

Cm : 160 - 20 (propulsión por brazos) = 140

**Kvothe** Jue Mayo 30, 2013 7:42 pm

Aquella luz no era ni natural ni artificial, ni provocada ni intencionada, tan solo era pura energía... capaz de destrozar a cualquier ser humano, y seguramente así será. Era el poder de los dioses, que se alzaban supremos reclamando el dominio de un mundo que habían olvidado.

Un suspiro inaudito escapo entre sus labios, observando con calma el desatar de los elementos en esencia. Su mirar perdió la angustia que siempre le había atormentado, tan solo dejó un leve sentimiento parecido a la desepción, que con sutileza indagaba en su propio ser para otorgarse una extraña conciencia de uno mismo. Toda razón señalaba a que aquella iba a ser su muerte... sin embargo, aún podía de dar un último destello de luz, su última voluntad en contra de aquellos que se proclamaban sus creadores.

La voluntad de unos simples mortales contra los dioses. Kvothe se preguntó si su nombre sería conservado en la historia, si existiría alguien que lo recordase con cariño o sencillamente caería en el olvido como muchos. Se sintió inquieto, sintió el temor acariciando su cuello... pero no frenó. Era el momento de mostrar al mundo asta donde alcanzaban sus ideales - Mientras el mundo espera cambiar... - Comenzó a murmurar Kvothe bajo el terrible rugido de los elementos.

La muerte súbita es un regalo, un regalo poco creíble. El día llegaría, el día se acercaba. Éste no era, pero éste daría ánimos. La venganza propia y ajena sería compartida, y el presagio acabaría. Todo estaba escrito, escrito cómo si fuese el destino. Cada acción que alguien hacía, ya estaba predilecta ante los demás. La honra sería esencial, recuperarla, era el objetivo. Recuperarla, era la nueva meta. Pero sigue, sigue para escuchar nuevas historias. Nuevas promesas que se olvidarán, pero en su momento las querrán oír. ¿Es mi misión recordárselas?

{ Habilidades activas: Nombre del Viento, Colmillo de Luna, Potencial Mágico
Habilidad desactivada: Ceniza
Cm: 150 - 60 - 70 - 20 + 145 = 145
Fm actual: 990 }

**Lurr** Jue Mayo 30, 2013 8:49 pm

Otra conciencia...otra elegida....otra unión, cada vez eramos mas fuertes...eramos, fuego, eramos viento, somos la ausencia de luz, somos el agua, pero también somos la tierra, todos unidos en un único tornado, empece a juntar toda mi esencia, pero deje un trozo de esencia en un lado...en otro refugio...lo deposite en una sombra...¿de quien? vete a saber...pero sea como sea, todo se había unido al tornado, el tornado a parte de tener agua, fuego, y algo de tierra...también tenia oscuridad, todo a su alrededor irradiaba la ausencia de luz, el tornado era potente...pues cinco esencias de dioses se habían unido, solo faltaba la elegida de Wina...y el tornado choco contra el otro tornado...con una gran fuerza...

**Alderun** Jue Mayo 30, 2013 9:09 pm

Era algo maravilloso, majestuoso, ver aquel tornado pasar por lo que antes era el Valle de los Ríos. Era tan grande, tan monstruoso en realidad, pero a la vez hermoso... El mero hecho de mirarlo inspiraba temor y alabanza. Tanto poder unido, por un bien común. Tanta armonía, que se unía formando una bella melodía que cantaba la música de los Seis. Agua, Fuego, Aire, Tierra, No Luz, esencia de un fantasma shek, y mucho más formaba ya parte del majestuoso tornado tifón que barría todo lo que pasaba a su alrededor. Adquiriendo cada vez más poder y más influencia.

Verlo daba miedo, pero a su paso daba una gran sensación de paz, de esperanza, de relax. Era un gran tornado, sí, pero no tenía por qué ser malo, aunque estaba claro que eso no lo sabían todos.

Fue entonces la hora del estruendo. Una Gran Colisión se formó entre el Tornado de los Elegidos y el tornado de los secuaces. Una colisión tal vez provocada por los mismos elegidos, tal vez no. El caso es que dicha colisión, creo una onda expansiva que sacudió todo lo que antes era el Valle de los ríos. Tanta grandeza y ahora nada. Una gran explosión de diferentes elementos se reunió y parecía que hasta el cielo mismo cambiaba. Una explosión tras otra, las reacciones entre la lucha de Ceniza y Rayos VS Agua, No Luz, Aire, Fuego y Tierra eran monstruosas. Un choque de Esencias. La esencia del 7º contra la Esencia de los 6. La explosión no la habían provocado los tornados, no, sino la parte de los Dioses que había en cada movimiento, que habían entrado en colisión.

Nada quedó inmune a este ataque. Aún así, no hubo muertes. Sí heridos graves. Todos los presentes cayeron al suelo, quedando como en una especie de sueño. Adormilados, Cansados, Abatidos, Molidos. Una gran cantidad de cuerpos prácticamente inmóviles llenaron el suelo. Tanto esfuerzo en muy poco tiempo. Esto no era bueno, nadie era invencible. Solo los Dioses.

El cuerpo del Celeste Alderun Lunndrack fue uno de los que aparecieron en el suelo. La marca del ataque anterior de Sharei había desaparecido, pero aún así, al igual que todos los presentes estaba prácticamente inmóvil. Veía bien su entorno. Se tumbó. Tanto esfuerzo...

Invitado Jue Mayo 30, 2013 9:10 pm

Una Gran colisión de Esencias sucedió entonces en aquel valle. Parte de las esencias de los 6 chocaron (tal vez por la acción de estos) con parte de la esencia del 7º. ¿Y esto qué ocasinó?

Algo monstruoso y a la vez hermoso. Una gran onda expansiva, como si de una gran explosión se tratase, llenó lo que quedaba del Valle de los Ríos. Una explosión de elementos que, a su vez, originó varias pequeñas subexplosiones que hicieron que el cielo se pareciese al de Umadhún, aunque no exáctamente igual, pues este cielo era armonioso, melódico, bello. Era al igual fruto de disputas de los dioses, pero esta vez, de una forma más armoniosa, más organizada. Menos destructiva. No hubo muertes en este "ataque". Sí heridos, leves y graves, y un montón de cuerpos inmóviles llenaron la superficie.

Esto era fruto del poder de los Dioses, ni los secuaces ni los Elegidos tenían nada que ver... Al parecer ya había acabado la Lucha de Mortales. Ahora debería empezar la Guerra de Dioses.

Los cuerpos de los elegidos también inundaron el suelo. Eliwood, Ygoron, Lurr, Kvothe, Sharei, Alderun, eran algunos de los que acababan de caer. Los fantasmas de los caídos en batalla también bajaron, pero estos por "miedo". Miedo a la grandeza del poder de unos Dioses que aún no habían bajado.

Los cuerpos vivos estaban molidos, cansados, una ola que adormilaba también inundó la zona. Así se podían ver a los grandes poderosos, mendigando fuerzas, que ya no les quedaban. La explosión había acabado con gran parte de su energía vital. ¿Y ahora qué? ¿Qué se nos avecinaba realmente?

P.D.: Podéis seguir posteando. Principalmente, para contar qué hacíais antes y después de la explosión. No se pueden cambiar los hechos. No sigáis luchando, a la trama le queda poco... Podéis interactuar con los demás, sin luchar.. Pensad que prácticamente no tenéis Cm...

Invitado Vie Mayo 31, 2013 7:10 pm

El puño de Kerzer había golpeado su trono con una fuerza a duras penas contenida, destrozando el entramado de hierro. Había llegado su tiempo, y la oscuridad se había alzado sobre Idhún, cubriendo el mundo entero con su familiar manto... Pero la guerra de los mortales no era más que un ornamento, el adorno perfecto para ensalzar su victoria final... Una obra hermosa, pero repleta de intolerables discordancias.

Se había puesto en pie, cruzando las manos crispadas a la espalda. Recordaba cada batalla, cada victoria, y cada derrota. No podía engañarse a sí mismo; no tenía por qué vencer. Los Seis no podían encontrarlo, aún no, pero su fuerza era colosal, mayor que nunca... No había esperado aquello. Había subestimado el interés del panteón en aquel mundo.

-Idhún es mío... -susurró, apartando con irritación un humo invisible a su alrededor. Un gesto sencillo, casi dulce, con la delicadeza de quien podría dar forma al aire con sólo pensarlo. Irritación... Era un sentimiento casi infantil, pero tan cierto como la noche. Una parte muy honda de su poder se basaba en la obcecación con el control de aquellas tierras de mortales... No las necesitaba, por supuesto. Pero era lo único que ansiaba conseguir, lo único que una vez había podido arrebatar a los Seis...

Entonces había sentido... la fuerza. Sus ojos entornados se habían abierto de golpe, sorprendidos. Había llegado muy pronto. El choque... De repente, el castillo titiló a su alrededor, como si lo hubieran herido. Se giró, furioso, con una rapidez inhumana, buscando con un instinto furioso la presencia de los Seis que intentaban encontrarlo, penetrar en su refugio y acabar con él... Sus secuaces no lo habían decepcionado, pero su fuerza le había fallado. No podrían escapar por sí mismos. Si eran eliminados por la fuerza de los Seis, su propio poder se vería mermado, y el golpe lo debilitaría lo suficiente para que Ellos lo encontrasen... No podía permitirlo. No podía permanecer inmóvil por más tiempo... él lo sabía, y Ellos también.

Debía acudir.

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En cuanto su cuerpo tomó forma, se movió con la rapidez del viento. La majestuosa neblina de energía cambiante, forma de la unión de los dioses, captó su presencia al instante, y la ola de energía se abalanzó sobre él. Lo habían estado esperando. Con la expresión vacía, halló a los suyos entre los mortales caídos, y no se permitió un instante para decidir si parecían vivos o no, o siquiera si seguían conscientes; no debían haber muerto, o él lo sabría. La niebla volvió a perseguirlo, y el momento que había perdido acercándose lo suficiente a sus seguidores fue suficiente para los Seis para golpearlo con la fuerza de un tifón imparable.

Kerzer rugió, y la oscuridad salió de su cuerpo y se trenzó a su alrededor, haciendo retroceder la luz de los dioses. Era un cuerpo mortal, y el poder liberado lo hizo tensarse hasta el límite, a punto de desgarrarlo y romperlo como una hoja seca.

"Aún no..."

Gritó, y la oscuridad ganó terreno, creando un espacio protegido, un reducto de paz en mitad de la tormenta de energía. Sólo sus seguidores y él quedaban aislados de ella; fuera de aquella cúpula, el valle se consumía lentamente, incapaz de soportar la fuerza de la luz de los Seis. Alrededor, en la niebla luminosa que ahora impedía ver nada más que retazos del valle, seis rostros, seis cuerpos... tomaron forma. Eran figuras irreales, a veces indefinidas, confundidas con los elementos que las acompañaban. Kerzer aguantó, estoico, llevando al límite la capacidad de su propia desesperación.

"Estás acabado" susurró la forma difusa de una mujer varú al otro lado de la cúpula de oscuridad, entornando los ojos.

"Las sombras mueren cada vez que sale el Sol" añadió una voz burlona, procedente de la figura de un apuesto yan con los ojos hechos de fuego.

Kerzer no respondió, no los miró. Parte de su energía se concentró en ayudar a los suyos, que seguían a su alrededor. Algunos ya eran de nuevo conscientes de los giros de la batalla, y el poder que les había dado aún manchaba su aura, pero menguaba lentamente... Kerzer había sido humano. Aún lo era en parte, y había querido salvarlos. Había acudido en su busca...

-Me habéis servido bien -declaró Kerzer sin emoción, y cerró un puño en el aire. Con una sacudida, la esencia de sus seguidores fue arrancada de su cuerpo y alimentó el poder del Séptimo. Los cuerpos vacíos de vida se derrumbaron, deshechos. Kerzer sintió que eran unas hermosas muertes. Ellos se habían entregado a su causa; su vida había sido necesaria para completar el ciclo y hacerle prevalecer.

La luz de los Seis retrocedió ante el empuje de las fuerzas renovadas del Séptimo. Las seis figuras rugieron su rabia contra la cúpula oscura, y lanzaron todo su poder contra ella. Kerzer sonrió, rebosante de aquella oscuridad pulsante y maravillosa, y aumentó la fuerza, forzando sin pensarlo los límites...

Algo se rompió.

Como en un sueño, se dobló sobre sí mismo. Sus labios, que habían pronunciado las sentencias de la oscuridad más poderosa, vomitaron sangre, mortales de nuevo. El vínculo entre su esencia y aquel cuerpo se había roto, y ahora se desvanecía sin remedio. El joven cuerpo cayó de rodillas, pero no inclinó la cabeza. Cuando la cúpula desapareció y la luz de los dioses cayó sobre él, los Seis encontraron la mirada de Kerzer aún desafiante.

Invitado Vie Mayo 31, 2013 7:14 pm

La batalla ha terminado.

La guerra ha acabado.

La fuerza de los dioses es grande, y los dioses pueden ser magnánimos... Los mortales han combatido bien, deciden a veces los Seis, y entonces les devuelven, en gracia, aquello que han perdido...

Como hoy.

Los cuerpos caídos en el valle se agitan cuando la vida es insuflada de nuevo en ellos. Los ojos cristalizados parpadean de nuevo; muchos se llenan de lágrimas al comprender lo ocurrido; otros no pueden esconder la confusión, o la sorpresa. ¿Es de verdad el final?

Los combatientes se ponen en pie de nuevo, y la visión del valle los deja sin habla. El paisaje ha recobrado hasta la última brizna de hierba perdida en la batalla. Una luz extraña baña el mundo. Los elegidos permanecen de pie. Cuatro a un lado, tres a otro. Y entre ellos... se abre una puerta. Una brecha entre mundos, que es reconocida al instante por aquellos que saben o creen reconocerla. Ante ella, suspendido en el aire, está el cuerpo de Kerzer, envuelto en débiles hilos de oscuridad.

Suena la voz de los dioses de boca de sus elegidos, todos los rostros inalterables articulando a una las mismas palabras.

-Traidores... Enemigos de los dioses... -aquellas miradas unidas se posan con desprecio infinito sobre los que eligieron el bando del Séptimo, pero también con misericordia- Hablad hoy, y os escucharemos, y vuestra elección decidirá el destino de las sombras.

Los párpados de Kerzer se agitan. La mirada de los elegidos cae en él un instante.

-Debéis elegir. ¿Deseáis otorgarle la piedad de la vida a esta criatura, dejarla vivir encerrada en un lugar distinto? Vosotros, aunque marcados por vuestros actos, seréis libres de seguir con vida... si os marcháis con él. ¿O preferís sentenciar su muerte? El Séptimo, destruido por fin... y para siempre. Se os permitirá vivir en paz en este mundo, si nos juráis lealtad, desde hoy hasta el fin de vuestros días.

Sin embargo, no penséis que vuestra traición quedará impune... Y si alguno de vosotros prefiere la muerte... le será concedida.

La voz de los dioses se detiene, sin burla. Por una vez, esperan las palabras de los mortales... la decisión de sus enemigos. Están dispuestos a perdonarles la vida, a permitirles huir... ¿Por qué? Tal vez pretendieran desde el principio acabar de una vez por todas aquella lucha eterna... el choque de dioses que ha acompañado a Idhún desde el principio de los tiempos. Desde el nacimiento del mal.

Desde siempre... y para siempre. Así ha sido. Así debe ser hasta el fin de los tiempos.

Pero ahora... ahora, sólo ahora, los mortales tienen voz ante los dioses.

-Haced vuestra elección, mortales...-

Invitado Vie Mayo 31, 2013 8:39 pm

-Yo voto que el Septimo sea encerrado, pero encerrado en un lugar en el que no pueda salir. Una prision, unica y exclusiva para él.

Sabia que si votaba que el Septimo muriera, tal vez yo muriera también. Pues era un Shek, una criatura del Septimo, y aun que no tuviera nada que ver con él respecto a ideales. No quería morir, y tampoco, por muy Dios destructor que fuera, no merecía morir. Pero en cambio la idea de que Kvothe se marchara... Era una buena idea.

-Pero que todos, excepto ese... El dragon, sean libres. A él encerradlo tambien.

Dije maliciosamente, sabia que si algun dia escapaba, iria a por mi. A matarme. Pero ya habia muerto dos veces... ¿Que mas daba que muriera otra vez?

**Kvothe** Sáb Jun 01, 2013 10:25 am

La exclamación de súbito se adentró desde fuera, y el hormigueo que había sido indeciso al principio ahora era no más que un leve dolor que empezaba a ser molesto. Tal y como se fue, su vida se abrió camino casi de inmediato, no estaba acostumbrado a ello y... a la resurrección, era algo tan irreal que era casi imposible de describir. Las auras eran extrañas y enrevesadas, eso seguro... esto era tan extraño como la situación que se estaba protagonizando.

El peso de sus acciones se deshacía con la misma fluidez de su movimiento, aún con el cuerpo cansado por los últimos acontecimientos sucedidos. Una tenue sonrisa fue dibujada con cuidado en su rostro, no había motivo alguno que la respaldase y mucho menos que la guiase, tan solo era acompañada por las emociones que guardaba...

Se incorporó lanzando una mirada a los dioses, aquella locura iba a llegar a su fin, y por primera vez la voz de un mortal tendría repercusión en el cosmos. - Reclamaré la vida del Séptimo... pero no os juraré lealtad. Pagaré por mi pecado - Su voz sonaba como mercurio, brillante y maleable asta extremos insospechables. Los movimientos que lo acompañaron se olvidaron unos momentos de su cansancio, para avanzar asta el cuerpo del Séptimo, confiando en que su compañero tomase la misma decisión que el y acompañase su avance.

Sus dedos manejaron la ira, batalla y negación de todo lo que recordaba, daba igual su destino... Cruzaron recuerdos infelices de antiguas épocas por su mente, dibujos y escrituras de Idhún, leyendas que algún día cumpliría... pero su respiración jadeante cruzaba todo aquello, como un filo muy real que reflejaba las historias lo que recordaba, pero no importaba. El filo de cesura trazó un arco con su movimiento antes de destinar su propio filo al corazón de Kerzer, asumiendo el dolor y soledad como pago por su mayor pecado...

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